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Un sirio consuela a su mujer tras recorrer

en un bote abarrotado el peligroso trayecto


de 16 kilómetros que separa Turquía de Grecia,
una vía de escape para muchos de los que
abandonan una Siria desolada por la guerra.

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Los refugiados
SOS TENIBILIDAD

sirios, víctimas
del cambio
climático
Los agricultores que han huido de su país
en guerra explican que la sequía y los abusos
del Gobierno impulsaron la violencia
John Wendle

Mayo 2016, InvestigacionyCiencia.es  71


John Wendlees escritor, fotógrafo y autor de vídeos. Ha cubierto
revueltas en la antigua Unión Soviética y en Afganistán desde 2005
y actualmente analiza el conflicto entre el hombre y el medioambiente.
Puede hallarse más información sobre su trabajo en: johnwendle.com

Kemal Alihabía dirigido durante 30 años una próspera empresa de excava-


ción de pozos agrícolas en el norte de Siria. Disponía de todo lo necesario para su
negocio: pesado utillaje para introducir los tubos en el subsuelo, un camión maltre-
cho pero fiable para transportar la maquinaria y una dispuesta plantilla de jóvenes
empleados para el trabajo duro. Además, sabía bien dónde perforar y disfrutaba de
contactos de confianza en el Gobierno local que miraban hacia otro lado si se saltaba
alguna norma. Pero la situación dio un vuelco cuando, en el invierno de 2006-2007,
el nivel freático comenzó un descenso sin precedentes.

Ali tenía un problema. «Antes de la sequía solía


perforar hasta entre 60 y 70 metros para encontrar
agua», recuerda. «A partir de entonces tuve que ha-
cerlo hasta los 100 y los 200 metros. Después, cuando
la sequía se intensificó, me vi obligado a llegar a los
500. La máxima profundidad que he alcanzado ha
sido 700 metros. El agua descendía cada vez más.»
Desde aquel invierno hasta 2010, Siria padeció la se-
quía más devastadora de su historia. Ali se quedó sin
negocio. Trató de buscar trabajo, pero no lo encontró.
Las revueltas sociales en el país fueron creciendo y
casi pierde la vida en un fuego cruzado. Ahora pasa
sus días en una silla de ruedas en un campamento
para refugiados heridos y enfermos de la isla griega
de Lesbos.
Según los climatólogos, Siria representa el tris-
te preludio de lo que le aguarda a buena parte de
Oriente Próximo, el Mediterráneo y otras regiones
del planeta. Sostienen que la sequía se agravó como
consecuencia del cambio climático. El Creciente Fér-
til —la cuna de la agricultura hace 12.000 años— se
está secando. La sequía de Siria ha causado la des-
trucción de cosechas, la pérdida de ganado y el desplazamiento Pikpa, el campo en el que conocí a Ali el pasado noviembre,
de hasta un millón y medio de campesinos sirios. De acuerdo con suponía la puerta de acceso a Europa para los solicitantes de asi-
un artículo publicado en marzo de 2015 en la revista científica lo que habían sobrevivido al peligroso viaje en bote desde Tur-
estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences quía. Su familia y él, junto con miles de otros fugitivos del de-
USA (PNAS), las repercusiones de la sequía encendieron un vastado campo sirio, representan una situación que amenaza
clima de crispación social que desembocó en una guerra civil. con convertirse en una multitud mundial de refugiados de países
La docena de antiguos empresarios, como Ali, con los que he donde un Gobierno inestable y represor se hunde bajo el peso
hablado recientemente en campos de refugiados sirios corro- de una mezcla tóxica de cambio climático, prácticas agrícolas
boran que eso es exactamente lo que ocurrió. insostenibles y mala gestión de los recursos hídricos.

EN SÍNTESIS
fotografías de john wendle

La sequía,agravada por el cambio climático y las malas políticas Debido a la faltade trabajo y la subsiguiente vio- Según los climatólogos,las sequías
gubernamentales, ha forzado a más de un millón de sirios a lencia, un gran número de sirios ha huido a Turquía serán cada vez más frecuentes y seve-
abandonar sus tierras para mudarse a ciudades superpobladas. para cruzar el mar desde allí y llegar a Grecia. ras, una tendencia que podría exten-
Según sus testimonios, las restricciones de agua, la degradación Cientos de adultos y niños han muerto ahogados derse por Oriente Medio y la región
del suelo y la corrupción dispararon la revolución. por el camino. mediterránea.

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una oleada de refugiados sirios ha alcanzado en los últimos meses
la isla griega de Lesbos (página opuesta). Allí, Kemal Ali, de 54 años,
descansa en el campo de refugiados de Pikpa (izquierda). Excavaba
pozos para granjeros hasta que, como consecuencia de la sequía,
el agua subterránea descendió hasta niveles demasiado profundos.
Posteriormente perdió la movilidad de las piernas cuando, en Siria,
un fuego cruzado alcanzó el autobús en que viajaba.

Oriente Medio, es que el agua subterránea está desapareciendo


a velocidades alarmantes», afirma Colin Kelley, de la Universi-
dad de California en Santa Bárbara, primer autor del artículo
publicado en PNAS. «Es como si estuviéramos conduciendo lo
más rápido posible hacia el borde de un precipicio.»
Siria se ha tirado de cabeza a él. «La guerra y la sequía son lo
mismo», sostiene Mustafa Abdul Hamid, un agricultor de 30 años
Cuarenta a ños de furia de Azaz, población cercana a Alepo, que charla conmigo en Kara
La crisis del agua en Siria ha sido en muy buena medida res- Tepe, el principal campo de refugiados sirios en Lesbos. Es una
ponsabilidad del propio país. En la década de los setenta, el tarde calurosa. Cerca de una llave de agua, un olivo está cubier-
régimen militar dirigido por el presidente Hafez al-Assad lan- to de ropa de bebé puesta a secar. Dos niños corretean entre las
zó una campaña mal planteada en favor de la autosuficiencia filas de tiendas y refugios temporales mientras juegan a la guerra
agrícola. Nadie pareció preguntarse primero si Siria contaba con palos a modo de pistolas. «El comienzo de la revolución
con el agua subterránea y las precipitaciones suficientes para estuvo en el agua y en la tierra», comenta Hamid.
que prosperaran los cultivos. Los agricultores compensaron la Recuerda que antes de la sequía se vivía bien. En Siria, culti-
carencia de agua excavando pozos para extraerla de los acuíferos vaba con su familia tres hectáreas de tierra tan fértiles que eran
del país. Cuando los niveles freáticos descendieron, perforaron a del color de la jena. Sembraban trigo, habas, tomates y patatas.
mayor profundidad. En 2005, el régimen del presidente Bashar Hamid recuerda que durante los años anteriores a la sequía co-
al-Assad, hijo y sucesor de Hafez al-Assad, ilegalizó la construc- sechaba tres cuartos de tonelada de trigo por hectárea. Pero en-
ción de nuevos pozos por quienes no poseyesen una licencia tonces dejó de llover y sus cosechas se redujeron casi a la mitad.
concedida personalmente por un funcionario a cambio de una «Lo único que necesitaba era agua», señala. «Y no la tenía, así
tasa, una medida en gran parte ignorada debido a la necesidad. que la situación empeoró. El Gobierno no nos permitía perforar
«Lo que está ocurriendo en todo el mundo, y en particular en en busca de agua. Podías ir a la cárcel».

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Durante un tiempo, Ali fue más afortu-
nado que Hamid: tenía contactos. Con tal de
que dispusiera de una bolsa llena de dine-
ro podía seguir perforando sin que nadie le
interrumpiera. «Si les llevas el dinero con-
sigues rápidamente los permisos que nece-
sitas», explica. «Si no, debes esperar entre
tres y cinco meses. Hay que tener amigos.»
Consigue forzar una sonrisa, empañada por
la situación en que se encuentra. Su historia
pone de manifiesto otra prolongada injusti-
cia que ha contribuido a la crisis en Siria: la
ubicua corrupción oficial.
Los sirios estaban habituados a ver los ro-
bos de los funcionarios como parte inevitable
de la vida. Tras más de cuatro décadas bajo
los dos regímenes totalitarios de la familia
Assad, la población se resignó a hacer frente
a toda clase de penalidades. Sin embargo, se
estaba acumulando una masa crítica. En los Un gran número de refugiados sirios cruzan la frontera de Turquía y viajan hasta
últimos años, los refugiados de guerra ira- la costa oeste, donde se suben a botes abarrotados con destino a Lesbos (mapa). Du-
quíes y los campesinos sirios desplazados han rante su estancia en el campamento de tránsito Kara Tepe, los refugiados rezan, esperan
inundado las ciudades de Siria. La población y tratan de mantener el calor mientras llega el momento de ir a Mitilene, el principal
puerto y capital de Lesbos (fotografías). Una vez allí podrán comprar los billetes del ferry
urbana del país se expandió desde 8,9 millo-
que los llevará hasta Atenas para continuar su viaje por Europa continental.
nes en 2002, justo antes de la invasión de Irak
por EE.UU., hasta 13,8 millones en 2010, en la
etapa final de la sequía. El artículo publicado
en PNAS resume así las implicaciones del fenómeno para el hospitalizado en Damasco, paralítico de cintura para abajo. La
país: «Las cada vez mayores periferias urbanas de Siria, carac- explosión había dejado su columna vertebral salpicada de me-
terizadas por los asentamientos ilegales, la superpoblación, la tralla. Su familia se las apañó para llevarlo de nuevo al norte, y
pobreza de las infraestructuras, el desempleo y la criminalidad, juntos atravesaron Turquía hasta alcanzar el Egeo.
fueron ignoradas por el Gobierno de Assad y se convirtieron en Cada día llegan a esas costas turcas extranjeros desespera-
el factor central de las revueltas». dos, de todas las edades y procedentes no solo de Siria, sino de
Hacia 2011 la crisis del agua había llevado al límite las frus- todo Oriente Próximo. Se hacinan a bordo de grandes botes y
traciones de la población. «Los agricultores pudieron sobrevivir cruzan los casi 16 kilómetros que hay entre la orilla turca y la
un año, quizá dos, pero a los tres años sus recursos se agotaron», isla de Lesbos. Las embarcaciones suelen estar sobrecargadas
señala Richard Seager, uno de los coautores del artículo de PNAS y en mares agitados pueden volcar con facilidad. La mayoría
y profesor del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de no sabe nadar y el 20 por ciento son niños. Continuamente
la Universidad de Columbia. «No tuvieron más remedio que mueren personas ahogadas.
abandonar sus tierras.» Muchos llegan con vida a la isla de Lesbos y continúan su
Hamid se muestra de acuerdo: «La sequía duró años y nadie camino lo más rápido posible. En las playas del norte de la
decía nada en contra del Gobierno. En 2011 nos hartamos. Y isla, los primeros rayos de sol iluminan los chalecos salvavidas
estalló la revolución». Aquel febrero los levantamientos de la abandonados y los botes rotos que se extienden hasta donde
Primavera Árabe barrieron Oriente Medio. En Siria las protestas alcanza la vista. Según la Organización Internacional para las
se intensificaron, la represión se endureció y estallaron en el Migraciones, solo en noviembre del año pasado entraron en
país 40 años de furia reprimida. Grecia más de 100.000 emigrantes extranjeros (nada menos que
776.376 llegaron a Grecia en 2015 hasta principios de diciembre).
Sin agricultura y sin futuro Un punto naranja que sube y baja en el horizonte anuncia la
Este año Hamid ha tenido que abandonar sus tierras. La vio- llegada inminente de otro bote desde Turquía. Al aproximarse
lencia lo superaba. «Me fui de Siria por la guerra y porque no a la costa, un hombre se levanta entre los pasajeros apiñados
había trabajo», afirma. y alza triunfante los brazos haciendo el símbolo de la victoria
Ali también trató de aguantar, pero solo unos pocos de sus ex- con ambas manos.
clientes podían permitirse perforar hasta la profundidad donde El damasquino Louy al-Sharani, de 25 años, camina salpi-
se hallaba el agua. Por otro lado, la guerra prácticamente impo- cando agua hasta alcanzar la orilla acompañado de su hermano
sibilitaba las actividades cotidianas. Su pueblo natal se hallaba mayor. Ambos se apresuran a continuar su camino, cargando con
muy cerca de la destruida Kobane, en la frontera turca. La ciudad sus bolsas por la pronunciada pendiente de la carretera costera:
estaba en ruinas cuando los kurdos lograron recuperarla de las quieren llegar a Noruega lo antes posible. Su hermano tiene
manos del Estado Islámico (ISIS), el grupo extremista que ha prisa por encontrar un trabajo para que su mujer pueda unirse
tenido aterrorizada a la región. El pasado julio Ali se desplazó a él antes del verano, para cuando esperan su primer hijo. Al-
a Damasco con la esperanza de encontrar trabajo y un lugar Sharani dice estar impaciente por empezar su segundo máster.
donde su familia pudiera estar a salvo. Se dirigía hacia allá «He nacido para utilizar mi mente», afirma. «No he nacido para
cuando de pronto un cohete dio contra su autobús. Se despertó sujetar una metralleta y disparar a la gente.»

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Mar Neg ro

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Campo de refugiados
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Azaz Kobane
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Mar Medite r ráneo Damasco
Daraa

climáticos, Seager, Kelley y sus colaboradores aseveran que las


continuas emisiones de gases con efecto invernadero causarán el
ensanchamiento de la célula de Hadley, el cinturón de aire que
envuelve los trópicos, lo que derivará en una mayor desecación
de las tierras del Mediterráneo oriental.
Según Seager, el Creciente Fértil podría perder su forma actual
y dejar de existir por completo a finales de siglo como conse-
cuencia de una gran reducción del caudal de los ríos Éufrates y
Jordán. «No se producen muchas precipitaciones en la región, así
que cualquier cambio supone una diferencia notable», advierte.
«El Mediterráneo presenta unas características específicas que
lo están haciendo altamente sensible desde el punto de vista
hidrológico al aumento de los gases con efecto invernadero».
Una vez fuera de su país, la familia de Ali está tratando de
que llegue a Alemania, donde esperan que los cirujanos consi-
gan que recupere la capacidad de caminar. Sentado al aire libre
en su silla de ruedas para disfrutar de unos minutos de sol, Ali
piensa en los amigos que dejó en Siria. «La vida del campesino
siempre ha sido dura», comenta. «Su mayor problema era el
Su madre vendió las joyas, incluido el anillo de casada, y así agua. Punto. Porque el agua es vida.»
pudo darles 6000 dólares para el viaje. Según al-Sharani, ya se Su hijo lo lleva adentro para que descanse. La débil luz del
han gastado 2400 en llegar hasta donde están. De todos modos, invierno ilumina a medias una gran sala donde se alinean unas
¿qué otras opciones tenían? Antes de la guerra, Al-Sharani había decenas de camas. Sacos de plástico y bolsas baratas de viaje
completado un máster en economía agraria, pero ahora no ve se amontonan por todos lados; en ellas sus dueños guardan las
ningún futuro para él ni para la gente de campo del país. Por si la pocas posesiones que les quedan. Cuando sus hijos lo levantan
prolongada sequía no fuera suficiente, el ISIS ha hecho que para tumbarlo en la cama, hace un gesto de dolor y agotamien-
las perspectivas de la nación sean todavía menos halagüeñas. to. Fardous, la hija de 19 años, le aprieta la bolsa de colostomía
Al-Sharani explica que las facciones beligerantes están ahora contra el cuerpo y lo arropa con mantas donadas. «Está escrito
robando reservas de trigo, es decir, utilizando la comida como en el Corán», repite Ali. «El agua es vida.»
arma para controlar a la población. «Hoy un agricultor no puede
encontrar agua para regar ni ayuda alguna del Gobierno, y sufre
la presión, bien de los rebeldes, bien del ejército sirio. Hay un PARA SABER MÁS
millón de maneras de morir en Siria, y no puedes imaginarte First super-high-resolution model projection that the ancient «Fertile
lo horribles que son», asegura. «Después de 10 años, lo que veo Crescent» will disappear in this century.Akio Kitoh et al. en Hydrological
es, desgraciadamente, un nuevo Afganistán.» Research Letters, vol. 2, págs. 1-4, 2008.
Climate change in the Fertile Crescent and implications of the recent Syrian
drought.Colin P. Kelley et al. en Proceedings of the National Academy of
Un creciente (in)fértil
mapping specialists (mapa)

Sciences USA, vol. 112, n.o 11, págs. 3241-3246, 17 de marzo de 2015.
Richard Seager no es tan pesimista. Da por cierto que la crisis
de los refugiados terminará mitigándose y que la guerra de en nuestro archivo

Siria llegará a su fin. No obstante, señala que la frecuencia y la Víctimas del cambio climático.Alex de Sherbinin, Koko Warner y Charles
severidad de las sequías aumentarán gradualmente en un futuro Ehrhart en IyC, marzo de 2011.
previsible. Tras haber analizado con detalle decenas de modelos

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