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Frederic Chopin fue el pianista más característico del período y uno de los más importantes
compositores de este instrumento.
El piano romántico[editar]
Franz Schubert (1797-1828), compositor austriaco, gran incomprendido en su tiempo,
cuyos lieder (canciones para voz solista y piano basadas en poemas alemanes) están
entre las obras maestras de este género, y cuyos trabajos instrumentales son un
puente entre el clasicismo y el romanticismo del siglo XIX. Escribió obras para piano,
música sinfónica, religiosa y numerosas óperas.
Félix Mendelssohn (1809-1847), compositor alemán, una de las principales figuras de
comienzos del romanticismo europeo del siglo XIX. A los 9 años debutó como pianista
y a los 11 años interpretó su primera composición. Compuso la obertura El sueño de
una noche de verano cuando tenía 17 años y la obra que contiene la famosa Marcha
nupcial 17 años después. Tuvo como profesores al compositor y pianista checo Ignaz
Moscheles y al compositor alemán Carl Friedrich Zelter. A Mendelssohn se le atribuye
el haber redescubierto la obra de Johann Sebastián Bach, al estrenar en 1829
su Pasión según San Mateo.
Frédéric Chopin (1810-1849), comenzó a estudiar piano a los cuatro años. Aprendió la
técnica del instrumento prácticamente de forma autodidacta, aunque más tarde estudió
armonía y contrapunto en el conservatorio de la capital polaca. También fue precoz
como compositor: su primera obra publicada data de 1817. Desde muy joven mantuvo
estrecha relación con las altas esferas sociales, ante quienes tocaba en sus reuniones
musicales. A los 20 años de edad dejó su Polonia natal en un viaje de estudios, pero
nunca regresó. Su obra se caracterizó por el intimismo, la delicadeza, la facilidad
melódica, y una revolucionaria técnica de ejecución. El piano fue su instrumento por
excelencia, y tuvo gran popularidad e influencia en los compositores de su época.
Robert Schumann (1810-1856), compositor alemán del Romanticismo. Desde niño, ya
demostraba sus cualidades musicales, y su padre lo apoyó durante su formación
procurándole un profesor de piano. La dedicación a su carrera musical se vio truncada
por la muerte de su padre, aunque posteriormente reemprendería sus estudios. Fue un
brillante compositor y crítico musical, lo que le permitió descubrir a Johannes Brahms
cuando era un joven de veinte años. En 1839, Robert se casó con Clara Wieck, y
tuvieron ocho hijos. Finalmente, durante sus últimos años se acentuaron las
depresiones, crisis, intentos de suicidios y periodos de reclusión. Murió de tifus en un
sanatorio.
Franz Liszt (1811-1886), compositor austro-húngaro, pianista y profesor. Liszt se hizo
famoso en toda Europa durante el siglo XIX por su gran habilidad como intérprete. Sus
contemporáneos afirmaban que era el pianista técnicamente más avanzado de su
época y quizás el más grande de todos los tiempos.2 También fue un importante e
influyente compositor, un profesor de piano notable, un director de orquesta que
contribuyó significativamente al desarrollo moderno del arte y un benefactor de otros
compositores y artistas, intérpretes o ejecutantes, en particular de Richard
Wagner, Hector Berlioz, Camille Saint-Saëns, Edvard Grieg y Aleksandr Borodín.
Richard Wagner (1813-1883), fue un compositor, director de
orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical alemán del Romanticismo.
Destacan principalmente sus óperas (calificadas como «dramas musicales» por el
propio compositor) en las que, a diferencia de otros compositores, asumió también
el libreto y la escenografía.
En sus inicios, fundamentó su reputación como compositor en obras como El holandés
errante y Tannhäuser, que seguían la tradición romántica de Weber y Meyerbeer.
Transformó el pensamiento musical con la idea de la «obra de arte total»
(Gesamtkunstwerk), la síntesis de todas las artes poéticas, visuales, musicales y
escénicas, que desarrolló en una serie de ensayos entre 1849 y 1852, y que plasmó en la
primera mitad de su monumental tetralogía El anillo del nibelungo. Sin embargo, sus ideas
sobre la relación entre la música y el teatro cambiaron nuevamente y reintrodujo
algunas formas operísticas tradicionales en las obras de su última etapa, como en Los
maestros cantores de Núremberg. Las obras de Wagner, particularmente las de su último
periodo, destacan por su textura contrapuntística,
riqueza cromática, armonía, orquestación y un elaborado uso de los leitmotivs (temas
musicales asociados a caracteres específicos o elementos dentro de la trama). Wagner fue
pionero en varios avances del lenguaje musical, como un extremo cromatismo (asociado
con el color orquestal) o la ampliación del cosmos armónico a través de un continuo
desplazamiento de los centros tonales, lo que influyó en el desarrollo de la música clásica.
Su ópera Tristán e Isolda se describe a veces como punto de inicio de la música docta
contemporánea. La influencia de Wagner se extendió también a la filosofía, la literatura,
las artes visuales y el teatro. Hizo construir su propio teatro de ópera, el Festspielhaus de
Bayreuth, para escenificar sus obras del modo en que él las imaginaba y que contienen
diseños novedosos. Allí tuvo lugar el estreno de la tetralogía del Anillo y Parsifal, donde
actualmente se siguen representando sus obras operísticas más importantes en
un Festival anual a cargo de sus descendientes.
Sinfonía romántica[editar]
Los nacionalismos (1850-1950)[editar]
Rusia[editar]
El nacionalismo es una corriente iniciada en Rusia. Mikhail Glinka famoso por su
ópera Una vida por el Zar alentó a Aleksandr Dargomyzhski para ayudarle a convencer a
un grupo de cinco compositores rusos a coordinar sus trabajos basados en la cultura rusa.
Más tarde fueron conocidos como El Grupo de los Cinco. La ópera de Dargomyzhski El
convidado de piedra fue la piedra angular sobre la que se basó esta nueva escuela.
Glinka es comúnmente recordado como el fundador de la música nacionalista rusa. Una
vez depurado su estilo de composición en relación con sus estudios posteriores, despertó
una gran atención tanto en su país como en el extranjero. Sus operas rusas ofrecían una
síntesis de composición occidental pero con melodía rusa, mientras que su música
orquestal, con una instrumentación excelente, ofrecía una combinación de lo tradicional y
lo exótico.
El Grupo de los Cinco[editar]
Artículo principal: Los Cinco (compositores)
De este grupo de cinco, solo dos eran músicos profesionales, César Cui y Mili Balákirev,
ambos poco conocidos. Un tercero Aleksandr Borodin es más conocido por su
composición En las estepas de Asia Central y por Danzas polovtsianas de su ópera El
príncipe Ígor.
Otro componente de este grupo fue Modest Músorgski quien introduce ritmos del folclore
ruso y escalas inusuales procedentes de la música de la Iglesia ortodoxa, tan
características en sus obras. Entre sus trabajos encontramos la suite para piano Cuadros
de una exposición, que posteriormente llamó la atención a Maurice Ravel quien hizo un
arreglo orquestale.
El quinto y último miembro del grupo fue Nikolai Rimsky-Korsakov, que fundamentó su
trabajo en obras dramáticas de fuerza rítmica y color orquestal. Sus obras más importantes
fueron la ópera El gallo de oro y su famosa suite orquestal Scheherezade. También utiliza
elementos de la iglesia rusa en su Obertura de la gran Pascua rusa e influencias de la
música tradicional asturiana o andaluza en su Capricho español.
Piotr Ilich Chaikovski fue otro de los compositores rusos que usaban un tono y color
brillantes. Su sexta sinfonía Pathetique es muy conocida, y realizó, también la música de
tres famosos ballets: El cascanueces, La Bella Durmiente y El lago de los cisnes. Obras
como la obertura de Marcha eslava, y Capricho italiano ubican definitivamente a
Chaikovski dentro del nacionalismo. Estas obras han sido programadas tan a menudo que
se consideran entre las obras más famosas jamás construidas.
El compositor brasileño Heitor Villa-Lobos (1887-1959) fue el principal exponente del nacionalismo
en Latinoamérica y uno de los compositores no europeos más importantes.
El compositor austriaco Gustav Mahler (1860-1911) fue el principal exponente del postromanticismo
junto con Richard Strauss y Anton Bruckner
Particularmente en la primera parte del siglo XX, muchos compositores escribieron música
que fue una extensión de la música romántica del siglo XIX. La armonía —salvo mayor
complejidad— fue tonal, y los agrupamientos instrumentales tradicionales, como
la orquesta o el cuarteto de cuerdas, se mantuvieron como los más usuales. Los músicos
más representativos de este movimiento fueron Gustav Mahler, Richard Strauss y Sergey
Rachmaninov, sin embargo muchos de los grandes compositores modernistas
comenzaron sus carreras en este estilo tales como Bela Bartok, Igor Stravinsky y Arnold
Schoenberg.
Como compositor, Gustav Mahler, centró sus esfuerzos en la forma sinfónica y en el lied.
La Segunda, Tercera, Cuarta y Octava sinfonías y Das Lied von der Erde (La canción de la
Tierra) conjugaron en sus partituras ambos géneros. Él mismo advertía que componer una
sinfonía era «construir un mundo con todos los medios posibles», por lo que sus trabajos
en este campo se caracterizan por una amplísima heterogeneidad. Introdujo elementos de
distinta procedencia como melodías populares, marchas, fanfarrias militares, mediante un
uso personal del acorde, entrecortando o alargando inusitadamente las líneas melódicas,
acoplados o yuxtapuestos en el interior del marco formal que absorbió de la tradición
clásica vienesa. Sus obras sinfónicas adquirieron desmesuradas proporciones e
incluían armonías disonantes que sobrepasan el cromatismo utilizado por Wagner en
su Tristán e Isolda.
Muchos compositores prominentes —entre ellos Dmitri Kabalevski, Dmitri
Shostakóvich y Benjamin Britten— hicieron significativos avances en el estilo y la técnica
romántica mientras continuaban empleando un lenguaje melódico, armónico, estructural y
textural relacionado con el del siglo XIX, accesible al auditorio promedio.
Impresionismo (1860-1910)[editar]
Gabriel Fauré
Maurice Ravel
o El Bolero de Ravel
Erik Satie
Isaac Albéniz
o Suite española y Suite ibérica
Enrique Granados
Manuel de Falla
Joaquín Rodrigo
o El Concierto de Aranjuez
Jesús Guridi
o El caserío
Joaquín Turina
Futurismo[editar]
Artículo principal: Futurismo
El futurismo fue uno de los movimientos iniciales de vanguardia en la Europa del siglo XX.
Esta corriente artística fue fundada en Italia por el poeta italiano Filippo Tommaso
Marinetti, quien redacta el Manifiesto Futurista, y lo publica el 20 de febrero de 1909 en el
diario Le Figaro de París.
Este movimiento buscaba la ruptura con las tradiciones artísticas del pasado y los signos
convencionales de la historia del arte. Intentó enaltecer la vida contemporánea, esto por
medio de dos temas principales: la máquina y el movimiento. Los principales compositores
futuristas fueron los italianos Francesco Balilla Pratella y Luigi Russolo.
Primitivismo[editar]
Artículo principal: Primitivismo
El primitivismo fue un movimiento de las artes que pretendía rescatar el folclor más arcaico
de ciertas regiones con un lenguaje moderno. Similar al nacionalismo en su afán por
rescatar lo local, el primitivismo incorporó además métricas y acentuaciones irregulares, un
mayor uso de la percusión y otros timbres, escalas modales, y armonía politonal y atonal.
Dentro de la música los dos gigantes de este movimiento fueron el ruso Ígor Stravinsky y el
húngaro Bela Bartok, aunque la obra de ambos sobrepasa con creces la denominación
"primitivista".
En cuanto a Ígor Stravinsky, su larga vida —murió cuando iba a cumplir los 89 años— le
permitió conocer gran variedad de corrientes musicales. Resultan justificadas sus
protestas contra quienes lo tildaban como un músico del porvenir: «Es algo absurdo. No
vivo en el pasado ni en el futuro. Estoy en el presente». En su presente compuso una gran
cantidad de obras clásicas abordando varios estilos como el primitivismo,
el neoclasicismo y el serialismo, pero es conocido mundialmente sobre todo por tres obras
de uno de sus períodos iniciales —el llamado «período ruso»—: El pájaro de
fuego (L'Oiseau de feu, 1910), Petrushka (1911) y La consagración de la primavera (Le
sacre du printemps, 1913). Para muchos, estos ballets clásicos, atrevidos e innovadores,
prácticamente reinventaron el género. Stravinski también escribió para diversos tipos de
conjuntos en un amplio espectro de formas clásicas, desde óperas y sinfonías a pequeñas
piezas para piano y obras para grupos de jazz.
Stravinski dejó Rusia por primera vez en 1910, para asistir en París al estreno de su
ballet El pájaro de fuego por los Ballets Rusos. Durante su estancia en dicha ciudad,
compuso dos obras más para los Ballets Rusos: Petrushka (1911) y La consagración de la
primavera (1913). Los ballets revelan el desarrollo estilístico del compositor: desde El
pájaro de fuego, cuyo estilo muestra la poderosa influencia de Rimski-Kórsakov,
a Petrushka con su fuerte énfasis bitonal, para llegar finalmente a la
salvaje disonancia polifónica de La consagración de la primavera. Como Stravinski
mencionó acerca de sus estrenos, su intención era «mandar todo al demonio» (y lo logró:
el estreno de La consagración de la primavera en 1913 fue probablemente el más famoso
escándalo en la historia de la música, con luchas a puñetazos entre los miembros del
público y la necesidad de vigilancia policial durante el segundo acto).
Microtonalismo[editar]
Artículo principal: Microtonalismo
Neoclasicismo[editar]
Artículo principal: Neoclasicismo musical del siglo XX
El neoclasicismo en música refiere al movimiento del siglo XX que retomó una práctica
común de tradición en cuanto a la armonía, la melodía, la forma, los timbres y los ritmos,
pero mezclada con grandes disonancias atonales y ritmos sincopados, como punto de
partida para componer música. Ígor Stravinski, Paul Hindemith, Serguéi Prokófiev, Dmitri
Shostakóvich, Bohuslav Martinu y Béla Bartók son los compositores más importantes
usualmente mencionados en este estilo, pero también el prolífico Darius Milhaud y sus
contemporáneos Francis Poulenc y Arthur Honegger.
Tras un período inicial en el que parecen primar las influencias de Serguéi Prokófiev, Ígor
Stravinski y Paul Hindemith, Dmitri Shostakóvich desarrolló un estilo híbrido del que es
representativa su ópera Lady Macbeth de Mtsensk (1934). Posteriormente derivó hacia un
estilo posromántico, donde destaca la Sinfonía No. 5 (1937), y en el que la influencia
de Gustav Mahler se combina con la tradición musical rusa, con Modest Músorgski y
Stravinsky como referentes importantes. Shostakóvich integró todas esas influencias
creando un estilo muy personal. La música de Shostakóvich suele incluir contrastes
agudos y elementos grotescos,3 con un componente rítmico muy destacado. En su obra
orquestal destacan quince sinfonías y seis conciertos; en su música de cámara cabe
mencionar especialmente sus quince cuartetos para cuerdas; también compuso
varias óperas, así como música de cine y ballet.
El compositor alemán Karlheinz Stockhausen (1928-2007) fue pionero en muchas de las formas
musicales vanguardistas del siglo XX
Algunos compositores de la corriente minimalista (de izqda. a dcha.): Steve Reich, Philip
Glass, John Adams, Terry Riley, Michael Nyman, y Arvo Pärt.
Música cinematográfica[editar]
Artículos principales: Música cinematográfica y Banda sonora.
Desde la llegada del cine sonoro a finales de la década de los 1920, la música ha cumplido
un rol crucial en la industria y el arte del cine. Muchos de los grandes compositores que
vivieron en esa primera época, tales como los rusos Prokofiev y Shostakovic,
incursionaron también en esta área. Posteriormente, hubo numerosos compositores que
dedicaron su carrera total o mayormente a trabajar a través del cine. Dentro de los
compositores de música de cine se encuentran: Max Steiner, Erich Wolfgang
Korngold, Bernard Herrmann, John Williams, Howard Shore y Henry Mancini.
Poliestilismo[editar]
Artículo principal: Poliestilismo
Espectralismo[editar]
Artículo principal: Espectralismo
El espectralismo es un género musical originado en Francia en la década de
los sesenta alrededor de un grupo de compositores agrupados en torno al Ensemble
l'Itinéraire (Gérard Grisey, Tristan Murail y Hughes Dufourt). La música espectral, en un
sentido restrictivo, se basa principalmente en el descubrimiento de la naturaleza del timbre
musical y en la descomposición espectral del sonido musical, en el origen de la percepción
del timbre.
El movimiento se ha ido ensanchando e influye en las más importantes tendencias
contemporáneas de composición y en muchos de los compositores más jóvenes: Philippe
Hurel, Philippe Leroux, Marc-André Dalbavie, Jean-Luc Hervé, Fabien Lévy o Thierry
Blondeau, en Francia; Kaija Saariaho o Magnus Lindberg en Finlandia; George
Benjamin o Julian Anderson en el Reino Unido; Marco Stroppa en Italia; Georg Friedrich
Haas en Austria; y Joshua Fineberg, en EE. UU., por citar algunos. Y como en el caso del
impresionismo y muchos otros estilos musicales, aquellos compositores cuya música se
considera espectral no aceptan generalmente tal denominación.
Nueva simplicidad[editar]
La Nueva Simplicidad fue una tendencia estilística surgida entre algunos de los
componentes de la generación más joven de compositores alemanes de comienzos de los
ochenta del siglo XX, y que supuso una reacción no solamente contra
la vanguardia musical europea de las décadas de los cincuenta y sesenta, sino también
contra la más amplia tendencia hacia la objetividad de comienzos de siglo.
En general, estos compositores propugnaron una inmediatez entre el impulso creativo y su
resultado musical (en contraste con la elaborada planificación precompositiva
característica del vanguardismo), con la intención de crear una comunicación más fácil con
las audiencias. En algunos casos, ello significó una vuelta al lenguaje tonal del siglo XIX y
en otros significó trabajar con texturas más simples o el empleo de armonías triádicas en
contextos no tonales. De entre los compositores identificados de una forma más cercana
con este movimiento, solamente Wolfgang Rihm ha conseguido una reputación
significativa fuera de Alemania. Algunas de sus obras más famosas son: Jakob Lenz
(1978), Edipo (primera representación en 1987) y Gesungene Zeit, para violín y orquesta
(1992).
Libre improvisación[editar]
Artículo principal: Libre improvisación
La improvisación libre es música improvisada sin reglas previas establecidas, secuencias
de acordes o melodías previamente acordadas. A veces los músicos realizan un esfuerzo
activo para evitar referenciar a géneros musicales reconocibles. La improvisación libre,
como estilo de música, se desarrolló en Europa y EE. UU. en la mitad y fines de la década
de 1960 en respuesta o inspirado por el movimiento del free jazz así como por la música
clásica contemporánea. Entre los artistas más reconocidos dentro de este estilo están los
saxofonistas Evan Parker y Peter Brötzmann, el guitarrista Derek Bailey, y el grupo
improvisacional británico AMM.
Nueva Complejidad[editar]
Artículo principal: Nueva complejidad
Música popular[editar]
Artículo principal: Música popular
Historia[editar]
Hasta finales del siglo XVIII, en Europa, las dos grandes corrientes musicales que había
eran la que actualmente conocemos como música clásica, de tradición escrita y vinculada
a la aristocracia, y la música folclórica (por entonces música popular), de tradición oral y
vinculada a una población fundamentalmente rural.
Esta dualidad, que no hacía sino reflejar la división social y cultural del público, empezará
a cambiar con el desarrollo de la Revolución Industrial. En países como Reino
Unido y Francia, el crecimiento de las ciudades, la burguesía y el florecimiento de una
clase media urbana interesada en la cultura, promueven la aparición de espectáculos
músico-teatrales.16 Estos se representarán de forma regular en lugares como las tabernas,
jardines y salones de baile de Londres, o los teatros y los café-concert de París, y serán el
caldo de cultivo para la creación de canciones y otras composiciones que irán
conformando una nueva corriente, la música popular urbana. Los primeros espectáculos
de este tipo son el ballad opera y el music hall en el Reino Unido, el teatro de variedades y
el vaudeville en Francia, y un tiempo después el minstrel show en EE. UU. A éstos se
sumarían en las siguientes décadas nuevos formatos como el cabaret, la revista,
el burlesque, etc.
Junto a este desarrollo del mundo del espectáculo se produce también un acercamiento de
la música a los hogares de la gente, basado por un lado en el abaratamiento de
los instrumentos musicales, y por otro en una disponibilidad cada vez mayor
de partituras creadas para el consumo doméstico. Este nuevo mercado permitió que
muchos compositores, que en épocas anteriores sólo podían trabajar bajo el encargo de
una institución religiosa o como empleados de una corte o un importante mecenas,
pudieran ahora convertirse en profesionales liberales. Sus creaciones serán
comercializadas por editoras musicales que se encargarán también de tutelar los derechos
de la composición. Ejemplos de estas creaciones se pueden encontrar en
los lieder alemanes de Schumann o las canzonette italianas de Donizetti, para voz y piano,
en las cuales hay a menudo una estructura similar a la de muchas canciones pop
modernas. Un fenómeno similar ocurre en EE. UU. con la industria musical del Tin Pan
Alley —con fuertes raíces en folclore angloamericano—.
Por último, en la segunda mitad del siglo XIX también cobra fuerza la ópera ligera
u opereta, primero en París (con figuras como Jacques Offenbach y su popular cancán),
después en Viena (de donde surgieron los famosos valses de los Strauss) y Londres. En
España también se practicó el género de la opereta, bajo el nombre de zarzuela.
Siglo XX[editar]
Los estilos de la música popular occidental del siglo XIX, que se nutrieron tanto de fuentes
cultas como folclóricas, siguieron su desarrollo en el siglo XX paralelamente a la aparición
de las nuevas corrientes como el jazz o el rock.
Hasta la década de 1960, en el terreno vocal prevaleció la canción ligera popularizada por
los espectáculos de variedades y por los comienzos de la radio y del cine sonoro,
conservando ciertos caracteres propios en cada país. Así ocurrió con el pop
tradicional estadounidense, la canción francesa o "chanson", la canción italiana donde
destaca la canción napolitana, o la canción alemana (representada por el Kabarett y
el Schlager). Igualmente sucede en España con la canción española, cuyo género más
representativo es primero el cuplé y después la copla. Latinoamérica por su parte exportó
géneros como el bolero o los ritmos de baile tan populares como el tango, la rumba o
el mambo.
En la segunda mitad del siglo los espectáculos de variedades entran en decadencia, y
aunque la canción ligera seguirá gozando de notable popularidad hasta nuestros días, irá
cediendo terreno −sobre todo entre la gente joven− ante el avance de la moderna música
pop/rock, de la cual recibirá influencia llegando incluso a confundirse con ella. El resultado
es el género conocido como canción melódica. Señalar por último la pervivencia en todo el
siglo XX de un género mixto entre teatro, música popular y baile que, con orígenes en el
XIX, conservará su fortaleza hasta nuestros días: el musical. Con epicentro creativo
en Broadway (Nueva York) y West End (Londres), el musical fructificó también en otras
capitales europeas, latinoamericanas y asiáticas.
Aunque en el periodo que va desde el final de la Guerra de Secesión hasta el fin del siglo
XIX, ya existían bandas que tocaban algo parecido a un jazz rudimentario, suele
considerarse a Buddy Bolden como la primera figura del estilo definido. Se denomina
«estilo Nueva Orleans» a esta forma inicial del jazz. Aún no se ha desprendido de las
influencias del minstrel y contiene las características del hot.
El cierre por las autoridades de Nueva Orleans del barrio de Storyville en 1917, supuso un
importante contratiempo para la mayor parte de los músicos de jazz de la zona, pues en
este distrito de ocio se concentraban casi todos los locales de música en vivo.17 Este
hecho inició la migración de los músicos hacia las ciudades del norte, y especialmente
a Chicago a comienzos de la década de 1920.
En el último tercio de la década de 1920 en Nueva York se estaba desarrollando una
nueva forma, que se consolidó sobre todo como resultado de la migración masiva de
músicos de Chicago hacia la "ciudad de los rascacielos".18 Las big bands fueron las que
marcaron el rumbo de un nuevo estilo.
Los músicos bebop ponían el acento en el papel del solista, que ya no era el
de entertainer de épocas pasadas, sino un creador al servicio sólo de su propia música.
El nacimiento del cool tuvo lugar hacia fines de los años cuarenta. El nuevo estilo se
derivaba del bebop, pero resultaba una música más cerebral, que tenía como principal
objetivo el establecimiento de una atmósfera "meditativa".
El bop evolucionó y algunos músicos desarrollaron formulaciones similares a las que ya se
habían dado en la música clásica en los años veinte, con la irrupción, por ejemplo, de
la atonalidad en el jazz de los años sesenta. Está aceptado por la crítica que el free
jazz toma carta de naturaleza en 1960, con la publicación del disco homónimo de Ornette
Coleman.
El rock and roll nació en los años 50 como una música de ritmo rápido que surgía
fundamentalmente de un maridaje entre el rhythm and blues negro y el country blanco. En
la década de los 60, las figuras dominantes del rock primigenio americano tuvo que ceder
protagonismo ante el avance de una nueva oleada de grupos británicos que habían
recibido su influencia. Surge lo que se denominaría Invasión británica, bandas que
contribuirían a la evolución del rock y al surgimiento de la nueva cara de la música popular
blanca: la música pop. Al mismo tiempo, se consolidaron nuevas tendencias entre los
norteamericanos de color, como el soul y el funk. Se produjo también en Estados Unidos
un revival de la música folk, con la canción protesta.
Los años 70 vieron nacer nuevos estilos, como el hard rock y el heavy metal (variantes
del rock más duras y de guitarras eléctricas más distorsionadas), el reggae de origen
jamaicano, el rock progresivo, el punk, el rap, la música disco (que dominó las pistas de
baile), o los primeros pasos de la música electrónica en el ámbito de lo popular.
La incorporación de los sonidos sintetizados y la popularidad del videoclip marcaron la
estética de la música pop de los 80. En los años 90, el grunge y el rock
alternativo comparten protagonismo con el britpop en las listas de éxitos, mientras la
escena dance, vinculada a las pistas de baile, desarrolla una cada vez más variada prole
de subgéneros electrónicos (trance, drum and bass, chill-out, etc.).
La música popular entra así finalmente en el siglo XXI con un ya amplio bagaje a sus
espaldas, caracterizado por la multitud de géneros y estilos que han ido tomando forma
década tras década, y conformando un extenso y variado cuerpo de música apreciado por
gente de distintos gustos, edades, ideologías y extracciones sociales a lo largo y ancho de
todo el mundo.
Véase también[editar]
Mujeres en la música
Historia de la ópera
Historia del arte