Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CHILE
Chile, muestra una situación inversa a la de Bolivia, ya que, empero el país no tiene Ley
especial sobre derechos de niñez, ha formulado una Política Nacional de Niñez y Adolescencia
(2015-2025), que posee enfoque de Derechos Humanos, y género. Además, favorece la
participación, incluyéndola no sólo como principio rector, sino como área estratégica. De esta
Política se derivó el Plan de Acción Nacional de Niñez y Adolescencia 2018-2025, que incluye
como uno de los compromisos Generar los mecanismos que aseguren la participación de los
NNA en los procesos de elaboración de proyectos de ley y en el diseño, implementación,
monitoreo y evaluación de políticas, planes y programas a nivel nacional, regional y local
La visión en esta Política está definida por un horizonte de sentido a un plazo de diez años y
con una orientación de las decisiones estratégicas que en ella se contempla. Su formulación
recoge y organiza de manera simple y sintética la identificación de diversas aspiraciones para la
niñez y adolescencia proyectadas para Chile al año 2025 y que son las aspiraciones recogidas
durante su proceso de construcción. En Chile al 2025, los niños, niñas y adolescentes cuentan
con las condiciones que garanticen el ejercicio de sus derechos de acuerdo a su curso de vida,
sin distinción de origen social, género, pertenencia a pueblos indígenas, diversos sexualmente,
en situación migratoria, en situación de discapacidad o cualquier otro factor de potenciales
inequidades La Política Nacional de Niñez y Adolescencia aspira a contar con:
• Un país fundado en los valores de la democracia donde niños, niñas y adolescentes sean
participantes activos e incidentes en las materias que les afectan, en consonancia a la
evolución de sus facultades, su edad y madurez, a través de relaciones construidas desde el
respeto y valoración de sus opiniones, deseos y formas de expresión y creación.
• Un país en que niños, niñas y adolescentes crezcan y se desarrollen con la seguridad de estar
protegidos, que puedan desplegar todo el potencial de capacidades, y que sus derechos sean
respetados por cada uno de los miembros de la sociedad en cada una de las acciones que
desarrollan.
• Un país que actúe de manera oportuna e integral frente a las situaciones y condiciones que
obstaculizan o atentan contra el pleno desarrollo de niños, niñas y adolescentes, a través de la
interrupción y restitución de los derechos vulnerados y la reparación psicosocial de los daños
asociados a dichas vulneraciones.
• Un país donde el Estado cuente con regulaciones y una institucionalidad que permita el
cumplimiento del mandato de la Convención por medio de una continua calidad y efectividad
de su accionar. Así, consolidar un nuevo trato político para la niñez y adolescencia en todo el
territorio.
En definitiva, un país que aspira a consolidar un nuevo trato para la niñez y adolescencia, que
encarne el respeto y promoción de sus derechos; reconozca, promueva y materialice el rol del
Estado y la ciudadanía como garantes para su ejercicio pleno, y sitúe el desarrollo, bienestar y
felicidad de los niños, niñas y adolescentes en el centro de su quehacer.
OBJETIVOS ESTRATÉGICOS
• Fortalecer y promover la gestión pública y la calidad de las políticas, así como la de los
programas y servicios considerando la perspectiva de derechos.
• Las orientaciones prioritarias para la próxima década agrupadas en cinco áreas estratégicas
en el marco de los derechos de la Niñez y Adolescencia, y a las cuales deberá abocarse la
gestión del Sistema.
• Las condiciones transversales que orientan las acciones o procesos de gestión del Estado.
Estas se vinculan como condiciones para el Sistema, así como para la implementación de las
orientaciones prioritarias.
Estos lineamientos se muestran en la siguiente infografía que refleja la relación entre ellos.
BOLIVIA
El Estado Plurinacional de Bolivia, cuenta con un Plan de Desarrollo Económico y Social (2016-
2020)31, que podría considerarse un ejemplo típico del divorcio entre legislación y políticas
públicas que suele ocurrir en nuestros países. Aunque Bolivia cuenta con un Código de Niñez y
Adolescentes bastante avanzado, el Plan de Desarrollo, carece de enfoque de derechos de
niñez. Las niñas y los niños, se mencionan a partir de una condición de vulnerabilidad. Las
únicas referencias están relacionadas a los que están “malnutridos” y a “niñas y niños en
situación de calle”. En abril de 2017 se conformó el Comité Plurinacional de Niñas, Niños y
Adolescentes. Una de sus atribuciones es apoyar el funcionamiento y fortalecimiento de los
Comités Departamentales y Municipales de la Niña, Niño y Adolescente. No se cuenta con
información sobre su funcionamiento en los 339 municipios.
COLOMBIA
La Política, como instrumento, espera aportarle al país y a las distintas entidades, instancias y
niveles de gobierno elementos sobre los cuales puedan forjar las bases sociales, económicas e
institucionales que se requieren para construir un país como lo merecen todos y cada una de
nuestras niñas, niños y adolescentes. Un país en paz, que reconoce sus derechos como
prevalentes y en consecuencia asume el interés superior como el elemento orientador de
todas las acciones, y desde la subsidiariedad, complementariedad y concurrencia responde al
goce efectivo de sus derechos como condiciones fundantes del Estado Social de Derecho.
PARAGUAY
VENEZUELA
COSTA RICA
Este país, cuenta además con una Política Nacional para la Niñez y la Adolescencia de
Costa Rica (2009 – 2021)22, que orienta la aplicación efectiva de los derechos de la niñez y la
adolescencia. Dicha política tiene como eje el derecho a expresarse, con la garantía de que las
opiniones de niñas, niños y adolescentes serán escuchadas, respondidas y tomadas en cuenta
en todos los asuntos que se relacionen con su vida.
PANAMA
CUBA
HONDURAS
En Honduras, en contexto del Pacto Municipal por la Infancia, compromisos por la niñez y
adolescencia, desde las Alcaldías, se está estimulando la generación de espacios para la
participación significativa de niñas, niños y adolescentes en el diseño e implementación de las
políticas públicas, y establecer mecanismos de rendición de cuenta e indicadores de monitoreo
de gestión municipal sobre los derechos de la niñez y adolescencia. En 2015, con participación
de niñas, niños y adolescentes la municipalidad de Masaguara promulgó su Política de Niñez y
Adolescencia, y en este 2018 el municipio de San Pedro Sula aprobó la suya (2018-2022). En la
misma se dice que su objetivo es: Promover la participación organizada de la Niñez y
adolescencia para garantizar que las instituciones de gobierno y la sociedad civil, implementan
la política escuchando y tomando en cuenta su opinión.
EL SALVADOR
MÉXICO
NICARAGUA
La política “Amor para los más Chiquitos y Chiquitas” fue creada en 2011 con el objetivo de
fortalecer las articulaciones interinstitucionales de las acciones realizadas en función de la
primera infancia, además de articular todos los programas dirigidos a este sector de la
población. En particular, busca: 1) Restituir los derechos humanos de los niños menores de 6
años y de las madres embarazadas y lactantes y propiciar su desarrollo humano integral; y 2)
articular todos los programas, centros y acciones estatales para que sean universales,
gratuitos, de calidad, equitativos, con calidez humana, pertinencia cultural y social.
2. Salud: garantía de salud integral al binomio madre-hijas e hijos (prenatal, parto y salud del
recién nacido) con servicios especializados y promoción de la salud preventiva.
7. Prevención de todas las formas de violencia contra la niñez, atención a las víctimas y sanción
a los agresores: programas socioeducativos y atención integral.
ECUADOR
La Estrategia Nacional Intersectorial para la Primera Infancia: Infancia Plena, liderada por el
Ministerio Coordinador de Desarrollo Social se ejecuta, desde 2012, a través de una visión
intersectorial e integral. Es una apuesta nacional para potenciar el desarrollo integral de las
niñas y los niños menores de 5 años, considerando que las condiciones de vida, la estimulación
temprana, la educación, la nutrición y el afecto durante la primera infancia, condicionan el
futuro de las personas.
La Estrategia Infancia Plena, alineada al Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017, está orientada
a reducir las inequidades, equiparando el punto de partida en el proceso de desarrollo
humano, desde el período de gestación. Es así, que una adecuada crianza por parte de las
madres, padres y cuidadores, además de una intervención de calidad y oportuna por parte del
Estado y el apoyo de la comunidad, permitirá la erradicación definitiva de la pobreza,
fortaleciendo capacidades y generando mayores oportunidades en la población.
El Plan Nacional para el Buen Vivir 2013-2017 es la hoja de ruta del Estado, en él se establecen
ejes que plantean rupturas o aportes programáticos, entre ellos se incluye a la equidad como
un imperativo moral para erradicar la pobreza, en este sentido se plantea el desarrollo integral
de la primera infancia, dado que “si no se generan capacidades desde que nacemos,
condenamos a la sociedad al fracaso” (PNBV 2013 – 2017). En este marco, la Estrategia
Infancia Plena establece políticas orientadas al desarrollo integral de la primera infancia como
una prioridad del Estado.
De los 12 objetivos del Plan, los siguientes son los que mayor vinculación tienen con la
Estrategia Infancia Plena:
En el Perú, existen dos planes o políticas de desarrollo integral de la primera infancia que son
explícitos y públicos: el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia y los
Lineamientos para la Gestión Articulada Intersectorial e Intergubernamental Orientada a
Promover el Desarrollo Infantil Temprano “Primero la infancia”.
El PNAIA 2021 tiene cuatro objetivos estratégicos relacionados con las diversas etapas de vida
de los Niños y Adolescentes, de los cuales el primero y el cuarto se refieren directamente a la
primera infancia. El primer objetivo estratégico es garantizar el crecimiento y desarrollo
integral de niñas y niños de 0 a 5 años de edad; y para lograrlo se apunta a cuatro resultados: i)
embarazos y nacimientos saludables con atención prioritaria en zonas rurales y comunidades
nativas; ii) estado adecuado de nutrición y salud; iii) estimulación temprana para los más
pequeños; y iv) acceso a servicios de salud y educación inicial de calidad. El cuarto objetivo
estratégico es garantizar la protección de las niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años de
edad.
El Plan cuenta con un Sistema de Monitoreo y Evaluación llamado SIMONE, que brinda
información del progreso en el logro de los resultados esperados, y por ende, de los objetivos
estratégicos. Hay definidos indicadores para todos los resultados de interés; sin embargo, no
para todos los indicadores existen datos. La Comisión Multisectorial responsable de la
implementación del PNAIA, prepara anualmente informes de avance.
Los Lineamientos fueron elaborados bajo una lógica de gestión por resultados y basada en
evidencia científica; y en ellos se priorizan siete resultados, factores e intervenciones efectivas,
sobre los cuales se orientarán las políticas de Estado (MIDIS 2014). Los resultados priorizados
son: nacimiento saludable, apego seguro, adecuado estado nutricional, comunicación verbal
efectiva, camina solo, regulación de emociones y comportamiento, y función simbólica. Estos
resultados se encuentran estrechamente relacionados (cadenas causales) y se integran en
habilidades cada vez más complejas que sirven de base para nuevos aprendizajes (MIDIS
2014). Así mismo, los Lineamientos identifican un grupo de factores que deben ser abordados
por el estado y la sociedad para lograr el Desarrollo Infantil Temprano; así como
intervenciones, que son el conjunto de acciones, identificadas a partir de la evidencia científica
recopilada, cuya implementación genera cambios en los factores o resultados priorizados en el
marco del DIT (D.S. N° 010-2016-MIDIS). Los Lineamientos identifican más de 40
intervenciones, que en conjunto están orientadas a lograr: i) la atención oportuna en salud y
nutrición a la adolescente, gestante, niña y niño de 0 a 5 años; ii) las prácticas adecuadas de
crianza y cuidado para el desarrollo y aprendizaje infantil en la familia; iii) la atención educativa
de calidad para niñas y niños de 0 a 5 años; iv) la erradicación de todo tipo de violencia hacia la
niña, niño y la mujer; y v) el aseguramiento de un entorno adecuado en el hogar y la
comunidad (MIDIS 2014).
En general, las y los actores clave entrevistados para la elaboración de este informe de
progreso identificaron a ambos documentos -el PNAIA y los Lineamientos “Primero la
infancia”- como los referentes principales al hablar sobre una política nacional de primera
infancia. Sin embargo, cuando se les preguntaba acerca del documento de política que era el
referente para organizar las acciones de su organización o institución en temas de desarrollo
infantil temprano o primera infancia, la mayoría de entrevistados –tanto del sector público,
como de la academia, la cooperación internacional y organizaciones no gubernamentales- se
refirió a los Lineamientos. En general, si bien se refieren al PNAIA como instrumento marco de
política pública del estado peruano, entienden que los Lineamientos complementan lo
señalado en el PNAIA, aterrizando más las políticas para niñas y niños menores de 5 años.
Al ser consultados sobre las principales fortalezas de los Lineamientos, varios de los
entrevistados –incluyendorepresentantes de diferentes sectores del estado y de la sociedad
civil- destacaron el hecho de estar basados en evidencia científica rigurosa, lo que quedó
plasmado en los documentos técnicos producidos por los grupos de trabajo de la Comisión
Multisectorial3. En su opinión, el énfasis en el uso de evidencias permitió no solo darle solidez
al documento de política sino además resolver muchas discrepancias entre sectores, pues no
se trataba de lo que decía un sector u otro, sino de lo que la evidencia sugería. Igualmente, el
hecho de haber sido un proceso participativo, en el que hubo que trabajar intensamente, y con
el que todos los sectores se comprometieron, parece haber contribuido a generar un sentido
de propiedad (ownership) sobre estos Lineamientos. Aunque el proceso fue liderado por el
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), técnicos de otros sectores del estado como
el Ministerio de Educación (MINEDU) o el Ministerio de Salud (MINSA) también se sentían
representados por los Lineamientos.
Con relación a las debilidades o limitaciones de los Lineamientos “Primero la Infancia”, varios
actores entrevistados tanto del sector público como de organizaciones no gubernamentales,
coincidieron en señalar que una gran limitación era el hecho de que los Lineamientos no
especifican quién es responsable de qué y cómo, es decir, en el documento no se señalan
responsabilidades específicas para cada sector, ni se detallan reglas de asignación
presupuestal.
Muy ligado a lo anterior, se encuentra otra limitación identificada por algunos entrevistados
tanto del sector público como de la sociedad civil: los Lineamientos no tuvieron suficiente
capital político de respaldo. La Comisión Multisectorial encargada de su elaboración, fue
designada por resolución suprema a fines del año 2013, en un momento en que el gobierno de
turno, encabezado por el Presidente Humala, mostraba una clara intención de impulsar la
agenda para la primera infancia en el país. Sin embargo, para mediados del año 2014 cuando la
Comisión ya había terminado la elaboración de los Lineamientos y estos ya contaban con la
aprobación preliminar de todos los sectores involucrados, el apoyo político a la iniciativa al
más alto nivel parecía haberse perdido. De hecho, la resolución suprema aprobando los
Lineamientos recién se dio un día antes de que el Presidente Humala dejara el poder, el 27 de
julio de 2016. Una vez aprobados, los Lineamientos “Primero la Infancia” ya no tuvieron el
respaldo suficiente. Para algunos entrevistados, el que los lineamientos no tengan carácter de
Ley -como sí tiene el PNAIA- es otra muestra más de su debilidad política.
La implementación limitada que los lineamientos han tenido hasta la fecha, está
estrechamente relacionada con lo que varios de los entrevistados –tanto del sector público
como de la sociedad civil- han identificado como un gran desafío en el país: no existe un
liderazgo claro en la política nacional de primera infancia. Como consecuencia de esto, lo que
ocurre actualmente en materia de gobernanza sobre políticas de primera infancia es que
existen –en opinión de los entrevistados- disputas por la rectoría entre diferentes sectores. En
opinión de los actores de la sociedad civil –tanto de la cooperación internacional como de
organizaciones no gubernamentales- lo único que existe en el país son rectorías temáticas, es
decir, el MINEDU tiene la rectoría en materia de servicios educativos, el MINSA en salud y
nutrición, el MIMP en protección social, etc; más no observan una rectoría o liderazgo para el
desarrollo infantil en general. El problema con esto, señalan algunos entrevistados, es que “las
y los niños están descuartizados”, refiriéndose a que en la práctica no se tiene una mirada
integral de su desarrollo. Respecto a cómo superar la falta de un liderazgo claro en políticas
de primera infancia, la propuesta de algunos de los entrevistados es que la rectoría sea
asumida por el Presidente de la República o la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM),
como único modo de superar los potenciales conflictos entre todos los sectores del estado
involucrados en la atención a la primera infancia, que son en principio pares y no está uno por
encima de los otros. Adicionalmente, se señaló en las entrevistas que para que la rectoría sea
tal, debe venir acompañada de la capacidad de asignar presupuesto para el cumplimiento de
los diferentes roles y responsabilidades de los sectores. Al respecto cabe señalar que esta es
una idea que está en el tintero hace varios años aunque no ha logrado concretarse. El Consejo
Nacional de Educación (CNE 2014) sugería en su balance del año 2013 la creación de una
Autoridad Nacional para la Infancia, de modo que se alinearan las políticas de todos los
sectores y se priorizará realmente a los niños menores de 6 años. Similar propuesta tiene el
Grupo Impulsor Inversión en la Infancia en su Pacto Social (ver acuerdo 4). Sin embargo, para
que una instancia como esa realmente funcione, es importante -como sostiene Cueto (2011)-
que esta autoridad no sea solo simbólica, sino que tenga “dientes”, refiriéndose a tener la
capacidad de aprobar planes coordinados y presupuestos, generando así sinergias entre los
diferentes sectores. Varios de los entrevistados tanto del sector público como de la sociedad
civil, coincidieron en señalar que la iniciativa actualmente en curso para la creación de un
Programa Presupuestal orientado a resultados de Desarrollo Infantil Temprano (PPoR DIT) es
una oportunidad inmejorable para favorecer la intersectorialidad y asignar responsabilidades
con relación a las políticas y programas de primera infancia. La Ley de Presupuesto del Sector
Público para el Año Fiscal 2019 (Ley N° 30879), señala en su artículo 22 que la mejora
significativa de los resultados específicos del Desarrollo Infantil Temprano constituye una
prioridad del Estado en materia de logro de resultados prioritarios del presupuesto. En ese
marco, la Ley aprobó la creación del PPoR DIT que debe establecer y priorizar las condiciones e
intervenciones efectivas basadas en evidencia, para la mejora de los resultados DIT. A
mediados de abril de 2019, se creó el Grupo de Trabajo Multisectorial encargado de
desarrollar los contenidos técnicos del PPoR DIT (R.M. Nº 161-2019-EF/10). De acuerdo a lo
señalado por el MEF, la expectativa de este grupo de trabajo es validar el modelo causal de los
Lineamientos “Primero la Infancia” y sobre esa base identificar qué intervenciones va a
financiar el estado peruano. Se trabaja con los Lineamientos porque su elaboración ha estado
basada en la revisión de evidencias y tienen la rigurosidad que solicita el MEF para armar la
metodología del programa presupuestal. Entre otras cosas, esta iniciativa apunta a resolver las
trabas que os presupuestos sectoriales ponían a un trabajo articulado entre sectores.
En el marco del PNAIA y de la Estrategia “Incluir para crecer”, se hace un seguimiento del
Gasto Público en Niños, Niñas y Adolescentes (GPNNA), es decir, se identifican los recursos que
el Estado Peruano destina para mejorar las condiciones de vida de la niñez y la adolescencia.
Para tal fin, desde el año 2013 se cuenta con una metodología que permite examinar de
manera continua la inversión que el Estado realiza en la niñez y la adolescencia. Dicha
metodología fue elaborada por el grupo de seguimiento al GPNNA conformado por
representantes del MEF, MINEDU, MINSA, MIMP, MIDIS, Mesa de Concentración para la Lucha
contra la Pobreza (MCLCP) y UNICEF (UNICEF 2016). La principal conclusión de los informes de
seguimiento, es que el GPNNA ha crecido de manera sostenida en los últimos años. Entre 2013
y 2016, este ha crecido, en promedio, en 7%; situándose para el año 2016 en S/ 28,724
millones de soles. Cuando se mira el GPNNA según ciclo de vida, se encuentra que para ese
mismo año, la distribución en las tres etapas de ciclo de vida fue similar: la primera infancia (0
a 5 años) representó 36%, la niñez (6 a 11 años) 33% y la adolescencia (12 a 17 años) 31%.
Cabe señalar sin embargo, que hasta 2016 el gasto en la adolescencia ha mostrado un
crecimiento mayor en comparación a los demás ciclos de vida a partir de 2014 (UNICEF 2016).
Con relación a las funciones en las que se ha priorizado el GPNNA en el año 2016, observa que
más de la mitad del GPNNA fue ejecutado en la función Educación (61%), especialmente en
mejorar los logros de aprendizaje en Matemática y Lectura de los estudiantes, así como en
aumentar el acceso a los servicios educativos en inicial, primaria y secundaria. En segundo
lugar, se ejecutó en la función Salud (16%) en la que se priorizó el gasto en vacunas, el Control
de Crecimiento y Desarrollo (CRED) y la atención prenatal. En tercer lugar, se ubicó la función
Protección Social (10%) en la que se priorizó el gasto en alimentación escolar y transferencias
condicionadas (UNICEF 2016). Los progresos con relación al GPNNA del Estado Peruano han
sido reconocidos por el Comité de los Derechos del Niño, que señala en su informe del año
2016 que celebra que el Estado haya aumentado sus recursos presupuestarios para hacer
efectivos los derechos del niño y que haya establecido un mecanismo para clasificar y
supervisar la inversión pública en favor de la infancia. Sin embargo, señala algunos aspectos a
considerar sobre la inversión pública en infancia: i) La desigual distribución de recursos entre
los diferentes sectores, como los de la protección y la participación de los niños; ii) La falta de
información sobre los recursos presupuestarios destinados a los niños en situaciones
vulnerables y marginales, incluidos los niños y niñas indígenas; y iii) El elevado índice de
corrupción en el Estado y sus repercusiones negativas en los recursos públicos, incluidos los
recursos destinados a la infancia (Comité de los Derechos del Niño 2016).
En salud
Difundir y promover las medidas preventivas ya conocidas como el lavado de manos, cubrirse
la boca al estornudar o toser, el distanciamiento físico entre Personas. Considerar las
necesidades específicas de cada población: indígenas, no indígenas, rurales, urbanos, personas
con discapacidad, en las acciones de información y prevención. Asegurar el acceso a vacunas y
prevención de enfermedades, inmunizaciones, influenza, a recién nacidos y nacidas. Y
estrategias para reducir el riesgo de enfermedades infecciosas como la polio, sarampión y
brotes de pertusis (tos convulsiva). Atención a niñas, niños y adolescentes con discapacidad, o
con otras enfermedades que necesiten continuar con la medicación y terapias. Y adolescentes
que padecen trastornos de la salud mental o tengan tratamientos por abuso de sustancias.
En educación
Asegurar que todas las niñas, niños y adolescentes tengan acceso a recursos educativos
ofrecidos por el MINEDU. Incluir en los contenidos pedagógicos recursos para la contención
emocional, autocuidado, prevención del COVID 19 y prevención de la violencia. Difundir los
teléfonos de emergencia para casos de violencia. Incorporar orientación sobre la protección de
la violencia cibernética y los peligros en internet. Fomentar el cuidado compartido del hogar,
con igualdad en la participación de hombres y mujeres. Atender las necesidades de juego y
recreación. Establecer protocolos para la prevención y monitoreo del contagio del COVID-19
en los centros educativos, de manera articulada con el MINSA. Garantizar las condiciones de
infraestructura y condiciones sanitarias de los locales escolares, con servicio de agua y
servicios higiénicos e insumos para el aseo (jabón y alcohol). Verificar las condiciones del inicio
del año escolar y funcionamiento del programa Qali Warma. Incorporar acciones de reflexión,
apoyo emocional y psicológico en las escuelas para que niños, niñas y adolescentes. Incluir
acciones dirigidas a docentes, padres y madres. Promover desde el currículo educativa, con
miras al 2021, el aprendizaje de la resiliencia para adaptarse a situaciones nuevas y de
emergencia, y cultivar la empatía y preocupación por el bien común. Planificar el cierre de la
brecha digital, el gradual acceso a internet y equipos de cómputo en todos los colegios
públicos y capacitar al profesorado en habilidades para el uso de tecnología.
Opinión y participación
Fomentar la división de las tareas en el hogar con igualdad entre varones y mujeres, para
evitar la sobrecarga de trabajo doméstico para las niñas y mujeres. Recoger las percepciones
de los niños, niñas y adolescentes sobre las repercusiones secundarias en sus vidas, en sus
familias, en la escuela y sus planes a futuro, y hacerla conocer a las autoridades regionales y
locales, de las escuelas y dirigentes de la comunidad para que tengan en cuenta sus
necesidades en las políticas de respuesta a la emergencia. Fortalecer el funcionamiento de los
Consejos Consultivos de Niñas, Niños y Adolescentes y de los Municipios Escolares como
espacios de propuestas en la gestión local y regional y de vigilancia que incluya el
cumplimiento de acciones de prevención de enfermedades y protección a la niñez y
adolescencia. Fortalecer la participación comunitaria para el control social y la identificación de
población que se encuentra en situación de vulnerabilidad y riesgo.
AL GOBIERNO NACIONAL
En el marco de la recomendación 12 del Comité de los Derechos del Niño al Estado peruano,
fortalecer la instancia rectora en materia de infancia, niñez y adolescencia dotándola del nivel
suficiente de autoridad, fortaleciendo sus conocimientos técnicos y capacidad para coordinar
eficazmente todas las actividades relacionadas con la aplicación de la Convención en los planos
intersectorial, nacional, regional y local y el funcionamiento del Sistema Nacional de Atención
integral de la infancia, niñez y adolescencia.
Diseñar e implementar una política pública que contribuya a compatibilizar la vida familiar con
la vida laboral, generando facilidades para que padres y madres participen en las actividades
formativas de sus hijos e hijas.
Desarrollar rutas, articular y ampliar la cobertura de los programas y acciones que los
diferentes sectores realizan para fortalecer competencias parentales, protocolos y sistemas de
referencia y contra referencia que articulen territorialmente a los diferentes actores y
establezcan responsabilidades y procedimientos para enfrentar las diversas formas de
violencia; considerando la gestión articulada de la intervención de los profesionales
(psicólogos, trabajadoras sociales, médicos) disponibles en las instituciones a fin de establecer
una atención eficiente y oportuna que maximice la calidad del servicio.
Articular y ampliar la cobertura de los programas y acciones que los diferentes sectores
realizan para fortalecer competencias parentales.
Mejorar la articulación entre el MIMP, el MINEDU, el MINSA, el MIDIS, los gobiernos regionales
y las municipalidades en cuanto a la creación y fortalecimiento de los Consejos Consultivos de
Niños, Niñas y Adolescentes, para favorecer y facilitar una presencia efectiva en esos espacios.
Diseño de mecanismos y/o procedimientos para la realización del seguimiento a las víctimas
que implique protocolo de recuperación, procesos, indicadores, control, monitoreo y
evaluación a cargo de los diferentes sectores. Lograr la alianza de instituciones privadas y
redes de apoyo comunitario.
A LA PCM - SERVIR
AL MEF Y EL MIMP
AL MINEDU
Garantizar la implementación efectiva en todos los niveles del sistema educativo de los
lineamientos para la gestión de la convivencia escolar, la prevención y la atención de la
violencia contra niñas, niños y adolescentes, aprobado por DS N° 004-2018-MINEDU: Plan,
estrategia de implementación y presupuesto.
CONCLUSIONES
1. El Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012 – 2021 - PNAIA 2021,
es el instrumento marco de política pública del Estado Peruano, para articular y
vincular las políticas que se elaboren en materia de infancia y adolescencia en el país,
que orienta la acción del Estado y de la sociedad civil hacia el desarrollo integral de las
niñas, niños y adolescentes peruanos.
2. La COVID-19 no solo ha afectado la salud de las personas, sino que, además tiene un
impacto negativo en sus condiciones de vida, especialmente de las niñas, niños y
adolescentes.
3. En este difícil contexto, se ha tenido un retroceso en diversos indicadores del PNAIA
para el 2020, específicamente, en el Resultado referido a niñas, niños y adolescentes
que cuentan con cuidado y atención integral, así el indicador de menores de 36 meses
de edad que cuentan con Control de Crecimiento y Desarrollo (CRED) ha disminuido.
4. De la misma manera en el Resultado 4, referido a niñas y niños que acceden a la
matricula en educación inicial, encontramos que la tasa de matrícula en el grupo de 3 a
5 años de edad disminuyó significativamente.
5. Sin embargo, a pesar de ello, se ha logrado obtener resultados positivos en varios
indicadores, por ejemplo, en los adolescentes en conflicto con la ley penal, trata de
niñas, niños y adolescentes. Asimismo, en otros indicadores se han mantenido los
valores obtenidos hasta el 2019.
6. Es el caso del indicador de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años de edad que
cuentan con DNI; y, en el de las niñas, niños y adolescente que reciben atención
prioritaria y diferenciada frente a los desastres naturales.
7. Finalmente, las limitaciones al normal desarrollo de las intervenciones públicas en
materia de niñez y adolescencia, en contexto de pandemia, se han reflejado también
en la disminución del nivel de ejecución presupuestal de 4 pp., respecto al año 2019;
rompiéndose así un promedio histórico de ejecución desde el año 2013, situado en un
88% como promedio. Los cambios en la programación presupuestal también han
provocado un giro en el histórico de la ejecución del presupuesto en relación a
programas presupuestales (situado en más del 90%); habiéndose disminuido éste, para
el año 2020, a solo el 85% del total ejecutado en niñas, niños y adolescentes;
incrementándose así, a más de 15%, la ejecución en “Acciones que no resultan en
productos”
BIBLIOGRAFÍA