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3 OBJETIVOS 3.1.

OBJETIVO GENERAL
Diseñar la sección transversal de pavimento asfaltico y rígido del bloque DLD casa 6 barrio
Guairasacha frente al parque
3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Recolectar información respecto a la localización, y estado de la infraestructura del
pavimento
• Calcular los espesores de la estructura del pavimento rígido y flexible por medio de los
métodos INVIAS y AASHTO 93, que cumplan con los parámetros técnicos y normativos.
• Validar y analizar las alternativas de diseño del pavimento a través de la relación costo
beneficio y así poder elegir la opción mas viable que satisfaga las necesidades del sector

¿Qué tipos de estructuras existen hoy en día?


En la actualidad, existen infinidad de tipos de estructuras diferentes,
aunque impera claramente el hormigón armado. Veamos cuáles son los
sistemas de estructuras más habituales tanto en obra nueva como en
rehabilitación:

1. El hormigón armado
Es el rey indiscutible de las estructuras en nuestro país y en gran parte del
mundo. Se usa tanto para obra nueva como para rehabilitación. Cabe señalar
que el hormigón armado se compone de dos materiales básicos: una masa
continua de hormigón y un refuerzo interior de barras o mallas de acero.
Existen varios sistemas diferentes de estructuras de hormigón armado,
desde el sistema tradicional adintelado formado por pilares, vigas y forjados
hasta los muros continuos de hormigón o las losas. Todos estos sistemas se
pueden combinar, es decir, puede haber estructuras que tengan pilares por un
lado y muros de hormigón por el otro. Además, puede haber zonas con vigas y
forjados y también zonas que tengan una losa continua.
El hormigón armado está presente en casi la totalidad de las obras en, al
menos, un elemento: la cimentación. La cimentación es como la raíz de una
planta. Todas las estructuras necesitan una cimentación, que será mayor o
menor en función de la resistencia del terreno y del peso de la estructura que
sujete. La cimentación es un elemento tan complejo o más que la propia
estructura, y normalmente necesita de un estudio geotécnico del
terreno para poder ser calculada convenientemente. 

El acero
El acero es un material imprescindible en las estructuras, pues recordemos
que la armadura del hormigón armado se compone de él. A nivel individual, las
estructuras de acero se asocian, por ejemplo, a las naves industriales, las
torres de telecomunicaciones, etc. El acero es un material ideal para soportar
grandes luces, mediante la utilización de cerchas o vigas de gran canto, por
eso, es muy habitual su uso en grandes espacios diáfanos. También es el
material más habitual en los edificios de gran altura, como torres o rascacielos,
pues, en general, tiene una mayor resistencia que el hormigón. 
En edificación convencional se usa menos debido, por un lado, a su precio,
y por el otro a la falta de tradición y de mano de obra cualificada para su
uso. La ventaja que posee es su mayor grado de prefabricación, que permite
obras más rápidas y más limpias. Es un material muy recomendable en
rehabilitación, gracias a que las obras en seco producen menos daños en la
edificación original y son más reversibles.
Las estructuras de acero se pueden combinar perfectamente con las de
hormigón armado. El caso más habitual es el llamado forjado colaborante o
forjado de chapa colaborante, que consiste en un forjado compuesto por una
chapa grecada sobre la que se apoya una losa de hormigón, las cuales
trabajan solidariamente. Sin embargo, también se pueden combinar los pilares
de acero con losas de hormigón, con forjados unidireccionales de vigas planas,
etc.
La madera
La madera es el material primigenio para la formación de estructuras, y ya
se usaba desde la prehistoria. Todas las grandes civilizaciones han recurrido a
la madera para la elaboración de estructuras, especialmente de tejados y
forjados intermedios, es decir, para las estructuras horizontales. Esto es debido
a su gran resistencia a flexión, que otros materiales como la piedra y el
ladrillo no tienen. 

La madera se ha usado para la formación de estructuras en nuestro país hasta


bien entrado el siglo XX, cuando se ha empezado a expandir la obsesión por el
hormigón armado. Sin embargo, en los últimos años del siglo pasado, la
madera era una rareza en las estructuras, que no estaba ni contemplada por la
reglamentación del cálculo de estructuras. Con la entrada del siglo XXI, gracias
a la difusión de la ecología, la eficiencia energética y la sostenibilidad la
madera se ha vuelto a poner de moda en Europa y tímidamente también en
nuestro país. 
Hoy en día, se pueden hacer todo tipo de estructuras de madera, desde
pilares y vigas de gran resistencia, gracias a la madera laminada; hasta
forjados y muros de carga, gracias al CLT. La madera es un material ideal
para la rehabilitación, especialmente de las estructuras que originalmente ya
eran de madera. Es un material reversible y ecológico que produce una
huella de carbono nula y está disponible en casi todas las partes del mundo. 

Los muros de fábrica


Se entiende por muros de fábrica a aquellos muros compuestos por
elementos trabados, normalmente con mortero, como pueden ser los muros
de ladrillo, de bloques de hormigón, de piedra, de cerámica aligerada, etc.
Los muros de fábrica son los elementos tradicionales de la arquitectura
popular para las estructuras verticales. En cada región se hacen con los
materiales disponibles en la zona. Por ejemplo, en el noroeste peninsular son
habituales los muros de piedra (normalmente de granito), mientras que en
levante son más habituales los muros de materiales cerámicos como el ladrillo.
En zonas interiores se combinan armazones de madera con rellenos de piedra.
Las fábricas populares habitualmente se encalaban, puesto que se hacían con
piezas poco homogéneas. 
Hoy en día todavía se hacen muros de fábrica estructurales, sobre todo
para la construcción de elementos de poca importancia como cobertizos, muros
de cerramiento de fincas, naves, etc. A modo experimental también se hacen
viviendas u otras construcciones de bloques de cerámica aligerada o de ladrillo,
aunque lo habitual es que estos sean solo un cerramiento. 

¿Cuál es la mejor estructura?


No existe un sistema estructural óptimo. Dependiendo del tipo de
edificación, la estructura más adecuada será una u otra. El agente más
cualificado para elegir el tipo de estructura será el proyectista de la obra. Para
su elección dependen varios factores, como las cargas que va a soportar el
edificio, el tamaño de las luces (distancia entre pilares), la altura del edificio, el
tipo de terreno, etc. Muchas veces, el constructor nos querrá condicionar a
hacer un tipo de estructura concreto, adecuado a los medios materiales y
humanos que posee. Siempre es bueno escuchar sus motivaciones, por si nos
podemos ahorrar algún coste, pero también hay que tener en cuenta otros
motivos técnicos, como el cálculo y el diseño concreto de cada estructura.
Por regla general, las estructuras más habituales para edificios de tamaño
intermedio (viviendas, edificios de viviendas, colegios, hospitales, etc.) son de
hormigón. Por otro lado, el sistema más habitual es el de pilares y vigas de
hormigón. Hoy en día son más habituales las vigas planas porque, aunque
necesiten más cantidad de hormigón y de acero, son más fáciles de construir y
originan espacios más versátiles. Los forjados más habituales son los
unidireccionales de viguetas y bovedillas. Este sistema es el estándar y por
tanto, a priori, el más barato para edificios de tamaño intermedio. 
Para edificios con grandes luces (naves, piscinas, teatros, estadios, gimnasios)
no se puede usar un sistema estándar. En estos casos lo más adecuado y
económico suele ser un sistema de pórticos de acero o de madera laminada.
La elección de uno u otro dependerá del diseño de cada espacio.
Para la rehabilitación de edificios tradicionales, que normalmente están
formados por muros de carga y forjados de madera, lo mejor será sustituir los
materiales en mal estado por un material de las mismas características.
Habitualmente los muros de carga suelen estar en buen estado o llegan con un
pequeño refuerzo. Sin embargo, las estructuras de madera suelen sufrir la peor
parte y es conveniente sustituirlas por estructuras nuevas de madera
aserrada o laminada. Como alternativa, se pueden sustituir también
por estructuras metálicas. Lo menos conveniente suele ser la realización de
estructuras de hormigón, pues estas pesan mucho y tienen un reparto de
cargas distinto al de las estructuras de madera, por lo que pueden hacer surgir
patologías de carácter irreversible sobre el muro original. 
Finalmente, para construcciones muy pequeñas, como garajes, pequeños
cobertizos, casetas para el perro, casetas para aperos, etc. podemos usar
estructuras de fábrica típicas de la zona, como la mampostería, el perpiaño, el
ladrillo o el bloque de hormigón. Como material de cubrición siempre podremos
usar una estructura ligera sobre correas de madera, acero o incluso hormigón
prefabricado. Pero no debemos olvidar que las estructuras de bloque también
han de llevar su debida cimentación, y que esta ha de ser acorde con el tipo de
terreno. 

¿Cómo se calculan las estructuras?


El cálculo de estructuras es uno de los motivos, y muchas veces el único, por el
que se llama a un arquitecto para realizar una obra, sobre todo si es pequeña.
El diseño lo pone el cliente, la construcción la pone el albañil pero, ¿quién
calcula la estructura? ¿Quién se responsabiliza de que con esa estructura
el edificio no se va a caer?
El cálculo estructural conlleva un desarrollo matemático muy elaborado.
No es solo fruto de la experiencia. Las estructuras no se diseñan a ojo, sino
que se calculan. El Código Técnico de la Edificación (CTE) y la Instrucción de
Hormigón Estructural (EHE) regulan los cálculos que hay que llevar a cabo en
las estructuras de acero, madera y fábrica (CTE) y de hormigón (EHE). Estos
cálculos se pueden realizar a mano, con hojas de cálculo especializadas o
mediante programas informáticos. 
En general, cada técnico está capacitado para calcular el tipo de estructuras
habituales de su campo. Para las estructuras de edificación
convencionales, el técnico más cualificado para calcularlas es un arquitecto.
Para calcular un puente, el técnico más cualificado será un ingeniero de
caminos, mientras que para calcular la estructura de una nave, tal vez el
técnico más cualificado sea un ingeniero industrial. Pero en todos los
campos, y más en este caso, siempre hay especializaciones. Existen
arquitectos, arquitectos técnicos e ingenieros especializados en el diseño y en
cálculo de estructuras. Existen arquitectos que no calculan nunca sus
estructuras y otros que recurren a especialistas en el caso de que exista cierta
complejidad. No por ello son peores profesionales, sino que prefieren ofrecer
una garantía extra aún a costa de compartir sus honorarios. Lo mismo pasa
con otros campos fuertemente especializados como los de las instalaciones, la
decoración, la eficiencia energética, etc.

Profesionales especializados
Si algo caracteriza a los arquitectos en España, son sus
conocimientos especializados en campos técnicos, sobre todo en el ámbito
de las estructuras. En el resto de Europa y en gran parte de América existe la
figura del Ingeniero Civil, que se dedica a desarrollar técnicamente el diseño
del arquitecto. En España el arquitecto tiene que desarrollar el proyecto al
completo, desde la estructura hasta las instalaciones, y solo tiene la ayuda del
arquitecto técnico durante la fase de la obra. Es verdad que puede firmarse
cada parte del proyecto conjuntamente con otros técnicos, pero en la práctica
esto nunca sucede y el proyectista se responsabiliza habitualmente de toda la
construcción. Por este motivo, hay que aprovechar y confiar en los
arquitectos a la hora de diseñar la estructura de nuestra edificación, ya
sea desde un pequeño cobertizo hasta un colegio o un hospital.
La pregunta habitual que nos hacen a los técnicos es: ¿qué viga debo poner
para que la estructura aguante? La cuestión no es solo que el edificio no se
caiga (los edificios no se suelen caer, incluso aunque estén mal calculados),
sino si, debido a una flecha (la distancia que se mueve una viga cuando está
cargada) excesiva se pueden producir grietas en tabiques, desniveles en el
pavimento o simplemente una sensación visual (y real) de que la estructura no
es estable. También es importante que una estructura esté bien calculada para
que aguante al fuego, a la humedad, a la corrosión o al ataque de insectos
xilófagos. E incluso, una estructura puede estar bien calculada, pero mal
diseñada, bien porque esté sobredimensionada o bien porque su disposición
empeore el diseño del edificio. En definitiva, debemos dejar el diseño y el
cálculo de las estructuras en manos de un profesional cualificado y, en
caso de querer hacerlo nosotros mismos, tenemos que disponer de una
formación específica que así lo acredite. De esta forma, no tendremos que
compartir nuestros honorarios y nos convertiremos en un profesional 360º. 
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