Está en la página 1de 3

Discriminación contra las personas lesbianas, gays, bisexuales,

transgénero e intersexuales (LGBTI)

En todo el mundo, las personas sufren discriminación por amar a


quien aman, por sentirse atraídas por determinadas personas y por
ser quienes son. Las personas LGBTI pueden ser tratadas
injustamente en todas las esferas de su vida, ya sea en el ámbito de la
educación, el empleo, la vivienda o el acceso a los servicios de salud,
y pueden sufrir acoso y violencia.

Algunos países castigan a las personas por su orientación sexual o su


identidad de género con penas de prisión o incluso con la muerte. Por
ejemplo, en octubre de 2019, el ministro de Ética e Integridad de
Uganda anunció que su gobierno tenía previsto introducir la pena de
muerte para actos sexuales consentidos entre personas del mismo
sexo.

En 2019, Amnistía Internacional documentó la violencia, los abusos y


la discriminación generalizada que sufren los soldados gays y trans
en Corea del Sur a causa de la criminalización de las relaciones
sexuales consentidas entre hombres en las fuerzas armadas, y
examinó los obstáculos a los que se enfrentan las personas
tránsgenero para acceder a tratamientos de afirmación de género
en China. También trabajamos para garantizar que las marchas del
orgullo pudieran celebrarse en países como Turquía, Líbano y
Ucrania.

Para las personas LGBTI, es muy difícil, y en la mayoría de los casos


imposible, vivir su vida en libertad y obtener justicia por los abusos
sufridos cuando las leyes no están de su parte. Incluso cuando lo
logran, las identidades LGBTI están muy estigmatizadas y
estereotipadas, lo que les impide vivir su vida como miembros de la
sociedad en condiciones de igualdad o disfrutar derechos y libertades
que están disponibles para otras personas. Por eso los y las activistas
LGBTI trabajan sin descanso por sus derechos, por ejemplo a no sufrir
discriminación, poder amar a quien quieran, conseguir
el reconocimiento legal de su identidad de género o gozar de
protección contra los riesgos de agresiones y abusos.

Véase aquí más información sobre el trabajo de Amnistía


Internacional en torno a los derechos de las personas lesbianas, gays,
bisexuales, transgénero e intersexuales.
Discriminación de género

En muchos países, en todas las regiones del mundo, existen leyes,


políticas, costumbres y creencias que niegan a las mujeres y niñas sus
derechos.

La ley prohíbe a las mujeres vestir como quieran (Arabia Saudí e Irán),
trabajar por la noche (Madagascar) o solicitar un préstamo sin la firma
de su esposo (Guinea Ecuatorial). En muchos países, las leyes
discriminatorias limitan los derechos de las mujeres al divorcio, a la
propiedad, a ejercer control sobre su propio cuerpo y a disfrutar de
protección contra el acoso.

En la lucha permanente por la justicia, cientos de miles de mujeres y


niñas han salido a las calles para exigir sus derechos humanos y pedir
igualdad de género. En Estados Unidos, Europa y Japón, las mujeres
se han manifestado contra la misoginia y el abuso en las marchas del
movimiento #MeToo / #YoTambién. En Argentina, Irlanda y Polonia,
las mujeres se han manifestado para exigir el fin de las leyes
opresivas sobre el aborto. En Arabia Saudí han pedido que se ponga
fin a la prohibición de conducir, y en Irán han pedido el fin del uso
obligatorio del velo (hiyab).

En todo el mundo, las mujeres y niñas lideran las peticiones de


cambio.

Sin embargo, pese al estratosférico aumento del activismo de las


mujeres, la cruda realidad es que muchos gobiernos en todo el mundo
apoyan públicamente políticas, leyes y costumbres que las someten y
reprimen.

En todo el mundo, el 40% de las mujeres en edad de procrear viven


en países en los que el aborto sigue estando estrictamente restringido
o es inaccesible en la práctica, aunque esté permitido por ley, y
alrededor de 225 millones de mujeres no tienen acceso a métodos
anticonceptivos modernos.

Las investigaciones de Amnistía Internacional confirmaron que a pesar


de que las plataformas de redes sociales permiten que personas de
todo el mundo se expresen participando en debates, estableciendo
redes y compartiendo información, empresas y gobiernos han
dejado sin protección a las personas usuarias frente a conductas
abusivas en Internet, lo que ha hecho que muchas mujeres, en
concreto, se autocensuren e incluso abandonen definitivamente estas
plataformas.

También podría gustarte