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La Confidencialidad

Confidencialidad es la cualidad de confidencial (que se dice o hace en confianza y con


seguridad recíproca entre dos o más individuos). Se trata de una propiedad de la información
que pretende garantizar el acceso sólo a las personas autorizadas.
Cuando se produce información confidencial (una carta, un documento, un informe, etc.), los
responsables deciden quién o quiénes tienen derecho a acceder a la misma. Los recaudos para
tomar para garantizar dicha confidencialidad dependen del contexto. Por ejemplo, una
persona que desea enviar una carta a un familiar desde el extranjero suele conformarse con
introducir la nota dentro de un sobre, confiando en que nadie más que su destinatario lo abrirá.
Siempre la confidencialidad va a ser importante en todos los ámbitos, de manera personal,
cuando sabemos guardar la confidencialidad de las cosas que nos dicen, nos volvemos
personas de confianza, ya que no vamos y le contamos todo a todo el mundo, y es algo que
hay que aprender desde pequeños, saber guardar secretos, o ser discretos con lo que nos dicen,
respetar a la otra persona y la confianza que tuvo en nosotros.

En el ámbito laboral:

La información que se maneja a lo interno de las organizaciones como parte de sus procesos,
constituye uno de sus bienes intangibles más valiosos.
De allí la importancia de conocer los mecanismos legales con los que cuentan las empresas
para su debido resguardo. Para ello, se consideran las obligaciones específicas impuestas
empleados, los cuales deben cumplirse en forma estricta, dada la delicadeza de la información
a la que estos tienen acceso.
La información debe ser confidencial en su sentido restrictivo y seguro para las empresas, es
todo secreto comercial e industrial contenido en datos, documentos, conversaciones e
información diversa que el trabajador directa o indirectamente conoce.
El Código de Trabajo establece la obligación del empleado de guardar rigurosamente la
confidencialidad sobre secretos técnicos, comerciales o de fabricación, así como de asuntos
administrativos reservados, cuya divulgación le pueda causar daños a su patrono.
Según la Sala Segunda de la Corte Suprema de justicia, el deber de secreto sobre informaciones
confidenciales deriva del acto de fidelidad del trabajador a la empresa.
Ello se basa en el principio de buena fe que debe primar en las relaciones laborales, y su falta
de cumplimiento es tan grave, que consiste en una de las causas que motiva a la terminación
del contrato laboral sin responsabilidad patronal.
Por otro lado, a raíz de la promulgación de la Ley de información no divulgada y su actual
reglamento, el deber de confidencialidad del trabajador sobre la información adquirida durante
una relación laboral, también se extiende hasta luego de finalizar el contrato por cualquier
motivo y de forma indefinida.
A pesar de la creencia de muchos, no implica una remuneración o carga adicional para la
empresa al momento de salida del trabajador.
Es decir, el deber de resguardo de la información confidencial por parte de los trabajadores
resulta un asunto de tal delicadeza que aún y cuando existen normas, criterios judiciales y
administrativos que apoyan y fundamentan una eventual sanción por incumplimiento, es de
suma importancia que las empresas diseñen un esquema seguro y efectivo para la protección
de sus secretos.
Así, se evita la divulgación de aquellos datos privados que puede conllevar perjuicios
inestimables para las empresas.

¿Qué consecuencias se puede generar por incumplir un


acuerdo de confidencialidad?
Dentro de una esfera contractual lo que se generaría serían las consecuencias derivadas ya sea
del incumplimiento de las obligaciones o las que las partes determinen en el documento.
Por lo tanto, si con ello se causa algún perjuicio la parte que incumpla su obligación deberá
indemnizar a la otra parte, y si se consagran sanciones expresas en el acuerdo se hará acreedor
de estas, por esto la determinación de una cláusula penal puede llegar a ser fundamental en
este tipo de acuerdos.

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