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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES

CURSO: DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO II

TEMA: CONFLICTO ISRAELI ARABE

RONY BALDEMAR VELASQUEZ PABLO

CARNET: 201121363
SECCION “D”
CONFLICTO ISRAELÍ – ÁRABE

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA NACIÓN ISRAELITA

Como lo indica Hernández M. (2009) la historia del pueblo de Israel inicia a


partir de su asentamiento en el territorio de Palestina, aunque no fue sencillo,
puesto que debido a ello se prolongó uno de los conflictos más fuertes del siglo XX
que hasta la fecha no se ha resuelto. “… El nombre de Israel aparece por primera
vez recogido en una estela de un faraón egipcio del siglo XIII antes de Cristo.”
(Hernández M. 2009 pág. 93)

Hernández M. (2009) expone que, aunque se describen diversos inicios de


Israel, el más acertado es el asentamiento pacífico de las tribus de pastores
nómadas de la estepa en la época de transición de 1600-1550 antes de Cristo, se
reconoce que durante esta época se vivía con abundantes lluvias, fenómeno
natural que obligó a que los asentamientos humanos se desplazaran a la zona de
grandes valles donde la tierra era fértil para cultivar. Gracias a las grandes
investigaciones; se conoce también que entre 1250 y 1050 a. C. la sequía
continuaba y por ello la población seguía desplazándose hacia la zona del
Mediterráneo para un mejor asentamiento.

Según la investigación realizada por el Consulado General de Israel en


Houston Texas EEUU, Israel proclamó su independencia el 14 de mayo de 1948,
sin embargo, fue invadido en menos de 24 horas por los Ejércitos reglares de
Egipto y Jordania, Siria, Líbano e Irak. Forzándolos así a defender la soberanía
recién adquirida. Los investigadores indican que, las recién formadas y mal
equipadas Fuerzas de Defensa de Israel rechazaron a los invasores en combates,
sin embargo, estos combates se prolongaron por unos 15 meses, cobrando más
de 6,000 vidas israelitas. Durante los primeros meses de 1949, se mantuvo
negociaciones directas bajo los vacíos de la ONU entre Israel y los países
invasores; a excepción de Irak que se negó rotundamente a negociar, hasta la
fecha, sin embargo, existieron acuerdos de armisticio.

A pesar de las guerras, “La planicie costera, la Galilea y todo el Négev,


quedaron bajo la soberanía de Israel”. Consulado General de Israel en Houston,
párrafo 4.

En cuanto a las investigaciones avanzadas; Hernández M. (2009) comenta


que, según la humanidad se acercaba al año 1000 a. C. los cambios climáticos
comenzaron a suceder y las regiones que habían sido abandonadas se ocuparon
de nuevo. Durante la etapa del emperador griego Alejandro Magno, muchos
aspectos de la vida de los israelitas quedaron impregnados de elementos de la
civilización, el arte, la técnica de la lengua o la filosofía griega.

Debido a la dispersión y aislamiento que sufrieron los judíos, Israel fue


considerada un pueblo que caminaba sin fronteras claras y vivía en inseguridad,
aunque a pesar de esto, siempre habían buscado la posibilidad de adueñarse de
más territorio movilizándose más y salir de la zona que ocupan desde el siglo I.
Esta actitud de provisionalidad e inseguridad, de dormir con las maletas hechas en
todo momento, les llevó a trasladar su cultura de origen a todos aquellos lugares
que han ido ocupando a lo largo de la historia. Durante los largos años del
desplazamiento de las diferentes comunidades de judíos se fueron instalando en
distintos lugares del continente europeo y africano, lo que dificultaba
considerablemente la convivencia con las sociedades que les acogían. Esto
provocó ciertos problemas que llevó a que en algunas naciones fueron expulsados
de su territorio como ocurrió en España en 1492 debido a sus costumbres e
ideología de someter a los residentes a las mismas.
Desde finales del siglo XVIII, la integración cultural y política de Israel,
constituyó su gran esperanza para lograr la normalización de sus relaciones con
los no judíos en el seno de las sociedades europeas. Así según avanzaba el siglo
XIX cada vez los judíos iban consiguiendo con esto acceder a estudios superiores
e incluso muchos de ellos lograron estatutos legales de libertad de residencia. A
finales del siglo empezó a surgir una serie de corrientes antisemitas que alteraron
de manera abrupta este panorama integrador. Pero a diferencia del anti judaísmo
tradicional, con un fondo más religioso, el nuevo anti judaísmo se planteaba de
manera más radical y agresiva presentando una faceta marcada ideológicamente
y explícitamente política para con los demás. Las costumbres se planteaban
entonces como una forma de ser anti libera listas, y por lo tanto dificultaba
tremendamente la integración de las comunidades judías dentro de las sociedades
europeas.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y POLÍTICA DEL TERRITORIO OCUPADO POR


ISRAEL

El abogado y escritor palestino Shehadeh R. (2018) expone que, desde


junio de 1967 las políticas israelíes han actuado de forma ilegal en contra del
pueblo palestino debido a la apropiación de sus tierras, infringiendo sufrimiento,
burla y humillación al despojarlos de sus derechos fundamentales.

Debido a estas crueles políticas de confiscación de tierras, el régimen


militar de Israel ha alterado la vida de los palestinos durante mucho tiempo, estas
personas llegan a experimentar algún tipo de vejamen de camino al trabajo, de
camino a pagar los servicios públicos, de camino a la escuela. Sin embargo,
aunque sean políticas existentes en el país de Israel, existen diversas personas
que han abogado por el pueblo palestino sin tener éxito, puesto que se les ha de
considerar traidores de la patria por parte de altos cargos públicos.
A lo largo de los últimos 50 años, Israel con sus políticas de apoderamiento
de tierras ha demolido decenas de propiedades palestinas y ha forzado el
desplazamiento de miles de ciudadanos palestinos, además, ha desviado recursos
naturales de estos mismos lugares como el agua y tierras de cultivo para su propio
aprovechamiento en las sedes establecidas a infraestructura para asentamientos
ilegales.

Según una investigación realizada por la Corte Internacional de justicia se


demuestra que “aunque se sabe que Israel retiró sus tropas de la Franja de Gaza
en 2005, mantiene todavía una zona de acceso restringido en donde ha tenido
retenidos a más de dos millones de palestinos.”

Se comprende entonces que, la creación de un Estado propio satisfacía el


primer, y principal, objetivo de la corriente mayoritaria del sionismo, una vez
conseguido el Estado, desaparecía la razón por la que los sionistas habían
aceptado la resolución 181, su mapa de partición y su reparto demográfico, y la
realidad sobre el terreno permitía luchar por los objetivos que no habían podido
hacerse explícitos durante el debate sobre el reparto de Palestina. Como hemos
visto, el proceso de limpieza étnica y de homogeneización de la población del
nuevo Estado ya se había iniciado a finales de 1947 con los enfrentamientos entre
las dos comunidades y se profundizaría durante la guerra que estalló el 15 de
mayo. Los objetivos territoriales también iban más allá del mapa de la partición,
por lo que, a sugerencia de Ben Gurion, las fronteras del nuevo Estado no se
definieron en ningún momento.

El Estado de Israel recibió el inmediato reconocimiento de facto de Estados


Unidos y de la Unión Soviética, que fue el primer país en reconocer el nuevo
Estado de iure. El reconocimiento de las dos superpotencias supuso un apoyo
fundamental al joven Estado ante la reacción árabe. El 15 de mayo los ejércitos
árabes entraron en Palestina, internacionalizándose la guerra. Sin embargo, desde
el inicio, y hasta el fin de las hostilidades, se puso de manifiesto la clara
superioridad militar israelí. Esta supremacía, tanto a nivel militar como diplomático,
permitió al gobierno israelí, dirigido por Ben Gurion como primer ministro y ministro
de Defensa, ahondar en los objetivos tanto territoriales como demográficos del
sionismo.

La investigación por parte de la Corte Internacional de Justicia también


demanda que, la consolidación del Estado israelí, tanto a nivel territorial como
demográfico con nuevas oleadas de inmigración judía, exigía que la propiedad del
suelo pasara a manos judías. La compra se había revelado claramente
insuficiente, así que la única forma de adquirir la tierra necesaria parecía ser la
expropiación, y sólo de un modo sería posible: por la fuerza. Ya en febrero de
1947, cuando en una reunión del Mapai se trató el problema de la propiedad de la
tierra, sin embargo, para asegurar el cambio de propiedad de la tierra, no era
suficiente con la conquista militar, también era imprescindible la expulsión de la
población que la cultivaba y vivía de ella

Se afirma también que, en el frente oriental, Ben Gurion estuvo dudando en


el otoño de 1948 ante la oportunidad de invadir Cisjordania. La debilidad de los
árabes era evidente; sin embargo, las presiones internacionales para terminar la
guerra, la oferta de negociaciones de paz por parte del rey Abdallah y el temor de
algunos de los miembros del gobierno a las consecuencias de la
invasión impidieron la ocupación de toda Palestina.

ANTECEDENTES DEL PUEBLO ÁRABE


“El mundo árabe, actualmente cuenta con más de una veintena de Estados.
Adicionalmente, es la quinta parte de la población mundial que pertenece a la
civilización islámica” Rodríguez Azpuru E. (2012) párrafo 1.

“El pueblo árabe parece provenir de las tierras de lo que se conoce ahora
como la península arábiga, ubicada al extremo del Medio Oriente. Son árabes las
personas que tienen como lengua materna” (Johnson E. 2015 pág. 44)

El autor de Una aproximación al estudio sobre los orígenes del pueblo


árabe, expone que no importa la religión ni origen étnico, la única condición ara
ser árabe es tener como lengua materna el árabe. Aunque indica también Johnson
E. que, los primeros árabes son descendientes de Noé, provenientes del actual
reino de Jashemita de Jordania, aunque otros conocidos como árabes provienen
de los territorios actualmente conocidos como Irak, Mesopotamia, Egipto y Sudán.

En pleno corazón de Europa, desde París hasta Poznan y desde


Copenhague hasta Budapest, tuvo lugar una serie de levantamientos
descoordinados. En su mayoría fueron reprimidos, o en el caso de Francia,
corrompidos cuando el presidente de la nueva república se autoproclamó a
continuación emperador. Pero las revoluciones minaron la legitimidad de las
autocracias hereditarias del continente. Durante las décadas siguientes, los
gobernantes fueron aceptando cada vez más que necesitaban gobernar a través
del consenso, y que incluso era mejor para ellos ceder ante las demandas
populares que entrar en un ciclo de interminable e improductiva represión.

McHugo argumenta (citado por Colomer P. 2015) en su libro Una breve


historia de los árabes que, realiza un recorrido centrado en Egipto y las tierras del
Creciente Fértil, por su significado y peso en la historia de los árabes, que, aunque
comienza en el siglo VII, adquiere mayor relevancia al adentrarse en el siglo XX,
momento clave en la creación de las fronteras actuales. La aparición del
baazismo, Nasser y los nacionalistas de entreguerras, los autócratas militares, la
creación del wahabismo y los Hermanos Musulmanes, y la conversión del
terrorismo árabe en terrorismo islámico, hasta las primaveras árabes, que el autor
asemeja a las revoluciones de 1848 en Europa, la llamada “la primavera de los
pueblos”.

Como se expone también en el blog de “El Mundo Árabe” se pueden


distinguir dos grandes períodos de la historia de los árabes: la Historia
Preislámica: Esta etapa estuvo formada por los pueblos semitas que emigraron de
la Península Arábiga, caracterizados por tener un idioma en común. Así,
los babilonios, caldeos, asirios, egipcios, arameos, fenicios, nabateos,
sabaneases, himaritas fueron la base de la cultura árabe. De estos pueblos que
actualmente conforman el mundo árabe, sobre todo
de Egipto, los griegos adquirieron muchos de sus conocimientos.

Por otra parte se encuentra la historia Islámica, durante este período


aparece el islamismo, los pueblos de origen semita se unen en torno a las
prédicas de Muhammad, constituyendo una civilización árabe musulmana. Con la
muerte del profeta Muhammad, empieza la expansión del islamismo y una serie de
disputas por el poder político-religioso.

Como lo expresa Gibb, H. (1963), el éxito de la expansión islámica se debió


a la rapidez de las conquistas, y aunque los musulmanes lograron asimilar los
conocimientos científicos, técnicos y culturales de los pueblos conquistados.
Debido a esto, el islam abarca extensiones enormes en Asia y África, inclusive en
lugares a los cuales nunca llegaron los ejércitos musulmanes.
López L. (1989) argumenta que la cultura árabe de la que las personas
hablan en la actualidad tiene muchos elementos comunes con la que encontramos
en sus orígenes históricos. Muchos, porque hay elementos que han perdurado
desde tiempos remotos y que se han conservado en esta cultura; pero también
hay que tener en cuenta cambios importantes que se han producido, entre otras
causas porque antiguamente el concepto de `árabe' no designaba a una nación o
religión, sino que era más amplio que lo que hoy conocemos. Por otra parte, es
importante señalar que la revelación del islam a través del profeta Muhammad no
sólo cohesionó pueblos, sino que trajo consigo una nueva cultura que iba a
dominar en gran parte del mundo por muchos años, cultura que, a pesar de haber
sido víctima de constantes contradicciones, muestra hasta el día de hoy rasgos de
sus antiguas tradiciones.

López L. (1989) afirma también que, los árabes constituyen el sustrato de la


población de toda un área geográfica que va desde el océano Atlántico hasta los
montes Magros incluyendo el norte de África, el valle del Nilo, el Levante,
Mesopotamia y la península de Arabia. Toda esta zona tiene como principal
característica la presencia del desierto, lo que determinará una forma de vida y un
modo de producción que se va a definir por el pastoreo nómada. El centro de esta
zona es la península Arábiga, lugar de origen del pueblo árabe, y va a ser ahí
donde se asentarán los primeros pueblos sedentarios. Son importantes las
muchas migraciones hacia las zonas fértiles, que hacen de esta zona la cuna de
una población que recibía influjos de muchos grupos. “Etimológicamente, la
palabra árabe denota la acción de trasladarse en forma continua, su antónimo
es misr que va a darle nombre al sector de la población que se ha vuelto
sedentario…” López L. (1989) p11.

NACIONES DEL PUEBLO ÁRABE


La Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los refugiados
expresa que, los países árabes son aquellos en los que el pueblo árabe y
la lengua árabe son mayoritarios. Su nombre tiene como origen la península de
Arabia donde nació la lengua que fue más adelante expandiéndose por otras
áreas geográficas. Hoy en día, los países árabes están situados en el norte
de África, Oriente Medio y Cuerno de África.

Árabe se refiere a una cultura que tiene en común a sus ancestros,


tradiciones y, principalmente, un idioma. Nada tiene que ver con la religión, ya que
muchos árabes son cristianos. Musulmán es el practicante de la religión islámica,
que no procede necesariamente del pueblo árabe. Es el caso de países
del Sudeste Asiático, como Malasia o Brunei, o de África subsahariana, como
Nigeria, Camerún, Chad, Malí, Uganda… De hecho, el 80% de los musulmanes no
son de lengua árabe.

La Agencia de la ONU para los Refugiados también fundamenta que, la


Liga Árabe, fundada en 1945 por países árabes del Magreb y Oriente Medio,
busca mejorar las condiciones de los países que lo componen: 21 a día de hoy.
Cuatro de éstos países árabes están entre las mayores emergencias humanitarias
actuales. Se dividen a su vez en las regiones de Cuerno de África, Magreb,
Oriente Medio y África oriental.

Se llama mundo o países árabes al conjunto de países en los que los


habitantes del pueblo árabe o la lengua árabe son mayoría. El mundo árabe está
formado por los países occidentales del Medio Oriente, específicamente a los de
la península arábiga y a las naciones del Magreb y el Cuerno de África. O sea, los
miembros de la Liga Árabe. Por extensión se designa con este nombre asimismo a
la comunidad mundial de personas que forman los que tienen el árabe en sus
múltiples variantes como lengua materna.

Según diversos autores concuerdan que los árabes originales habitaban la


península de Arabia y algunas regiones circundantes. Los conquistadores
musulmanes extendieron fundamentalmente su religión, el islam, y la lengua oficial
del Estado islámico, el árabe. La implantación de ambas en las zonas
conquistadas fue variable a las poblaciones. Así, hubo poblaciones que adoptaron
ambas cosas, como son la mayoría de las que actualmente componen el mundo
árabe, de religión predominantemente musulmana. Hubo, sin embargo, quienes
adoptaron la lengua árabe pero no el islam, como es el caso de las numerosas
minorías cristianas que hasta hoy existen en varios países árabes.

Para López L. (1989) comenta que, hubo asimismo otros que adoptaron
el islam, pero no la lengua árabe: es el caso de las minorías no árabes en estos
países o bien se trata de regiones tempranamente conquistadas y que
mantuvieron sus lenguas originales, como sucede
con Irán, Turquía, Pakistán y España. El concepto de árabe, por tanto, aunque
esté estrechamente ligado al islam por razones históricas y culturales, es
exclusivamente lingüístico y no debe confundirse con el de "musulmán", que es la
comunidad de personas cuyo credo religioso es el islam. De hecho, el 80% de los
musulmanes no es de lengua árabe, y por otra parte muchos árabes son
cristianos.

El panarabismo o nacionalismo árabe es la ideología que pretende


establecer la unión de todos los países árabes en una sola entidad política. A él se
debe el concepto de nación árabe.
 
Según esta investigación se encontraron diversas fuentes acerca de su
geografía; el mundo árabe se extiende a lo largo de casi 7.840 kilómetros de
distancia, desde La Güera en el Sahara Occidental hasta la punta más oriental
de Omán, cerca de la ciudad de Sur. Abarca el África del Norte y la parte
de Asia sudoccidental llamada Oriente Medio. En Libia se encuentra la frontera
que tradicionalmente divide al mundo árabe en dos: el Magreb o Poniente y
el Máshreq o Levante. En la actualidad, Libia se encuadra políticamente dentro del
primero, y es Estado miembro de la Unión del Magreb Árabe (UMA). Su superficie
total es de la magnitud de la totalidad de países de habla hispana del Hemisferio
Occidental (12,9 millones de km²), más grande que Europa (10,4 millones de
km²), Canadá (10 millones de km²), China (9,6 millones de km²), Estados
Unidos (9,6 millones de km²) o Brasil (8,7 millones de km²) pero con un gran
porcentaje de territorio deshabitado y desértico. Sólo Rusia con 17 millones de km²
(el país más grande del mundo) y la América del Norte anglófona (Estados Unidos
y Canadá en conjunto, con 18 millones de km²) son unidades geo culturales
todavía mayores. El término árabe a menudo connota el Oriente Medio, pero la
mayor región y más poblada del mundo árabe es el norte de África. El país más
grande de África y del mundo árabe es Argelia (2,381 millones de km²). El país
más grande en la región árabe del Oriente Medio es Arabia Saudita (2,149
millones de km²).

En el otro extremo, el país árabe continental más pequeño del norte de


África y Oriente Medio es Líbano (10.452 km²), aunque el país árabe más pequeño
es la isla de Bahréin siendo su superficie de 665 km². Los tipos de relieves que se
localizan en los países árabes son: Los desiertos de Nafud, de Dahna y de Al-Rub
Al-Jali en la península arábiga y el desierto del Sáhara en la región norte de África.
En el Sáhara se localizan los macizos de Ahaggar y de Aïr, y en la región noroeste
las altiplanicies del Gran Atlas. La cordillera que se extiende paralela al mar Rojo
en la península arábiga. El valle del río Nilo en el noreste de África, y el valle de
los ríos Éufrates y Tigris en la región mesopotámica.
“En la actualidad, se consideran parte integrante del mundo árabe los
siguientes estados miembros de la Liga Árabe:” (Academia Morah Najam)

Arabia Saudita, Capital: Riad


Argelia, Capital: Argel
 Bahréin, Capital Manama 
Catar en árabe, Qaṭar, Capital, Doha
Comoras en árabe,  Juzur al-Qamar, Capital: Moroni
Egipto en árabe, Miṣr, Capital, El Cairo
Emiratos Árabes Unidos, Capital: Abu Dabi 
Irak, Capital: Bagdad 
Jordania, Capital: Amán
Kuwait, Capital: Kuwait 
Líbano en árabe Lubnān, Capital: Beirut
Libia, Capital: Tripoli 
Marruecos en árabe al-Maġrib, Capital: Rabat
Mauritania, Capital: Naukchot 
Omán, Capital: Mascate 
Palestina en árabe Falastyn, Capital: Muqataa, Ramala
Siria, Capital: Damasco
Somalia, Capital: Mogadiscio
Sudán, Capital: Jartum 
Túnez, Capital: Túnez 
Yemen en árabe al-Yaman, Capital: Saná
Yibuti en árabe Djībūtī, Capital: Yibuti
 
El Sahara Occidental, administrado por Marruecos, también forma parte del
mundo árabe. Aunque no es reconocido por la Liga Árabe ni por la ONU. La
autoridad Nacional Palestina es miembro de la Liga Árabe, pero no está
reconocida por Israel o por Estados Unidos. Existen minorías de lengua árabe en
países circundantes como Chad, Turquía, Irán, Israel y otros. Los arabeparlantes
suman unos 200 millones de personas. El clima predominante es el seco
desértico. La temperatura de los meses de verano alcanza en muchos lugares
hasta los 49º C y sus precipitaciones son muy bajas, un promedio inferior a 100
mm anuales. Otra característica de este tipo de clima es que presenta altas
temperaturas durante el día e intenso frío durante la noche. En las regiones
costeras de los países árabes predomina el clima mediterráneo.
Los ríos permanentes son muy escasos. Los más importantes son los siguientes:
El Nilo (el segundo más largo del mundo, con 6.671 km de longitud) en la región
noreste de África. El Tigris y el Éufrates en la región mesopotámica en el
continente asiático.

El folclore típico de esta zona es el Dabke, el cual está relacionado con la


guerra, el triunfo, las bombas. Su nombre significa en árabe “golpear los pies”.
Sobre sus orígenes existen dos explicaciones. La primera es que el dabke es una
danza que pudo haber usada para descascarar el trigo pisándolo, aunque la teoría
más aceptada es que se utilizaba para aplanar la masa de tierra, paja y madera de
la que estaban hechos los techos de las casas tradicionales del Levante. Así que
para hablar de Dabke es necesario empezar por Líbano, un país de Oriente Medio
en el que la primera evidencia de civilización se presentó hace más de 7,000 años.
Entre 1550 y 539 antes de Cristo, la región que actualmente se conoce como
Líbano fue el hogar de los fenicios, una cultura marítima que en el año 64 antes de
Cristo pasó a ser gobernada por el Imperio Romano.

Más adelante, Líbano fue gobernado el imperio otomano y por Francia, una
potencia de la que se independizó en 1943. Pasemos ahora a Palestina, en donde
el dabkeh tiene una especial importancia dada la falta de soberanía de esta nación
sobre sus tierras a consecuencia de la ideología sionista de los gobernantes de su
vecino y opresor: Israel. La cultura folclórica ayuda entonces al heroico pueblo de
Palestina a reafirmar su identidad cultural. Los antiguos nubios vivían en una
región del noreste de África que se encuentra al sur del actual Egipto y al norte del
actual Sudán. Nubia limitaba al oeste con el Nilo y el desierto del Sahara, y al este
con el mar Rojo, una zona que en la actualidad es el desierto nubio.

El reino de los nubios, de tez negra, fue invadido en torno a 1920 a.C.,
cuando el rey Senuseret de Egipto envió a sus ejércitos Nilo arriba. Los egipcios
llamaban Kush a esta región y para ellos era una importante fuente de valiosos
metales y minerales, en especial oro. Durante cientos de años hubo incursiones
recíprocas entre los dos reinos, y los kushitas se las ingeniaron para capturar
algunos tesoros egipcios, que llevaron de vuelta a su capital, Kerma, cerca de la
tercera catarata del Nilo, en el actual Sudán.

Cabe destacar también que según lo expresan diversos autores: no todos


los musulmanes son árabes, sólo 18% de la población musulmana mundial es de
origen árabe.

EL ORÍGEN DE LA PALABRA PALESTINA

“Palestina es el nombre que los griegos dieron a la tierra de los filisteos. No


es un país, pues no está admitido en las Naciones Unidas como tal. Solo disfruta
del estatuto de territorio y de observador en la ONU” (Salas C. 2014 párrafo 1.)

Palestina, desde un punto de vista geográfico e histórico, es el nombre que


recibe el territorio comprendido aproximadamente entre el mar Mediterráneo y el
valle del río Jordán (de oeste a este), y entre el río Litani y el Néguev, sin incluir
el Sinaí (de norte a sur). Límites históricos de la región de Palestina: en
verde, Siria Palestina (dividida después en Palestina Prima, Palestina
Secunda y Palestina Salutaris); en rojo, el Mandato británico de Palestina; en azul,
la Línea Verde. La región fue nombrada así en el año 135 d.C. por el emperador
romano Adriano tras sofocar la revuelta de Bar Kojba, para lo cual aunó la
provincia de Judea con la Galilea y la renombró como Siria Palestina. Desde
entonces, y hasta la creación del Estado de Israel y el establecimiento de
la Autoridad Nacional Palestina en el siglo XX, la región fue casi siempre parte de
algún reino o imperio mayor, y solo excepcionalmente constituyó por sí misma una
unidad política independiente, como el Reino de Jerusalén durante las Cruzadas.
En Palestina se distinguen tres regiones geomorfológicas, de Oeste a Este: la
llanura litoral mediterránea, la cordillera central y el valle del Jordán,
la depresión más profunda de la Tierra. A estas tres regiones, hay que sumar la
del desierto del Néguev, constituido por una planicie y montañas de naturaleza
calcárea, situado al sur de la zona. Las regiones áridas ocupan más de la mitad
del territorio. Aun siendo desierto buena parte del territorio, en los valles abundan
los lirios, y también los árboles como pinos, eucaliptos, olivos y acacias.
Las retamas crecen esporádicamente en el desierto del Neguev.

La región de Palestina está situada entre los desiertos de África y Asia de


una parte, y el mar Mediterráneo, cálido y húmedo, de la otra, lo que produce una
encrucijada de influencias climáticas que han permitido distinguir hasta cuarenta
tipos distintos de clima en tan reducida superficie. El régimen térmico varía
notablemente con la altitud y la continentalidad, especialmente en invierno: de
oeste a este se va pasando de un clima típico mediterráneo a uno continental. Las
regiones montañosas suelen ser ventosas y muy frías, a veces con nevadas; el
pico del monte Hermón está cubierto de nieve la mayor parte del año. Las zonas
costeras tienen un típico clima mediterráneo con inviernos templados y húmedos y
veranos muy calurosos y secos. En el extremo sur, en el golfo de Eilat, el clima es
desértico. En general se aprecia una estación seca entre abril y octubre y una
lluviosa desde octubre-noviembre hasta abril; de mayo a septiembre, son raras las
precipitaciones en Palestina; el mayor porcentaje de lluvias se alcanza entre
mediados de enero y principios de marzo. La pluviosidad se incrementa de sur a
norte y de este a oeste.

La región recibió el nombre de Palestina durante la dominación sobre


los asmoneos por parte del Imperio romano; concretamente, en 135 d.C., el
emperador Adriano aunó la provincia de Judea con la Galilea para crear una
nueva provincia denominada Siria Palestina. Esta medida fue parte de la represión
romana de la revuelta de Bar Kojba, tras la cual la tradición habla de la expulsión
de los judíos de Palestina; el nuevo nombre de la provincia tuvo como fin
completar la disociación del pueblo judío con Judea. El término Palestina tiene su
origen en el pueblo filisteo, que se asentó en la zona en el siglo XII a.C.,

La región se caracterizó por la diversidad étnica y por ser un lugar de paso


entre África y Asia. Durante la mayor parte del tiempo la región perteneció a los
distintos imperios que dominaban la zona, como el egipcio, asirio y persa. El reino
hebreo de David y Salomón se dividió en los reinos de Israel al norte y Judá al sur.
El primero fue destruido por el imperio de Asiria en 721 a. C. y el segundo
por Nabucodonosor en 587 a. C., quien estableció la dominación de Babilonia en
toda la región y deportó a parte de sus habitantes. Babilonia, fue conquistada por
el Imperio persa en 539 a. C. El rey Ciro II el Grande y sus sucesores permitieron
el retorno de los deportados y permitieron autonomía a sus habitantes hebreos;
entre los que volvieron y los que estaban se produjeron roces, estableciéndose las
autoridades de los samaritanos en Siquem (hoy Nablús) y las
autoridades judías en Jerusalén. Alejandro Magno conquistó la región
en 331 a. C. 

Durante el llamado período helenístico esta región estuvo bajo el dominio


de sus sucesores, primero de los lágidas de Egipto hasta el 197 a. C., y luego de
los seléucidas hasta el 142 a. C. Los judíos se rebelaron en repetidas ocasiones,
principalmente por motivos religiosos, encabezados por los macabeos o
hasmoneos, y en algunos momentos consiguieron gobernar parte del país hasta
el 63 a. C. En esa fecha Pompeyo ocupó Judea, conquistando Jerusalén al
aprovechar las disputas entre saduceos y fariseos, y estableciendo la
dominación romana, primero bajo reyes "autónomos" (Herodes el Grande), y luego
bajo la forma de provincia romana. La derrota de las rebeliones judías en los
años 70 y 135 causaron grandes deportaciones de judíos, que dieron inicio a
la Diáspora.[cita requerida] Asimismo, tras la segunda de estas guerras
(la rebelión de Bar Kojba), Adriano eliminó la provincia romana de Judea,
fusionándola con la provincia romana de Siria para constituir la Provincia Palestina

RELACIÓN DE LAS DOS GUERRAS MUNDIALES CON EL MODERNO


ESTADO ISRAELÍ

Como expresa Izquierdo, F. (2003) el enfrentamiento ya latente entre las


dos comunidades, árabe y judía, estalló con toda su virulencia con la aprobación
de la resolución 181 en las Naciones Unidas y el consiguiente rechazo de los
árabes. El movimiento de protesta y disturbios de los árabes contra la partición se
extendió rápidamente por Palestina. Al mismo tiempo, los británicos se retiraron de
algunas zonas, con lo que estalló el enfrentamiento entre árabes palestinos y
sionistas por controlarlas. La mayor capacidad militar judía, tanto en número de
hombres como en organización y en armamento, pronto dio la superioridad al
naciente ejército sionista y a sus fuerzas militares paralelas. Entre diciembre de
1947 y mayo de 1948, la víspera de la proclamación del Estado de Israel y de la
entrada en el conflicto bélico de los Estados árabes, los sionistas ya habían
conquistado prácticamente todo el territorio destinado al Estado judío, excepto el
Negev, además de las ciudades árabes de Saffad, Jaffa y Tiberiades y controlaban
algunas áreas, como el corredor de Jerusalén, más allá del mapa de la partición.
La guerra se presentó entonces para los socialsionistas como la
oportunidad histórica para forzar otra realidad más allá de la resolución 181. Para
Ben Gurion y el Mapai, era el momento de ampliar las fronteras y cambiar la
estructura demográfica del territorio conquistado. La posición del Mapai siempre
fue de pragmatismo en lo que se refería a la cuestión árabe. A pesar de que
defendía el derecho del pueblo judío a toda la “Tierra de Israel”, aceptó la partición
y la creación de un Estado judío en sólo una parte. De la misma forma, cuando la
oportunidad permitió ampliar el territorio y expulsar a los árabes se aprovechó,
adecuándose así a los objetivos del sionismo.

La expulsión de los árabes palestinos, la creación del problema de los


refugiados palestinos ha generado mucha literatura, y no poca propaganda, por
una y otra parte. La posición de la vieja historiografía israelí y la oficial en Tel Aviv
ha sido, hasta la actualidad, la de no aceptar la responsabilidad del
desplazamiento de población árabe ocurrido durante la guerra. Las esperanzas de
gozar de otra década de relativa tranquilidad se borraron con la escalada de las
incursiones de terroristas árabes a través de las fronteras de Egipto y Jordania, los
persistentes bombardeos de la artillería siria contra asentamientos agrícolas en el
norte de Galilea, y el masivo equipamiento militar de los países árabes vecinos.

Cuando Egipto nuevamente trasladó grandes fuerzas militares al desierto


Sinaí, ordenó a las fuerzas de paz de la ONU retirarse de la zona, reimpuso el
bloqueo del estrecho de Tirán y estableció una alianza militar con Jordania, Israel
se encontró ante ejércitos árabes hostiles en todos los frentes. Dado que los
países árabes vecinos se preparaban a destruirlo, Israel invocó su derecho
inherente de defensa propia, lanzando un ataque preventivo contra Egipto en el
sur, seguido por un contra ataque a Jordania en el este y la expulsión de las
fuerzas sirias atrincheradas en las Alturas del Golán en el norte. Al término de seis
días de contienda, las líneas de cese los fuegos anteriores fueron reemplazadas
por otras nuevas, quedando bajo control israelí Judea Samaria, Gaza, la península
del Sinaí y las Alturas del Golán. Los poblados del norte del se libraron de la
pesadilla de 19 años de constante bombardeo sirio; se aseguró el paso de
embarcaciones israelíes por el Canal de Suez y los Estrechos de Tirán y
Jerusalén, que había quedado dividida entre Israel y Jordania desde 1949, fue
reunificada bajo autoridad israelí.

Después de la guerra, el desafío diplomático de Israel fue cómo traducir sus


ganancias militares en una paz permanente, basada en la resolución 242 del
Consejo de Seguridad que llamaba, entre otras cosas, al reconocimiento de la
soberanía, integridad territorial e independencia política de cada uno de los
estados del área y a su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y
reconocidas, libre de amenazas o actos de fuerza.

La posición árabe, sin embargo, tal como fue formulada en la conferencia


cumbre de Jartum (agosto de 1967) fue: no paz con Israel, no negociaciones con
Israel y no reconocimiento de Israel. En septiembre de 1968, Egipto inició una
"guerra de desgaste", con acciones estáticas esporádicas a lo largo de las
márgenes del Canal de Suez, que gradualmente aumentó hasta llegar a ser una
guerra total limitada, con graves pérdidas para ambas partes. Las hostilidades
concluyeron en el verano de 1970, cuando Egipto e Israel aceptaron restablecer el
cese de fuego a lo largo del Canal de Suez

Tres años de relativa calma en las fronteras concluyeron súbitamente,


cuando Egipto y Siria lanzaron por sorpresa un ataque coordinado contra Israel el
6 de octubre de 1973, el día de Yom Kipur, la fiesta más sagrada del año judío. El
ejército egipcio cruzó el Canal de Suez, y las tropas sirias invadieron las Alturas
del Golán. Durante las siguientes tres semanas, las Fuerzas de Defensa de Israel
lograron repeler a los atacantes y, pasando a la ofensiva, cruzaron el Canal de
Suez hacia territorio egipcio y avanzaron hasta 32 km. de la capital siria,
Damasco. Dos años de difíciles negociaciones entre Israel y Egipto y entre Israel y
Siria, llevaron a acuerdos de separación de fuerzas, según los cuales Israel se
retiró de partes de los territorios capturados durante la guerra.

La posición oficial israelí, y de la historiografía que la defiende, siempre ha


sido que el desplazamiento de población árabe palestina se produjo respondiendo
a la llamada de los gobiernos y del liderazgo árabes. Actualmente ya no se puede
discutir que el movimiento de refugiados palestinos fue consecuencia de la
conquista sionista, lo que sí es todavía motivo de controversia es si la expulsión
respondía a un plan prefijado o si se fue dando sobre la marcha de la campaña
militar.
EL MOVIMIENTO SIONISTA

Marín, A. (2021) plantea que, este movimiento es netamente político; con el


fin de defender al pueblo judío haciéndole saber al mismo que debe poseer un
Estado propio, expone también que, el núcleo urbano de este mismo será
Jerusalén.

Como lo afirma el autor, el pueblo judío ha sido muy maltratado durante


mucho tiempo, ha sido expulsado de muchos territorios, a la vez que es juzgado y
perseguido por su ideología. El sionismo ha sido el movimiento o ideología
encargada de la defensa de que esto se hiciera posible. De que el pueblo judío
pasara de estar perseguido y marginado a lo largo de la historia en numerosos
territorios, a tener un espacio territorial propio. Un espacio en el que desarrollase
su vida de forma independiente y al margen de inferencias externas.

“El término proviene de sion, cuyo significado bíblico es el de Jerusalén,


aunque al principio se refería a la fortaleza de los jebuseos. Con el tiempo su
significado se ha delimitado a Jerusalén, como la tierra prometida de los judíos.”
(Marín, A. 2021) Por lo tanto, el sionismo es la ideología o doctrina que promueve
esta idea.

Cuenta además con un origen, desde siglos antes de Cristo, los judíos han
sido sometidos a exilio de Israel, su tierra natal innumerables veces, a pesar de
ello; el sionismo surgió hasta finales del siglo XIX ya que todos los judíos habían
adoptado una forma de vivir, una cultura y tradiciones. En un primer momento, la
justificación del movimiento era política. Es decir, que los judíos constituían un
grupo político, basado en que compartían una serie de rasgos comunes. Con el
tiempo, también ha ido cogiendo peso la idea de grupo religioso, como seguidores
del judaísmo. En resumen, las justificaciones de los defensores del movimiento
sionista para constituirse en un Estado propio e independiente han sido bastantes
y de diferente naturaleza.

La creación del Estado Judío tras el holocausto nazi y al término de


la Segunda Guerra Mundial, se hizo más incipiente la necesidad de crear un
Estado para los judíos por parte de los sionistas. Tras la Primera Guerra Mundial,
Gran Bretaña se había quedado con la región de Palestina, conquistada al imperio
Otomano, y sobre la cual ejercía un protectorado. A lo largo de la década de 1920,
numerosas inmigraciones judías se sucedieron en el territorio, lo cual generó
tensiones y revueltas. Ante las guerras internas entre árabes y judíos derivadas de
esta inmigración y lo acaecido por el antisemitismo nazi, la ONU decidió realizar el
reparto de la región.  La mayor parte de la región palestina se le concedió a Israel,
proclamándose en 1948 el Estado judío. Y el resto del territorio se entregó a los
países árabes de Egipto y Jordania. Al día siguiente, descontentos con el reparto,
los árabes comenzaron una serie de guerras contra Israel. A consecuencia de ello,
las fronteras se han ido modificando, ganando Israel la mayor parte del territorio.
La parte árabe de la región se constituyó como país en 1988, llamándose
Palestina. Fue reconocida por la ONU en 2012, pero muchos Estados no la
reconocen como tal.

El territorio y la homogeneidad étnica fueron los dos factores fundamentales


que guiaron a los sionistas en su proyecto político de creación del Estado de Israel
y en la partición de Palestina. El Movimiento Sionista buscó el control de todo el
espacio de la Palestina histórica y la construcción de un Estado para los judíos
exigía la limpieza de otras etnias de dicho espacio. Las aspiraciones sionistas a
todo el territorio de la Palestina histórica, en lo cual coincidían tanto los sionistas
de la izquierda como de la derecha, se vieron matizadas por el pragmatismo del
social sionismo liderado por Ben Gurion y el acuerdo con la partición. La
aceptación del plan de partición de Naciones Unidas por parte del Movimiento
Sionista no significó el abandono de las pretensiones fundacionales, y la guerra de
1947-1948 permitió avanzar hacia los objetivos totales, tanto en lo referente al
territorio como a la expulsión de la población palestina

Como menciona agrega Izquierdo F. (2003) en la revista electrónica de


geografía, el sionismo, para los árabes palestinos, había cambiado ya el curso de
su historia. Según ellos, Palestina permanecía todavía bajo el mandato y separada
del mundo árabe a causa de las reclamaciones judías, de la misma forma que
había sido separada del marco sirio, al cual pertenecía por su geografía e historia.
Así, los árabes reclamaban el derecho de los árabes palestinos a seguir ocupando
su tierra, a un gobierno democrático para toda la población sin distinción de
credos, a formar parte del mundo árabe. Por ello exigían que se detuviera la
inmigración judía y rechazaban la partición, pues consideraban que someter a
parte de la población árabe a un gobierno extranjero en una situación de minoría,
aunque sólo fuera en una parte de Palestina, era tan injusto como hacerlo en toda
ella. Además, eran muy conscientes de las dificultades que planteaba la partición
tanto en el ámbito geográfico y demográfico como en el ámbito político, ya que la
población árabe no aceptaría someterse a los sionistas ni ser transferida al Estado
árabe. También se manifestaba la desconfianza ante las aspiraciones del sionismo
a toda Palestina, y a que el Estado judío las alentara y fuera la base para futuras
actividades en esta dirección, lo que conduciría al enfrentamiento con los vecinos
árabes y a la desestabilización de todo Oriente Medio.

Se entiende entonces que, Los objetivos esenciales del movimiento sionista


se centraban en la creación de un Estado judío en Israel. Para ello era necesario
que la comunidad judía en Palestina dejara de ser una minoría y que estableciera
barreras claras que la separaran tanto política como cultural y socialmente de las
comunidades árabes. El social sionismo, dominante en la época en el movimiento
sionista, añadía el ideal constructivista a esta ideología nacionalista básica. La
conquista judía de la tierra y el trabajo era el ideal que sustentaba la política de
expansión de las colonias y la discriminación de la mano de obra árabe.

ORIGEN DEL CONFLICTO MODERNO ISRAELI – ARABE

Quevedo T. afirma que, con el fin de la guerra, el territorio palestino había


permanecido de manera provisional bajo la administración militar británica, hasta
que en 1920 la Sociedad de Naciones asignó el Mandato sobre Palestina a Gran
Bretaña y entonces se estableció una autoridad civil, cuyo primer alto comisario
fue Sir Herbert Samuel, un judío. A pesar de su filiación religiosa, Samuel trató de
llevar a cabo su tarea como alto comisario de manera aparentemente imparcial,
buscando equilibrar sus políticas pro-sionistas, incitando a los árabes a constituir
su propia Agencia Árabe, que funcionase de igual manera que la Agencia Judía, y
por ello permitió la entrada en el territorio de Amin al-Hussein en julio de 1920. Sin
embargo, los árabes no estaban tan dispuestos a colaborar con los británicos
como los sionistas, ya que percibían el mandato como una negación a su derecho
de autodeterminación e independencia, además de como un instrumento del que
se valía el sionismo para colonizar su tierra132 . En la práctica, el liderazgo judío
difería mucho del árabe, pues el primero se concentraba en movilizar a su
comunidad para conseguir su objetivo de construcción de una infraestructura para
el Estado judío en Palestina. Era un grupo homogéneo, predominantemente de
origen europeo, que aspiraba a ser culturalmente occidental, eliminando cualquier
característica árabe. Por su parte, la comunidad árabe veía agravada su situación
por la existencia de divisiones internas en el seno de sus propios dirigentes133.
Desde el primer momento se formaron facciones en torno a las dos principales
familias de Jerusalén, la de los husayníes, que apoyaban al muftí Al Hussein, y la
de los nashabhibíes, que trataban de boicotear sus instituciones Los sucesos
violentos se repitieron un año más tarde en Jaffa, dejando un balance total de 95
judíos y 64 árabes muertos135 . De nuevo se envió una comisión para investigar
los orígenes del problema, la comisión Haycraft, que llegó a la conclusión de que
estos conflictos se debían a la hostilidad política y económica de la población
árabe con la actuación sionista y la masiva inmigración judía. La comisión Haycraft
recomendaba la reducción drástica de la inmigración, pero el gobierno británico no
lo tuvo en cuenta.

Como explican Ben Ami y Medin (1991) p. 23 El conflicto de Medio Oriente


tuvo su origen con la creación del Estado de Israel. El surgimiento legítimo de esta
nueva entidad política tiene sus consecuencias en nuestra actual situación
mundial, provocando que aún hoy sea un problema no resuelto. El artículo se
propone revisar el origen del conflicto de Medio Oriente, prestando especial
atención a los principales debates historiográficos planteados. Sin embargo, y
pese al intento de incorporación, asimilación y trasformación política-jurídica por
parte de los países europeos de la comunidad judía consecuencia de la
Revolución francesa, el movimiento iluminista secular y emancipa torio fracasó; el
incremento del antisemitismo durante el siglo XIX, con sus flamantes dimensiones
racistas y políticas dejó entrever que el problema judío no era sólo una cuestión
jurídica y política. Asimismo, es importante aclarar que la mayor parte del
judaísmo europeo, radicado en la zona de Europa oriental, ni siquiera disfrutó
durante esa época los efímeros beneficios de la “emancipación”

El conflicto entre Israel y el pueblo Palestino encuentra sus orígenes en


causas tan profundas como los textos bíblicos. Así, el Estado de Israel legítima
sus raíces en la antigua Tierra de Israel o, en una idea fuertemente arraigada en el
judaísmo: la “Tierra Prometida por Dios al primer patriarca, Abraham, y a sus
descendientes,” su pueblo elegido, lo que otorga un carácter mítico de miles de
años de antigüedad a un conflicto que hoy muestra nuevas acciones de violencia.

EL PAPEL DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL EN EL CONFLICTO ISRAELI


– ARABE

El BBC News Mundo (2021) comenta que el esfuerzo de mediación más


claro hasta este momento lo está haciendo Egipto, que envió una delegación para
intentar que las partes alcancen un acuerdo de alto el fuego en Gaza. Estados
Unidos pidió reducir las tensiones, un llamado al que también se sumó Rusia y el
secretario general de la ONU, Antonio Gutiérrez, que pidieron "garantizar la
seguridad de la población civil" y reiteraron su apoyo al "principio de solución de
dos Estados". Gutiérrez abogó por la reanudación del proceso de paz entre
israelíes y palestinos, y se mostró dispuesto a convocar una reunión urgente del
Cuarteto de Medio Oriente (Rusia, EEUU, ONU y la Unión Europea), algo que no
se ha producido de momento. Por su parte, el Alto Representante de la Unión
Europea para la Política Exterior y la Seguridad Común, Josep Borrell, admitió que
la UE no tiene capacidad para resolver la tensión en Medio Oriente.

Además, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, no ha


dado señales de eventuales caminos de salida para esta crisis, más que los
llamados a reducir la violencia. “Blinken, condenó el lanzamiento de cohetes a
Israel en una llamada con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP),
Mahmud Abás, y subrayó la necesidad de desescalar las tensiones y poner fin a la
violencia actual". BBC News Mundo 2021

A lo largo de los años la implicancia de la Organización de las Naciones


Unidas (ONU) en el conflicto palestino-israelí no ha arrojado muchos resultados, y
a pesar de todos los esfuerzos realizados en conjunto por el bloque, hoy vemos
como el conflicto ha vuelto a estallar.
Desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas en 1945, el
conflicto palestino-israelí fue uno de sus primeros desafíos. El “Comité Especial de
las Naciones Unidas para Palestina” (UNSCOP por sus siglas en inglés), creado el
15 de mayo de 1947, integrado sólo por países occidentales, buscaba
principalmente con su informe mayoritario la partición del territorio en dos, por un
lado, un Estado judío, y por el otro, un Estado árabe. Como resultado, se llegó al
29 de noviembre del mismo año, en el que la Asamblea General de la ONU
aprobó la resolución 181 que abordó el plan de partición de Palestina, y aunque se
basó en el plan mayoritario del Comité Especial, fue sometido a pequeños
cambios.

Sin embargo, el plan de partición de Palestina que de algún modo intentó


ser la solución al conflicto entre ambos, no hizo más que recrudecer la rivalidad.
Para ese entonces, el territorio de Palestina estaba bajo mandato británico, y lo
que proponía el plan era dividirlo en dos Estados, uno judío y otro árabe,
institucionalizando la capital de Jerusalén como internacional. No obstante, ante la
negativa de Gran Bretaña, de la mayoría de los países del Medio Oriente y a su
vez de los palestinos que se negaron rotundamente, más la reciente
independencia del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, el conflicto ya latente
derivó en una guerra, conocida como primer guerra árabe-israelí que se inició tras
la invasión al Estado independiente de Israel por parte de países que integraban la
llamada Liga Árabe, entre ellos Egipto, Siria, Transjordania, Irak y Líbano. A lo
largo de los años, los enfrentamientos no cesaron entre Palestina e Israel. A pesar
de que en determinados momentos haya existido una relativa calma o un alto al
fuego, los pequeños meses de paz nunca fueron suficientes para lograr llegar a
una solución definitiva.

ESTADO ACTUAL DEL CONFLICTO ISRAELI – ARABE

El conflicto entre estos Estados se refiere a la tensión política que ha


surgido durante muchos años a raíz de diversos factores, hasta los conflictos
armados.

Según expresa el BCC News (2021) lo que comenzó con disturbios por los
planes de desalojo de familias palestinas por parte del ejército israelí ha tomado la
forma de violentos enfrentamientos que se han multiplicado en Gaza y en varios
pueblos y ciudades israelíes. La ONU llegó a advertir que se está avanzando
hacia "una guerra a gran escala".

Para Israel, toda la ciudad es su capital y esto no es negociable, mientras


que los palestinos quieren hacer de Jerusalén Este la capital de la nación que
algún día aspiran tener. Sin embargo, la ciudad ha cambiado muchísimo
demográficamente y esto ha tenido un impacto en el conflicto israelí-palestino.
Desde hace años, se cree que la tercera intifada ya está en marcha. Está en
marcha desde al menos hace cinco años, especialmente en Jerusalén. En julio
2017, la juventud palestina se rebeló en Jerusalén en contra de la instalación de
puertas de seguridad en la Explanada.

Ahora se está en una situación parecida: la defensa del espacio público de


la Ciudad Vieja. Intifada significa levantamiento en árabe. ¿Es un levantamiento?
Sí, hay disturbios. Es mucho menos estructurado que la segunda intifada y hay
una menor militarización. Es más, una movilización de la sociedad civil, de la
juventud, con la ayuda de las redes sociales y con reivindicaciones muy concretas
y pragmáticas.

El BBC News asegura que, en nuestros tiempos, desde las primeras


décadas del siglo XX, la presencia de judíos en Palestina ha provocado fricciones
con los pueblos árabes musulmanes. Pero es en el año 1948 que el territorio de
Palestina se dividió en dos, la parte judía que da forma al Estado de Israel y la
parte palestina que no llega a constituirse como Estado independiente. Las
guerras que siguieron a la declaración de independencia de Israel, en 1948 y
1967, dejaron sin efecto práctico la resolución de Naciones Unidas que distribuía
el territorio entre ambas partes.
SOLUCIONES PROPUESTAS

Debido a que han sido años de conflicto entre estas dos naciones y,
diversos autores concuerdan con algunas soluciones propuestas, me tomo el
atrevimiento de citarlos junto a las mías.

“Una solución propuesta por la izquierda de Israel y apoyada por


intelectuales palestinos es la de un solo estado binacional, que le dé la misma
ciudadanía y derechos a todos los residentes de Israel y los territorios palestinos.”
BBC News (2021)

Educación contra la violencia; “el arma más poderosa es la educación”


(Nelson Mandela), y considero que es la solución a todos los problemas sociales,
creo firmemente al igual que Mandela en eso, es una vía sostenible para la salud
de las sociedades.

Valor a la vida y a los valores humanos; la empatía principalmente y el


respeto por la vida, recordando las palabras de Benito Juárez “el respeto al
derecho ajeno es la paz”. Lo tomo en cuenta puesto que todos somos seres
humanos nacidos y vividos en este planeta, en cualquier momento podemos pasar
por conflictos los cuales se pueden evitar respetando ideas, opiniones, costumbres
y culturas.

La comunidad internacional; aunque la ONU ha sentenciado a varias


naciones debido a los conflictos que ocasionan, no es suficiente la sanción
monetaria, es necesario una petición de compromiso ante las adversidades que se
presentan en estos dos Estados evitando todo tipo de enfrentamientos.
"La posición internacional es clara: la postura oficial, incluyendo la de
EE.UU. y el gobierno de Israel es la de los dos estados", BBC News (2021)

"Ha llegado el momento de abandonar la tradicional solución de los dos


Estados y centrarse en el objetivo de iguales derechos para judíos y palestinos",
escribió en julio en The New York Times el prestigioso ensayista judío
estadounidense Peter Beinart.

CONCLUSIONES

Como se pudo observar en esta recopilación de investigaciones de diversos


autores, encontramos que el conflicto israelí – árabe se encuentra aún en una
etapa de suma tensión, los esfuerzos que se han dado año tras años para una
solución han sido en vano pues la violencia no cesa en ninguna de estas dos
naciones, a eso le sumamos también los inconvenientes que se han dado por
parte de Estados Unidos.

Requiere de muchos esfuerzos y estudio para encontrar una verdadera


solución que termine con este conflicto de raíz, aunque, como se describe en este
trabajo el problema viene desde antes de C. Se enlistaron algunas propuestas que
definitivamente no son suficientes. Actualmente como se describe también en este
trabajo, en estas naciones se ha pretendido vivir en un estado de paz que se ha
visto dificultoso debido a muchos factores, pero más que todo por el incremento de
violencia por ambas partes.

La falta de voluntad por parte de los líderes de estas naciones también es


un problema para erradicar el conflicto en estos lugares, puesto que la máxima
autoridad es quien debe dar el ejemplo, y, sí que lo hacen, pero para mal, no dan
su brazo a torcer, en lugar de ello siempre están listos, dispuestos y preparados
para un contraataque contra cualquier nación, pero especialmente en contra de
ellos mismos.

Para finalizar, considero que se le debe exigir a ambas partes el cese de


este conflicto que lo único que genera es más violencia para el mundo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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