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En el tema anterior planteábamos nuestra meta a alcanzar como sociedad, luego de años de
análisis de la problemática y de discutir sobre las posibles soluciones se logró establecer un
concepto sobre el cual se regían los criterios a tomar en cuenta para conseguir un desarrollo que
se mantenga con el tiempo, como ya sabemos este concepto es el Desarrollo Sostenible, y como
mencionamos al final del tema, para iniciar el proceso de cambio debemos trabajar de manera
conjunta con los gobiernos, el sector industrial empresarial y la sociedad, y usted ahora
cooperará con nosotros para lograrlo ¿Cierto? Pero hasta ahora no hemos mencionado
específicamente cuáles son los problemas a los que nos enfrentamos, solo sabemos que la
humanidad no lo ha estado haciendo muy bien que digamos desde hace algún tiempo. Así pues,
nuestro siguiente paso será informarnos sobre la problemática ambiental actual en el mundo y
luego poder plantear algunas soluciones basadas en el Desarrollo Sostenible.
Para empezar con la problemática ambiental primero notemos algo: ¿Conoce la frase? “La
distancia nos separa, pero hay un cielo que nos une.” Aunque se escuche algo cursi pero cuando
hablamos de los seres que habitan en la superficie del planeta es algo muy cierto. Eso nos
recuerda que ese “cielo” al que nosotros llamaremos “Atmósfera” es algo que todos los seres
compartimos y necesitamos para vivir.
¿Qué es la atmósfera?
Cuando hablamos de la atmósfera terrestre nos referimos a la fina y delicada envoltura gaseosa
que rodea la Tierra. Está formada por moléculas de gases, partículas de sólidos y líquidos en
suspensión, así como también las precipitaciones que caen. Otros cuerpos celestes también
poseen una atmósfera, pero con diferente composición y características.
La atmósfera terrestre tiene un grosor aproximado es de 1000 km, es decir que se extiende hasta
los 1000 km de altura sobre el nivel del mar. Esta es imprescindible para que exista la vida en la
Tierra tal y como se conoce hoy en día. Esto es así ya que la atmósfera regula la temperatura de
la Tierra, impidiendo que haga demasiado frío por la noche o demasiado calor durante el día, y
además impide que lleguen a la superficie terrestre las radiaciones solares más nocivas. Por
ejemplo, en el planeta Marte debido a que su atmósfera es muy tenue comparada a la atmósfera
terrestre, la temperatura media de la superficie marciana es de unos -55 °C, en cambio la de la
Tierra se mantiene a 15 °C. La variación entre las temperaturas diurnas y nocturnas es muy
marcada, en verano las temperaturas diurnas pueden estar sobre los 20 °C y en la noche
descienden hasta los -80 °C (y en invierno hasta los -130 °C), esas variaciones de temperatura
en muy corto tiempo impiden el desarrollo de organismos complejos.
Composición atmosférica
Estructura de la atmósfera
Los gases que se encuentran en la atmósfera permanecen rodeando al cuerpo celeste debido a
la fuerza gravitacional que éste ejerce, también se evita la fuga de estos si la temperatura de la
atmósfera es baja. Así pues, dichos gases se ordenarán con base en sus densidades, tal como
lo harían agua y aceite al verterse en un mismo recipiente. Esto da como resultado la formación
de las diferentes capas de la atmósfera.
Respecto a nuestra temática de interés resulta ser que solo dos de las capas tienen principal
relevancia, la tropósfera y la estratósfera.
La siguiente capa atmosférica de interés es la Estratosfera, debemos recordar que existe una
fase intermedia entre la troposfera y la estratosfera, llamada Tropopausa, de poco espesor y es
aquí donde el aire pierde toda su humedad y la temperatura llega hasta los -59 °C. La
Estratosfera que se encuentra sobre la tropopausa se extiende hasta los 50 km de altura. Posee
una composición química diferente a la de la troposfera, y toma importancia porque es aquí
donde se encuentra la muy conocida capa de ozono. El ozono tiene la propiedad de interactuar
y capturar un tipo de radiación electromagnética que es más energética que la luz visible, la
llamada radiación ultravioleta (UV), bueno esto lo explicaremos más detalladamente más
adelante, pero el efecto que esto provoca en la estratosfera es que se incrementa la temperatura
por la absorción de esta energía radiante, razón por la cual la temperatura se eleva desde los -
59 °C hasta los 10 o 17 °C.
El que el ozono pueda atrapar dicha radiación energética, es lo que vuelve a la capa de ozono
muy importante para la existencia de la vida pues la radiación ultravioleta resulta ser muy nociva
para los seres vivos ya que es altamente muta génica, dañando proteínas y las moléculas de
ADN del exterior de los seres vivos, así que nos interesara mucho estudiar el problema del
agujero en la capa de ozono o el adelgazamiento de dicha capa.
Contaminación Atmosférica
Ahora que conocemos las características de la atmósfera, mismas que ha tenido desde hace
algunos cientos de millones de años, así pues, la vida se desarrolló con en estas condiciones y
por ende se generan serios problemas cuando alguna de estas características se modifica un
poco. Estas modificaciones surgen cuando se dispersan por la atmósfera diferentes compuestos
o partículas volátiles, alterando su composición a nivel local o en una escala planetaria.
Bueno, ahora imagine que usted se encuentra en una habitación cerrada y a alguien se le ocurre
encender una fogata (claro con las suficientes medidas de seguridad para no provocar un
incendio), pero sin ningún control respecto a la emisión del humo que resulta de la combustión.
Entonces piense esto ¿De cuáles factores dependerá el tiempo que transcurra hasta que usted
experimente los efectos nocivos de los contaminantes productos de la combustión? Obviamente
esto señala el nivel de contaminación de la habitación.
Podemos comenzar a tomar algunos, por ejemplo, si aviváramos aún más la fogata, agregándole
más combustible para quemar, esto aumentaría las emisiones de gases y su concentración en
el aire dentro de la habitación, provocando así una disminución considerable del tiempo que
usted soporta sin experimentar efectos notables en sus salud. Por lo tanto, la cantidad de
contaminantes en la atmósfera es lo principal cuando hablamos del grado de contaminación.
Luego podemos aumentar ese tiempo o disminuirlo dependiendo del tamaño de la habitación, es
decir si usted estuviera en un gran salón realizando el mismo experimento, el tiempo que usted
soportaría dentro sería mayor pues los contaminantes se pueden dispersar en ese gran espacio
y bajar su concentración en el aire. Si en cambio disminuimos su espacio el tiempo máximo que
soporte será menor. Otro factor importante es el espacio en el cual los contaminantes se
dispersan.
El último factor con el cual podría salvar su vida sería si la habitación tuviera ventanas y usted
decide abrir tanto las ventanas como la puerta, esto de nuevo disminuiría la concentración de los
gases pues podrían escapar al exterior. Así que el último factor sería los medios o mecanismos
con los que se puede limpiar el aire eliminando los contaminantes.
En resumen, hay tres factores que determinan el grado de contaminación atmosférica de un lugar
específico:
• La cantidad de contaminantes en el aire.
Pero nosotros no estamos encerrados en una habitación, es decir todos los seres vivos nos
encontramos en todo un planeta ¿Cierto? Bueno tal vez recuerde que los contaminantes muy
difícilmente pueden subir hasta las capas superiores de la atmósfera y mucho menos llegar hasta
el espacio e irse lejos donde no nos afecten. Recuerde que estamos encerrados por la burbuja
de aire que nos rodea.
Entonces, dentro de nuestra burbuja ¿Cuáles de estos factores podemos cambiar y cuáles no?
Está claro que podemos aumentar o disminuir las emisiones contaminantes, y por ende
empeorando o disminuyendo el problema. También podemos fomentar o desarrollar mecanismos
que disminuyan los contaminantes en la atmósfera, por ejemplo, usted ya sabe que las plantas
tienen de capacidad de absorber el dióxido de carbono, es más lo utilizan para vivir, así que
sembrar plantas disminuye las cantidades de CO2 en el aire.
El único factor que cual no podemos cambiar es el espacio que tenemos para lanzar nuestros
contaminantes. Este espacio limitado al que nos referimos es la troposfera. Y aunque usted
piense que la atmósfera es muy grande, si comparamos el espesor de la troposfera que es de
unos 16 km, con el radio promedio de la Tierra que anda en el orden de 6370 km, nos damos
cuenta que la troposfera es solo una capa muy fina y por lo tanto somos capaces de cambiar su
composición con nuestros contaminantes.
Respecto a los contaminantes atmosféricos, habrá que mencionar que existe una enorme
cantidad de compuestos y sustancias nocivas que se pueden dispersar en el aire, algunos de
ellos son muy peligrosos tanto para las personas como para otros elementos del ambiente. Pero
nosotros nos concentraremos solamente en 8 de ellos. Los 8 principales contaminantes
atmosféricos, estos contaminantes están clasificados como los principales debido a que se han
identificado como los que están mayormente dispersos en la atmósfera actual y presentan los
efectos más nocivos y graves para los seres vivos y el ambiente.
1. Partículas suspendidas
Los compuestos orgánicos son sustancias químicas que contienen carbono y se encuentran en
todos los elementos vivos. Los compuestos orgánicos volátiles o COV (por sus siglas en
español), se convierten fácilmente en vapores o gases. Junto con el carbono, contienen
elementos como hidrógeno, oxígeno, flúor, cloro, bromo, azufre o nitrógeno.
Están presentes y son liberados entre otras sustancias por la gasolina, el gas natural, los
solventes de pinturas y soluciones limpiadoras orgánicas, que se evaporan y entran a la
atmósfera, lo mismo que en fragmentos de moléculas de la oxidación incompleta de combustibles
y desechos, es decir por ejemplo, que aunque las personas traten de evitar exponer la gasolina
al aire libre puesto que esto significaría dejar evaporar su dinero, pero resulta que cuando se
produce la combustión en el motor de un automóvil no toda la gasolina se quema y simplemente
esta se expulsa en forma de vapor a la atmósfera por el escape del automotor. La cantidad de
gasolina que se desperdicia de esta forma dependerá de la eficiencia del motor.
Muchos de estos compuestos son peligrosos contaminantes del aire pero el mayor problema que
provocan es que son los principales causantes de la formación de ozono en la troposfera,
conocido como el ozono troposférico (más adelante estudiaremos este otro peligroso
contaminante).
Es un gas invisible e inodoro, muy venenoso para los animales (incluyendo al ser humano)
porque impide el suministro de oxígeno a los órganos y tejidos. Se produce por la combustión
deficiente de sustancias como gas, gasolina, keroseno, carbón, petróleo, tabaco o madera. Las
chimeneas, las calderas, los calentadores de agua o calefactores y los aparatos domésticos que
queman combustible, como las estufas u hornillas de la cocina, también pueden producirlo si no
están funcionando bien. Los vehículos con el motor encendido también lo despiden, por lo que
en las áreas muy urbanizadas tiende a haber una concentración excesiva de este gas hasta
llegar a concentraciones de 50-100 ppm, tasas que son peligrosas para la salud de las personas.
Se diluye muy fácilmente en el aire ambiental, pero en un medio cerrado o mal ventilado, su
concentración lo hace muy tóxico. Si se respira, aún en cantidades moderadas, el monóxido de
carbono puede causar la muerte por envenenamiento en pocos minutos porque sustituye al
oxígeno en la hemoglobina de la sangre. Cada año un gran número de personas pierde la vida
accidentalmente debido al envenenamiento con este gas. Las mujeres embarazadas y sus fetos,
los niños pequeños, las personas mayores y las que sufren de anemia, problemas del corazón o
respiratorios pueden ser mucho más sensibles al monóxido de carbono.
Los óxidos de azufre son un grupo de gases compuestos por trióxido de azufre (SO3) y dióxido
de azufre (SO2). El más común es el SO2, ya que el SO3 es solo un intermediario en la formación
del ácido sulfúrico (H2SO4).
Por ello, se hará referencia exclusivamente al dióxido de azufre (SO2), como contaminante
principal.
El dióxido de azufre es un gas incoloro y no inflamable, de olor fuerte e irritante. Su vida media
en la atmósfera es corta de unos 2 a 4 días, y casi la mitad de las emisiones vuelven a depositarse
en la superficie, mientras que el resto se transforma en iones sulfato. Se trata de una sustancia
reductora, que con el tiempo y en contacto con el aire y la humedad, se convierte en trióxido de
azufre (SO3), que puede ser transformado directamente en ácido sulfúrico.
A parte de su papel como intermediario en la fabricación del ácido sulfúrico, el dióxido de azufre
es empleado en otras síntesis, por ejemplo, si se hace reaccionar con el cloro en compuestos
orgánicos se puede obtener, mediante una reacción de clorosulfonación directa, clorosulfonatos
que son precursores de la fabricación de detergentes y otras sustancias.
En conjunto, más de la mitad de las emisiones de óxidos de azufre que llegan a la atmósfera se
producen por actividades humanas, sobre todo por la combustión de carbón, petróleo y por la
industria metalurgia, debido a que el azufre reacciona con el oxígeno en el proceso de
combustión, formando SO2. En los procesos metalúrgicos, se liberan grandes cantidades de este
gas debido a que se emplean frecuentemente los metales en forma de sulfuros.
El dióxido de azufre es un gas irritante y tóxico, los niños, niñas y los ancianos son muy sensibles
a él. Afecta sobre todo las mucosidades y los pulmones provocando ataques de tos, si bien éste
es absorbido por el sistema nasal. La exposición de altas concentraciones durante cortos
períodos de tiempo puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis, reacciones asmáticas,
espasmos reflejos, parada respiratoria y congestionar los conductos bronquiales de los
asmáticos.
El término metal pesado es considerado como una “mala denominación” según un informe
técnico de la IUPAC esto debido a su definición contradictoria y su falta de “bases de coherencia
científica”. Existe un término alternativo denominado metal tóxico, pero para el cual tampoco
existe consenso de su exacta definición.
Sin embargo, hay una serie de elementos que en alguna de sus formas pueden representar un
serio problema medioambiental y es común referirse a ellos con el término genérico de “metales
pesados”. En la actualidad, existen muchas fuentes antropogénicas de metales pesados.
Entre los principales agentes tóxicos que afectan el ambiente y la salud de las personas son el
plomo, arsénico, mercurio, cadmio, etc. La población puede estar expuesta a estos
contaminantes como consecuencia de su extensa difusión en el medio. Una de las vías más
importantes de exposición suele ser el consumo de los diferentes grupos de alimentos que los
contienen, ya sea de forma natural o como contaminantes. Los metales no pueden ser
degradados o destruidos y pueden incorporarse al cuerpo humano a través del agua potable, ya
sea por ingestión o por absorción dérmica durante ducha o baño.
También pueden ser ingeridos, inhalados o absorbidos dérmicamente a partir de las partículas
de polvo re-suspendidas que provienen de los suelos. En el aire, la contaminación atmosférica
de partículas que contienen metales implica una amplia variedad de potenciales efectos adversos
sobre la salud, esta es la razón por la cual se mencionan como contaminantes atmosféricos.
Además de causar algunos de los problemas ambientales más graves, la exposición a metales
pesados en determinadas circunstancias es la causa de la degradación y muerte de vegetación,
ríos, animales e, incluso, de daños directos en el hombre.
En el caso del plomo en específico, se encuentra de forma natural en el medio ambiente, aunque
rara vez se encuentra en su estado elemental, sino formando parte de algunos minerales, el más
común es el sulfuro de plomo, la galena, y otros minerales de interés comercial como el carbonato
de plomo, cerusita.
La acumulación de plomo en los animales, puede causar graves efectos en su salud por
envenenamiento, e incluso la muerte. Algunos organismos, como los crustáceos, son muy
sensibles al plomo, y en muy pequeñas concentraciones pueden llegar a morir.
Respecto a los daños en la salud, el plomo no cumple ninguna función esencial en el cuerpo
humano pero se acumula en el organismo. Este puede principalmente hacer daño después de
ser ingerido en la comida, aire o agua sin importar el horario, aunque hay estudios que
comprueban que si uno ingiere una cantidad importante de plomo durante las 7 y 12 de la noche
las probabilidades de contraer saturnismo son mayores dado que el metabolismo se ralentiza
entre estos horarios.