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Homo sacer. El poder soberano y la nuda vida (Pre-Textos, Valencia, 1998).

Algunos momentos cruciales del libro. Los números entre paréntesis son las páginas
de la edición citada:

1) La paradoja de la soberanía: el soberano está al mismo tiempo fuera y dentro del


ordenamiento jurídico. El soberano, por medio del estado de excepción, crea y
garantiza la situación donde el derecho es posible. "Yo, el soberano, que estoy fuera
de la ley, declaro que no hay fuera de la ley". La excepcionalidad de la decisión, su
monopolio: Schmitt-Kierkegaard (27-29). La exceptio (Ausnahme), una forma
"nihilista" de ocupar el lugar de la singularidad, su decisión sin equivalencia (30-31).
Blanchot: encerrar el afuera.

2) Singularidad y particularidad: el ejemplo, la excrecencia, el singular (Badiou)(35-


40).

3) Bando (J-L Nancy): lo que ha sido puesto en bando no queda sencillamente fuera
de la ley ni es indiferente a ésta, sino que es abandonado por ella, es decir que queda
expuesto y en peligro en el umbral en que vida y derecho, interior y exterior se
confunden (43-45)(79-80 y 245-251).

4) Potencia que no pasa al acto, potencia de no (63).

5) Pensar fuera del principio de soberanía: Schelling, Nietzsche y el amor fati, como
imposibilidad de distinguir contingencia y necesidad. Heidegger, el Ereignis y
Bartleby (66-67).

6) El hombre lobo como signo del soberano ( )

7) Forma de ley: nada de la revelación. Vigencia sin significado, punto cero de todo
contenido: Kant, Kafka, Benjamin (70-78).

8) Kojève: el fin de la historia (82-83).

9) Homo sacer, quien puede ser sacrificado: 93-112.

10) ¿Holocausto?: No, exterminados como piojos (147).

11) El Lager como paradigma oculto del espacio biopolítico de lo moderno... Una
misma reivindicación de la nuda vida conduce en las democracias burguesas al
primado de lo privado sobre lo público y lo contrario en los Estados totalitarios. La
rapidez con que las democracias parlamentarias han podido transformarse en Estados
totalitarios (154-155).
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12) Eugenesia nacional-socialista y biogenética actual (156).

13) La gran metáfora de Leviatán: tener un cuerpo que mostrar, un cuerpo


absolutamente expuesto a recibir la muerte (habeas corpus, 159).

14) Las Declaraciones de Derechos (1789): figura originaria de la inscripción de la


vida natural en el orden jurídico del Estado-nación. Vida natural que el Antiguo
Régimen era políticamente indiferente, pues pertenecía a Dios, pasa ahora a primer
plano de la estructura del Estado y se convierte en el fundamento terreno de su
legitimidad. El puro y simple nacimiento como fuente y portadora de derecho (162):
la vida natural se desvanece en el ciudadano en el que los derechos son
"conservados". De la soberanía real de origen divino a la soberanía nacional, de
súbdito a ciudadano: el nacimiento, la nuda vida como tal, se convierte por primera
vez en el portador inmediato de la soberanía: los derechos son atribuidos al hombre
en la medida en que el hombre mismo, que se desvanece inmediatamente, del
ciudadano (163). Suelo y sangre (Blut und Boten) como base de una política cultural
y estatal, dos criterios jurídicos tradicionales romanos (ius soli, ius sanguinis) que
adquieren una importancia decisiva a partir de la Revolución Francesa. Fascismo y
nazismo son una redefinición de las relaciones entre hombre y ciudadano sólo
inteligibles a la luz del trasfondo biopolítico inaugurado por la soberanía nacional y
las declaraciones de derechos (165-166).

15) Si los refugiados son inquietantes es porque rompen la continuidad entre hombre
y ciudadano, entre nacimiento y nacionalidad, ponen en crisis la ficción originaria de
la soberanía moderna: hacen comparecer a plena luz la nuda vida que constituye el
presupuesto secreto de ella (167-168).

16) Las organizaciones humanitarias mantienen una secreta solidaridad con las
fuerzas que deberían combatir (169-170).

17) Sade y el castillo de Silling como expresión de la biopolítica moderna (171).

18) Vida que no merece vivir: eutanasia nazi: de la biopolítica a la tanatopolítica


(172-181).

19) Política, es decir dar forma a la vida de un pueblo. En qué sentido el Reich es
moderno (182-189): una tarea biopolítica en que vida y política se identifican y sólo
si se restituye a su contexto 'humanitario' [Sloterdijk] es posible apreciar plenamente
su inhumanidad.

20) En qué sentido el Dasein de Heidegger no tiene nada que ver con el nazismo
(190-194).
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21) Cobayas humanos, VP (195-202): el punto de vista científico, el rigor de los


experimentos había sido 'espléndida' (198). Comparaciones con prácticas
estadounidenses (198-200).

22) Politizar la muerte (203-210): el ultracomatoso... La muerte, epifenómeno de la


tecnología del trasplante (207). Nacionalizar el cuerpo: en las democracias modernas
es posible decir públicamente lo que los biopolíticos nazis no se atrevían a decir
(210).

23) El Lager como nomos de lo moderno (211-224): un buen día estaban ahí (215).
La política es ahora literalmente la decisión sobre lo impolítico (es decir sobre la nuda
vida)(221).

24) La ambivalencia del vocablo 'pueblo' (224-229).

25) Haplos, el ser puro... El Führer es quien tiene una existencia inmediatamente
política (234): su autoridad no es la un déspota o un dictador: cuerpo integral, ni
público ni privado: su palabra es Ley (Eichmann).

26) Primo Levi y la figura del musulmán: atónito, es una animalidad vaciada,
catatónica, pues no distingue hecho y derecho, frío y SS, vida y norma.
Personalización de esa zona de indistinción.

27) Una Ley que pretende hacerse íntegramente vida se encuentra hoy, cada vez con
mayor frecuencia, frente a una vida degradada y mortificada al pasar a norma (238).
No somos sólo animales en cuya política está puesta en entredicho su vida de seres
vivientes, sino también, a la inversa, ciudadanos en cuyo cuerpo natural está puesta en
entredicho su propia vida política.

28) Será preciso hacer del propio cuerpo biopolítico, de la nuda vida misma, el lugar
en el que se constituye y asienta una forma de vida vertida íntegramente en esa nuda
vida, un bíos que sea sólo su zoé. El bíos yace hoy en la zoé exactamente igual que,
en la definición heideggeriana del Dasein, la esencia yace (liegt) en la existencia.

29) ¿En qué modo un bíos puede ser sólo su zoé? ¿Cómo puede una forma de vida
aferrar ese haplos que constituye a la vez la tarea y el enigma de la metafísica
occidental? Si llamamos forma-de-vida (universalidad) a este ser que es sólo su nuda
existencia (singular), esta vida que es su forma y se mantiene inseparable de ella,
veremos abrirse un campo de investigación que se sitúa más allá...... un límite más
allá del cual no pueden proseguir, si no es a riesgo de una catástrofe biopolítica sin
precedentes (239).

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