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La Incapacidad de Embarazarse en Mujeres Histéricas

en el Siglo XXI

Pedro Pablo Abril Rossal

Máster Salud Mental – Clínica Psicoanalítica


Índice

Introducción ............................................................................................................ 3
Objetivos ............................................................................................................. 3
I. Justificación y pertinencia del tema ............................................................ 3
II. Estado de la Cuestión ................................................................................. 3
Desarrollo ......................................................................................................... 11
1. Histeria ...................................................................................................... 11
1.1 Negación de la falta como defensa ante la ley de castración ............... 11
1.2 El cuerpo histérico .................................................................................. 15
1.3 Bulimia y anorexia como formas de histeria en el siglo XXI ..................... 24
2. Deseo de un Hijo .......................................................................................... 29
2.1 Hijo como falo para enfrentar la falta y aceptación de la ley de
castración ...................................................................................................... 29
2.2 Aceptación del falo del Otro en la gestación ......................................... 34
3. Incapacidad de concepción en la mujer bulímica .................................... 36
3.1 Defensa histérica del falo del Otro masculino ....................................... 37
3.2 Incapacidad del cuerpo histérico para albergar un hijo como defensa ante
la falta y ley de castración ................................................................................ 42
3.3 Incapacidad de concepción en el cuerpo histérico bulímico ................. 45
Conclusiones ........................................................................................................ 47
Introducción
Objetivos
General: Conocer la incapacidad de embarazarse en la mujer como defensa
del falo del Otro a fin de continuar siendo el falo que satisface.

Específicos:
● Conocer la bulimia como síntoma histérico.
● Investigar el mecanismo histérico de defensa ante el falo del otro.
● Conocer la incapacidad de embarazo como defensa ante el falo del otro.

I. Justificación y pertinencia del tema


La histérica se defiende y huye de la confrontación respecto a la castración,
en donde se enfrenta el goce y el deseo del Otro a fin de poder mantener su
propio deseo. Ésta pone en juego la ley de castración del padre que genera un
agujero que un Otro pueda colmar. A causa de esto la recepción y gestación de
hijos, o falos, puede ser impedida a fin de que la histérica continúe siendo el
falo que satisface su propia falta y la del Otro.

Se entiende que la histérica va a defenderse de la ley de castración a fin de


continuar siendo el falo que satisface en dos formas: evadiendo la ley de
castración, así como al enfocarse en la falta del Otro.

Para continuar esta idea, la histérica experimenta la incapacidad de


embarazarse, pues el concebir un hijo la haría aceptar la ley de castración y
reconocer entonces su falta, a fin de que el Otro pueda brindar un falo, esto la
desplazaría de su posición como falo, impidiéndole entonces satisfacer y mover
el deseo del Otro.

Actualmente, la mujer es percibida con un cuerpo histérico que transgrede


las leyes anatómicas y fisiológicas. La histérica sigue entonces las leyes del
lenguaje y del inconsciente. A raíz de esto no podrá embarazarse, ya que
cumplirá su deseo de continuar siendo el falo del Otro. Ella no acepta su falta ni
permite que alguien más la supla.

II. Estado de la Cuestión


La histérica, como 1Freud (1976) lo describiría, posee una trabazón entre lo
psíquico y lo somático. A pesar de que cada caso debe ser visto de manera
particular o “caso por caso”, podemos conocer elementos puntuales que
permiten generar un diagnóstico de la posición subjetiva histérica, por ejemplo,
la conversión. A través de ésta se evidencia que el contenido bloqueado de la
conciencia genera un elemento patógeno que puede ser expresado
corporalmente a partir de un síntoma físico, como una pulsación, que va y viene
intermitentemente.

1 (Freud, 1976, p.1055)


Así mismo, la histérica genera síntomas físicos para mantener su posición de
falo, donde la falta no se ve expuesta; más bien, ella misma es la que desea ser
quien supla la falta en el Otro.
2Fernández (2000), afirma que la histérica desea ser el falo, generar deseo
en un Otro, generalmente masculino. A raíz de esto no presenta su deseo
relacionado con una falta; la histérica no presenta su falta con el fin de que el
Otro no la pueda suplir, y así ser ella quien la supla para continuar siendo
alguien deseado que está ausente para el hombre; habiendo un tipo de castidad
respecto al falo.

Bajo el mismo concepto de continuar siendo el falo, la histérica quiere


continuar teniendo un tapón y por esto mismo busca ser el falo, pues quiere
suplir la falta del Otro; se defiende así entonces de la ley de castración.

La histérica indica que el mundo posee una falta pues el falo no la suple al no
ser suficiente. Para la histérica siempre habrá insatisfacción, al siempre querer
ser el objeto que supla la falta del Otro. Ella exige esta falta a fin de continuar
siendo el falo, pulsión que no posee elemento específico de satisfacción, como
lo es ver la falta en el Otro y mover el deseo, sin embargo, no de un deseo
específico, por eso no se satisface. Por eso la histérica no suple su falta, pues
no encuentra el elemento que supla la pulsión con una motivación inconsciente.
3
Freud (1972), indicaba que la histérica rechaza la sociedad y todo lo que
ofrece a fin de mantener el goce y asfixiar el deseo, taponar la falta. Ofrece una
represión hacia las fantasías intolerables cuando emergen de manera psíquica
análoga, las cuales generan un síntoma que hace imposible mostrar la falta
para que otro no la supla a fin de continuar siendo el falo, como lo es la de la
seducción del padre.

La mujer habrá pasado por el Edipo y tendrá instaurada la ley de castración.


Para 4Freud (1933), la niña entra en el complejo de Edipo, resultado de la
envidia del falo que fue negado o de la que se vio castrada. Al verse castrada,
considera que algo le hace falta: envidia un pene, tiene una rivalidad con la
madre. Hay algo que le hace falta a fin de buscar un falo en otro masculino.
5
Serra (s.f.), citando a Eric Laurent (s.f.), indica que la histérica tiene como fin
hacer desear, manejar y utilizar el deseo de Otro. No presenta deseo o falta

2 (Fernández, 2000, p.5161)


3 (Freud, 1972, p.1324)
4 (Freud, 1933, p.3170)
5 (Serra, s.f., p.3)
para un falo, por ello no desea embarazarse pues se expondría la falta de no
poseer un falo. Al no tener instaurada la ley de castración, utiliza el deseo del
Otro para su propio fin, no tiene un deseo que Otro pueda suplir.
6Ubieto (2010), citando a Lacan (1960), indica que las imágenes y el
simbolismo materno en la psique femenina, la unidad madre y mujer, tiene una
posición imaginaria que se sujeta al constructo inconsciente de cada persona,
por lo cual es complejo. Se debe reconocer que hay simbolismos de madre que
no pueden aislarse de la mujer pero que de igual manera están entrelazados a
la relación atemporal con el Otro. Hoy en día la relación con el hombre y lo
fálico no es igual, muy probable que de allí venga la incapacidad de
embarazarse o aceptar el falo del Otro masculino. Por ejemplo, la alta natalidad
de embarazo lleva al hogar, a lo rural, donde anteriormente se miraba que la
esterilidad era una maldición y estado inferior, por esto ahora las mujeres que
desean ser el falo, característico de la posición histérica, tienen la incapacidad
de embarazarse, a fin de tener el poder que conlleva tener un falo y serlo como
la histérica que rechaza la ley de castración.

La mujer hoy en día se cuestiona la maternidad, ¿sola o acompañada con la


pareja?, ¿con ley de castración o sin ley de castración? Esto reitera hacia el
partenaire del hombre y al hijo como fuente de libido, esta forma sintomática de
la soledad femenina característica en la histeria. Entendemos que la maternidad
es algo subjetivo. Esta falta que la mujer tiene y que el niño viene a colmar,
ahora la histérica no la acepta, muy probable que por eso no acepte al niño y de
allí su incapacidad de embarazarse como manifestación de la problemática
inconsciente de aceptar la falta y acoger al falo, al niño. La respuesta ante la
pregunta histérica fundamental ¿qué quiere una mujer?, pero tal respuesta
vendría a afirmar la incapacidad de la histérica de ser el falo y sucumbir ante el
deseo, tal es así que se trata de llegar a la maternidad sin aceptar al Padre o
apropiarse de la ley de castración a través de técnicas asistidas de
reproducción, en el caso de la histérica fallidas a fin de continuar siendo el falo y
no aceptar la falta, sin renunciar a su deseo de un hijo.
7SegúnFiguerola, Pelegrí y Romeu (2008), el deseo de un hijo se presenta
en distintas modalidades que deberá ser escuchado por el analista: diferencia
del deseo, ganas, derecho, etc. La manera en la que fue deseado, decía 8Lacan
(1975), o no deseado, genera en el hijo su forma de ser. El deseo de alguien
que no puede tener hijos biológicamente como una mujer lesbiana, catalogada
como histérica, puede exigir un derecho pues el hijo formaría parte de su

6 (Ubieto, 2010, p.3)


7 (Figuerola, Pelegrí, Romeu, 2008, p.3)
8 (Lacan, 1975, p.3455)
intimidad debiendo mostrar la falta por ello se rechaza. Se ve en la lesbiana que
la implantación de semen genera una marca a la propia feminidad y al desafío
del padre; el proceso de gestar, que la histérica no soporta, se evita de
inmediato con reproducción asistida, como la búsqueda de un hijo a la carta;
pues al no tener el control del hijo se expondría la falta.

El ver cómo se da el deseo de un hijo, según el método de asistencia;


cuestiona si este deseo y la resolución del Edipo, únicamente se da en el
encuentro sexual y amoroso o de otra manera. El deseo del hijo no está en el
cuerpo; hoy en día se ve como una posesión, algo que no es sujeto, sino objeto,
pues no se tolera la infertilidad o la falta, defendiéndose ante la castración. No
hay deseo inconsciente, ni elaboración, solo una representación del deseo a
través del hijo obtenido. Para la madre se divide su deseo en ser mujer por lo
que no todo se dirige al hijo. El deseo de maternidad desenvuelve la feminidad,
pero se rechaza en una parte. La procreación es sinónimo de diferencia sexual,
que la histérica rechaza al defenderse ante la castración. Al jugar que posee el
falo del padre no hay símbolo del falo en un niño, no hay deseo de un hijo pues
revela la falta; quiere que en la asistencia médica se supere la herida narcisista.
9Freud(1972), indicaba que la economía libidinal familiar será subjetiva.
Algunas mujeres encuentran el falo en los niños, no siendo así el caso de la
histérica quien no posee una identidad femenina al rechazar la castración
paterna. El niño puede llegar a suplir una falta en la madre, pero la histérica
nada sabe respecto a la falta, la evade. Freud indicaba que la niña al aceptar la
castración de la madre y alejarse de ella, acercándose al Padre, entra en el
Edipo, es castrada siéndole removido el falo y destituida del deseo de recibir un
regalo del padre en la forma de un hijo, por la equivalencia simbólica del niño
como falo relacionada con el acceso a la feminidad.

Para la histérica es lo opuesto, al desear continuar siendo el falo no acepta el


hijo que sería la sustitución del falo del padre. Al defenderse ante la ley de
castración de la madre tampoco acepta el falo de Otro masculino en forma de
niño pues no hay falta que suplir, de esa manera se da la incapacidad de
embarazo y asumir la falta a fin de continuar siendo el falo.

La defensa ante el falo se representa en la matriz y útero; no es casualidad


que varias mujeres sufran dificultades en dichas partes del cuerpo que impiden
la implantación de un falo como hijo, pues al no haber falta y continuar siendo el
falo, la histérica no tiene la capacidad de recibir el falo como hijo. En la
actualidad, un ejemplo sería en la mujer que tiene como síntoma la bulimia,
que, al no tener la capacidad de albergar un hijo en su cuerpo por la falta de
nutrientes, este será el vehículo para su deseo de continuar siendo el falo,
siendo incapaz de retener el falo como hijo, haciendo incapaz la concepción, a
fin de continuar estando vacía.

9 (Freud, 1972, p.86)


10Fernández(2000), afirma que la histérica no puede hacerse de un cuerpo,
destruye las leyes anatómicas y fisiológicas al seguir leyes del lenguaje
inconsciente. Hace trabajar al saber para que alguien más revele su impotencia
y su anhelo de suplir su insatisfacción, sin embargo, no lo acepta a fin de no
revelar ni reconocer su falta y continuar siendo el falo; para que el útero y la
matriz no puedan albergar un hijo y posicionarse como falo.
11Brousse(2002), indica que el DSM desapareció a la histérica, sin embargo,
vuelve con epidemias masivas, como trastornos alimenticios cuyo
funcionamiento es mediante síntomas corporales. La histeria está presente hoy
gracias a su defensa ante el falo, respondiendo a la necesidad de consumismo
por la constante búsqueda de adelgazamiento. Lacan (s.f.), indica que existe el
discurso histérico que Freud expone cómo la herida histérica respecto a la
privación fálica que no se compensa con la satisfacción del falo que genera
alivio momentáneo.
12Serra
(s.f.), indica que el discurso histérico se da al gozar de la falta del
Otro y gobernar sobre esta. Ella quiere revelar la impotencia del amo-padre, de
igual manera encarnará el goce femenino de ser privada por la madre, por esta
Otra mujer, como se ve en el caso Dora, con la Sra. K., cuando ella enferma al
esposo no estar en la ciudad a modo de no asumir la falta. Para Freud Dora
deseaba al señor K., como padre sustituto, al ella negar la conclusión de la
interpretación de Freud respecto al amor por el Sr. K., resistiéndose a aceptar el
falo. Para Freud esto le daba la aceptación de “ser el falo sin tenerlo”, este amor
inconsciente por el padre. Al Dora cuidarlo, fue sustituido por el amor hacia el
Sr. K. En este caso se puede ver un vínculo entre la bisexualidad y la neurosis
que da lugar a la histeria, por lo que podría generarse la defensa ante el falo del
Otro masculino y la incapacidad de embarazarse.
13Lacan
(1960), afirma que Dora eleva a la Sra. K., a la posición de misterio
en cuanto a la feminidad con la pregunta histérica por naturaleza: ¿qué es ser
mujer?, siendo ella un símbolo respecto a la feminidad al manejar el deseo de
los hombres al ser el falo. Para Dora la Sra. K., es quien sabe ser el falo que
hace circular el deseo de los hombres, en quien encuentra la identidad sexual
llevándola a no exponer la falta.

10(Fernández, 2000, p.5161)


11 (Brousse, 2002, p.2)
12 (Serra, s.f., p.7)
13 (Lacan, 1960, p.3456)
La bulímica, al ser considerada como histérica, no desea que otros vean su
falta pues esto la hace verse necesitada exponiendo su castración. Ella genera
el síntoma para todos menos para ella, posicionándose como falo del Otro a fin
de jugar con su deseo mediante la angustia. Lacan afirma esto en su seminario
XI, donde se ve que el fantasma de muerte o desaparición pulsa el deseo del
Otro. La fantasía de la propia muerte, esto es lo que hace la bulímica, no solo
fantasear sino generar esta muerte, vaciarse; se necesita en el sujeto anoréxico
una ley de castración por medio de los médicos, una ley impuesta hasta llegar
al límite cuando la vida está en riesgo.

El sujeto bulímico posee una pulsión auto-fágica, se auto-devora. Se genera


la separación del Otro como falo, lo que lleva al rol de la bulímica a jugar faltarle
al Otro, ser el falo y mover el deseo. La bulímica es histérica pues el rechazo
para ella no es en sí la insatisfacción. Su síntoma no genera un tipo de
transferencia, rechaza esta demanda del Otro que desea una transferencia, se
puede ver un goce respecto a continuar siendo el falo al no poder asumir la
falta, rechaza su propia necesidad por lo que no hay transferencia; por ello hay
culpa en la ingesta de alimentos que la haría ceder y reconocer la falta, se ve el
uso de la enfermedad para obtener lo que desea 14(Freud, 1976).

Se ve en la histeria una defensa frente a la sexualidad, que satisface el


deseo del Otro y expondría la falta de la histérica. Se niegan las características
físicas femeninas como el busto, caderas, menstruación; esto a fin de
defenderse ante el falo, el Nombre del Padre. De igual manera puede llegar a
perder todo elemento femenino de seducción, triunfa entonces la pulsión de
muerte.

En esto se genera la duda respecto a qué es ser mujer como el caso Dora,
visto en las mujeres bulímicas que pierden los rasgos y características
femeninas como lo es el de la menstruación.

En cuanto a la relación sexual, 15Basz (2011) indica que se ve la no-


inscripción de la diferencia sexual, del significante en cuanto a la fijación del
Nombre del Padre, dando la posibilidad a la histérica de continuar generando un
intercambio con el falo de este; se puede ver que este deseo y amor por el
padre es la solución y salida ante sentirse castrada, en cuanto al saber de amor
que el Padre genera.

La histérica siempre deseará tener, siente perder el objeto de amor,


considera que este Otro es un no-todo impidiéndole entrar. Para la histérica el
acto sexual es un tipo de síntoma que tiene voluntad de goce en un saber
hacerlo, poniendo al otro como objeto y ella como falo; se ve que el amor es

14 (Freud, 1976, p.1062)


15 (Basz, 2011, p.6)
síntoma a fin de obtener el goce a partir del Otro. Según Basz (2011) se ve un
odio-amoramiento, la histérica ve el amor como pérdida sacrificial, generando
así el síntoma, la inhibición para sufrir en cuanto a la decisión del deseo y así
mover el deseo del Otro.
16Freud
(1972), afirmaba que la sexualidad podría quedar inconsciente por la
represión, cuando la libido en esta pulsión es sublimada a un fin más elevado,
donde las condiciones necesarias se dan para que la fantasía inconsciente
adquiera fuerzas a fin de satisfacer la pulsión; de esta manera la fantasía es
exteriorizada a partir de un síntoma histérico que puede darse en cuanto a
impresiones traumáticas, sustitución para generar un retorno asociativo,
realización de deseos y fantasías inconscientes, satisfacción sexual de un
elemento infantil reprimido, etc.

La histérica genera un síntoma que le imposibilita admitir la falta, priva su


cuerpo para el Otro, para el alimento, para el goce corporal o el encuentro
sexual y la maternidad o la contención del falo del Otro en forma de un hijo. No
hay espacio para ningún falo, no posee capacidad para aceptar algo y colmar
así su falta, pues sería reconocerse castrada y demandar el falo del Otro.

Se ve la importancia de conocer cómo la incapacidad de embarazarse,


síntoma recurrente en mujeres del siglo XXI, es característico de la posición
histérica que no muestra la falta a fin de seguir siendo el falo pero que con su
sintomatología mueve el deseo del Otro al no aceptar su hijo-falo. No solo es la
bulimia como incapacidad física de contener el falo, si no la forma perfecta de
rechazar el falo del Otro a modo de continuar siendo ella el falo, no reconocer la
falta y mover el deseo del Otro al negarle la satisfacción de ese deseo a través
de su cuerpo histérico-bulímico que no despierta interés y que tampoco puede
contener el falo del Otro en el vientre.

El cuerpo bulímico se da en base a la nada de lo alimentado, vive su síntoma


a fin de pedir ayuda y provocar un deseo en el Otro. 17Lacan (1973) considera
que la nada es el objeto interpuesto respecto a la demanda del Otro, donde se
ve el proceso deformativo del cuerpo bulímico a través de la llenura, por eso la
bulímica desea vaciarse. Cuanto más se llena, más vacío se puede sentir, nada
lo nutre; no existe un espacio ni falta para un falo, ni falo suficiente para su falta,
se utiliza el síntoma bulímico a fin de vaciarse. A continuación, se presenta una
viñeta clínica que ejemplifica.

16 (Freud, 1972, p.1500)


17 (Lacan, 1973, p.4865)
Viñeta Clínica: Una paciente de 30 años es referida por su esposo pues indica
no comprender lo que ella necesita, la describe desinteresada y desentendida
tanto del esposo como de su hijo, a tal punto que pareciera no tener emociones.

La paciente en sesión indica jugar un rol muy sumiso ante sus figuras de
autoridad como lo es el caso de sus jefes y supervisores; así mismo refiere que
esto era así con su padre, quien se presentaba como un hombre autoritario y
prepotente.

Constantemente indica no desear parecerse a su mamá, una mujer sumisa y


devota a su esposo, que, según la paciente, permite recibir insultos por parte
del padre.

Una de las quejas de la paciente, es que su esposo constantemente está con


su suegra solventándole problemas y complicaciones en casa, quien incluso
asiste a cenas, que la misma paciente prepara para su esposo, pues él mismo
la invita a casa, a pesar de la paciente haber dicho a su esposo de los planes
de la cena únicamente para ellos.

Así mismo, otra de las quejas de la paciente es que, desde ya hace varios
meses de varios intentos, no ha podido quedar embarazada; incluso después
de realizarse varias pruebas de fertilidad y tomar todos los cuidados necesarios.

En una de las sesiones, donde el tema de conversación eran los padres, la


paciente después de comentar varios tratos abusivos del padre, trae a su
consciente un suceso traumático: en un viaje familiar, la paciente permanece
dormida en la misma habitación de sus padres, quienes en un momento de la
noche deciden tener relaciones sexuales, la paciente tras escuchar los ruidos
de ambos padres por el acto sexual, siente miedo e inmediatamente tapa sus
oídos y se esconde debajo de las sábanas pues indica haber pensado que a su
madre la estaban matando.

Luego de una semana de sesiones, posteriores a hacer conciente el suceso


traumático del acto sexual de los padres, la paciente indica comenzar a sentir
síntomas de embarazo: fatiga constante, dolor corporal, pesadez, hinchazón,
etc., confirmando estar embarazada esa misma semana.

A pesar de ello la paciente no experimenta apetito alguno y por ello mismo


entra en conflictos con el esposo al él ver que rechaza todos los alimentos que
se le ofrecen, así mismo la paciente indica constantemente experimentar
malestar el cual disminuye, experimentando alivio después de inducirse el
vómito.
Desarrollo

1. Histeria
1.1 Negación de la falta como defensa ante la ley de castración: La histérica
deseará continuar siendo el falo que satisface. Según 18Fernández (s.f.); la
histérica querrá continuar sabiendo sobre ella misma, encontrarse en el Otro
pues no soporta encontrar su falta en la relación con el partenaire.

El sujeto femenino histérico buscará generar el deseo del hombre, en esto la


histérica encontrará su brillo fálico, ser el falo a fin de ser deseada por el Otro;
la histérica será esta mujer que se ausenta para el Otro a fin de no poder
presentar su falta, manteniendo su insatisfacción.

La histérica se ausenta a modo de generar esta falta en el hombre para ser


deseada nuevamente, escapándose a último momento para mantener su deseo
insatisfecho.

Cuando la histérica llega a ser el falo y obtiene este valor, obtendrá la


satisfacción de ser deseada a causa de su ausencia; encarnar el rol fálico en su
posición ausente para el hombre a fin de no ser un objeto de goce, al contrario,
gozar, generando la falta que despierta el deseo por ella.

La histérica va a tratar la falta como el objeto y de ese modo ser el falo para
la falta del Otro; conocer la falta del Otro a modo de no saber nada al respecto
de su propia falta, defendiéndose así ante la ley de castración.

Así se puede ver que la histérica siempre utiliza esta falta como objeto con el
fin de evitar rellenar la falta de la castración que la haría encontrar el falo en
Otro y colmar su falta a través de este.

La histérica va a considerarse el falo a fin de ser el objeto donde el partenaire


encuentre el tapón para su propia falta, a fin de ella no exponer su propia falta y
de ese modo mover el deseo del Otro a su antojo. Cuando la histérica se
muestra como el falo para la falta del Otro, exige la falta mostrándose agresiva
cuando el Otro no la muestra; lo contrario cuando alguien revela su castración y
falta a modo de ella ser el falo que colme la falta. A la histérica le interesan los
temas amorosos y sexuales, pues generan el escenario para mover el deseo
del Otro, pero jamás para mostrar la falta, como se ve en el caso de Dora con el
Sr. K., como padre sustituto, visto por 19Freud (1905).

18 (Fernández, s. f., p. 8)
19 (Freud, 1905, p. 800)
Para la histérica, el mundo será un lugar lleno de falta, un falo que no puede
colmarla; esto con el fin de continuar siendo el objeto para colmar la falta del
Otro, ser ella el falo que falta.

La histérica siempre mostrará una falta de satisfacción como lo podemos ver


en el caso de Dora, donde 20Freud (1901) indica que la paciente no presentaba
una falta pues no encontraba satisfacción en su deseo; al contrario, ella era la
provocadora del deseo. La histérica hace desear, busca la falta y la castración
en el Otro a fin de que este deseo se mantenga insatisfecho. Si la histérica
encuentra un vacío en el Otro, entonces encontrará su posición como elemento
fálico a fin de poder llenar la falta en el Otro.

La histérica intenta ser el falo para generar el deseo de Otro, sin embargo,
cuando un sujeto masculino desea unirse a ella, continúa siendo el falo sin
mostrar la falta. Genera una posición activa donde no se puede dar el lugar al
deseo activo en el hombre; jugando el papel seductor para mover el deseo del
Otro masculino, pero al momento que se dé el encuentro y el hombre comience
a jugar el rol activo, la histérica se mostrará como falo siendo activa para
rechazar el falo del hombre, ocultando la falta al no darse el encuentro sexual.

Para la histérica el encuentro sexual posee falta, ella goza de esta falta que
el falo no puede suplir; al no permitir que el otro goce a fin de continuar siendo
el falo en el encuentro sexual y no presentar la falta durante el coito que para
ella estará lleno de insatisfacción, lo rechaza a fin de no recibir el falo del
hombre en forma de hijo para ella continuar siendo el falo, en esto se ve la
incapacidad de embarazarse en la histérica.

La histérica va a encarnar el falo a fin de que la falta quede plenamente en el


partenaire, pues al encarnarla no tendrá que soportar la insatisfacción que
experimenta; será el falo que el otro no puede encontrar. Esto hace que la
histérica no tenga idea de lo que desea, el no tener una referencia clara en
cuanto a su deseo para que su falta no sea hallada y que el falo del Otro no la
pueda suplir; de esa manera no se reconocerá castrada a fin de continuar
siendo el falo.

Para Freud21 (1901), la sexualidad es fuente de traumas psíquicos e ideas


inconscientes como punto pivote respecto a la formación patológica de la
histeria, denominado por Freud (1905)22 amnesia infantil o histérica, donde por
la represión de huellas mnémicas, aquello que la represión del trauma psíquico
de proposiciones amorosas y acusación ofensiva deja de manera oculta se

20 (Freud, 1901, p. 754)


21 (Freud, 1901, p. 975)
22 (Freud, 1905, p. 1307)
sustrae inconscientemente y se da a partir de asociación. Esto visto con Dora,
al ella evadir el trauma de estar en la relación amorosa del Sr. Y la Sra. K., así
mismo cuando el padre de Dora rompe la relación con la Sra. K.23

La histérica continúa en su posición infantil respecto a la envidia del pene al


defenderse de la ley de castración, considera seguir teniendo un falo y rechaza
la relación con Otro cuando este órgano se siente amenazado. Se considera a
la histérica como homosexual al encontrar espanto en sus genitales femeninos
considerándolos resultado de una mutilación, evitando a toda costa el coito,
pues no hay falta para este, quedando así insatisfecha.
24Freud (1976), consideraba que la persistencia de excitabilidad clitoridiana
disminuye la función sexual femenina que implica cierta característica
anestésica en cuanto al coito, haciéndola utilizar otros órganos, como la boca o
la garganta, a fin de calmar la excitación, visto esto en el caso bulímico de
histeria o la tos y cosquilleo de garganta en Dora.

La histérica realiza la elección de objeto en cuanto a la falta de renuncia y


apego al objeto infantil o falo, por ello no tiene una corriente sensual. Aún
existen instintos parciales infantiles inutilizables que rechazan el falo; por eso se
considera a la histérica como un sujeto infantil.

Según 25Freud (1923), la elección de objeto se relaciona con los caracteres


sexuales somáticos, donde la mujer homosexual desea al padre y al no tenerlo
queda como el falo de la madre, buscando como objeto sexual a una mujer
pasiva a fin de rechazar la pasividad y continuar teniendo a la madre como
objeto sexual, jugando una posición infantil y al no tener el falo del padre retoma
a la madre como objeto sexual, generando la pauta para la inversión.

El apartarse de la madre viene del odio y hostilidad por habérsele privado el


falo, la niña entonces va a culpar a la madre de su falta fálica.

La niña despliega ante la madre una actividad fálica, sin embargo, al darse la
castración deberá abandonar el objeto sexual, cosa que no sucede en la
histeria, donde se mantiene la actividad fálica e intensa vinculación pre-edípica
con la madre.

La histérica temerá ser asesinada por la madre, generando hostilidad


inconsciente, agresión o voracidad dirigida contra ella, mediante impulsos

23 (Freud, 1976, p. 1103)


24 (Freud, 1976, p. 1125)
25 (Freud, 1920, p. 2812)
activos agresivos y voraces. Así mismo al no darse un desprendimiento de la
madre continúa la característica masculina de masturbación clitoridiana.
26Freud(1925), afirmaba que la madre es el objeto sexual original en la
mujer; sin embargo, la niña abandona a la madre tomando al padre como
elemento sexual. En el caso de la histérica la niña se aferra con intensidad al
padre y a la madre, deseándolos como falos, en el caso del padre que este le
de un hijo. Así mismo la niña ve el falo del hermano u otro niño como algo que
envidia. Si esto no se supera puede dificultar el desarrollo regular a la feminidad
característico de la histérica, la niña se defiende ante la castración,
empecinándose en la convicción de poseer un pene conduciéndose como
hombre, rechazando su herida narcisista y sentimiento de inferioridad,
despreciando y celando al hombre, hay envidia fálica desviada, incluso se da un
desprecio y represión ante el propio clítoris al no poder competir con el varón,
renunciando a esto y desviando el desprecio hacia el desarrollo femenino.

La mujer histérica puede considerarse por 27Freud (1976), como una mujer
homosexual, quien se defiende de la ley de castración y no mostrar una falta
para el falo de un Otro masculino. La histérica evade el falo para que este
jamás colme la falta que constantemente niega. Así mismo indicaba que la
persistencia del deseo de excitabilidad en el clítoris disminuye la función sexual
de la histérica, generando un tipo de anestesia ante el coito, al no reconocer su
falta, se da la inversión y fijación libidinal sobre personas del mismo sexo; esto
puede darse incluso como celos que desplazan el amor e inclinación hacia la
persona del mismo sexo como lo fue con Dora y la Sra. K.

Según 28Freud (1894), la sintomatología histérica genera una disociación de


la conciencia, dándose una formación de grupos psíquicos separados,
generando un tipo de unión en el campo de conciencia que genera este tipo de
declive; la disociación de conciencia es la reacción ante estímulos traumáticos a
fin de protegerse de estos.

La histérica posee alta sensibilidad sexual; así como altos esfuerzos para
rechazar y dominarla, debilitando la representación a modo de protección y
generar excitaciones somáticas conversivas, pudiendo ser motoras o
sensoriales estando relacionadas al suceso traumático.

El factor fundamental histérico se encuentra en su facultad conversiva y paso


a la inervación somática a causa de representaciones intolerables reprimidas e
inconscientes activas procedentes de alguna problemática sexual representada

26 (Freud, 1925, p. 3194)


27 (Freud, 1976, p. 1803)
28 (Freud, 1894, p. 341)
corporalmente; un tipo de fobia presentada a través de síntomas corporales
histéricos, huellas mnémicas representadas en la superficie corporal, aún
cuando estos no tengan relación con el suceso traumático. 29(Freud, 1976).

1.2 El cuerpo histérico: Según 30Fernández (s.f.), el cuerpo histérico busca un


significante en el falo del diagnóstico médico en donde albergarse, sin embargo,
lo rechaza con su sintomatología al no mostrar la falta e indicarle al médico que
no sabe nada.

La histérica siempre ha tenido dificultad en cuanto a hacerse de un cuerpo


pues este sigue las leyes del lenguaje y el inconsciente yendo en contra de las
normas anatómicas y fisiológicas. A raíz de esta sintomatología en su cuerpo, la
histérica siempre va a hacer trabajar al médico a modo de que la falta que
posee no pueda ser satisfecha por este, continuando en su posición fálica.

Se ve el síntoma histérico articulado en el cuerpo según el momento histórico


en el cual se busque el falo; el cual es rechazado por la histérica a fin de
continuar siendo el falo que hace desear mediante el síntoma corporal.

Para la histérica el goce no se va a registrar en ninguna parte del cuerpo, se


ve entonces un sujeto que alberga el goce como totalidad fuera del cuerpo en la
palabra.
31Freud
(1906) escuchó al cuerpo histérico como se puede ver con Dora, en
donde sus enfermedades tienen su origen en las intimidades de la vida
psicosexual. El cuerpo será entonces el lienzo donde se plasman los deseos
sexuales reprimidos generados a partir de un suceso sexual traumático en los
primeros años de vida.

Freud (1906), indicaba que la histeria era una neurosis mixta, en donde se
mezclan factores, como lo es con el caso clásico de Anna O., se puede ver en
esto que la histeria está relacionada a temas sexuales, virginidad, etc.,
generalmente neurosis sexual, subestructura de la histeria que puede
confundirse con las neurosis mixtas o neurastenias, neurosis de angustia, etc.

El valor terapéutico del método catártico para esta patología es lo indicado,


sin embargo, se entiende que este diagnóstico es dificultoso pues existe una
sobre-determinación de su génesis por lo que su tratamiento puede jugar varias
vertientes y no solo el método catártico, como es el caso de vencer la fuerza y
energía psíquica opuesta en el paciente en cuanto a recuerdos conscientes de

29 (Freud, 1976, p. 1900)


30 (Fernández, s. f., p. 2)
31 (Freud, 1906, p. 367)
las representaciones patológicas difíciles de sobrellevar que dan lugar a los
síntomas histéricos. Puede que la energía del síntoma juegue una dinámica
repulsiva que genera el síntoma conversivo, la repugnancia del yo y esta fuerza
psíquica que excluye la asociación de la representación patológica
generalmente relacionada con elementos de tipo sexual u otro elemento
reprimido por normas sociales o protección del mismo sujeto histérico, como el
caso de Dora al ser besada o relacionarse con un otro masculino. 32(Freud,
1976)
33Freud
(1976), vio el inconsciente como atemporal, por lo que el síntoma
encuentra su realización en diferentes tiempos, por ello la histérica vehiculiza
sus deseos de distinta manera en el análisis e incluso en la vida cotidiana; sin
embargo, se conoce que para ella es difícil verbalizarlo y en ocasiones el
cuerpo será el lienzo para dicho suceso reprimido generando el síntoma.
34ParaFreud (1895), la energía psíquica opuesta al recuerdo consciente
genera representaciones patógenas a partir de la resistencia ante sucesos
traumáticos, generalmente sexuales, haciéndolos inconscientes de manera
voluntaria a modo de protección; en donde a partir de la experiencia penosa se
da el miedo como síntoma que reprime todo acto sexual como en la histeria,
denominándose como neurosis traumática histeriforme, perturbando el
mecanismo sexual.
35Basz(2011), afirmaba que la histérica al no tener relación sexual goza de
su cuerpo, contrario a la angustia que transforma el goce experimentado en el
objeto causante del deseo. Cuando se ve el amor como síntoma, esta causa se
toma y la deposita al objeto de deseo al que apunta, el amor es un medio de
goce. 36Lacan (1977) en el Seminario 24, afirma que el valor en cuanto a
síntoma del Padre en la histérica se ve como afecto ambivalente en el síntoma,
el amor por el Padre es una armadura contra el falo del Otro. El síntoma
histérico es amor por el padre.

De igual manera se puede ver que 37Freud (1905), en su experiencia con


Dora, indica que el cuerpo histérico representa la problemática de deseos

32 (Freud, 1976, p. 1069)


33 (Freud, 1976, p. 1107)
34 (Freud, 1895, p. 1138)

35 (Basz, 2011, p. 8)
36 (Lacan, 1977, p. 3400)
37 (Freud, 1905, p. 300)
sexuales reprimidos mediante la sintomatología generada, a la cual Freud
encontró solución mediante la interpretación onírica, indispensable a fin de
comprender los procesos sintomatológicos histéricos tomados en base al
mismo funcionamiento de productos oníricos.

No se puede conocer y dar respuesta a todas las preguntas planteadas por


el problema histérico; ni conocer los tipos de enfermedad, las formas de
estructura interna neurótica, ni todas las relaciones que se pueden llegar a dar
entre lo psíquico y lo somático; sin embargo, se podrá solucionar el problema
histérico a fin de evocar en análisis la expresión verbal ante el afecto
experimentado.

Para 38Freud (1972), la histérica representa la problemática inconsciente a


partir del cuerpo, se habla de un síntoma netamente fisiológico; aunque no en
todos los casos se puede presenciar este tipo de problemática pues hay
síntomas histéricos de distintas índoles: falta de deseo sexual, impotencia, etc.,
que pueden ser incluso una de las varias vías por las cuales la histérica no
acepta el falo del Otro masculino, siendo este una forma de no exponer la falta.

Para 39Freud (1905), las partes del cuerpo histérico supuestas a ser destino
de excitación de procesos sexuales normales, llegan a albergar nuevas
sensaciones dándose una transformación del órgano; como puede ser un pene
erecto, a fin de poder mantener su posición ante el deseo del Otro.

Así mismo 40Freud (1905), presentó al sujeto histérico como poseedor de


otro lenguaje inconsciente como sueños, en donde hay relación entre el
síntoma patológico y la idea patógena; así mismo es importante conocer que
existe una generalidad en el cuerpo histérico, como lo es el síntoma nervioso:
disneas o constante fatiga, cefaleas, ataques de tos nerviosa, ronquera,
catarros y afonía.
41Freud
(1901), indicaba que la histérica al describir su padecimiento se
encuentra con una difícil carga y labor intelectual que lo sobrepasa, sin
embargo, se defiende ante el falo de todos los calificativos y razones médicas,
que la haría exponer su falta y presentarse castrada. La histérica se presenta
entonces como el falo incapaz de presentar su falta y a raíz de los dolores y
enfermedades corporales presentadas mueve del deseo del Otro, como lo es el
médico; posicionándose, así como el falo, por lo que se conoce que se defiende

38 (Freud, 1972, p. 1314)


39 (Freud, 1905, p. 1307)
40 (Freud, 1905, p. 1055)
41 (Freud, 1901, p. 1091)
de la ley de castración. Estos padecimientos físicos se dan a partir de no
presentar la falta; viéndose relación entre la enfermedad, no mostrar la falta y
mover el deseo de Otro, como lo es el del médico al indicarle que no sabe nada
de su padecimiento.
42Freud(1901), indicaba que el cuerpo histérico presenta la sintomatología
mediante las zonas histerógenas al darse parálisis, contracturas, anestesias,
etc. Esto con el fin de continuar siendo el falo capaz de mover el deseo de un
otro, generalmente masculino. Sin embargo este cuerpo histérico no es capaz
de presentar la falta a fin de que no sea suplida, pues sin importar los
tratamientos médicos a los cuales el cuerpo de la paciente histérica se vea
sometido el síntoma no abandona el cuerpo; no era sino hasta que Freud, en el
análisis y mediante la talking cure, levantaba la pulsión de muerte que hacía
que la histérica gozara de su sintomatología a fin de continuar siendo el falo que
despertaba el deseo de los demás, generalmente hombres; sin embargo esto
no es así únicamente pues se pueden ver las tendencias lésbicas de Dora,
hacia la Sra. K., a fin de despertar tanto el deseo de ella y del Sr. K., a modo de
continuar siendo el falo, esto aprendido de la Sra. K., como lo fue en las
confidencias entre las dos dejando afuera al esposo.
43Freud(1901), indicaba que la histérica podía presentar síntomas somáticos
y psíquicos como disnea, tos nerviosa, afonía, jaquecas, depresión de ánimo,
excitabilidad histérica, etc., como se pueden ver en el caso Dora. Según la
época en la cual la histérica se encuentre presente, de esa manera se verá la
sintomatología corporal histérica, generalmente por una represión de temáticas
sexuales como el caso de la proposición amorosa del Sr. K. a Dora.,
masturbación, etc., esto presentado en la náusea, incontinencia y el sueño.

Para 44Fernández (s.f.), el cuerpo histérico necesita de la escucha pues este


es creado a partir de la palabra; forma en la que Freud escuchó al cuerpo de la
histérica a fin de darle una palabra para que el síntoma histérico desplegará su
voz, dándola a la histérica.

En el caso de la histérica, el conflicto inconsciente que no ha sido


apalabrado, invade su cuerpo. 45Freud (1972) afirmaba que cuando la palabra
del dolor mortal inconsciente falta, genera un dolor o problemática corporal; es
esta la explicación de los padecimientos físicos de aquellas mujeres, como es el

42 (Freud, 1901, p. 1058)


43 (Freud, 1901, p. 1064)

44 (Fernández, s. f., p. 4)

45 (Freud, 1972, p. 3916)


caso de los trastornos genitales, dolores y rigidez corporal, donde se generaba
la cura a través de la palabra y el análisis como el caso de Dora.
46Freud (1972) incluso tomó como histeria los síntomas de vómitos
persistentes, bulimia y anorexia, la repulsión de los alimentos, así como otros
síntomas tal es el caso de contracturas; las histéricas encontraban malestar en
el momento de la ingesta y retención de alimentos, generando vómitos
histéricos a fin de continuar manteniendo un vacío.

En cuanto a la zona erógena de la boca histérica; se ve que tiene un fin


sexual infantil alcanzado mediante el estímulo apropiado del vómito, siendo
experimentada anteriormente a fin de tener la necesidad de ser repetida. En
cuanto a la ingestión de alimentos puede que tenga una sensación repulsiva de
tensión que exige el retorno de la satisfacción y goce por medio del vómito; sin
embargo, se ve que este también sustituye el estímulo proyectado en la zona
erógena mediante la excitación externa que cesa la sensación y deseo
constante de realizar pues genera satisfacción.

La histérica presenta sintomatología corporal en distintas formas y lenguajes,


pero encontramos que el síntoma bulímico permanece en la gama de síntomas
histéricos. Freud buscaba el elemento de la angustia en dicho síntoma para
entender que la mujer histérica tiene como fin mover el deseo del Otro a fin de
continuar siendo el falo; se pueden ver perturbaciones donde las sensaciones
de náusea y malestar, así como el síntoma bulímico a fin de vaciarse de la
congestión respecto a un ataque de angustia. Vemos que la sintomatología que
hoy prevalece en este siglo XXI estuvo presente en el siglo pasado, si bien es
cierto no con tanta frecuencia como lo es hoy en día, pero sí en algunos casos
por lo que puede tomarse como señal de evolución de la posición histérica a lo
largo de los siglos, hasta nuestros días donde el síntoma prevalece
constantemente.

Para 47Freud (1892), el carácter histérico va más allá de la salud, enfermar


cuando el cuerpo no reacciona ante la conciencia del yo. La inervación histérica
hace que la persona sucumba ante el agotamiento histérico respecto a un
impulso a hacer el mal, enfermar cuando el cuerpo y la salud menos lo desean,
estos elementos inconscientes toman poder del cuerpo.
48
Según Freud (1893), la histeria puede tomar distintos mecanismos, algunos
de ellos son las contracturas, parálisis, ataques y convulsiones, vómitos
persistentes y anorexia, donde se rechaza todo tipo de alimento. Se puede ver

46 (Freud, 1972, p. 65
47 (Freud, 1892, p. 78)
48 (Freud, 1893, p. 98)
en el fenómeno histérico elementos de la neurosis traumática, a fin de intentar
vaciarse de estos elementos, donde los sucesos se remontan a la infancia; la
bulimia puede verse como una forma de histeria que a raíz de un suceso el
síntoma del vómito puede durar durante mucho tiempo, vemos con esto que la
bulimia histérica no inició en nuestra época, sino se remonta más atrás.

Las náuseas y vómitos constantes podrían ser efecto de repugnancia moral


inconsciente a raíz de una serie de sucesos y circunstancias indiferentes,
represión de elementos biológicos y naturales en las primeras fases de
desarrollo psicosexual, vistas como traumas pues la sexualidad escinde al no
haber defensas maduras en las etapas previas y la necesidad de vaciarse de
estos. Sabemos que el síntoma histérico desaparece a medida que se despierta
el recuerdo provocador y el paciente verbaliza las reminiscencias reprimidas de
las cuales padecía.

Antes de la aparición manifiesta de la enfermedad se da un terreno, en


donde se instala un recuerdo patógeno en donde a raíz de este se dan los
fenómenos somáticos consecutivos. Así mismo, la represión genera una
disociación en el sujeto y la magnitud afectiva del trauma, a partir de un estado
hipnoide que será base y condición histérica psíquicamente adquirida, puede
darse mediante un trauma psíquico o serie de traumas menores vinculados por
similitudes o la historia de infortunios inconscientes, la representación se
apodera del soma del paciente teniendo síntomas duraderos.

Los síntomas histéricos podrían darse mediante intentos de reacción con


sumas de excitación reprimidas, a través de vías de escape que intentan
reaccionar mediante el recuerdo propio, que hecho consciente y descargado de
manera adecuada, da fin al ataque histérico pues este se genera mediante
impresiones privadas de una descarga, ya sea por rehusarse a verbalizar a fin
de evadir conflictos psíquicos; pues el pudor o las normas sociales lo impiden,
pudiéndose dar en lo sexual, habla, físico, etc.

Las reminiscencias pueden generar conmociones de tipo anímico, donde se


puede ver una asociación entre las impresiones y los dolores físicos padecidos
o el desarrollo de síntomas histéricos mediante la influencia de excitaciones a
partir de un suceso traumático relacionados con personas con una alta carga
psíquica en la vida de la histérica: como una paciente con dolor de piernas por
el padre descansar sus piernas sobre las de la paciente mientras se le
cambiaba los vendajes. El cuerpo expresa lo que el paciente no puede y no es
hasta que este verbaliza aquello reprimido que el síntoma abandona el cuerpo.

La histeria mono-sintomática, en donde el síntoma presenta características


específicas en una parte puntual del cuerpo respecto a temas específicos no
tramitados, genera síntomas análogos respecto a elementos mnémicos
individualizados específicos de traumas que el paciente representa y que
mediante la organización de estas en el habla se generan recuerdos que
asocian y enlazan los dolores con la parte afectada, dándose así la cura que
aplaca el síntoma presentado por el paciente. Usualmente la etimología de la
palabra se asocia a la parte afectada; el cuerpo es un lienzo plasmado con
palabras no dichas, viéndose el simbolismo en el relato inconsciente del
paciente afectando el cuerpo, a esto Freud llamaba lo funcional simbólico.

Esto puede verse en el caso de Dora cuando ella presenta un dolor intestinal
de hace nueve meses, período de gestación de un bebé, que representaba la
fantasía de un parto por parte del padre en la escena del lago, a fin de tener el
falo del padre, en donde también se dio un “mal paso”, afectando de manera
física su pie.

Cabe resaltar que la mayoría de pacientes histéricas presentaban en tiempos


de 49Freud (1893), dificultades en cuanto a los órganos reproductivos como la
vagina, vientre, etc., que dicha sintomatología era debido a la represión de
elementos relacionados al aparato reproductor: embarazo, crianza, etc., o
elementos traumáticos como la muerte, aparte de presentar dolores, malestar o
parálisis en otras partes del cuerpo, esto hace que la histérica sea considerada
por 50Freud (1976) como un sujeto perverso negativo.

Freud vio cantidad de síntomas histéricos: desde tartamudez, falta de habla,


dificultad de movimiento, entre otros que varían y van del caso al caso. Las
reminiscencias procedentes de la hipnosis ayudaban a aliviar este tipo de
sintomatología, sin embargo, estas sesiones se veían inútiles, en donde se
recurriría ahora al análisis y verbalización de sucesos en donde el paciente
histérico al hablar de sus padecimientos abandonaba el síntoma que lo
aquejaba.

En un caso de histeria que Freud presentaba, la paciente no podía tolerar el


alimento, padeciendo dolores recurrentes de estómago, pudiéndose ver que
incluso en tiempos de Freud, la sintomatología repulsiva del alimento como lo
es con la anorexia y bulimia estaban presentes. Podemos tomar a la anorexia y
bulimia como formas de histeria, pues estas mueven el deseo en cualquiera,
como pacientes con estas características podían mover el deseo en Freud, así
como al ver la comida como un tipo de falo que se rechaza a fin de mantener el
vacío que para ella nadie puede llenar.

La sintomatología somática es efecto de excitaciones restantes de un


trauma; se ve entonces un proceso conversivo, donde la excitación psíquica se
transforma en un síntoma físico debido al efecto traumático inconsciente
perdurable.

49 (Freud, 1893, p. 109)


50 (Freud, 1976, p. 1345)
La represión del evento traumático genera una respuesta corporal de
enfermedad, a partir de normativas sociales que lo castigan, excluyéndose la
capacidad de elaboración asociativa que origina la histeria. Cuando la magnitud
de excitación mnémica no encuentra una asociación psíquica llega al cuerpo en
enfermedad a causa de la represión de un elemento angustiante o impulso
sexual reprimido, generándose así una representación corporal patógena con
síntomas neuróticos.

Freud también consideraba la histeria adquirida por disposición hereditaria o


a partir de dificultades psíquicas individuales, donde el yo trata de librarse de la
perturbación neurótica que se da a partir de la incompatibilidad con el yo. A
partir de esto se da la histeria de defensa, con la conversión de la excitación en
una problemática somática, la representación que genera malestar es
expulsada de la conciencia habiendo reminiscencias somáticas conversivas; se
ve entonces que la histeria se constituye a partir de un acto de vacilación moral
y un elemento protector del yo, denominado por Freud tendencia defensiva
contra la representación penosa ligada a un recuerdo inconsciente,
generalmente infantil, relacionado con los genitales u otras partes corporales
con alta capacidad sensorial.

Cuando los elementos histéricos comienzan a surgir, el cuerpo acoge estas


ideas de defensa en contra de las representaciones intolerables para el sujeto.
Estos síntomas histéricos por conversión, generan en el cuerpo fenómenos
somáticos que son copias del elemento psíquico detrás de la defensa, es de
esto que el padecimiento histérico acoge su nombre de síndrome conversivo.
En el síntoma se esconde un saber que el paciente reprime pero que a su vez
demanda.

Las representaciones físicas surgen cuando el contenido de deseos


reprimidos por la ley; por ejemplo, de tipo erótico, entran en conflicto con el
paciente. Cuando se expulsa de la conciencia el suceso traumático generando
sensaciones somáticas; la falta de huellas mnémicas en la conciencia de la
histérica genera huellas físicas que provocan malestar, no es hasta que se
encuentra esta huella mnémica en el análisis que el malestar físico desaparece.

Se ve en pacientes histéricas, que las dificultades físicas surgen cuando lo


inconsciente no se ha unificado al resto consciente, donde el yo trata de
defenderse de la reminiscencia traumática y la conversión total se da cuando la
representación intolerable ha quedado reprimida. Se ve entonces que el
síntoma histérico surge cuando no se ha establecido un enlace asociativo.

Desde que el síntoma histérico aparece, el pensamiento no se ocupa de las


representaciones intolerables conscientes que el paciente vuelve inconscientes
pues generan malestar, se consideran traumáticas. A raíz de esto se da la
conversión, entre la disociación del consciente, el inconsciente y el síntoma
histérico.
Cuando el sujeto histérico no soporta el grado de tensión afectiva, se da el
impulso a la conversión, se ve entonces que la formación de los síntomas
histéricos tiene efecto sobre las reminiscencias o recuerdos.

Para 51Freud (1893), el cuerpo histérico puede presentar sentimientos y


sensaciones de angustia al presentarse temáticas sexuales, las cuales se
reprimen. Usualmente el síntoma histérico se origina por primera vez en el
suceso traumático reprimido a nivel inconsciente, pudiéndose repetir las
sensaciones experimentados en dicho suceso, como lenguaje inconsciente
respecto a este suceso reprimido. En ello se puede considerar a la
sintomatología histérica de tipo bulímico, donde las pacientes histéricas
vomitaban al momento de reprimir el recuerdo traumático, esta sintomatología
para 52Freud (1901) es considerada como un tipo de texto en código, donde lo
conocido es que el vómito representa repugnancia y necesidad de vacío ante el
suceso experimentado. El vómito en la mujer bulímica podría representar un
intento por expulsar y vaciarse de los recuerdos del evento traumático
experimentado aquello relacionado con el falo del Otro masculino, que tiene
funciones excrementales.

La determinación del síntoma histérico, símbolo mnémico de excitaciones


psíquicas, necesita una conexión corporal a fin de que la conversión encuentre
el camino por el cual desarrollarse. Un síntoma físico puede ser símbolo de la
trabazón del trauma psíquico experimentado en el pasado, una conversión
respecto a un tipo de excitación psíquica, pudiéndose conocer mediante los
significantes que el sujeto presente en su discurso; pudiéndose ver la
representación, simbolización y sensación física de un trauma psíquico
inconsciente no tramitado.

Un sujeto histérico genera síntomas por simbolización, se da un tipo de


expresión somática a fin de exponer una representación cargada de mucho
afecto. El proceso conversivo y psíquico de cada paciente es algo personal,
voluntario y subjetivo que da lugar al síntoma, así como a palabras reprimidas
que lo acuerpan.

En la histeria se ve el desplazamiento después de la sintomatología, la


represión recae en los genitales llevando a encontrar otras zonas erógenas que
pasan a un segundo término y se comportan como genitales, se ven las mismas
características en las zonas erógenas e histerógenas.

Según 53Freud (1905), para los sujetos histéricos, la vida sexual se


representa a partir de síntomas y procesos conversivos en fenómenos
51 (Freud, 1893, p. 1695)

52 (Freud, 1901, p. 1070)

53 (Freud, 1905, p. 3197)


somáticos, resistencias contra el instinto sexual a través del pudor, repugnancia
y moral; generando una aversión exagerada a pesar de su pulsión sexual
superior a la normal, donde la enfermedad surge cuando el elemento sexual se
da de manera imperativa. La lucha entre el instinto sexual perverso y la
represión moral, donde el sujeto reflexiona constantemente sobre el sexo a
pesar de la aversión a este, genera así una enfermedad.

1.3 Bulimia y anorexia como formas de histeria en el siglo XXI :


54Loto (2006), afirma que hoy en día la delgadez es sinónimo de belleza y
perfección, pero se considera una mala práctica de salud. Sin embargo,
sabemos que la histérica obtiene satisfacción al ser objeto de deseo del Otro,
por lo que recurre a la bulimia o anorexia para despertar el deseo de un Otro,
generalmente masculino, a fin de continuar siendo el falo.

Para 55González (2012), la histérica se ha puesto bajo el amo del mercado; la


depresión, ansiedad, bulimia y anorexia son formas nuevas de histeria, que dan
potencia al amo para luego indicar que no la posee y ella continuar siendo el
falo; pero el capitalismo es el amo realmente.

La histérica actualmente buscará seducir con su sintomatología, basándose


en enfermedades inventadas por el mercado farmacológico y aceptadas
socialmente, como la bulimia y anorexia a fin de mover el deseo, como lo es por
medio de las ventas y publicidad.

La cualidad castrante de la ley social se contrarresta con el goce de mover el


deseo y denunciar al amo viviendo así una tragedia. 56Lacan (1960)
consideraba esto como hacer sostén o falo del otro, drama del amo, etc., para
denunciar la impotencia del otro y el saber del Padre de la ciencia que no halla
cura para la histeria, la sostiene, pero luego lo hace sentir impotente, es el falo
a fin de revelarle su falta.

La histérica logra que el amo del capitalista caiga, se invita en el discurso


actual al goce, dándose fragmentación e inestabilidad; llena el vacío en cuanto
al fantasma y lo imaginario a pesar de generar el síntoma en el otro médico.
Sostiene la importancia mediante su bulimia y anorexia para ser objeto libidinal.

El cuerpo histérico necesita la escucha para saber su deseo y transmitirlo al


Otro, pero ahora es anulada a través del saber del amo capitalista. Freud
indicaba que el síntoma es un lenguaje no descifrado, la histérica llevará su

54 (Loto, 2006, p. 1)
55 (González, 2012, p. 527)
56 (Lacan, 1960, p. 3456)
deseo hacia el Otro en el síntoma, deseo que necesita ser acogido y
escuchado. La histérica según 57Lacan, (citado por González 2012), prescinde
como dadora de sentido fálico en el intercambio de encontrar algo con el mismo
uso.
58SegúnBrousse (2012) la histeria desea sobresalir poniendo en jaque al
médico, por eso se le debe permitir hablar. La histérica da lugar al deseo fálico;
es sostén de la angustia de castración del Otro masculino, a través de los
trastornos intratables y dependientes. La histérica al seguir la ley del lenguaje
inconsciente genera desconcierto a la ley médica para ser el falo y no
reconocerse como castrada. A través de las enfermedades de la época utiliza la
ciencia, para mover el deseo del Otro y evadir la ley de castración.

Esto está ligado al miedo a vivir o crecer, se considera parte de un síntoma


histérico que Freud (1901)59 presentó en el caso Dora, donde deseaba
continuar teniendo el falo del padre y ser una niña, por lo que se observa que la
ley de castración se evade, permitiéndole continuar siendo el falo. El padre de
Dora la calla y cree al Sr. K. presentando depresión, de igual manera a la
histérica de hoy se le tapa la boca mediante un significante ajeno al dolor propio
deprimiéndola, se calla el deseo exigiéndole gozar.

Para Fernández (2000)60, la bulimia es una forma de histeria pues la bulímica


tiene la necesidad de control haciéndola ser el falo, posición donde la falta no
se ve expuesta que la hace controlar las cantidades, tipo de alimento. A pesar
de desear ser el falo come sin límite, sin embargo, come a fin de provocar un
vacío que no es suplido por ningún falo a fin de continuar siendo el falo,
considerándose capaz de satisfacerse a sí misma a pesar de no lograrlo, pues
su insatisfacción la hace continuar moviendo el deseo del Otro.

Hoy día la bulímica va más allá de los regímenes de belleza anteriormente


descritos, pues la histérica no desea tener un cuerpo para el Otro, dejando a un
lado su deseo de encontrar en ella la belleza que necesita. Es muy probable
que este ideal de belleza permita justificar la anorexia para generar un goce
autodestructivo.

Para la bulímica el autodesprecio y la culpa generan desprecio y defensa


ante el deseo del Otro, utilizan la comida como falo que no satisface su falta,
vaciándose de esta. Al no someterse a la ley de castración no acepta este falo;

57 (González, 2012, p. 2)
58 (Brousse, 2002, p. 2)
59 (Freud, 1901, p. 745)

60 (Fernández, 2000, p. 5161)


sin embargo, es el falo que a través de su padecimiento mueve el deseo del
Otro. Utiliza la bulimia para provocar el vacío y pedir ayuda a Otro para limitar el
goce. Se considera a la bulímica como cobarde al no enfrentar el deseo del
Otro.

La comida para la bulímica será el falo que no satisface pues entre más
llena, más vacío se siente pues no suple la falta; lo que indicaba Lacan (1995)61
respecto al no suplir su necesidad con el alimento pues puede ser el falo que se
interpone ante la demanda de Otro.

Freud (1892)62, indicaba que la expresión de Charcot, hystérique d’occasion,


podía verse representada en mujeres que no podían dar a luz por debilidad
física. La madre vomitaba, se presentaba depresiva, incapaz de criar al hijo, de
acogerlo, a pesar de que la concepción se había dado. Se ve que para evitar
vómitos no consumía alimento, rechazaba todo tipo de falo que suplía la falta; la
bulímica rechaza todo tipo de falo que intente llenar cualquier falta, a fin de
mantener el vacío, como el hambre a través de la comida que impide tener
fuerzas para aceptar y dar a luz al falo en forma de hijo.

Se ve la incapacidad de la madre de dar al niño el alimento a pesar de la


constitución física aún con la sintomatología de los vómitos. La madre en este
caso no tenía apetito y tomó cierta repugnancia ante la comida, presentaba
síntomas de insomnio, en el momento que la madre encuentra una nodriza
desaparece el síntoma, los vómitos son un síntoma de defensa ante el falo a
pesar de haber sido parido y haber gozado en el coito.

La histérica al momento de presentar los vómitos y náuseas abandona


instantáneamente y se ve incapaz de continuar las actividades de lactancia, se
ve una defensa psíquica en la paciente hacia la figura del hijo. Después de la
hipnosis realizada por Freud regresa el deseo de alimentar al hijo,
entendiéndose que la bulimia, tanto antes como después de la concepción, es
muy probable que sea la queja y deseo de vacío ante el falo del Otro masculino
que se ha incorporado o que trata de hacerlo en el cuerpo femenino, a pesar de
haber gozado en el acto sexual.

Se ve la boca como zona erógena y primer elemento de sensación


placentera en la lactancia, asociada al hambre, así mismo se relaciona a la
conservación de la vida, de igual manera el coito; haciéndose independiente a
ello al no presentar una falta. La histérica no desea la vida: imposibilidad de
embarazo, rechazo de comida, intentos de suicidio, etc., a fin de mover el deseo
y no mostrar su falta para continuar siendo el falo.

61 (Lacan, 1895, p. 13)

62 (Freud, 1892, p. 210)


63ParaFreud (1893), la bulimia es un tipo de abulia y la falta de
representaciones de estos elementos, respecto a la comida, puede
desencadenar síntomas histéricos como parálisis. Se ve la bulimia como
parálisis psíquica de tipo sistematizado a causa de sucesos traumáticos
experimentados, intentando vaciarse de estos, pudiendo generar síntomas
físicos que desaparecen cuando a través de la catarsis, el paciente histérico
habla trauma por trauma o síntoma por síntoma al estos presentar distintas
ramificaciones concatenadas, teniendo una ganancia, como los dolores de Dora
en relación a no ser testigo de la felicidad de la hermana. 64(Freud, 1905)

En varios casos de histeria se ve la sintomatología bulímica, donde la


paciente histérica presenta vómitos al reprimir el suceso traumático e intentar
vaciarse de este. El síntoma de vómito puede ser entonces repugnancia del
suceso traumático y la necesidad de verbalizarlo; cabe resaltar que para cada
sujeto el síntoma representa algo distinto, es un tipo de jeroglífico capaz de ser
interpretado únicamente por el mismo paciente mediante el diálogo y este
emerge consciente. El síntoma conversivo podrá abandonar el cuerpo del
paciente al enigma quedar resuelto pues no necesita representar el trauma a
partir del cuerpo; no solo desaparece el síntoma físico, si no el ataque de
angustia que aparece en conjunto con el síntoma corporal, llamada por Freud
histeria de reacción ante el suceso traumático, que puede ir desde un susto,
hasta sucesos o series de sucesos eróticos desplazados y excluidos de la
conciencia, generando así un síntoma corporal histérico pudiéndose dar con un
período de incubación del material inconsciente.
65Freud
(1896), indica que los vómitos histéricos pueden representar el
efecto de un suceso desagradable reprimido, lenguaje del cuerpo a fin de
expulsar y vaciarse de la reminiscencia de dicho suceso traumático-sexual,
generalmente infantil, ahora inconsciente; pudiendo relacionarse con otros
sucesos traumáticos representados por un síntoma físico, así como elementos
sexuales puberales o infantiles de manera precoz, que en la terapéutica al
exponerse pueden curar la histeria.

Así mismo 66Freud (1905) contempla que la primera organización sexual


pregenital es la oral, donde la actividad sexual aún no está separada de la
absorción de alimentos. El fin sexual consiste en la asimilación del objeto, la
patología de esta fase indica que la succión y la actividad alimenticia de un
elemento externo o falo puede ser sustituido por el propio cuerpo, por lo que la

63 (Freud, 1893, p. 382)


64 (Freud, 1905, p. 1059)
65 (Freud, 1896, p. 1346)
66 (Freud, 1905, p. 1355)
histérica podría satisfacer la pulsión oral a partir de la consumación de ella
misma, como la bulimia o anorexia.

La etiología del displacer de los traumas y sucesos sexuales que la histérica


presenta, se conocen a través de los síntomas corporales generados a partir de
la fuerza traumática, sin importar el suceso. Freud indicaba que, si en los niños
no se satisfacen las pulsiones de la zona erógena oral, labios y boca, al reprimir
la succión, se puede padecer repugnancia a la comida o vómitos histéricos,
bulimia y anorexia, u otras formas de histeria, afectando la pulsión de ingesta.

Así mismo la zona anal conserva excitabilidad genital, por ejemplo, los
trastornos intestinales que provocan vómitos pueden quedar fijados y generar
enfermedades de carácter histérico como la anorexia que presenta una fijación
en cuanto a la excitabilidad erógena de la zona anal en cuanto al retardo de la
excreción, acumulándose heces que generan violentas contracciones. Se ven
las heces como regalo o niño parido por el ano, si en un sujeto esto no se
satisface pudiendo satisfacer a otros con esto o vengarse de otros.

Para 67Freud (1895), el cuerpo histérico representa todos estos recuerdos


traumáticos reprimidos mediante malestares corporales, en ocasiones
metafóricos, dándose a través de una estratificación concéntrica que lleva al
nódulo patógeno. Estratos resistentes a recuerdos del suceso desencadenante
de la patología histérica; cuánto más se acerca al nódulo patógeno, el sujeto
niega los elementos aún reproduciéndolos en el cuerpo.

Las ideas histéricas poseen una asociación enigmática y contraria a las


reglas, dándole al paciente la pauta para evadir lo reprimido, generándose un
agravamiento del síntoma. Este síntoma de vómitos, rechazo del alimento e
incapacidad de embarazarse, se agrava pues la resistencia del suceso
traumático crece volviéndose intolerable, con el fin de vaciarse de esto mismo.

En el síntoma está lo que el paciente reprime, a pesar de haber gozado de


este, y el vómito, por ejemplo, sustituye la acción psíquica reprimida, que una
vez se llega al nódulo inconsciente descubriendo sus motivos, el síntoma cesa.

Para 68Freud (1905), la enfermedad se origina en la pubertad por la exigencia


de la vida sexual normal, reprimida mediante la amnesia histérica infantil. Esta
genera huellas mnémicas, sustraídas de la conciencia generando enfermedad;
pues el goce ve la satisfacción a partir de medios normales.

67 (Freud, 1895, p. 224)

68 (Freud, 1905, p. 1312)


2. Deseo de un Hijo
2.1 Hijo como falo para enfrentar la falta y aceptación de la ley de
castración: Según 69Domenech (s.f.), el hijo no es el falo como tal y se ve
como prohibida la reintegración del producto de este. Puesto que la pérdida del
hijo es inevitable, se ve entonces que el hijo es un sujeto que ha de tener la
capacidad de desplegar su propio deseo.

Para que un hijo pueda nacer, la madre debe aceptar e interiorizar la ley de
castración, originando la falta para que el falo de un Otro masculino sea
aceptado y colme la falta en forma de hijo, la mujer al quedar embarazada
estará satisfecha.

La niña entra en el complejo de Edipo positivo a consecuencia de la envidia


del falo que no posee, generando los cambios que inhiben la masculinidad y
promueven la feminidad, como el deseo de un hijo.

Para 70Freud (1924) el complejo de Edipo es el fenómeno pivote del período


sexual infantil temprano, el hijo será la forma en que la niña enfrente la
castración al desear ser el objeto preferente del amor del padre. El complejo de
Edipo fracasa cuando el niño no obtiene la satisfacción deseada, en esto se ve
a la niña expulsada del vínculo de los padres, disolviendo el complejo de Edipo.

Se ve que el pene y los genitales poseen un papel directivo, hasta que se da


una organización genital definitiva, en ello se da luego el período de latencia; el
niño va a manejar sus genitales de manera manual siendo castigado por los
adultos, entonces se da la amenaza castradora.

Para la niña el pene será una premisa, hay interés narcisista por el falo y la
carga libidinosa de los objetos parentales, luego estas cargas de objeto se
abandonan y se sustituyen por identificaciones, dándose el introyecto del padre
o la ley de castración en el superyó. Las tendencias libidinosas quedan
desexualizadas y sublimadas; se detiene la amenaza de castración y se
paraliza el deseo en la niña, generando un deseo por el falo de otro masculino
al no tener el del padre.

La niña al comparar su clítoris con el pene de un niño se sentirá inferior y


castrada, considerando haber perdido este miembro; buscándolo en el padre. Al
no soportar la renuncia del pene deseará ser compensada, dándose la
comparación simbólica entre el pene y el niño, habiendo ahora deseo por un
hijo.

El complejo de Edipo culmina con el deseo de recibir del padre un niño como
regalo, pero al no ser satisfecho, se abandona dicho complejo. Sin embargo;

69 (Domenech, s.f., p. 20)


70 (Freud, 1924, p. 3033)
estos dos deseos, tener un pene y tener un hijo del padre, permanecen
inconscientes. Así mismo, generan el deseo de un hijo como significante del
pene perdido. Ayuda también al sujeto femenino a cumplir el rol sexual y el
desarrollo como mujer en cuanto a la relación con Otro masculino.

El clítoris, órgano análogo al pene masculino, no se desarrolla aún en la


infancia, por eso la niña indica no poseer un pene, en ello radica la primera fase
del desarrollo sexual generalmente masculino.

La niña al no contar con un pene, se siente castrada viendo el pene del


sujeto masculino como elemento de plenitud, amor y satisfacción o suplemento
para enfrentar la falta. Cuando la niña ve su falta de pene ve que existe un
castigo al que ella pudo haberse visto enfrentada, considerando no tener un
símbolo que la haga ser mujer, generando interrogantes sobre lo que es ser
mujer.

A raíz de ello la mujer puede desear y fantasear con un hijo que se


transforme en el objeto que la representa como una mujer, haciéndola ser
deseada o que le haga saber que ha sido deseada, se ve el embarazo como
muestra de poder y satisfacción al tener este falo del cual se vio castrada por la
ley de castración.

Así mismo 71Freud (1920) indicaba que la histérica realiza su fantasía


inconsciente de tener un falo, con la aparición de características masculinas
físicas, así como de personalidad y actitud, a pesar de no presentar síntoma
corporal histérico; así como atracción y deseo ante las mujeres, generalmente
mayores, rasgo homosexual, abandonando el deseo de embarazo.

Freud usa el falo como representación de amor, plenitud que colma aquello
que hace falta. Para la niña la castración representa envidia, buscando al padre
para poder obtener el falo que no tiene, generando la envidia del pene. 72Freud
(1933), indica que la niña establece la feminidad cuando el deseo del falo se
sustituye por el deseo de un hijo; este deseo del pene del padre se sustituye por
el deseo del hijo de Otro que va a colmar la falta que ella misma enfrenta.

La niña al ver la diferencia anatómica experimenta envidia fálica, perdurando


inconsciente con el deseo de un hijo y elegir al esposo. Al darse cuenta de su
castración genera entonces la evolución, que puede generar la inhibición sexual
neurótica, la transformación de carácter masculino y la feminidad normal,
pudiéndose comparar con el niño y renunciar a todo esto.

71 (Freud, 1920, p. 2819)


72 (Freud, 1933, p. 3164)
.73Según Freud (1976) Al renunciar al falo del padre, se busca un niño como
sustituto del pene del padre, abriendo camino a la feminidad y rivalizar con la
madre, dándose la sexualidad fálica; complejo de Edipo, como lugar de
salvación. La niña toma al padre como objeto y entra en el Edipo, pero la
histérica rivaliza con el padre y retorna el deseo de la madre dándose una
posición homosexual entre la madre y la niña, revivida en relaciones
homosexuales futuras con otras mujeres.

El goce en la niña se desvía hacia la posición paterna, dándose la ecuación


pene = niño. La niña torna al padre como objeto amoroso y a la madre en objeto
de celos, en la niña falta el motivo para el aniquilamiento de este complejo, la
castración precipita a la niña al complejo de Edipo, generando la vía hacia la
vida psíquica normal de mujer.

El superyó de la mujer no llega a ser impersonal, se somete a las


necesidades de la vida, contrario en la histérica que no se desvía a buscar el
falo en otro masculino, sino a tornarse ella en falo al no aceptar la castración, ni
buscar en el padre el falo y mucho menos en un otro masculino, más bien a
evitarlo a toda costa.

Para la niña la madre es un primer objeto, pero luego cambia de objeto por el
padre, en este proceso se genera el Súper-yo, por el padre, agente que
restringe la sexualidad infantil para preservar el pene. La niña al ver que no
tiene pene queda insatisfecha con su clítoris, renuncia a su actividad fálica y
sexualidad; así como ante sus inclinaciones masculinas, contrario de la histérica
que se aferra a la masculinidad amenazada teniendo la esperanza de poseer un
pene, pero que al no tenerlo queda insatisfecha y por esa misma insatisfacción
puede demandarle al otro.
74Freud(1925), indica que para la niña el complejo de Edipo implica un
problema mayor que para el niño. Tanto para el niño como para la niña la
madre fue el objeto original de satisfacción, sin embargo, la niña la abandona
en cuanto a este tipo de objeto, siendo esta intercambiada por el padre como
objeto. Existen mujeres que se aferran con mayor intensidad al vínculo con la
figura paterna y al deseo de tener un hijo con él.
75Freud(1931), indica que los niños llegan a ligarse al progenitor del sexo
opuesto, al contrario de los progenitores del mismo sexo con quienes hay
hostilidad. Para la niña, la madre fue el primer objeto, renunciando a la zona

73 (Freud, 1976, p. 167)


74 (Freud, 1925, p. 3206)
75 (Freud, 1931, p. 3392)
genital predominante, clítoris, así mismo se da un trueque del objeto materno
por el paterno.

Cuando la vinculación con el padre ha sido intensa procede de una fase


menos intensa con la madre, pudiéndose dar de manera multiforme, y así
mismo ser menospreciada. Sin embargo, muchas mujeres quedan retenidas en
la vinculación primitiva con la madre sin ser reorientadas al padre, la niña puede
ver al padre como rival en los primeros años. La vinculación materna puede
tener relación íntima en cuanto a la etiología histérica, ser devorada por la
madre por las restricciones en cuanto educación, cuidados corporales, etc.
76Freud
(1925), indica que la niña experimenta envidia fálica cuando se da un
descubrimiento por esta fase fálica, vinculada a la masturbación y las catexias
objetales en cuanto al complejo de Edipo que cada niña está destinada a hacer.
La niña ve el falo de una figura masculina y lo compara con su falta que cae
frente a esta envidia fálica.

Cuando la niña ve que le falta un miembro que el Otro masculino si tiene, lo


envidia pues lo considera superior. La niña espera obtener un pene y ser igual
que el hombre, rehusándose a la castración, la mujer acepta la herida
narcisista; desarrollándose un sentimiento de inferioridad, entendiendo que se
trata de una característica sexual universal. Es iniciándose la envidia fálica, a
partir de esta ofensa narcisista, donde la niña comprende que no puede
competir con el niño, por lo que renuncia a la idea de tener un pene literal en su
cuerpo, dando paso a la feminidad.

Las características femeninas a partir de la envidia fálica pueden ser varias:


pueden generarse celos de carácter masculino, como 77Freud (1976) llamó en
el caso Dora, los cuales se desempeñarán en la vida psíquica de la mujer. Esto
es lo que elimina la sexualidad masculina en la niña, que abrirá el espacio para
desarrollar su feminidad a modo de entablar una relación de pareja, con el fin
de buscar un falo que satisfaga la falta que dejó esta marca de castración,
generalmente representada por la madre.

El goce en la niña se dirige hacia el camino preestablecido donde el


significante de falo se intercambia por el significante de niño; renunciando al
deseo de un pene, dirigiéndose al deseo de un niño y al padre de manera
amorosa, tomando a la madre como objeto de celos. Cuando la vinculación con
el padre fracasa más tarde y se abandona, se busca un falo que colme la falta
generada por la castración materna respecto al falo paterno. El complejo de
Edipo en la niña es precedido y preparado a partir de las repercusiones del
complejo de castración, estimulando la feminidad.

76 (Freud, 1925, p. 745)


77 (Freud, 1976, p. 1045)
En la niña se ve la falta de motivo respecto a la defensa ante el complejo de
Edipo; la castración tiene este efecto abriendo paso a la psique femenina que
desea el falo de un Otro en forma de hijo.

Según 78Freud (1923), se ven en la histérica energías que apartan la libido


en cuanto a la disposición normal del complejo de Edipo conduciéndola a la
homosexualidad, donde los deseos amorosos por la disposición del complejo de
Edipo en la pubertad, se desplazan haciendo que la histérica se refugie en la
homosexualidad con persistencia, deseando mantener el complejo de
masculinidad amenazado en la castración materna.
79Freud(1905), indica que el niño supone que la niña ha sido castrada. Ve el
clítoris femenino como pene; sin embargo, para la niña, el complejo de
castración genera envidia por el pene del padre y a raíz de la ley de castración
en contra del incesto, comprende que no puede tener este pene. De esa
manera desea y acepta tener un hijo de Otro masculino para suplir esta
castración, alcanzando la forma femenina del complejo de Edipo.

En el niño y la niña se ve una elección de objeto, característico en la


pubertad, etapa donde se dirigen los instintos sexuales a una única persona;
terminándose de formalizar la organización y vida sexual: rechazo de instintos
parciales y renuncia de objetos infantiles dándose la corriente sensual.

La libido sexual se da en la maduración de la pubertad en la atracción entre


sexos respecto a la cópula y los actos que conducen a ella, darse un fin sexual
hacia un objeto específico. Sin embargo, en ocasiones existen desviaciones. En
el caso de las histéricas, el objeto sexual es una persona del mismo sexo,
viéndose como homosexuales o invertidas que no aceptan el falo del Otro
masculino; generalmente buscan a una mujer como objeto sexual o mueven el
deseo de un hombre al rechazarlo. Esto obedece a experiencias molestas o
penosas previas con sujetos masculinos.

La histérica tiende a la inversión y fijación de libido sobre ella misma. La


libido toma a la histérica como el falo y la reviste, se desplaza de los objetos
tornándose en libido narcisista infantil. Según 80Freud (1923), la libido se fija en
la madre; no hay un proceso de castración adecuado pues ella le huye,
haciendo que la histérica envidie el pene del padre que ella no tiene y que la
madre sí.

78 (Freud, 1923, p. 3215)

79 (Freud, 1905, p. 1345)


80 (Freud, 1923, p. 3415)
La inversión sexual puede darse cuando la impresión sexual actuó
intensamente en la infancia, generando una perdurable consecuencia de
inclinación homosexual a donde se dirige la libido; así mismo puede que otros
sujetos invertidos se vean expuestos a influencias exteriores, como el trato
exclusivo de individuos del mismo sexo, peligros, celibato, debilidad sexual, etc.
La inversión es una variante del instinto sexual determinado por una o varias
circunstancias externas.

En la histérica la inversión sexual se da a nivel del objeto sexual, tendencias


y cualidades anímicas; donde sufre dificultades a partir del estado de ánimo. Así
mismo como invertida activa presenta caracteres somáticos y psíquicos
masculinos, exigiendo un objeto sexual femenino al ver que se le niega tener el
falo del padre, esto puede verse en Dora cuando desea al padre, pero busca a
la Sra. K., a fin de saber cómo obtener el falo de los hombres o del padre
81
(Freud, 1976).
82Freud
(1920) indicaba que la histérica tiene tendencias homosexuales, a fin
de no mostrar su falta, sentirse castrada y continuar siendo el falo. Sin
embargo, busca mujeres mayores a quienes admira por ser el falo que mueve
el deseo en los hombres sin mostrar su falta a fin de continuar jugando el rol
infantil.
83Para
Freud (1932), la mujer al inspirar deseo de manera física, juega el
hecho de la envidia del pene que compensa la inferioridad sexual; generando la
elección de objeto de otra mujer, pudiéndose elegir conforme al tipo de padre.

2.2 Aceptación del falo del Otro en la gestación: Para 84Freud (1905), el fin
sexual es la asimilación y aceptación del falo; elegido en torno a la aceptación
por parte de la mujer del falo del Otro masculino.

El nuevo fin sexual, a través de la descarga de productos sexuales; es


entonces que el instinto sexual se relaciona ahora con la función reproductora
donde los genitales se utilizan para acoger materia o el falo del Otro, para la
formación de un nuevo ser.

La aceptación del falo del Otro depende de un grado de libido en el yo que lo


reviste, dirigiéndose hacia la actividad sexual. La histeria como neurosis de

81 (Freud, 1976, p. 1456)


82 (Freud, 1920, p. 1317)

83 (Freud, 1932, p. 3485)


84 (Freud, 1905, p. 679)
transferencia indica que la libido se lleva hacia el propio sujeto y no se
exterioriza hacia el falo del Otro.

El instinto sexual en la histérica es autoerótico, donde el hallazgo del falo en


forma de hijo lleva al pasado; a la succión del pecho materno, modelo de
relación erótica. Al aceptar el falo del Otro se reconoce la necesidad de Otro
para satisfacer necesidades eróticas, cuando se separa la actividad sexual de la
alimentación, se da la maduración que permite aceptar a otro; prepara la
elección del objeto y constituye la felicidad perdida a partir de la castración.

En el estado de latencia la niña aprende a amar a aquellos que satisfacen


sus necesidades, aceptando diferentes falos; en este caso el falo del Otro
masculino, que colma, a través del hijo, el deseo del falo del Padre castrado a
partir de la ley que prohíbe el incesto, en la histérica esto no sucede, por eso la
histérica siempre estará insatisfecha, no podrá asumir su goce impidiéndole
quedar embarazada.

La aceptación del falo del Otro en la gestación depende de la relación de


amor con los primeros objetos, como el pecho materno; relacionado con el amor
sexual y satisfacer la excitación molesta de las zonas erógenas. La madre trae
el sentimiento sexual depositándolo en el niño, sustituto del falo del padre.

Según 85Freud (1923), la histérica rechaza las ideas de embarazo y el parto


mediante un narcisismo juvenil a pesar de existir goce en el coito, aunque
únicamente placer visual y exhibicionista al continuar siendo el falo y no aceptar
el masculino, pues no hay una falta.

Para 86Freud (1931), la mujer elige al esposo con el modelo del padre,
generando un sustituto del falo paterno en el Otro masculino. La histérica puede
repetir la mala relación materno filial con el marido, como regresión infantil, al
no darse la transferencia de lo maternal-afectivo, donde no se heredó la
relación con el padre sino con la madre; rechazando el falo. Al ver que no posee
un pene, pudiendo ser mitigado con la masturbación clitoriana, se ve entonces
la castración como castigo por la masturbación.
87Freud(1932), indica que la impresión de la maternidad puede reanimar la
identificación histérica con la madre, generando atracción de la libido que se
repita el matrimonio infeliz de los padres, impidiéndole aceptar a Otro como falo
al ver la implantación de un embrión, proveniente de Otro masculino, como
confirmación de su falta de pene, esto al no poder asumir su goce.

85 (Freud, 1923, p. 2981)


86 (Freud, 1931, p. 3400)
87 (Freud, 1932, p. 3489)
El esperar transferir sobre el hijo la ambición reprimida y desear satisfacción
ante el complejo de masculinidad restante, se ve en la mujer el deseo de actuar
como madre del esposo. Se ve la vinculación amorosa, anterior al Edipo, donde
atenderá su función sexual y social, adquiriendo el atractivo para el hombre y
que muchas veces es lo que el hijo adquiere.

3. Incapacidad de concepción en la mujer bulímica: Según 88Freud


(1905), la libido en la histérica se retira del falo, quedando flotante y recayendo
de nuevo en el yo; convirtiéndose entonces en libido narcisista, así mismo no
asume su goce. La histérica no podrá contener el falo del Otro en su vientre
pues toda su libido se dirige a ella, invistiendo su cuerpo y no al falo en forma
de hijo, experimentando una incapacidad de concepción.

La libido narcisista es una red que reviste al mismo sujeto. Esta libido del yo
se da en la primera infancia encubriendo otras emanaciones de la libido cuando
se dan las transformaciones de la libido del objeto. No se puede separar la
libido del yo de las otras energías actuantes en el mismo, por lo tanto, no hay
libido que invista un objeto o un falo fuera del yo, por lo que espontáneamente
este falo o hijo es abortado.

Este síntoma histérico, generado por las tendencias anatómicas y los


instintos parciales en la categoría genital; suprimido al formarse pares
antitéticos que aportan nuevos fines sexuales da inicio a un síntoma doloroso
como la incapacidad de concepción, rigiendo la conducta social del enfermo;
como la defensa histérica ante la figura masculina. Sin embargo, existe el deseo
antagónico de ser el falo del otro, incluso los instintos parciales y las zonas
erógenas bajo la excitación de procesos sexuales normales pierden su fin
generando nuevas sensaciones y transformaciones, a causa de la incapacidad
de asumir el goce.

Según 89Freud (1905), la histérica no podrá concebir debido a su represión


de tendencias sexuales e incapacidad de asumir el goce, posiblemente por una
exposición prematura al ámbito sexual, haciéndola reprimir estas necesidades
aún quedando la curiosidad dando lugar a síntomas que generan insatisfacción.

La sintomatología de las neurosis, como las dificultades en los procesos


sexuales, se dan por la perturbación de funciones físicas no sexuales; como en
el caso de la histeria las enfermedades físicas que impiden el acto sexual a fin
de rechazar el falo del otro en forma de hijo.

88 (Freud, 1905, p. 1339)


89 (Freud, 1905, p. 1354)
3.1 Defensa histérica del falo del Otro masculino: Según 90Fernández (s.f.),
para la histérica el encuentro sexual será insatisfactorio, considerará que algo
falta. Para ella el falo del Otro masculino tiene limitantes que le impiden
encontrar su goce; a causa de esto el encuentro sexual está lleno de
insatisfacción, dándose una defensa ante el falo que no puede colmar la falta,
pues la histérica rechaza la castración, debido a su insatisfacción e incapacidad
para sumir el goce, se da una defensa ante el falo masculino impidiendo así el
embarazo.

La falta queda del lado del partenaire en cuanto ella encarna en su fantasma
aquello que al otro le falta, a fin de gozar respecto a la falta del otro
convirtiéndose en el falo inconquistable. La histérica rechaza rotundamente el
mostrar la falta para que el otro no la supla y defenderse ante la castración.

La histérica tiene un goce propiamente masculino, el falo supone la relación


con el hombre. La soledad del goce, más que gozar de la soledad, es lo que
está en la falta estructural, este goce propiamente femenino que rechaza estar
sola, sin embargo, no encuentra un goce en el falo que la trata de acompañar
pues la desplaza de su posición de falo. Esto hace que el hombre no entre y
venga a ser un acompañante excesivo al tratar de “ingresar”, para la histérica
es una presencia molesta del falo del Otro masculino que la desplaza de su
lugar del falo y de esa manera exponer su falta reconociéndose castrada.

La histérica, a pesar de encontrar un goce fálico en el acto sexual, siempre


comprueba que algo falta. Este goce que va más allá del falo y que desplaza el
goce del otro, muestra que el cuerpo histérico no registra un goce en el falo del
otro a modo de no exponer la falta, para la histérica el falo de este otro nunca
va a colmar, defendiéndose ante el otro.

Esto no solo es por continuar siendo el falo, no mostrar la falta, sino a modo
de protección al tener una concepción sádica del acto sexual, descrito por
91Freud (1905), cuando el niño fue espectador a muy temprana edad del coito

adulto y reconocer los elementos de este como sádicos.

Para 92Freud (1923) la histérica puede experimentar desprecio y horror hacia


el falo del Otro masculino por su disposición homosexual, al tenerse el
convencimiento definitivo de no poseer un pene. Esto genera la defensa ante el
falo de Otro en forma de hijo, siendo incapaz de embarazarse a fin de
defenderse del falo del Otro masculino a toda costa y seguir siendo el falo. Se
considera a la histérica como una niña que no superó la fase autoerótica infantil,

90 (Fernández, s. f., p. 12)


91 (Freud, 1905, p. 1374)
92 (Freud, 1923, p. 2979)
por esto no acepta ningún falo, como Dora al no aceptar propuestas de otros
hombres. 93(Freud, 1976).

El fin sexual de la histérica es ella misma, sin embargo, la sensualidad solo


se ve presente al mover el deseo de Otro, sin mostrar la falta para defenderse
del falo. No existe un fin sexual como tal, pues no hay aceptación de los
productos sexuales; el instinto sexual en la histérica se devuelve hacia sí misma
al no ponerse al servicio reproductivo, pues eso expondría la falta impidiéndole
ser el falo, habiendo entonces insatisfacción al no asumir el goce.

El ataque histérico viene como satisfacción autoerótica de lo reprimido en la


infancia. Cuando la libido se incrementa y hay un ataque inconsciente hacia la
propia persona a fin de controlar la libido; es muy probable que el sujeto
histérico busque esto a fin de consolarse pero que haya sido reprimido, por eso
el ataque repetirá las condiciones cuando se buscaba en su tiempo por la
histérica en cuanto a la satisfacción autoerótica.

El ataque histérico será el mecanismo reflejo del coito, generado a partir del
goce reprimido cuando se está dando la descarga motora; la histérica al tener
un síntoma, como el vómito, podrá estar satisfaciendo aquello reprimido en
cuanto a temáticas sexuales y de coito, la histérica satisface a partir de su
sintomatología física la pulsión erótica y sexual infantil, al considerarse
insatisfecha del falo y acto sexual con el otro.

La histérica al tener inclinaciones masculinas en la pubertad, las cuales


fueron reprimidas, genera la enfermedad y sintomatología histérica. Se conoce
que la neurosis histérica es la intensidad excesiva del impulso sexual reprimido
e incapacidad para asumir su goce.
94Freud(1905), afirmaba que las histéricas tienen como objeto sexual una
persona del mismo sexo, son personas invertidas absolutas que rechazan el
falo por ser un elemento repulsivo debido a la orina y semen expulsados.

Por impresiones sexuales intensas reprimidas en los primeros años hay una
inclinación homosexual o elementos externos que fijan la inversión y dirección
libidinal, por lo que para conocer el fin sexual de la histérica se necesitará el
análisis.

El instinto sexual histérico, reprimido por la normativa social, se exterioriza en


síntomas excesivos, rechazando pulsiones de carácter sexual dando origen a la
contradicción histérica, la exigencia sexual se presenta de manera imperativa y
se rechaza a pesar del instinto insatisfecho. Comprobando su necesidad de

93 (Freud, 1976, p. 1099)


94 (Freud, 1905, p. 1324)
seguir siendo el falo por su pulsión sexual superior e incapacidad de mostrar la
falta y propio deseo ante el Otro generando repulsión y represión ante lo sexual,
transformando ideas libidinosas perversas en síntomas.

La libido necesita de un falo que consuma el fin sexual, sin embargo; la


histérica posee desviaciones que no permiten la consumación, como las
pulsiones insatisfechas con el falo de Otro masculino, se satisfacen al ella ser el
falo en relación con un partenaire.
95Freud(1895) indica que la histérica experimenta angustia virginal o
neurosis sexual, rechazando el falo del Otro, creándose síntomas repetitivos,
donde la resistencia se ve debilitada. Se comprueba lo que 96Freud (1896),
decía en cuanto a las reminiscencias y sucesos que generan la sintomatología
sexual histérica, como a sus fuerzas y energías correspondientes, traumas, etc.,
rechazando el placer sexual, donde la maduración sexual representa un
elemento traumático que repite el síntoma. 97(Freud, 1976).

Para 98Freud (1905), la histérica experimenta un desplazamiento análogo,


posicionando la represión en los genitales que llevan la excitabilidad a otras
zonas erógenas comportándose ahora como genitales; es por ello por lo que en
la genitalidad de la histérica no existe goce que pueda aceptar el falo del Otro,
presentándose como algo insatisfactorio para ella, impidiendo así el embarazo.

El goce en la histérica queda con la represión puberal donde se refuerzan


obstáculos sexuales a partir de la represión, se da una sobrevaloración sexual
negando al hombre y rechazando la sexualidad; contrario a que el goce se
genere en el clítoris se da en otros órganos posicionando a la histérica como
falo. Se da una anestesia en la zona clitoridiana, que puede llevar a la represión
y generar síntomas somáticos; cambiando la zona directiva de la actividad
sexual futura, formando una neurosis histérica que impide la aceptación del falo
del Otro, haciéndola permanecer insatisfecha.

Cuando la histérica necesita en sobremanera la ternura y rechaza la


exigencia real sexual, se da una tentación irresistible en cuanto a la idea del
amor asexual escondiendo su goce en la ternura. Surge la posición infantil
histérica para mantener el amor de los padres al somatizar incapacidad de
concepción y rechazar cualquier tráfico sexual, como Dora al rechazar incluso
los besos, haciéndola quedar insatisfecha.

95 (Freud, 1895, p. 270)

96 (Freud, 1896, p. 362)


97 (Freud, 1976, p. 1079)
98 (Freud, 1905, p. 1361)
Esto también debido a una represión de la libido por parte de la madre o la
desaparición de los padres, donde el amor se posiciona en uno solo. Es la
condición de que el sexo de la persona elegida se considere objeto sexual, en
el caso de la histérica, la madre, dándose un relación hostil en cuanto al propio
sexo. Según 99Freud (1920), la histérica va a competir ante la madre por tener
el falo del hombre y a pesar de esto tener un alto cariño hacia ella.

Se pueden ver madres castrantes que limitan a la histérica, como puede


verse en el caso de Dora al ella enfermar a fin de separar a su padre de otra
mujer.

Al introyectar la ternura paterna se evita el desarrollo prematuro del instinto


sexual; sin embargo, en la histérica no sucede. En el sujeto histérico surge la
tendencia infantil fortificada por la energía somática, impulso sexual hacia los
padres, faltando vencimiento de fantasías incestuosas.

La histérica no vence la autoridad paterna, continúa la aceptación paterna del


amor infantil por los padres, por ello reprimirá en su matrimonio lo que
corresponde al esposo, experimentando anestesia sexual o una fijación infantil
de la libido, generando así insatisfacción.
100Freud
(1908) indicaba que la persistencia de excitabilidad clitoridiana hace
anestésica a la mujer respecto a la función sexual y el coito, lo cual mantiene su
insatisfacción. Hay represión excesiva y anulamiento de los efectos,
aceptándose la teoría sexual de que la mujer posee un pene como el hombre y
al ver que no lo tiene se ve desaventajada, evadiendo así la falta.

Para 101Freud (1917), la virginidad es prueba de satisfacer el derecho


exclusivo de propiedad monogámica. La histérica ve el coito como vía a la
servidumbre sexual, mencionada por Krafft-Ebing (1892), citado por 102Freud
(1917). Perdiéndose la voluntad propia y los intereses personales, garantía del
matrimonio, traducido para Ebing como enamoramiento exagerado y debilidad
de carácter, siendo intolerable e insatisfactorio para la histérica a fin de ser el
falo y defenderse ante su propia falta.

Para la histérica el experimentar un suceso con alta carga emocional


traumática, como el desfloramiento artificial forzado o la ablación de los labios
vaginales y que éstos introduzcan el coito, genera la defensa ante el falo en

99 (Freud, 1920, p. 2828)

100 (Freud, 1908, p. 1416)


101
(Freud, 1917, p. 2710)
102 (Freud, 1917, p. 2713)
este y una alta prohibición moral. Al coito venir de una formalidad ceremonial-
cultural que satisface una pulsión ajena en lugar de la propia tiene una
connotación traumática, que promueve la represión de la pulsión y defensa ante
el falo.

Debido a la connotación traumática del acto sexual y elementos violentos


como sangre, dolor, etc., la histérica se protege del falo en el coito y de todo
significante relacionado a este: menstruación, embarazo, parto, etc.

Hay culturas basadas en la represión sexual, la histérica con este temor ante
la ley social de castración evita el coito y el embarazo, niega la falta ante el falo.
El coito puede llevar al temor de otros elementos, como el debilitamiento, que
genera la represión pulsional narcisista de la mujer frente al complejo de
castración para continuar siendo el falo, pues el coito hace que la mujer se
enfrente a la realidad de su falta de falo por la castración, por ello la histérica se
defiende ante todo elemento sexual como el caso del hijo como falo, producto
del coito.

La histérica se defiende del peligro psíquico respecto al carácter sumiso del


coito que la pondría en una posición servil ante el otro masculino, exponiendo
así su falta, mediante recursos primitivos del tabú de la virginidad, a fin de ser el
falo. Busca la satisfacción, sin embargo, no la encuentra al indicar que el falo
del otro no la satisface, generando duda en el partenaire.

Hay frigidez en la histérica, activada por elementos traumáticos en las


reminiscencias inconscientes de la primera experiencia sexual: dolor en el
desfloramiento, sangre, etc., activando impulsos contrarios a fin de defenderse
de la ofensa narcisista que la destruyó.

La histérica permanece con deseos sexuales infantiles, una libido fijada a


etapas pasadas, donde su amor se dirige hacia la ternura del padre. Debido a
esto se evita el acto sexual considerado sádico; entre más poderoso sea el
elemento psíquico, más insatisfactorio será el acto sexual debido a su frigidez y
mayor resistencia ante la distribución de libido respecto al primer acto sexual,
permitiéndole demandarle al otro que eso que intenta darle no es lo que ella
busca realmente.

En tribus se puede ver que el desfloramiento traumático está a cargo de un


líder o jefe, quien instaura la ley de castración de manera traumática; de ello
viene esta defensa ante el falo del Otro masculino representante de la ley de
castración que generó el trauma.

En varias culturas se ve el coito como forma de satisfacer a un dios, líder,


etc., figuras paternas que instauran una ley. La histérica puede pertenecer a la
cultura de una figura paterna rígida, representada en el líder masculino
haciéndola defenderse del falo a toda costa; como el embarazo que es la
aceptación del falo del otro masculino representando la ley del líder; para
continuar siendo el falo y contrarrestar los efectos traumáticos.

Para la histérica la pérdida de la virginidad, luego de la frigidez, genera


insatisfacción sexual depositando su pulsión de muerte ante el hombre y su
falo; se ve el tabú de la virginidad, la mujer se siente castrada. Este
desfloramiento desencadena la hostilidad histérica y miedos patológico ante el
falo, inhibiendo la vida erótica; el tabú de la virginidad se ve en la defensa ante
el erotismo conyugal que impide la implantación del falo en forma de hijo.

3.2 Incapacidad del cuerpo histérico para albergar un hijo como defensa
ante la falta y ley de castración: Según 103Freud (1909), la histérica manifiesta
en su cuerpo la fantasía inconsciente de ser el falo, rechazando el falo del Otro
en forma de hijo al no quedar embarazada. Esta fantasía, representada en el
síntoma de esterilidad, debe ser interpretada en el análisis para lidiar con la
negación y resistencia ante su posición en cuanto al comercio sexual.

El cuerpo histérico no registra un goce, pues al gozar de algo se expone la


falta; por eso se rechaza la figura del falo representada en el hijo que el Otro
masculino trata de dar. La histérica no puede asumir su goce, debido a esto no
puede quedar embarazada, rechazando lo que el hombre está dando, pues
indica que eso no es lo que ella desea.

Según 104Freud (1892), el cuerpo histérico genera una coartada que se


objetiviza, esto a raíz de una inervación de tipo somático. El cuerpo histérico
rechaza la posición materna que asume el hecho de haber aceptado el falo de
otro, no hay una aceptación de su propio goce.
105Freud
(1905) indica que Los padres neurópatas con ternura desmedida
depositan su neurosis en la niña, generando así la histeria; donde a partir de
una posición de angustia la libido se transforma quedando insatisfecha,
habiendo angustia que rechaza a Otro, como lo es en la gestación, a modo de
protección.

La histérica sufre a través de su síntoma para dar fin a un conflicto interno y


transformar el no tener el falo en algo distinto, su homosexualidad. Se ve la
repugnancia ante el acto sexual, extrema castidad; sin embargo, esto genera
malestar en la histérica al punto de desear ser librada de ello. 106Freud (1972)

103 (Freud, 1909, p. 1511)


104 (Freud, 1892, p. 74)

105 (Freud, 1905, p. 1341)

106 (Freud, 1972, p. 1503)


indicaba que el síntoma histérico dará pauta de esta significación bisexual del
síntoma y trauma reprimido.

La histérica al encontrar insatisfacción ante el acto sexual, la hace sostener


este deseo del embarazo; sin embargo, no la satisface pues al tener una
insatisfacción podrá pedirle al Otro algo más o nuevo que no tiene, indicando
nuevamente que el mundo está lleno de falta y que no puede satisfacerla.

Para 107Freud (1896), los sujetos histéricos presentan insatisfacción psíquica


constante ante las exigencias sexuales al no mostrar su falta ante el otro y
defensa ante esto; sintomatología para presentarse como el falo que se sabe
mover, para defenderse de lo que el otro dice, así como de su propia falta, sin
embargo, constantemente muestran una falta que nadie puede suplir para
continuar siendo el falo y mover el deseo de los hombres; generando su
incapacidad para entregarse a otro en el acto sexual que impide la implantación
de un falo en forma de hijo.
108Fernández
(2000), indica que la histérica niega su necesidad de tener un
cuerpo para el viviente o para un falo-hijo que el otro masculino trata de
implantar, a través de la privación del alimento y goce corporal, niega este
deseo y transmisión de vida a través del falo del Otro, la histérica rechaza
cualquier acto sexual que la posicione en un lugar de maternidad, pues no
puede asumir la falta y goce quedando así insatisfecha.
109SegúnFreud (1892), la histérica no es consciente de miedos y que sin
importarlo lleva a cabo su propósito: defenderse del falo, por varias vías: no
amamantar a un niño, falta de apetito y repugnancia ante el alimento
relacionados directamente con la incapacidad de albergar el falo de otro.

La libido en este caso se desplaza del falo en forma de hijo recayendo en el


cuerpo invistiéndolo, sin investir el falo del Otro masculino, defendiéndose ante
este que expone su castración. El escenario opuesto representaría compartir la
libido a un nuevo cuerpo dejando sin libido al cuerpo histérico desplazándolo de
su posición como falo impidiéndole mover el deseo de otro. Permitiendo que
otro falo, como un hijo, mueva el deseo dejando ella de ser objeto de deseo de
Otro, reconociéndose ella como castrada.

Para la histérica los genitales del sexo contrario son objeto de repugnancia y
la fuerza del instinto sexual se complace en dedicarse al vencimiento de esta y
la investidura del propio cuerpo y no de un otro como un hijo.

107 (Freud, 1896, p. 373)


108 (Fernández, 2000, p. 5161)
109 (Freud, 1892, p. 83)
110Según Freud (1923), la histérica no tiene objeto sexual más que ella
misma, traducido a una posición infantil, donde el único fin de la sensualidad
será mover el deseo del otro para luego defenderse ante este falo. No hay meta
sexual-reproductiva en la histérica, su meta es ella misma, por ello no expone
su falta, a fin de defenderse de esta, así como de lo que el otro dice. Para la
histérica habrá insatisfacción en el embarazo al no asumir este falo al evadir su
falta.

Para 111Freud (1905), los genitales internos avanzan a fin de acoger el


producto sexual para la formación de un ser, sin embargo, la histérica
permanece en un estado infantil, incapaz de acoger el falo en forma de
producto sexual. Se considera que los genitales histéricos no están preparados
anímica ni somáticamente para aceptar este falo, quedando siempre
insatisfecha.
112Freud
(1908) indica que la mujer provista de un miembro viril genera
repugnancia. La histérica puede no tener un miembro viril y no generar
repugnancia, sin embargo, el considerarse falo hace que el hombre se aleje al
no encontrar falta para su falo. La histérica puede mover el deseo, pero al no
mostrar su falta hace que el hombre se aleje, manteniendo su queja de
insatisfacción.

Así mismo la histérica ve el coito como un acto sádico por las reminiscencias
del comercio sexual entre las figuras paternas. A fin de protegerse contra el falo
del Otro, no muestra la falta ante este rechazando el coito, muestras de afecto,
etc., generando un síntoma histérico en la incapacidad de embarazo, al no
poder asumir su goce, a raíz de esto puede generar el síntoma histérico de
vómito al no poder tolerar, sintiendo asco y repulsión ante el goce
experimentado en el coito.
113Freud
(1920) indicaba que el hijo de la mujer puede ser la imagen viva del
falo negado del padre; sin embargo, la histérica posee el falo del padre al
haberse defendido ante la ley de castración, por ello la imposibilidad de
embarazo. La histérica rivaliza continuamente con la madre quien posee el falo
del padre y al ver que no puede obtenerlo rechaza su femineidad y dirige su

110 (Freud, 1923, p. 2978)


111 (Freud, 1905, p. 2876)

112 (Freud, 1908, p. 585)

113 (Freud, 1920, p. 2826)


libido hacia otro destino a fin de rechazar el falo como protesta ante la
castración de la madre.

La histérica a través del engaño materno rechaza el deseo de un hijo, el


amor al hombre y su feminidad. Se ve que la histérica toma como objeto erótico
a la madre en lugar del padre como defensa ante la ley de castración,
encontrando una figura materna para tener un objeto amoroso; de ello viene la
posición lésbica de la histérica a fin de continuar siendo el falo y mover el deseo
del otro masculino; la incapacidad de embarazo de la histérica bulímica u
homosexual es la venganza ante el padre y su forma de mover el deseo del
partenaire masculino, se puede ver entonces la incapacidad de embarazo como
una defensa actual ante la ley de castración.
114
Freud (1932), afirma que la feminidad es generalmente pasiva. El
espermatozoide es activo y el óvulo pasivo-expectante. La biología nos dice que
el macho persigue a la hembra y penetra en ella, pero en la histérica al ser el
falo esto no ocurre, por esto la histérica no puede albergar a otro, a pesar de
que la madre es activa en cuanto al hijo.

Freud no consideró a la mujer como pasiva, sin embargo, la sociedad lo


hace, por esto la histérica rechaza la implantación del óvulo pues la desplaza de
su rol activo o posición de falo; a pesar de que como niña mantiene el rol dócil y
dependiente al mover el deseo del Otro masculino.

La mujer debe ceder ante la sensibilidad de su clítoris para albergar el falo,


algo impensable para la histérica; pues para sobrellevar el complejo de Edipo
en su posición infantil debe cambiar de zona erógena y objeto, perder el falo del
padre y la madre, la mujer será entonces alguien que asume su falta y entiende
que no tiene falo, contrario en la histérica.

3.3 Incapacidad de concepción en el cuerpo histérico bulímico: Debido al


desplazamiento del goce del falo del Otro masculino en forma de hijo, este no
es investido, causando así incapacidad de embarazo que puede tener
explicaciones médicas como lo es la falta de nutrientes que impiden al cuerpo
soportar el embrión. Para 115Freud (1896) la histérica no muestra la falta para el
falo, no tiene libido que lo invista y contenga, imposibilita la concepción
permitiéndole a la histérica continuar siendo el falo y mover el deseo del otro. El
albergar a un hijo y parirlo, representa el desplazamiento de la libido que no es
depositada en ella sino en otro.

114 (Freud, 1932, p. 3494)


115 (Freud, 1896, p. 382)
Según 116Freud (1917), la pérdida traumática de la virginidad en la histérica
genera defensa y miedo intensos rechazando la falta, evitando el coito a toda
costa, impidiendo el embarazo y aceptación del hijo-falo para continuar siendo
el falo. La histérica no queda embarazada al no asumir la castración; al quedar
embarazada expondría su falta, experimentando satisfacción haciéndola perder
el deseo y demanda ante el otro.

La histérica desea jugar el rol masculino en la relación, sin embargo, se verá


con desinterés ante toda actividad sexual haciendo elecciones masculinas de
objetos que la llevarán a tener fijaciones eróticas ante mujeres mayores que ve
como falos a fin de ella aprender a ser el falo. Se ve en esto la razón de la
defensa ante el embarazo; pues al aceptar el falo de otro masculino, se
perdería su posición de insatisfacción que le permite mover el deseo del otro.

Hay una elección de objeto masculina, sin embargo; rechaza todo acto
sexual, al tener un aspecto antiestético de toda satisfacción sexual, al no asumir
su goce. La histérica al no tener un hijo, presenta una posición homosexual a fin
de defenderse del falo de Otro masculino fuera del de su padre.

La incapacidad de embarazo podría verse como autocastigo al aceptar un


falo contrario al paterno que va ante el intenso deseo de muerte contra el padre
por oponerse a su amor; incluso ante la madre por haber recibido el falo del
padre como hijo que ella anhela.

Para 117Figuerola, Pelegrí y Romeu (2008), la histérica se defiende ante la


ley de castración para continuar siendo falo, juega con el deseo del otro al
rechazar el hijo-falo, experimenta insatisfacción al no asumir su falta. Hay
incapacidad de asumir el falo que considera la domina, mantiene su posición
fálica y mueve el deseo del médico al ir contra su conocimiento indicándole no
saber lo que ella desea. La incapacidad de embarazo será defensa ante lo que
el médico dice y su propia falta; constantemente queda insatisfecha impidiendo
que el otro conozca su falta.

Se rebela contra la pasividad del embarazo y aceptar el falo, fijándose en la


fase fálica, deseando un hijo del padre, experimenta ambivalencia entre la
hostilidad y cariño a la madre.

El vómito indica asco ante el falo del cual gozó en el coito, evitando la
implantación embrionaria; donde hubo goce hay asco.

116
(Freud, 1917, p. 2702)
117 (Figuerola, Pelegrí y Romeu 2008, p. 4)
Conclusiones

La histérica desea continuar siendo el falo para mover el deseo de Otro y


gozar de su falta; evitando la propia defendiéndose así ante la ley de castración.
Ve en el mundo un lugar lleno de falta incapaz de colmarla, posicionándose
como falo.

En cuanto a la relación amorosa, la histérica se defiende del otro masculino


como falo y de su posición activa, se ve a la histérica como falo que mueve el
deseo del hombre pero que, al tomar un rol activo, el encuentro sexual no
puede darse, indicando que en este siempre hay falta que el falo no suple. La
histérica no sabe qué desea, mueve el deseo del otro con angustia al no
dejarse colmar y seguir siendo el falo. Para que haya coito debe de haber falta,
sin falta únicamente se mueve el deseo, característico de la posición histérica.

La sexualidad es fuente de traumas, por lo que la histérica presenta una


amnesia infantil que la hace reprimir su deseo sexual. Así mismo la histérica
envidia el pene, no se reconoce castrada, posicionándose como falo; por ello se
considera homosexual, encontrando espanto en el coito donde prevalece el falo
masculino; impidiendo la implantación del falo en forma de hijo valiéndose de su
síntoma.

La histérica es considerada niña al desear el falo del padre y al no tenerlo


verá a la madre como rival y objeto de deseo manteniendo su tendencia
homosexual-infantil al buscar una mujer como partenaire a fin de no mostrar su
falta en la imposibilidad de quedar embarazada y mantenerse en su fase pre-
edípica como falo de la madre.

Se ve la incapacidad de abandono del Edipo buscando ser el falo del padre.


Cuando la castración es rechazada se da la posición histérica que la hace
rechazar la herida narcisista y al hombre por tener algo que ella no tiene.

La histérica, mujer homosexual sin una falta para el falo, mueve el deseo del
Otro masculino con su excitabilidad exagerada que disminuye su función sexual
generando inversión y anestesia para el coito evitando la implantación del falo
en forma de hijo.

El cuerpo histérico posee un síndrome conversivo capaz de mover el deseo


en otro, más no muestra la falta a fin de rechazar el saber médico. Para la
histérica el goce se encuentra en todo el cuerpo, las enfermedades tienen su
origen en la represión sexual, el cuerpo representa los deseos reprimidos que
no asumen la falta a fin de no aceptar el falo en forma de hijo y continuar siendo
el falo y defenderse de la ley de castración.
La histérica se defiende del saber médico que personifica la ley de
castración, constantemente juega con su saber y deseo para ella continuar
siendo el falo.

La histeria como neurosis sexual, deja jugar al síntoma una dinámica


repulsiva, de vacío, como lo son los vómitos en la bulimia. La represión de estos
elementos le impide asumir el goce en todo acto sexual, como la bulímica que
no es atractiva para un hombre impidiendo la relación sexual o la contención del
falo de otro en forma de hijo, la falta de coito genera un goce en el cuerpo al ser
objeto generador de deseo y que al no obtener satisfacción más puede
demandarle al Otro. El vómito será entonces una respuesta de asco ante el
goce experimentado en el coito que ahora genera repulsión.

Este deseo de otro masculino se mueve rechazando el falo del Otro, como el
del saber médico a fin de defenderse de la ley de castración permitiendo que
Otro tome su lugar de falo teniendo control de su deseo.

Según la época, el síntoma histérico cambia; en la época de Freud se ven


disneas, tos, pérdida de habla, flujo vaginal, etc. En el siglo XXI se ve la
fibromialgia, bulimia, etc., generadas por represiones de temática sexual;
viéndose la necesidad de escucha del cuerpo histérico para liberar su malestar.

La bulimia y falta de ingesta alimenticia serán síntomas que satisfacen


pulsiones parciales infantiles, de ello la provocación del vómito; la ingesta
puede haber generado alta cantidad de goce que ahora se experimenta como
molesta que se recupera el placer pulsional oral a través del vómito, siendo la
comida el falo rechazado para continuar siendo niña y tener ese vacío a través
del vómito, al igual que en el coito.

Se ve defensa ante la castración en la histérica que mueve el deseo del Otro


masculino; los síntomas bulímicos son una congestión respecto a un ataque
traumático donde se vio castrada a fin de generar un vacío.

La histérica posee reminiscencias de trauma que deben descargarse y que el


síntoma corporal ceda, sin embargo, el cuerpo es un lienzo marcado con los
significantes reprimidos presentados en el síntoma; lo funcional simbólico se ve
en la histérica-bulímica donde la incapacidad de embarazo simboliza la defensa
ante la castración y el embrión; significante del falo.

Se ven reminiscencias del trauma reprimido en el vómito a fin de rechazar el


suceso sexual del cual se gozó, relacionado con el falo, generando aversión por
la represión moral; sin embargo, el síntoma mueve el deseo del Otro médico
rechazando su falo de conocimiento que expondría la falta histérica, para la
histérica el médico no sabe lo que dice.

La bulímica busca mover el deseo haciendo que el amo capitalista-médico


caiga; necesitando la escucha de Otro para que el síntoma ceda. Se ve el
deseo de sostener la angustia de castración del Otro masculino, para seguir
siendo el falo.

La bulímica no asume su falta, controla todo; como la cantidad de alimento,


pero come para provocar un vacío que solo ella puede saciar, pues siempre
busca quedar insatisfecha, en la expulsión del falo-comida mueve el deseo del
Otro. El vómito es la defensa ante el falo y de situaciones traumáticas que la
conciencia no tolera, como las exigencias de la vida sexual, a pesar de
encontrar un goce en ellas. Donde hay asco hubo goce.

Para que el hijo nazca la mujer debe interiorizar la ley de castración,


generando la falta para que el falo del Otro masculino ingrese y que esta sea
colmada por el falo del Otro en forma de hijo.

La niña envidia el falo que no posee, dando lugar a la feminidad y al deseo


del falo-hijo de un Otro y así enfrentar la castración del padre. Para compensar
esta falta se da una comparación simbólica entre el pene y el niño; obtener del
padre un niño, pero como esto no sucede, buscará el falo de otro en el
embarazo.

Como la mujer no posee un significante que la haga ser mujer, como el pene
en el hombre; desea tener un símbolo fálico, como un hijo, que representa su
feminidad y que es deseada. Se ve el embarazo como muestra de poder, que la
histérica no representa pues sería reconocerse castrada, dejando de ser el falo.

La histérica desea continuar siendo el falo del padre, por eso no hay lugar
para el falo del otro en forma de hijo, siendo incapaz de concebir, para ella
siempre falta algo en el otro, incluso en el acto sexual; siendo incapaz de gozar
al no mostrar la falta.

La bulímica al defenderse de la castración, evita el falo del otro al sentir asco


por gozar del coito, vomitando e imposibilitando la concepción; siendo explicado
por la falta de nutrientes que impide albergar un bebé; sin embargo, cuando la
histérica no reconoce la falta rechazará el falo del otro, intenta vaciarse del otro
mediante el vómito.

Así mismo, rechaza la libido en cuanto al complejo de Edipo, conduciendo a


la homosexualidad; manteniendo el complejo de masculinidad amenazado por
la ley de castración, defendiéndose de esta para continuar siendo falo y mover
el deseo del otro.

La histérica fija la libido narcisista sobre su cuerpo para ser el falo, rechaza el
falo masculino en forma de hijo, siendo incapaz de concebir. La histérica no se
embaraza pues para ella siempre falta algo, incluso en el coito; no goza del falo
del Otro por ser la niña del padre, encontrando su fin sexual en ella misma al no
ponerse al servicio de la reproducción.
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