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VIII Domingo del

tiempo ordinario.
Ciclo C.
San Lucas 6, 39-45
27 de febrero de 2022
INTRODUCCIÓN
Las lecturas de esta Eucaristía tienen un cierto carácter sapiencial.
El libro del Eclesiástico nos ofrece una sabia lección: para conocer cómo es una
persona, en lugar de fiarnos de su apariencia, primero tenemos que escucharla,
para ver cómo razona.
En el salmo 91 alabamos a Dios porque hace prosperar a los justos, es decir, a
las personas de buena voluntad. Es más, Dios es el Justo, la Roca en la que
debemos asentar nuestra vida.
San Pablo, en su primera carta a los cristianos de Corinto, nos dice que tras
nuestra resurrección, lo que en esta vida es imperfecto y corruptible, se
transformará en perfecto y eterno. Y para alcanzar la resurrección, debemos
obrar según la voluntad de Dios.
El pasaje del Evangelio según san Lucas nos ofrece tres lecciones sapienciales
de Jesús. La primera nos dice que el discípulo no es superior a su maestro. La
segunda nos anima a corregirnos a nosotros antes de tratar de corregir a los
demás. Y la tercera afirma que podemos conocer a las personas observando
sus obras. Fray Julián de Cos Pérez de Camino - Convento de San Esteban (Salamanca)
Primera lectura. Lectura del libro del Eclesiástico
27, 4-7
Cuando se agita la criba, quedan los desechos; así,
cuando la persona habla, se descubren sus
defectos.
El horno prueba las vasijas del alfarero, y la
persona es probada en su conversación.
El fruto revela el cultivo del árbol, así la palabra
revela el corazón de la persona.
No elogies a nadie antes de oírlo hablar, porque ahí
es donde se prueba una persona.
Salmo. Sal 91 R. Es bueno
darte gracias, Señor.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh En la vejez seguirá dando
Altísimo; proclamar por la fruto y estará lozano y
mañana tu misericordia y de frondoso, para proclamar
noche tu fidelidad. R/. que el Señor es justo,
El justo crecerá como una mi Roca, en quien no
palmera, se alzará como un existe la maldad. R/.
cedro del Líbano: plantado en la
casa del Señor, crecerá en los
atrios de nuestro Dios. R/.
Segunda lectura. Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios 15, 54-58
Hermanos: Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y
esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la
palabra que está escrita: «La muerte ha sido absorbida en la
victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte,
tu aguijón?». El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del
pecado, la ley.
¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro
Señor Jesucristo! De modo que, hermanos míos queridos,
manteneos firmes e inconmovibles. Entregaos siempre sin
reservas a la obra del Señor, convencidos de que vuestro
esfuerzo no será vano en el Señor.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 6, 39-45
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el
hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine
su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que
tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la
mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita!
Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la
mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto
bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se
recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien,
y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el
corazón habla la boca».
Jesús Estoy Aqui
Tere Larraín - Tema
OFICIO DE LECTURA - MIÉRCOLES DE LA SEMANA III - TIEMPO DE
CUARESMA Del Propio del Tiempo. Salterio III. SEGUNDA LECTURA Del Libro
de san Teófilo de Antioquía, obispo, a Autólico (Libro 1, 2. 7: PG 6, 1026-1027. 1035)
DICHOSOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN, PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS
Si tú me dices: «Muéstrame a tu Dios», yo te responderé: «Muéstrame
primero qué tal sea tu persona», y entonces te mostraré a mi Dios.
Muéstrame primero si los ojos de tu mente ven, si los oídos de tu corazón
oyen. Del mismo modo, en efecto, que los que gozan de la visión corporal
perciben lo que sucede aquí en la tierra y examinan las cosas opuestas
entre sí -como son la luz y las tinieblas, lo blanco y lo negro, lo deforme y lo
hermoso, lo proporcionado y lo que no lo es, lo mesurado y lo
desmesurado, lo que rebasa sus límites y lo que es incompleto-, y lo mismo
podemos decir con respecto a lo que es objeto de audición -los sonidos
agudos, graves, agradables-, así también acontece con los oídos del
corazón y los ojos de la mente, con respecto a la visión de Dios.
Efectivamente, Dios se deja ver de los que son
capaces de verlo, porque tienen abiertos los ojos de la
mente. Porque todos tienen ojos, pero algunos los
tienen bañados en tinieblas y no pueden ver la luz del
sol. Y no porque los ciegos no la vean deja por eso de
brillar la luz solar, sino que ha de atribuirse esta
oscuridad a su defecto de visión. Así tú tienes los ojos
entenebrecidos por tus pecados y malas acciones.
El alma del hombre debe ser nítida como un espejo reluciente.
Cuando en un espejo hay herrumbre, no puede el hombre
contemplar en él su rostro; del mismo modo, cuando hay
pecado en el hombre, no puede éste ver a Dios. Pero, si
quieres, puedes sanar; confíate al médico y él punzará los ojos
de tu mente y de tu corazón. ¿Quién es este médico? Dios,
que por su Palabra y sabiduría creó todas las cosas, ya que,
como dice el salmo: La Palabra del Señor hizo el cielo; el
Aliento de su boca, sus ejércitos. Eminente es su sabiduría.
Con ella fundó Dios la tierra; con su inteligencia consolidó los
cielos, con su ciencia brotaron los abismos y las nubes
destilaron rocío.
Si eres capaz, oh hombre, de entender todo esto y
procuras vivir de un modo puro, santo y piadoso, podrás
ver a Dios; pero es condición previa que haya en tu
corazón la fe y el temor de Dios, para llegar a entender
estas cosas. Cuando te hayas despojado de tu condición
mortal y hayas revestido la inmortalidad, entonces
estarás en disposición de ver a Dios. Porque Dios
resucitará tu cuerpo, haciéndolo inmortal como el alma,
y entonces, hecho tú inmortal, podrás contemplar al que
es inmortal, si ahora crees en él..
BIBLIOGRAFÍA
 https://parroquialatino.diocesisdecelaya.org/2018/03/oficio-de-lectura-dichosos-los-
limpios.html
 Lectio divina 2022. orden de carmelitas descalzos. Edición digital.
 Lectio divina dominical. Cmperu.com
 HOMILIAS FRAILES DOMINICOS.
 https://www.youtube.com/watch?v=kZLT6_3_yF8 Jesús estoy aquí de Tere Larraín.

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