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LA IMPORTANCIA DE LA AUTORIDAD
INTRODUCCIÓN Las disposiciones que Dios envía desde su trono están establecidas en su autoridad.
Todas las cosas son creadas por medio de la autoridad de Dios y todas las leyes físicas del universo son
mantenidas por su autoridad. Por esto la Biblia dice: "Sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder" (Hebreos 1:3), porque la autoridad de Dios le representa a El mismo, mientras que su poder
reside en sus hechos. El pecado contra el poder es perdonado más fácilmente que el pecado contra la
autoridad, porque este último es un pecado contra Dios mismo.
Solo Dios es autoridad en todas las cosas; porque todas las autoridades de la tierra son instituidas
por El. La autoridad es algo de importancia en el universo, por esto es imperativo que los que deseen
servir a Dios conozcan su autoridad.
OBJETIVO: Identificar la importancia del principio de autoridad espiritual en el universo, y a Dios
como Fuente Suprema de Autoridad.
DESARROLLO ;EL ORIGEN DE LA REBELDÍA: La rebelión fue la causa de la caída de Satanás. El
querubín se convirtió en Satanás cuando no actuó de acuerdo con la autoridad de Dios, compitió con él,
y por esto se volvió adversario de Dios (Isaías 14: 12-15,Ezequiel28:13-17).
El intento de Satanás de poner su trono sobre el trono de Dios (vanagloria y auto exaltación), fue una
trasgresión directamente a la autoridad de Dios. Ofender la autoridad de Dios es una rebelión más
grave que la de ofender su santidad.
En la oración del Padre Nuestro, dice: “Y no nos metas en tentación" (Mateo 6: 73), porque El sabe
que Satanás continúa su trabajo hasta el fin del mundo, se refiere a las obras de Satanás; pero también
agrega “mas Líbranos del mal”, refiriéndose directamente a Satanás. Inmediatamente después hace
una declaración muy significativa “Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria por todos los
siglos, Amen", para darnos a entender de una vez y reconocer que todo el universo esta bajo la
autoridad de Dios.
Esta gran preciosísima verdad nos libre totalmente del Enemigo, pues todo el poder y la autoridad es de
Dios.
Nosotros predicamos el evangelio para llevar hombres al Reino de Dios, y a su autoridad, pero ¿cómo
podremos establecer la autoridad de Dios en la tierra si nosotros mismos no estamos sometidos a esta
autoridad? ¿Cómo podremos entonces resistir a Satanás?
¿Cómo habría podido Pablo, un erudito y estudiado escuchar las palabras de Ananías un desconocido y a
quien solamente se le menciona una vez en al Biblia? Si no se hubiera encontrado primero con la
autoridad de Dios, jamás lo habría logrado. Esto demuestra que quien se somete a la autoridad, se somete
a Dios y no a los hombres.
Como en el caso de Pablo, quien ha tenido un encuentro con la autoridad, trata simplemente con ella y
no con el hombre. No miremos a la persona, sino a la autoridad que representa. No obedecemos a los -
hombres, sino a la autoridad de Dios en los hombres. Dios se ha propuesto demostrar su autoridad al
mundo, por medio de su iglesia. La autoridad de Dios se puede ver en la coordinación de los varios
miembros en el cuerpo de Cristo.
La expresión de la autoridad es la sujeción. Para que haya sujeción, el ego debe ser excluido; porque la
sujeción no es posible en nuestro propio esfuerzo. Esto es posible solamente cuando vivimos en el
Espíritu.
APLICACIÓN: No hay autoridad sino de parte de Dios; todas las autoridades han sido instituidas por él.
Al hacer una investigación en todas las autoridades hasta llegar a su origen, invariablemente
terminaremos en Dios. Dios está por encima de todas las autoridades y todas ellas están bajo El. Al
entrar en contacto con la autoridad, entramos en contacto con Dios mismo. Dios sustenta todas las cosas
por la poderosa palabra de su autoridad, así como las creó por la misma palabra. (Hebreos 1: 1-3)
INTRODUCCIÓN Como siervos de Dios lo primero que debemos tener es una experiencia o
encuentro con la autoridad. Conocer la autoridad es tan práctico como conocer la salvación. Antes de
poder trabajar para Dios, necesitamos tener un encuentro con la autoridad y poseer un conocimiento de
lo que implica.
OBJETIVO: Identificar en la Vida del Señor Jesucristo y en la vida del apóstol Pablo un ejemplo
de conocimiento revelacional de la autoridad.
Una vez que ha comprendido que el beber la copa (ser crucificado para expiar el pecado), es la voluntad de Dios, al momento
dice: "Levantaos, vamos...”, e inmediatamente va a la cruz, hace la voluntad de Dios. (Mateo 26:46).
La muerte del Señor en la cruz es entonces, la máxima expresión de obediencia a la autoridad. Como
siervos de Dios, el primer requisito que debemos llenar es obedecer la autoridad de Dios, y solo así él
comenzará a usarnos.
En una ocasión, el Señor reprende a aquellos que profetizaron, echaron fuera demonios, e hicieron
milagros en su nombre. Les declara que nunca los conoció. ¿Por qué los desaprueba? Porque están
haciendo todo esto como cosa de ellos, y les enfatiza que solo los que hacen la voluntad de Dios,
entrarán en el reino de los cielos. (Mateo 7:21-23).
No debemos estar buscando un trabajo qué hacer, sino hacer el trabajo que Dios nos mande hacer.
Solamente cuando hayamos aprendido esto, podremos experimentar la realidad de la autoridad en el
reino de los cielos. Solamente cuando trabajamos en obediencia a la autoridad, estamos actuando de
acuerdo con la voluntad de Dios.
Hay dos hechos importantes en el universo: Confiar en la salvación de Dios, y obedecer su autoridad.
La Biblia define como pecado cada infracción de la ley. /f Juan 3:4)
“Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán..." (Romanos 2: 12), en esta
cita Bíblica, la palabra "sin" significa “contra" la ley. Esto es obediencia a la autoridad de Dios. La
infracción de la ley es desobediencia a la autoridad de Dios, y esto es pecado. El pecado es un asunto
de conducta, pero la infracción de la ley es una cuestión de actitud de corazón.
Muchas veces hace falta estrellarse con la autoridad de Dios, para tener los ojos abiertos y discernir lo
que es transgredir a la autoridad en sí mismo como en otros.
INTRODUCCIÓN ;Las leyes del universo han sido instituidas por Dios, todo está bajo su autoridad, por
esto cada vez que una persona peca contra la autoridad de Dios, peca contra Dios mismo. Es necesario
por tanto aprender a obedecer a la autoridad.
OBJETIVO: Identificar en el Antiguo Testamento casos que ilustren la rebeldía del hombre y sus
consecuencias.
Después de crear a Adán, Dios le dio una orden. El hecho principal de la orden no fue decirle que no
comiera de cierto fruto, sino colocar a Adán bajo autoridad para que aprendiera obediencia. Así como
Dios colocó a todo lo creado bajo la autoridad de Adán, así también Adán debía estar bajo la autoridad
de Dios, y debía obedecerla.
Solamente cuando se está bajo autoridad, se puede tener autoridad. De acuerdo con el orden de la
creación, primero fue creado Adán y luego Eva. Adán tenía la autoridad y Eva debía estar en sujeción a
él. Este orden de autoridad nos dice que el que primero fue creado tiene la autoridad; por eso nuestro
primer pensamiento, a donde quiera que vayamos, debe ser: ¿Bajo la autoridad de quién quiere Dios
que yo esté sometido?
Rebelarse contra la autoridad representativa de Dios, es lo mismo que rebelarse contra Dios mismo. Eva
no se sometió a la autoridad de Adán, y Adán al escuchar a Eva tampoco se sometió a la autoridad de
Dios. Esto fue rebelión.
1. 1 El Caso de Eva: Eva no solo estaba bajo la autoridad de Dios, sino también bajo la autoridad de
Adán. Ella tenía una doble autoridad que obedecer. Muchos de nosotros también nos encontramos en
esta posición. Dios desde el principio ordenó al hombre a obedecer y no hacer su propia voluntad.
Cualquier acción que no tenga obediencia es una caída, y cualquier acto de desobediencia es rebelión.
A medida, que la obediencia aumenta, las acciones disminuyen. Cuando recién comenzamos a seguir al
Señor, estamos llenos de actividades pero cortos de obediencia. Pero a medida que crecemos
espiritualmente, nuestras acciones disminuyen gradualmente, hasta que estemos saturados de obediencia.
A menudo muchas cosas son hechas por nuestra voluntad, y no en obediencia a Dios.
1.2 El Bien y el Mal están en las manos de Dios: I
El principio del bien y el mal consiste en vivir según lo bueno y lo malo. Antes de su caída, Adán y Eva
tenían su bien y su mal en las manos de Dios, si no vivían delante de Dios, no sabían nada. Al tomar del
fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, encontraron otra fuente de bien y mal que no era de
Dios. Consecuentemente después de la caída los hombres no necesitan hallar en Dios la esencia del bien
y de/mal. Lo tienen en sí mismos, como resultado de la caída.
La obra de la redención consiste en llevarnos de regreso a encontrar nuestro bien y nuestro mal en Dios.
Las acciones de los hombres no deben ser gobernadas por su conocimiento del bien o del mal, deben ser
motivadas por la obediencia.
1. LA REBELIÓN DE CAM :2.1 La embriaguez de Noé Dios colocó a Noé como cabeza de
la familia y toda la familia estaba bajo su autoridad. Un día Noé se embriagó, y quedó descubierto en
medio de su tienda. Cam su hijo menor, vió la desnudez de su padre y se lo dijo a sus dos hermanos que
estaban afuera. (Génesis 9:20-27).
Ciertamente Noé actuó mal, no debió embriagarse, pero Cam no vio la autoridad y dignidad de su padre.
Cam tuvo un espíritu de desobediencia y rebeldía, fue a contarles a sus hermanos, en lugar de hacer lo
que sus hermanos hicieron cuando vieron a Noé, entraron por detrás y lo cubrieron.
3. 1 El fuego extraño Dios colocó a Aarón por sacerdote y el aceite de la unción había sido derramado
sobre su cabeza. En todos los asuntos del servicio, Aarón era el jefe; sus hijos eran simples ayudantes
que servían junto al altar. Aarón debía iniciar todos los sacrificios, no sus hijos. Cuando ellos
ofrecieron un sacrificio por su cuenta, el fuego resultó extraño a Dios porque estaban sirviendo sin
obediencia a la autoridad, estaban asumiendo que podrían hacer lo mismo sin autoridad. No
reconocieron a su padre como el que tenía la autoridad de Dios. (Levítico 10: 1-2)
3.2 El servicio es iniciado por Dios Cuando servimos a Dios, debemos conocer su voluntad y hacerla
en obediencia a él, pues si lo hacemos por nuestra propia cuenta, será parecido al fuego que ofrecieron
Nadab y Abiú, Y será trabajo de hombres que termina en "muerte". Dios no está buscando sacrificios
de nuestra parte, sino que mantengamos la autoridad. No hay lugar para el servicio individual, pues
debemos servir en coordinación con el equipo que Dios nos ha dado.
APLICACIÓN Estamos' bajo autoridad de los hombres así como tenemos hombres bajo nuestra
autoridad. La autoridad está por todas partes: el policía de la esquina, aunque tal vez sea menos
instruido que nosotros, es autoridad sobre nosotros.
La obediencia a la autoridad es la primera lección que debe aprender un hijo y siervo de Dios y
la importancia que ésta tiene en la obra misma. La obediencia es más que un simple asunto de
enseñanza o doctrina. Algunos creen que es muy difícil obedecer a la autoridad; pero si hemos tenido
un encuentro con Dios, la dificultad desaparece. No hay nadie que obedezca la autoridad de Dios sin
que la misericordia de Dios descanse sobre él.
AUTORIDAD ESPIRITUAL
CASOS DE REBELIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
OBJETIVO: Identificar en el Antiguo Testamento casos que ilustren la rebeldía del hombre y sus
consecuencias.
No es posible mantener una actitud con Dios, y otra autoridad delegada. Coree y sus compañeros
recibieron el castigo de Dios. La rebeldía es un principio del infierno, lustrada por medio de la tierra
cuando abrió su boca, y Coré, Datán y Abiram fueron consumidos por ella, con sus familias y sus
bienes.
APLICACIÓN La rebelión es un principio infernal. La tierra abrió su boca a todos los hombres de
séquito de Coré, Datán y Abiram ya todos sus bienes. Las puertas del Hades no prevalecerán contra la
iglesia, pero un espíritu rebelde abre sus puertas. Solo los obedientes pueden cerrar las puertas del
Hades y liberar la vida.
INTRODUCCIÓN Las dos situaciones más relevantes que se presentan en la Palabra de Dios es
el caso de David en el conocimiento de la autoridad y al mismo Señor Jesucristo como ejemplo de suma
obediencia.
Dios inauguró su autoridad en la tierra cuando estableció el pueblo de Israel; pero ellos después
que entraron en Canaán le pidieron a Dios un rey. Dios nombró a Saúl como su autoridad delegada, pero
desafortunadamente Saúl desobedeció la autoridad de Dios, cuando perdonó al rey de los amalecitas y a
lo mejor de sus ganados. Así que Dios rechazó a Saúl y ungió a David. Sin embargo, David permaneció
bajo la autoridad de Saúl, aunque sus hombres le aconsejaron matar a Saúl.
La Biblia nos afirma que el Señor Jesús y el Padre son uno. En el principio era el Verbo, y el
Verbo era Dios. Los cielos y la tierra fueron hechos por medio de Su Palabra. La gloria que Dios tenía
en el principio, era también la gloria del Hijo. El Padre y el Hijo tenían igual poder y posesión,
solamente hay diferencia en persona, por eso la Biblia dice que Jesús siendo en forma de Dios, se
despojó de su divinidad para cumplir en la tierra el plan del Padre.
El Señor ungió a David como rey de Israel, sin embargo seguía gobernando Saúl. Israel tenía dos
reyes, el rey rechazado estaba todavía en el trono; el escogido aún no había sido ascendido. David estaba
en una posición muy difícil. (1 Samuel 24: 7 -7 6). Saúl, salió a buscar a David al desierto de En-gadi.
Durante el viaje se metió en una cueva en cuyos rincones se hallaban sentados David y sus hombres.
Estos le sugirieron a David que matara a Saúl; pero el resistió la tentación, y no se atrevió a alzar su
mano contra la autoridad.
David tenía el derecho legal de tomar el trono, pues estaba en los planes de Dios que él fuera el
rey, sin embargo él vio que eso no era correcto, porque era rebelarse contra la autoridad de Dios, por
esto demoró tantos años en conseguir el trono. Al estar bajo la autoridad de Saúl, tendría que haber sido
rebelde para tomar el trono, pero David no quería hacerlo así.
La sujeción a la autoridad no es estar sujetos a una persona, sino a la autoridad que esa persona
tiene, la cual viene de Dios. Es verdad que Saúl desobedeció a Dios, pero esto era un asunto entre Dios
y Saúl, la responsabilidad de David ante Dios era someterse a la autoridad delegada en Saúl y por esto
se dirigía a él como “mi señor”, “el ungido de Jehová”.
1.3 DAVID MANTUVO LA AUTORIDAD DE DIOS. David tuvo nuevamente la oportunidad para
matar a Saúl en el desierto de Zif. Uno de sus hombres, Abisai, deseaba hacerla, pero David lo
reprendió no lo permitió y solamente tomaron los objetos que estaban alrededor (la lanza y la vasija de
agua) de Saúl. David prefería ser obediente a Dios y mantener la autoridad de Dios antes que salvar su
propia vida. (1 Samuel 26: 1-25).
Saúl logró suicidarse junto con su escudero. El joven vino corriendo a David a buscar una
recompensa, diciendo que él había dado muerte a Saúl. Pero la actitud de David era todavía de
sometimiento a Dios y a su autoridad, y le dijo al joven: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano
para matar al ungido de Jehová?, e inmediatamente ordenó que lo mataran. (1 Samuel 31:4; 11 Samuel
1: 1-16).
Para Cristo el ser obediente no fue tan simple, era más difícil para él obedecer, que crear los
cielos y la tierra, pues tuvo que despojarse de su gloria y poder de su divinidad para luego tomar la
forma de siervo, antes de estar calificado para obedecer. Voluntariamente tomó el lugar de un esclavo,
aceptando las limitaciones humanas de espacio y tiempo. Se humilló hasta el extremo y fue obediente
hasta la muerte y por esto Dios lo exaltó hasta lo sumo. Dios exalta al que se humilla, este es un
principio divino.
Cristo es el principio de la obediencia, por consiguiente una persona llena de Cristo, debe ser
también una persona llena de obediencia. Ante el ejemplo de Jesús, no es válido el razonamiento de
muchas personas: Si usted y yo somos iguales, ¿Por qué tengo que obedecerlo? Este pensamiento no
tuvo lugar en la mente de Cristo. El representa la obediencia, la que es tan perfecta como la autoridad de
Dios.
Cuando Dios tuvo la idea de crear el universo, en sus planes estaba que la autoridad suprema
sería ejercitada por Dios Padre, pero como la autoridad no puede existir sin la obediencia, Dios debería
buscar la obediencia. Creó entonces dos clases de seres: Ángeles y hombres. Con la caída de Satanás y
la caída de Adán, Dios no podía establecer su autoridad en los ángeles ni en los hombres. Por esto fue
necesario enviar al Hijo para que por medio de su obediencia se sujetara a la autoridad de Dios, así se
convirtió en el símbolo de la obediencia. Como la desobediencia vino de los seres creados, el Hijo tuvo
que venir al mundo y ser igual a un ser creado para establecer la obediencia. Así la autoridad de Dios se
fundamenta en la obediencia del hombre.
La salvación hace que la gente sea obediente y tenga gozo, si tan sólo buscamos el gozo, nuestras
posesiones espirituales serán escasas; pero los obedientes experimentarán la abundancia de salvación.
Dios nos salva. Si hemos tenido un encuentro con la autoridad de Dios, descubriremos que la obediencia
es fácil y que la voluntad de Dios es sencilla.
APLICACIÓN David mantuvo la autoridad de Dios, por eso Dios lo llamó "un hombre conforme a su
corazón". El reino de David continúa hasta ahora, pues el Señor Jesucristo es un descendiente de David.
Solamente pueden ser autoridad 105 que se someten a la autoridad. Es necesario que extirpemos todas
las raíces de rebelión de dentro de nosotros, y nos sometamos a la autoridad antes de pretender ejercer
autoridad. La iglesia o Cuerpo de Cristo existe por causa de la obediencia, y no tiene temor de los
débiles sino de los rebeldes. Debemos someternos a la autoridad de Dios en nuestro corazón, para que el
Cuerpo de Cristo pueda ser bendecido, pues su futuro también depende de nosotros.
El Señor aprendió la obediencia por lo que padeció, viniendo a ser así la fuente de eterna
salvación para 105 que le obedecen. Salió de su Deidad para hacerse hombre, débil y familiarizado con
el sufrimiento. Cada sufrimiento que soportó maduró en fruto de obediencia, ninguna clase de
sufrimiento pudo hacerlo murmurar o enojarse. Es triste ver que hay muchos cristianos que incluso
después de muchos años no aprenden obediencia, aunque aumentan sus sufrimientos, no aumenta Fa
obediencia.
INTRODUCCIÓN Dios es el origen de todas las autoridades del universo. Todas las autoridades son
instituidas por él y representan su autoridad. Dios estableció este sistema de autoridades con el objeto de
manifestarse. Cada vez que la gente se encuentra con la autoridad, se encuentra con Dios.
Solo la relación entre Cristo y la iglesia puede dar plena expresión a la autoridad así como a la
obediencia. Porque Dios no llamó a la iglesia a ser una institución, ordenó que fuera el cuerpo de Cristo.
La iglesia es el Cuerpo de Cristo, mientras que Cristo es la cabeza de la iglesia. En el mundo los padres
pueden abusar de su autoridad con los hijos, los gobiernos dar leyes erróneas, de ésta manera esta
autoridad no es perfecta. Pero Dios desea que la autoridad y la obediencia de Cristo y su iglesia sean
perfectas. Tan pronto como la cabeza concibe una idea, los dedos se mueven naturalmente,
armoniosamente, y esa es la intención que Dios tiene con nosotros, que estemos en perfecta obediencia.
Después de sacar a su pueblo de Egipto y llevarlo al desierto, Dios le dio los Diez mandamientos,
y entre estos un mandamiento en el cual se les decía: “... No injuriarás a Dios, ni maldecirás al príncipe
de tu pueblo...”, demostrando que los había puesto bajo gobernantes.
Cuando nuestro Señor estaba en la tierra, se sometió a las autoridades gobernantes así como a la
autoridad del Sumo Sacerdote. El pagó impuestos y enseñó a los hombres a dar “a César lo que es del
César” (Mateo 22: 21). Cuando el Sumo Sacerdote lo interrogó, Jesús respondió, reconociendo así que
éste era autoridad sobre la tierra. Nuestro Señor nunca participó en ninguna rebelión. (Mateo 26: 63-
64).
No importa que el mundo no reconozca a Dios; nosotros debemos seguir el ejemplo de Cristo y
obedecer a las autoridades, es difícil obedecer si no vemos la autoridad de Dios en ellos, y toda
insubordinación o desacato a la autoridad es rebelión para con Dios. (1 Pedro 2: 13-14).
De los diez mandamientos, el primero que tiene promesa es el que exige a los hijos obediencia a
los padres. El hijo que honre a sus padres le irá bien y tendrá larga vida sobre la tierra. (Efesios 6: 1-3,
Deuteronomio 5: 16).
3. LA AUTORIDAD DELEGADA EN LA IGLESIA.
La parábola de “Los labradores malvados” nos habla de la autoridad delegada (Lucas 20: 9-16).
El dueño no fue personalmente a recibir su dinero, sino que envió a sus siervos ya la cuarta vez mandó a
su hijo. Todos fueron sus delegados, y según el punto de vista de Dios, los que rechazaron a los siervos,
lo rechazaron a él. Dios siempre es fiel con los que representan su autoridad, y cuando sus representantes
se equivocan y cometen faltas es solo Dios quien las juzga y no permite que los que están bajo su
autoridad delegada digan nada contra ellos.
4. CÓMO DIOS ESTABLECE SU REINO. Dios va a establecer su reino por medio de la obediencia
perfecta de Cristo, El vino para eso y ahora él vive en cada cristiano, y su pueblo (la iglesia) puede
mostrar el mismo poder para seguir como vanguardia del reino de Dios en la tierra. La iglesia está
llamada a establecer la autoridad de Dios en la tierra.
El mensaje de salvación no sólo nos llama a creer sino también a obedecer. Dios nos llama a
creer para salvación, pero también tiene el propósito de que le obedezcamos, para establecer así su
autoridad en la tierra. La Biblia menciona la fe así como la obediencia: creemos para obedecer y la fe
produce la obediencia. (1 Pedro 1:22).
La iglesia es el vehiculo que Dios usa para establecer su reino en las naciones, pues Cristo dio
este poder a la iglesia. Si la obra de Dios en la tierra se tarda demasiado, es por culpa de la iglesia, ya que
los problemas de rebelión impiden el progreso del plan de Dios. Cuando la iglesia haya obedecido en
todo sentido, la tierra entonces será puesta bajo la autoridad de Dios. (Apocalipsis 11: 15).
Dios dispuso que la cabeza y el cuerpo participaran de una sola vida. Es muy natural, por tanto,
que el cuerpo obedezca a la cabeza, en realidad, en tal relación, la desobediencia sería algo extraño, Por
ejemplo es normal que la mano se levante a la orden de la cabeza; si la mano no respondiera, significaría
que algo anda mal. En nuestro cuerpo físico hay dos clases de movimientos físicos: unos conscientes y
otros automáticos. Por ejemplo uno puede dar conscientemente un profundo suspiro o bien puede
respirar con naturalidad. La obediencia incluye tanto lo consciente como lo automático. La cabeza
solicita la obediencia del cuerpo sin ruido, ni compulsión, sin conflicto y en perfecta armonía. (1
Corintios 12: 12-21). Debemos tener cuidado de no ser miembros que causen fricciones, si vivimos
bajo la autoridad de Dios debemos ser capaces de obedecer con toda naturalidad...
Frecuente pero equivocadamente consideramos a la autoridad como algo que nos oprime, ofende
y molesta, pero no es así, pues el propósito de Dios al instituirla es concedernos sus riquezas y suplir la
debilidad de los débiles. Dios obra primero en la vida de otros, para que luego ellos sean nuestro ejemplo
y aprendamos así la obediencia, de esta manera aprendemos todo lo bueno de la otra persona y nos
enriquecerá. Dios nos demuestra así su gracia, pues permite que aprendamos de los demás, y no quiere
que lo aprendamos con nuestro propio sufrimiento.
El Señor nos llama a aprender la obediencia en el cuerpo (la iglesia), así como también en el
hogar y en el mundo. Si la aprendiéramos en el cuerpo, no tendríamos ninguna dificultad en otras partes,
si fracasamos aquí, fracasaremos en todas partes. A la gente del mundo le es difícil obedecer, porque no
tienen un nexo vital, pero a los hijos de Dios, que tenemos una relación vital, una vida y un mismo
Espíritu, que dirige y controla todas las cosas, desobedecer es difícil.
INTRODUCCIÓN Dios no mira con cuánto fervor predicamos el evangelio ni con qué buena
voluntad sufrimos por él; más bien parece mirar qué obedientes somos. El reino de Dios comienza
cuando hay absoluta obediencia a Dios, cuando no se esgrimen argumentos, ni se murmura, ni se
denigra. Donde quiera que se obedezca la voluntad de Dios, allí estará también el testimonio del reino, y
allí será derrotado Satanás, pues este no tiene temor de lo que hagamos, con tal que actuemos según el
principio de la rebelión.
La rebelión del hombre se manifiesta con mayor evidencia en las palabras, los razonamientos y
los pensamientos; a menos que seamos tratados en éstas áreas, hay muy pocas esperanzas de liberarse de
la rebelión.
OBJETIVO A través de ésta lección mostrar las formas como se manifiesta la rebeldía en el
hombre y diferenciar el concepto de sumisión y obediencia en el contexto de la autoridad espiritual.
DESARROLLO 1. LAS PALABRAS El hombre que es rebelde de corazón, pronto lo manifestará
en palabras, pues de la abundancia del corazón habla la boca. La lengua es difícil de domar y la rebelión
del hombre se expresa por medio de su lengua. (Mateo 12:34). Puede que aparente estar de acuerdo,
pero murmura a las espaldas, puede que guarde silencio, pero luego tenga mucho que decir en voz alta.
El mundo está lleno de personas que sirven de labios y se someten aparentemente, pero en el caso de la
iglesia y sus miembros debe ser diferente, pues la obediencia debe ser de corazón. (11 Pedro 2: 12).
1.2 LA REBELDÍA VA LIGADA A LA CARNALIDAD. Los semejantes atraen a los semejantes, una
persona se juntará y se comunicará con quienes tiene afinidad, por esto los rebeldes y los carnales andan
juntos. La rebeldía y la carnalidad son una sola cosa para Dios, siempre, van juntas. Hablar
descuidadamente es en gran parte causa del rompimiento de la unidad en la iglesia. Los ángeles que no
se rebelaron mantuvieron su posición y no maldijeron a los rebeldes; así también David mantuvo su
posición al reconocer a Saúl como el ungido de Dios.
Hay dos cosas por las cuales un cristiano pierde poder: por el pecado y por el desconocimiento
de la autoridad. La pérdida de poder es mayor cuando la rebeldía es manifestada en palabras, que cuando
está solo en el corazón. (Mateo 12: 34-37).
2.1 DIOS NUNCA ARGUMENTA. En la práctica hay dos clases de cristianos: quienes se guían por la
razón, y los que viven por autoridad. Los que viven por la razón cuando reciben algún mandato de Dios,
inmediatamente preguntan, ¿Qué buenas razones hay para que yo lo haga? Los que realmente conocen a
Dios no necesitan argumentos para obedecer, pues no hay asociación entre el razonamiento
(argumentación) y la obediencia.
Dios tiene autoridad para hacer lo que quiera. Nosotros no podemos seguirle, y al mismo tiempo
argumentar y exigir razones. Si deseamos servirle, en lugar de argumentar y tratar de ser “consejeros”
de Dios, hemos de obedecer. (Romanos 9: 11 -24).
2.2 La gloria de Dios nos libera de la razón. Solamente cuando reconocemos la autoridad de Dios, nos
damos cuenta de que somos sus criaturas, obra de sus manos y que no podemos dirigirnos a él con
razonamientos. La razón entró a la humanidad desde el pecado de Adán y ninguno de los que viven en
sus razonamientos ha podido conocer a Dios.
Un solo vistazo de su gloria nos pondría de rodillas y haría que echáramos
lejos nuestro vano razonamiento. Si el Señor nos permitiera ver. Un poco de su gloria, quedaríamos
como muertos, como le pasó al apóstol Juan. (Apocalipsis 1: 17).
Cuando Dios hace algo, él no está en la obligación de decirnos la razón, porque sus caminos son
más altos que los nuestros (Isaías 55: 8-9). Si trajéramos a Dios al razonamiento humano lo
perderíamos, porque lo haríamos como a uno de nosotros. En el razonamiento no hay adoración, tan
pronto desaparece la obediencia, también desaparece la adoración.
Un ejemplo lo tenemos en el jardín del Edén, con Eva. Satanás discutió con ella, y ella al ver que
el árbol era bueno para comer, respondió con razonamiento. No escuchó a Dios porque tenía sus razones.
(2 Corintios 11:3).
3.2 RECAPTURANDO LA MENTE CAUTIVA. Por la facultad de la mente el hombre piensa y decide
libremente y esto representa al hombre mismo. El hombre defiende su manera de pensar, cree que sus
pensamientos son buenos y correctos; y se rodea de muchos razonamientos, que cree están bien
fundamentados. A menos que Dios destruya esas fortalezas, el hombre no será libertado, para conocer la
autoridad, es preciso destruir primero los razonamientos. (2 Corintios 3: 14, 4: 4).
En resumen: La obediencia es un asunto de conducta: es relativa. La sumisión está relacionada con una
actitud de corazón: es absoluta.
Solo Dios debe recibir obediencia sin medida, absoluta; cualquiera otra persona, recibe
obediencia relativa.
sumisión, pero
obedecemos la orden
no obediencia.
que ofende
Nos
a Dios.
sometemos a la persona que representa la autoridad de Dios, pero no
5. EJEMPLOS EN LA BIBLIA
Cuando la autoridad delegada (los hombres que representan la autoridad de Dios) y la autoridad
directa (Dios mismo) están en conflicto, podemos rendir sumisión pero no obediencia. Los siguientes
son algunos ejemplos bíblicos:
Las parteras y la madre de Moisés desobedecieron el decreto de faraón al preservar la vida de
Moisés. Sin embargo se les consideró mujeres de fe. (Hebreos 11: 23).
Los tres amigos de Daniel se negaron a adorar la estatua de oro levantada por el rey
Nabucodonosor. Desobedecieron la orden del rey, pero se sometieron al fuego. (Daniel 3: 1 7-18).
Desobedecieron el decreto real, Daniel oraba a Dios; sin embargo se sometió al juicio del rey al
ser arrojado en el foso de los leones. (Daniel 6: 10).
José huyó con el niño Jesús a Egipto, y así evitó que el niño muriera por la orden del rey
Herodes. (Mateo 2: 13).
Pedro predicó el evangelio en contra del mandato del Concilio. Por esto fue puesto preso.
(Hechos 5:29).
La persona que conoce la autoridad de Dios es mansa y tierna. Ha sido “ablandada” y no puede
ser dura. Tiene temor de estar equivocada y por lo tanto es apacible, y se porta con templanza.
Una persona que ha tenido encuentro con la autoridad de Dios no quiere estar en autoridad. No
se complace en dar consejos, ni en dominar a otros. La perfecta obediencia teme cometer errores.
Mantiene la boca cerrada, pues sabe que si habla mucho y descuidadamente, puede cometer
faltas contra la autoridad.
Es sensible a cada acto de rebeldía que se comete a su alrededor. Reconoce los actos de rebeldía
que se cometen a su alrededor. Sólo los que han tenido una experiencia con la autoridad pueden guiar a
otros a la obediencia.
APLICACIÓN
La iglesia de Cristo se mantiene por dos principios: la vida y la autoridad. La vida que hemos
recibido y mora en nosotros es una vida de sumisión, la cual nos capacita para obedecer a la autoridad
(Efesios 4: 7 3). El principio rector de nuestra vida debe ser la sumisión, así como el de las aves es volar y
el de los peces es nadar.
Los hijos de Dios pueden poseer diferentes opiniones, y no estar en insubordinación, porque aún
con diferentes opiniones, podemos someternos unos a otros y somos uno en la fe.
Cuando una persona está sometida a la autoridad, sus propios pensamientos y razonamientos han
sido derrotados, ya no piensa independientemente de Cristo, y realmente le está obedeciendo. Si hemos
sido cautivados por Cristo, estaremos dispuestos a aceptar los mandatos de Dios y no a ofrecer nuestra
ayuda a él.