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Ministerio Profético Palabra de Reino Pr.

Ismael Pinto Barreto


¿CÓMO MANTENER TÚ LIBERACIÓN?
1. Desarrolle una vida continua de oración. →Desarrolle la disciplina de la oración.
Acérquese a Dios todos los días, y hable con Él, para que Él hable con usted.
2. Lea y estudie la Palabra de Dios diariamente. →El permanecer en la lectura y en el
estudio de la Palabra de Dios es muy importante, ya que llena los vacíos que quedan
en nuestra vida después de ser liberados. Nadie puede retener su liberación si no
dedica tiempo para leer, meditar y confesar la Palabra de Dios.
3. Congregarse de continuo en la Iglesia. →La oveja que se aparta del rebaño es la
que corre más peligro para que el enemigo la destruya.
4. Crucifique la carne. →Rompa con todos los viejos patrones y hábitos que le han
mantenido ligado a los espíritus malignos. →Debemos estar dispuestos a negarnos a
nosotros mismos y a crucificar nuestra propia carne. Si los apetitos y los deseos de
la carne no se llevan a la cruz, se deja una puerta abierta para que los demonios
regresen.
5. Apártese del pecado. El separarse del pecado implica separarse de lugares, personas
y circunstancias que sean un medio para inducirle a pecar. →El separarse del pecado
también incluye deshacerse de revistas, materiales, objetos y todo aquello que está
relacionado con el pecado.
6. Revístase diariamente con la armadura de Dios. La manera como nos revestimos
con la armadura espiritual es en oración y a través de los dichos de nuestra boca. Es
importante que confesemos antes de salir del hogar que nos revestimos de la
armadura de Dios pieza por pieza. →Recuerde que Dios no se la va a poner, es
usted quien tiene que hacerlo.
7. Cúbrase con la Sangre de Jesús. →Cada vez que tengas tú tiempo de oración,
debes usar la sangre de Jesús para cubrir tu mente, tu espíritu, tu alma y también
cubrir a tu familia. →La sangre de Jesús nos cerca con una barrera de protección
que el enemigo no puede penetrar. Es necesario cubrirse diariamente con Su Sangre.
8. Desarrolle un espíritu perdonador. Una de las razones más grandes por las cuales
el enemigo viene a oprimir a los creyentes, es porque guardan resentimiento y falta
de perdón en sus corazones. →Después de perdonar a alguien, tenemos que entender
que vivimos en un mundo en el que siempre encontraremos a alguien que nos va a
herir otra vez. →Por eso, es necesario que inmediatamente vuelva a perdonar y
desarrollar un espíritu perdonador.
9. Resista al diablo. Dios nos ha dado armas espirituales; úsalas para resistirlo. Estas
armas son: el Nombre de Jesús, la Sangre de Cristo, la Palabra, la oración, el ayuno
y la alabanza. Pero recuerde que para resistir al diablo debemos estar sometidos a
Dios primero. →Si no eres obediente a Dios no tendrás autoridad sobre el enemigo.
10. Renueva tú mente, tú manera de pensar. →La forma en que los demonios pueden
intentar regresar es a través de la vida indisciplinada. →La mente es un campo de
batalla. →Tú debes desalojar las imaginaciones y llevar cautivo todo pensamiento a
la obediencia a Cristo. Recuerde que tú tienes el poder y la autoridad dada por Dios
para echar fuera demonios de tu mente y para reprender cualquier ataque que venga
a tu vida.

¡Mantente firme con la libertad que Cristo te ha dado!

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