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La cultura machista en el ejercicio de la violencia contra las mujeres 1

Lic. Jorge Andrés Landeros Hernández 2

Buenos días a todas y todos. Los Servicios de Salud de Sinaloa, Dirección


de Prevención y Promoción de la Salud, Programa de Violencia de Genero.
Presentan al Psic. Jorge Andrés Landeros Hernández (un servidor), facilitador de
la intervención de Reeducación a agresores de Violencia de pareja, con motivo de
las actividades de los 16 Días de activismo contra la violencia de género que se
conmemoran del 25 de noviembre al 10 de diciembre, presentan el Tema “La
cultura machista en el ejercicio de la violencia contra las mujeres”.

Hablar sobre la cultura machista desde mi lugar como hombre, es hablar


sobre las implicaciones que tienen las ideas y prácticas del machismo sobre las
mujeres, una de ellas es la violencia que se naturaliza y forma parte de la
invisibilización. Si lo analizamos desde el punto de vista social la violencia se sigue
reproduciendo contra las mujeres como lo afirma Rita Segato (2003), esto ocurre
cuando las estructuras elementales de la violencia se convierten en relaciones de
poder que no solo se construye entre agresor y víctima, sino que detrás de esa
relación existe una interlocución donde los hombres pertenecen a un grupo de
prestigio que controla un territorio, es decir, el cuerpo de las mujeres.

Siguiendo con Segato nos dice que la capacidad de dominar y de exhibir


prestigio asienta la subjetividad de los hombres y es en esa posición jerárquica,
que llamamos “masculinidad”, desde su sentido de identidad y humanidad se
encuentran entramados.

La estructura de los rituales de iniciación masculina y los mitos de creación


hablan universalmente de esta economía de poder basada en la conquista del
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Conferencia impartida por las actividades de los 16 Días de activismo contra la violencia de género del
Sistema de las Naciones Unidas, que se conmemoran del 25 de noviembre al 10 de diciembre, bajo el tema
global 2020: “Pinta el mundo de naranja: ¡Financiar, responder, prevenir, recopilar!”
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Psicólogo facilitador de la intervención de Reeducación a Agresores de Violencia de Pareja de la Secretaría
de Salud.
status masculino, su contención se coloca en la posición de la moral tradicional le
destina. Además, menciona que la violencia de género y sus derivados, como el
crimen ocasional, el crimen organizado, los homicidios indirectos o genocidas,
todas estas conexiones de arriba y abajo forman parte de una jerarquía, girando
en espiral donde el centro elemental se encuentra el patriarcado en su máxima
expresión (Segato,2003). Ante esto cuestiona la misma autora ¿Es posible una
sociedad donde permanezca el género, pero no el patriarcado? ¿Patriarcado y
género son, en verdad, la misma e indisociable estructura? De la manera en que
los conocemos, sí nos dice. Por otra parte, tenemos que empezar a cuestionar el
espiral el patriarcado como redes de poder que al menos yo veo.

Entonces si queremos ser más específicos sobre de que se trata la


violencia contra las mujeres, tenemos que analizarlo desde las relaciones de
pareja y como las mujeres aparecen como objetos, por lo tanto, los objetos no
hablan, no tienen voz, eso es la cultura machista. Por lo tanto las mujeres se
encuentran entre los mandatos de la cultura machista pero no son reproductoras
de esa cultura, ya que se presentan como “cuidadoras” de ese discurso patriarcal
como sostiene Marcela Lagarde (2003) esto nos ayuda a entender y responder el
discurso de algunos hombres que también denuncian la violencia por parte de las
parejas pero desde la perspectiva de género podemos observar que esto implica
un “falso poder” que se intenta restituir mediante la parodia “ mi mujer me manda”
con eso damos cuenta que los hombres actúan y reclaman a otros hombres
porque han cedido su “poder” a su pareja.

El cuerpo y la subjetividad de la mujer se consumen en el proceso de


madreesposa, ella sigue reproduciendo factores como dar la vida, cuidar a los
otros, alimentar, amamantar y ser testigo – vigilia de las vidas de los demás, de
esta misma manera obtiene atención económica, social, emocional, erótica de los
demás, ese es el reconocimiento que cultura machista espera de ella
(Lagarde,2005).

Los discursos de algunas mujeres desde esa posición de cuidadoras son de


satisfacción ya que se trata de las “obligaciones” que tienen desde el papel de
mujer o madre, el patriarcado ha reducido la feminidad a la maternidad y a la
mujer en condición de madre (Vivas, 2019). Ante esto también podemos
argumentar que existe un “genero normativo” como señala Judith Butler (2007),
este último concepto implica que hay una imposición de un deber ser, que
configura los sujetos a partir dela diferencia sexual, dada la comprensión biológica
sobre lo que debería hacer un hombre o una mujer. Entonces, ya explicado lo
anterior me remito a responder la pregunta ¿Por qué los hombres ejercen
violencia contra las mujeres?, tomando como base los tipos de violencia que
marcan la Ley General De Acceso De Las Mujeres A Una Vida Libre De Violencia
(2007) las cuales son psicológica, física, patrimonial, sexual y económica.

La violencia desde la cultura machista es un control sobre la víctima para


obtener un servicio. Por este motivo trabajar la violencia es hacer un trabajo
personal sobre qué hacemos como hombres para poder dejar de ejercerla y no
justificarla desde ningún discurso ya sea psicológico, patológico y/o adicción. Por
esta razón en los grupos de reeducación para hombres se hace énfasis y se
promueve no solo la información para conocer esta problemática sino conllevamos
la reflexión sobre las masculinidades hegemónicas y sobre el impacto de estas en
la pareja y las hijas/os, esto con el objetivo de hacer cambios para prevenir y
detener nuestras violencias.

¿Qué podemos hacer nosotros los hombres ante la violencia?, la gran


mayoría de la violencia contra las mujeres en diferentes contextos y/o ámbitos
como el privado y el público es cometida por un hombre que tiene una relación de
parentesco o afectiva (Instituto Nacional de las Mujeres, 2020). Algunos hombres
intentan hacer cambios sobre las ideas y actitudes machistas que tienen acerca de
la violencia que ellos ejercen contra la pareja. Lo esencial del trabajo es identificar,
reconocer y hacerse responsable sobre las violencias y que esta última forma
parte de una decisión, promoviendo la idea sobre que hay señales previas al
hecho de violencia.

La dificultad se presenta cuando existen mitos masculinos o ideas


machistas acerca de la violencia de genero. Algunas de las ideas más comunes
del machismo son: no ser mujer o no parecerse a una. no mostrar sentimientos:
los hombres no lloran. ser competitivos: siempre ser más que otros. ser violento:
impongo lo que yo quiero, pienso o digo por la fuerza. ser proveedor: ser el único
responsable de llevar los recursos económicos a casa (Instituto Nacional de las
Mujeres, 2020). Para poder hacer cambios a estas ideas tenemos que plantearnos
en participar en el hogar, crear un ambiente de acuerdos con la pareja y respetar
la autonomía de ella.

A modo de conclusión puedo destacar que no podemos hablar sobre la


cultura machista y el ejercicio de la violencia contra las mujeres sin el feminismo y
los debates culturales que cuestionan día a día las violencias de género y la
heteronormatividad, muchas gracias.

Bibliografía
Butler, J. (2007). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la
identidad. Paidós: España.

Instituto Nacional de las Mujeres (2020). Vida sin Violencia. 4/12/2020, de


ISMUJERES Recuperado de: https://www.gob.mx/inmujeres/acciones-y-
programas/vida-sin-violencia

Lagarde, M. (2003). Mujeres cuidadoras: entre la obligación y la satisfacción.


Emakunde. (1), 1 -5 pp.

Lagarde. M. (2005). Los cautiverios de las mujeres. Madreesposas, monjas, putas,


presas y locas. Universidad Autónoma de México: México.

Ley General De Acceso De Las Mujeres A Una Vida Libre De Violencia


(LGAMVLV) Diario Oficial de la Federación el 1 de febrero de 2007.

Segato, R. (2003). Las estructuras elementales de la violencia. Universidad


Nacional de Quilmes: Buenos Aires.

Vivas, E. (2019). Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad.


Capitán Swing: España.

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