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En todo contrato las partes tienen una razón o fin que los lleva a celebrar el negocio jurídico.
Esta razón o fin es la causa.
La causa falsa.
ARTICULO 1.157. – La obligación sin causa, o fundada en una causa falsa o ilícita, no tiene
ningún efecto (regla general).
La CAUSA FALSA es el MOTIVO o FIN JURÍDICO PERSEGUIDO de las PARTES o una de las
partes, de manera CONJUNTA, en la cual CREEN y en realidad NO EXISTE. A la CAUSA
FALSA también se le llama CAUSA PUTATIVA porque la persona del SUJETO de DERECHO
piensa que la CAUSA está PRESENTE y REALMENTE la CAUSA del CONTRATO NO
EXISTE.
Ilicitud de la causa.
La CAUSA debe ser ÚNICA y PRINCIPAL, porque JAMÁS puede existir un CONTRATO con
varias CAUSAS, si fuera así entonces estaríamos en presencia de VARIOS CONTRATOS.
La CAUSA ILÍCITA procede cuando las PARTES o sólo UNA de ellas DESCUBREN la
ILICITUD de la CAUSA como tal. TIENE que conocerlo alguna de las partes contratantes,
porque si no opera el PRINCIPIO del NEMO AUDITUR, nadie puede alegar su propia torpeza.
El PRINCIPIO NEMO AUDITUR opera tanto para la CAUSA ILÍCITA como para la CAUSA
INMORAL.
Causa ilícita
También denominada causa ilegal, causa inmoral o causa torpe, es la motivación contractual
de una parte cuando aquélla se opone a las leyes, a la moral o a las buenas costumbres. El
contrato con causa ilícita no produce efecto alguno; es decir, se trata de un contrato afectado
por nulidad absoluta. El concepto de causa ilícita es el más claro exponente de la trayectoria
que recorre el concepto de causa contractual cuando desde el significado de motivación lícita
hace tránsito al de motivación ilícita.
La causa no expresa.
Presunción de la causa.
En primer lugar, se presume que la CAUSA EXISTE y se presume que la misma es LÍCITA, por
esta razón la ILICITUD de la CAUSA y la inexistencia de la CAUSA debe ser demostrada por el
DEUDOR.
Esto sucede porque en este caso particular, se invierte la CARGA de la PRUEBA en manos del
DEUDOR, esto se debe a que la LEGISLACIÓN considera que la CAUSA existe y es lícita.
La capacidad.
Lo que en otros términos permite deducir que dicha «declaración» legal o judicial no
necesariamente implica que la persona reputada como carente de capacidad sea, para el
momento que suscribe un contrato específico, un sujeto con ausencia de madurez o de
voluntad indispensable para comprender
las implicaciones jurídicas, económicas y sociales del acuerdo que acepta, pues perfectamente
puede tener lo que algunos han denominado «capacidad natural», es decir, condiciones
subjetivas apropiadas para entender y asumir
los efectos que se deducen del referido negocio jurídico para el momento en que se celebra.
Lo interesante del tema es que, si bien el Código Civil realiza una declaración categórica sobre
la referida «incapacidad» de los menores de edad, entredichos e inhabilitados, los contratos
suscritos por ellos tienen una efectividad
relativa, ello en razón que producen todos sus efectos, salvo que el contratante, una vez
adquirida la capacidad –o por medio de sus representantes, demande judicialmente su
anulación en razón de la «incapacidad legal de las partes o de una de ellas» (artículos 1142.1 y
1347), la cual, por lo demás, no puede ser alegada por la contraparte capaz (artículo 1145)13.
Finalmente, sobre dichas excepciones se afirma que están pensadas en la protección de los
calificados como «incapaces»14, pues se instituyen figuras de protección que les
corresponderá actuar en representación, asistencia
o autorización en la tutela de los derechos de los guarecidos. Además, existen otros intereses
apoyados en la seguridad jurídica, el tráfico jurídico y el desmotivar la celebración de contratos
cuando una de las partes sea considerada carente de capacidad.
No existe relación contractual entre las partes o, de existir, que el daño no pueda derivarse del
incumplimiento de cláusulas del contrato.
La persona afectada es quien debe probar la responsabilidad civil del perjuicio.
El daño debe ser cierto, directo y personal. Para que exista el resarcimiento, se debe probar
además la relación de causalidad.
Originarse en una acción, omisión o negligencia del presunto responsable y producir un
determinado daño, es decir, que no constituya un delito.
La actuación del presunto responsable debe ser antijurídica, es decir, ir contra las leyes o
principios generales, como es el caso de no causar daños.
Debe existir una relación de causalidad entre los daños y el culpable. El daño es cualquier
mengua en el patrimonio o derechos de quien se siente afectado, incluido el lucro cesante.
Muchas veces es difícil comprobar el nexo causal, ya que se debe determinar si efectivamente
la conducta o actividad fue la causante del daño, y también por la incertidumbre que siempre
rodea estos casos.
Hechos que generan responsabilidad extracontractual
La responsabilidad extracontractual es un caso de responsabilidad civil, es decir, la obligación
de toda persona de resarcir a otra por los daños y perjuicios que pueda causar sus acciones.
Es un concepto más amplio que el de responsabilidad contractual, ya que afecta a terceras
personas, independientemente de la existencia de una relación jurídica con éstas.
Son varias las causas por las cuales se llega a la restricción o limitación de la capacidad. El
vocablo incapacidad se emplea para designar a las personas que están privadas de uno o
varios derechos.
2. Incapaces para suceder ab intestato: son incapaces de suceder los que en el momento de la
apertura de la sucesión no estén todavía concebidos (Art.809 C.C.). Figuran como incapaces
para suceder aquellas personas que han sido declaradas como indignos (Art.810 C.C.).
3. Incapaces para recibir por testamento y por donación: conforme al artículo 840, son
incapaces para recibir por testamento las mismas personas declaradas como incapaces para
suceder sin testamento. En los artículos 841, 844, 845, 846 y 847, se mencionan otras
personas que la ley declara incapaces de recibir por testamento. En relación con los incapaces
para recibir por donación, el artículo 1.436 establece que no pueden adquirir por donación, ni
aún bajo el nombre de personas interpuestas, los incapaces para recibir por testamento.
4. Incapacidad del Tutor y del Protutor: por razón del cargo que ejercen estas personas no
pueden comprar bienes del pupilo ni tomarlos en arrendamiento, ni hacerse cesionarios de
créditos ni derechos contra él y mientras ejerzan el cargo, tampoco pueden adquirir de terceras
personas los bienes del menor que hubieren enajenado (Art. 370,397,408 C.C.).Incapaces en
materia de Venta: el artículo 1.481 establece una incapacidad para los cónyuges, en el sentido
de que entre ambos no puede haber venta de bienes.
1.187 del Código Civil establecen que el incapaz que obró sin discernimiento (menor o
demente) no está obligado a indemnizar por motivo del daño causado y la responsabilidad
recae sobre quien tiene al incapaz bajo cuidado.
Los vicios del consentimiento aluden a todo hecho o actitud con la que se ahoga la plena
libertad o conocimiento con que ha de llevarse a cabo una declaración.
El vicio del Consentimiento es la ausencia de una voluntad sana con el objetivo de falsear,
adulterar, anular dicha voluntad y alcanzar propósitos deseados lo cual compromete su
eficacia. La voluntad queda excluida cuando el consentimiento en su forma exterior está
viciado. No hay consentimiento válido, si ha sido dado por error, arrancado por violencia o
sorprendido por dolo. Por lo tanto, los Vicios del Consentimiento son:
el error, el dolo, y la violencia.
- EL ERROR: Es una idea inexacta que se forma un contratante sobre uno de los elemento del
contrato, en el que podemos creer que un hecho que es falso es verdadero y viceversa. Es una
falsa representación mental de la realidad que vicia el proceso de formación de la voluntad y
opera como presupuesto para la organización del negocio, de manera que este no se hubiere
producido de haberse
conocido exactamente la realidad, o se habría querido de otra manera.
Implica el defecto de concordancia entre la voluntad verdadera, la voluntad interna y la voluntad
declarada, lo que crea un desequilibrio en el contrato. La
doctrina distingue los errores que excluyen el consentimiento, (de hecho), el de hecho es una
falsa representación fáctica, aquellos que lo vician y los que jurídicamente resultan irrelevantes,
(de derecho), es decir que no saben lo que se
esta pactando en ese contrato, es una falsa representación de la realidad jurídica, de igual
manera este contrato no es nulo por un error de derecho.
Clases de error
Más resumido.
Los vicios del consentimiento son: el error, el dolo y la violencia. Error: consiste en la
equivocación de buena fe que anula el acto jurídico sí afecta a lo esencial del mismo o de su
objeto. En nuestro Código Civil se distinguen dos grandes categorías de error: el error de
derecho y el error de hecho, subclasificado en error en la sustancia y error en la persona.
Clasificación del error en el Código Civil venezolano: El código civil venezolano divide el error
en dos categorías, el error derecho que se encuentra establecido en el art.1.147 C.C y el error
de hecho que está establecido en el art.1.148 C.C .analizaremos cada una seguidamente: Error
de derecho. Es aquel que recae sobre la existencia, la circunstancia, los efectos y
consecuencia de una norma jurídica. Ejemplo Una persona realiza la construcción de una
vivienda en determinado sector, ignorando que existe una ordenanza que prohíbe la
construcción de viviendas en la
3. Error de hecho. Consiste en la realización de una circunstancia fáctica, una circunstancia de
hecho. Es un tipo de error muy común y su efecto es la nulidad relativa. El legislador distingue
el error de hecho de dos formas el error en la sustancia, y el error en la persona. Error en la
sustancia: lo encontramos en el primer párrafo del art.1.148 C.C. es decir; las circunstancias o
cualidades que las partes han considerado como esenciales de acuerdo con sus motivaciones.
Ej. Comprar un objeto de cobre pensando que es de oro. Error de la persona: es una clase de
error de hecho y esta consiste en la identidad o las cualidades de la persona con quien se ha
contratado y produce la nulidad del contrato, esto cuando esa identidad o cualidad han sido la
causa principal del contrato.
EFECTO
Dolo y violencia.
El segundo de los vicios del consentimiento es el dolo, definido por la doctrina como el error
provocado por las maquinaciones o actuaciones intencionales de una de las parte o de un
tercero a fin de lograr que la otra se decida a contratar. Fundamento legal del dolo. El
art.1.154c.c. Establece “el dolo es causa de anulabilidad del contrato cuando las
maquinaciones practicadas por uno de los contratantes o por un tercero, han sido tales que sin
ella el otro no hubiera contratado”
Clases de dolo. Dolo bueno: es aquel tolerado por la costumbre determinada por una
comunidad de la cual puede defenderse una persona por sus dotes de astucia comunes:
cuando un comerciante alaba su mercancía.
Dolo malo: consiste en la actuación de un agente que conoce la falsedad dela idea que su dolo
produce en la otra parte con el preciso objeto de engañar al contratante.
Según sus Efectos Dolo causante: se le conoce como dolo principal y consisten
maquinaciones o actuaciones que con toda certeza a determinado la voluntad de contratar de
la otra parte, porque de no haberse puesto en práctica aquella parte no hubiese celebrado el
contrato. Dolo incidental: es aquel que no es causa eficiente de la voluntad de contratar pues
recae sobre sobre aspectos secundarios del contrato o sobre clausulas accesorias o
modalidades del mismo; de modo que aun no habiéndose puesto en práctica el otro contratante
hubiese celebrado el contrato.
Se denomina como toda fuerza o impresión ilícita que lleva a una persona contra su voluntad,
por el temor de algún mal considerable a prestar un consentimiento que no había dado sí la
libertad hubiera estado separada de aquella impresión.