Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Grey Español
Grey Español
Grey
(Fifty Shades #4)
E.L. James
2
Página
El siguiente material, es una traducción realizada por fans para
fans.
3
Página
Índice
Lunes, 9 de Mayo de 2011 Domingo, 29 de Mayo de 2011
4
Página
Este libro está dedicado a aquellos lectores que pidieron…
5
Página
Lunes, 9 de Mayo de 2011
T
engo tres autos. Van rápido por todo el piso. Muy rápido.
Uno es rojo. Otro es verde. Otro es amarillo. Me gusta el
verde. Es el mejor. A mami también le gustan. Me gusta
cuando mami juega conmigo y los autos. El rojo es el mejor para ella.
Hoy, está sentada en el sofá mirando a la pared. El auto verde vuela por
la alfombra. El rojo le sigue. Luego el Amarillo. ¡Crash! Pero mami no ve.
Lo hago de nuevo. ¡Crash! Pero Mami no ve. Señalo el auto verde a sus
pies. Pero el auto verde se va por debajo del sofá. No puedo alcanzarlo.
Mi mano es demasiado grande para el agujero. Mami no ve. Quiero mi
auto verde. Pero Mami se queda en el sofá mirando a la pared. Mami.
Mi auto. Ella no me escucha. Mami. Empujo su mano y ella se recuesta y
cierra los ojos. No ahora, Maggot. No ahora, dice. Mi auto verde
permanece bajo el sofá. Siempre está bajo el sofá. Puedo verlo. Pero no
puedo alcanzarlo. Mi auto verde está borroso. Cubierto de pelaje gris y
suciedad. Lo quiero de regreso. Pero no puedo alcanzarlo. Nunca
puedo alcanzarlo. Mi auto verde está perdido. Perdido. Y no puedo
jugar con él de nuevo nunca más.
~ * ~
Odio lo inesperado.
—Hágala pasar.
Maldición.
Ahí está ese sonrojo de nuevo. A cargo una vez más, la estudio.
Es bastante atractiva… ligera, pálida, con una melena de cabello
oscuro apenas contenido por un moño.
Una morena.
Quiero reírme.
10
La señorita Steele parpadea una vez más, como si esto fuera una
noticia para ella, y parece desaprobarla. ¿No ha hecho ningún estudio
previo para esta entrevista? Debería saberlo. El pensamiento me hiela la
sangre. Es… desagradable, no algo que espero de alguien que está
aprovechándose de mi tiempo.
—Es usted muy joven para haber amasado este imperio. ¿A qué
se debe su éxito?
tiempo.
—Lo soy.
Suena como una niña rica que ha tenido todo lo que siempre ha
deseado, pero cuando miro de cerca su ropa, está vestida con prendas
de alguna tienda barata como Old Navy o H&M, así que sé que no es
eso. Ella no ha crecido en un entorno pudiente.
¿Qué tiene esto que ver con el precio del petróleo? Qué
pregunta tan ridícula. Si me hubiera quedado con la perra drogadicta,
15
¡Cállala, Grey!
Mi tono es frío.
¡¿Qué demonios?!
¡No puedo creer que ella haya dicho eso en voz alta!
Irónicamente, es una pregunta que incluso mi propia familia no haría.
¡Cómo se atreve! Tengo una repentina urgencia de arrastrarla fuera del
asiento, ponerla sobre mi rodilla, palmearla y luego follarla sobre mi
escritorio con sus manos atadas tras su espalda. Eso respondería su
ridícula pregunta. Tomo un profundo aliento para tranquilizarme. Para mi
vengativo goce, ella parece mortificada por su propia pregunta.
—Le pido disculpas. Está…. Bueno... Está aquí escrito. —Ella hace
de nuevo aquella cosa con su cabello tras su oreja. Obviamente es un
hábito nervioso.
lista.
Oh, no, nena. Es mi turno ahora. Quiero saber si hay secretos que
revelar bajo ese adorable rostro.
Estoy intimidándola.
No va a pasar, Grey.
—Chaqueta.
Mi teléfono suena.
—Páselo.
—Sí, señor.
GPA1: 4.0
—Me llevaré esta. —La cinta más ancha es mucho más efectiva
como mordaza. Mientras me la pasa, las puntas de nuestros dedos se
tocan, brevemente. Resuena en mi ingle. ¡Maldición!
Ella palidece.
Un temblor corre por sus dedos, pero mide cinco metros como
una profesional. Sacando una navaja multiuso de su bolsillo derecho,
corta la cuerda con un rápido movimiento, la enrolla cuidadosamente y
la ata con un nudo. Impresionante.
¡Sí!
—Libros —responde.
Eso no es bueno.
No me puedo resistir.
—Siempre podría quitármela.
La saco de su miseria.
Finalmente.
Quieto, Grey.
El pensamiento me deprime.
Bien.
¿Eso es todo?
Esto es bueno.
Es decepcionante.
Presiono el 1 en el marcado rápido y Taylor contesta antes de
que el teléfono tenga la oportunidad de sonar.
~*~
Grey, cálmate.
trabajar en paz.
~*~
¿Es ella?
Respondo.
C
on Moby explotando en mis oídos, bajo a toda
velocidad por la calle Southwest Salmon hacia el río
Willamette. Son las seis y media de la mañana y estoy
tratando de aclarar mi mente. Anoche soñé con ella. Ojos azules, voz
entrecortada… sus frases terminando con "señor" mientras se arrodilla
delante de mí. Desde que la conocí, mis sueños han sido un bienvenido
cambio de la ocasional pesadilla. Me pregunto qué interpretaría Flynn
de eso. El pensamiento es desconcertante, así que lo ignoro y me
concentro en empujar mi cuerpo a sus límites a lo largo de la orilla del
Willamette. Mientras mis pies resuenan en el camino, el sol traspasa a
través de las nubes y eso me da esperanza.
~*~
Dos horas más tarde, mientras corro de vuelta al hotel, paso por
una cafetería. Tal vez debería llevarla a tomar un café.
Bueno. No. No una cita. Me río ante la ridícula idea. Solo una
charla… un tipo de entrevista. Entonces puedo averiguar un poco más
acerca de esta enigmática mujer y si está interesada o si estoy en una
inútil persecución. Estoy solo en el ascensor mientras me estiro.
Terminando mis estiramientos en mi suite del hotel, estoy centrado y
tranquilo por primera vez desde que llegué a Portland. El desayuno ha
sido entregado y estoy hambriento. No es un sentimiento que tolere,
nunca. Sentándome a desayunar en mi ropa de deporte, decido comer
34
antes de ducharme.
Página
~*~
¿Están follando?
¡Demonios!
Buena chica.
Katherine me pide que me ponga de pie mientras Rodríguez
sigue tomando fotografías. Entonces, hemos terminado y esta es mi
oportunidad.
—En seguida le aviso, Taylor —le digo y, cuando está casi fuera
del alcance del oído, le pido a Ana que me acompañe por un café, mi
aliento contenido por su respuesta.
—Ciertamente, señor.
—Sí. Gracias.
Maldición.
Página
—Está bien —dice con decisión—. Vamos por el café. —Pero sus
mejillas enrojecidas socavan algo de su esfuerzo por lucir confiada.
—Después de usted, señorita Steele. —Oculto mi deleite mientras
ella da un paso delante de mí. Mientras la alcanzo, despierta mi
curiosidad sobre su relación con Katherine, específicamente su
compatibilidad. Le pregunto por cuánto tiempo se han conocido.
—Desde nuestro primer año. Es una buena amiga. —Su voz está
llena de calidez. Ana es claramente devota. Hizo todo el camino a
Seattle para hacerme una entrevista cuando Katherine estuvo enferma
y me encuentro esperando que la señorita Kavanagh la trate con la
misma lealtad y respeto.
—Sí.
—Sí.
—Sí.
—Gracias.
En la mesa, Anastasia está mirando fijamente sus dedos,
reflexionando en quien sabe qué demonios.
¿Sobre mí?
—¿Es su novio?
—¿Quién?
¡De mí!
41
—No, gracias. —Su voz es vacilante y mira una vez más sus
manos. ¿Por qué está tan nerviosa? ¿Tal vez por mi culpa?
como para decirme que los intimido. Ella es honesta, y así se lo digo…
pero cuando aparta la mirada, no sé lo que está pensando. Es
frustrante. ¿Le gusto? ¿O está tolerando este encuentro para mantener
en camino la entrevista de Kavanagh? ¿Cuál es?
—No.
—Bien.
¿Qué?
lo es.
—¿Y su padre?
Su risa es amarga.
Interesante.
—Me han dicho que París es preciosa —dice con una expresión
soñadora.
Libros.
Lo dijo ayer en Clayton’s. Eso significa que estoy compitiendo
con Darcy, Rochester y Angel Clare: imposibles héroes románticos. Aquí
está la prueba que necesitaba. Es una romántica empedernida, como
su madre… y esto no va a funcionar. Para colmo de males, ella mira su
reloj. Ha terminado.
Pero,¿debería hacerlo?
en la carretera.
Y quiero hacerlo. Solo una vez. Sus labios están separados, listos,
esperando. Su boca sintiéndose acogedora debajo de mi pulgar.
pero extrañamente, no siento ningún alivio. Deslizo mis manos sobre sus
hombros para asegurarme que puede estar de pie. Su expresión se
Página
—¿Por qué?
—Por salvarme.
49
Página
Jueves 19 de Mayo de 2011
¡N
o! Mi grito rebota en las paredes de la habitación y me
despierta de mi pesadilla. Estoy cubierto de sudor, con
hedor a cerveza rancia, cigarros y pobreza en mis fosas
nasales y un persistente temor a la violencia en estado de ebriedad.
Sentado, pongo mi cabeza en mis manos mientras intento calmar mi
intenso ritmo cardíaco y respiración errática. Ha sido lo mismo durante
las últimas cuatro noches. Mirando el reloj, veo que son las tres de la
mañana.
Tú la rechazaste.
Ella te quería.
Y la rechazaste.
~ * ~
sobre la mesa de billar frente a mí. Ambos son libros sombríos, con
temáticas trágicas. Hardy tenía un alma oscura y retorcida.
Página
~*~
directamente a mi oficina.
Página
—Mejor, señor.
—Me alegro de oír eso.
—Buenos días, Sr. Grey. Ros quiere verlo para discutir el proyecto
Darfur. Barney quisiera unos minutos…
—Sí, señor.
—¿Welch?
—Sr. Grey.
~ * ~
Mi teléfono vibra.
—Póngalo en línea.
—¿Sr. Grey?
~ * ~
—Sí, señor.
—¿Sr. Grey?
H
e dormido bien por primera vez en cinco días. Tal vez
estoy sintiendo el cierre por el que había esperado, ahora
que le he enviado esos libros a Anastasia. Mientras me
rasuro, el cabrón en el espejo me regresa la mirada con fríos ojos grises.
Mentiroso.
Joder.
—¿Elliot?
—¿Tus genitales?
~ * ~
Serán más de las tres cuando lleguemos a Portland, así que llamo
a Andrea por el manos libres.
—A las tres.
—Sí.
—¿Traerás el R8?
—¿Vamos?
—Sí.
—Bien pensado.
—Impresionante.
—Eso espero.
~ *~
~ * ~
Es ella.
Página
—En un bar.
¡Otra vez!
—¿Dónde exactamente?
—Buenas noches, Christian. —La línea muere.
—¡Ana!
—¿Tú?
—¿Tú? ¿Con una chica? Esto lo tengo que ver. —Elliot agarra
sus sneakers y comienza a ponérselos.
—¿Señor Grey?
—Gracias.
Elliot está frotando sus manos con regodeo, con una estúpida
mueca en su cara cuando regreso a la sala de estar.
~ * ~
—Estaba en el vecindario.
Al otro lado de las puertas dobles, hay una fila para el tocador
de damas, y más allá de eso una puerta que da hacia el exterior. Es la
parte trasera del bar. Irónicamente, se dirige hacia el estacionamiento
donde Elliot y yo acabamos de estar.
la débil luz. Está en sus brazos, pero parece estar retorciéndose lejos de
él. Él le murmura algo, lo cual no escucho, y la besa, a lo largo de su
Página
mandíbula.
—Creo que la señorita ha dicho que no. —Mi voz está cargada,
fría y siniestra, en relativa calma, mientras lucho para contener mi ira.
¡Oh, mierda!
—Uf, ¡Dios mío, Ana! —José salta fuera del camino con disgusto.
Pendejo idiota.
—¿Cómo?
—¿En Seattle?
—¿Cómo me encontraste?
—Este… sí, las dos cosas. Christian, por favor, tengo que decírselo
a Kate. Se preocupará.
Me congelo.
69
Mierda.
Página
¿Qué?
—Bebe.
Su toque. Mi reacción.
manera; va a tener que bailar conmigo. Una vez que Elliot se pone en
Página
~ * ~
Página
—Sí, cariño. —La acomodo sobre la cama. Cierra sus ojos otra
vez y gira hacia su costado, pero esta vez se hace bolita, viéndose
pequeña y vulnerable. Jalo las cobijas sobre ella y planto un beso en su
cabello. Ahora que su ropa sucia se ha ido, un rastro de su esencia ha
reaparecido. Manzanas, otoño, frescura, delicioso… Ana. Sus labios
están separados, pestañas abanicando sobre sus pálidas mejillas, y su
piel se ve impecable. Un toque más es todo lo que me permito mientras
acaricio su mejilla con el dorso de mi dedo índice.
recolectado y lavado.
Página
Para: J B Taylor
Buenos días,
Calcetines: talla 7
Gracias.
Christian Grey
En seeeeeeeerio lo necesitas. ;)
74
Página
Sábado, 21 de Mayo de
2011
C
asi dos horas más tarde, llego a la cama. Es solopoco
más de la una cuarenta y cinco de la madrugada. Ella
está profundamente dormida y no se ha movido de
donde la dejé. Me desnudo, me pongo mis pantalones del pijama y una
camiseta, y subo a su lado. Ella está en coma; es poco probable que
vaya a retorcerse y tocarme. Dudo por un momento mientras la
oscuridad aumenta dentro de mí, pero no sale a la superficie y sé que
es porque estoy viendo la hipnótica subida y bajada de su pecho y
estoy respirando en sintonía con ella. Inhalo. Exhalo. Inhalo. Exhalo.
Inhalo. Exhalo. Por segundos, minutos, horas, no lo sé, la observo. Y
mientras ella duerme, contemplo cada hermoso centímetro de su
hermoso rostro. Sus oscuras pestañas revoloteando mientras duerme, sus
labios entreabiertos por lo que incluso vislumbro sus blancos dientes.
Murmura algo ininteligible y su lengua sale y lame sus labios. Es
excitante, muy excitante. Finalmente caigo en un sueño profundo y sin
sueños.
~* ~
Ana.
75
Esto no va a funcionar.
De mala gana, me bajo de la cama y me cambio a mi ropa de
correr. Tengo que quemar este... exceso de energía. Mientras me
cambio a mi ropa deportiva no puedo recordar la última vez que he
dormido tan bien.
~* ~
Buena chica.
Tranquilízala, Grey.
—Sí.
77
—¿Volví a vomitar?
Página
¡Lo sabía!
Frunce el ceño.
Vamos a ver cómo nos va, para bien o para mal, durante el
desayuno.
—Ah —dice.
Sí. "Ah." Ahora, ¿qué tienes que decir a eso, señorita Steele?
la compra.
Página
Lejos de mí.
—El desayuno está aquí —le digo y toco la puerta del baño.
—Gracias, señoras.
Vivita y coleando ;)
—No sabía qué te gustaba, así que pedí un poco de todo del
menú de desayuno —murmuro a modo de disculpa.
—Sí, lo es. —Mi culpa florece. Pero a medida que se decanta por
las tortitas, sirope de arce, huevos revueltos y tocino, me perdono a mí
mismo. Es bueno verla comer.
—¿Té? —pregunto.
Me da esperanza.
Se va a enfermar.
¿Qué?
Dulzura.
¿Qué?
—Ilumíname, entonces.
Joder.
Ah, Ana.
—Sí.
85
—¿Dónde?
Página
—Bueno… no.
—A las ocho.
—Como Eva, quieres probar cuanto antes del árbol del fruto
prohibido —me burlo de ella.
—Sr. Grey.
—¿Volaremos?
—Sí.
—¿Por qué?
Parece aturdida.
—Oh.
—No.
Bueno, tengo otra cita con la señorita Steele. No, no es una cita.
Necesita saber acerca de mí. Dejo escapar un largo suspiro y bebo lo
que queda de mi zumo de naranja. Esto se perfila a ser un día muy
interesante. Estoy contento cuando escucho el zumbido del secador de
cabello y sorprendido de que esté haciendo lo que se le ha dicho.
89
Mierda.
Se muerde el labio.
Estoy duro.
90
Instantáneamente. .
Página
La deseo.
Aquí.
En el ascensor.
Ella sonríe.
Pero no ha huido.
¿Lo siento?
—Christian, es precioso.
92
—Grey —respondo.
—Sr. Grey, soy Welch. Tengo la información que pidió. —Oh, sí,
detalles sobre el fotógrafo.
¿Qué demonios?
—Grey —espeto.
ofrecer.
Es Elliot.
—¿Quién va contigo?
—Anastasia Steele.
—¡Hola, Ana!
Elliot se ríe.
—Claro.
—Porque es tu nombre.
—Prefiero Ana.
—¿De verdad?
~ * ~
~ * ~
¿Aceptará mi propuesta?
~ * ~
sabe sobre volar no vale la pena saberlo; voló Sikorskys en Corea para
una evacuación de emergencia y, amigo, sí que tiene buenas historias
Página
—Inquietante, ¿verdad?
—¿Qué cosa?
—Volar.
—Exige control y concentración. —Dos cualidades que disfruto
mucho—. ¿Cómo no iba a encantarme? Aunque lo que más me gusta
es planear.
—¿Planear?
corriendo.
aliento.
Aquí vamos.
Es una adulta.
paseo hacia el pent-house. Ella usa una camisa verde pálido bajo su
chaqueta negra. Le queda bien. Tomo una nota mental de incluir azules
Página
De acuerdo.
Porque la deseo...
Como yo...
creo que nunca te había visto tan pálida, Anastasia. ¿Tienes hambre?
Ella niega con la cabeza y toma otro sorbo. Tal vez también está
necesitada de un poco de coraje líquido.
—Grande.
—Es grande. —No hay discusión con eso; es de más de diez mil
pies cuadrados.
—Sí.
—¿Bien?
—Sí.
—Por supuesto que sí. ¿Hay algo que no puedas hacer bien?
Cocinar.
Contar chistes.
Tener una conversación libre y fácil con una mujer que me atrae.
Ser tocado...
—Es por eso que estoy aquí —dice ella, sus dientes dejando
pequeñas hendiduras en el labio inferior húmedo con vino.
—No.
¿Qué?
¿Yo?
¿Hacer el amor?
Me río a carcajadas.
Oh, nena.
Mi lugar seguro.
Ahora ya lo sabes.
¡Por fin!
—Y, ¿en qué momento entra todo esto en juego? —Ondea con
la mano a sus alrededores.
—A mí. —Me encojo de hombros. Eso es, nena. Solo a mí. Todo
de mí. Y tú también encontrarás placer...
Mierda.
La he asustado.
Bueno. Tal vez debería haber dejado esto para más tarde.
—¿Dormiré aquí?
—Sí.
—No contigo.
—¿Dónde duermes?
Otra cita.
No tengo citas.
—Sí.
—¿Que papeleo?
Mierda.
—No.
—¿Por qué?
—¿Por qué?
Página
—Las tengo por escrito. Las veremos una vez que hayamos
comido.
—Comerás.
—Sí.
Oh, si supieras.
contigo?
Página
—Algunas sí.
—Sí.
—¿Grave?
—Sí.
—No.
116
—Así que, los límites. Estos son los míos. —Le entrego la lista.
—No lo sé.
Página
Vamos, Ana.
¿Cómo?
¿Por qué?
¡Mierda!
118
que no entiendo. Tienes veintiún años, casi veintidós años. Eres hermosa.
—¿Por qué ningún tipo la ha llevado a la cama?
Página
¿Nadie qué? ¿Ha visto cuán atractiva eres? Nadie estuvo altura
de sus expectativas, ¿y yo sí?
¿Yo?
Su respiración se engancha.
—¿Qué?
—Oh.
¡Grey! ¡Contrólate!
Ofrezco mi mano otra vez, y esta vez ella la toma. La jalo a mis
brazos, sosteniéndola cerca de mi cuerpo. Jadea con sorpresa y la
siento contra mí. La oscuridad está tranquila, quizás sometida por mi
libido. La deseo. Es tan fascinante, esta chica me confunde, a cada
paso del camino. Ya he revelado mi oscuro secreto, y aun así sigue
aquí; no ha huido.
¿Polvo Vainilla?
Sacude su cabeza.
—Eso pensé.
Es impresionante.
Señor, es tentadora.
—Hueles bien.
Infiernos.
Sacude su cabeza.
Si me dejas.
Oh, sí, nena… siente esto. Sus pezones crecen más y ella
empieza a mecer sus caderas una y otra vez. Quédate quieta, nena. Te
enseñaré a quedarte quieta.
—Levanta tus rodillas —la instruyo. Así será más fácil. ¿Alguna vez
he estado tan excitado? A penas puedo contenerme a mí mismo. No lo
entiendo… debe ser por ella.
¿Por qué?
Grey ¡Enfócate!
J. O. D. E. R.
Me detengo.
—¿Más?
—Sí.
Ella me mira.
—Me gustaría hacerlo otra vez —dice con una tímida risita.
¿Qué?
131
¿Otra vez?
¿Ya?
Página
¡Finalmente!
O me detendré…
Joder.
¡Ow! Joder.
Es maravillosa.
Te quiero quieta.
—Te sientes tan bien —le digo y repito el movimiento otra vez,
circulando mis caderas mientras avanzo. Lentamente. Dentro. Fuera.
134
—Dime.
Me desea.
Buena chica.
M
e despierto con un sobresalto y un penetrante sentido
de culpa, como si hubiese cometido un terrible
pecado.
Podría despertarla.
Follarla de nuevo.
Mierda.
—Puedes.
—¿Lo estoy?
—Estoy bien.
138
mirada, avergonzada.
Parece mortificada.
Es solo tu cuerpo, cariño. Agarro su barbilla e inclino su cabeza
hacia atrás para poder ver su expresión. Estoy a punto de darle un
sermón corto acerca de cómo no debe estar avergonzada de su
cuerpo, cuando se estira para tocar mi pecho.
Joder.
No. No me toques.
Maldición.
Y cocinando. Y cantando.
Entonces recuerdo.
Ana.
Buena chica.
Ayer.
140
—¿Tienes hambre?
Demonios. La he molestado.
Su sonrisa es fascinante.
Nunca.
141
—¿Quieres un té?
—Sí, por favor. Si tienes.
Y no hables de ti así.
—A las nueve.
Examina su comida.
fascinación… ¿Cierto?
Demonios.
—¿Por qué? —¿A dónde está yendo con esto? ¿Qué le ha dicho
a Kavanagh?
¿Está avergonzada?
—Son solo cuestiones técnicas. No diré nada del Cuarto Rojo del
Dolor —dice en un apuro.
Pero no Ana.
Ella no baja su mirada, y sus ojos brillan con anticipación y
curiosidad. Pero tiene los brazos envueltos alrededor de sí; es tímida.
Es excitante.
—Señorita Steele.
De acuerdo…
Cierra sus ojos con fuerza mientras se recuesta, pero cuando los
abre, se ve más relajada.
Suficiente.
Ahora que está toda llena de espuma, estoy listo para proceder.
Bien.
Oh, sí.
Oh, Dios.
Joder.
—Vaya… Ana.
Sus ojos encuentran los míos y frunce el ceño. Entonces, con una
mirada de determinación, se desliza hacia abajo hasta que golpeo la
parte trasera de su garganta.
Joder.
Joder.
querer saber.
Página
La quiero.
A toda ella.
Su cuerpo y su alma.
En mi habitación, la suelto.
Ella asiente.
—Buena chica.
Ella traga.
—Contéstame.
No del todo que ver con lo que quería, aún, pero estamos
llegando ahí.
Buena chica.
Ella gime.
Está mojada.
Mojada y esperando.
¡Sí!
La quiero satisfecha.
La quiero feliz.
¿Qué demonios?
—¡Mierda! Es mi madre.
Mi madre va a emocionarse.
—Oh, no, claro que no —le advierto—. Puedes usar algo mío.
Su cara cae.
—Anastasia, podrías estar usando un saco y aun así te verías
encantadora. Por favor, no te preocupes. Me gustaría que conocieras a
mi madre. Vístete. Iré a calmarla. Te espero en el salón en cinco minutos,
de otra forma, vendré y te arrastraré hasta ahí yo mismo lleves lo que
lleves puesto. Mis camisetas están en este cajón. Mis camisas en el
armario. Busca tú misma.
—¿Ella?
—Aquí está.
Grace continúa:
—Suelen llamarme Dra. Trevelyan y la señora Grey es mi suegra.
—Ella le guiña un ojo a Ana y se sienta. Me muevo hacia Ana y golpeo
el asiento a mi lado, y ella viene y se sienta.
—Sí.
¿Quién es?
Ana cuelga.
—…y Elliot me llamó para decirme que estabas por aquí… Hace
dos semanas que no te veo, cariño.
—Sí.
—¿Qué quería?
—Sí, señor.
Página
—Señorita Steele.
A la mierda esto.
—No, cancélalo…
—Sabía que dirías eso, Christian. Tengo un plan en las obras. Será
costoso. Mientras tanto, los contenedores pueden ir a Rotterdam fuera
de Philly y podemos tomarlo desde ahí. Eso es todo.
—¿Que investigue?
Frunce el ceño.
¿Qué demonios?
¿Estáenamorada de él?
Mierda.
Le regreso el mensaje.
—¿Señor Grey?
—Sí, señor.
pensé.
Página
—Por supuesto.
—¿Cómo se deletrea?¿―Steal‖?
—S.T.E.E.L.E.
—Perfecto.
—Sí, señor.
—¿Lista? —pregunto.
Ella asiente.
—El R8.
—Buen viaje, Sr. Grey. Señorita Steele —dice Taylor, mientras abre
las puertas del vestíbulo para nosotros. Ana se agita a mi lado mientras
esperamos el elevador, su diente en su regordete labio inferior.
—¿Ah, sí?
—Si no hay más remedio, habla con ella. Pero asegúrate de que
no comente nada con Elliot.
166
—¿Tienes hambre?
~ * ~
—Oh.
—¿Sí?
—Oh. —La cuchara de Ana hace una pausa a mitad del tazón
hacia su boca.
—Sus gustos eran muy especiales. Fui su sumiso durante seis años.
—No.
—¿Por qué?
—¿De verdad quieres saber?
—Sí.
—Sí.
Bien.
—Sí.
—Lo es. —Cierro los ojos. Quiero hacer esto con ella, ahora más
que nunca. ¿Qué puedo decir para convencerla de darle una
oportunidad a nuestro acuerdo?
Eso espero…
172
—Ya veo.
—Vamos.
St. Helens. Ana y Kate viven en un lugar pintoresco con una vista
increíble.
Página
Beso su mano otra vez y salgo del auto para abrirle la puerta.
Tengo que salir de aquí antes de hacer algo de lo que me arrepienta.
~ * ~
Termino mi trabajo y tomo un sorbo de fino Sancerre, entregado
por el servicio de habitaciones por la mujer con ojos muy oscuros.
Arrastrarme por mis correos electrónicos y responder cuando se requería
ha sido una distracción bienvenida de pensamientos sobre Anastasia. Y
ahora estoy gratamente cansado. ¿Son las cinco horas de trabajo? ¿O
toda la actividad sexual de anoche y esta mañana? Recuerdos de la
deliciosa señorita Steele invaden mi mente: en Charlie Tango, en mi
cama, en mi bañera, bailando alrededor de mi cocina. Y pensar que
todo comenzó aquí el viernes…y ahora ella está considerando mi
propuesta.
¿Estará de acuerdo?
Eso espero…
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Me estremezco.
176
Página
Lunes, 23 de Mayo de 2011
E
s después de las una de la mañana cuando me voy a
acostar. Mirando fijamente el techo, estoy cansado,
relajado, pero también emocionado, anticipando lo que la
semana traerá. Espero tener un nuevo proyecto: la Señorita Anastasia
Steele.
~*~
~*~
saber que no estaré en casa hasta el jueves por la noche como más
temprano. Luego trabajo a través de mi bandeja de entrada y
encuentro entre otras cosas una propuesta de una empresa mixta con
Página
Lo mejor.
Christian Grey
Es de Ana.
Ana
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Ana
—Sí, Amo.
Ex
ELENA LINCOLN
ESCLAVA
~*~
Él asiente.
~*~
Christian Grey
Gracias.
Ana
Asunto: ¡A trabajar!
Página
Señorita Steele:
Asunto: Pesado
Ana
Me río a carcajadas. Sí. Ese sobresaliente fue algo más. Cierro los
ojos, y veo y siento su boca alrededor de mi polla una vez más.
Joder.
Asunto: Impaciente
Señorita Steele:
Christian Grey
Señor Grey:
Ana
Página
Señorita Steele:
¿Entendido?
Christian Grey
Asunto: ¡Autoritario!
Sí… Amo.
Asunto: Controlando
Haz tu tarea.
Christian Grey
~*~
Ana
¡Mierda!
Joder.
¿Eso es todo?
¿Sin discutir?
Nada…
Qué. Carajos.
¿Agradable?
Agradable.
AGRADABLE.
¡Una broma!
Asunto: ¿AGRADABLE?
Pero mientras miro la pantalla, mis dedos sobrevolando las
teclas, no puedo pensar en qué decir.
Su primera follada.
Esa corbata.
~*~
—Gracias.
—¿Puedo sentarme?
Asiente, aun mirándome con incredulidad mientras me siento en
su cama.
Joder.
Página
—En ti.
Mierda.
¡Dulzura!
Jódete, Kavanagh.
—Sí —susurra.
—¿Más? —pregunto.
Tomo otro trago de vino, esta vez con dos cubos de hilo. Cuando
la beso, pongo un pequeño trozo de hielo entre sus labios, entonces
dejo un rastro de besos helados hacia abajo por su piel dulcemente
perfumada desde su garganta hasta su ombligo. Allí, pongo otro trozo
de hielo y un poco de vino.
—Ah.
Esto no es un “no”.
—Eres una glotona. —Mi voz aún es baja y ella encuentra el ritmo
que sigo mientras empiezo a hacer círculos sobre su clítoris con mi
pulgar, burlándome y atormentándola.
—Por favor —jadea otra vez, la palabra tan baja que apenas la
oigo.
¿Broma?
Gracias. A. Dios.
201
Está cerca.
—¿Tú crees?
interrumpiste.
Página
—Coitus interruptus.
La pregunta me sorprende.
—Sí.
—¿Consternada?
Oh.
—¿Vas a quedarte?—chasquea.
Joder.
—¿Estás echándome?
—Sí.
¿Qué demonios?
205
Nunca.
Follamos.
Señorita Steele,
Christian Grey
continúo leyendo.
Martes, 24 de Mayo de
2011
E
l pensamiento del establecer la planta electrónica de
Detroit es deprimente. Detesto Detroit; no contiene nada
más que malos recuerdos para mí. Recuerdos por los que
hago un maldito esfuerzo de olvidar. Salen, principalmente en la noche,
para recordarme lo que soy y de dónde vengo.
Asunto: Problemas
ENTRE
TÉRMINOS FUNDAMENTALES
FUNCIONES
INICIO Y VIGENCIA
DISPONIBILIDAD
UBICACIÓN
PRESTACIÓN DE SERVICIO
anteriores 2-5.
AMO
SUMISA
ACTIVIDADES
PALABRAS DE SEGURIDAD
CONCLUSIÓN
21. Los abajo firmantes hemos leído y entendido por completo los
términos de este contrato. Aceptamos libremente los términos del
contrato y lo reconocemos mediante nuestras firmas debajo.
Fecha:
Fecha:
APÉNDICE 1
NORMAS
Obediencia:
Sueño:
Comida:
Página
Ropa:
Durante la vigencia del contrato, la Sumisa solo llevará ropa que
el Amo haya aprobado. El Amo ofrecerá a la Sumisa un presupuesto
para ropa, que la Sumisa debe utilizar. El Amo acompañará a la Sumisa
a comprar ropa cuando sea necesario. Si el Amo así lo exige, mientras el
contrato esté vigente, la Sumisa se pondrá los adornos que le exija el
Amo, en su presencia o en cualquier otro momento que el Amo
considere oportuno.
Ejercicio:
Seguridad personal:
Cualidades personales:
APÉNDICE 2
Límites infranqueables
APÉNDICE 3
Límites tolerables
• Masturbación
• Cunnilingus
• Felación
• Ingestión de semen
• Penetración vaginal
• Fisting vaginal
• Penetración anal
• Fisting anal
• Vibradores
• Consoladores
Página
• Tapones anales
• Manos al frente
• Tobillos
• Codos
• Manos a la espalda
• Rodillas
• Barras rígidas
• Suspensión
1—2—3—4—5
dolor/castigo/disciplina?:
• Azotes
Página
• Latigazos
• Mordiscos
• Pinzas genitales
• Cera caliente
• Hielo
Normas:
Ana
Asunto: Objeciones
Señorita Steele:
Christian Grey
Señor
Ana
igual medida. Es más descarada por correo y tiene un gran sentido del
humor, pero la mujer necesita dormir.
Página
Christian Grey
Finalmente, me inspiro.
Página
Christian Grey
~ * ~
Cuando regreso de mi salida a correr a la mañana siguiente,
verifico mi correo electrónico antes de tomar una ducha. Nada de la
señorita Steele, pero son solo las siete treinta de la mañana. Tal vez sea
un poco temprano.
~*~
—¿Marco lo sabe?
Sí. Es privado.
~*~
del almuerzo.
Página
—¿Mamá?
—¿Lo harías?
—Me tengo que ir. Adiós, mamá. —Cuelgo antes de que pueda
hacer cualquier otra pregunta incómoda. Taylor abre la puerta del
auto.
—Genial.
~*~
Me las he arreglado para mantener a Anastasia Steele fuera de
todo pensamiento hoy. Casi. Durante el almuerzo, hubo momentos en
que me encontraba imaginándonos en mi cuarto de juegos… ¿Cómo lo
llama ella? El Cuarto Rojo del Dolor. Niego con la cabeza, sonriendo, y
reviso mi correo electrónico. Esa mujer tiene una habilidad con las
palabras, pero hasta ahora no hay palabras de ella hoy.
Señor:
Compromiso. Sustantivo
Ana
Qué sorpresa, un provocador correo de la señorita Steele, pero
nuestra reunión todavía sigue en pie. Bueno, eso es un alivio.
Christian Grey
—¿La mudanza?
Señor
Ana
contenida en el mismo.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holding, Inc.
Señor Grey
Preferiría conducir.
Por favor.
Ana
Bien.
Christian Grey
Gracias.
Ana x
Me envió un beso…
233
Página
Miércoles, 25 de Mayo de
2011
P
ido un vaso de Sancerre y me siento en la barra. He estado
esperando este momento durante todo el día y miro
repetidamente el reloj. Esto se siente como una primera
cita y, de alguna manera, lo es. Nunca he llevado a cenar a una
candidata. Me he sentado a través de reuniones interminables hoy,
compré un negocio, y despedí a tres personas. Nada de lo que he
hecho hoy, incluyendo correr —dos veces—, y un circuito rápido en el
gimnasio, ha disipado la ansiedad con la que he luchado todo el día.
Ese poder está en manos de Anastasia Steele. Quiero su sumisión.
Vaya.
—Sí.
—Bueno… sí.
Vaya.
explicar.
Frunce el ceño.
—No.
Página
Lo duda.
Mierda.
—No —dice ella. Trato de no dejar que su admisión me enoje.
Ella traga.
—Eso espero.
¿La tomará?
—Buena chica.
240
—Daño físico.
—¿Qué pasó?
—La colgué del techo del cuarto de juegos. Es uno de los puntos
que preguntabas, la suspensión. Para eso son los mosquetones. Con
cuerdas. Y apreté demasiado una cuerda.
Demasiada información.
Continúa, Grey.
241
Ella me mira con esos ojos que ven a través de mi oscura alma y
no sé lo que va a decir.
Bien.
—Pero sé que todo esto es nuevo para ti. De entrada iremos con
calma, y yo te ayudaré. Avanzaremos desde diferentes perspectivas.
Quiero que confíes en mí, pero sé que tengo que ganarme tu confianza,
y lo haré. El ―en cualquier otro ámbito‖… de nuevo es para ayudarte a
242
Buena respuesta.
—¿Agua, pues?
Ella asiente.
—Detalles importantes.
—Sí.
—No.
—Porque no.
244
Cállala, Grey.
¿Qué?
Asiente.
—No, Anastasia, no es por ella. Además, la Sra. Robinson no me
aceptaría estas chorradas.
—No.
—Sí.
—¿Te da asco?
—Algo así.
—Lo suficiente.
Página
—Lo sé.
—Sí.
Sus ojos se encuentran con los míos y están muy abiertos, las
pupilas oscuras y dilatadas.
Joder.
Está jugando conmigo con… una táctica peligrosa que me
tendrá follándola sobre esta mesa.
Maldición.
Demonios.
—Sí —dice Ana, su voz firme con decisión. Se pone de pie para
irse. Y yo también me pongo de pie automáticamente—. Mañana
tenemos los dos la ceremonia de entrega de títulos —dice.
248
—¿Por qué?
—Porque me has planteado muchas cosas en las que pensar… y
necesito cierta distancia. —Sus ojos están pidiéndome que la deje ir.
—Lo sé —dice.
Bajo la cabeza para que mis labios floten sobre ella, esperando a
que levante su boca hacia la mía y cierre sus ojos. Quiero darle un beso
breve y casto, pero cuando nuestros labios se tocan, ella se inclina
hacia mí, sus manos repentinamente agarrando mi cabello en un puño,
su boca abriéndose a mí, su lengua insistente. Presiono mi mano en la
249
Cristo, la deseo.
Ese no es un “no”.
—No.
—Sí.
251
—¿Es seguro?
Está enojada.
No sé si la veré de nuevo.
electrónico.
Página
Confía en mí.
Christian Grey
Para: J B Taylor
Asunto: Audi A3
Gracias.
253
Christian Grey
Página
Christian Grey
M
ami se ha ido. A veces ella sale.
Hoy mami se ha ido. Juego con mis autos. Van rápido por el
suelo. Mi mami se ha ido. Volverá. Lo hará. ¿Cuándo volverá mami a
casa?
Ve a correr, Grey.
~*~
Llámame.
~*~
256
Cuelgo.
Asunto: Vuelos
Hola, Christian
¿Es cierto?
¿Cómo es?
¡¡¡¡¡NECESITO SABER!!!!!
Mxxxxxxxx
Mierda.
—Sr. Grey.
—¿Sophie?
—Excelente. Vamos.
~*~
auto.
Estoy aliviado de que Ana esté en una sola pieza, pero enojado
de que no haya respondido a ninguno de mis mensajes.
Ahí estás.
Mierda.
Recomponte, Grey.
Mierda.
Parece perpleja.
—No.
Su ceño se profundiza pero tengo que dejarla ir… hay una fila
formándose detrás de ella.
—Por favor.
263
No necesito tu compasión.
Cierro mis ojos. Todo este tiempo pensé que no quería hablar
conmigo.
Ana se eriza.
hacerle la revisión.
—Lo tengo desde hace más de tres años. Siento que te hayas
preocupado. ¿Por qué no me has llamado?
Su rostro se descompone.
Mierda.
Su incertidumbre aumenta.
265
¿Zapatillas de deporte?
—Claro —respondo.
¿Mis padres?
Veo a Ana.
¿Qué carajos?
Un tipo alto y rubio que luce como si hubiera salido de una playa
en California tiene sus manos sobre ella.
¿Quién demonios es ese? ¿Es por eso que no quería que viniera
por una copa?
¡Novio!
—Lo hizo.
—¿Creció en Washington?
Página
—Es uno de los mejores tramos para las truchas salvajes. Da lugar
a una mejor persecución que aquellos que están recortados —le digo
con mis ojos en Ana.
—¿Sí? Annie ama ese viejo auto, pero supongo que ya está
pasando su fecha de expiración.
269
Steele se ríe.
pupilas oscureciéndose.
—Últimamente es mi favorita.
Ella sonríe.
—Estás muy guapa, Anastasia. Este vestido con la espalda
descubierta te sienta muy bien. Me apetece acariciarte la espalda y
sentir tu hermosa piel.
—¿Más?
Ella asiente.
—Yo tampoco.
~* ~
~*~
~*~
—Bien. Inesperada.
—¿Inesperadamente bien?
—Sí.
Ella sonríe.
—Me alegra oírlo. Tengo otra reunión, por lo que si no hay nada
más, voy a decir adiós por ahora.
Christian Grey
Para: J B Taylor
Asunto: BlackBerry
Taylor,
Christian Grey
A las seis treinta no hay respuesta por parte de Ana, así que
276
notablemente similares.
~*~
Grace llama mientras estoy leyendo.
—Christian, cariño.
—Hola, madre.
—Claro.
Cuelga.
Ana
Christian Grey
—Ciertamente, señor.
—Hola.
sofá y la mesa. Hay un paquete marrón sobre la mesa con una nota
escrita a mano adjunta.
Asiente.
Para mí estos libros fueron una inversión, pero para ella pensé
que significarían algo.
8Plus ça change, plus c’est la même chose: Además del cambio, es la misma elección.
—Aún no era tu sumisa cuando lo compraste —dice en voz baja.
Me rio.
282
—Por Favor.
—Más o menos.
—¿Trabajas mañana?
—¿Y bien?
—Y bien ¿qué?
Oh, Ana. Por fin puedo hacer algo con este irrespetuoso hábito.
—La próxima vez que me pongas los ojos en blanco, te voy a dar
Página
unos azotes.
—Respóndeme.
APÉNDICE 3
Límites Tolerables
Masturbación.
Cunnilingus.
Felación.
Ingestión de semen.
Penetración vaginal.
Fisting vaginal.
Penetración anal.
Fisting anal.
pregunto.
Traga saliva.
Página
—Sí.
—¿Con un hombre?
—¿Más? —pregunto.
286
—Más —susurra.
Página
—¿Juguetes sexuales?
Acepta la Sumisa lo siguiente:
Vibradores.
Tapones anales.
Consoladores.
—Ah… ¿y el ―otros‖?
—Me alegra ver que te hago tanta gracia. —El dolor en su voz es
preocupante.
—No —espeta.
Manos al frente.
Tobillos.
Codos.
Manos a la espalda.
Rodillas.
Barras rígidas.
Suspensión.
Mierda.
—Una barra rígida es una barra con esposas para los tobillos y/o
las muñecas. Es divertido.
—Sí.
289
—No, no me gusta.
Página
Permanece callada.
Suprimo un suspiro.
—No.
—No.
—Sí.
—¿Por qué?
Azotes.
290
Latigazos.
Página
Mordiscos.
Pinzas genitales.
Cera caliente.
Azotes con pala.
Hielo.
Palidece.
follarte hasta la semana que viene, desde ahora mismo. Debe de haber
tenido algún efecto en ti también.
—¿Me va a doler?
—No… deja de ver dolor por todas partes. Más que nada es
placer. ¿Te he hecho daño hasta ahora?
—No.
Salto.
Tomo su mano.
Mierda.
estaban encantadas.
Cálmate, Grey.
Obedece inmediatamente.
Buena chica.
Remuevo mi chaqueta de sus hombros y la descarto sobre el
suelo, entonces levanto su cabello fuera de su cuello. El tacto de su
suave piel bajo mi dedo índice es tranquilizador. Ahora que está
haciendo lo que le digo, me relajo. Con la punta de mi dedo, sigo la
línea de su columna hacia abajo por su espalda para empezar a bajar
el cierre unido a la tela de gasa color gris.
Como el otoño.
Oh, nena.
—Mmm…
—Sí, ¿qué?
—Sí… Amo.
—Buena chica.
—No creo que estés lista para correrte aún. —Y detengo mis
manos, simplemente sosteniendo sus pechos mientras mis dientes tiran
del lóbulo de su oreja—. Además, me has disgustado. Así que igual no
dejo que te corras.
Jadea.
Mmm. Salado.
Sonrío.
Ah…
Levantándose sobre sus rodillas, baja mis jeans y mis bóxers y los
pateo fuera de mí, cayendo en el piso. Se sienta sobre mí, mirando mi
polla y lamiendo sus labios.
Caray.
Jesús.
Se inclina.
Y estoy en su boca.
Joder.
Es entusiasta.
299
—Otra vez —susurra. Y abre sus ojos que arden en los míos.
Deseosos. Dispuestos. Amo que ame esto. Hago lo que me pide y gime
otra vez, tirando hacia atrás su cabeza, su cabello cayendo en un
desastre sobre sus hombros. Lentamente me reclino en la cama para
observar el espectáculo.
Oh sí.
No. No me toques.
Agarro su mano y llevo sus nudillos a mis labios. Ruedo sobre ella
para que no sea capaz de tocarme.
Vacila.
—¿Ah, sí?
Criatura sensual.
—Y me he despertado —susurra.
¡Conmigo!
—¿En serio?
—Sí. —Su cara está de un rojo brillante. La investigación debe
estarla afectando de buena manera. Le sonrío.
Me río.
Estoy seguro que la Dra. Baxter hará una visita domiciliaria para
mí, aunque no la he visto en un tiempo.
Página
—¿Te vas?
—Sí.
—¿Por qué?
—Me esfuerzo por serlo. Esto solo saldrá bien si somos sinceros el
uno con el otro.
—¿Jugar? —rechina.
—Desde luego.
—¡No!
Página
—Me parece que sí. ¿Qué te dije que haría si volvías a poner los
ojos en blanco? —Mis palabras cuelgan entre nosotros y me siento de
nuevo en la cama—. Ven aquí.
—No.
Página
—No.
—Te daré unos azotes cada vez que lo hagas, ¿me entiendes?
Voy a saborear este momento. Es otra novedad.
Se queda quieta.
Jadeando.
Anticipando.
Y grita de nuevo.
Los retiro.
La deseo. Ahora.
Vamos, Ana.
Beso su cabello.
—Ya veremos.
pestañas.
Placenteramente cansada.
Sonrío mientas miro por la ventana del auto, pero todo lo que
veo es mi rostro fantasmal en el vidrio. Así que cierro los ojos y me
permito soñar despierto.
~ * ~
—¿En el hotel?
Asunto: Usted
Christian Grey
Ana
No son halagos.
Debería acostarse.
Acepto su incorporación a los límites infranqueables.
No beba demasiado.
Christian Grey
Querido Amo:
Ana
314
Respondo:
Asunto: ¡Cuidado!
Doy por sentado que es el vino TINTO lo que le hace hablar así, y
que el día ha sido muy largo.
Christian Grey
Asunto: Cuidado, tú
Señorita Steele
Mierda.
316
Página
Viernes, 27 de Mayo de
2011
De: Christian Grey
Asunto: Cuidado, tú
Christian Grey
Y espero.
Asunto: Cuidado, tú
317
Se graduó de la universidad.
Mierda.
~ * ~
Ana niega con la cabeza, pero sus ojos llorosos están en mí.
—¿Qué pasa?
Página
No lo sé.
—Toma esto.
La idea es deprimente.
Háblame, Ana.
—Sí.
Página
Suspiro.
Demonios.
—Un poco, para ver qué puedes tomar. —En realidad, es mucho,
pero no quiero ir allí ahora mismo. Si le dijera, me echaría—. Pero esa no
es la única razón. Es el hecho de que tú eres mía para hacerte lo que
quiera, control absoluto sobre alguien más. Y me enciende. Muchísimo.
Ella parpadea.
—Confundida.
Jesús.
—¿Qué cosas?
Ana. Créeme.
—¿Quieres quedarte?
—Acuéstate —gruño.
Ella lo hace.
Voy a atraparlo.
Él es el papá de mamá.
Y ojos felices.
No puedes atraparme.
Corro. Lo alcanzo.
Y caemos en la hierba.
325
Él se está riendo.
Yummy.
Ouch.
Ana.
Ella asiente.
Página
—Yo también.
—Sí —admite.
Como bien sabes, todo lo sexual es nuevo para mí. Ojalá tuviera
más experiencia y, en consecuencia, estuviera más preparada. Me
extrañó que me excitara.
Ana
Kavanagh se une a la conversación, disculpándose por su
retraso. Mientras las presentaciones son hechas y Fred habla sobre lo
que GEH puede ofrecer, escribo mi respuesta a Ana. Espero que para
aquellos del otro lado de la pantalla de la computadora se vea como
que estoy tomando notas.
Christian Grey
Ana
Señorita Steele:
La encontraría.
Váyase a trabajar.
Christian Grey
Tema: Acosador
Ana
333
Vete a trabajar.
Christian Grey
Señorita Steele
VETE A TRABAJAR.
Christian Grey
Señorita Steele.
Le respondo:
De: Christian Grey
Christian Grey
pongo en silencio.
Y leo.
Ana
Christian Grey
—Sí.
—Joder.
Suspira.
338
al día apropiadamente.
—Depende el tráfico.
—Sr. Grey.
—Caroline Acton.
—De acuerdo.
—Sí, señor.
Cuelgo.
La maravillosa Ana.
339
—De acuerdo.
E: ¿Sigues en Portland?
Página
—Gracias.
una BlackBerry.
Página
Christian Grey
Ana
¡Me está regañando! Le respondo inmediatamente.
Christian Grey
—Bien.
343
Descarto su preocupación.
—Genial. Adelante.
Asunto: Domingo
Christian Grey
—¿Un globo?
—Sí.
Mierda. No lo sé.
—Gracias, Andrea.
~ * ~
345
~ * ~
Nada.
Tal vez ahora que me he ido, ella no quiere tener nada que ver
conmigo.
Christian Grey
Miro por mi ventana hacia las oscuras aguas del Sound. ¿Por qué
me ofrecí a recoger a Mia? Podría estar con Ana, ayudándola a
347
empacar toda su mierda, para luego ir por pizza con ella, Kate y Elliot, o
lo que sea que hacen las personas normales.
Página
Mi teléfono vibra.
Suspiro.
—¿En serio?
—Buenas noches.
—Cuelga tú —susurra.
—No quiero.
—Yo tampoco.
—Sí.
—¿Todavía lo estás?
—Sí, Amo.
De hecho, tengo una buena idea, siempre que esa fusta llegue
a tiempo. Y, con ese tentador pensamiento, tiro el resto del Armagnac y
me voy a la cama.
350
Página
Sábado, 28 de Mayo de
2011
—¡C
hristian! —grita Mia con deleite y corre hacia mí,
abandonando su carrito de equipaje. Arrojando
sus brazos alrededor de mi cuello, me abraza
fuertemente—. Te he extrañado —dice.
—Mii…a —susurro.
—Mii…a.
—¿Qué voy a hacer con esto? —Me río, porque es tan Mia—.
Esto es genial, Mia. Gracias. —Le doy un abrazo y me abraza de vuelta.
~ * ~
Página
—Sí.
—Perfecto. Te arreglaremos.
~ * ~
A
Página
~ * ~
—Hola, Christian.
—¿Cómo estás?
—Bien, gracias.
—¿Estás en Portland?
355
—Sí.
Página
—Te llamo la semana que viene. Tal vez podamos salir a cenar
entonces.
Yo también.
Ignoro su comentario.
~ * ~
Oh, mierda.
358
Página
Domingo, 29 de Mayo de
2011
C
on la canción Shake Your Hips de los Rolling Stones
sonando en mi oídos, acelero por toda la Cuarta
Avenida y giro a la derecha en Vine. Son las seis y
cuarenta y cinco de la mañana, y es cuesta abajo todo el camino…
hacia su apartamento. Me siento atraído. Solo quiero ver donde vive.
Hoy es el día.
Christian Grey
Ana.
360
Página
Asunto: Envidia
De nada.
No llegues tarde.
Christian Grey
~ * ~
No puedo calmarme. Estoy inquieto. Son las doce y cuarto del
mediodía. El tiempo está muy lento hoy. Me rindo con el trabajo y,
tomando el periódico del domingo, me voy de regreso a la sala de
estar, donde pongo algo de música y leo.
—No.
—¿Tienes hambre?
Suprimo mi carcajada.
—Por supuesto que no. —¡De todas las cosas ridículas para decir!
La miro, agraviado. ¿Cómo puede pensar eso sobre sí misma?
—¿No la conoces?
—No.
—Gracias por venir en tan poco tiempo. —Le doy mi sonrisa más
benigna.
Está bien.
Ella bate sus pestañas, sin tener idea. Bien. No es nada que haya
dicho entonces.
Los bordes de sus ojos se arrugan con una sonrisa cálida mientras
sacuden sus manos.
—¡Caíste!
—Por favor.
—Sí. Lo harás.
—Sí —dice, con esa mirada recatada mirando bajo las pestañas.
La atracción.
Oh, nena.
de las razones por las que la gente como yo hace esto es porque le
gusta infligir o sentir dolor. Así de sencillo. A ti no, así que ayer dediqué
Página
Joder, gracias.
Buena chica.
—Sí.
—Sí, Amo.
—¿Lo dices en serio? —Te quiero desinhibida, Ana.
—Sí, Amo.
Es tan suave al tacto. Lo agarro todo con una mano y tiro para
que esté mirando hacia un lado, exponiendo el cuello para mi boca.
Gime.
—Sí.
—Sí, ¿qué?
—Sí, Amo.
—Las manos y los brazos pegados a los muslos. Bien. Separa las
rodillas. Más. —Quiero verte, nena—. Más. —Ver tu coño—. Perfecto.
Mira al suelo.
—Sí, Amo.
Me los pongo y ato los botones, todos menos el último. Del mismo
cajón, saco la fusta nueva y la bata gris. Mientras salgo, agarro un par
de condones y me los meto en el bolsillo.
—Respóndeme.
—No.
Admirándola. Es gloriosa.
Con los ojos fijos en los suyos, le quito las bragas, me las llevo a la
nariz e inhalo profundamente. Abre la boca completamente y se le
abren más los ojos por la sorpresa.
—Sí, ¿qué?
—¡Por favor!
Está respirando rápido, pero abre los labios y me mira con los ojos
374
Joder.
Es demasiado caliente y no puedo resistirme a ella.
Joder. Es exquisita.
Contrólate, Grey.
Vamos. No me toques.
377
—Levántate—le ordeno.
—Tengo unas tijeras aquí. —Las levanto para que las vea—.
Puedo cortarlas en un segundo. —Parece aliviada.
378
—Sí.
Vuelve a gemir.
Está lista.
Sumisa.
Buena chica.
Bravo, Ana.
Y no me importa.
Sonrío.
Se voltea y me mira.
Tarta de manzana.
Nunca.
Raro.
Su sonrisa se ensancha.
384
Y yo también lo estoy.
—No hay bruja más linda que tú. —Le doy un tierno beso en los
labios—. Vaya, esto ha devuelto el color a sus mejillas, señorita Steele.
Gracias por el baile. ¿Vamos a conocer a mis padres?
—¿Estás segura?
Sonrío.
~ * ~
Ella está silenciosa mientras Taylor nos lleva hacia el norte por la
quinta interestatal. Atrapo un vistazo del Lago Unión; la luna desaparece
detrás de una nube, y el agua se oscurece, como mi estado de ánimo.
¿Por qué la estoy llevando a ver a mis padres? Si la conocen, tendrán
ciertas expectativas. Y lo mismo hará Ana. Y no estoy seguro de si la
relación que quiero con Ana estará a la altura de esas expectativas. Y
para empeorar las cosas, puse todo esto en movimiento cuando insistí
en que ella conociera a Grace. Soy el único culpable. Yo, y el hecho de
que Elliot está follando a su compañera de piso.
—Sí, Ama.
—Lo era.
—Está bien. Una vez más. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cariño, lo tienes.
—Una vez más. —Se ríe, con la cabeza echada hacia atrás, y se
ve como una mujer de la mitad de su edad.
—No le des tantas vueltas a las cosas, Anastasia. —Lo que sea
que estés pensando. Me estiro, tomo su mano, y beso sus nudillos—. La
pasé estupendamente esta tarde. Gracias.
Algo pasa.
Suspira.
Mierda.
~* ~
—Kate.
—La cena está casi lista —dice Grace mientras sigue a Mia fuera
de la habitación.
—Siéntate —le digo a Ana y la llevo hasta uno de los sofás. Ella
hace lo que le dicen y yo me siento a su lado, con cuidado de no
tocarla. Tengo que ser un ejemplo para mi familia excesivamente
demostrativa.
390
Mi padre me distrae.
Página
—Mi madre vive allí —dice, con voz vacilante—, y hace tiempo
que no la veo.
¿Entrevistas? ¿Mañana?
¿Cuándo iba a decirme esto? ¡Estoy aquí con ella durante dos
minutos y estoy descubriendo detalles de su vida que yo debería saber!
—Te deseo toda la suerte del mundo —le dice Carrick con una
sonrisa.
—La cena está lista —llama Grace desde el otro lado del pasillo.
Pero…
Mamá ha ido por todo —la mejor vajilla china, el mejor cristal—,
para beneficio de Ana y Kavanagh. Saco una silla para Ana; ella se
sienta y tomo asiento a su lado. Mia nos sonríe desde el otro lado de la
mesa.
analizando.
—¿Qué? —pregunto.
—No te enfades conmigo, por favor —dice, tan bajo que solo yo
puedo oírlo.
—No estoy enfadado contigo —miento.
Contrólate, Grey.
Kate sonríe.
Huele bien.
Es confuso.
Mia tira su cabeza hacia atrás y comienza a reír como una boba,
y es imposible no unírsele.
Eso es.
Continúo a través del vasto jardín hacia la casa del bote de mis
padres.
—Al embarcadero.
—¿Por qué?
—¿Para qué?
—No quiero que me azotes, aquí no, ahora no. Por favor, no lo
hagas.
Ana.
Mierda.
Mierda.
Eso fue…
de su cintura así puedo ver que está abierta y húmeda y deseosa, y veo
cada pedazo de lo gloriosa que es. Me pongo d pie, remuevo el
desgraciado condón y lo ato, luego me visto, tomando mi chaqueta del
piso.
Tomo una respiración profunda. Estoy más calmado ahora.
Mucho más calmado.
Dios, es adorable.
Mierda.
Sonríe.
—Apenas.
—¡Oh, ustedes dos son taaan tiernos! —arrulla Mia mientras nos
dirigimos a la cocina. Ana me mira de reojo.
—¿Qué? —pregunto.
vacío en su voz.
Maldita sea. Ella no entiende. Era la primera vez para mí. Estaba
nervioso. Seguramente sabe ahora que si no la quería aquí, no estaría
aquí. Al pasar de la luz a la sombra debajo de las lámparas de la calle,
luce distante y molesta.
—Sí.
Se ríe.
—¡Eso es quedarse corto!
—¿Divertido?
—Oh, sí.
Suspiro.
—Sobre lo nuestro.
Mierda.
—Lo sé.
406
—¿Tienes dudas?
—Puede.
Página
—¿Por qué?
¿Qué demonios?
Oh, nena.
407
Irónico, Grey.
Y quiero reír porque me siento aliviado y feliz, pero la sostengo,
respirando su aroma fragante y reconfortante.
Un escalofrío la recorre.
estás cansada, así que creo que nos conformaremos con la cama. —
Me agacho y suavemente tomo su labio inferior entre mis dientes. Su
respiración se queda atrapada y devuelve el gesto con sus dientes y mi
labio superior.
Lo siento en mi ingle.
Quiero llevarla a la cama y perderme en ella. Después de
nuestra conversación en el auto, simplemente quiero estar seguro de
que es mía. Cuando salimos del ascensor le ofrezco una bebida, pero
declina.
Luce sorprendida.
—¿Desde cuándo?
—Y yo.
—No —susurra.
—Quiero tocarte.
—¿No? —pregunta.
—No.
No me toques.
Su rostro cae.
—Eh… no.
¿Qué se le ha metido?
Mierda.
—Para que sepas, no es así como tenía previsto que fuera esta
noche. —Sueno hosco.
se ilumina.
—¿Qué?
—Lo que has oído.
—Negociando.
Frunzo el ceño.
Salgo de la cama.
—A las dos.
—Son nuevas. Te las voy a meter y luego voy a dar unos azotes,
no como castigo, sino para darte placer y dármelo yo.
Lunes, 30 de Mayo de 2011
S
u inhalación brusca es música para mi pene.
—Más.
Oh, sí.
Suficiente.
—Date la vuelta.
Cumple inmediatamente.
—Raro.
—Raro bueno—contesta.
—Bien.
—Pídemelo.
Vamos, Ana.
Su frente se arruga.
La deseo.
Ahora.
Flexiona sus dedos alrededor de los míos, y abro los ojos y bajo la
mirada hacia su somnolienta y saciada mirada.
—¿Cómo te sientes?
—Estafada.
—La mujer que me trajo al mundo era una puta adicta al crack,
Anastasia. Duérmete.
—¿Era? —susurra.
—Murió.
—¿Hace mucho?
—ELLIOT. CHRISTIAN.
—Está loco.
—¡Elliot!
cocina.
—¿Tiene tiempo?
—Muy bien, gracias. Los niños están creciendo. Los niños pueden
ser difíciles.
—Lo sé.
¿Cuál es su problema?
~ * ~
422
¿Tan tarde?
~* ~
Bien.
Nunca se sabe.
—Enojada.
Página
—¿Conmigo?
—¿Estás seguro?
—Christian…
—¿Cara a cara?
—Él va a estar contento. Así que ¿te veré esta tarde? —Suena
esperanzada.
Sensible, Grey.
—Andrea…
Un movimiento me distrae. Miro hacia arriba, estoy contento de
ver a Ana de pie en la puerta, vestida con nada más que mi camiseta.
Sus piernas, largas y bien formadas, están en exhibición solo para mis
ojos. Tiene piernas geniales.
—¿Ah, sí?
—Él dice que hay un periodista de Forbes que quiere hablar con
usted acerca de eso.
—No.
—¿Qué evento?
—Sí, señor.
Suspiro.
Vaya.
¡Y me saltaste!
Libero a sus muñecas y seguir de pie, pero ella aprieta sus piernas
alrededor de mí, sus dedos enredándose en mi cabello.
Maldita sea.
—¿Te duele?
—Siempre preparado.
—Gracias —dice.
—No se merecen.
—¿Qué? —pregunto.
—¿Qué pasa?
—A Veces.
escudriñándome.
Su gesto se entristece.
Mierda.
—Sí, eh, luego te veo. —Se vuelve y corretea fuera de mi estudio,
dejándome de pie en un laberinto de confusión. Sacudo la cabeza
para despejarme, empiezo a recoger mis pertenencias esparcidas por
el suelo y las organizo en el escritorio.
Pero es bueno.Sí.
—Sr. Grey.
—Claro.
que requerimos.
Página
Mi corazón se hunde.
Y él.
A la mierda eso.
~*~
Oh no, no lo hagas.
—No.
Página
—La verdad es que esta tarde voy a estar muy ocupado, así que
voy a tener que pedirle a alguien que lo haga por mí —respondo
sonriendo.
¡Grey!
—Voy a lavarme los dientes, luego debo irme —anuncia, una vez
que termina.
Georgia.
Buena chica.
—Ven. —La llevo hasta el ascensor y camino dentro.
~ * ~
~* ~
Página
—Pensé en sorprenderla.
—¿Café? —gorjea.
—Por favor.
Buena chica.
—Por supuesto.
Llámame.
Ex
ELENA LINCOLN ESCLAVA
—Welch.
~* ~
gemas, creo.
—¿Zapatos también?
—Por favor.
—Genial. ¿Tamaños?
—Este viernes.
—Por favor.
—Welch.
~* ~
Mi tarde se pasa en reuniones. Marco ha preparado informes
preliminares sobre las cuatro casas editoriales con sede en Seattle. Los
puse a un lado para leerlos más tarde. Él también está de acuerdo
conmigo sobre Woods y su compañía. Esto se va a poner feo, pero
después de haber visto las sinergias, el único camino a seguir es el de
absorber la división de tecnología de Woods y liquidar el resto de su
compañía. Va a ser caro, pero es mejor para GEH.
Asunto: Entrevistas
Querido Amo:
Ana.
440
Página
Asunto: Mi día
Fecha: 30 de mayo de 2011 19:03
Christian Grey
Querido Amo:
Anastasia:
Christian Grey
Querido Amo:
La lengua evoluciona y avanza. Es algo vivo. No está encerrada
en una torre de marfil, rodeada de carísimas obras de arte, con vistas a
casi todo Seattle y con un helipuerto en la azotea.
Ana.
De ninguna manera.
Anastasia:
haya ocurrido algo así. La única persona con la que haría una
excepción a esta norma eres tú,porque eres una joven brillante con
notables aptitudes para la negociación. No obstante, como sigas
utilizando semejante lenguaje, voy a tener que reconsiderar la
posibilidad de incorporarte a mi planilla. Me alegra que tengas
experiencia limitada. Tu experiencia seguirá siendo limitada… solo a mí.
Tomaré―impecable‖ como un cumplido… aunque contigo
nunca sé si eseso lo que quieres decir o si el sarcasmo está hablando por
ti, como de costumbre.
Christian Grey
Aunque tal vez no sería una buena idea que Ana trabajara para
mí.
Ana.
444
Página
Christian Grey
Hola, Elena.
445
No es gran cosa.
Lo mejor,
Christian
Christian Grey
¿Mañana?
Ex
¡Mierda!
Por supuesto.
Lo mejor,
Christian.
Christian Grey
Ex
No por el momento.
Creo que dejaré que el contrato que tengo ahora siga su curso.
C.
Christian Grey
~* ~
Gracias.
Página
Ana.
Ha sido subida de clase. Bien hecho, Andrea.
Asunto: No se merecen
Christian Grey
Querido Amo:
Ana.
de primera clase.
Página
Christian Grey
Asunto: ¿Bromeas?
Asunto: Bromeo
—Ahora no —vocifero.
M
ami se ha ido. No sé a dónde.
Él pisa. Y grita.
Escondido.
Él no me escuchará.
Él grita mucho.
¡Jodida perra!
Él grita a mami.
Él me grita.
Él golpea a mami.
Él me golpea.
A :)
que el autocar—, así que gracias. Lo digo en serio, disfruté del masaje
de Jean-Paul, que era gay. Omití ese detalle en mi correo anterior para
Página
Tu Ana.
Mi Ana.
Página
Mantén el control.
~* ~
Anastasia:
Christian Grey
Página
~* ~
Llamo a Andrea.
—Buenos días.
—Sí, señor.
—Sr. Grey.
—Compruébelo. Y me avisa.
~* ~
Página
Al menos no es Detroit.
Asunto: ¿Elocuente?
golf de Bob y, para que lo sepas, estoy poniendo los ojos en blanco solo
de pensarlo. Pero, de momento, tú y tu mano suelta están muy lejos de
Página
Disfruta de tu tarde.
Tu Ana
No es un ―no‖, y me está extrañando. Estoy aliviado y contento
por su tono. Así que respondo.
Asunto: Su trasero
Christian Grey
entrada.
Página
Tu Ana
Todo el tiempo.
Asunto: Su trasero
Christian Grey
Querido señor:
Tu Ana
Asunto: Tu trasero
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Mierda.
YO TAMBIÉN.
465
Christian Grey
Asunto: Jadeando
Fecha: 31 mayo 2011 19:33 EST
Muy despacio...
Asunto: Gruñendo
Christian Grey
Asunto: Gimiendo
OJALÁ.
466
Página
Asunto: Plagio
Disfruta de la cena.
Christian Grey
—Gracias, Andrea.
—Por favor.
—¿Leche?
—No, gracias.
~* ~
Aparece Taylor.
¿Sigues colgado?
Tu Ana
468
Página
Christian Grey
Presiono enviar.
Asunto: ¿Pendiente?
Christian Grey
Christian Grey
Me carcajeo de risa.
Asunto: Me ha pillado
Voy a cenar con una vieja amistad, así que estaré conduciendo.
~*~
—Hola, Christian—ronronea.
—¿De verdad?
—Acaba de graduarse.
Elena se ríe.
Se ríe de nuevo.
Sonríe, resignada.
~* ~
—Vaya.
—Es encantadora.
—Deberías ir a verla.
—¿Qué?
—Súbete a un avión.
—¿De verdad?
Mi resoplido es burlón.
sacas de quicio.
Suspiro.
Página
~* ~
Ana
Mierda.
—Vamos a Savannah.
476
Página
H
a sido una mañana interesante. Salimos de Boeing Field a
las once y media, hora del Pacifico; Stephan está volando
con su primer oficial, Jill Beighley, y estamos por llegar a
Georgia a las siete y media de la noche hora del este.
No me atrevo.
Mierda.
Quiero gritar.
¡Sí!
—Taylor.
—Sí, señor.
—Gracias.
~ * ~
—¿Ford, Mustang?
—Bien. Gracias.
~* ~
—Es personal.
—Señor Grey.
—Grandioso.
481
ellos. Una vez que se hayan firmado los documentos, estamos bien para
ir.
—Grandioso.
—Lo haré.
Es Ana. Mierda.
Christian Grey
Su madre luce seria; tal vez está preocupada por su hija, o tal vez
está tratando de extraer información de ella.
Aquí vamos...
Eso no es bueno.
Como yo.
¿Cómo se atreve?
Asunto: Cuidado
Christian Grey
—Christian.
—Y otros dos Cosmos, por favor —añade Ana, con una mirada
inquieta hacia mí. Tiene razón al estar ansiosa. Creo que ya ha tenido
suficiente de beber.
madre.
Página
—Hendricks, señor.
—Gracias.
su mamá.
—Así que te has enfadado conmigo por cenar con una vieja
amiga. —Beso cada nudillo.
¿Está celosa?
Continúa:
—De acuerdo, no lo sentí así. Ella fue una fuerza positiva. Lo que
Página
Su ceño se frunce.
—No lo entiendo.
Tranquilízala, Grey.
—¿Estás celosa?
—¿La querías?
¿Qué?
—Bien, mamá.
¿Quería a Elena?
He tenido suficiente.
—Sí —espeto.
—Sí.
Ana entra en la habitación, mirándome con recelo, sus labios
están entreabiertos y húmedos, sus ojos oscureciéndose. ¿Qué es esto?
¿Un cambio de parecer? Conozco esa mirada. Es deseo. Me desea. Y
yo también, sobre todo después de nuestra discusión en el bar.
—Reaccionó mal.
—¿Qué hizo?
—Lanzó un ataque.
entiendo por qué. Estamos a prueba de balas en esto. ¿Es agua lo que
escucho? —pregunta Ros.
—¿De verdad?
—No. No lo hice.
—No. No la quería.
Me desea.
—Sí.
—Más tarde.
—Sí —dice.
—¿Tienes dolores?
—Sí —responde.
Bien.
digo que se quite sus sandalias. Rápidamente se las quita y las deja caer
en el suelo.
Página
después hacia su vello púbico. Empujo mi pierna entre las suyas y con mi
pie ampliando su postura mientras guío sus manos sobre su vulva, una
Página
mano a la vez, una y otra vez, presionando sus dedos sobre su clítoris
una y otra vez.
—Ayer —suspira.
A ti.
A ti.
Mierda.
jadeando.
Dulce Señor.
Página
Mierda.
¡Desiste, Ana!
No. No va a pasar.
—Sí.
Página
Quiere más.
Mierda.
—Me apartó del camino de autodestrucción que yo había
empezado a seguir sin darme cuenta. —Mi voz es baja—. Resulta muy
difícil crecer en una familia perfecta cuando tú no eres perfecto.
Inhala profundamente.
—¿Aún te quiere?
¡No!
—No creo, no así. Sigo diciéndote que fue hace mucho tiempo.
Está en el pasado. No podría cambiarlo incluso si lo quisiera, que no
quiero. Me salvó de mí mismo. Nunca he hablado de esto con nadie.
Salvo con el doctor Flynn, claro. Y la única razón por la que te lo cuento
a ti ahora es que quiero que confíes en mí.
Maldita sea.
503
—¿Con ella? ¿La señora Robinson? Hablas con ella —dice, su voz
tranquila.
Página
—Sí, lo hago.
—¿Sobre qué?
—Sí.
—Necesito consejo.
—De momento.
Página
Oh querida.
505
lejos de mí.
—Sí, pero sin mala intención. —La beso de nuevo—. No eres muy
buena sumisa.
Me río, también.
—¿Me salpicaste?
—Sí.—dice.
frentes se toquen.
Besa mi oreja.
508
Se ve confundida.
—Bien. Quédate.
Le envío un texto.
¿Todo bien?
Él responde inmediatamente.
Página
El tiempo se ve bien.
Lo veré ahí.
—Hablar.
—¿De qué?
—De cosas.
510
—De ti.
Me devuelve la sonrisa.
—Por supuesto. Qué boba soy. ¿Por esa banda sonora triste y
emotiva que sin duda sabes interpretar? Cuántos logros, señor Grey.
Su sonrisa se ensancha
—¿Diecisiete?
Oh, mierda.
—No exactamente.
Su sonrisa desaparece.
—¿Todas sumisas?
Página
—Sí.
Dile.
—Ah —exclama.
—¿Eso te sorprendió?
—¿Eso te sorprendió?
—Sí.
512
—¿Eso te sorprendió?
—Pues sí.
—¿De acuerdo?
—¿Eso te sorprende?
Ana.
—¿Qué cosa?
Bosteza.
Gracias, Elena...
514
Página
Jueves, 2 de Junio de 2011
—N
o. No me dejes. —Las palabras susurradas
penetran mi sueño, me revuelven y despiertan.
¿Qué? Es Ana.
Ella suspira.
Ella no va a dejarme.
—Quiero más.
Ella se queja.
Mierda.
—Despierta, cariño.
—Ay, no —protesta.
Suprimo mi risa.
—El Dr. Flynn tendría para rato con eso. Levanta, vístete. No te
molestes en ducharte, ya lo haremos luego.
—Bébetelo todo. Nos tenemos que ir. —Estoy ansioso porque nos
vayamos pronto—. El camino es largo.
—Ya verás.
—A veces, es genial que sea quien soy, ¿eh? —le tomo el pelo, y
con una cortés inclinación abro la puerta.
—Ah. Lo he leído.
—Lo suponía.
reproducción.
Buena chica.
—Fue Leila.
—¿Leila?
—Sí.
—¿Qué le pasó?
—Terminamos.
—¿Por qué?
—Quería más.
—¿Y tú no?
—¿Elena?
—¿Ah, sí?
—Yo sí.
—¿Por qué?
—¿Segundo?
—Sí. Esta mañana te he dicho cuál era mi favorito. —Su expresión
me dice que está completamente perpleja—. Disfrutar de ti, señorita
Steele. Eso es lo primero de mi lista. De todas las formas posibles.
Le sonrío.
—¿Pilotas tú?
—Sí.
Afuera está fresco pero no hace frío y el cielo está más claro
ahora, perlado y brillante en el horizonte. Camino alrededor del auto y
abro la puerta de Ana. Con su mano en la mía hacemos nuestro
camino hacia el frente del hangar.
—Tiene una gran mañana para esto, Sr. Grey —dice Benson—. El
viento está a diez nudos del noreste, lo que significa que la
convergencia a lo largo de la costa debe mantenerse por poco tiempo.
Benson es británico, con un firme apretón de manos.
—No te puedes equivocar con una Blaník. Soy un gran fan. —Me
da un pulgar hacia arriba—. Aunque prefiero la L23 por las acrobacias
aéreas.
—Te gusta atarme a cosas —dice Ana con una ceja levantada.
—Sí.
527
—Sí.
—Te va a encantar.
sus manos alzándose y agarrándose del plexiglás. Cuando nos dirijo una
vez más se está riendo. Es la respuesta más gratificante que un hombre
Página
—Sí.
—Buena chica.
La deseo.
Aquí.
Ahora.
En la hierba.
¡No en un campo!
Desde la mirada de reojo que le doy, creo que está poniendo los
ojos en blanco, pero no estoy seguro.
quiero más.
—Mi papá solía llevarnos a uno de ellos cada vez que mi mamá
se iba a una conferencia médica. —Nos deslizamos en una cabina, uno
frente al otro—. Era nuestro secreto. —Tomo el menú, mirando a Ana
mientras mete su cabello detrás de sus orejas y examina lo que IHOP
tiene para ofrecer para el desayuno. Lame sus labios en anticipación. Y
me veo obligado a suprimir mi reacción física—. Sé lo que quiero —
susurra y me pregunto cómo se sentiría visitando el baño conmigo. Sus
ojos se encuentran con los míos y sus pupilas se expanden.
Somos interrumpidos.
Ana sonríe.
—Gracias, Señor. ¿Eso será todo? —exclama la camarera, todo
avergonzada y entrecortada. Aparto mi atención de Ana, despido a la
camarera con una mirada y se escabulle.
—¿Qué no es justo?
—Todo el tiempo.
Frunce el ceño.
—¿Cambiar mi opinión?
—Sí.
—¿Cómo lo sabes?
—Invitar ¿a qué?
—Pagarte el desayuno.
Resoplo.
Prioridades, Grey.
Sugiere a las siete, luego mira de sus manos hacia mis ojos, sus
ojos brillantes y alegres.
—Gracias… por el más.
~* ~
—Sr. Grey.
—Gracias.
Gracias.
Ana x
El titulo me hace reír y ese beso me hace sentir tres metros más
alto. Escribo mi respuesta.
Christian Grey
Ana.
Me rio.
Asunto: Somniloquia.
Christian Grey
Asunto: Desembucha
Christian Grey
540
~* ~
A poco más de una hora más tarde, estoy terminando mi reunión
con la Autoridad de Reconstrucción de Savannah Brownfield. Georgia
tiene mucho que ofrecer, y el equipo ha prometido a GEH algunos
incentivos fiscales serios. Hay una llamada en la puerta y Taylor entra en
la pequeña sala de conferencias. Su rostro parece triste, pero lo que es
más preocupante es que él nunca, nunca interrumpe mis reuniones. Mi
cuero cabelludo se eriza.
—¿Ambulancia?
Mierda.
541
—Joder.
—Lo haré.
—Estaré en el auto.
—Gracias.
~* ~
—Anastasia.
~* ~
—No. Es personal.
~* ~
—¿Qué?
en este momento.
—No lo sabemos.
—Eso es todo lo que sabemos. Ella dijo que era un error de juicio,
que estaba bien, pero nosotros queríamos mantenerla aquí bajo
observación y hacerle más preguntas.
—Lo hice.
de Leila.
Luce preocupado.
—¿Está casada?
—Sí.
—Sr. Reed...
Me estremezco.
—Por supuesto. Pero como dije, ella solo quería hablar con usted.
¿Ana?
Es Elliot.
Te voy a destrozar.
Hasta luego.
550
Querido señor:
Tu Ana x
Ana.
Asunto: Lo siento
Asunto: El problema
Tu Ana x
Mierda.
Christian Grey
oído.
Página
Christian Grey
Su respuesta es rápida.
Christian Grey
Asunto: Grrrrrr
Buenas noches.
Señorita A. R. Steele
Christian Grey
Anastasia:
Christian Grey
No responde; espero que por una vez que esté haciendo lo que
le dice y esté dormida.
Página
557
Página
Viernes, 3 de Junio de 2011
N
o puedo dormir. Son pasadas las dos y llevo mirando al
techo por una hora. Esta noche no son mis pesadillas las
que me mantienen despierto. Es una pesadilla viviente.
Leila Williams.
¡Demonios!
Necesito a Ana.
Su boca talentosa.
Su cabello trenzado.
Está de rodillas.
No me está mirando.
Y, de repente, es Ana.
Me ven. Mi alma.
¿Qué diablos?
~* ~
—Póngame con Ros —le ladro—. Mejor todavía, haga que suba.
—Cierro la puerta de la oficina y vuelvo a mi escritorio; tengo que
intentar no desquitarme con mi personal.
—¿Querías verme?
~* ~
560
Tu Ana x
¿Torturarme? Oh, señorita Steele, creo que las cosas van al revés.
Como que tengo un buen acuerdo que hacer, respondo de forma
breve.
Christian Grey
Ana x
Anastasia:
562
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings Inc.
Las puertas del avión aún están abiertas. Llevamos retraso, pero
solo de diez minutos. Mi bienestar y el de los pasajeros que me rodean
está asegurado. Puedes guardarte esa mano suelta de momento.
Señorita Steele
Hasta luego.
Ana x
~*~
¡La gala!
~*~
—¿Señor?
—¿Qué?
—Está bien.
Termino con él, con mis ojos fijos en Ana, y vago hacia ella,
quitándome la chaqueta y la corbata y tirándolos en el sofá.
Ana.
Te he echado de menos.
—No.
Es mía. Es el cielo.
tiro hacia mí, así la sostengo rápido mientras encuentra sus pies. Sus
labios se elevan en una sonrisa encantadora.
Página
—¿No lo sabes?
—SIP —anuncia.
570
—El lunes.
—Qué pronto, ¿no? Más vale que disfrute de ti mientras pueda.
Date la vuelta.
—¿Ah, sí? —Mantengo mi voz suave. ¿Por qué está tensa? Mis
manos se deslizan sobre su torso a sus hermosos pechos.
—Le dije que iría. ¿Quieres venir conmigo? —Las palabras vienen
apresuradas, como si estuviera ansiosa de sacarlas.
Página
—¿Me dejarás tocarte algún día? —Su voz es una súplica suave,
pero no detiene la oscuridad que está arremolinándose repentinamente
de la nada y aprieta alrededor de mi garganta.
No.
—susurro, y con una mirada de sorpresa en mí, aplana sus manos sobre
las baldosas. Agarro sus caderas, tirando de ella detrás de la pared—.
Aférrate, Anastasia —le advierto, mientras las corrientes de agua cubre
su espalda.
Inclina su cabeza y se prepara a sí misma cuando mis manos
barren a través de su vello púbico. Se retuerce, su trasero rozando mi
excitación.
Oh, nena.
~* ~
—Doce —dice.
—Excelente.
Me mira cuando me dirijo al estudio. La ignoro. Me ha visto en
menos de mi albornoz antes, ¿cuál demonios es su problema?
Ana entra a la cocina, al mismo tiempo que yo, sin duda atraída
por el tentador olor de nuestra cena. Cuando ve a la señora Jones
sostiene el cuello de la bata.
Está cohibida.
—¿Amigo?
—¿Y?
Oh.
—Ya veo.
—Bien —dice.
Página
—¿Más?
—¿Más vino?
¿Más sexo? ¿En el cuarto de juegos?
—¿Ah, sí?
Ella duda.
—Amarillo.
—¿Y?
—Rojo.
—No lo olvides.
Traga su disgusto.
—¿Y bien?
Contiene el aliento.
Una vez que ha visto todo, inserto los auriculares en sus orejas y
coloco el iPod en la almohada.
esposando su muñeca.
Bien.
Joder.
Sí.
Tira de sus grilletes y grita una vez más, un grito confuso… pero
no es la palabra de seguridad. Azoto el flogger sobre sus pechos, y ella
inclina su cabeza hacia atrás y deja escapar un silencioso grito, su boca
se afloja mientras se retuerce en el satén rojo.
Cristo. Se ve impresionante.
Joder.
Página
Oh, nena.
Me subo a la cama entre sus piernas y me arrastro sobre ella,
sosteniéndome por encima de ella. Cuando la música comienza de
nuevo, una sola voz canta una seráfica nota dulce, sigo el mismo patrón
con el guante y el flogger… pero esta vez con mi boca, besando y
chupando y adorando cada centímetro de su cuerpo. Me burlo de
cada uno de sus pezones hasta que están brillando con mi saliva y en
posición de firmes. Se retuerce tanto como las restricciones le permiten y
gime debajo de mí. Mi lengua se arrastra hasta su vientre, alrededor de
su ombligo, lamiéndola. Probándola. Venerándola. Moviéndose hacia
abajo a través de su vello púbico a sus dulce clítoris expuesto que está
pidiendo el toque de mi lengua. Por aquí y por allá, arremolinándose,
bebiendo su aroma, bebiendo su reacción, hasta que la siento temblar
debajo de mí.
Joder.
Sí.
Te escucho, nena.
Vamos, nena.
Por favor.
No más Tallis.
—Date la vuelta.
—Ah, de acuerdo.
Sonrío.
cosas.
—Bueno, está claro que todo eso es cierto, pero ahora me tienes
intrigado de verdad. ¿Qué es lo que me ocultas, señorita Steele?
—Los cuento fatal —le digo, como si fuera una insignia de honor.
Se ríe.
587
Página
Sábado, 4 de Junio de 2011
L
a brisa de verano peina mi cabello, acariciado por los
dedos astutos de un amor. Mi amor.
Ana.
Mierda.
588
—¿La otra?
—Oh, la de Marcello.
589
—El contrato.
—Eso era antes. Pero, las normas no. Las normas siguen en pie. —
Necesito saber que estás a salvo.
—Entonces te castigaré.
—Sí, claro.
—Sí, pero solo si incumples las normas. —Esto está claro para mí.
¿Por qué no para ella?
—Aquí tienes.
—Oh, sí.
—Entonces…
—¿Sí?
—Ah, sí, señorita Steele? —El aire casi cruje entre nosotros.
¿En qué dirección va a correr?
—Y yo.
¿Habla en serio?
—Así es.
—Lo que sea por complacer, señor Grey. ¿De qué te distraigo?
Frunzo el ceño.
Mierda. Díselo.
—¿Por qué?
—No quiero.
—Sí.
—No quiero irme —dice, pero sus ojos buscan los míos, buscando
respuestas. Y estoy expuesto, mi fea y rota alma en exposición.
—Enséñamelo —dice.
Y no sé a qué se refiere.
—¿Qué cosa?
—¿Lo intentarías?
—Ana, me confundes.
sabremos los dos, de una vez por todas, si puedo seguir con esto o no. Si
yo puedo, quizá tú…
Página
No.
En la puerta me detengo.
—Te voy a enseñar lo malo que puede llegar ser, y así puedes
hacerte tu propia opinión. ¿Estás preparada para esto?
—Hago esto para que recuerdes que no debes huir de mí, y, por
excitante que sea, no quiero que vuelvas a hacerlo nunca más.
Además, me pusiste los ojos en blanco. Sabes lo que pienso de eso. —
Página
Puede hacerlo.
Nunca me decepcionaría.
No correrá. Lo prometió.
—¡Uno! —grita.
La golpeo nuevamente.
—¡Dos! —grita.
La golpeo de nuevo.
Esto es aleccionador.
600
Ha visto al monstruo.
—Ana —susurro, suplicándole. Quiero que se detenga. Quiero
abrazarla y hacer que el dolor desaparezca. Quiero que llore en mis
brazos.
—¡No hay Ana que valga! ¡Tienes que solucionar tus mierdas,
Grey! —Se quiebra, y sale del cuarto de juegos, en silencio cerrando la
puerta detrás de ella. Aturdido, permanezco mirando la puerta cerrada,
sus palabras resonando en mis oídos.
¿Pero, Ana?
Maldición.
Voy a tranquilizarla.
Estaba enojado con ella por huir de mí. ¿Por qué hizo eso?
¡Mierda!
en sollozos y mocos suaves. Por fin está tranquila. Creo que podría
haberse quedado dormida, pero no me atrevo a comprobarlo, en caso
de perturbarla. Al menos se encuentra más tranquila ahora.
Página
—¿Por qué?
Además, lo que dijo con ira tenía razón, soy un maldito hijo de puta.
Página
Traga nerviosamente.
—No creo que pueda ser todo lo que quieres que sea —admite,
con los ojos muy abiertos, con sinceridad de corazón.
El mundo se detiene.
Mierda.
Frunce el ceño. Sus ojos están enrojecidos y esta tan pálida, más
pálida de lo que la he visto alguna vez. Curiosamente estimulante.
Enfócate, Grey.
Página
necesita. No puedo dejar que esto siga. Tiene que terminar. Esto nunca
debió haber empezado.
¿No fue este siempre un riesgo, con alguien como ella? ¿Alguien
bueno e inocente y valiente? ¿Un riesgo el que no viera a mi yo real
hasta que fuera demasiado tarde? ¿Entonces la haría sufrir de esta
forma?
Vacío.
—Welch.
—No, señor.
608
—Ya veo.
—Tiene alguna idea de donde puede estar, pero quiere que le
engrasen la mano. Quiere saber quién está tan interesado en su esposa.
Aunque no fue así como la llamó.
—¿Cuánto quiere?
—¡Ana, sé razonable!
Quiere olvidarme.
—¿Intentas hacerme daño de verdad?
Ignoro su saludo.
esposo de Leila.
Página
vacilante paso hacia adelante; quiero sostenerla una vez más y rogarle
que se quede.
Página
Me congelo.
Oh, por favor, Ana, déjame sostenerte una vez más. Oler tu
dulce, dulce esencia. Sentirte en mis brazos. Avanzo hacia ella otra vez,
pero sostiene sus manos hacia arriba, deteniéndome.
—Adiós, Christian.
—Adiós, Ana.
~* ~
~* ~
Nunca.
Hasta nunca.
Succiono mi aliento.
No más curiosidad.
Sus brillantes ojos azules ya no me mirarán con diversión apenas
velada… o sorpresa, o lujuria. Miro al idiota taciturno y melancólico
mirarme de vuelta en el espejo del baño.
—Está mejor sin ti. No puedes ser lo que ella quiere. No puedes
darle lo que necesita. Quiere corazones y flores. Se merece algo mejor
que tú, la jodiste, bastardo. —Repelido por la imagen devolviéndome
ceñuda la mirada, me alejo del espejo.
¿Es algo departe de ella? ¿Por qué me lo daría? Dejo caer mis
ropas y, tomando un profundo aliento, me siento sobre la cama y recojo
la caja.
Gracias.
Ana
615
~* ~
Ella quería más, yo no, pero eso fue hace mucho. Fue fácil
cuando ella se fue, nuestro acuerdo terminó por mutuo consentimiento.
De hecho, todo nuestro acuerdo fue ejemplar; solo lo que debía ser.
Mi dulce Anastasia.
Qué diferentes son todas las mujeres que he conocido. La única
mujer que he perseguido, y la única mujer que no puede darme lo que
quiero.
No entiendo.
No. No de nuevo.
Llamo a Taylor.
—¿Señor Grey?
Se detiene un momento.
—¿Madera o plástico?
—Plástico.
—Adelante.
No entiendo.
—No tengo hambre, Taylor. Por favor, vete, disfruta la tarde con
tu hija, y te veré mañana. No te molestaré de nuevo.
Vete.
~* ~
No más Ana.
Gala cancelada.
A.
—No.
—Lo sé.
—No.
—Estoy saliendo.
—Christian... es lo mejor.
~* ~
Sigue adelante.
621
Página
Domingo, 5 de Junio de
2011
M
iro hacia el techo del dormitorio. El sueño se me
escapa. Estoy atormentado por la fragancia de Ana, la
cual todavía se aferra a mis sábanas. Me pongo la
almohada sobre mi cara para respirar su aroma. Es una tortura, es el
cielo, y por un momento contemplo la muerte por asfixia.
Contrólate, Grey.
Mierda.
Camel rancios.
Así.
Mierda.
No pude ayudar a la puta adicta al crack.
La dejé ir.
~* ~
¿Dónde está?
Ella se ha ido.
Mierda.
extiende ante mí, y por primera vez en muchos años, no sé qué hacer
conmigo mismo. Compruebo el tiempo otra vez: cinco y cincuenta y
ocho.
Página
~* ~
Arrival of the Montagues and Capulets de Prokofiev resuena en
mis oídos mientras corro a través de la tranquilidad mañana de la
Cuarta Avenida. Me duele en todas partes, mis pulmones están llenos,
mi cabeza está palpitando, y bostezando, el dolor sórdido de la pérdida
corroe mis entrañas. No puedo correr de este dolor, aunque lo estoy
intentando. Me detengo a cambiar la música y arrastro precioso aire
dentro de mis pulmones. Quiero algo… violento. Pump It de los Black
Eyed Peas, sí. Capto el ritmo.
No.
~*~
La extraño.
Ahí, lo admito.
E: ¿Cerveza, campeón?
Respondo:
626
C: No. Ocupado.
Página
E: Jódete, entonces.
Sí. Que me jodan.
Es lo mejor.
—Gail.
—Claro—murmuro.
—Para uno.
—¿Qué, Gail?
Página
T
emo ir a la cama. Es después de la medianoche, y estoy
cansado, pero me siento en mi piano, tocando Marcello la
pieza de Bach, una y otra vez. Recordando su cabeza
apoyada sobre mi hombro, casi puedo oler su dulce fragancia.
tenía quince años; bueno, una vez, cuando tenía veintiún años. Detesto
perder el control: sé lo que el alcohol puede hacerle a un hombre. Me
estremezco y cierro mi mente a esos recuerdos, y decido terminar la
Página
noche.
Demonios.
~* ~
Ella duda.
—¿Y?
—Gail, solo café. Por favor. —La ignoro, esto no es asunto suyo. A
pesar de sus labios delgados, asiente y se vuelve a la Gaggia12. Me dirijo
al estudio para recoger mis papeles para la oficina y buscar un sobre
acolchado.
—Estoy seguro.
—Detroit.
—Ya veo.
Mierda… no Savannah.
—¿Sr. Grey?
Concéntrate, Grey.
—Adelante.
Página
~*~
—Sí. Gracias.
~* ~
—Encontraré ayuda.
~* ~
—Sí, señor.
¿Estás bien?
Lo ignoro.
~* ~
No puedo soportarlo.
E
stamos follando. Follando duro. Contra la puerta del baño.
Ella es mía. Me pierdo en ella, una y otra vez. En su gloria:
sus caricias, su aroma, su sabor. Empuñando mi mano en su
cabello, sosteniéndola en su lugar. Sosteniendo su trasero, sus piernas
envueltas alrededor de mi cintura. No puede moverse, está sujeta por
mí. Envuelta alrededor de mí como la seda. Sus manos tirando mi
cabello. Oh sí. Estoy en casa. Ella es mi hogar. Este es el lugar en el que
quiero estar… dentro de ella…
Despierto, confundido.
es mía ahora.
~* ~
No puedo seguir con esto. Tengo que verla. Ver que está bien.
Necesito borrar la última imagen que tengo de ella: herida, humillada,
derrotada… y dejándome.
~* ~
~* ~
—Nuestro equipo estará aquí esta tarde para los anunciar a los
encargados el acuerdo.
~*~
—Christian, estoy más que feliz por tomar tu dinero y que mires
fuera de la ventana, pero no creo que la vista sea la razón de que estés
aquí —dice Flynn.
—¿Las mismas?
640
—Sí.
Página
—¿Y?
—Me dejó.
Luce sorprendido.
Sí… diferente.
—La extraño.
—No.
—No entiendo.
—Rompí una de mis reglas. Perseguí a esta chica, pensando que
estaría interesada, y resultó que esto no era para ella.
—Horrorizado —susurro.
—¿Estás seguro?
—Se fue.
Página
—No.
—Mucho.
—No.
—¿Estás sorprendido?
—Indefenso.
Tomo una respiración profunda. ¿Es por eso que esto es tan
doloroso? ¿Porque ella significa algo más, mucho más?
644
—Sí —susurro.
—Entonces tienes que centrarte en ese objetivo. Esto se remonta
a lo que he estado golpeando en nuestras últimas sesiones de SFBT 13. Si
ella está enamorada de ti, como te dijo que está, debe estar sufriendo,
también. Así que repito mi pregunta: ¿has considerado una relación
más convencional con esta chica?
—No, no lo he hecho.
¿Podría yo?
Mierda.
Posiblemente.
13SFBT:Es
un nuevo modelo de terapia que busca solucionar los problemas de la
manera más rápida, eficiente y menos dolorosa. Busca atacar el problema que
determine el paciente como el causante de su conflicto "Aquí y Ahora".
sentimientos. Me parece que te has enfocado en alcanzar tu objetivo
que te perdiste el viaje que estaban tomando juntos.
~* ~
646
Mi torre de marfil.
La necesito.
647
Página
Miércoles, 8 de Junio de
2011
¡M
ami! ¡Mami! Mami está dormida en el suelo. Ha estado
dormida por mucho tiempo. La sacudo. No se
despierta. La llamo. No se despierta. Él no está aquí y
mamá todavía no se despierta.
Solía tener mis pesadillas bajo control. Tal vez una cada dos
semanas pero nada como esto, noche tras noche.
¿Cómo?
Tal vez puedo hacer esto. Me dejo llevar por el sueño, el mantra
en mi cabeza: Ella es mía. Ella es mía… Y la huelo, siento su piel suave,
pruebo sus labios y escucho sus gemidos. Exhausto, caigo en un sueño
erótico lleno de Ana.
~* ~
~*~
—Por favor.
—Le calentaré un par para usted, señor Grey. Aquí está su café.
—Gracias, Gail.
~* ~
—Por favor.
—¿Con leche?
—¿Pollo y mayonesa?
—Uhm…
651
Llamo a Andrea.
—¿Señor?
—Venga aquí.
Andrea se endereza.
Portland.
Querida Ana.
No.
Querida Anastasia.
No.
¡Mierda!
Perdóname.
Te echo de menos.
Asunto: Mañana
Querida Anastasia
Perdona esta intromisión en el trabajo. Espero que esté yendo
todo bien. ¿Recibiste mis flores?
Házmelo saber.
Christian Grey
Y miro.
Nada.
¡Cuatro minutos!
654
Todavía nada.
Página
Asunto: Mañana.
Hola Christian.
Gracias.
Anastasia Steele.
¡SÍ!
655
Solo amigable.
Asunto: Mañana.
Christian Grey.
Asunto: Mañana.
Anastasia Steele.
656
Querida Anastasia.
Christian Grey.
Asunto: Mañana.
Te veo entonces.
Anastasia Steele.
Llamo a Andrea.
—Sí, señor.
—Por favor. Hoy si puedes. Quiero todo lo que tengan sobre Jack
Hyde, y cualquiera que trabaje con él.
—No.
Suspira.
—Iré en seguida.
~* ~
—¿Se ha ido?
Asiento.
—¿A dónde?
—Finanzas.
—Sí, señor.
~* ~
—A Mac Store.
—¿Al noreste cuarenta y cinco?
C: No. Ocupado.
~* ~
Tal vez esto funcionará. Ella quiere corazones y flores; tal vez esto
llegará cerca. Pero sacudo mi cabeza, porque no tengo idea. Hay
tanto que quiero decirle a, si me escucha. Y si no, las canciones lo dirán
por mí. Solo espero que me permita la oportunidad de dárselo.
L
a doctora levanta sus manos. No voy a hacerte daño.
Necesito revisar tu barriguita. Aquí. Me da una fría, cosa
redonda y me deja jugar con él. Lo pones en tu barriguita, y
no voy a tocarte y puedo escuchar tu barriguita. La doctora es buena…
La doctora es mami.
Hay otro niño. Lelliot. Es molesto. Así que le doy un puñetazo. Pero
a mi nueva mami no le gustan las peleas. Hay un piano. Me gusta el
sonido. Me detengo en el piano y presiono las teclas blancas y las
negras. El ruido de la negra es extraño. La señorita Kathie se sienta al
piano conmigo. Es profesora de las notas blancas y negras. Tiene el
cabello largo y castaño y se parece a alguien que conozco. Huele a
flores y pastel de manzana recién horneado. Huele bien. Hace que el
piano suene bonito. Es amable conmigo. Sonríe y toco el piano. Sonríe y
soy feliz. Sonríe y ella es Ana. Hermosa Ana, sentada conmigo mientras
toco una fuga, un preludio, un adagio, una sonata. Suspira, apoyando
su cabeza en mi hombro, y sonríe. Me encanta escucharte tocar,
Christian. Te amo, Christian.
Hoy, la recuperaré.
Fin
Página
E. L. JAMES
663
Página
Material traducido, corregido,
diseñado y diagramado en
colaboración por:
664
Página