Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Universidad de Salamanca
Las materias contenidas en los planes de estudio no pueden extenderse más allá de lo que
permiten unos límites, principalmente de tiempo, que obligan a acotar los programas dentro de
lo que el profesor estima que son los conceptos de aprendizaje ineludibles. Por esta razón, se da
la circunstancia de que algunas parcelas del saber pasan, si no totalmente sí en parte,
desapercibidas para el estudiante universitario durante toda su carrera, aunque éste posea la
preparación adecuada para su estudio y comprensión.
Creo que este puede ser el caso de las Ciencias Planetarias. Los estudiantes de ciencias
geológicas y ciencias físicas, en concreto, tienen ya conocimientos parciales que han aprendido
en distintas materias de su currículo docente, pero, seguramente, no han tenido la oportunidad
de asistir a una puesta en escena tan completa como la que ofrece este curso.
Creo que es una excelente idea el planteamiento del curso extraordinario sobre las Ciencias
Planetarias, situadas en lo que definimos como fronteras del conocimiento científico, con el
carácter multidisciplinar que se le ha dado. El lector de este libro, como el asistente al curso,
tiene la oportunidad de acceder a las disertaciones de un grupo importante de profesores e
investigadores que dedican su trabajo, desde distintas áreas del conocimiento, a estos temas
apasionantes. Muchos de ellos , la mayoría, proceden de otras universidades o centros de
investigación, a todos ellos nuestro agradecimiento.
Y es que ha sucedido de nuevo, y por segundo año consecutivo que estudiantes de Geología,
esta vez los que están agrupados en la asociación cultural Geozona, me han ofrecido hacer la
presentación de un libro producto de otra de las actividades que ellos, ya de manera habitual,
desarrollan. Me da la impresión de que en estamos alcanzando el punto en que su entusiasmo,
tenacidad y empeño en el desarrollo de reuniones, cursos, concursos, exposiciones, etc. ha
dejado ya de sorprendernos. Sin embargo, tengo que dejar constancia de su mérito: en la
elección de los temas de trabajo y la organización de los eventos. Y por supuesto, no puedo
dejar de resaltar que sin el concurso de unos pocos profesores de la casa que han colaborado
con ellos, nada habría sido posible.
Los organizadores presentan este curso como ”primero”; quedamos a la espera del segundo.
Organizadores:
www3.usal.es/geozona/planetaria
Editores
Colaboradores
Llegara una época en la que una investigación diligente y prolongada
sacara a la luz cosas que hoy están ocultas. La vida de una sola persona, aunque
estuviera toda ella dedicada al cielo, seria insuficiente para investigar una
materia tan vasta... Por lo tanto este conocimiento solo se podrá desarrollar a lo
largo de sucesivas edades. Llegara una época en la que nuestros descendientes
se asombraran de que ignoramos cosas que para ellos son tan claras...
Muchos son los descubrimientos reservados para las épocas futuras cuando se
haya borrado el recuerdo de nosotros.
Nuestro universo sería una cosa muy limitada si no ofreciera a cada época
algo que investigar...La naturaleza no revela sus misterios de una vez para
siempre.
de la Tierra.
Capítulo 1 Página - 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Demócrito
Capítulo 1 Página - 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
El avance tecnológico hace que la investigación se parezca cada vez más a una película de
ciencia ficción. Los logros que se consiguen hoy día en el estudio del espacio interestelar no
podrían imaginarse como ciertos hace tan solo un siglo. Y estos estudios avanzan, no sólo por la
curiosidad intrínseca de los investigadores, por el saber qué hay más allá del alcance de nuestras
manos, sino por la necesidad de conocer nuestro planeta Tierra y cómo se formó.
El Universo no es estático: está continuamente en expansión, acelerado por energías que aún
están por descubrir. En uno de estos momentos de expansión, hace unos cuantos miles de
millones de años, se produjo el estallido de una gran estrella, de una supernova, cerca de donde
estamos nosotros ahora en el espacio. Esta explosión originó todos los elementos químicos de los
que estamos hechos. Durante la evolución de una estrella, las abundancias relativas de nucleidos
que dan lugar a la masa estelar cambia como resultado de la producción de elementos más
pesados a expensas de los más ligeros. La abundancia y modelos de concentración de elementos
químicos solo puede explicarse, de momento, a partir de las teorías basadas en la formación de
elementos a partir de reacciones nucleares en el interior de las estrellas. Esta síntesis de
elementos es la que da lugar a las teorías de la Nucleosíntesis. Y como en la actualidad siguen
produciéndose explosiones de supernovas, es posible hacer un estudio de la historia que en su día
formó el actual Sistema Solar.
Se parte de la hipótesis de que la materia del Sistema Solar hace aproximadamente cinco mil
millones de años era uniforme químicamente y, sin embargo, en la actualidad existen acusadas
diferencias entre los componentes de este sistema. El sol está compuesto fundamentalmente por
un 80% de H y un 19% de He, con sólo un 1% de metales pesados en su atmósfera. No obstante, se
calcula que en su interior puede haber hasta un 10% de metales pesados. Dentro de los planetas
existen grandes diferencias en cuanto a su composición química, y esta composición es variable
dependiendo de los grupos de planetas. Hay que tener en cuenta que, de momento, el conocimiento
está supeditado a los planetas más pequeños, que son los telúricos, o terrestres: Mercurio, Venus,
la Tierra, Marte y, por supuesto, la Luna, único satélite natural de la Tierra. Estos planetas pueden
tener atmósfera o no, siendo ésta un compuesto oxigenado. Los planetas gigantes, es decir,
Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, tienen atmósferas muy espesas, en las que hay
hidrógeno libre o hidruros (metano, amoníaco…)
Las propiedades mecánicas de cada planeta también son muy diferentes, y es indicativo de su
composición química global. Los elementos pesados se concentran en los planetas terrestres,
mientras que los elementos ligeros se concentran esencialmente en los planetas gigantes. Puede
deducirse que el primer paso de la formación y evolución del Sistema Solar consistió en la
individualización de los cuerpos celestes, produciéndose un intenso proceso de fraccionación
química.
Capítulo 1 Página - 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
La composición de la corteza de otros planetas tiene que hacerse muchas veces mediante
extrapolación sobre la composición del polvo y material fino que los cubre. Este material fino
correspondería al material sedimentario que existe en la corteza terrestre, y que se forma por
la alteración y desintegración del resto de rocas, tanto ígneas como metamórficas, que son las
realmente abundantes. En la Tierra, la diferenciación geoquímica que tiene lugar entre la corteza
inferior y la corteza superior se debe en parte al movimiento de placas tectónicas.
La corteza continental de la Tierra cubre un total del 40% de la superficie, con un espesor
de unos 40 Km. Esto constituye aproximadamente el 0.5% de la masa del planeta. Marte es un
planeta mucho más pequeño, con un espesor de corteza semejante al de la Tierra, y por tanto
ésta ocupa un porcentaje mayor del total. Se puede comparar el grado de acumulación de
elementos radiogénicos en las cortezas terrestre y marciana. Esencialmente, todos los modelos
de evolución corteza-manto terrestres predicen que entre el 25% y el 50% de elementos
productores de calor residen en la corteza, fundamentalmente en la corteza continental.
En la Tierra, la mayor parte del crecimiento cortical tuvo lugar durante el Arcaico y
Proterozoico inferior y, por tanto, la transferencia de calor del manto a la corteza tuvo lugar
probablemente entre un periodo de tiempo desde los 4.5 Ga hasta los 2.0 Ga. Por otro lado, la
diferenciación corteza-manto en Marte pudo tener lugar muy pronto, durante la cual más del
50% (o incluso el 100%) de los elementos productores de calor fueros transferidos a la corteza.
Tales escalas de transferencias de calor a la corteza pudieron haber tenido una gran influencia
Capítulo 1 Página - 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
en la evolución térmica del planeta y puede explicar la falta de fusión catastrófica del manto
durante la historia de Marte, así como la falta de una tectónica de placas.
Las rocas más abundantes en la corteza terrestre son las rocas ígneas, y dentro de éstas los
granitos. Cabría pensar entonces que las rocas más abundantes en otros planetas del Sistema
Solar deberían ser los granitos también. Sin embargo, las distintas misiones espaciales no han
encontrado muestras de esta litología. Tenemos constancia de la composición de Marte a partir
de los meteoritos encontrados, sobre todo los condritos SNC (constituidos por sheergottita,
nakhlita y chassignita). A partir de ellos y de datos recogidos por censores remotos se deduce
que un magmatismo silícico intermedio tuvo lugar con anterioridad, quedando ahora patente a
modo de enclaves. Los meteoritos ofrecen información sobre la naturaleza y evolución de la
materia extraterrestre, fundamentalmente de Marte.
Sobre otros planetas, como Mercurio y Venus, de momento solo se puede especular, porque
las misiones científicas no han sido tan intensas como en el caso de la Luna y de Marte. Sabemos
que Venus tiene un tamaño similar a la Tierra, con una masa, densidad y composición similares,
pero con una geología diferente. Para empezar, cabe decir que la superficie venusiana se
caracteriza por una altísima presión atmosférica. Además, la capa externa del planeta consiste
en una única placa litosférica. Los datos altimétricos son diferentes, también, aunque se
observan relieves que evidencian regímenes tectónicos compresionales y extensionales, igual que
en la Tierra. No se han encontrado granitos en Venus, pero no quiere decir esto que no los haya.
Está claro que la recopilación de información en otros planetas nos llevará a entender mejor
la formación del nuestro. Pero el desarrollo y avance en Cosmoquímica, además, aporta
información sobre los efectos de la actividad solar sobre la atmósfera terrestre y la salud de
sus habitantes, predicciones meteorológicas a través de satélites artificiales, creación de
plantas de energía de alto poder, evitando poluciones químicas y térmicas, así como otras
aplicaciones industriales directas.
Referencias
Bonin, B., Bèbien, J. y Masson, P. (2002) Granite: a planetary point of view. Gondwana Research
vol. 5-2, 261-273.
McLennan, S.M. (2001) Crustal and thermal evolution of Mars. Lunar and Planetary Sciences
32, 1949.
Capítulo 1 Página - 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 2 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 2 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
La astrofísica es una ciencia que desde hace milenios ha mirado al cielo con la esperanza de
comprender qué objetos hay en el universo, cómo se comportan, cómo interaccionan, cómo se
mueven. Pero desde no hace tanto tiempo (principios de la década de los 50), unos físicos
nucleares comenzaron a ver las estrellas como factorías de producción de elementos. Fábricas
con las que, si se sabía como funcionaban, se podría conocer o reproducir la distribución de los
elementos en nuestra naturaleza, en nuestro sistema solar, y en el universo.
Esos físicos nucleares [1] propusieron una serie de procesos en los que diferentes elementos
iban produciéndose por medio de reacciones nucleares, que a su vez explicaban las diferentes
fases de la evolución de una estrella. Era el comienzo de la Astrofísica Nuclear, rama de la física
que nació como unión de la astrofísica y de la física nuclear, y que con el tiempo ha sido
reconocida como una rama propia de la física.
Experimentalmente no es posible tomar una estrella, ver cómo evoluciona, tomar nota de los
diferentes elementos que hay dentro de ella y que se han ido formando, y en su última fase
hacerla explotar y anotar el resultado final de dicha explosión. Por ello se toma como referencia
la distribución de los diferentes isótopos dentro de nuestro sistema solar (la cual no ha de ser
necesariamente igual a la del resto del universo), y en base a esos datos se comprueban y
mejoran los modelos usados con el fin de reproducir dichos datos experimentales. La
distribución de los isótopos en nuestro sistema solar puede observarse en la figura 1.
A fin de poder explicar cómo se producen los diferentes elementos en el seno de una
estrella, es necesario diferenciar dos etapas en la evolución de la misma claramente separables:
Una vez que se ha producido suficiente cantidad de helio, comienza (sin que concluya la
cadena p-p) la fase de quemado del helio, en la que partiendo de tres partículas alpha (4He++) se
forman núcleos de 12C, el cual se coloca nuevamente en el centro de la estrella. Dentro de esta
fase de quemado de helio, una vez creado el 12C, se sigue destruyendo helio, formándose isótopos
como 16O y 20Ne.
Paralelamente a esta fase de quemado del helio, y una vez formado el suficiente carbono, se
forman diferentes isótopos de carbono, nitrógeno, oxígeno, flúor y neon dentro del conocido
como ciclo CNO. El isótopo 20Ne constituye una especie de punto y seguido dentro de esta
primera fase de la evolución estelar. Partiendo de este isótopo se crean diferentes isótopos de
neon y de sodio en el ciclo Ne-Na, y a continuación se forman diferentes isótopos de magnesio,
aluminio y silicio en el ciclo Mg-Al, concluyendo con la formación de 28Si.
Capítulo 2 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Fig.1 Distribución de los elementos dentro del sistema solar para isótopos con masas A > 40,
normalizada respecto a la abundancia del silicio [2].
Pero, entonces, ¿cómo se llegan a producir el resto de los núcleos más pesados que el níquel o
el hierro?. Principalmente, la gran mayoría de los isótopos cuya masa es superior a 60 se crean
mediante la captura de neutrones. El primer proceso ocurre a lo largo del valle de la estabilidad
(zona central de la tabla de isótopos donde se encuentran los elementos estables) a través de
capturas neutrónicas, las cuales se producen muy lentamente en comparación con la vida media
de los núcleos inestables creados, llegando a producir hasta plomo. Este proceso, denominado s-
process (donde s corresponde al inglés slow) puede observarse en la figura 2.
Capítulo 2 Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Por otro lado, los núcleos alejados del valle de la estabilidad se producen a través de la
captura de neutrones en escenarios explosivos (SuperNova). La densidad neutrónica es muy
elevada, y se alcanzan zonas extremas de la tabla de isótopos, los cuales tras concluir la captura
neutrónica decaen hacia el valle de la estabilidad. Dicho proceso recibe el nombre de r-process
(r corresponde al inglés rapid).
Otra serie de procesos, como la captura rápida de protones (rp-process, rapid protron
capture), o mecanismos dominados por reacciones fotoinducidas (γ-process) acaban de completar
la formación de todos los isótopos estables de nuestra naturaleza.
Referencias:
Capítulo 2 Página- 5 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 3 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Frank Zappa
Capítulo 3 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
El sistema solar se generó a partir de un fragmento de una nube de gas densa del medio
interestelar. En los últimos 20 años, las nuevas tecnologías han permitido detectar y estudiar en
la detalle la formación de sistemas similares a nuestro sistema solar. En esta clase,
describiremos el proceso de formación del sistema solar haciendo uso de toda esta información.
Las estrellas se forman en grandes nubes de gas molecular con masas entre 10000 y 100000
veces la masa del Sol. La densidad de estas nubes es de 10000 partículas por centímetro cúbico
y su temperatura es de 10 K. En un radio de 140 parsecs (423 años-luz) alrededor del Sol hay
varios frente de nubes en los que se están formando soles en la actualidad, el más conocido es el
de la región del Toro. En esta región se están formando unas trescientas estrellas de tipo solar .
Sus edades están entre los 100,000 años y los 100 millones años lo que nos ha permitido
estudiar cómo se formó nuestro Sol y qué proceso siguió durante su evolución antes de
estabilizarse en la situación actual.
1. En primer lugar las grandes nubes de gas molecular se fragmentan dando lugar a
múltiples núcleos proto-estelares. Dada la gran masa de las nubes su colapso
gravitacional debería ser muy rápido, sin embargo la turbulencia asociada al campo
magnético de la Galaxia es capaz de frenar el colapso. La interacción entre turbulencia y
gravedad controla el número de estrellas que se forman y su masa: lo que llamamos la
función inicial de masas. En el límite inferior de esta función estarían las estrellas
enanas marrones e incluso objetos similares a planetas gigantes como Júpiter.
2. Cada uno de los fragmentos evoluciona para formar una o varias estrellas, sistemas
binarios etc... Ocasionalmente los fragmentos son muy masivos y pueden dar lugar la
formación de pequeños cúmulos de estrellas.
5. A partir del millón de años el polvo y el gas del disco empieza a sedimentar y a formar
estructuras semejantes a los planetesimales. El proceso concluye al cabo de
aproximadamente los 100 millones de años. A partir de este momento, la presencia del
disco se puede detectar por la difusión de la luz producida por el polvo remanente. Este
efecto, análogo a la luz zodiacal en nuestro sistema solar, ha permitido detectar discos
alrededor de estrellas jóvenes como Beta Pictoris.
Capítulo 3 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
está llevando a un replanteamiento de las teorías clásicas sobre la evolución del disco
protoplanetario.
Estas etapas, y el proceso de formación del Sol, serán descritos durante la clase con el
apoyo de abundante material gráfico.
Capítulo 3 Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 4 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Moliere
Capítulo 4 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Introducción
Venus es el planeta mas parecido a la Tierra de todo el Sistema Solar, hasta tal punto que
durante mucho tiempo llegaron a considerarse planetas gemelos. Ambos poseen masas y radios
muy parecidos (6052 km de Venus vs. 6378 de la Tierra) y se formaron hace aproximadamente
4500 millones de años en una franja relativamente parecida del Sistema Solar interior.
Un estudio mas cercano reveló dos mundos muy distintos: en la Tierra, bajo la influencia de
un clima adecuado, la vida ha surgido y se ha diversificado, mientras tanto Venus es un ardiente
infierno cocido en gases de invernadero con temperaturas en superficie de 470 ºC y presiones
por encima de 90 bares.
Galileo fue el primero en dirigir su telescopio hacia este planeta y describió por primera vez
las fases del planeta, aunque la cubierta de nubes frustró siempre sus intentos de observar su
superficie. Solo durante la segunda mitad del siglo XX y gracias al estudio mediante
radiotelescopio en longitudes de onda distintas al visible (infrarrojo y microondas) se empezó a
conocer algo más acerca de las características y propiedades de su superficie y se determinó
que su temperatura en superficie, próxima a los 500 ºC, hacía imposible la existencia de vida.
Aunque en los últimos tiempos ha carecido del atractivo mediático de Marte, Venus fue el
primer planeta en el que pusieron sus miras las grandes potencias espaciales con numerosas
misiones llevadas a cabo por los americanos (misiones Mariner y Pioneer) y especialmente por los
soviéticos durante los años 60, 70 y 80 (misiones Venera y Vega). Utilizando la experiencia
previa de todas estas misiones y equipada con un radar que permitía estudiar su superficie, la
misión Magallanes consiguió realizar entre los años 1990 y 1994 el estudio más completo de los
que se habían llevado a cabo hasta el momento en los planetas terrestres. Durante estos años la
sonda cartografió un 98 % de la superficie del planeta, proporcionando a los científicos la base
sobre la que realizar una cartografía geológica global, proyecto actualmente en curso, que nos
permita conocer como ha evolucionado el planeta.
Un vistazo a la superficie del planeta revela rasgos geológicos parecidos a aquellos que
observamos aquí en la Tierra, sin embargo otros resultaron ser completamente distintos. En
Venus distinguimos los siguientes tipos de terrenos, cada uno con unas características volcánicas
y tectónicas que los caracterizan.
Capítulo 4 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
• Tesseras.
Los terrenos de tessera son terrenos que se caracterizan por presentar al menos dos
conjuntos de estructuras de deformación tectónica (fracturas simples, graben, pliegues,
etc.), presentar un mayor relieve que los terrenos circundantes y presentar una alta
reflectividad de radar a escalas de centímetros a metros. Este tipo de terreno representa
aproximadamente el 10 % de la superficie del planeta y suele representar el terreno mas
antiguo allá donde aflora (el basamento). Existen varios tipos de terrenos de tessera y un
estudio en detalle de estos diferentes tipos revela que no todos se forman de la misma
manera. Se ha planteado que este tipo de terreno podría formar una unidad continua a lo
largo de todo el planeta, sin embargo esta teoría es aún objeto de debate.
• Coronae y Chasmata.
Estos dos rasgos geológicos están localizados en su mayor parte en la zona de transición
entre las tierras altas y las tierras bajas. Las coronas son estructuras circulares de origen
volcanotectónico cuyo tamaño varía de 200 a 2400 km de diámetro. Presentan un anillo de
deformación formado por estructuras tanto extensionales como compresivas.
También presentan una importante actividad volcánica asociada en forma de grandes
coladas y edificios de menor tamaño localizados en su interior. El gran número de este tipo
de estructuras presente en el planeta (> 600) hace de estas estructuras volcanotectónicas
un rasgo muy importante en la evolución del planeta. Por su parte los chasmata son grandes
cinturones extensionales que cruzan el planeta uniendo las principales zonas elevadas de
origen volcánico. Existe una relación espacial entre ambos rasgos geológicos ya que más del
60 % de las coronas aparecen asociadas a chasmata, espacial y temporalmente, por lo que se
piensa que existe una conexión genética entre ambas.
Capítulo 4 Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Su tamaño varía entre 100 y 2500 km y su altura entre 1 y 2,5 km. Presentan una importante
actividad volcánica en forma de grandes edificios volcánicos, coladas volcánicas y coronas. Estas
zonas elevadas se interpretan como el resultado de zonas donde el manto asciende en forma de
plumas dando lugar a la zona elevada. En función del tipo de rasgo que domina la zonas elevadas
de origen volcánico se clasifican en: dominadas por volcanes, dominadas por coronas y dominadas
por rifts.
Algunas de estas zonas elevadas (Beta, Atla y Themis regiones) están conectadas por
chasmata y forman el área del planeta donde la actividad volcánica y tectónica es más
abundante.
• Mesetas corticales.
Zonas elevadas en forma de meseta y con alturas por encima de 4 km sobre el radio
medio del planeta. Presentan unos márgenes con altas pendientes y en su interior se pueden
observar patrones de deformación complejos (terrenos de tesseras) y cinturones de
deformación compresiva en los bordes. En estas zonas también se pueden observar cuencas
de origen volcánico entre terrenos de tessera, ejemplo de que en estas zonas el volcanismo
también jugó un papel importante. Estas mesetas corticales son los terrenos más antiguos de
los que se pueden observar en la superficie.
• Isthar Terra.
Isthar Terra está formada por una gran meseta, Lakshmi Planun, situada 4 km por encima
del radio medio del planeta en la parte este de Isthar. Esta meseta está rodeada por una serie
de cadenas montañosas: Maxwell, Danu, Akna y Freija que dan lugar a una zona deformada de
casi el doble de superficie que la Meseta del Tibet en la Tierra. Precisamente Maxwell Montes
es la zona más alta de todo el planeta con una altura sobre el radio medio de más de 11 km. En su
parte externa también encontramos grandes zonas de terrenos de tessera que se extienden
pendiente abajo a lo largo de distancias que varían entre 100 y 1000 km.
Capítulo 4 Página- 5 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
sino que una renovación en equilibrio en la que los territorios son renovados a una tasa similar
que la craterización podía ser posible.
Como hemos visto Venus es el planeta más parecido a la Tierra del Sistema Solar, sin
embargo por lo que sabemos su evolución ha tomado un rumbo distinto, un rumbo que le ha
convertido en un infierno cocido por gases de invernadero. Entender por que Venus es como es y
no como la Tierra es una de las mejores maneras de entender la propia evolución de nuestro
planeta y cual puede ser su destino, porque al final el viaje es siempre de ida y vuelta
Capítulo 4 Página- 6 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 5 Página - 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
(Anónimo)
Capítulo 5 Página - 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Son varios los parámetros que cambian y alteran de forma periódica la configuración
astronómica del sistema solar.
Leverrier a mediados del siglo pasado descubrió que la inclinación del eje de rotación
de la Tierra fluctúa entre un mínimo de 22,5º y un máximo de 24,5º con un periodo de 41,000
años. Esto es debido a que la inclinación de la órbita terrestre respecto al plano de la órbita
de Júpiter experimenta cambios periódicos. Cuando la inclinación es mayor la estacionalidad
es mas acusada, es decir los veranos son mas calurosos y los inviernos mas fríos ya que la
radiación solar durante el verano es mas intensa y mas débil durante el invierno.
La órbita de nuestro planeta es excéntrica por lo que la Tierra durante una parte del
año se va acercando al Sol, hasta alcanzar el perihelio(punto de la órbita mas próximo al Sol),
mientras que el resto del año se va alejando hasta alcanzar el afelio (punto de la órbita mas
alejado del Sol). La excentricidad de la órbita hoy es muy baja y por tanto la diferencia de
radiación solar entre el perihelio, que se alcanza el 3 de Enero y el afelio, al que se llega el 4
de Julio, es muy pequeña, si bien esa pequeña diferencia hace que los inviernos sean un poco
mas suaves que en otros momentos. La órbita se va deformando lentamente y pasa de casi
circular a relativamente excéntrica (0,05) con tres periodicidades dominantes de 94,800,
123,800, y 404,000 años. Estos cambios en la excentricidad se deben a que cada uno de los
planetas del sistema solar ejerce una fuerza que tiende a empujar a la Tierra fuera de su
órbita elíptica regular. Como cada uno gira alrededor del Sol a una velocidad diferente, la
fuerza gravitacional combinada de todos los planetas sobre la Tierra y su variación en el
tiempo puede ser calculada fácilmente.
Capítulo 5 Página - 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Milankovitch calculó, en la primera mitad del siglo XX, los valores actuales de todos
estos parámetros astronómicos, sus variaciones, así como la cantidad de calor recibida en
cualquier latitud a lo largo del tiempo.
Los cambios en la configuración astronómica han tenido y seguirán teniendo un gran impacto
en el clima de la Tierra, particularmente en las regiones de altas latitudes, donde las nieves
que cubren por completo el paisaje durante el invierno se deshielan todos los veranos, como
ocurre actualmente en todo el hemisferio norte, con la excepción de Groenlandia.
Desde hace unos 3,2 millones de años las altas latitudes del hemisferio norte han
estado cubiertas por importantes masas de hielo que han ido avanzando y retrocediendo de
forma sincrónica con los cambios en la configuración astronómica del sistema planetario.
Capítulo 5 Página - 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Durante los últimos 800.000 años se han formado grandes casquetes de hielo en el
hemisferio norte que han cambiado el clima de todo el planeta. Durante las etapas de
excentricidad mínima como ocurrió por ejemplo hace 21.000 años, estos casquetes llegaron a
tener espesores de hielo de más de 3 Km en gran parte del norte de América, Europa y Asia,
la radiación solar recibida en altas latitudes durante el verano del hemisferio norte
permaneció demasiado baja como para fundir las nieves caídas durante el invierno. Sin
embargo, cuando la insolación de verano aumenta, como ocurrió entre 18.000 y 9.000 años,
esos inmensos casquetes de hielo se derritieron y el nivel del mar subió algo más de 120 m,
provocando la inundación de las plataformas continentales y dejando un paisaje muy similar al
que vemos en la actualidad.
Los cambios climáticos orquestados por las diferentes configuraciones astronómicas han
quedado registrados en los sedimentos del fondo oceánico, ya sea por cambios en el tipo de
sedimento, en el tipo de organismos que vivió en cada momento, o simplemente por cambios
en la composición química del Océano que pueden ser descifrados a partir de los esqueletos
del plancton marino o de las moléculas orgánicas que estos organismos sintetizaron.
Capítulo 5 Página - 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Evolución Estelar
Capítulo6 . Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Rabindranath Tagore.
Capítulo6 . Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Nebulosas galácticas.
Las estrellas tienen su origen en las grandes nubes de gas de hidrogeno que con
frecuencia se encuentran en el medio galáctico. Cuando estas nubes tienen una masa
importante, la atracción gravitatoria hace que se contraigan acelerando sus partículas.
Como resultado aumenta la energía cinética a costa de la energía potencial y el gas se
calienta enormemente. En este proceso se invierten cientos de miles de años y la nube pasa
de tener una temperatura de menos de cien grados bajo cero a alcanzar un millón de
grados. La nube adquiere entonces un aspecto esférico y comienza a perder energía por
efecto de la radiación. Se ha formado una protoestrella.
Estrellas jóvenes
Como el Helio resultante tiene menos masa que el Hidrogeno puesto en juego, estas
reacciones de fusión da lugar a una gran cantidad de energía, de acuerdo con la formula de
Einstein. Esta energía sale hacia el exterior en forma de radiación y equivale y equivale a
cientos de toneladas por segundo.
En esta fase la estrella puede permanecer largo tiempo, mientras dura el“combustible” de
hidrogeno, ya que la atracción gravitatoria se ve compensada por la radiación brutal que fluye
desde el interior de la estrella. Nuestro Sol se encuentra en esta situación desde hace cinco mil
millones de años y se supone que puede seguir así otro tanto. La estrella también pierde energía
por emisión de partículas, dando lugar a los rayos cósmicos.
Gigantes rojas
Por otro lado, las capas externas de la estrella, donde todavía se produce Helio a partir del
Hidrogeno, se expanden por la acción de la radiación, al mismo tiempo que se enfrían y
adquieren un color rojo. Se dice entonces que la estrella ha entrado en la fase de gigante roja
El ejemplo más notable es Betelgeuse, estrella que pertenece ala constelación de Orión. Su
Capítulo6 . Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
tamaño es tal que si su centro coincidiera con el del Sol llegaría hasta la orbita de Marte.
El porvenir de una estrella gigante roja depende en gran manera de su masa, que
normalmente ya esta muy mermada en relación con su juventud, debido a las fabulosas
cantidades de energía que ha emitido a lo largo de su vida.
Estas estrellas tiene una temperatura superficial de unos ocho mil grados, lo cual significa
que han emitido casi toda la energía que poseían. En consonancia con ello tienen un diámetro
comparable al de la Tierra y una densidad extremadamente elevada: algo así como encerrar la
torre Eiffel en un cubo de 10,cm de lado.
En el caso de que la gigante roja tenga una masa muy superior ala del Sol, se produce una
situación de inestabilidad que provoca una explosión violenta. Esta explosión se denomina
supernova y da lugar a una emisión de energía sin precedentes en la vida de la estrella. Su
luminosidad puede llegar a ser similar, durante unos días, a la de una galaxia entera.
El ejemplo histórico mas famoso de supernova acaeció en el año 1.054. Fue detectada por los
astrónomos chinos y era tan brillante que se podía ver en pleno día. Sus restos constituyen
actualmente la nebulosa del Cangrejo, situada en la constelación de Tauro.
Capítulo6 . Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 7 Página - 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Carl Sagan
Capítulo 7 Página - 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
En la trayectoria de un cometa, sobre todo en el arco cercano al Sol, es muy probable que
haya numerosos fragmentos rocosos dejados por él, por fusión de parte del hielo que los
retenía. El paso de la Tierra a través de esos ‘hilos’ (que en realidad son tubos de dimensión
transversal de varios centenares de km), hace que durante unas horas nuestro planeta actúe
como una verdadera aspiradora gravitacional atrapando hacia ella mucho de ese material,
acarreando con una masa extra de rocas en mayor cantidad de la que habitualmente le llegan
cuando se haya fuera de esos ‘basureros’. La predicción ha llegado a establecer
satisfactoriamente el tiempo en que van a ocurrir esos cruces, que tienen una regularidad anual
conocida ya con detalle. Sin embargo, en este convergencia de órbitas todavía no es posible
conocer la cantidad ni la distribución de tamaños. Así que, a veces y en los últimos años, se ha
predicho –sin más fundamento que lo ocurrido en años anteriores- unas ‘lluvias de estrellas’ que
no resultaron tal como se decía.
También en los últimos años se ha llegado a diferenciar en este tipo de procesos dos
circunstancias fundamentales en cuanto a su capacidad de riesgo:
las relacionadas con cuerpos cuyo tamaño es decimétrico como máximo.
las que tienen dimensiones mayores.
Capítulo 7 Página - 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Quizá hablar de todo esto, hoy, no suponga una sorpresa, aunque sigue siendo una novedad
de la vanguardia del conocimiento. Y para llegar a poder decir estas cosas ha sido necesario
recorrer un largo trayecto en la investigación que pasa necesariamente al menos por estas
señales:
el reconocimiento e interpretación como tales, de numerosos e importantes cráteres de
impacto en la propia Tierra.
la revisión desde diferentes aspectos de procesos tales como el ocurrido en Tusguska
(Siberia) en 1908.
la confirmación y manifestación de haber sucedido en el pasado procesos de extinciones
masivas.
la revisión de documentación antigua histórica sobre daños causados por pequeños cuerpos
caídos sobre personas, propiedades, edificios, etc. Y el reconocimiento de fenómenos actuales
también con daños variados.
El desarrollo del conocimiento general, por otra parte, ha puesto sobre la superficie de la
Tierra artefactos en si mismos susceptibles de producir daños si son impactados no ya por un
cuerpo cósmico grande, sino incluso por uno de dimensiones centimétricas. Como es el caso de
barcos, aviones, industrias, centrales de energía, almacenes de productos peligrosos, embalses,
etc.. La existencia de esas cosas no tiene que ser por si misma peligrosa, pero es verdad que
ahora sabemos que son susceptibles de ser impactadas por cuerpos rocosos que viajan a una
enorme velocidad. Es pues adecuado conocer cuales son los riesgos derivados de ellos, y con su
conocimiento aprender a convivir a un tiempo con el desarrollo y con los riesgos que conlleva,
pero poniendo los medios hasta donde llegue nuestro saber para que aquellos se puedan mitigar
eliminando sus factores dañinos.
Así se hace para muchos de los casos citados y se refuerzan sus estructuras y se originan
gastos importantes en su construcción con el fin de que esas posibles caídas de meteoritos no
sean motivo de preocupación. Aunque ciertamente sigamos con el desarrollo o no, pongamos
protecciones en ello o no, seguirá siempre el grado de incertidumbre de daño tanto en lo
personal como colectivo, incluso es posible que el riesgo vaya aumentando…Ya que vendrá
impuesto por lo que parece inevitable aumento de población (a igual superficie y frecuencia de
caídas, cuanto más densidad de población mayor riesgo) y también por la asimismo lógica
pretensión de tener una mayor calidad de vida. Y todo ello llevará a la construcción de nuevos y
más grandes lugares ‘sensibles’. Además y en relación también con el imparable devenir cultural
se están poniendo en órbitas cercanas a la Tierra artefactos, satélites, etc, que hacen
aumentar el número de elementos potencialmente impactantes sobre nuestro planeta.
Es necesario pues que los ‘nuevos geólogos’ conozcan estos temas a fondo como parte que
son de nuestro interés profesional y vocacional. Y todo ello requiere esfuerzo y estudio, pues
como vemos entran en juego, además de nuestros intereses tradicional hacia la historia de las
rocas, nuevas temáticas, nuevas ciencias. ¿Sabremos responder a los nuevos retos?. O nos
quedaremos sólo con los recortes de lo que diga la prensa sobre lo que otros ‘han’ hecho?.
Espero que, como pasó sobre tantas otras cosas y entre ellas la Astronomía, la Universidad de
Salamanca sea, como este curso parece manifestarlo, un referente.
Capítulo 7 Página - 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Martín Escorza, C. (1986): Riesgos de daños por meteoritos. El Geólogo, 20: 39-43.
C.O.G.
Martín Escorza, C. (1987): Riesgos de origen cósmico. En: Riesgos geológicos. IGME.
305-315.
Alcalá, L. & Martín Escorza, C. (1996): La caída del meteorito de Madrid en 1896.
XII Bienal. Tomo Extraord. 125 Aniversario de la Real Sociedad Española de Historia
Natural, 471-474.
Martín Escorza, C.: Ordaz, J. & Alcalá, L. (1999): Historia terrestre de los
meteoritos caídos en Cangas de Onís 8Asturias) el 6 de diciembre de 1866. Tierra y
Tecnología, 19: 38-44. C.O.G.
Alcalá, L. & Martín Escorza, C. (2000): La caída del meteorito ‘Cabezo de Mayo’ en
el sur de Murcia en 1870. Geogaceta, 28: 3-6. S.G.E.
Capítulo 7 Página - 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 7 Página - 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Bhaavad Gita
Séneca
Capítulo 7 Página - 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
The fact that stones may fall from the sky and impact the surface of the Earth has
been generally accepted among geologists for the last two centuries. However, it is only in the
last three decades it has been understood that impact cratering is an important geological
process in our Solar System. This rather sudden revelation was a consequence of the human and
robotic exploration of the Solar System that begun in the late 1960’s, and the development of
petrological and geochemical methods to distinguish structures formed by cosmic impacts from
structures formed by other geological processes. Based on these methods it has been possible
to identify around 160 impact structures on Earth, and this number increases each year. In
addition, it is now clear that impact cratering is of much greater economical (e.g. ore minerals
and oil reservoirs), and biological (e.g. mass extinctions) interest than ever previously
understood.
An impact crater has the advantage over other geological structures that both its
shape, and the processes that formed it, can be calculated. This allows interpretations of the
properties of the target material, the environment at time of impact, and the processes that
have reworked the crater after its formation. Impact craters are traditionally classified based
on a transition from “simple” (bowl-shaped) into “complex” craters and finally “impact basins”
with increasing expended energy at impact. Complex craters are generally characterized by
collapsed rim and a central uplift, although the group spans morphologies up to the largest
multi-ring structures and basins.
The formation of the impact crater has been divided into three main stages “contact
and compression”, “excavation”, and “modification”, although the process is gradual (Melosh,
1989). The evolution to a “simple” or a “complex” crater morphology is determined by the
amount of crater collapse that occurs during the modification stage. Before the collapse,
craters of different sizes expand in a similar way until the “transient crater” is developed
(maximum depth reached). Hence the on-set diameter between simple and complex craters
depends on the gravitational force of the targeted object (the weaker the greater is the on-set
diameter), but also on the strength of the target (weak targets give smaller on-set diameters).
For great impacts the crater is less influenced by the target strength. It depends on the
material response to the shock. Smaller crater are therefore better indicators for target
properties. When a crater forms in a solid or non-compressible target material displacement
and fracturing will cause a volume increase at the crater rim. An uplifted rim is developed. On
top of this rim excavated material will contribute to the rim height. The relations between
crater diameter and rim height etc are so well known that they can be described in equations.
There are, however, several exceptions to this “standard” crater model. Craters from impacts
into layered targets with water covering a more rigid basement, as well as craters in
compressible targets may have completely different morphologies and diameters with respect
to the expended energy than the “standard” crater. The first instance is well exemplified by
the Middle Ordovician Lockne crater, Sweden. Geological data combined with numerical modeling
(Ormö et al., 2002a) has shown that the basement crater at Lockne is strongly influenced by
the water that covered the area at time of impact. The basement crater is 7.5 km wide. It is
surrounded by up to 3 km wide flaps of excavated basement rocks that in their distal parts
partly covers the tens of meters thick, mostly consolidated sediments that existed between
the water and the crystalline basement. Before deposition of the flaps a shallow excavation
flow swept away most of the more proximal sediments. In the recently discovered 140 m wide
Capítulo 7 Página - 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Sirente crater, Italy (Ormö et al., 2002b), the target was clay. The crater has an elevated rim
of excavated material, but lacks structural uplift. Instead the volume of the target clay has
decreased in a zone near the crater rim. Drilling indicated a compaction of the clay, likely due to
the shock from the impact.
In addition to the economical and biological significance of some impact craters they
have many applications within planetary science. By counting the number of craters on different
geological surfaces on a planet it is possible to estimate the relative geological age between the
surfaces. Craters can also tell much about the geology of the planet as they may expose
material from great depth below the surface. Deviations from the “standard” crater shape can
be used to estimate target properties at time of the impact. This is useful for
paleoenvironmental reconstructions of planets, especially where interpretations are restricted
to remote sensing and, hence, the search for areas where life may have evolved.
Melosh, H. J., 1989: “Impact Cratering: A Geologic Process”. Oxford Univ. Press, New York. 245
pp.
Ormö, J., Shuvalov, V., and Lindström, M., 2002a: "Numerical modeling for target water depth
estimation of marine-target impact craters". Journal of Geophysical Research, Vol. 107, E11.
Ormö, J., Rossi, A., and Komatsu, G., 2002b: "The Sirente crater field, Italy”. Meteoritics and
Planetary Science, Vol. 37. 1507-1523.
Capítulo 7 Página - 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 8 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Bernard de Fontanelle
Capítulo 8 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Niles Eldred La diversidad, una vez aparecidos los grandes grupos orgánicos, no ha sido
siempre la misma a lo largo de la Historia de la Vida: hay determinados periodos de tiempo
en donde cae muy bruscamente: Las extinciones masivas. Se plantean diferentes
interrogantes:
•¿Qué causa una extinción masiva?
•¿Existe una periodicidad en las extinciones masivas?
•¿Qué consecuencias produce una extinción masiva?
CAUSAS EXTRATERRESTRES:
Se proponen debido a la ciclicidad observada en las extinciones masivas:
cada 26-28 Ma,sobre todo en los últimos 245 Ma,
sucede una extinción masiva,
asociada un incremento en los impactos
meteoríticos sobre la Tierra.
Los cuerpos que impactan procederían
de la nube Oort.
¿Influencia de Némesis?
Capítulo 8 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
CARACTERÍSTICAS:
1: Mucha bibliografía
2: La 3ª extinción masiva más importante en la Historia de la Vida
3.- Grupos afectados:
Nanoplancton calcáreo
Foraminíferos planctónicos
Bivalvos: Rudistas e Inocerámidos
Cefalópodos: Ammonoideos, Belemnítidos
Dinosaurios
4.- Señales químicas y físicas adicionales:
Isótopos estables de C, O, N y Sr
Contenido en Ir, Ni, Cr, Fe, Co, Sb, As, Zn
Sanidina, hollín, diamantes
Cráteres de impacto, basaltos
1.- Anomalía de Ir
2: Cuarzos chocados
Capítulo 8 Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
-Hildebrand et al (1991)
- Estructura de impacto
- 180-300 Km. diámetro
- anomalía gravimétrica
- ambiente marino de plataforma
- recubierto por 300-1.100 m. seds.
- brechas con metamorfismo shock
- cuarzos chocados
- profundidad alcanzada: 15 Km.
- equivalencia sísmica: 10-11
similar al cráter Klenova (Venus)
- 6: Señales de Tsunamis
2.- Anomalía de Ir de origen volcánico (Ejemplo del volcán Kilahuea, Hawai, USA)
3.- Esférulas de sanidina de origen volcánico
4.- Pico de Sr
Capítulo 8 Página- 5 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Anomalía de Sr87 / Sr
6.- Episodio volcánico en el Decán (India): Flujos de lava en K/T de 512.000 Km3
Incertidumbre de 2 m.
- No anomalía Ir
Conclusión: La extinción K/T se produjo probablemente por ambas causas; los ecosistemas
estaban ya bastante depauperados como consecuencia de la prolongada actividad volcánica,
y el meteorito que impactó en Chicxulub, probablemente fue el “golpe de gracia” que
aceleró la tercera extinción masiva más importante de la Historia de la Vida.
EPÍLOGO:
Capítulo 8 Página- 6 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 10 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Karl Schlechta
Capítulo 10 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Una de las líneas de investigación del Laboratorio de Geología Planetaria del Centro de
Astrobiología consiste en el estudio de aquellos ambientes terrestres útiles no sólo para
entender cómo se originó la vida en nuestro planeta, sino también como modelos análogos “guía”
para su exploración en otros cuerpos planetarios.
Capítulo 10 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Desde el hallazgo en 19ª finales de los 70 de las chimeneas hidrotermales de Galápagos y del
EPR se contabilizan en la actualidad más de un centenar de áreas sumergidas en que existen
evidencias de la existencia de estos procesos de emisión.
Tanto las black y white smokers (Fig.3) como las emisiones frías de metano llevan asociada
una comunidad biológica singular que basa su actividad y metabolismo en reacciones
quimiosintéticas y en procesos simbióticos en estos ambientes extremófilos. Ejemplos de ello
son por ejemplo el Methanococcus jannaschii, Pyrococcus furiosus, Thermotoga marítima,
Pyrodictium o la simpiosis entre arqueas y bacterias sulfatorreductoras descubierta en
sedimentos relacionados con hidratos de gas en Oregón (EEUU).
Si existen muchas evidencias de que Marte tuvo una actividad volcánica muy importante y se
asume asimismo la existencia pasada de ciclo del agua en cierto modo similar al terrestre, con
mares y océanos, especialmente en su hemisferio norte, parece lógico pensar que ambientes
similares a los que actualmente observamos en los fondos de mares y océanos terrestres
pudieron ser zonas favorables para el origen y desarrollo de la vida.
Capítulo 10 Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 10 Página- 5 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 11 Página- 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Heyerdhal
Capítulo 11 Página- 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Hace poco más de tres años la nave Galileo descubrió que el campo magnético de Júpiter
era alterado en las cercanías de Calisto por un campo magnético local, inducido en este
satélite por las poderosas corrientes de plasma existentes en el entorno del mayor de los
planetas del sistema solar. El mismo fenómeno sucedía en Europa, y posteriormente fue
también encontrado en Ganímedes. La única interpretación que parece verosímil es que los
campos magnéticos se generen en capas de agua salada, de al menos varios kilómetros de
espesor, bajo la superficie de estos satélites jovianos. Se trataría, literalmente, de océanos
subterráneos.
El modelo de Reynolds y Cassen consideraba (por simplicidad) que la viscosidad del hielo
depende exclusivamente de la temperatura (esto se conoce técnicamente como viscosidad
Newtoniana), disminuyendo exponencialmente con el aumento de ésta. Desde entonces ésta ha
sido una premisa básica en los estudios sobre satélites de hielo. Pero los experimentos de
laboratorio muestran que el hielo de agua es en realidad un material no Newtoniano, lo que
Capítulo 11 Página- 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Por tanto, un estudio más riguroso de la dinámica de la capa de hielo de Calisto (y por
extensión, del resto de satélites helados del sistema solar exterior) debe tener en cuenta la
naturaleza no Newtoniana del hielo. Cuando ésta se considera en los cálculos se obtiene que la
corteza externa de hielo de Calisto es estable frente a la convección, lo cual implica que la
energía aportada por los isótopos radiactivos presentes en la fracción rocosa debe ser
suficiente para permitir a un océano interno escapar de la congelación, y sobrevivir hasta la
actualidad. Eso sí, a una profundidad de cien kilómetros bajo la superficie.
Figura 1. Fotografía de
Calisto tomada por la nave
Galileo en mayo de 2001, única
imagen global en color del
satélite tomada por ésta sonda.
En la imagen se observa que la
superficie se encuentra
salpicada de cráteres de
impacto, lo que atestigua que
su antigüedad se remonta a los
primeros tiempos del sistema
solar.
Capítulo 11 Página- 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Los cuatro grandes satélites de Júpiter, Io, Europa, Ganímedes y Calisto según su
separación creciente al planeta, son conocidos como satélites Galileanos en honor a su
descubridor, y podrían considerarse planetas por derecho propio. En cuanto a su tamaño, sólo
uno de ellos, Europa, es de menor tamaño que la Luna, mientras que el mayor, Ganímedes,
supera holgadamente a Mercurio, y es el satélite más voluminoso del Sistema Solar. Las
superficies y capas más exteriores de Europa, Ganímedes y Calisto están dominadas en su
composición por hielo de agua, mientras que Io tiene una corteza rocosa con su superficie
cubierta de compuestos de azufre. Los tres Galileanos más interiores presentan en diverso
grado huellas de actividad interna sobre su superficie: Io es el cuerpo magmáticamente más
activo que se conoce, con enormes volcanes haciendo erupción en la actualidad; Europa
presenta una superficie repleta de enormes fracturas y de parches donde el terreno original
ha sido destruido, adoptando una apariencia caótica; Ganímedes alterna en su superficie
regiones muy craterizadas y antiguas con otras de aspecto mucho más moderno. Por el
contrario, la muy craterizada superficie de Calisto no muestra signos de actividad interna, y
parece haber permanecido inalterada desde los primeros tiempos del Sistema Solar.
Además, los cuatro satélites Galileanos pueden albergar bajo su superficie profundos
océanos internos. En el caso de Io, de existir un océano subterráneo sería de roca fundida, y
podría contribuir a alimentar la actividad volcánica del satélite. En los tres más exteriores los
océanos internos consistirían en una capa global de agua líquida con sales en disolución (algo
así como el agua de mar), sobre los que flotarían las cortezas de hielo.
Así pues, la variedad geológica y geofísica exhibida por los satélites Galileanos no desentona
de la mostrada por los planetas rocosos del Sistema Solar interior, pero es evidencia de una
dinámica interna completamente distinta. La historia evolutiva de un cuerpo planetario es una
consecuencia de las fuentes disponibles de calor interno, y del modo en que este calor es
transmitido hacia el exterior. En los planetas de tipo terrestre el calor procede de la energía
Capítulo 11 Página- 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Unos días antes del encuentro del Voyager 1 con Io, Stanton Peale, Patrick Cassen y Ray
Reynolds publicaron un artículo que constituye un hito de las ciencias planetarias. En este
trabajo se predecía que la fricción debida a las fuerzas de marea ejercidas en el interior de
este satélite por el poderoso campo gravitatorio de Júpiter liberaría tanto calor que su interior
se fundiría, lo que a su vez se manifestaría como volcanismo activo a gran escala. Las fotografías
obtenidas por la sonda de erupciones volcánicas visibles en el limbo de Io son una espectacular
confirmación de las previsiones teóricas. En otros trabajos simultáneos los mencionados autores
propusieron que también se debería producir calentamiento mareal en Europa, que no sería tan
intenso como en el caso de Io, pero podría ser suficiente para mantener un océano de agua
líquida debajo de la corteza helada.
El mecanismo mediante el cual las mareas liberan energía es fácil de explicar. Las duraciones
de las órbitas alrededor de Júpiter de Io, Europa y Ganímedes presentan una proporción muy
próxima a 1:2:4, lo que quiere decir que por cada vuelta completa que da Ganímedes, Europa da
dos e Io cuatro, coincidiendo por tanto los máximos acercamientos y alejamientos entre ellos en
puntos concretos de las órbitas. Además, cuando Europa y Ganímedes se encuentran más
próximos entre sí, Io está a la máxima distancia entre ellos, al "otro lado" de Júpiter. Estos
fenómenos de coincidencia orbital, conocidos como "resonancias", tienen por efecto amplificar
las interacciones gravitatorias entre los satélites, y mantiene elípticas las órbitas de Io y
Europa. Una órbita elíptica, unida a la proximidad de los satélites a Júpiter y a la enorme masa
del planeta gigante, hace que ambos cuerpos se encuentren sometidos a un campo gravitatorio
muy intenso y variable, y también que las diferencias en el tirón gravitatorio joviano entre la
cara de un satélite enfrentada al planeta y la opuesta a él varíen apreciablemente según la
posición en la órbita. Por tanto, los satélites se deforman periódicamente, liberándose calor en
su interior a consecuencia a la fricción.
Capítulo 11 Página- 6-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
A partir de las observaciones y medidas realizadas por las sondas espaciales Voyager 1 y 2
en 1979, y Galileo a partir de 1995, se conoce bastante bien los diámetros y las masas (y por
tanto las densidades medias) de los cuatro satélites de Galileo. La densidad media de un cuerpo
ofrece importantes indicaciones sobre su composición. La densidad media de Io es típica de
rocas terrestres y meteoritos. La densidad media de Europa es alta, pero algo menos, por lo que
las rocas (incluyendo metales) deben estar acompañados por una cierta proporción de agua (ya
sea líquida o helada, ya que la diferencia de densidad entre estas dos fases es pequeña). Las
bajas densidades de Ganímedes y Calisto son indicativas de una composición a base de partes
aproximadamente iguales (en masa) de rocas y hielos.
A diferencia de sus vecinos, Calisto parece haber experimentado tan sólo un grado parcial de
diferenciación, y aunque existe evidencia a favor de una capa externa de agua de 350 km o
menos de espesor, el interior por debajo seguramente consiste en su mayor parte en una mezcla
más o menos homogénea de hielo, roca y metal, progresivamente más densa hacia el interior,
cuya componente helada no se habría fundido nunca, o de lo contrario la roca y el metal habrían
caído hacia las partes centrales del satélite. Aunque se han propuesto diferentes hipótesis para
explicar porqué la diferenciación no procedió de manera completa en Calisto, es muy significativo
que éste es el único de los Galileanos que no ha sido nunca calentado por mareas.
Capítulo 11 Página- 7-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
volcanismo, pero también existen algunos rasgos de origen no volcánico, como montañas de más
de diez kilómetros de altura, y algunos escarpes y barrancos.
La superficie de Europa es muy joven para los cánones del Sistema Solar, quizá más que 50
millones de años, como se deduce de la escasez de cráteres de impacto; además, la gran mayoría,
sino la totalidad, de los pequeños cráteres parecen haber sido originados por la caída de bloques
lanzados por los impactos que crearon los cráteres mayores. Europa carece de relieves
significativos, y los existentes no suelen superar los cien o doscientos metros de altura, aunque
en algunos casos pueden alcanzar incluso el kilómetro; esto parece una indicación de que el
substrato se mantiene relativamente caliente, por lo que el hielo fluye lentamente bajo su propio
peso (al estilo de un glaciar de la Tierra), y es incapaz de retener relieves por mucho tiempo.
Sobre la superficie de Europa pueden verse dos tipos generales de terrenos. Por una parte
se tienen llanuras densamente fracturadas. En ellas numerosas crestas (que aparecen
generalmente en parejas o grupos paralelos), artesas y bandas cortan la superficie, algunas a lo
largo de una extensión de varios miles de kilómetros. El patrón de distribución y orientación de
las fracturas es consistente con una formación inducida por mareas, y parece además indicar que
la corteza de hielo ha estado girando con respecto al núcleo durante la historia geológica
conocida de este satélite; para que este movimiento sea posible corteza y núcleo deben estar
dinámicamente separados, posiblemente por un océano interno.
En muchas de las bandas la corteza ha sido también separada, con aporte de material desde
el interior que ha rellenado los huecos, en una especie de análogo de la expansión del fondo
marino de la Tierra en las dorsales oceánicas, pero con la diferencia de que el material que
forma la nueva corteza en Europa es hielo. La separación debió proceder a intervalos pues es
frecuente ver las marcas dejadas por sucesivos rellenos de hielo, en la forma de crestas
Capítulo 11 Página- 8-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
El otro tipo de terreno consiste en áreas de aspecto caótico, en las cuales las llanuras con
crestas han sido literalmente rotas, con formación de bloques de forma poligonal en cuya parte
superior pueden verse todavía crestas y otros rasgos tectónicos. Los bloques se encuentran
empastados en una matriz de aspecto rugoso, y se han desplazado y rotado unos con respecto a
otros y a su posición original (que a veces puede deducirse); algunos incluso se han volcado
buscando su posición de equilibrio. Esto parecería indicar que los bloques flotaron como iceberg
sobre agua líquida expuesta sobre la superficie, y que posteriormente se congeló, pero también
es posible que en las áreas de caos el hielo del substrato hubiera sido calentado hasta
comportarse de manera dúctil, permitiendo el desplazamiento de los bloques. Quizá las áreas de
caos se relacionan con unos curiosos rasgos conocidos como lenticulae ("pecas" en latin), de unas
pocas decenas de kilómetros como máximo, y que consisten en zonas donde el terreno ha sido
levantado, incluso roto, o donde se han formado áreas de microcaos (análogos de menores
dimensiones de las regiones de caos propiamente dichas).
Ganímedes evidencia una historia geológica mucho más animada que la de Calisto, pero no
presenta el grado de actividad encontrado en Europa. Su superficie está constituida por dos
tipos de terrenos, obscuros y brillantes, que de alguna manera recuerdan a Calisto y Europa
respectivamente. Aproximadamente el 40 por cien de la superficie corresponde a terrenos
relativamente obscuros, muy craterizados y por tanto antiguos, que recuerdan lo que es típico en
Calisto (aunque el grado de craterización es menor). En estos terrenos se observan conjuntos de
surcos de 5 a 10 km de anchura, formados probablemente a consecuencia de impactos gigantes
en la historia temprana del Sistema Solar; también presentan grandes manchas brillantes y
aproximadamente circulares, llamadas palimpsestos, que corresponden a antiguos cráteres de
impacto ya casi irreconocibles.
Capítulo 11 Página- 9-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Los terrenos brillantes de Ganímedes son en general menos craterizadas (y por tanto más
modernas) que las obscuras; ocupan la mayor parte de la superficie, incluyendo los bordes de las
regiones obscuras, a las que delimitan. Las regiones brillantes pueden tener apariencia lisa, pero
las que se encuentran entre las zonas obscuras suelen tener aspecto estriado, y se llaman sulci
("surcos" en latín). Se han propuesto diversas explicaciones para el origen de los sulci, que
implican la erupción volcánica de hielo desde el interior, o la alteración tectónica de terrenos
antiguos. En muchas partes las regiones brillantes parecen haber crecido a costa de las
obscuras, e incluso en ocasiones las han cortado y separado, recordando en cierta medida la
expansión vista en algunas bandas de Europa.
Que un océano interno pueda haber sobrevivido en Europa hasta la actualidad sin congelarse
no es ninguna sorpresa, dada la aportación de calor debido a las mareas. Quizá se puede decir lo
mismo para Ganímedes, pero la existencia actualmente de un océano dentro de Calisto constituyó
una monumental sorpresa, pues iba en contra de las teorías aceptadas. En otro artículo clásico de
1979 Reynolds y Cassen habían obtenido que una corteza de hielo que flota sobre un océano en
un gran satélite de hielo sería inestable frente a la convección. Este proceso es tan eficaz
extrayendo calor desde el interior que, en ausencia de calor mareal, llevaría a la congelación de
cualquier océano interno en tan sólo unos cientos de millones de años, por lo que resultaría difícil
entender como podría haber sobrevivido hasta la actualidad uno en Calisto, más aún si este
satélite nunca ha tenido calor suficiente como para alcanzar un mayor grado de diferenciación.
Pero este trabajo consideraba por simplificación que la viscosidad del hielo (y por tanto su
capacidad de fluir y de experimentar convección) depende sólo de la temperatura, mientras que
los experimentos de laboratorio indican que también es influida por los esfuerzos (compresiones
y tensiones) a los que es sometido. Cuando se tiene esto en cuenta se obtiene que una corteza
externa de hielo en Calisto sería estable frente a la convección, lo que implica que este proceso
no puede extraer calor desde el interior y congelar un océano. Así, el modesto calentamiento
radiactivo debido a desintegración radiactiva en la fracción rocosa sería suficiente para
mantener actualmente estable un océano a unos cien kilómetros bajo la superficie. Por otra
parte, el efecto de los esfuerzos que las mareas ejercen sobre Europa y en algunas veces quizá
también sobre Ganímedes, podría ser suficiente para permitir la convección en sus cortezas de
hielo y a la vez el mantenimiento de océanos internos.
Europa y Ganímedes donde abundan sales además del hielo de agua. Las sales son probablemente
compuestos hidratados de magnesio y quizá sodio, y podrían ser evidencia de que en algún
momento del pasado de estos satélites llego a la superficie agua salada procedente del interior;
en las condiciones de ausencia de atmósfera el agua se sublimó dejando tras de sí depósitos de
sales. En Europa, los depósitos se encuentran preferentemente en las cercanías de fracturas y
áreas de caos, lo que apoyaría su procedencia del interior; actualmente no se dispone para
Ganímedes de datos adecuados sobre la distribución espacial de los depósitos.
Mundos únicos
Como hemos visto, la presencia (y magnitud) o ausencia de calor mareal en los satélites
Galileanos ha supuesto diferencias drásticas en su evolución, constitución interna y apariencia
externa. Aún más, ya que el efecto de las mareas depende de un fenómeno complejo y
difícilmente previsible como la dinámica orbital de un conjunto de cuerpos, salvo en el caso de
Calisto, que no se ve afectado, resulta extremadamente complicado intentar predecir cual puede
ser la evolución de estos en el futuro, puesto que la disipación de energía por mareas puede
aumentar o disminuir. Una mayor proporción de calentamiento podrían totalmente el aspecto de
Europa hasta hacerlo irreconocible, aunque no parece que Ganímedes, que conserva regiones muy
antiguas, puede verse tan afectado como para variar sustancialmente. En cuanto a Io, es difícil
concebir un mundo más volcánico, pero si el calentamiento se redujera ostensiblemente la
superficie podría renovarse más lentamente y empezar a preservar un registro geológico de
cierta amplitud. Por tanto, los satélites Galileanos que conocemos son un conjunto de cuerpos
único no solamente en el Sistema Solar, sino también en el tiempo
Tabla 1
Características generales de los satélites Galileanos comparados con la Luna
Bibliografía
The New Solar System, 4ª edición, editado por J.K. Beatty, C. C. Petersen y A. Chaikin,
Cambridge University Press, 1999.
Capítulo 12 Página- 1
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
“Hemos amado con demasiado fervor a las estrellas, para temer a la noche”.
(Epitafio en la lápida mortuoria de dos astrónomos aficionados)
Capítulo 12 Página- 2
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
En este contexto, la comparación espectral (NIR-CL) de dichos compuestos con los que
pudieran formar parte de las partículas de los cometas en este caso a través del estudio de las
Leonidas, puede aportar nuevos datos no sólo para intentar explicar el origen de la vida en
nuestro planeta, sino también para profundizar en su papel en relación con la exploración
astrobiológica fuera de la Tierra.
COMETAS: H, C, O, CN, CH, OH, H2O+, CN+, CH+, OH+, N2+, CO+, CO2+ y moléculas
orgánicas complejas tales como CH3CN, H2CO y HCO
a) la sonda GIOTTO, en su estudio del cometa Halley pudo obtener registros espectrales
de partículas de polvo. La mayoría de ellas tenían una composición carbonácea, lo que
justificó la denominación de material “CHON” a partir de la interpretación de sus
composiciones elementales.
b) huellas de materia orgánica se detectaron en 1999 en la estela de una “fireball” de las
Leónidas a 55 km de altitud (Fig.1).
Capítulo 12 Página- 3
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
OBJETIVOS
Los principales objetivos del proyecto que forma parte de la misión en la que se ha participado
por primera vez son:
Agradecimientos
Capítulo 12 Página- 4
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo13 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Proverbio persa
Capítulo13 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
5. ¿Por qué los magmas marcianos son más fluidos que los terrestres (en otras
palabras, ¿por qué sólo hay volcanes en escudo?).
7. ¿Qué origen tiene el escalón que separa las tierras altas y bajas (Figura 3)? ¿Es el
límite de una cuenca de impacto, el borde de una paleoplaca litosférica, o algo
totalmente distinto?
9. Por último, la pregunta que nos llevará a Marte: ¿Hay una sola biosfera en el
Sistema Solar? En caso afirmativo, ¿por qué? ¿Qué tiene –o tuvo- la Tierra de
especial?
- Marte es el único planeta donde existen rocas abundantes de todas las épocas de la
historia del Sistema Solar (Figura 4). Se ha dicho que los cometas son piedras de Rosetta
del sistema, pero lo cierto es que este honor le cabe a Marte: los cometas son fósiles de la
nebulosa protoplanetaria, pero no nos dicen nada sobre la evolución de ésta; en cambio
Marte, con rocas casi tan antiguas como los propios cometas (el meteorito ALH84001, por
Capítulo13 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
- Junto a Mercurio, Marte es el único planeta que al que, con la tecnología actual, podrían
viajar tripulaciones humanas. Y, admitiendo que Mercurio guarda secretos de gran interés
(por ejemplo, la posible existencia de hielo en cráteres polares), tenemos muchas más
preguntas que formular a Marte, o a sus satélites. Y aunque en todas ellas podremos
avanzar mediante exploración robótica, es difícil que las sondas nos den respuestas
definitivas.
- Marte es el lugar del Sistema Solar en el que seguramente se establecerán las primeras
comunidades autosuficientes de seres humanos. Y, en un futuro mucho más lejano, el único
planeta que quizá podría terraformarse con tecnología ya existente.
Figuras
Capítulo13 Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
3. El escalón topográfico que separa las tierras altas y bajas de Marte tiene unos 5 km de
desnivel por término medio.
Capítulo13 Página- 5 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
4. Las edades de las rocas marcianas, terrestres y lunares. Mientras que los calendarios
terrestre y lunar están desequilibrados (hacia los extremos reciente y antiguo,
respectivamente), el de Marte presenta porcentajes parecidos de rocas antiguas y
modernas.
Capítulo13 Página- 6 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Álvaro Márquez
Departamento de Matemáticas,
Física aplicadas y Ciencias de la Naturaleza
Universidad Juan Carlos
amarquez@escet.urjc.es
Capítulo14 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo14 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Marte, el planeta rojo, ha excitado la imaginación de los hombres desde la antigüedad, y sin
duda una de las causas es que hemos descubierto que Marte es el planeta con un “medio
ambiente” más similar al terrestre.
Un día de 24 horas, estaciones como las terrestres, una tenue atmósfera con blancas
nubes y tormentas de polvo, y dos blancos casquetes polares que crecen en invierno, son todas
características marcianas observables con un telescopio y que hacen de Marte un mundo muy
“cercano” al nuestro. De hecho hasta la década de 1950 se pensaba que los cambios estacionales
de color que se observan en la superficie marciana eran debidos a su vegetación. Las misiones
espaciales a Marte de los años 60 y 70 cambiaron radicalmente nuestra visión del clima actual de
Marte, mostrándonos un planeta desierto provisto de una tenue atmósfera de CO2 con unas
presiones y temperaturas tan bajas que hacen casi imposible la existencia de agua líquida en la
superficie. Pero a cambio, estas misiones nos mostraron las pistas de uno de los problemas
científicos más fascinantes de la planetología actual: el rompecabezas de la evolución climática
de Marte.
Los datos e imágenes enviadas por las misiones Mariner 9 y Viking 1-2, junto con las más
recientes de la Mars Global Surveyor y la 2001 Mars Odyssey, nos han mostrado que la geología
marciana es una de las más completas del Sistema Solar, con terrenos craterizados, volcanes,
cañones, etc. Pero quizás lo más interesante, es que existen múltiples posibles evidencias
geológicas de cambio climático en el registro marciano. La interpretación de todas ellas es
discutida, y en algunos casos muy polémica.
Pero los cálculos que se han realizado para ver cuanto CO2 sería necesario en esa atmósfera
marciana inicial para permitir la existencia de agua líquida superficial, muestran que cuando la
cantidad de CO2 en la atmósfera sube por encima de unos 2.5 bares éste comienza a condensar,
por lo cual no es posible generar densas atmósferas en Marte sólo con CO2.
Esta atmósfera, con la luminosidad solar calculada para la época, provocaría una temperatura
superficial de sólo 220 K, muy por debajo de la zona de estabilidad del agua líquida. Por tanto,
las evidencias geológicas parecen hablar de un Marte inicial con un clima más templado que
Capítulo14 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
permitiera la existencia de agua líquida, mientras que los modelos atmosféricos nos muestran
que no es posible alcanzar esas temperaturas en presencia del joven Sol débil. La solución a este
problema es uno de los grandes debates actuales en la paleoclimatología de Marte y actualmente
está lejos de alcanzarse el acuerdo entre los investigadores sobre este problema.
Todos los “matices” geológicos son clave en este debate, y así una observación más atenta de
las características de los canales de escorrentía, muestra que existen diferencias significativas
con respecto a las típicas redes de drenaje terrestres: por ejemplo, la densidad de afluentes en
los canales marcianos es mucho menor que en las redes terrestres. Esto ha llevado a muchos
investigadores a proponer que estos canales se han formado sobre todo por la salida de aguas
subterráneas a la superficie socavándola. Sin embargo, para que se generen por este mecanismo
redes tan largas como las marcianas parece necesario una recarga continua del acuífero. Si a
esto añadimos que los cráteres de los terrenos antiguos aparecen mucho más erosionados que los
de los terrenos más recientes, tenemos evidencias para pensar en un Marte inicial con una
atmósfera más densa que la actual (aunque quizás no lo suficiente para permitir agua líquida
estable durante mucho tiempo), que provocaba una mayor erosión, y algún mecanismo
atmosférico (aún poco claro) de recarga de los acuíferos, que “descargaban” puntualmente agua a
la superficie erosionándola y formando los canales.
Pero a principios de los años 90 un grupo de investigadores llamó la atención sobre cómo
podría afectar al clima de Marte la salida catastrófica a la superficie de Marte de las enormes
cantidades de agua que transportaban los canales de desbordamiento. Gran parte de toda esta
agua puesta en la superficie pasaría a la atmósfera por evaporación, lo que podría provocar un
aumento importante de la presión atmosférica y la temperatura por el efecto invernadero del
vapor de agua, liberando además el agua y CO2 helados que existen en el suelo marciano,
disparando un cambio climático global que podría llegar a provocar la formación de un océano en
las tierras bajas del hemisferio norte, junto con extensos casquetes polares. Los océanos se
perderían posteriormente de manera poco clara, quizás por infiltración en el subsuelo, y el
planeta volvería a un clima “similar” al actual.
Este proceso podría haberse repetido varias veces en la historia marciana. Como los canales
de desbordamiento poseen edades diversas, pero siempre más jóvenes que las de los terrenos
craterizados antiguos, este modelo propone un comportamiento “espasmódico” del clima marciano
posterior al fin del Gran Bombardeo Meteorítico: largas etapas de un clima frío y desértico
como el actual, puntuadas por bruscos episodios de clima más cálido con existencia de grandes
masas de agua en el hemisferio Norte.
Capítulo14 Página- 4 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Menos polémica ha sido la propuesta de que numerosos cráteres del Hemisferio Sur han
podido albergar en su interior lagos helados que han dejado un interesante registro geológico
con importantes sucesiones de capas sedimentarias. Sucesiones parecidas, aunque de mayor
espesor, han sido descritas también en el interior de Valles Marineris, un gran cañón del ecuador
marciano. El debate en estos casos se centra en el origen de estas capas, ya que se han
propuesto medios sedimentarios alternativos al agua, y sobre todo en su edad. Mientras que
algunos investigadores hacen una interpretación “clásica” de la escasez de cráteres en muchos
de estos depósitos como signo de su juventud, otros han propuesto que se trata de depósitos
antiguos exhumados recientemente. En cualquier caso, estas secuencias sedimentarias marcianas
pueden poseer en su interior algunas de las claves del registro climático pasado de Marte.
Pero quizás los depósitos sedimentarios más interesantes y sorprendentes descubiertos son
los que aparecen asociados a zonas con abundancia de hematites, un mineral (óxido de hierro)
que sólo se forma en presencia de agua líquida. Pero el contexto geológico de estos depósitos, en
una zona de tránsito entre los dos hemisferios hacen que su interpretación climática en estos
momentos no esté nada clara.
En medio de estos debates sobre los posibles lagos y/o océanos episódicos “jóvenes” del
hemisferio Norte marciano, en el año 2000 las imágenes de alta resolución de la sonda Mars
Global Surveyor trajeron una nueva “pieza” inesperada a este rompecabezas: formas erosivas
muy recientes en las paredes de cráteres y cañones aparentemente formadas por torrentes de
agua. Estas “torrenteras” (imposibles de ver por su tamaño en las imágenes anteriores de las
sondas Viking) han venido a enredar aún más el ya complejo rompecabezas de la historia
climática marciana, ya que su morfología parece indicativa de la acción de agua líquida, y su
“frescura” indica que son formas muy recientes. Casi todas ellas parecen formarse por la acción
erosiva de agua que surge de unos niveles rocosos situados a unas pocas decenas de metros bajo
Capítulo14 Página- 5 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
la superficie, los cuales afloran en las paredes de estos cráteres y cañones. Sin embargo, ya
hemos comentado que el agua líquida es inestable en el Marte actual, y más en la zona donde han
aparecido estas torrenteras, principalmente entre 30 y 60 S. En este área las presiones y
temperaturas atmosféricas reinantes todo el año predicen que el agua debe estar congelada en
el subsuelo hasta varios kilómetros de profundidad.
La sorpresa fue mayúscula entre la comunidad científica, que intenta encontrar solución a
este enigma. Algunos han propuesto que el líquido que produce las formas erosivas no es agua,
sino CO2 almacenado en el subsuelo.
Otros afirman que no es el agua subterránea la que forma las torrenteras sino el deshielo de
la nieve que se acumularía en invierno en esas laderas, las cuales están orientada
preferentemente hacia el lado Sur, el más frío. Otros, en fin, proponen diferentes mecanismos
que puedan hacer surgir “ocasionalmente” de forma más o menos explosiva cierta cantidad de
agua del subsuelo (acuífero) que podría encontrarse líquida por motivos poco claros. Lo único que
parece claro es que nadie se esperaba este descubrimiento, y nadie sabe de momento darle una
explicación satisfactoria ni aclarar su posible significado climático.
Capítulo14 Página- 6 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 15 Página- 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Proverbio Sánscrito
Capítulo 15 Página- 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
INTRODUCCIÓN
La historia del agua en Marte continúa siendo una asignatura incompleta. La atmósfera
marciana contiene sólo una cantidad pequeña de agua, y el agua líquida resulta inestable en la
superficie, y sólo se ha detectado hielo en las zonas polares. Sin embargo, Marte muestra
numerosas formas de erosión y acumulación que evidencian la presencia de flujos de agua en
superficie. La presencia de estas formas debidas al flujo de agua constituye para algunos
investigadores la principal prueba de que Marte ha sufrido importantes cambios en clima.
Las primeras observaciones sobre formas acanaladas en Marte se remontan al siglo XIX,
donde diversos mapas incluían unas formas lineares conocidas como canali. Perival Lowell
describió algunos de estos canali, planteando la posibilidad de que se debieran a civilizaciones
más avanzadas y construidas progresivamente como respuesta a la desecación del planeta. Las
fotografías obtenidas en la Misión Mariner 9 (1971) concluyeron que tales canali descritos
anterioremente no existían y que las especulaciones al respecto eran fruto de la imaginación de
los observadores. Sin embargo, esta misión reveló la diversidad geológica de Marte y que
conocemos en la actualidad, incluyendo la presencia de profundos cañones y canales secos, en los
que el agua ha jugado un papel predominante.
Capítulo 15 Página- 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Aunque menos evidentes, los polos marcianos tambien presentan morfologías en canales,
denominados chasma, cuyos rasgos que apuntan a una generación por flujo catastrófico de agua.
Chasma Boreale
Chasma Boreale (80-85 de latitud y 0-70 de longitud) constituye el mayor reentrante del
polo norte marciano y aparece excavado en sedimentos glaciares (depósitos estratificados
polares), que cubren Planum Boreum. Este Chasma presenta una forma triangular de 6000 km de
longitud, con unca cabecera bien delimitada de 55 km de anchura y una zona distal que supera los
450 km de anchura. El origen de estos chasmas se ha atribuido a un origen eólico, para ciertos
Capítulo 15 Página- 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
rasgos presentes en el interior de los Chasmas polares, tanto lineaciones como dunas (Cutts,
1973; Thomas y Weitz, 1989). Otras hipótesis apunta a un origen fluvial, donde el agua se
generaría por fusión en el interior de casquete marciano (Wallace y Sagan, 1979; Clifford, 1980;
1987). Recientemente, esta segunda hipótesis ha ido tomando peso al reconocerse numerosos
formas superficiales debidas a flujos y que justifican el posible drenaje catastrófico de lagos
subglaciares (Benito et al., 1997).
Chasma Boreale y secciones topográficas realizadas por el Mars Orbiter laser altimeter
(MOLA).
Aguas abajo de la zona de sapping, el flujo seria el responsable de la incisión del canal, que
se desarrolla tanto sobre los depósitos estrati6cados como sobre el pitted terrain. En los
depósitos estratificados los canales desarrollados son similares a los canales móviles (outflow
channels) principalmente descritos en las zonas ecuatoriales de Marte (Baker y Kochel, 1979).
Presentan el aspecto tipico de una red anastomosada generada con canales de limites difusos,
Capítulo 15 Página- 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
En los pitted terrains los canales son similares a las redes de valles secos (dry valleys) de
zonas ecuatoriales desarrollados sobre terrenos antiguos craterizados y alomados (ancient hilly
cratered terrain). El tipo y grado de desarrollo de la red depende de la energia del flujo y la
energia o composición del sustrato. Los depósitos estratiñcados probablemente permitirian un
fácil modelado y se alcanzaria un rápido equilibrio entre la energía o capacidad erosiva del flujo,
y la resistencia del sustrato a la erosión. Por su parte los pitted terrain ofrecerian mayor
resistencia a la erosión favoreciendo el encajamiento y la jerarquización de la red.
Existen diversos trabajos que señalan a los procesos de sapping como principales
responsables de la generación de canales en zonas ecuatoriales. Nirgal Vallis es un posible
ejemplo de valle marciano generado por sapping (Milton 1973; Pieri, 1980). Esta interpretación
genética implicaria según el Mars Channel Working Group (1983), la necesidad de un ciclo
hidrológico activo para mantener el caudal del manantial, en la cabecera de los valles. La recarga
necesaria se suministraría por medio de precipitaciones durante un episodia o fase climática de
Marte muy diferente a la actual.
Chasma Australe
Chasma Australe constituye el principal forma del polo sur marciano, consituyendo un
reentrante excavado en los depósitos estratificados polares (PLD). Este canyon presenta 500
km de longitud, entre 20 y 80 km de anchura, y hasta 1000 m de profundidad, que se inicia a
Capítulo 15 Página- 6-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
unos 270 km del polo sur y que muestra una dirección general norte. En su forma general
presenta una forma curvada de unos 40º hacia el oeste, pero su margenes, especialmente el
margen este, es rectilíneo en secciones de hasta 180 km de longitud. Los surcos característicos
del los PLD en las zonas polares aparecen cortados por el chasma, mientras que las unidades Hdu
y Dorsa Argentea de Tanaka y Scott (1987) se encuentran localizadas en el fondo de Chasma. Al
igual que Chasma Boreale, este Chasma Australe se le ha atribuido un origen eólico, y mas
recientemente un origen debida a flujo catastrófico (Anguita et al., 2000).
Capítulo 15 Página- 7-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Las formas, procesos y magnitudes de caudal descritos para Marte pueden parecen distar
mucho de las crecidas terrestres, incluso aquellas producidas en grandes ríos como el Amazonas
(caudales punta de unos 100.000 m3 s-1). A escala geológica, y mas concretamente hace unos
20.000 años, se produjeron una serie de inundaciones catastróficas que por las consecuencias
geomorfológicas y magnitudes de los caudales se acercan a las inundaciones marcianas. Estas
inundaciones, las más grandes conocidas en la historia de la tierra, van a servir de ilustración del
papel de los eventos extraordinarios en la modificación de los sistemas fluviales y del modelado
a gran escala. Asímismo, se abordarán las bases de la metodología utilizada en la reconstrucción
paleohidrológica de inundaciones y la cuantificación mediante parámetros físicos de la energía
asociada al desarrollo de morfologías erosivas y acumulativas en canales rocosos. La formación
de lagos temporales y la generación de grandes inundaciones (jökulhlaups) por rotura de las
presas de hielo, podría ser un fenómeno relativamente frecuente al final de la última glaciación
en aquellos ríos que drenaron los principales casquetes glaciares de Norteamérica, Europa y Asia
(Dawson, 1992). Estas inundaciones catastróficas, desigualmente estudiadas, causaron
importantes modificaciones en las redes de drenaje y el modelado de determinadas zonas.
La excepcional magnitud de las inundaciones producidas por agua procedentes del Lago
Missoula (Montana) y que arrasaron alrededor de 40.000 km2 protagonizaron una de las grandes
polémicas en la historia de la Geomorfología (Baker, 1987). La controversia creada desde los
años 20 por la teoría de Harlen Bretz (1923; 1925; 1929) rompió con los moldes del más estricto
uniformitarismo, y su interés sirvió para impulsar la aplicación de métodos hidrológicos en la
cuantificación de las inundaciones (Costa, 1987).
El Lago Missoula, localizado en Montana (NW de EEUU), se generó durante el último glacial
como resultado del avance hacia el sur de los casquetes de hielo Cordilleranos, que llegaron a
taponar un sector de la red de drenaje principal (Fig. 4). Esta barrera de hielo en su máximo
desarrollo represó un volumen de agua de 2100 km3, la mitad del volumen del actual lago
Michigan, con una extensión de 8000 km2, y alcanzó los 600 m de profundidad (más de dos veces
la profundidad del Lago Superior) (Pardee, 1942).
Capítulo 15 Página- 8-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Localización del
Lago Missoula y zona
inundada durante su
rotura en el
Pleistoceno Superior
Formas erosivas
Las morfologías erosivas dejadas por la inundación pueden ordenarse de menor a mayor
energía desde la formación de colinas de loess con formas aerodinámicas alargadas en la
dirección del flujo, erosión del loess y exposición del basalto, erosión del basalto con
formación de una topografía de mesas y depresiones y, finalmente la formación de canales
excavados en el basalto que se produjeron por el retroceso de grandes cataratas (Baker,
1973; Benito, 1997) . Estas morfologías constituyen buenos indicadores de las áreas
sumergidas e indica de forma clara la altura mínima de la inundación. Asímismo existen
otras formas erosivas que reflejan el nivel de inundación, como son las líneas de erosión que
separan de forma neta áreas donde se mantiene el loess intacto y zonas donde ha sido
barrido por el flujo.
Formas acumulativas
Capítulo 15 Página- 9-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Barras
Las barras constituyen indicadores de caudal mínimo (Baker, 1973; Baker y Nummendal,
1978; Benito y O'Connor, 2003) y pueden agruparse de acuerdo con las condiciones
hidraúlicas que las produjeron en:
c) Barras en expansión (en áreas donde el flujo vierte desde el canal principal, a través
de divisorias, hacia otros valles adyacentes).
Las barras longitudinales se localizan en áreas de deceleración de flujo dentro del canal
principal, tales como expansiones o bifurcaciones del canal. Los sedimentos que constituyen
estas barras reflejan la carga de fondo transportada por el flujo, principalmente bloques y
gravas. La presencia en superficie de trenes de ripples indica el rápido descenso del nivel
de la inundación que impiden el remodelado durante los estadios decadentes de la
inundación.
El derrame de agua y sedimentos desde el canal principal hacia otros valles a través de
divisorias genera la acumulación de barras con morfologías tipo delta o en expansión. Las
implicaciones de estas barras desde el punto de vista paleohidrológico son importantes y ha
sido utiliada con éxito por Benito y O'Connor (2003) para determinar el número, magnitud y
frecuencia de las principales inundaciones del Lago Missoula. Estas divisorias constituyen
un nivel discriminante o nivel de censura de caudal, de tal forma que únicamente las
inundaciones con elevaciones de flujo por encima de dichas divisorias van a ser capaces de
acumular sedimento sobre la barra en expansión. Por lo tanto, el número de unidades
sedimentadas en la barra refleja el número de inundaciones de magnitud superior al
establecido por la altura de las divisorias. Las barras en expansión estan constituídas por
gravas y arenas acarreadas por el canal principal como carga en suspensión y aparecen
organizadas en foresets de estratificación cruzada, culminados por acumulaciones de
arenas masivas.
En general, las acumulaciones que más se aproximan al nivel máximo alcanzado por el
flujo son las barras en torbellinos, depositadas en áreas de separación de flujo desde el
canal principal hacia zonas hidrológicamente inefectivas y, por tanto, de rápida
deceleración y acumulación del material. Los materiales depositados en la barras en
torbellinos están constituídos por gravillas y arenas organizados en cuerpos con grandes
"foresets" de estratificación cruzada.
Bloques erráticos
Quizás uno de los mejores indicadores geológicos de mínimo caudal punta los
constituyen los erráticos o bloques de naturaleza granítica que provienen de Canada y que
fueron transportados flotando sobre bloques de hielo hasta zonas de baja energía
(O'Connor y Baker, 1992). En estas zonas de estancamiento hidraúlico, los erráticos
quedarían anclados y acumulados al descender la onda de crecida
Reconstrucción palehidrológica.
Metodología
Sin duda, la mayor exactitud en el cálculo del caudal y velocidad se consigue con los
métodos de paso estándar o "step-backwater" en canales abiertos (Chow, 1959; Shearman,
1976), al tener en cuenta las variaciones y pérdidas de energía del flujo de agua. El
procedimiento de cálculo es de carácter iterativo de tipo prueba-error y se basan en la
resolución de la ecuación de la energía en una dimensión derivado de la fórmula de Bernuilli
para flujo estacionario gradualmente variado. Los datos requeridos son: 1: secciones
transversales de canal; 2: distancia entre las secciones transversales. 3: régimen de flujo,
4: caudal a modelar, 5: elevación conocida o estimada de la superficie de agua en la primera
sección, 6: valores de rugosidad 'n' de Manning y de coeficientes de expansión y
contracción.
Los modelos de paso estándar han sido utilizados con éxito en la reconstrucción de
inundaciones catastróficas del Lago Missoula (O'Connor y Baker, 1992 y Benito y O'Connor,
1991; 2003) y del Lago Kuray (Baker et al., 1993).
Modelización
Debido a que el procedimiento de cálculo se basa en una técnica iterativa del balance
energético entre dos secciones transversales, las determinaciones se simplifican mediante
la utilización de ordenadores. La modelización puede realizarse mediente programas
comerciales, entre los que destaca el modelo HEC-2 del U.S. Army Corps of Engineers. Las
bases de este programa y su utilización pueden obternerse del manual del usuario publicado
por el Hydrologic Engineering Center (1982), Feldman (1981) y en Bedient y Huber (1988) y
su aplicación a estudios paleohidrológicos aparece explicada en O'Connor y Webb (1988).
generados por debajo de la superficie de agua. Por otro lado, existen una serie de
indicadores tales como divisorias que no han sido cruzadas por el flujo o áreas no
inundadas, que evidencian un nivel de inundación inferior a estas zonas. Otros indicadores
como líneas de erosión deben de aproximarse a la altura del flujo durante el caudal punta.
Los cálculos hidrológicos se realizaron en la garganta del río Columbia (Benito, 1997; Benito
y O'Connor, 2003), donde podemos asegurar que la erosión de las inundaciones no produjo
cambios sustanciales en las secciones del canal principal, tanto en el lecho como en las
paredes.
Las primeras dataciones reflejan un límite de edad máximo de 19.015 años BP para la
máxima inundación, y muy posiblemente se prudejeran hace 17-18.000 años, teniendo en
cuenta la cronología de avance de los lóbulos del Caquete Cordillerano (Waitt and Thorson,
1983).
La mayor parte de las inundaciones tuvieron lugar hace unos 14.000 años y al menos
siete superaron los 3 millones de m3/s, aunque no existen evidencias de que alcanzaron los
5 millones de m3/s. Sin duda, el resto de las inudaciones hasta las 89 descritas por Waitt
(1980; 1985), a partir del estudio de afloramientos de depósitos rítmicos de baja energía,
presentaron caudales punta inferiores a los 2 millones de m3/s. La última inundación se
produjo hace 12.000 años y al igual que las anteriores su magnitud no rebasó los 2 millones
de m3/s.
Diversas inundaciones catastróficas, aunque de menor magnitud que las del Lago
Missoula, han sido descritas durante el último glacial en la cuenca de drenaje del sistema
Mississippi-Missouri-Ohio, en el frente del Casquete Laurentide, al NE de Norteamérica.
Las principales inundaciones fueron ocasionadas por el Lago Agassiz, calculándose caudales
punta de 1 millón de m3/s (Matsch, 1983).
través de divisorias, como por rotura de presas de hielo o jökulhlaups (Grosswald, 1980).
Dentro de este segundo tipo, Baker et al., (1993) estudian las inundaciones del Lago Kuray,
en las Montañas Altay en Siberia, donde se reconocen evidencias erosivas y acumulativas
similares a las descritas en Norteamérica para el Lago Missoula, como por ejemplo barras,
ripples gigantes y bloques erráticos. Estas inundaciones alcanzaron una magnitud de 18
millones de m3/s, ligeramente superior a los 17 millones de m3/s calculadas por O'Connor y
Baker (1992) para el Lago Missoula cerca de la zona de rotura.
A partir de los datos geométricos que se disponen de las alturas de las presas y del
volumen de los lagos descritos, y comparándolos con datos de la hidrología de inundaciones
producidas por rotura de presas artificiales y de jökulhlaups actuales se pueden inferir los
mecanismos de rotura (Baker et al., 1993). Por un lado, tanto las inundaciones del Lago
Missoula como las del Lago Kuray presentarían mecanismos de rotura de la presa de hielo
similares a los presentados en presas artificiales, es decir con rotura y desague rápido. Por
otro lado, las inundaciones descritas en relación con el Casquete Laurentide encajan con
mecanismos de rotura lento con desagüe prolongado, iniciándose a través de túneles
escavados en el hielo, tal y como ocurre en los actuales jökulhlaups.
BIBLIOGRAFÍA
Anguita, F., Babín, R., Benito, G., Gómez, D., Collado, A., Rice, J. (2000). Chasma
Australe, Mars: Structural framework for a catastrophic outflow origin. Icarus
144, 302-312
Baker, V. R. 1990. Spring sapping and valley network development, Groundwater
Geomorphology: the Role of Subsurface Water in Earth- Surface Processes and
Landforms (C. G. Higgins and D. R. Coates, Eds.), pp. 235–265. Geol. Soc. Am. Spec.
Pap. 252.
Baker, V. R., and R. C. Kochel 1979. Martian channel morphology: Maja and
Kasei Valles. J. Geophys. Res. 84, 7961-7983.
Baker, V.R. (1973): Paleohydrology and sedimentology of Lake Missoula flooding
eastern Washington. Geological Society of America Special Paper 144, 79 p.
Baker, V.R. (1978): The Spokane flood controversy and the martian outflow
channels. Science, 202 (4373), 1249-1256.
Baker, V.R. (1987): Paleoflood hydrology and hydroclimatic change. in: The
influence of climate change and climate variability on the hydrologic regime and
water resources, (Proceedings of the Vancouver Symposium). Int. Assoc., Hydr.
Sci. Publ. No. 168, p.123-132.
Baker, V.R. and Bunker, R.C. (1985): Cataclysmic late Pleistocene flooding from
glacial Lake Missoula; A review: Quaternary Science Reviews, 4, 1-41.
Baker, V.R. and Komar, P.D., (1987): Cataclysmic flood processes and landforms.
in: Baker, V.R., Greeley, R., Komar, P.D., Swanson, D.A. and Waitt, R.B.Jr., The
Columbia and Snake River Plains. In: Graf, W.L., (Ed.), Geomorphic systems of
North America. Geological Society of America, The geology of North America,
Centennial Special Volume 2, 423-443.
Baker, V.R. and Nummedal, D. (1978): The Channeled Scabland. Planetary
Geology Program, Washington, D.C., National Atmospheric and Space
Administration, Office of Space Science, 186 pp.
Baker, V.R., Benito, G. and Rudoy, A. (1993): Paleohydrology of Late Pleistocene
Superflooding, Altay Mountains, Siberia. Science, 259, 348-350.
Bedient, P. B. and Huber, C. (1988): Hydrology and floodplain analysis. Addison-
Wesley Publishing Co., 452-478.
Benito, G. (1997): Energy expenditure and geomorphic work of the cataclysmic
Missoula flooding in the Columbia River Gorge, USA. Earth Surface Processes and
Landforms, 22, 457-472.
Benito, G. and O’Connor J.E. Number and size of last-glacial floods in the
Columbia River valley between Pasco Basin Washington, and Portland, Oregon.
Geological Society of America Bulletin, (en prensa) Ms. B25166R
Benito, G. and O'Connor, J.E. (1991): Hydraulics and geomorphic features of
late Pleistocene Missoula flooding in the Columbia River Gorge. Geol. Soc. of
America Abstract with Programs 23, No. 5, 207.
Benito, G., Mediavilla, F., Fernández, M., Márquez, A., Martínez, J. and Anguita,
F. (1997). Chasma Boreale, Mars: A sapping and outflow channel with a tectono-
thermal origin. Icarus, 129, 528-538.
Bretz, J.H. (1923): The Channeled Scabland of the Columbia Plateau. Journal of
Geology, 31, 617-649.
Bretz, J.H., (1969): The Lake Missoula floods and the Channeled Scabland.
Jour. Geology, 77, 505-543.
Bretz, J.H.; Smith, H.T.U., and Neff, G.E., (1956): Channeled Scabland of
Washington; new data and interpretations. Geol. Soc. America Bull., 67, 957-1049.
Carr, M.H., (1996): Water on Mars. Oxford University Press, New York, 229
pp.
Clifford, S. M. (1980). Chasma Boreale (85ºN, 0ºW): Remnant of a martian
jökulhlaup? Bull. Am. Astron. Soc. 12, 678.
Clifford, S. M. (1987). Polar basal melting on Mars. J. Geophys. Res. 92, 9135-
9152.
Costa, J.E. (1987): A history of paleoflood hydrology in the United States,
1800-1970. in: Landa, E.R., and Ince, Simon, (Eds.), The history of hydrology:
Washington, D.C. American Geophysical Union, 49-53.
Cutts, J. A. 1973. Wind erosion in the martian polar regions. J. Geophys. Res.
78, 4211-4221.
Chow, V.T. (1959): Open-channel hydraulics. New York, McGraw-Hill, 680p.
Dalrymple, T. and Benson, M.A. (1967): Measurement of peak discharge by the
slope-area method. Tech. Water Resources Research Division (U.S. Geological
Survey), Book 3, Ch.A-2, 1-12.
Dawson, A.G. (1992): Ice Age Earth. Late Quaternary Geology and Climate.
Routledge, Chapman and Hall Inc. 293p.
Feldman, A.D. (1981): HEC models for water resources system simulations.
Theory and experiences. Advances in Hydrosciences, 12, 297-423.
Grosswald, M.G. (1980): Late Weichselian Ice Sheet in Northern Eurasia.
Quaternary Research, 13, 1-32.
Hydrologic Engineering Center (1985): HEC-2 water surface profiles users
manual. The Hydrologic Engineering Center (US Army Corps of Engineers), Davis,
California, 37p.
Komatsu, G. and Baker, V.R. (1997): Paleohydrology and flood geomorphology of
Ares Vallis. J. Geophys. Res., 102; 4151-4160.
Mars Channel Working Group 1983. Channels and valleys on Mars. Geol. Soc.
Am. Bull. 94, 1035–1054.
Matsch, C.L. (1983): River Warren, the southern outlet to Glacial Lake Agassiz.
in: J.T. Teller and L. Clayton (Eds.). Glacial Lake Agassiz, Geological Association of
Canada Special Paper 26, 231-244.
Milton, D. J. 1973. Water and processes of degradation in the martian
landscape. J. Geophys. Res. 78, 4037–4047.
Mullineaux, D.R.; Wilcox, R.E.; Ebaugh, W.F.; Fryxell, R., and Rubin, M. (1978):
Age of the last major scabland flood of eastern Washington. Quaternary
Research, v. 10, p. 171-180.
O'Connor, J.E. and Baker, R.V. (1992): Peak discharges from Glacial Lake
Missoula- Magnitudes and implications. Geol. Soc. America Bull. 104, 267-279.
O'Connor, J.E., Webb, R.H. (1988): Hydraulic modelling for paleoflood analysis.
in: Baker, V.R., Kochel, R.C., and Patton, P.C., (Eds.), Flood geomorphology. John
Wiley, New York. 393-402..
Pardee, J.T., (1942): Unusual currents in glacial Lake Missoula, Montana.Geol.
Soc. America Bull., 53, 1569-1599.
Pieri, D. C. 1976. Martian channels: Distribution of small channels in the
martian surface. Icarus 27, 25–50.
Robinson, M. S., and K. L. Tanaka 1990. Magnitude of a catastrophic flood event
at Kasei Valles, Mars. Geology 18, 902–905.
Sharp, R.P. y Malin, M.C. (1975): Channels on Mars. Geol. Soc. Am. Bull., 86,
593-609.
Capítulo 16 Página- 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
“Los locos abren los caminos que mas tarde recorren los sabios”.
Carlo Dossi
Capítulo 16 Página- 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Introducción
Capítulo 16 Página- 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Trabajo en la Tierra
El estudio de la cartografía permitirá detallar aspectos generales de los sistemas como sus
límites espaciales y temporales, su composición mineral o litológica media o, en el caso de medios
actuales, sus condiciones ambientales regionales. La observación y el análisis de cartografía
geológica, fotografía aérea e imágenes digitales, que abarquen distintas rangos espectrales como
visible e infrarrojo, conducirán a la elaboración de una cartografía de exploración que dirija la
pauta de control in situ y muestreo durante el trabajo de campo. La comparación entre
signaturas espectrales de imágenes planetarias terrestres y no terrestres es, igualmente, de
gran utilidad en el estudio planetario comparativo. En algunos casos, la dificultad en el acceso a
ciertas localidades de muestreo requiere la construcción de instrumentos que faciliten la toma
de datos in situ del agua o el subsuelo, como sondas sumergibles o perforadoras que eviten
contaminación entre distintos niveles estructurales.
Capítulo 16 Página- 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
2o nivel de detección.
Capítulo 16 Página- 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
4o nivel de detección.
El Planeta Tierra posee diferentes ambientes extremos que pueden considerarse análogos de
otros cuerpos planetarios del Sistema Solar. Los ambientes hidrotermales y chimeneas
submarinas, lagos aislados en los hielos antárticos o suelos congelados en regiones
septentrionales son buenos ejemplos de ambientes extremos cuya microbiología esta siendo
estudiada para definir aquellas señales menos ambiguas para reconocer actividad biológica en los
rincones del Sistema Solar. En este sentido, la Península Ibérica presenta diferentes ambientes
extremos que se están comparando con Marte y Europa. Dos de éstos son la Cuenca Fluvial del
Río Tinto (Huelva) y el lago Salino de Tírez (Toledo), que se caracterizan el primero por poseer
sus aguas una extrema acidez y presencia de materiales hematíticos semejantes a los
observados en Sinus Meridiani (Marte), y el segundo por una hidroquímica comparable al
hipotético océano de Europa. En la ponencia se procederá a describir ambos ambientes
extremos, cuyas principales características son descritas en Fernández-Remolar et al. (2001,
2002) y a discutir sus posibles analogías con los correspondientes planetarios de Marte y
Europa.
Bibliografía
Baker, V. R. 2001. Water and the Martian landscape. Nature 412, 228-236.
Carr, M. H. 1996. Water on Mars. Oxford University Press, New York, 229 p.
Christensen, P. R., Bandfield, J. L., Clark, R.N., Edgett, K.S., Hamilton, V.E., Lane, M.D., Kieffer,
H.H., Malin, M., Morris, D., Ruff, S.W., Roush, T.L., Smith, M.D., 1999. The composition of
Martian surface materials: Mars Global Surveyor Thermal Emission Spectrometer
observations. XXX LPSC, #1461.
Christensen, P.R., Bandfield, J. L., Clark, R.N., Edgett, K.S., Hamilton, V.E., Hoefen, T., Kieffer,
H.H., Kuzmin, R.O., Lane, M.D., Malin, M.C., Morris, R.V., Pearl, J.C., Pearson, R., Roush,
T.L., Ruff, S.W., Smith, M.D., 2000. Detection of crystalline hematite mineralization on
Mars by the Thermal Emission Spectrometer: Evidence for near-surface water. JGR 104
(E4), 9623-9642.
Fernández-Remolar, D.C., Amils, R., Morris, R.V. and Knoll, A.H. 2002. The Tinto River Basin: An
analog for Meridiani Hematite Formation on Mars? XXXIII LPSC, #1226.
Fernández-Remolar, D.C., Prieto, O., Rodríguez, N., Kargel, J.S. and Amils, R. 2001. XXXII LPSC,
#1630.
Fisher, D.E. 1985. The Third Experiment: is there Life on Mars? New York Atheneum, 181 p.
Capítulo 16 Página- 6-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
González-Toril, E., Gómez F., Rodríguez, N., Fernández-Remolar, D., Zuluaga. J., Marín, I., Amils,
R., 2001. Geomicrobiology of the Tinto River, a model of interest. In: V.S.T. Ciminelli and
O. García (eds.). Biohydrometallurgy: fundamentals, technology and sustainable
development Part B, 639-650, Elsevier, Amsterdam.
Kargel, J., Kaye, J. Z., Head, J. W., Marion, G. M., Sassen, R., Crowley, J. K., Prieto Ballesteros,
O., Grant, S. A. and Hogenboom, D. L., 2000. Europa’s crust and ocean: Origin, composition,
and the prospects for Life. Icarus 148, 226-265.
McCollom, T. M. 1999. Methanogenesis as a potential source of chemical energy for primary
biomass production by autotrophic microorganisms in hydrothermal systems on Europa.
JGR 104 (E12), 30729-30742.
Enlaces web
Capítulo 16 Página- 7-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
MARTE 3D:
UN PASEO POR EL PLANETA ROJO
Capítulo 17 Página - 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Bernard Shaw
Capítulo 17 Página - 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
INTRODUCCIÓN
Además de la Tierra, Marte es el planeta del Sistema Solar más estudiado, especialmente a
partir del año 1997 con la reactivación de las misiones de exploración de Marte, que quedaron
estancadas con la llegada de los datos enviados por las sondas Viking en el año 1976.
La llegada de las sondas Mars Global Surveyor y Mars Oddyssey a Marte ha supuesto el
envio de una ingente cantidad de datos en forma de fotografías, datos topográficos,
espectrométricos, gravimétricos y magnéticos. Estos datos están permitiendo que un numeroso
grupo de investigadores de todo el mundo puedan estudiar Marte en muy diversos aspectos. Los
numerosos datos disponibles y la multiplicación de los equipos ionvestigadores está haciendo que
continuamente se realicen nuevos descubrimientos sobre este planeta. Esto está haciendo que la
noticias que llegan al público sobre Marte sean cada vez más especializadas, lo que puede
suponer un pequeño problema cuando no se tiene un conocimiento general sobre cómo es Marte.
Las tierras altas marcianas ocupan 2/3 del planeta, ocupando la totalidad del hemisferio Sur,
y parte del hemisferio Norte, y está separada de las tierras bajas a través de una dicotomía
denominada ‘límite 1/3 – 2/3’.
La característica más clara de esta región es su alta densidad de craterización. Además,
estas tierras altas reciben su nombre por ser topográficamente más altas que el resto del
planeta Esta última característica ha llevado a suponer esta región como un gran continente
durante un periodo del pasado marciano en el que existió un clima que permitía la existencia de
agua liquida en superficie, y que pudo formar un océano en lo que actualmente son las tierras
bajas.
Las tierras altas están constituidas por grandes llanuras volcánicas, muy craterizadas, que
son surcadas por canales de diferentes tipos, generalmente que drenan hacia el Norte, excepto
algunos canales que drenan hacia el cuenca Hellas, la mayor estructura de impacto localizada en
Marte. Esta región también es cruzada por estructuras tectónicas que se reflejan en la
superficie como fallas y crestas.
LA DICOTOMÍA
La dicotomía es la línea, más o menos clara, que separa los 2/3 de tierras topográficamente
más elevadas, y más craterizadas del planeta, del 1/3 de tierras topográficamente más bajas y
menos craterizadas en el hemisferio Norte del Planeta Rojo. Debido a esta proporción entre las
diferentes regiones marcianas, la dicotomía también recibe el nombre de ‘límite 1/3 – 2/3’. En
otras ocasiones, y debido a que separa zonas con grandes diferencias topográficas, se denomina
como ‘el escalón marciano’.
Esta dicotomía está más o menos bien definida. Existen lugares donde existen una clara
diferencia entre ambas regiones (tierras altas y tierras bajas). En estos casos, suele haber un
control tectónico (como en Nephenithes Mensae). En cambio, existen áreas donde la dicotomía
Capítulo 17 Página - 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
en menos clara, y el paso entre las zonas más y menos elevadas es muy gradual (Nhosyrtys
Mensae). Algunas veces, aunque existe un claro control tectónico en la dicotomía, debido a la
acción de la erosión, el transito se ha vuelto más gradual del que cabría esperar (Protonilus
Mensae).
Las tierras bajas ocupan 1/3 de la superficie del planeta Rojo, en el hemisferio Norte. La
principal característica de esta región es la baja densidad de craterización.
A diferencia de las tierras altas, esta región está constituida por materiales sedimentarios.
Esta característica, junto con que es una zona topográficamente más baja, llevó a pensar en la
existencia de un gran océano que cubría todas las tierras bajas. Este océano, denominado
Océanus Borealis, recibiría el agua que era drenada por los canales que surcaban las tierras
altas.
En esta región casi no existen canales, y muchos son heredados de las tierras altas en un
momento en el que el nivel de este océano era mucho menor. Sin embargo, los estudios geofísicos
realizados por algunas sondas planetarias han llevado a pensar en la existencia de canales
cubiertos por sedimentos en las tierras bajas. Esto hizo suponer una historia más compleja para
esta zona, cuyo origen es muy discutido entre un gran impacto, varios impactos de menor tamaño,
un origen tectónico, o la existencia de una posible dinámica litosférica similar a la tectónica de
placas terrestre.
Las regiones polares de Marte se caracterizan por unos casquetes glaciares, de diferentes
composiciones, surcados por unos sistemas de grietas relacionados con la fuerza de colioris. En
el pasado del planeta, los casquetes glaciares tuvieron una mayor extensión, que ahora, al
retroceder los hielos, esta ocupada por depósitos estratificados procedentes de los sedimentos
que se desprendían de los glaciares durante los deshielos. Existen estudios que indican que en un
pasado los casquetes glaciares se encontraban en otra posición más ecuatorial. Ambos casquetes
presentan una similitud más: la existencia de un cañón (Chasma Borealis y Chasma Australis, en
los casquetes Norte y Sur, respectivamente), de orientación opuesta a las grietas en espiral que
surcan los casquetes, y que tendría un origen fluvial al haberse formado por la descongelación
repentina de los hielos en un punto determinado de los glaciares.
El casquete glaciar Norte, de mayor extensión que el casquete glaciar Sur, está compuesto
principalmente por hielo de agua (H2O). Sin embargo, el casquete glaciar Sur tiene una
composición de hielo de dióxido de carbono (CO2).
Capítulo 17 Página - 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
LOS CANALES
Marte se encuentra surcado, especialmente en las tierras altas, por diferentes tipos de
canales. Los canales de escorrentía (como Shalbatana Vallis), son los más parecidos a las redes
fluviales terrestres, pudiendo ser aislados o ramificados. Los canales de desbordamiento (como
Tiu Vallis y Kasei Vallis) están relacionados con volcanes, terrenos caóticos y fracturas. Este
tipo de canales se caracteriza por tener un cauce que presenta marcas claras de haberse
desbordado incluso hasta varios cientos de kilómetros a ambos lados del cauce principal. Por
último, los canales corroídos se encuentran en latitudes altas, y se los relacionan con un posible
origen glaciar.
En general, los canales marcianos drenan las aguas desde las tierras altas del Sur hacia las
tierras bajas del Norte, pudiendo llegar a recorrer miles de kilómetros. Los canales indican la
existencia de agua líquida estable sobre la superficie del Planeta Rojo en el pasado, lo que hace
suponer que en algún momento hubo un clima diferente al actual, e incluso que existieran de
ciclos climáticos que cambiaban las condiciones atmosféricas permitiendo la existencia de
canales, lagos e incluso un océano.
LOS VOLCANES
Capítulo 17 Página - 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
LOS CAÑONES
Sobre el origen de los cañones existen diferentes explicaciones. Algunos autores creen que
Vallis Marineris tuvo lugar como consecuencia de un periodo de gran actividad tectónica,
relacionada o no con el levantamiento del Domo de Tharsis, donde se encuentran los grandes
volcanes marcianos. Otras teorías relacionan los cañones con la existencia de agua subterránea
que produce la erosión y colapso de la superficie marciana desde el interior. En otras ocasiones,
se relacionan con hundimientos de tipo cárstico, relacionados con la disolución de los materiales
debido a la presencia de aguas subterráneas o de una fuente de calor. Posiblemente, el origen de
los cañones sea una mezcla de las tres cosas, o de algunas de ellas dependiendo de los lugares.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
-Carr, M.H. The Surface of Mars. Yale University Press. New Haven. USA. 1981.
-Carr, M.H. Water on Mars. Oxford University Press. New York. USA. 1996.
-Cattermole, P. Mars: the story of the red planet. Chapman & Hall. London. 1992.
-Kieffer, H. H. et al (eds). Mars. University of Arizona Press. Tucson. USA. 1994.
-Masson, P. La geología del planeta Marte. Mundo Científico, 55-56. pp 166-175. 1983.
-Sheehan, W. The planet mars. University of Arizona Press. Tucson. USA. 1996.
-Baker, V.R., Strom, R.G., Gulick, V.R., Kargel, J.S., Komatsu, G. & Kale, V.S. Ancient
oceans, ice sheets and hydrological cycle on Mars. Nature, 352. pp 589-594. 1991.
-Masursky, H., Boyce, J.M., Dial, A.L., Schaber, G.G. & Strobell, M.E. Formation of
Martian channels. Journal of Geophysical Research, 82. pp 4016-4038. 1977.
-Haberle, R.M. El clima de Marte. Investigación y Ciencia, 118. pp 11-22. 1986.
-Newcott, W.R. Regreso a Marte. National Geographic. Vol. 3, 3. pp 2-29. RBA
Publicaciones. Barcelona. España. 1998.
-Anguita, F. Historia de Marte. Ed. Planeta. Madrid. España. 2000.
-Raeburn, P. Marte: descubriendo los secretos del Planeta Rojo. RBA
Publicaciones. Barcelona. 1998.
Capítulo 17 Página - 6-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo18 Página- 1 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
“Claro que hay que romper barreras, pero ¿con que ariete?”
Rosa Chacel
Capítulo18 Página- 2 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Los datos que a lo largo de los últimos años del siglo empezaron a llegar a raudales a los
centros de análisis no sólo cambiaron nuestra visión del Sistema Solar, sino también la que
teníamos sobre la Tierra. Averiguamos que los impactos eran un elemento esencial en el
modelado de la biosfera, y que la vida misma surgió bajo un bombardeo asteroidal. Asimismo, que
la dinámica terrestre era un ave rara, inexistente (¿tal vez una fase transitoria?) en los otros
cuerpos. Y en fin, que éstos, planetas y satélites por igual, formaban un extraño zoo en el que
había pocas especies repetidas. A base de novedades espectaculares, los científicos planetarios
lograron el crédito de sus colegas; y especialmente, el del público. Los planetas vendían. ¿Por
qué?
Entre las muchas contestaciones a esta pregunta retórica, hay más explicaciones culturales
que científicas. Vivimos en un mundo de ciencia-ficción: las producciones literarias o (cada vez
más) cinematográficas de este género suelen ser grandes éxitos de público. Pero probablemente
exista otro factor espacial que haya calado más profundamente en las sociedades modernas: que
el Sistema Solar es la nueva frontera, tanto física como científico-tecnológica, de Homo sapiens.
El principal portavoz de esta aspiración fue el astrónomo Carl Sagan, uno de los grandes
divulgadores científicos del siglo.
Para él, nuestra especie es semejante a un viajero cuya travesía es un día interrumpida por
el mar; moja en él tímidamente la punta de su pie, y se para a meditar qué hará a continuación
ante aquella inmensidad sin duda llena de posibilidades. No tardará en inventar la navegación.
Así, ahora, en la orilla del océano cósmico, nos preparamos para continuar la tímida incursión que
los astronautas del Programa Apolo hicieron tan solo hasta la isla más próxima. Nuestra máxima
recompensa será, de nuevo, encontrar lo absolutamente inesperado.
Capítulo18 Página- 3 -
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
Capítulo 19 Página - 1-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
T.S. Eliot.
Capítulo 19 Página - 2-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
INTRODUCCIÓN
Con el tiempo, y con el inicio de las misiones de exploración planetaria mediante el empleo de
sondas espaciales, esta rama ha diversificado sus objetivos, que inicialmente eran únicamente
geológicos, hacia otras áreas de la ciencia como puede ser la biología, la química, la física, o la
matemática. Como respuesta a esta variabilidad de intereses nacieron las Ciencias Planetarias.
Hoy en día las Ciencias Planetarias son un área en pleno desarrollo. Son numerosos los centros y
grupos de investigación de todo el mundo dedicados al estudio de los cuerpos conocidos de
nuestro sistema solar o a la búsqueda de otros nuevos en torno a otras estrellas. Las numerosas
misiones de exploración planetaria recientes y en curso están ofreciendo una gran cantidad de
datos de gran resolución y de muy diversos tipos. Una parte importante de estos datos son
imágenes de las superficies de algunos de los planetas y satélites del Sistema Solar. Esto hace
que el estudio de imágenes sea prácticamente obligatorio para la investigación en Ciencias
Planetarias. Pero por otra parte, la sencillez que implica la obtención, manejo y tratamiento de
dichas imágenes hace que esta sea una de las mejores maneras de iniciarse en la investigación en
el área de las Ciencias Planetarias.
LA INVESTIGACIÓN PLANETARIA
Por el contrario, la investigación en temas relacionados con las Ciencias Planetarias, a un nivel
básico, tan sólo requiere de disponer de datos planetarios y un ordenador con la configuración,
dispositivos periféricos y los programas apropiados para su tratamiento. El resto es cuestión de
analizar dichos datos, revisar la bibliografía previa y de aplicar el método científico.
La mayoría de los datos recopilados por las sondas planetarias desde el inicio de las misiones
de exploración de otros cuerpos está disponible para fines científicos y educativos de forma
gratuita o a precio de coste en los distintos centros y agencias relacionadas con la exploración
del Sistema Solar. En cuanto a la bibliografía previa, aunque existen algunas revistas
especializadas, actualmente es sencillo encontrar artículos relacionados con las Ciencias
Planetarias en revistas científicas más generalistas, de las que se suelen encontrar en las
bibliotecas de universidades, museos o centros públicos de investigación.
Capítulo 19 Página - 3-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
OBTENCIÓN DE DATOS
Otro de los centros desde donde obtener información es el denominado Planetary Data
System (PDS) del Jet Propulsion Laboratory (JPL), donde están disponibles datos y mapas, con
resolución variable de algunos planetas y satélites para aplicaciones científicas, así como algunos
programas informáticos para tratarlos [http://pds.jpl.nasa.gov/scientist.html].
En la división de Astrogeología del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) estan a
la venta los mapas generales de todos los cuerpos del Sistema Solar y los mapas geológicos
elaborados hasta la actualidad. En este mismo centro se puede acceder a la base de datos de la
nomenclatura oficial para los rasgos superficiales de los planetas y satélites. [http://
astrogeology.usgs.gov/].
Además de éstos, existen otros muchos lugares desde donde obtener datos para la
realización de trabajos de investigación en algunas de las diversas áreas que abarcan las Ciencias
Planetarias. En general, accediendo desde las páginas oficiales de las agencias espaciales y de
sus laboratorios y centros de investigación asociados es posible encontrar información sobre las
misiones de exploración planetaria y de los datos obtenidos por cada una de estas misiones.
Al igual que ocurre con las Ciencias de la Naturaleza, el empleo de fotografías aéreas y de
imágenes de satélite tiene una gran número de aplicaciones científicas. Por ejemplo, en geología
las fotografías aéreas y las imágenes de satélite son empleadas para la realización de mapas
geológicos, geomorfológicos y tectónicos; y en biología se emplean para el estudio de
ecosistemas, entre otras muchas aplicaciones.
Aquí solo se van a describir algunos ejemplos de las aplicaciones del análisis de imágenes
planetarias para el estudio y comprensión de otros planetas y satélites de nuestro sistema solar.
Capítulo 19 Página - 4-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
tipos de cartografías sirven para describir las formas, estructuras o materiales existentes en
una región y, por consiguiente, de los procesos que han tenido lugar en ella.
Estos ejemplos reflejan sólo algunas de las múltiples posibilidades que ofrece el estudio de
las imágenes planetarias aportadas por las numerosas sondas de exploración que recorren el
Sistema Solar en busca de nuevos datos que nos ayuden a aclarar algunas de las muchas
cuestiones que existen sobre otros planetas y satélites.
OTROS DATOS
Estos datos permiten, por sí mismos, el estudio de otros planetas desde nuevos puntos de
vista. Además, es posible combinar las imágenes con otros tipos de datos con el fin de obtener
una mayor información.
Por ejemplo, los datos topográficos permiten elaborar modelos digitales de terreno con los
que conocer de forma más precisa el relieve, independientemente de las interpretaciones a
partir de las fotografías de satélite. Estos datos también sirven para la realización de perfiles
topográficos con los que realizar cálculos de diversos tipos como pueden ser volumenes de
cuencas o de edificios volcánicos o caudales de canales. Los datos magnetométrico son de gran
utilidad para el estudio del interior del cuerpo analizado y de las composiciones de los materiales
superficiales. Los datos gravimétricos se emplean en el estudio y modelización, tanto de áreas
concretas, como de las cortezas planetarias. Últimamente se estan obteniedo gran cantidad de
Capítulo 19 Página - 5-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
BIBLIOGRAFÍA
Tal y como se apuntó anteriormente, el análisis de las imágenes de satélite debe ser apoyado
por la bibliografía previa. Para ello, tal y como ocurre en toda investigación, se debe recurrir a
las revistas científicas generales, tal y como Science o Nature. Existen otras revistas
especializadas en las investigaciones sobre Ciencias Planetarias, tal y como Icarus, Earth, Moons
and Planets o Astrobiology, entre otras. Sin embargo, en numerosas ocasiones se publican
artículos relacionados con esta rama científica en revistas especializadas en algún campo de la
ciencia: Geology, Geomorphology, Sky & Telescope, Journal of Geophysical Research,.... También
son accesibles las comunicaciones de muchos congresos científicos sobre Ciencias Planetarias,
como es el Lunar and Planetary Science Conference, que se celebra anualmente en los Estados
Unidos de Norteamérica desde hace más de treinta años.
La lectura de la bibliografía previa suele ser un paso anterior al análisis de las imágenes
planetarias, ya que puede ayudar a seleccionar el tema de estudio, el área de investigación y la
metodología a aplicar.
Capítulo 19 Página - 6-
Ciencias Planetarias Salamanca 2003
1
Área de Geología. Escuela Superior de Ciencias Experimentales y Tecnología.
Universidad Rey Juan Carlos.
2
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas.
Universidad Complutense de Madrid.
3
Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad Complutense de Madrid
Desde el espacio este planeta muestra algunos grandes rasgos morfológicos que tienen su
reflejo en la topografía. Algunos de estos rasgos se encuentran entre los más destacados del
Sistema Solar: el mayor volcán (Olympus Mons), el mayor cañón (Valles Marineris), la mayor
cuenca de impacto (Hellas),... Sin embargo, desde el espacio también se pueden descubrir otros
rasgos característicos del Planeta Rojo como son sus canales, los diferentes tipos de terrenos
(tierras altas y bajas), los cráteres de impacto,... En esta parte de la exposición podemos
descubrir un planeta fascinante a vista de satélite.
Labyrinthus Noctis: La región denominada ‘el laberinto de la noche’ debido a que en este
laberinto de profundos y estrechos cañones de origen tectónico apenas llega la luz del Sol hasta
el suelo. En este sistema de grandes fracturas nace el Valles Marineris.
Ares Vallis: Es uno de los mayores canales de desbordamiento de Marte, que nace en los
llamados terrenos caóticos. A este canal también llegó agua desde un gran cráter de impacto, al
que el canal bordea, donde pudo haber existido un pequeño lago.
Planum Boreum: La región polar Norte está constituida por acumulaciones de hielo y polvo,
procedente de las tormentas marcianas, y es surcada localmente por pequeños canales por donde
pudo haber circulado el agua del deshielo, algo que debió de repetirse varias veces a lo largo de
la historia del planeta.
Hidaspys Chaos: Un terreno caótico en el que nace alguno de los famosos canales marcianos.
Se originan por el colapso del terreno por causas muy discutidas: tectónica, vulcanismo, aguas
subterráneas. Se caracteriza por estar constituido por numerosas colinas de tamaños muy
variable dando un aspecto muy caótico a la zona.
Arsia Mons: Uno de los grandes volcanes de Marte, con espectaculares alturas sobre la
llanura circundante. Presenta un gran cráter volcánico reflejo de su gran actividad.
TIERRAS ALTAS
Noachis Terra: Región situada en el hemisferio Sur del planeta, se caracteriza, al igual que
el resto de las tierras altas marcianas, por una alta densidad de cráteres y una cota media
superior a la media del planeta y, por tanto, superior a la cota de las tierras bajas.
Promethei Terra: Situada en el borde de las tierras altas, limita con las tierras bajas de
forma clara en cuanto a la diferencia de cráteres de impacto, auque topográficamente el paso de
las tierras altas en Promethei Terra a las tierras bajas es muy gradual. Esta región es bastante
antigua, con una gran acumulación de cráteres de impacto, la gran mayoría de los cuales se
encuentran bastante erosionados, no conservando todos los rasgos característicos de los
cráteres de impacto.
Aureum Chaos: En las tierras altas marcianas se encuentran, no sólo cráteres de impacto,
sino que también es posible encontrar canales de diferentes tipos, volcanes, cuencas que
debieron ser antiguos lagos, o cañones. Unas regiones características de las tierras altas
marcianas son los terrenos caóticos como Aureum Chaos, donde nacen canales de
desbordamiento. Son zonas colapsadas de donde surgieron grandes cantidades de agua que
pudieron formar, no sólo los canales marcianos, sino también el llamado Oceanus Borealis que
debió de cubrir total o parcialmente las tierras bajas de Marte en el hemisferio Norte.
DICOTOMÍA
Nephenithes Mensae: En esta región se observa un claro escalón topográfico entre las
tierras altas y las tierras bajas. El paso de unas tierras a las otras es neto y se encuentra
caracterizado por un salto topográfico.
En Nephenithes Mensae el origen de la dicotomía está relacionado con la existencia de una
gran falla regional, de ahí la clara linealidad de la dicotomía en esta zona del planeta rojo.
TIERRAS BAJAS
Acidalia Planitia: Situada en el hemisferio Norte de Marte, esta llanura es un claro modelo
de cómo son las tierras baja del planeta rojo. Son llanuras sin grandes variaciones topográficas
en las que se encuentran muy pocos cráteres de impacto, lo que indica claramente que es una
región más joven que las tierras altas marcianas, donde el número de cráteres de impacto es
mucho mayor.
Vastitas Borealis: Esta llanura se encuentra surcada por un sistema de fracturas que han
modificado la monótona rutina de estas tierras bajas. No son raras las fracturas ni otras
estructuras geológicas como son los volcanes, las morfologías fluviales e incluso glaciares. En
Vastitas Borealis se pueden observar más cráteres de impacto que en otras regiones como
Acidalia Planitia, lo que indica que tiene una edad mayor, es más antigua, dentro de la clara
juventud respecto a las tierras altas.
Amazonis Planitia: No todas las tierras bajas de Marte son llanuras, sino que en algunos
puntos aparecen pequeños resaltes topográficos, como es el caso de Amazonis Planitia. Estos
resaltes topográficos pueden ser el resultado de la tectónica o de la erosión, que ha dejado
estos resaltes sin erosionar de una superficie originalmente más alta. Además, en el pasado del
planeta, estas regiones pudieron ser pequeñas islas en el llamado Oceanus Borealis que pudo
haber cubierto total o parcialmente las tierras bajas marcianas.
CRÁTERES DE IMPACTO
Orcus Patera: Los cráteres de impacto, casi siempre de forma redondeada, pueden ser
oblicuos como Orcus Patera cuando la trayectoria del cuerpo que impactaba era muy oblicua. La
particularidad de éste cráter de impacto, que no es el único observado en Marte, es su gran
tamaño, aproximadamente mil kilómetros de longitud. Su origen, al principio muy discutido entre
volcánico o de un impacto, aún está siendo discutido por la comunidad científica. A diferencia de
los cráteres de impacto con morfologías clásicas, en los cráteres de impacto oblicuos, los
materiales ejectados en el impacto no se distribuyen de forma radial al cráter, sino que en estos
cráteres de impacto oblicuos se distribuyen a ambos lados, dando al cráter un aspecto de
mariposa en el que el cuerpo en el impacto, y las alas el ejecta.
Cater Lohse: Un cráter de impacto típico, como es el caso del cráter Lohse, presenta una
serie de estructuras como son el borde exterior levantado o las terrazas en las laderas internas
del cráter. Sin embargo, en el cráter Lohse se puede observar, además, un pico topográfico
central. Ésta característica no es rara, pero no todos los cráteres lo presentan, ya que depende
de la cantidad de energía desprendida en el impacto, lo que es función del tamaño del cuerpo:
cuento más grande, más posibilidades de formarse el pico central.
Crater Krishtofovich: Situado en las tierras altas, éste cráter de gran tamaño se encuentra
muy erosionado, no siendo posible observar algunas de las estructuras típicas de los cráteres de
impacto como son las aureolas de ejecta, las terrazas internas o el pico central que pudo haber
tenido en su origen.
CANALES
Kasey Vallis: Este es un típico canal marciano originado en las tierras altas y que tras
circular por esta región erosionando los terrenos y llanuras, acaba desembocando en las tierras
bajas a través de la dicotomía. Kasei Vallis, al erosionar la llanura por la que discurre, va dejando
a la vista material de diferentes durezas, que dan escalones en sus márgenes. En la
desembocadura de muchos canales marcianos, al igual que en la Tierra, existen pequeñas islas de
materiales no erosionados por las corrientes. En otras ocasiones estas mismas islas son
formadas, no por no haberse producido erosión, si no por que el canal deja sedimentos que llegan
a formarlas.
Tiu Vallis: Algunos canales marcianos nacen en los denominados terrenos caóticos, como es el
caso de Tiu Vallis. Los terrenos caóticos son zona colapsadas por la existencia de procesos
geológicos como fallas, vulcanismo o erosión por la circulación de aguas subterráneas. Cuando se
produce el colapso, grandes cantidades de agua se ponen en circulación dejando un área
constituida por bloques de muy diferentes tamaños distribuidos de forma caótica.
Shalbatana Vallis: Existen diferentes tipos de canales en Marte, aunque los que tienen
mayores dimensiones son los de desbordamiento, originados en los terrenos caóticos. Shalbatana
Vallis, aunque originado en un pequeño terreno caótico, comparte muchas características con los
ríos terrestres, encajándose de diferentes formas en el terreno, dejando pequeñas terrazas,
excavando meandros,...
ZONAS POLARES
Planum Boreum: Es una pequeña región situada al borde del casquete polar Norte. Es esta
región se pueden observar los escalones dejados por los hielos y los sedimentos que atrapan
(incluidos en los hielos por las tormentas marcianas que pueden llegar a cubrir todo el planeta).
Esta región está surcada por una serie de valles cuyo origen, aunque discutido, parece deberse a
la circulación de agua fundida en alguna de las épocas más cálidas que debió tener el planeta.
Olimpia Planitia: Muchas de las llanuras de los casquetes polares se encuentran surcada por
valles poco profundos y de grandes longitudes que tienen una morfología curvada en planta.
Estos pequeños valles no tienen una cabecera y una desembocadura claras, por lo que su origen,
aunque discutido, parece no estar relacionado con el agua. Por el contrario, se cree que estos
valles están originados por la circulación de vientos. Además, la morfología curvada parece estar
relacionada con la fuerza de coriolis.
VOLCANES
Pavonis Mons: Este volcán, también situado en el Domo de Tharsis, se alinea con otros dos
grandes volcanes, lo que hace suponer que pueden están situados sobre una gran fractura
regional. Pavonis Mons presenta grandes calderas de colapso, lo que se debe a que ha tenido
diversos episodios en los que la cámara magmática se ha vaciado tras una prolongada erupción
volcánica, colapsando. El reflejo en superficie de estos colapsos son las depresiones circulares
de su cima.
Ascraeus Mons: Este gran volcán marciano se levanta directamente sobre las llanuras de las
tierras bajas del Norte del planeta. Al igual que los otros grandes volcanes tiene varias calderas
volcánicas en su cima que reflejan su larga y compleja vida.
CAÑONES
Candor Chasma: Es la región central del gran sistema de cañones que surca parte de la
superficie de Marte: Vallis Marineris. Esta región se caracteriza por conectar entre sí diversos
cañones paralelos entre sí, y con distintas profundidades. La erosión y el agua que pudo circular
por estos cañones en el pasado de Marte son los responsables de las distintas estructuras
sedimentarias del fondo de Candor Chasma.
Coprates Chasma: Este es uno de los más grandes cañones que configuran Vallis Marineris. Al
pie de sus paredes laterales se pueden observar grandes acumulaciones de materiales cuyo
origen se encuentra en los desplomes, deslizamientos y movimientos de tierras que han tenido
lugar en sus laderas, y que pueden haberse originado con ayuda del agua subterránea.
Tithonium Chasma: Es un estrecho cañón, respecto a otros que constituyen Vallis Marineris.
El ensanchamiento de los cañones, con un origen tectónico todos ellos, se produce por la erosión
del agua que pudo haber circulado por ellos. Algunas de las laderas de los valles, una vez
afectadas por la erosión, se iban desplomando debido a que esta región está repleta de fallas y
fracturas e grandes longitudes paralelas a los bordes de los cañones. A favor de éstas fracturas
se han ido ensanchando los diferentes cañones.
LA SUPERFICIE DE MARTE
Desde la superficie Marte se muestra como un gran desierto pedregoso y anaranjado por la
presencia de óxidos de hierro. La desembocadura de Ares Vallis, donde amartizó la sonda Mars
Pathfinder, es una región con grandes bloques de rocas de diferentes orígenes: lanzadas por los
impactos cercanos (Twin Peaks) o arrastradas por las fuertes corrientes que formaron Ares
Vallis mucho tiempo atrás. El viento también ha modelizado la superficie de Marte. El polvo
arrastrado por las importantes tormentas ha cubierto todas las rocas y la superficie, dejando
pequeñas dunas entre los bloques de rocas. En esta parte de la exposición podemos descubrir un
planeta fascinante a ras de suelo.
Para los geólogos esta fue una importante misión ya que permitió, por primera vez, conocer la
composición de las rocas, lo que junto con su morfología, constituyen las claves del pasado. A
partir de los resultados obtenidos por esta misión de exploración planetaria se pudieron
verificar las hipótesis acerca del pasado climático de Marte, en las que se afirma que el planeta
rojo tuvo alguna vez, hace millones de años, un clima muy distinto del actual; se trataba de un
planeta caliente y húmedo con agua en estado líquido estable en su superficie.
Hoy en día las presiones y temperaturas extremas reinantes en Marte impiden la existencia
de agua fluyendo por la superficie: se cree que todo éste agua está en parte congelada y
almacenada en los casquetes polares, y en parte se ha evaporado y escapado al espacio exterior.
ZONA DE ATERRIZAJE
La zona donde aterrizó la sonda, encerrada en una elipse en el mapa, no pudo ser precisada
con exactitud hasta que se recibieron las primeras imágenes, a partir de las cuales se determinó
la posición exacta del aterrizaje tomando como referencia las colinas llamadas “Twin Peaks” y un
relieve que se identificó como el borde del “Big cráter”.
Las primeras imágenes que tomó las sonda fueron una serie de fotografías que cubrían los
360º que era capaz de girar la cámara. De esta forma, los primeros datos que los científicos de
NASA tuvieron de Marte con esta misión fueron los de esta vista panorámica.
La sonda Mars Pathfinder fue rebautizada como módulo Carl Sagan en memoria de este
científico y divulgador de las ciencias del espacio: Carl Sagan además de desarrollar una
importantísima labor divulgativa fue uno de los pioneros de la investigación extraplanetaria,
siendo uno de los responsables de muchas de las misiones de exploración planetaria que
permitieron al ser humano conocer otros planetas y otros mundos.
Este módulo de descenso (‘lander’), con un peso de 325 kg, presenta forma troncocónica y
está constituido por 3 ‘pétalos’ que se desplegaron al retraerse los airbags con que amartizó la
sonda. Esta misión tardó 3 años en ser diseñada, construida y lanzada, con un coste total de 265
millones de dólares. El módulo Carl Sagan continúa funcionando como estación meteorológica, a
pesar de que la misión fotográfica y de exploración con el Sojourner concluyó hace ya tiempo.
Cámara estereoscópica: esta cámara permitió hacer una toma de 360º, lo que sirvió a los
encargados de la misión para dirigir al Sojourner en su recorrido. Se eligió este tipo de cámara
para poder medir la distancia y el tamaño relativo de cada roca. Este es un aspecto importante a
la hora de determinar el origen de las mismas. Esta cámara permitió obtener imágenes 3D de las
rocas y la superficie de Marte.
Antenas de baja y alta ganancia: permitías las comunicaciones con la tierra y con el
Sojourner.
ROVER SOJOURNER
Una de las grandes novedades de la misión Mars Pathfinder fue el rover llamado Sojourner
(traducido al español, el transeúnte), ya que fue la primera misión de exploración planetaria en la
que un vehículo no tripulado se movía por su superficie. Hasta ese momento las sondas de
descenso se habían visto limitadas a fotografiar y analizar las rocas que se situaban en las
proximidades. Con el Sojourner se pudo llegar a rocas situadas a varias decenas de metros. El
Sojourner fue el primer transeúnte que pisó Marte. Cada componente del rover (cuyas
dimensiones eran de 63 cm de largo, 48 cm de ancho, 28 cm de alto, y un peso aproximado de 10
kg) tenía una función: científica o puramente mecánica. Este último aspecto fue muy tenido en
cuenta, ya que de su funcionamiento dependía la planificación de futuras misiones en las que ya
se plantea la posibilidad de tomar muestras y transportarlas de vuelta hasta nuestro planeta.
El Sojourner estaba constituido por las siguientes partes:
APXS: Espectrómetro de Partículas α, Protones y Rayos X: El rover en su parte frontal fue
dotado de este aparato para realizar análisis químicos del suelo marciano y de las rocas a las que
se aproximaba.
Panel solar: utilizado para captar la energía necesaria para alimentar el motor del rover y
darle así autonomía en sus movimientos por la superficie. Se mantenía en funcionamiento desde
las 10 a.m. hasta las 2 p.m. del día solar marciano. Tenía una superficie de captura de luz de 0’25
m2.
Ruedas: consta de 6 ruedas motrices con capacidad para girar hasta 120º, impulsadas por
energía solar y cada una con suspensión independiente. Gracias a los clavos incorporados en las
mismas, se dedujo que el suelo era de naturaleza compresible y de grano fino debido a las
indentaciones dejadas por las ruedas a su paso.
Antena UHF: además de estar dotado de rayos láser para la detección de obstáculos, con
esta antena el rover recibía las órdenes enviadas cada día desde la Tierra a través de la Mars
Pathfinder, al igual que enviaba los resultados obtenidos. Su ordenador le permitía una cierta
autonomía a la hora de sortear obstáculos y realizar operaciones de rutina pero no era capaz de
decidir que explorar o a donde dirigirse, instrucciones que diseñaban los responsables de la
misión desde la Tierra.
Cámaras y láseres: permitían ver los obstáculos y objetivos de estudio, y calcular las
distancias hasta ellos. Este sistema de cámaras y láseres permitió a los técnicos de NASA
conducir el Sojourner.
VISTA PANORÁMICA
Cuando la sonda Mars Pathfinder llegó a Marte, lo primero que hizo fue desplegar sus
pétalos y sus instrumentos. La cámara fotográfica, de tipo estereoscópica, realizó una primera
vista panorámica de la superficie marciana alrededor de la sonda. Esta vista panorámica,
elaborada con diversas fotografías de tipo 3D, mostró con todo detalle como era Marte, al
menos en la zona donde aterrizó la sonda. El equipo de investigadores escogió, para designar las
numerosas rocas que salpicaban la superficie cercana al módulo Carl Sagan, nombres de
personajes de dibujos animados y otras designaciones a su conveniencia. Esto permitió a los
científicos saber de que roca estaban hablando mientras decidían cuales de ellas eran las
apropiadas para el estudio de detalle con los aparatos analíticos y las cámaras fotográficas de
Sojourner. En la vista panorámica de la superficie de Marte en la desembocadura de Ares Vallis
se pueden observar diferentes tipos de rocas, tanto por sus formas, como por sus texturas, lo
que podía deber a diferentes tipos de rocas, en cuanto a su origen y composición.
El rover, fotografiado junto a las rocas cercanas al módulo Carl Sagan, analizó diferentes
aspectos de las rocas más significativas, una representación de los distintos tipos de rocas que a
simple vista se observaban. La capacidad de maniobra del rover estaba limitada ya que su fuente
de alimentación provenía de la luz solar, además, una vez enviadas las instrucciones de la
trayectoria a seguir, no había rectificación posible. Asimismo, tenía una gran dependencia del
módulo de descenso que emitía y recibía los datos desde su antena hasta la sonda, siendo el
alcance limitado.
ROCAS MARCIANAS
De todas las rocas que se encontraban en los alrededores del módulo Carl Sagan, algunas
tenían un especial interés, por sus formas o por sus composiciones. Algunas de estas rocas son:
Barnacle Bill: Puede tratarse de una roca volcánica, ya que presenta pequeños agujeros que
pudieron ser causados por la presencia de burbujas de gas originadas por la lava al tiempo que se
enfriaba. De ser así, esta roca se consideraría un basalto, pero tras el análisis químico con el
APXS se observó que el contenido en sílice era demasiado alto como para clasificarla de esta
manera. No obstante, si hubiera permanecido más tiempo en la cámara magmática, habría dado
lugar a que el Fe, el Mg y otros elementos pesados se separaran de la roca fundida, de manera
que se produjera un enriquecimiento en sílice. Entonces podríamos considerar esta roca como un
pariente lejano de las andesitas. Junto a esta roca se observa una cola aerodinámica a sotavento,
compuesta por finas partículas depositadas por el viento.
a sotavento. A primera vista, Barnacle Bill y Yogi podrían tener un origen y composición comunes.
En sus maniobras de aproximación a la roca Yogi, el Sojourner chocó contra ella y tratando de
superar el obstáculo quedó atascado. Esto ocurrió porque su diseño no le permitía sortear
alturas mayores de 17 cm. Se mantuvo así a la espera de nuevas instrucciones.
Boo Boo: Esta roca, de forma irregular y parcialmente angulosa, presenta una superficie de
aspecto oqueroso y acanalado. Esta es una característica común a otras rocas de la superficie de
Marte observadas por la sonda Mars Pathfinder.El origen de estas estructuras se podría
encontrar en la participación de esta roca en un flujo de agua en el que otras rocas colisionan y
se estrían entre sí, al ser llevadas por la corriente.
Scooby Doo y Casper: Son rocas al parecer compuestas por agregados cementados
químicamente por la acción del agua. En principio serían partículas amontonadas por la acción del
viento o del agua y que, tras estar un tiempo depositadas en el mismo sitio, el agua provocó la
entre las partículas se formaran cristales minerales que aún las mantiene unidas. Posteriormente
esta roca fue erosionada y arrancada y arrastrada de su lugar de formación hasta donde se
encuentra en la actualidad
Ender: Como otras rocas del Rock Garden y de los alrededores de la estación Carl Sagan,
esta roca muestra una superficie oquerosa y acanalada, relacionada con su arrastre en un flujo
de agua, junto con otras rocas.
Mermaid Dune: Se trata de dunas de morfología semejante a los barjanes terrestres, por
tanto la dirección del viento es hacia donde apuntan los cuernos del barján. Su color claro indica
que podría tener un alto contenido en sílice semejante a la arena de las playas de nuestro
planeta. Esto plantea una contradicción, ya que los meteoritos SNC procedentes de Marte
presentan un bajo contenido en sílice. La presencia de dunas apoya a su vez la teoría de que
alguna vez fluyó agua por la superficie de Marte, ya que en la Tierra la arena se origina,
principalmente, por la acción del agua.
ROCK GARDEN
Rock Garden (jardín de rocas) es el nombre que recibió una parte de los alrededores del
módulo Carl Sagan en el que las rocas estaban dispuestas muy salteadas, como las flores de un
jardín. Las rocas del Rock Garden están apiladas y inclinadas, algunas hasta 20º, como si se
hubieran depositado rápidamente por una inundación catastrófica; probablemente la misma que
dio lugar a Ares Vallis hace entre 1.800 y 3.500 millones de años. Este canal desembocó en una
región de baja altura, dejando tras de sí un surtido de rocas arrastradas desde las regiones
altas. Tras la hipotética inundación catastrófica, tal vez se produjeron impactos de meteoritos
en la zona, los cuales habrían arrancado material que rebotaría en la superficie. Esto explicaría
la presencia de los bloques más oscuros y angulosos.
Shark: Podría ser un conglomerado que se formó por el flujo en superficie de agua durante
un largo periodo de tiempo. Este flujo redondeó los cantos y los depositó después en una matriz.
Esto apuntaría a un pasado marciano más templado y húmedo.
Wedge: Roca de aspecto oqueroso cuyo origen pudo ser la colisión múltiple con otras rocas
en el interior de un flujo de agua.
Half Dome, Stimpy y Moe: Estas rocas presentan una superficie oquerosa, acanalada y
estriada en una dirección particular. En la Tierra esto corresponde a un patrón de meteorización
que se produce cuando partículas tamaño arena son recogidas y arrastradas cortas distancias,
golpeando la roca durante un largo periodo de tiempo.
Chimp: Se trata de una roca de textura fina, agrietada y picada en superficie. Estas
oquedades pueden ser debidas a las burbujas de gas que quedaron atrapadas en la roca cuando
ésta se solidificó. También es posible que estos agujeros tengan su origen en procesos de
meteorización.
Flat Top: Es una roca plana, rectangular, con coloración y brillo que indican depósitos de
polvo en la capa superior. En cuanto a su origen se establecen las mismas hipótesis que para
Chimp.
Flute Top: Roca parcialmente enterrada en el polvo y con una superficie superior muy plana.
A su alrededor se observan surcos provocados por pequeños flujos de agua en un pasado
reciente.
Twin Peaks: Estas dos elevaciones de casi 50 m de altura revisten gran importancia porque
llevaron a los expertos a la identificación de la zona de aterrizaje de la sonda a partir de las
imágenes tomadas por las sondas Viking. En ambas colinas se puede observar una estructura en
capas, rasgo evidente de actividad sedimentaria asociada al agua.
Hippo: Es un gran bloque de roca que, por sus forman angulosas y su disposición sobre otras
rocas, sin estar muy tapado por los sedimentos, podría ser parte de los materiales expulsados
como consecuencia de un impacto en las cercanías.
Grommit: Esta es una roca redondeada que en su superficie superior presenta una serie de
hendiduras en forma de herradura, parcialmente rellenas de polvo. El origen de esta roca puede
ser el arrastre en el interior de una corriente de agua como la que pudo formar ares Vallis. Las
hendiduras pudieron ser provocadas por el choque con otras rocas. El polvo que tapa
parcialmente las hendiduras se encuentra en las zonas protegidas del viento.
Mini Matterhorn: Es una roca que recibe su nombre por el parecido con el Matterhorn o
Cervino, un pico montañoso situado en los Alpes. Presenta unas caras más o menos planas que se
unen en una arista. Esta roca está parcialmente oculta por el polvo que cubre la superficie de
Marte, y que tiene pequeñas dunas originadas por las corrientes turbulentas que se generan
cuando el viento choca contra esta roca.