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Urushi

La palabra Urushi se usa tanto para llamar así al árbol de donde se extrae la resina, como a la resina
misma. Esta es extraída de la savia del árbol Rhusvernicifera, o en latín, Toxicodendronvernicifluum, o de
forma sencilla, árbol Urushi. Es un árbol que se encuentra en las zonas costeras de Japón, China y Corea.
Existen varias diferencias entre esta resina con otras existentes, una de ellas es que otras resinas provienen de
insectos como las cochinillas, además de que el urushi, por naturaleza propia es una resina toxica al tacto. Y
también esta resina o laca japonesa destaca por la exquisitez y minuciosidad al trabajarla.
Como se obtiene
La extracción o sangrado de la sabia se realiza en verano, entre los meses de junio y septiembre y solo en los
árboles que tengan como mínimo 10 centímetros de grosor así como 10 años mínimo de edad. El artesano
hace varios cortes controlados en el tronco con lo cual se obtienen aproximadamente 250 mililitros de resina
al año. Al llegar el otoño la resina que aun sangra pierde calidad por lo que se detiene el proceso hasta el año
siguiente. La savia natural es de color blanco, pero al entrar en contacto con el aire cambia su color y
oscurece, por ello se almacena en lugares húmedos y protegidos de la luz. Para poder usarla, la savia se
somete a un proceso de purificación donde se deshidrata y tiñe. Los colores mas usados para el teñido son el
rojo y negro, para lo cual se añaden pigmentos como el cinabrio o el oxido de hierro respectivamente.
Además de ser usada para el Kintsugi como adhesivo, también se usa como acabado sobre objetos que se les
quiera dar un acabado laqueado brillante de gran calidad. En ambos casos el proceso es lento ya que lleva
varias capas sucesivas, las cuales tienen un tiempo de secado largo para que se consolide de forma adecuada.
Todo esto hace que el valor de las piezas trabajadas aumente su valor y en algunos casos llegando a
considerarse objetos de lujo. Y en el caso de los objetos trabajados con la técnica del Kintsugi, en piezas de
gran valor estético.
Proceso tradicional del Kintsugi o Kintsukuroi
Hoy en día existen nuevos materiales que pueden dar un resultado similar al clásico con menos esfuerzo y en
muchísimo menos tiempo. Asi mismo existen “Kits de Reparación” para usar solo una vez, lo cual también
es aceptable si así se desea. Sin embargo, algunos aun preferimos la vieja escuela ya que además de lograr un
resultado más cercano al deseado, también nos acerca más a esa forma de ver la vida que conlleva tan
hermoso arte.
Los siguientes pasos se asemejan mucho a la forma tradicional desarrollada en el antiguo Japón desde el
desarrollo hasta el uso de materiales. 
Paso 1: El accidente
Donde inicia todo, un accidente y la fractura del objeto.
Reunir los fragmentos.
Imaginar y definir la forma en que se tomara y hará la reparación.
Paso 2: Armado
Limpiar las piezas del objeto y reunir las herramientas a utilizar y muy importante, el uso de guantes tanto
por el manejo de la pieza y por propia protección.
Ensamble previo del “rompecabezas” para ubicar las piezas.
Preparar y aplique el aglutinante e ir uniendo las piezas. Y si falta alguna pieza preparar una mezcla especial
y rellenar el espacio faltante dándole forma a la pieza perdida.

Técnica
La técnica del Kintsugi o Kintsukuroi consiste en unir piezas mediante laca Urushi de origen
japonés (hecha de resina del árbol Urushi que solo se encuentra en Asia), y rociada con polvo de
oro, plata o platino, usando un pincel de kebo o makizutsu. Esta resina es usada también para
trabajos de lacado en madera, por ello la técnica de restauración no solo se utiliza con piezas de
cerámica, sino que también con madera.
Al termino del proceso la pieza vuelve a la vida si cabe aún más bella, repleta de cicatrices
resplandecientes.

Kintsugi: técnica tradicional japonesa


Paso 3: La espera
Eliminar el material sobrante con una herramienta para luego limpiarlo usando esencia de trementina.
Sujetar bien las piezas en su lugar con cinta adhesiva o elásticos.
Se debe dejar secar el aglutinante, “respirar”, para que seque y endurezca. La tradición marca el uso de una
caja cerrada con una toalla y rejilla dentro para colocar la pieza. El tiempo aproximado de secado puede ser
entre 7 y 14 días.
En cada paso se deben limpiar los instrumentos con trementina o aceite vegetal y guardar cuidadosamente el
material para la siguiente vez.
Paso 4: Reparar
Al secar perfectamente limpiar los restos del con un cúter y trementina, luego lijar con papel de lija fino para
alisar la superficie perfectamente.
Checar al tacto que la superficie sea perfectamente plana ya que algunas irregularidades son difíciles de
discernir a simple vista.
Aplicar la siguiente laca negra y tomar y respetarse el proceso de secado y lijado mencionado anteriormente.
Aplicar una laca roja y esta solo debe dejarse secar por media hora para poder recibir el paso final.
Paso 5: Revelar
Colocar polvo de oro en un pincel y espolvorearlo suavemente sobre la laca roja todavía pegajosa. Una vez
seco el polvo recolectarlo con la ayuda de un pincel y colocar el objeto en la caja para secar y endurecer de
dos a tres días.
Una vez que la laca ha secado, pasar una bola de algodón de seda para eliminar el exceso de polvo y revelar
las cicatrices de oro.
Proteger: poner una fina capa de laca protectora para estabilizar el oro y dejar secar por 24 horas.
Poniendo oro a las
cicatrices
El toque final es contemplar el objeto reparado y sublimado en toda grandeza, el cual llevara con nobleza sus
cicatrices doradas.
La contemplación de las imperfecciones perfectas
Todos los pasos anteriores son complejos y largos pero muy importantes ya que en la medida que se respeten
aumentaran el valor de la pieza restaurada. Aplicar el aglutinante necesario para su perfecta unión, respetar
los tiempos de secado, condiciones de humedad y luminosidad, la correcta aplicación de las lacas así como el
polvo de oro en la cantidad adecuada son detalles a cuidar en todo momento, que junto con paciencia y el
gusto por el proceso darán como resultado una pieza única.

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