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LONGEVIDAD
Alumna:
Dra. Cindy Ibarra Castillo
MECANISMO DE ACCIÓN DEL PROCESO DE FIEBRE
La PGE2 es el último mediador de la respuesta febril, actuando cerca del área preóptica
ventromedial (VMPO) del hipotálamo anterior y la porción parvocelular del núcleo
parvoventricular (PVH) y es en estas áreas donde emerge la fiebre.
Otros mecanismos efectores de la fiebre son mediados por el tallo cerebral y la activación
simpática medular premotora al sistema nervioso autónomo, lo que finalmente lleva a la
activación de tejido adiposo café. Entonces, el cuerpo puede inducir escalofríos o elevar la
presión sanguínea a través de un mecanismo de vasoconstricción; sin embargo, el valor de
referencia de la temperatura del cuerpo permanece elevado hasta que no haya PGE2
presente, lo que probablemente ocurre después de la desaparición del patógeno externo.
En resumen, cuando organismos como bacterias y virus entran al cuerpo, las células
fagocíticas reaccionan tratando de destruirlas y, conforme lo hacen, producen pirógenos
que estimulan las células del cerebro para liberar pequeñas proteínas llamadas citocinas.
Estas moléculas son las responsables de las respuestas hematopoyéticas, inmunes e
inflamatorias del cuerpo y cuando entran a la circulación, se sintetiza la prostaglandina E2,
haciendo que el tálamo eleve el valor de referencia de la temperatura del núcleo corporal.
MECANISMO DE ACCIÓN DEL PROCESO DE DOLOR
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) define
el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño
tisular real o potencial o descrita en términos de tal daño”.
Es importante tener en cuenta que el dolor es, en principio, un mecanismo de defensa, cuya
función es detectar y localizar los procesos que dañan las estructuras corporales, pero es
también un fenómeno subjetivo que puede estar o no vinculado a una lesión o patología
orgánica. Además, cuando esta vinculación existe, la intensidad del dolor no está
necesariamente relacionada con la gravedad de la alteración que lo produce.
Tampoco se debe olvidar que tiene una parte de sensación, que se describe a menudo
como un proceso que penetra o destruye los tejidos (lancinante, opresivo), y otra emocional
(ansiedad, excitación, miedo) en la que influyen aspectos físicos, psicológicos y sociales, lo
que con frecuencia complica su abordaje terapéutico.
Existen dos tipos de receptores del dolor o nociceptores: los que responden a estímulos
térmicos y mecánicos y transmiten con rapidez la señal a través de fibras mielinizadas (Aδ)
y los que están conectados a las fibras amielínicas (C), de conducción más lenta, que
responden a la presión, temperatura y otro tipo de estímulos.
Las fibras aferentes penetran en la médula espinal a través de las raíces dorsales y
terminan en las astas posteriores de la sustancia gris. Ahí contactan con neuronas
medulares que llevan la señal a las regiones cerebrales encargadas de la percepción del
dolor. El hecho de que con una neurona medular contacten numerosas aferentes, provoca
que el cerebro pueda localizar erróneamente la fuente del dolor, dando lugar así al
fenómeno del dolor referido.
Las lesiones y los trastornos funcionales de los nervios periféricos producen dolores
intensos (como la neuropatía diabética o el dolor postherpético). Ese tipo de dolores
aparecen también cuando se afectan el tálamo y el haz espinotalámico y son bastante
difíciles de tratar. Estos fenómenos se deben a que las neuronas lesionadas se vuelven
muy sensibles a los estímulos e incluso se activan espontáneamente, generando impulsos
dolorosos.
MECANISMO DE ACCIÓN DEL PROCESO DE INFLAMACIÓN
Etapas:
2. Aumento del diámetro vascular: Este cambio vascular, inducido principalmente por las
sustancias inflamatorias: histamina, bradicinina, eicosanoides, triptasas, que son
secretadas desde los primeros segundos por los mastocitos locales, los basófilos y las
células endoteliales activadas, aumentan el flujo de sangre hacia el área inflamada, lo que
genera elevación de la temperatura y enrojecimiento local (calor y rubor).
Una vez que los leucocitos han traspasado la barrera endotelial, pueden llegar al tejido
inflamado, guiados por las señales quimioatractantes que en él se generan. En el sitio de
la inflamación, las células fagocíticas endocitan al antígeno, lo procesan y lo convierten en
pequeños péptidos, los que unidos a moléculas de MHC (complejo principal de
histocompatibilidad) pueden ser presentados a los linfocitos T. De esta manera, se induce
la participación de la inmunidad específica o facultativa, con lo que se potencializa
notablemente la respuesta inmune ante los agresores o causantes de la inflamación. Si la
respuesta inflamatoria aguda local es exitosa: el agresor es eliminado, el daño no se
extiende, no hay manifestaciones sistémicas, la respuesta es inhibida oportunamente,
finaliza en poco tiempo y el tejido es reparado satisfactoriamente. Si, por el contrario, el
proceso no limitó el daño, la inflamación aguda inicialmente local, se transforma en un
proceso sistémico o crónico.
BIBLIOGRAFÍA
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