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2) Análisis de las Casas Astrológicas

Jung considera dos actitudes fundamentales, pero complementarias en la vida: la introversión y la


extroversión. Ni una ni otra existen en estado puro, ni hay un Yang ni un Yin puro. Pero existe un
predominio relativo de una de estas dos actitudes en cada uno de nosotros. Hay entre las dos una
diferencia esencial: para el extrovertido hay un movimiento hacia el exterior, interés por los objetos
y las relaciones o valores objetivos; mientras que, para el introvertido el interés se aleja del objeto
y va hacia el sujeto que se interesa principalmente en sus propios procesos psicológicos. El
extrovertido ve todo de lo que le llega objetivamente; el introvertido ve todo lo que le llega en
función de su conciencia. Cada actitud tiene un valor relativo. El introvertido centrado en su propia
subjetividad tiene una base más segura, permanente y valorable más que el extrovertido que
depende del objeto. Del mismo modo que el extrovertido no comprende cómo un punto de vista
subjetivo puede ser más importante que la situación objetiva; el introvertido no comprende por qué
el objeto debe ser siempre el elemento decisivo. Jung ha encontrado estos dos tipos en todos los
niveles sociales y tanto entre los hombres como entre mujeres. Y ha llegado a la conclusión que la
distribución tan universal no podía ser el resultado de una elección de actitud consciente y
deliberada, sino que la causa era inconsciente e instintiva. Puesto que los niños incluso en una
misma familia, muestran una actitud típica evidente en uno u otro sentido, no se puede decir que
esta actitud proceda bien sea de la influencia de los padres, bien sea de la lucha de la existencia.
Para establecer de manera muy general la introversión o la extroversión en un mapa, se puede
observar el predominio de los planetas, bien sea por encima o por debajo del Horizonte. El
Horizonte, psicológicamente hablando, simboliza la conciencia nacida del sentido de las
diferencias. Para la conciencia humana hay, en primer lugar lo que se llama "yo" o "mi" y, por
consiguiente lo demás, cosas o personas que no son "yo". Hay pues, oposición constante, "yo" y
todas las entidades que se encuentran fuera de "mi". Esta oposición es el significado básico de los
dos polos. -Ascendente  y Descendente- del eje horizontal del tema. El trabajo de la conciencia
consiste en unir de algún modo el yo y todo lo que no es yo. La conciencia nace de la interacción
constante entre el yo y el no-yo, entre la percepción de lo que se es -quién y qué- y la percepción
de lo que son todas las demás personas y cosas.

ૐ La aproximación subjetiva de la conciencia, la vía introvertida, se ve en el Ascendente y se


desarrolla a través de las seis Casas bajo el Horizonte.

ૐ La aproximación objetiva de la conciencia, centrada sobre el objeto, la vía extrovertida, se ve en


el Descendente y se desarrolla a través de las seis Casas encima del Horizonte. 

Como consecuencia en el caso en que las Casas bajo el Horizonte, estén particularmente
cargadas de planetas, hay un énfasis sobre el desarrollo de la percepción individual, sobre todo lo
que está condicionado por el yo y su carácter propio. Por el contrario cuando las Casas encima del
Horizonte contienen a la mayoría de los planetas, el interés principal es el desarrollo de la
percepción objetiva, de la conciencia social, de todas las cosas que están condicionadas por el no-
yo: al mundo de las sensaciones y de las relaciones ínter-personales. Comprendemos pues que el
Horizonte es el símbolo de toda especie de diferenciación.

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Apliquemos ahora estas ideas generales a un mapa particular. Puesto que el Horizonte simboliza
la conciencia que nace del sentido de diferencia, podemos decir que el Ascendente se refiere
esencialmente a todo lo que se diferencia a una persona de la media humana. Se encuentra en él,
su verdadera individualidad, aquello que la hace única, todos los factores -físicos, psicológicos y
espirituales- que la distinguen. El Signo sobre el Ascendente nos dirá qué cualidades deberá
manifestar la persona para encontrar su camino distinto. El polo complementario, el Descendente,
muestra esencialmente cómo encontrará la persona el mundo exterior en general y, más
particularmente las personas con las cuales ella se asocia de manera intima o estrecha. Debemos
siempre guardar en el espíritu la reciprocidad del Ascendente y del Descendente considerados
como los dos polos del eje horizontal del mapa. No podemos jamás separar lo que somos
individualmente, de la manera en que vemos a los demás y al mundo exterior. Cada polo del eje
horizontal debe ser visto como una forma de compensación psicológica por los valores revelados
en el otro polo (valido para todos los ejes). El individuo no existe en el vacío; se ve
constantemente modificado por sus relaciones con el no-yo. Unas veces el yo es el polo positivo, y
otras veces éste, será el no-yo. Los cambios constantes, en los cuales el yo es tanto activo, como
pasivo, son las fuerzas motrices necesarias al desarrollo de la conciencia. Cuando se observa el
mapa en su conjunto encontramos que los planetas gravitan sobre todo alrededor del eje
horizontal (en particular en las Casas 12-1 y 6-7), podemos deducir que la persona deberá
ocuparse sobre todo del desarrollo de la conciencia. Si la mayoría de los planetas se encuentran
cerca del Ascendente, el esfuerzo principal deberá dirigirse al desarrollo de la conciencia del yo; si
se encuentran cerca del Descendente, el problema principal de la vida será el desarrollo de la
conciencia de los otros, del mundo exterior y de sus leyes, de todas las entidades sobre las que la
persona no tiene ningún control inherente, pero con las que, la vida le exige una interdependencia.
Tenemos pues, el nacimiento de la conciencia subjetiva del yo en el Ascendente y el nacimiento
de la conciencia objetiva del universo y de los otros en el Descendente. Los dos polos del
Horizonte son los puntos de partida de un proceso que debe desarrollarse a través de las Casas
siguientes. En la vida de la personalidad hay dos principios constantemente en obra; son el
principio de diferenciación y el principio de integración. El término diferenciación es usado para
designar el proceso que divide una masa simple y homogénea en numerosas unidades complejas
separadas. Una nebulosa se diferencia, por ejemplo, en estrellas, en soles y en planetas; el huevo
fecundado se diferencia en células, órganos, etc. Por otra parte, la palabra integración expresa el
proceso por lo cual la unidad separada reconoce su relación con y su dependencia de un todo
más grande, y se asocia enseguida a otras unidades individualizadas, con el propósito de actuar
intencionalmente unidos en los limites de ese todo. Podemos también interpretar estos principios
llamándoles respectivamente "conciencia" y "poder", porque todas las experiencias humanas
pueden ser evaluadas en términos de conciencia y de poder. Sin conciencia, todo poder se
manifiesta en un nivel por debajo de la humanidad; sin poder, la conciencia será una abstracción,
una esencia o un soplo sin sustancia, sin ningún contacto con la existencia. En astrología, el
Horizonte es el símbolo de todas las diferenciaciones. Es la linea de demarcación entre lo visible e
invisible, entre lo que está encima y lo que está debajo, entre el cielo y el suelo de la Tierra, entre
la vida objetiva o exterior y la vida subjetiva o interior. 
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Todo lo que se encuentra encima del Horizonte se refiere esencialmente a la experiencia humana
del cambio, a la actividad objetiva del ser humano que ata ya desata sin cesar sus contactos con
las cosas y las personas. Mientras que todo lo que se encuentra debajo del Horizonte se refiere
esencialmente a lo que es, al menos relativamente permanente: a nuestro yo consciente, a la vida
interior, a todos los valores sólidos de base para su experiencia. Sobre la base de esta distinción
fundamental se desarrollan todas las otras diferencias. El Horizonte se refiere a un hecho
indiscutible y absolutamente evidente, al hecho más esencial de la conciencia humana. Hay lo
que, de una manera o de otra, yo llamo la "mismidad" y todas las otras cosas o entidades que no
son "yo-mismo" con oposición o conflicto continuo entre el "yo" y el "no-yo". Esta oposición está
representada principalmente por las dos extremidades del Horizonte: el Ascendente al Este y el
Descendente al Oeste. El Ascendente representa el "yo"; el Descendente el "no-yo", otro. Ser
consciente es relacionar de una manera o de otra el yo a todas las otras cosas. Es darse cuenta al
mismo tiempo que yo soy y que mi existencia está mezclada a la de millones de otras entidades.
Es por lo que el Horizonte simboliza la conciencia. Podemos decir que el Ascendente representa
la manera esencial por la cual una persona difiere de la media humana: su unicidad, su
individualidad. El Descendente,  representa la manera esencial en que la persona encuentra el
mundo exterior en general y, más particularmente, aquellos con los que está
asociada íntimamente en un plano de igualdad. El Ascendente revela cada trazo del cuerpo, del
mental y del espíritu, que hace resaltar a una persona y le da un carácter particular, original y
relativamente único. El Descendente revela las condiciones particulares de todas las relaciones
significativas que tiene la persona con aquellos con los que pueda ser verdaderamente ella
misma. Los rasgos distintivos, revelados por el Ascendente, pueden ser las cicatrices, una forma
especial de cabeza, una expresión particular de los ojos o de la boca, o pequeñas manías, hábitos
personales. Sin embargo en numerosos casos, el AS. sólo no da los rasgos de la persona, la
presencia de planetas en la 1 pueden modificar estos datos, además, el Descendente revela el
género de contacto que el individuo establece con su medio, su nación o su raza. Si está
fuertemente influido por factores colectivos. 

Sus rasgos pueden también revelar el acento del Signo que se encuentra en el Descendente.
Cada uno de nosotros lleva de una manera o de otra, la huella de sus actividades
más características; y los planetas próximos a uno de los cuatro ángulos del tema son casi
siempre el símbolo de actividades que influencian fuertemente la estructura de la personalidad. Se
puede interpretar el dualismo Ascendente-Descendente considerando la naturaleza de los
planetas que "gobiernan" los Signos de cada polo (esto es así para todos los Ejes del tema). El
genio único y original simbolizado por el Ascendente está al principio latente: puede manifestarse
concretamente o no. Es función del planeta regente sugerir respuesta, si es positiva la vida de la
persona es triunfar en virtud de valores espirituales y creadores, el hombre llega a ser lo que debe
ser. Si la respuesta es negativa, entonces el hombre no llega a realizar concretamente su
potencial. Puede triunfar según nuestra forma de juzgar el éxito de una vida en función de valores
sociales; pero el objetivo más significativo contenido en su nacimiento no se realiza. La astrología
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puede sugerir bajo qué condiciones la persona podrá revelar su genio individual latente según la
posición por Signo y Casa del planeta regente. Este planeta simboliza el género de energía o de
actividad que permite a la persona aportar una contribución única en la vida. Si el Ascendente
revela la unidad del individuo, el Descendente revela como este individuo único y original
encuentra a otros individuos, como establece con ellos relaciones estrechas; porque, tan sólo por
medio de estas relaciones puede probar y desarrollar su propio genio. Se puede incluso decir que,
en muchos casos, su manera personal de abordar la relación humana no le permiten poner su
genio plenamente en valor. Por lo tanto, será necesario hablar del planeta regente ¿o debemos
tomar en consideración como "segundo planeta regente", al que gobierne el Descendente? A mi
parecer, es necesario tomar los dos en consideración, pero el planeta regente del Ascendente es
el factor positivo: el revela el poder dinámico que activa el genio individual. Por lo contrario, el
planeta que gobierne el Descendente enseña cómo se debe exteriorizar su genio potencial si se
desea conseguir su vida espiritualmente (o realizar); se refiere al género de cooperación que el
individuo puede esperar de sus asociados íntimos y del mundo exterior, cooperación que él puede
estimular según su actitud personal con los otros.

Hemos dicho que el significado de las Casas depende en primer lugar de la cruz fundamental
establecida por el Horizonte y el Meridiano. En efecto es esta cruz y no solamente el Ascendente y
el Descendente, la que define nuestra aproximación particular a la vida. Constituye el cuadro
fundamental inmutable, en el seno del cual es preciso situar los demás factores astrológicos. Ella
centra el universo en la persona y concentra su aproximación a la vida, en el tiempo y el espacio.
El eje del Meridiano une sus polos Cénit y Nadir y se encuentra siempre en ángulo recto con
relación al eje del Horizonte. Es la plomada, la linea de gravitación, la columna vertebral del
hombre de pie que prolongada hacia lo alto alcanzará un punto del cielo exactamente encima de
su cabeza y, hacia abajo pasará a través del centro de la Tierra, para alcanzar un punto del cielo
exactamente opuesto al punto del Cénit. El simbolismo esencial del punto Nadir viene del hecho
que prolongando la vertical hacia abajo, a lo largo de la espina dorsal del hombre de pie, llegamos
al centro de la Tierra. El hombre alcanza -o puede alcanzar- el centro de su personalidad global en
el punto Nadir de su tema. En este punto, el hombre puede sentirse entero, centrado, enraizado,
seguro de si mismo. Aquí él establece sus bases en todos los niveles posibles, no solo desde del
punto de vista del hogar y la familia, sino también psicológico y espiritual. En el Ascendente el
hombre dice "yo"; mas, en el Nadir, dice "yo soy", porque el Nadir nos muestra la clase de
integración individual concreta que la persona puede alcanzar. Si  aplicamos al Meridiano la
misma clase de razonamiento que hemos aplicado al Horizonte; y puesto que es también un eje,
hay del mismo modo un cambio entre sus dos polos, Cénit (asimilado al Medio Cielo) y Nadir
(asimilado al fondo del cielo). El Cénit es el punto culminante del hemisferio que aparece desde el
Descendente. En el Descendente decimos "nosotros" y será en el Cenit donde diremos "nosotros
somos", porque el Cénit representa nuestra  plena participación en la vida de nuestro grupo, de
nuestra comunidad y también el poder que obtenemos de esta participación social. Dicho de otra
forma, el eje del Meridiano se refiere al poder a nuestra disposición: poder personal en el Nadir,
poder social en el Cenit. El Meridiano, símbolo del hombre vertical, representa al hombre capaz de

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manejar activamente el poder y de asumir sus responsabilidades en la vida. En el
Nadir, firmemente establecido en su yo y en su hogar, asume responsabilidades sociales y
demuestra de que manera es capaz de manejar el poder que le viene de sus relaciones con
grupos de todas clases. El Cenit es el punto de mayor dispendio del poder, el punto de actividad
creadora en el mundo objetivo y concreto de la sociedad. El Nadir es el punto de mayor
concentración del poder, la base o la raíz en la que todo se dirige hacia una manifestación objetiva
eventual. Como dice Rudhyar, "nadie encontrará su estrella en el Cénit sin haber encontrado
previamente el centro de su personalidad global".  El Cénit es el polo del empleo consciente u
objetivo del poder, el Nadir es el polo del empleo inconsciente o subjetivo del poder, y cuando digo
"empleo", quiero también decir abuso o defecto de ese empleo del poder a su disposición. El
sincronismo entre estas dos clases de poder en el mapa natal determina en todo momento el nivel
espiritual de una personalidad. Sin embargo, es preciso no olvidar que la participación de un
hombre o de una mujer a la obra del mundo está siempre condicionada, en primer lugar, por la
atmósfera de su infancia, sus miedos y sus complejos y por su capacidad de llegar a una auténtica
madurez psicológica. Es por esto que la actitud  de alcanzar una posición de prestigio y de poder
social está profundamente unida a la clase de relación que se haya tenido con sus padres. Esta
relación es la fuente del poder orgánico personal, la fuente de lo que se puede dar más tarde a la
sociedad. Por lo tanto, si nos encontramos en un mapa, que los planetas gravitan alrededor de los
polos del Meridiano (sobre todo en las Casas 9-10 y 3-4) más que alrededor de los polos del
Horizonte debemos de suponer que la persona deberá interesarse sobre todo en la obtención del
poder. Si la mayoría de los planetas se encuentran cerca del Nadir, deberá buscar el poder
personal, fundaciones personales sólidas. Si los planetas se encuentran más cerca del Cénit
deberá buscar el poder social, un fuerte deseo de interpretar un papel público, cualquiera que
sean los obstáculos y a pesar de las barreras o las oposiciones que puede encontrar en esta
búsqueda. Mientras que el Horizonte es una linea evidente de demarcación entre lo que se
encuentra encima de la Tierra y lo que se encuentra bajo el suelo, el Meridiano no es de ningún
modo tan evidente en la experiencia humana. Sin embargo, se siente que de alguna manera la
vasta cúpula del cielo posee una clave de bóveda y es lo que llamamos Cénit. Se siente también
que la Tierra bajo nuestros pies es sólida, esférica y posee un centro. De hecho, la integración no
es en primer lugar una cuestión de conciencia, sino de instinto orgánico: el instinto es uno de los
nombres que se da al poder de ser integro y de guardar esta integridad. Así el Meridiano se refiere
a este poder. La realización de la personalidad y de una participación significativa a la vida
orgánica del Todo es un problema de integración, por lo tanto relacionado con el Meridiano. La
condición de la personalidad determina el género y la cualidad de la participación. El individuo y la
posición social que alcanza son en un sentido opuestos polares, así como las Casas 4 y 10, deben
complementarse. De hecho, el principio de polaridad es la piedra angular de toda
interpretación astrológica eficaz. Este principio explica por qué todo factor que se estudie en un
mapa puede tener un significado negativo lo mismo que positivo, sin considerarlo bajo la
tradicional clasificación de bueno o de malo, feliz o desgraciado. No es el factor astrológico el que
en si es bueno o malo, feliz o desgraciado, sino el empleo que se hace de él. El Meridiano se
refiere al poder a nuestra disposición, cuando se realiza la integración de numerosos elementos
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en el seno de un todo organizado y estructurado. En la Casa 4, es la integración de la
personalidad la que está en juego, así como la estabilidad de sus funciones y de su aproximación
fundamental a la vida, que esta aproximación sea determinada por las tradiciones familiares o
nacionales, o por el ritmo particular del individuo. La 10 indica la manera mejor y más natural de
integrarse individualmente al organismo colectivo -a la comunidad, a la nación, a una profesión.
Igual que el Horizonte, el Meridiano es un eje. Definir un polo sin incluir la significación del otro no
da un cuadro exacto de la situación o de la persona. Por esta razón, es tan importante incluir el
Medio Cielo en toda interpretación del Nadir -o viceversa- como incluir el Descendente en toda
interpretación del Ascendente y viceversa. 

ૐ Los Signos que se encuentran sobre el Meridiano van a indicarnos el género de poder a buscar
y a demostrar en el esfuerzo de integrarse personal y socialmente.

ૐ El planeta regente del Signo del Nadir. nos indica de qué depende la capacidad de generar
poder personal, las cualidades del ser que hay que desarrollar. La Casa en la que se encuentra
este planeta nos indica en qué dominio de la personalidad y en qué género de circunstancias
existirá el mayor desafío a la capacidad de afirmarse personalmente sobre bases sólidas.

ૐ El planeta regente del Medio Cielo nos indica la mejor manera de manifestar el poder de su ego
y la Casa en que se encuentra nos enseña en qué campo de experiencia se puede aportar de la
mejor manera, su contribución esencial a la sociedad, en condiciones de vida normales. 

Observemos de nuevo y más de cerca esta cruz del Meridiano y del Horizonte. Por ejemplo, hay
en los que la mayoría de los planetas se encuentran bien sea al Este o bien sea al Oeste del
Meridiano. Si esta mayoría se encuentran al Este, hay énfasis sobre el Cénit y el Ascendente y,
psicológicamente, sobre el yo, la búsqueda de poder y el empleo del pensamiento. Este énfasis
permite pues a la persona ser más fácilmente rector de su vida. Puede decidir más libremente lo
que quiere hacer, en la medida en que el pensamiento permite una libertad relativa. En todo caso,
la vida exige que la persona tome la iniciativa en todas las cosas. Por el contrario cuando todos los
planetas (o una gran mayoría) se encuentran al Oeste del Meridiano, el énfasis está sobre el Nadir
y el Descendente y, psicológicamente, sobre los sentimientos y las relaciones humanas. Por esta
razón, la persona que tiene estas características en su mapa no tiene la misma libertad de
elección que la persona que tiene todos los planetas al Este. Ella debe siempre tomar en
consideración las condiciones exteriores y los deseos de los otros, tal como la vida se presenta. El
énfasis sobre los sentimientos sugiere también que sus elecciones están condicionadas por
factores exteriores, ya que los sentimientos nacen, la mayor parte del tiempo, de la interacción del
yo con el no-yo. Según la psicología junguiana hay cuatro modos de ser básicos, cuatro
operaciones fundamentales en la manera individual de vivir su vida. Rudhyar relaciona las cuatro
funciones y los cuatro ángulos del tema, entre:

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ૐ El Ascendente y la función Intuición (Casas 1, 2 y 3)
ૐ El Nadir y la función Sentimiento (Casas 4, 5 y 6)
ૐ El Descendente y la función Sensación (Casas 7, 8 y 9)
ૐ El Medio Cielo y la función Pensamiento (Casas 10, 11 y 12)

La atribución de la intuición al Ascendente y de la sensación al Descendente es completamente


lógica. Para Jung, la intuición es la facultad de la conciencia por la cual percibimos los hechos
interiores. La sensación, siempre según Jung, es la facultad que nos permite tomar conciencia del
no-yo y de los otros; el Descendente es el punto de partida del hemisferio encima del Horizonte
donde se encuentra todo lo que puede ser percibido por los sentidos. En la psicología junguiana,
intuición y sensación son funciones opuestas y complementarias, lo mismo que el Ascendente y el
Descendente en astrología. Jung califica la intuición y la sensación como irracionales,
simplemente porque la conciencia, ya sea del yo o de los otros, no implica ningún razonamiento;
es un hecho directo de la vida simplemente. No es sino porque hemos hecho de la razón nuestro
dios, tenemos hoy tendencia a dar a la palabra "irracional" un sentido peyorativo. El Meridiano es
el eje del poder o de la experiencia concreta. Dicho de otra manera, en el Nadir y en el Medio
Cielo, nos encontramos lo que nosotros encarnamos realmente en nosotros, en la continuación del
empleo de la intuición y la sensación. Los sentimientos, ligados al Nadir son los resultados
concretos de nuestra intuición de lo que somos. Son los frutos de la integración personal, llevada a
cabo entre un alma, una psique y un cuerpo. Del mismo modo, el pensamiento ligado al Medio
Cielo, así como el poder social, resultan de nuestra experiencia exterior, social y racial, después
que la hayamos racionalizado. El pensamiento y lo que nosotros llamamos ciencia son una
racionalización de las experiencias proporcionadas por nuestros sentidos y por los instrumentos
que son una extensión de ellos. Sentimiento y pensamiento son facultades racionales porque es
gracias a nuestros sentimientos y pensamientos que podemos dar una razón a nuestras
intuiciones y sensaciones, explicarlas, comunicarlas, utilizarlas de manera más concreta. Una
mayoría definida de planetas en uno de los cuadrantes del tema, sugiere un énfasis sobre la
función junguiana, correspondiente al ángulo, que se encuentra en el origen:

٠•●♥ૐ  Un énfasis en el cuadrante Sur-Este (la 10, 11 y 12) hace resaltar la función
PENSAMIENTO. La persona vive objetivamente y, como está relativamente libre de dudas
subjetivas, puede controlar más fácilmente las circunstancias de su vida.

٠•●♥ૐ  Una mayoría de planetas en el cuadrante Norte-Este (la 1, 2 y 3) acentúa la función


INTUICIÓN, función inconsciente y irracional. La persona vive pues subjetivamente, no obstante
manteniendo un cierto control de las circunstancias. Pero, como ella vive sobre todo en ella misma
y concentra su atención sobre el plano subjetivo, puede frecuentemente, dudar de ella misma y de
sus posibilidades.

٠•●♥ૐ  Una mayoría en el cuadrante Sur- Oeste (la 7, 8 y 9) revela una vida objetiva y un acento
sobre la función SENSACIÓN. La sensación es también una función irracional, por lo tanto, no
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sometida a las leyes de la razón; pero por contraste con la intuición, la sensación es una
percepción consciente, ya sea concreta o estética. La persona vive pues objetivamente pero no
controla las circunstancias de su vida. Está dominada por su destino objetivo y por sus relaciones
humanas; tendrá pues ocasiones de vivir su vida bajo su verdadera perspectiva.

٠•●♥ૐ  Una mayoría en el cuadrante Norte-Oeste (la 4, 5 y 6) pone de nuevo el énfasis en la vida
personal subjetiva y en la tendencia a estar obligado a aceptar las cosas tal como se presenta.
Psicológicamente, la función SENTIMIENTO predomina: función racional, como el pensamiento,
pero enteramente subjetiva, que consiste en emitir apreciaciones, juicios de valor sobre las cosas,
las personas, etc., bien sea con el objeto de aceptarlas o rechazarlas.

Pero esto no quiere decir que alguien que tenga muchos planetas en el cuadrante 1,2 y 3, por
ejemplo, será forzosamente muy intuitivo. Tal acento indica simplemente que la persona deberá
hacer el esfuerzo de desarrollar sus facultades intuitivas con el objeto de captar el "tono" de su
egoicidad y de encarnarla materialmente en la Casa 4, por medio de las experiencias de las Casas
1, 2 y 3. Cada vez que estas Casas y los planetas que en ella contienen sean enfatizados por las
Progresiones y los Tránsitos, los acontecimientos o experiencias obligarán a la persona a
desarrollar la intuición así como los elementos "únicos" de su naturaleza, con el objeto de
realizarse más concretamente, más plenamente. Asimismo, la ausencia de planetas en
un hemisferio o en un cuadrante no significa de ningún modo que la función correspondiente no
exista. Todos poseemos las cuatro funciones de la misma manera que la introversión y la
extroversión tiene un peso relativo en nuestro comportamiento. En la vida nunca es cuestión de
esto o aquello, sino siempre de más o menos. Observar el mapa natal para encontrar los
diferentes énfasis en el dibujo planetario global, nos ayudará a desarrollar una actitud estética en
lugar de una aproximación ética habitual. Podemos empezar a darnos cuenta que ciertos
elementos del mapa tienen una significación particular únicamente a causa de su posición con
relación al mapa entero. Como dice Rudhyar: "En un dibujo hecho a tinta, todo lo está en negro es
tan significativo y necesario como lo que está en blanco; sin uno de los dos no habría ninguna
forma y, naturalmente ningún significado". Por lo tanto la ausencia de acento planetario no tiene
una significación negativa. Se hace la experiencia consciente de la salud bajo la forma de
ausencia de enfermedad, después de una enfermedad. Por ejemplo, el hecho que una persona no
tenga planetas en Leo no quiere decir que la persona no tiene corazón; esta ausencia no sugiere
una deficiencia cardíaca. Una carencia en Casa 2 no significa que la persona carezca de dinero y
posesiones, todo énfasis es relativo en todos los dominios de la vida; debemos aceptar primero
una norma para nuestras funciones y las circunstancias si queremos establecer lo que es
anormal. Una falta de énfasis en un mapa tan sólo es esto: una falta de énfasis. Cuando todos los
planetas o una gran mayoría se encuentran al Este del Meridiano, la persona está llamada a
utilizar  su capacidad de tomar decisiones si ella quiere triunfar en la vida. Si todos los planetas, o
una gran mayoría, se encuentran al Sur o sea encima del Horizonte la persona debe hacer el
esfuerzo de desarrollar conscientemente una actitud positiva y de encontrar voluntariamente una
atención en los medios de llegar a ser socialmente poderosa y eficaz. Así el Signo y grado del
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Zodiaco que se encuentran en los cuatro ángulos nos van a indicar la mejor manera y la más
natural de funcionar intuitivamente (Ascendente), para las sensaciones (Descendente), para los
sentimientos (Nadir) o para el pensamiento (Medio Cielo). Ellos indican lo que existe en nosotros
existencialmente, pero que, en muchos casos, jamás ha sido expresado conscientemente, ya que
nuestro ego, nuestra yo existencial y social, es moldeado en función de presiones exteriores y no
representa de ninguna manera nuestra egoicidad. Por esta razón, el hecho de conocer los grados
y Signos en los cuatro ángulos de nuestro mapa nos permiten penetrar más allá de los rasgos
superficiales adquiridos hacia las cualidades fundamentales que son verdaderamente nuestras.
Esta mejor manera de utilizar las cuatro funciones básicas, hubieran sido espontáneas si nuestro
instinto, nuestra intuición no hubieran sido atrofiados por la familia o por la sociedad. Pero en el
estado actual de cosas esto que es lo más natural para nosotros no es tan evidente. La fuerza de
la astrología humanística reside en su capacidad de ayudar a los que deseen vivir
conscientemente, única manera de llegar al cumplimiento de su destino particular.

En un Universo donde actualmente se conciben todas las cosas en función de su relación con las
demás, la astrología debe llegar a ser un sistema de interpretación de los movimientos cíclicos de
los cuerpos celestes, comprendida nuestra Tierra. Desde de esta óptica en lugar de ver
el Zodiaco como un todo espacial dividido en doce partes, existiendo alguna parte en el cielo, se le
considera como la expresión del ciclo anual  de revolución de la Tierra alrededor del Sol. Las
Casas entonces, vienen a ser la expresión del ciclo diario de rotación de la Tierra alrededor de su
eje polar. Debemos de estudiar los ciclos de revolución aparentes del Sol (Revoluciones solares),
de la Luna (Revoluciones lunares) y de los planetas con relación a la Tierra y al ciclo cotidiano de
rotación del Meridiano y del Horizonte. Ya que somos terrestres, los movimientos de la Tierra
vienen a ser puntos de referencia: encuadramientos que permiten medir las posiciones y las fases
cíclicas de los planetas con relación a nosotros. Esto quiere decir que es preciso poner el énfasis
en el movimiento y en el tiempo más que en las posiciones espaciales. Signos, Casas y planetas
son factores en el tiempo y revelan las fases de los diversos procesos de la vida. La astrología
prueba el hecho de que, toda cosa que evoluciona, todos los fenómenos de la existencia, pueden
ser considerados como manifestaciones de un movimiento ordenado y cíclico; que toda entidad
concebible se mueve en relación con las demás entidades y puede ser interpretada como un
punto en el tiempo (y también, naturalmente, en el espacio) perteneciendo a una infinidad de
procesos cíclicos entrelazados.

Todo objeto es al mismo tiempo un todo y parte de un todo mayor; también toda cosa gira
alrededor de otra cosa de mayor potencia y, sin duda, de mayor conciencia. En cada instante, todo
está en una fase particular de un proceso de vida el cual (en tanto que es considerado como ciclo
entero) es, a la vez, un instante de una unidad de desarrollo mucho mayor. Cada cuerpo celeste, y
esto comprende a nuestra Tierra, posee dos movimientos. Cada planeta gira sobre su eje y
alrededor del Sol. La rotación axial de la Tierra no implica desplazamiento en el espacio; es un
movimiento propio del planeta, subjetivo, por así decirlo, porque nosotros no somos conscientes,
si no es por deducción. El es, el responsable de nuestra conciencia del tiempo. Al contrario, la
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revolución orbital de la Tierra alrededor del Sol implica un desplazamiento en el espacio. Es un
movimiento objetivo que conlleva modificaciones constantes entre la Tierra, el Sol y los otros
planetas. Ya que la rotación axial es un movimiento propio de la Tierra, Rudhyar lo asocia a todo
lo que se relaciona con el individuo. Esta rotación diaria del Meridiano y del Horizonte es el
fundamento de las Casas astrológicas. Es por lo que todos los valores relativos al individuo y sus
problemas de conciencia individual se relaciona simbólicamente, en astrología humanística, a la
rotación axial (las Casas) y principalmente a los dos ejes formados por el Meridiano y el Horizonte.
Para el ser humano, la rotación axial, movimiento que tiene lugar dentro de sus propios limites,
simboliza cambios interiores y subjetivos. Esta es la razón, por la que la astrología humanística y
personalizada considera las Casas como un factor de base, en lugar del Zodiaco, en lo que
concierne a la integración y expansión individuales. Al unir las Casas a la rotación axial de la
Tierra, tiene la astrología por vez primera, un ciclo que señala, lógicamente y de manera
autónoma, el desarrollo del ser humano considerado como individuo y no simplemente como
instrumento de fuerzas raciales instintivas y emocionales, como ocurre en la astrología tradicional.
El Zodiaco no simboliza elementos individuales sino tan sólo valores genéricos o colectivos
propios de toda la humanidad. En el pasado era normal conceder una gran importancia al Zodiaco,
ya que antes del descubrimiento del heliocentrismo, la evolución planetaria era un problema de
integración colectiva que afectaba a la raza y al planeta todo entero. La integración individual
estaba reservada a la iniciación secreta; por otra parte esto, no era una integración individual en el
sentido moderno del término, sino más bien la toma de posesión de un cuerpo terrestre por una
entidad supra-terrestre. Las Casas son el propósito de poder interpretar las experiencias interiores
y exteriores de una persona desde un punto de vista verdaderamente individual, en función de su
carácter y de sus propias necesidades. Es evidente que Jung lo ha subrayado que todos nosotros
somos expresiones de la naturaleza genérica del hombre. Todo lo que nosotros podemos valorar
puede ser de una manera particular y única es que el hombre genérico aparece en el momento de
nuestro nacimiento. Nuestro cuerpo es humano; nuestro psiquismo es humano; nuestros
pensamientos y sentimientos son humanos. Mas debemos utilizar esos medios humanos de una
manera individualizada: esto es lo que nos distingue a unos de otros, es la forma de utilizar
nuestra herencia, y la vida actual exige de una forma cada vez más apremiante que la utilicemos
de una manera individual. Cuando hablo de "individual" y "de único" no es necesario comprenderlo
de manera absoluta. Incluso aún cuando las Casas se refieren a lo que es individual y único, todos
tenemos las mismas doce Casas en nuestro mapa, lo mismo que los doce Signos. Yo quiero
simplemente decir que puesto que la evolución humana tiene necesidad, en especial actualmente
de que cada cual se individualice, es necesario interpretar las Casas, en función de las
experiencias necesarias en las sucesivas etapas para llegar a la plenitud del "Ser". Dicho de otra
forma por ejemplo; si la Casa 1 se refiere en cada uno de nosotros a nuestra  verdadera identidad
es preciso ver las experiencias necesarias de cada uno para tomar conciencia de su propio "Yo
Soy" y de realizarlo concretamente. Aunque la Astrología humanística considera primero las
Casas como factores espaciales, divisiones del espacio que rodean al recién nacido, de
numerosos conceptos tradicionales que ella acepta tan sólo encuentran su aplicación en función
de un análisis temporal de las Casas. Se puede decir que las Casas progresan en sentido
10
antihorario, mientras que los planetas se desplazan en sentido horario. Se puede explicar lo que
esto significa realmente de la siguiente forma: imaginar un observador tumbado boca abajo sobre
la superficie de la Tierra, de forma que pueda observar el Horizonte Este y nada de lo que se
encuentre encima del Horizonte, observa exclusivamente salir las estrellas y los planetas y no es
consciente de ninguna otra cosa encima o debajo de la superficie de la Tierra. Este observador
toma nota de todo lo que ve durante el primero periodo de dos horas, desde del comienzo de sus
observaciones. El total de cuerpos celestes que él ve aparecer durante este periodo constituye el
contenido de la Casa 1. Así se ve que es verdaderamente la primera  porque es el primero de los
12 periodos de observación. La numeración de las Casas y su progresión en su sentido antihorario
están perfectamente justificados con relación al observador cuya posición se identifica con la
superficie de la Tierra.

٠•●ૐ Cúspides y planetas ૐ●•٠

Ya que "la Astrología es la ciencia de todos los principios" (Mark E. Jones), es lógico tomar el
primer momento de observación como "señor" de todo el periodo de dos horas. Así el Ascendente
determina el significado de la Casa 1 (primer periodo de dos horas). Asimismo, el principio del
segundo periodo de dos horas se toma como cúspide que decide el significado de la 2. Como dice
Rudhyar, cada cúspide lleva la significación de base del punto Este del Horizonte y cada una
señala el principio de un nuevo periodo de percepción; es un momento de significación primordial
para todo lo que se producirá, durante el periodo que ella inicia. Cada cúspide es un momento de
iniciación, de nacimiento. Percibe durante este momento lo que el yo determina la significación del
periodo de las dos horas que sigue. El yo llega a ser consciente de una cierta sección (o grado)
del Zodiaco y el periodo (o Casa) está enteramente caracterizado o "gobernado" por ese grado o
ese Signo y consiguientemente por el planeta regente cuya función corresponde a la naturaleza
del Signo.

- Si el Sol sale exactamente al principio de la observación, la impresión poderosa que causa


dominará entonces el primer periodo de observación. Si Saturno o cualquier otro planeta sale, la
impresión que causa sobre el yo, se extenderá sobre este periodo o Casa y le añadirá su
significación.
- Si, por el contrario, el planeta sale algunos minutos antes del inicio de la observación (o el
nacimiento), se observará solamente unas 23 o 24 horas  más tarde, como se estuviese fatigado
por la observación y por las presiones de toda una jornada. Este planeta y todo lo que se
observará durante el duodécimo y último periodo de dos horas pertenecerá pues al final de la
conciencia al último momento de síntesis. Esta Casa será un elemento de recapitulación en el
conocimiento y no en un factor iniciador, liberadora de energía, como sería el caso si estuviera a
punto de levantarse en el momento del nacimiento. De esta manera metafórica se podrá decir que
el Sol, la Luna o cualquier otro planeta acabarán de salir antes del nacimiento, no se verá al
comienzo de su observación sino una luz que posee una cualidad que se podrá reconocer,

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un día más tarde. El sol en 12 dará por lo tanto una personalidad psíquica difusa más que
espiritual concentrada.

Esto que acabo de decir, se aplica en principio a la posición de todo planeta en Conjunción
estrecha -anterior o posterior- con no importa que cúspide de Casa porque, es necesario
considerar cada cúspide como un horizonte. Una cúspide es también mucho más que el principio
de un nuevo periodo de dos horas, es una semilla, un momento de transición de una etapa de la
existencia a otra. Es el momento de plenitud de la Casa que la precede y el punto de origen o de
partida de la Casa que gobierna y a la cual da su significación. Puesto que ella constituye de
cualquier forma un ascendente, la egoicidad puede expresarse a través de ella; pero lo que se
expresa será diferente en cada cúspide. Puesto que cada cúspide representa un acto del yo y
como es al mismo tiempo un momento de transición es también un momento de libertad, se puede
ser uno mismo y tomar decisiones personales. Evidentemente esta libertad puede ser relativa,
pero es cierto que en el momento en que las cúspides son activadas, una elección individual es
posible, ya sea positivamente, ya sea negativamente, después se está condicionado por la
iniciativa tomada o por el entorno elegido, más o menos deliberadamente, para desarrollar su
iniciativa. Si hay planetas cuatro grados antes o después de la cúspide de la 3, ellos se
encuentran en la zona de transición entre las Casas 2 y 3. Pero los planetas que se encuentran en
los últimos grados de la 1, todo el sentido de la 1 se resume en ellos. Los planetas que se
encuentran en los primeros grados de la 2 actúan como raíces que van a dar vida a las
experiencias de la 2. En las Casas, antes o después de la cúspide, acentúan, cada uno según su
naturaleza, un grado de libertad individual, una manera particular y personal de abordar ya sea
la síntesis de las experiencias de la 1, ya sea la iniciación de esfuerzos creativos con relación a las
experiencias de la 2. Retengamos pues el hecho de que los planetas que se encuentran en estas
zonas de transición tendrán siempre una importancia particular, pero su significación será
diferente según la posición del planeta, ya sea al final o al principio de una Casa.

٠•●♥ૐ  Cúspides en las Progresiones o Tránsitos ૐ♥●•٠

Desde del punto de vista de las Progresiones y Tránsitos, la cúspide de una Casa es
esencialmente un umbral. Es como una puerta que separa el salón del comedor en una casa.
Cuando un planeta franquea la cúspide es como un hombre que deja el salón -donde leía, tal vez
esperando la comida- para entrar en el comedor en el que una comida le espera. Debe franquear
el umbral, la "cúspide" del comedor. Sus sentimientos y actitudes probables al hacer esto pueden
depender de numerosos factores. Si él estaba , por ejemplo, absorto en su lectura,
su espíritu puede estar aún ocupado mientras entra en el comedor, pero si tiene mucha hambre, la
vista de la comida tenderá a hacerle olvidar completamente la lectura. Sin embargo, lectura y
alimento puede coexistir a dos niveles diferentes del espíritu. Cada cúspide representa un nuevo
punto de partida, la entrada en un nuevo campo de experiencia, y es la tarea de cada uno advertir
cada vez que la cúspide de una Casa o el principio de un Signo es acentuado, por Progresión o
Tránsitos. Aunque en el nacimiento la zona de transición corresponde a la décima parte del
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numero de grados zodiacales contenidos en cada una de las Casas separadas por la cúspide, su
tamaño puede variar en las Progresiones y Tránsitos. Cada individuo se adapta más o menos
rápidamente a los cambios. Para algunos, la transición entre dos fases de vida se efectuará
súbitamente; para otros, habrá adaptación progresiva, sin que la persona sea verdaderamente
consciente del cambio en curso. De forma general se podrá decir que las gentes emotivas
cambien súbitamente y a menudo de forma explosiva porque ellos tienen mucha inercia
psicológica, de resistencia al cambio. El cambio es entonces referido, por decirlo así, hasta el
último momento del antiguo ciclo; y el nuevo ciclo irrumpe enseguida con violencia. Por otra parte,
los intelectuales son más cambiantes y por lo tanto más dispuestos a adaptarse a nuevos puntos
de vista. En lo que concierne al hombre de acción, todo dependerá del género de impulso inicial
que hay detrás de sus actos: si es en el fondo conservador o progresista. Se puede evaluar todo
eso considerando la velocidad de Luna el día del nacimiento, el Sol en el Zodiaco y también
estudiando la posición y los aspectos de Urano.

٠•●♥ૐ Planetas Angulares ૐ♥●•٠

Es evidente que, en un tema de nacimiento, los planetas que se encuentran en la zona de


transición que englobe uno de los cuatro ángulos, son como mucho los más importantes. Un
planeta situado al final de una Casa lleva a la Casa siguiente alguna cosa que va a condicionar,
subconscientemente al menos, las iniciativas tomadas en esta Casa. Cuando un planeta se
encuentra al final de una Casa Cadente (3, 6, 9, 12), concentra así en él, por decirlo así, todas las
experiencias del cuarto anterior e incluso del hemisferio detrás de él.

- Así un planeta al final de la 12 resume no solamente las experiencias de la 12, sino también
aquellas del cuarto Sudeste (10, 11, 12) y del hemisferio Sur, de la vida objetiva y de las
relaciones humanas que empieza con la 7.
- Un planeta al final de la 6, resume no solamente las experiencias de la 6, sino también aquellas
del cuarto Noroeste (4, 5, 6) y del hemisferio Norte, bajo el Horizonte, donde el individuo se
prepara subjetivamente y personalmente para afrontar la vida objetiva en la 7.
- Un planeta al final de la 9 resume no solamente las experiencias de la 9, sino aquellas del cuarto
Sur-Oeste (7, 8, 9) y del hemisferio Oeste que empieza en la 4. En 4 se establecen las bases
personales y psicológicas, bajo la forma de una personalidad concreta, consciente de ciertos
poderes que ella desea hacer valer. La exactitud de estas bases es puesta a prueba en la 5 y 6 y,
sobre todo en 7 y 8, en las que sufren los juicios de los otros y las modificaciones en vista de una
productividad eficaz en las relaciones intimas, las actividades de grupo o los negocios. En 9 se
presenta su justificación última de persona capaz de asumir un papel definido en la sociedad y
habiendo aceptado las modificaciones de su expresión personal que son impuestas por las leyes y
los valores del más grande todo del cual uno se siente que forma parte.
- Un planeta al final de la 3 resuma no solamente las experiencias o los esfuerzos de la 3, sino
también aquellas del cuarto Noroeste (1, 2, 3) en las que la egoicidad busca llegar a ser
consciente de ella misma (1), de sus posesiones (2) y de sus medios de exteriorizarse en su
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entorno inmediato (3). Ella resume también el hemisferio Este que tiene sus comienzos en la 10.
Ella revela pues la capacidad que tiene la persona de asimilar los valores de su medio social y de
adaptarlos a las necesidades de su egoicidad naciente en 1, y con vistas a una expresión
valorable de esta egoicidad.
- Cuanto más próximo esté un planeta a los 29 grados 59 minutos, más inestable será, porque
está a punto de cambiar de Signo, modalidad, elemento, polaridad, en ciertos casos, también de
orientación. Es como si el planeta, al darse cuenta de ello, retrocediera ante lo inevitable. Como el
arcano del tarot El Loco, está tambaléandose hacia delante a riesgo de caerse al precipicio. Así
que, con mucha frecuencia, aquí hay algo muy voluble. Pero este planeta también puede ser
brillantemente creativo, o sea que de ningún modo habrá que verlo como algo negativo. Y
digamos de paso que esto también incluye en alguna medida al grado 28 –no vamos a trazar la
línea justo en el 29- porque, como estamos empezando a cambiar, esta es una “zona de
penumbra”. En todo esto hay algo mágico y luminoso, y creo que tiene una naturaleza bastante
neptuniana. Hay una amenaza de caos y un inminente cambio: Shiva se acerca, y algo se
desestabiliza. Sentimos que la tierra nos tiembla bajo los pies. Alrededor de los planetas que están
al final de un Signo pueden empezar a generarse complejos.

٠•●♥ૐ Signos Interceptados ૐ♥●•٠

Ahora estamos más aptos para comprender el sentido de los Signos interceptados, ya que
comprendemos la significación de las cúspides de las Casas. Hemos visto que es en el nivel de
las cúspides que la persona puede actuar "libremente", en creación, y aumentar así su conciencia.
De hecho, cuando un Signo está interceptado, nos es utilizable libre y conscientemente. La
persona no tiene libre elección en el empleo de las cualidades y de las energías de este Signo.
Como ser espiritual no ejerce su libertad individual por medio del poder y de las cualidades del
Signo interceptado. Por el contrario, puede utilizar doblemente, por decirlo así, empleando las
cualidades y energías de los Signos, que para compensar la intercepción de algunos, se
encuentran en las cúspides de dos Casas sucesivas. Rudhyar explicó que las cualidades de los
Signos interceptados dominan a veces, de forma neurótica, las Casas donde ellos se encuentran.
La dominación tiene su origen en los factores inconscientes sobre los cuales la persona, en tanto
que individuo, tiene poco control que no podrá utilizar para expresarse creativamente, con
conocimiento de causa. Esto puede ser debido al hecho de que la persona ya ha adquirido estas
cualidades anteriormente o bien es posible que alguna presión exterior impida, durante esta vida,
el desarrollo de estas cualidades. Los resultados exteriores serán diferentes en cada caso, pero
astrológicamente, se puede discernir una cierta compulsión subconsciente inherente al empleo de
estas cualidades, compulsión que impide todo control individual. Un Signo interceptado sugiere
entonces, según Rudhyar, una especie de desequilibrio psicológico, pero un desequilibrio que
conduce a una concentración de fuerzas que permite a la persona una realización asombrosa.
Jung siempre a subrayado el hecho que un complejo lejos de ser malo, permite con mucha
frecuencia a una persona salirse de la norma. El complejo la impulsa a realizarse individualmente,
supuesto que se adapta de manera significativa y estable. Si las cualidades de los Signos

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interceptados tienen un carácter restrictivo inconsciente, por lo contrario, las cualidades del Signo
que se encuentra en dos cúspides consecutivas tendrán una importancia decisiva para la vida
consciente del individuo. Dicho de otra manera, los problemas y desafíos relativos a estas dos
Casas pueden ser resueltos mediante el empleo consciente y deliberado de las cualidades del
Signo.  Hay una cierta libertad de elección posible, bastante relativa y no olvidemos los cuatro
niveles de funcionamiento posibles a todo ser humano biológico, socio-cultural, individual, y
transpersonal, ya sea en el dominio de las Casas y en los Signos de los planetas. Para determinar
esta disertación de los Signos interceptados añadamos un hecho que se puede observar en las
Progresiones y Tránsitos. Cuando el Sol o la Luna progresadas pasan a través de un Signo
interceptado el ritmo de la vida se acelera, la persona debe a menudo enfrentar, casi a pesar suyo,
experiencias o problemas a los cuales está involuntariamente sometida; se podrá hablar de
acontecimientos kármicos. Por otra parte si el Sol o la Luna progresadas que se encuentran sobre
dos cúspides consecutivas el ritmo de la vida se ralentiza y hay menos presiones. Se puede actuar
de forma más reflexiva, más deliberada, más tranquila. Se puede decir lo mismo de los Tránsitos,
pero las presiones serán principalmente de naturaleza exterior y social. "Todo está ligado a todo,
en actividad, sustancia y forma" dice Mark Jones. Es necesario entonces retener la idea que la
cruz del Horizonte y el Meridiano, así como las Casas que generan, se refieren a la forma del Ser,
a la estructura de su individualidad potencial. Los Signos se refieren a la sustancia del Ser, a todas
las cualidades del ser humano, en tanto que tal, en el momento actual de su evolución. Los
planetas ya que ellos solos se mueven, se refieren a la actividad del Ser lo mismo que
las energías vitales y las funciones orgánicas a las cuales dan energía. Según la posición de los
planetas y de los Signos en el cuadro formado por la cruz del Horizonte y del Meridiano, cada uno
debe conocer la manera particular de utilizar  la naturaleza y las energías humanas que operan en
él.

٠•●♥ૐ Las Casas vacías ૐ♥●•٠

Como no hay más que once planetas para repartirse entre las doce Casas habrá invariablemente
algunas desocupadas, lo cual no significa que en ese sector de la vida no suceda nada. Tampoco
implica necesariamente que sea un área vital sin importancia. En términos estrictos, es incorrecto
decir que una Casa está vacía, incluso si en ella no hay planetas, lleva emplazados uno o más
Signos que influirán sobre esa esfera de la experiencia. Por eso, el primer paso en la
interpretación de lo que sucede en una Casa desocupada es relacionar las cualidades del Signo, o
de los Signos, que hay en ella con el dominio de la vida asociado con la Casa en cuestión. El
segundo paso es referirse al planeta que rige el Signo situado en la cúspide de la Casa "vacía".
¿En qué Casa está el regente? ¿Como está aspectado? De esta manera recogemos gran
cantidad de información sobre la Casa que nos interesa. El tercer paso es examinar el planeta que
rige cualquier otro Signo que se encuentra en esa Casa (no solamente el Signo que está en la
cúspide). ¿Donde está ese planeta, en qué Casa, Signo y aspecto? Es evidente que una Casa con
muchos planetas es muy importante, pero no debemos pasar por alto la importancia de las
llamadas Casas vacías. Si el planeta que rige el Signo de la cúspide de una Casa vacía fuera del

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punto focal de una configuración particular del mapa, tal como el asa del mapa en forma de cubo,
o el que encabeza la disposición en tipo locomotora del Stelium, a los asuntos relacionados con la
Casa en cuestión podría corresponderles un lugar prominente en la vida del nativo. La Casa vacía
también podría contener el elemento que falta para una T-cuadrada, y esto incrementaría la
importancia de ese aspecto de la vida en cuanto que aporte al equilibrio psiquico general de la
persona.

En 1975, Rudhyar publica un libro From Humanistic to Transpersonal  Astrology. Este libro añade
una nueva dimensión a la aplicación del simbolismo astrológico. Mientras que, la astrología
tradicional e incluso la moderna, interpreta los símbolos a nivel de la vida biológica y socio-cultural
de los seres humanos, la astrología humanística aporta, por vez primera, la posibilidad de utilizar
la astrología a nivel de los esfuerzos cada vez más extendidos, de individualización con el sentido
junguiano de este proceso. Ella corresponde al esfuerzo de actualizar lo más plenamente posible
lo que está en potencia en el nacimiento; ella acentúa al Ser. Sin embargo, Rudhyar siempre ha
sostenido que la individualización no es una meta en si mismo, sino una fase transitoria necesaria
para poder vivir de manera Transpersonal. Vivir de manera transpersonal significa que se ha
alcanzado un estado de evolución, en el cual es posible llegar a ser un agente consciente, un
intermediario para la expresión creadora de valores universales y globales, es preciso haber
llegado antes a ser consciente de su papel y de su función en el seno de un todo mayor, el cual
decide en lo sucesivo lo que se hace, se siente y se piensa. Vivir de una manera transpersonal no
quiere decir que uno deje de ser un individuo sino que se intenta ser una expresión individualizada
y particular del todo, del cual se sabe que se forma parte. El prefijo "trans" no se refiere a lo que
está más allá, más bien significa "a través" o "por medio de". En una vida transpersonal el todo
mayor se expresa "a través" o "por medio de" el individuo. El individuo llega a abrir su conciencia a
un poder suprapersonal que lo transforma, y que, de esta manera, puede, "a través" de él o "por
medio" de sus actividades creadoras, transformar a otras personas e incluso a toda una
colectividad. En 1975 y todavía en 1979 y 1980, Rudhyar continúa insistiendo en el énfasis del
proceso de transformación que debe seguir a la etapa de individualización. En 1979, escribió un
libro sobre la psicología de la transformación (Beyond Individulism) y, en 1980, un libro sobre la
astrología y la transformación. Podemos encontrar en esos libros, las bases de una astrologia
transpersonal; y además nos hacen comprender la necesidad, que hay de poder interpretar un
mapa en cuatro niveles diferentes, según las necesidades de la persona. La astrología tradicional
se refiere a las personas cuyo estado es todavía el de especímenes más o menos  coherentes de
cualidades humanas, pero no individualidades, condicionadas por los valores particulares, de una
sociedad particular, en un momento particular de la historia. Por esta razón y de manera muy
válida, esta forma de astrología interpreta todo en los niveles biológicos y socio-culturales, es decir
en los niveles en los que las personas son aún expresiones indiferenciadas del modo de vida y de
la mentalidad colectiva que condiciona su familia, su clase social, su nación, su generación. Sin
embargo a partir del momento en que se pasa por el proceso junguiano de individualización ya no
se debe estar más condicionado por prejuicios culturales y socio-religiosos que determinan, para
las personas que viven en los dos primeros niveles, lo que deben ver y hacer en este universo. Es
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necesario reinterpretar los símbolos astrológicos desde del punto de vista de una persona que
trata de realizar, tanto como le sea posible, las potencialidades de su mapa natal, en vez de
interpretar ese mapa como un condicionamiento. Ser un individuo quiere decir que se ha tomado
conocimiento del hecho de que en vez de sufrir su condicionamiento, se lo debe utilizar para
manifestar concretamente su egoicidad. Toda la interpretación se basa en este empleo consciente
y deseado de todo lo que está a su disposición en el momento de su nacimiento. Este empleo
consciente conducirá progresivamente a la integración de la personalidad. La
astrología humanística interpreta pues el mapa, en el sentido de una armonización de
los conflictos psicológicos, con vistas a una realización, tan completa como sea posible, del
individuo. Cuando se estudia la vida de personas verdaderamente individualizadas, se observa
que todas ellas han contribuido, en un dominio o en otro a la transformación ya sea de otros
individuos de una cultura o incluso de toda la humanidad. Ellas expresan los valores humanos de
una forma particular, hacen resaltar cierto valores particulares útiles para responder a las
necesidades de su época. En sus vidas el énfasis no está, tanto en ellas como en las
transformaciones posibles en la vida de los demás, individualmente o colectivamente, gracias a
sus actos, a sus sentimientos y a sus pensamientos, estas personas viven pues, una vida
transpersonal. Ellas persiguen un objetivo suprapersonal, transformador de ellas mismas y de los
otros. De este modo nos encontramos frente a un cuarto nivel de funcionamiento posible para el
ser humano y la astrología debe tenerlo en cuenta si quiere responder a las necesidades actuales
de las personas. 

En esta época en la que nuestras culturas están a punto de desintegrarse al mismo tiempo que en
el mundo, hay por todas partes una necesidad urgente de transformar nuestros valores sobre la
vida biológica y socio-culturales, lo que cuenta no es tanto la dicha personal sino una acción
concentrada y eficaz, para transformar radicalmente nuestras formas de actuar, sentir y pensar. La
astrologia transpersonal responde a esta necesidad y además toma en consideración los
hallazgos de la psicología transpersonal que se desarrolla en los países anglo-sajones. No
obstante, mientras que la psicología transpersonal mira a una "elevación" de la conciencia y busca
"experiencias limites" la vida transpersonal vive también, según Rudhyar, un "descenso" de poder
espiritual que se focaliza a través de una persona transformada en una "lente" clara y apropiada.
La astrología transpersonal introduce una idea de finalidad en la interpretación. Todo lo que
contiene el mapa natal incluso los conflictos y tensiones, debe ser utilizado con el fin de una
transformación personal o socio-cultural. Los conflictos y tensiones son considerados como
"medios dinámicos" susceptibles de influenciar concretamente lo que debe ser transformado. Por
lo que es un "agente de transformación" es esencialmente un guerrero, ya sea en el nivel físico,
cultural, social, religioso u oculto. Cuando se habla de transformación, se preve un estado futuro,
eso que es preciso llegar a ser y también lo que es preciso transcender, no para ser lo que se es,
potencialmente como individuo, sino para actuar de manera transpersonal. Por esta razón, la
astrología adaptada a este nivel de vida pone el énfasis sobre las Progresiones, los Tránsitos y las
Revoluciones solares/lunares y, en el mapa del nacimiento, sobre la necesidad de utilizar los
planetas de una manera que permita transformar su modo de empleo en los niveles habituales de
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vida. Todos vivimos potencialmente en los cuatro niveles; una persona que está en la vida
transpersonal vive también, en ciertos niveles y según las circunstancias en los otros tres niveles,
pero lo hace de forma consciente. Hay todavía un último punto que esclarecer; el término
colectividad superior con relación a colectividad inferior. La colectividad inferior se refiere a todos
los valores de una cultura, al nivel socio-cultural de vida de la mayoría de las personas. Es el
poder de la tradición que da una forma al psiquismo colectivo de la comunidad en la cual se ha
nacido. La colectividad superior está tomada de seres trascendentes que nos ayudan, llegado el
momento a tomar conciencia de nuestra participación al Gran Todo, la Humanidad, que nos
engloba a todos, tanto si somos o no conscientes. La humanidad -el hombre- es una realidad
espiritual y la Tierra representa también una realidad espiritual. El mundo físico, individual y
planetario, no es más que uno entre los numerosos aspectos, de una realidad humana y planetaria
más vasta y que incluye todo. En The Astrology Transformation, Rudhyar dice:"La colectividad
superior existe a un nivel de conciencia que trasciende a la conciencia colectiva de una cultura (la
colectividad inferior) y a la de individuos verdaderamente autónomos. El poder que actúa en el
alma es la energía y la luz de esta conciencia suprapersonal y espiritual o divina. Esto quiere decir
que la luz y el poder del todo mayor, la Humanidad, obra en el alma de cada persona
individualizada. Ellos actúan para equilibrar la tendencia individualizadora para evitar que el "yo
soy" llegue a ser un poder tiránico..." El poder transformador que actúa en el cuarto nivel procede
del ser planetario, la Humanidad. Tan sólo se puede transformar tomando conciencia del hecho
que se forma parte de ese todo mayor, la Humanidad, en el seno del cual se tiene una misión que
cumplir. 

                                ٠•●♥ૐ División Triangular ૐ♥●•٠

Se puede abordar el significado de todos los elementos astrológicos desde de dos puntos de vista:
espacial y temporal. Las dos maneras son correctas, y cada una aporta unos elementos que la
otra no revela. En ciencia se habla de espacio-tiempo, porque no se puede separar si se desea
comprender el universo. Desde de un punto de vista espacial, el circulo de las Casas es una
estructura o un símbolo estático. Tenemos primero la cruz fundamental establecida por el
Meridiano y el Horizonte que corresponden, a nivel del Zodiaco, a la cruz formada por los
solsticios y los de los equinoccios. Se establecen también cuatro triángulos equiláteros, con sus
vértices que corresponden a cada ángulo. Esto nos da las doce Casas con la relación espacial
particular entre las Casas 1-5-9, 4-8-12, 3-7-11, 2-6-10. Se obtiene así, la división tradicional de
las Casas llamadas Angulares que sirven de punto de partida. Las relaciones entre las Casas
establecidas por la inscripción de triángulos equiláteros, la cifra 5 se relaciona siempre,
simbólicamente, al factor "expresión del yo ". El Trígono se refiere esencialmente a ese proceso de
expansión o, de forma más exacta, de trascendencia del medio en el que una persona eleva su
conciencia de un plano o nivel a otro. Cada triángulo representa pues, una clase particular de
trascendencia -un camino que conduce a un género particular de realización del ego.

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٠•●♥ૐ  Triángulo de Fuego que se refiere a la IDENTIDAD: 1-5-9
La 1 representa la propia IDENTIDAD en ACCIÓN.
La 5 representa la búsqueda de la SEGURIDAD  DE  LA  IDENTIDAD.
La 9 representa el APRENDIZAJE en el nivel de la IDENTIDAD.

La relación entre Casas de un mismo triángulo ha sido concebida de diferentes formas,


justificadas filosóficamente así para el triángulo 1-5-9, el acento está siempre sobre la Casa
Angular 1, pero se puede ver la 9 Cadente, como representación de elementos del pasado que
condicionan la conciencia de la identidad personal en 1, y como constituyente de elementos de
comprensión futura, incluso, de la continuación de experiencias de expresión (5) y de relación (7)
en la vida. Observando esto más detenidamente con el triángulo 1-5-9 que se forma al Este (el
Ascendente representa el punto de partida). En el mapa de una persona, el AS. representa su
conciencia inicial de ella misma, su auténtica identidad que va a intentar revelar al mundo. El AS.
simboliza esto porque todos los fenómenos celestes se levantan y se hacen visibles por primera
vez por el Este. La Casa 5 se relaciona con todo lo que tiene su origen en el AS. y en la Casa 1:
tal conciencia de identidad en 1, tal expresión personal en 5. Incluso, la 1 es la expresión de la 9,
de manera que la conciencia de identidad en 1 es una expresión de valores abstractos existentes
y que sirven de base al yo en la 1. La 9 al encontrarse encima del Horizonte se asocia a factores
colectivos ya que en primer tiempo preexisten con respecto al recién nacido. Es la comprensión
que se tiene de si, la que, al principio, se basa sobre las sensaciones y los conceptos abstractos
que los hombres codifican en religión, filosofía, moral, ciencia, justicia, y que se aceptan. Más
tarde la 9, como la 5, llega a ser la nueva comprensión posible a través de las experiencias
debidas al esfuerzo de expresarse (5) en relación con otras personas y la sociedad en general (7).
En 9 los viajes físicos o mentales alargando los horizontes, pueden dar un sentido mejor a la
perspectiva. El hecho que tenerse que adaptar a las exigencias del otro, a un ideal de
reciprocidad, de cambio mutuo, de compartir (7-8) modifica la expresión del principio, las creencias
y la fe personal o empuja a estudiar mejor las leyes que rigen al hombre, al universo y a las
relaciones que se tiene con ellos. El Amor puede transformarnos y hacernos aceptar valores
anteriormente extraños o incluso hostiles. El AS. simboliza la entrada del individuo potencial en el
mundo de la experiencia concreta, se proyecta en el pasado en 9, el depósito de los valores que
establecen su actitud fundamental en la vida, los recursos de su ser, bajo la forma de conciencia
(o religión) y de comprensión. Puesto que la 9 está al Oeste -donde es necesario aceptar lo que es
presentado por la vida- esta Casa corresponde a las impulsiones e incluso compulsiones interiores
que animan al individuo. Ya que la Casa 9 está encima del Horizonte representa factores sociales
apreciados en común, que existen anteriormente al nacimiento. Por lo contrario la 5, aunque al
Oeste, se encuentra bajo el Horizonte; es la Casa en la cual el individuo se expresa en el mundo
material, donde él manifiesta su egoicidad y muestra su manera de hacer las cosas. Podemos
entonces decir que al vivir, el hombre se desplaza o progresa en dos direcciones: hacia delante,
según sus potencialidades en 5 y, hacia atrás, hacia la 9 donde busca sostenerse con los frutos de
las experiencias pasadas, los elementos latentes de su deseo de ser.

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٠•●♥ૐ  Triángulo de Agua que se refiere al PODER SUBJETIVO: 4-8-12 
La 4 es el ámbito de la ACCIÓN directa sobre el nivel EMOCIONAL y DEL  ALMA.
La 8 representa la necesidad de hallar SEGURIDAD  EMOCIONAL y SEGURIDAD  DEL  ALMA.
La 12 es el ámbito del APRENDIZAJE en el nivel EMOCIONAL y DEL  ALMA.

Este triángulo tiene su vértice en el Fondo del Cielo (Nadir) ligado a las Casas 4-8-12. Es en la 4
en la que se establece sus bases concretas y reales para la expresión de su egoicidad concebida
en 1. Nosotros encontramos aquí, sobre que bases la identidad individual del Ascendente puede
expresarse concretamente en 5. En un plano esta base es el "hogar". En otro, es el alma, el fruto
de nuestra realización subjetiva, y también lo que da el impulso espiritual a la egoicidad. Cada
nacimiento es un nuevo punto de arranque, sobre la base de una síntesis, de una semilla,
establecida al final de una vida anterior. La 12 simboliza los recursos espirituales establecidos en
el pasado y que nos van a sostener subjetivamente durante esta vida. Es por esto que se expresa
en 4, bajo la forma de una personalidad total y concreta, los factores de la 12, de los cuales se ha
llegado a ser consciente en 1 y que se ha ido reasimilando al ego, a reindividualizarlo en las tres
primeras Casas. En la 12 se puede por introspección y meditación, entrar en contacto con este
sostén espiritual o tener la evidencia de conocimientos profundos ya adquiridos. Hasta ahora
vemos la 12 como pasado que condiciona a la 4 -así como se ha interpretado la 9 como pasado
que condiciona la 1. Pero la 12 es también la expresión de la 8, de modo que se
encuentra allí todos los frutos de los acuerdos, asociaciones y contratos establecidos en 8, así
como los resultados (éxitos o fracasos) del esfuerzo de la participación armoniosa en la vida de la
sociedad, en la 10. Si vivimos de forma que queramos transformar el empleo inicial de los
recursos de nuestra egoicidad, aceptando el desafío de la cooperación, del amor y del sacrificio,
estamos dispuestos en la 12 a prepararnos activamente para el renacimiento en la 1. Pero si no
ha habido en la 8, ni regeneración, ni deseo, ni esfuerzo de modificar nuestro comportamiento
egocéntrico, con vistas a una participación productiva en la vida de la sociedad, entonces
hacemos frente en la 12 a los resultados de nuestros errores, lagunas, miedos o de nuestro
egocentrismo, que ocasiona choques con el "establishment". La Casa 8, expresión de la 4,
muestra las modificaciones que deben ser aportadas a nuestro ser concreto, establecido en 4,
para adaptarlo mejor a las realidades del mundo y a las exigencias de nuestras relaciones intimas.
Es por lo que la 8 conlleva el sacrificio de las posesiones, de ciertos rasgos o aspectos del yo
existencial. La 4 enseña, lo que nosotros podemos ser socialmente o según las necesidades de
los otros. El triángulo 4-8-12 se refiere al alma, revela la 12 como depósito del alma o como
pérdida del yo, cuando el contacto con las fuentes espirituales del ser no existe. Es en la 12 donde
se encuentran todos los elementos innatos u ocultos del ser que puede constituir una fuerza o una
debilidad. Al estar la 12 al Este del Meridiano y encima del Horizonte revela elementos
establecidos en el pasado, entre las cuales hay que escoger para manifestarse. La 8, en tanto que
expresión de la 4 viene ser la Casa donde se revela la fuerza del alma de la 4. Estando encima del
Horizonte y al Oeste del Meridiano, la 8 indica un campo de experiencia donde es preciso aceptar

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los desafíos de las Casas anteriores al yo y con las cuales es preciso relacionarse creativamente -
de ahí la idea de una necesidad de regeneración y de morir en ciertos aspectos de su yo.

٠•●♥ૐ Triángulo de Aire se refiere a las RELACIONES: 3-7-11


La 7 simboliza la ACCIÓN en el nivel SOCIAL e INTELECTUAL.
La 11 representa la búsqueda de la SEGURIDAD  SOCIAL e INTELECTUAL.
La 3 es el campo del APRENDIZAJE en el nivel INTELECTUAL y SOCIAL.

El Descendente y la Casa 7 constituyen la fuente del triángulo que se relaciona con las Casas 11 y
3. El  Descendente es la fuente de todas las experiencias objetivas y sociales y de la conciencia
de las relaciones con el mundo y los otros. Mientras que la 9 muestra los valores intelectuales
preexistentes con relación a las condiciones exteriores del entorno que determinan en gran
manera nuestra forma de relacionarnos con el mundo y los otros en 7. Es por esto, que la 3 se
refiere a todos los miembros de una familia, excepto los padres y los hijos -a los lazos de sangre y
también todas las personas a las que se encuentra en las actividades diarias. Se refiere a todos
los medios de comunicación, a todos los conocimientos e informaciones prácticas y concretas -el
saber hacer- que ayudan a hacer lo correcto. Encontramos el mundo exterior en 7, en primer lugar
utilizando los medios concretos, prácticas realizadas, puestas a punto en la 3. La Casa 11 como
expresión de la 7, viene  a ser la expresión concreta de los valores y experiencias de la 7: la
conciencia objetiva del otro y las ocasiones ofrecidas por la vida de asociación. Pero esta
expresión está modificada por la 10, es decir, por los resultados concretos de nuestra participación
social, profesional o en los grupos. Si todo se desarrolla bien en la 10, se tiene amigos e
influencias en su medio en la 11. Cuando se quiere progresar, se ve en la 11 las metas y los
objetivos nuevos que se intentan conseguir o bien se conforman con desear, sin la voluntad de
realizarlos. La 3, siendo la expresión de la 11, revela que todo lo que se encuentra en ella se
refiere a factores ya establecidos en el nacimiento, a un nivel colectivo y social. Lo que se estudia
en 3 ha sido ya establecido social y culturalmente, bajo la forma de conceptos, tradiciones,
prejuicios, es la herencia social e intelectual que está a disposición de la egoicidad en 1, para
poder actuar de manera completa en 4. Este triángulo trata también de la entrada del individuo
potencial en el mundo concreto, ya que él, no puede revelarse por si mismo, sin la experiencia del
otro. Las Casas impares (1, 3, 5, 7, 11) se refieren pues, a las experiencias personales, a los
esfuerzos de encontrar un apoyo material en las Casas pares (2, 4, 6, 8, 12). En 7, el individuo
entra en el mundo de la relación, el mundo objetivo que le ofrece las ocasiones de manifestarse
socialmente. La 3 y la 11 se encuentran al Este del Meridiano en las que el individuo debe hacer
cosas y tomar la iniciativa personalmente. La 3 se encuentran las relaciones del pasado,
simbolizadas por los lazos de sangre, los hermanos y las hermanas. Es el entorno como depósito
para las experiencias de relación en 7; encontramos allí los elementos exteriores y concretos que
empujan al acción, por oposición a la 9 que provee los elementos abstractos y interiores. La 7 y
sus valores se expresan en 11 donde se encuentran los amigos o compañeros sociales
potenciales y los deseos y esperanzas que son ocasión de acción social y relación futura.
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٠•●♥ૐ Triángulo de Tierra que se refiere al PODER OBJETIVO: 2-6-10 
 
La 10 se ocupa de la ACCIÓN en el nivel MATERIAL.
La 2 tiene como palabra clave SEGURIDAD  MATERIAL.
La 6 es la del APRENDIZAJE a través de la experiencia inmediata con asuntos MATERIALES. 

El Medio Cielo y la 10 constituyen la fuente del triángulo que une a las Casas 2 y 6. En 10,
encontramos la sociedad en su sentido colectivo, mientras que en 7 encontramos a las personas o
a los grupos particulares. Esta Casa indica nuestro lugar, nuestra función posible en el seno de la
sociedad, así como, la actitud de la sociedad frente a nuestras pretensiones o a nuestros
esfuerzos. Revela el papel que podemos interpretar socialmente en función de nuestras
capacidades o de las limitaciones social inherentes. Revela nuestra autoridad, nuestro prestigio o
bien aquellos que tienen autoridad sobre nosotros. Lo que podemos llegar a ser en 10 depende en
primer lugar de la 6. En 6, estamos obligados a adaptarnos a los otros, según una jerarquía social
establecida: o se es maestro, patrón, empresario o bien se es empleado, asalariado, discípulo,
según sus capacidades personales. Pero hay siempre posibilidad de mejorar su técnica, de tomar
conciencia de nuevas posibilidades interiores, de utilizar mejor todo lo que se ha heredado
potencialmente en 2. No obstante, lo que nosotros hacemos o, no queremos hacer, en 6
condiciona inevitablemente nuestro Status social o profesional en 10, nuestra manera de unirnos a
los otros en 7 y nuestros recursos en 2. La 6 es una expresión de las posesiones y de su empleo.
Si se emplea mal los recursos físicos, psíquicos o materiales, es preciso pagar el precio en 6, bajo
la forma de enfermedades, de sumisión a la otros y diversas formas de inadaptación psicológica.
Se es también presionado para mejorarse, a buscar técnicas nuevas, a disciplinarse, o a ser
obligado a seguir una rutina de trabajo. La 2 es una expresión de la 10. La participación social
condiciona materialmente hablando, los recursos personales revelados en 2. Así, la madre, que
puede estar simbolizada en la 10 biológicamente hablando, da a su hijo todos los medios que
servirán para la expresión de su yo, en la vida. El padre que puede estar simbolizado por la 4, no
proporciona la sustancia (2) a su hijo, sino la sustancia de su participación social (8), puesto que la
8 es la expresión de la Casa 4. Vemos así que la 2 y la 3, se refieren a factores raciales,
colectivos, sociales, ya establecidos en el nacimiento, y que sirven de "alimento" a la nueva
conciencia del yo en 1. La 6 revela como reserva de posibilidades personales con el propósito de
cumplir sus obligaciones sociales y de relación. Aquí el acento es subjetivo y personal, ya que la 6
está bajo el Horizonte; además, como ella está al Oeste del Meridiano, nos presenta condiciones o
situaciones a las cuales es preciso adaptarse lo mejor posible con vistas a establecer una relación
creativa con los otros y la sociedad en 7. La expresión o el resultado de nuestro poder objetivo se
encuentra en 2, Casa de las posesiones adquiridas. Como está bajo el Horizonte, el sentimiento
de su propio valor es subjetivo o personal, pero en función de lo que se ha podido probar en 10.
Además esta Casa al estar al Este nos presenta las cosas a hacer según la cualidad de la
egoicidad en 1.
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٠•●♥ૐ Angulares, Sucedentes y Cadentes ૐ♥●•٠

Para resumir el análisis espacial de las Casas, se puede decir que es la inscripción de los cuatro
triángulos equiláteros, a partir de los cuatro ángulos, la que nos da la división en Casas Angulares,
Sucedentes y Cadentes. Las cuatro Casas nos indican como la persona puede o quiere utilizar o
expresar aquello de lo que ha llegado a ser consciente y dueña en las cuatro Casas Angulares.
Las cuatro Casas Cadentes son, por decirlo así, depósitos de elementos de los cuales la persona
puede extraer lo que desea o puede materializar en las Casas Angulares. Eso sucede de la
concepción según la cual en cada triángulo:

Se puede también expresar eso diciendo que las Casas Angulares se refieren a la forma, las
Casas Cadentes a la sustancia y las Casas Sucedentes a la actividad. Pero si se considera eso
diciendo que las Casas relacionadas por un triángulo, según su continuidad de 1 a 12, la idea
base, el punto de partida es establecido en las CASAS ANGULARES que llevan según Rudhyar,
la palabra clave: SER. La 1 revela pues la realidad subjetiva del Ser, la 4, la realidad concreta,
objetiva del Ser, la 7, como unirse a los otros: el ser (o el estado) de las relaciones; la 10, la
realidad social del ser. Enseguida vienen las CASAS SUCEDENTES donde es preciso UTILIZAR
lo que se tiene a disposición en las Casas Angulares. En 5 se expresa pues, con los medios a la
disposición aquello que se ha llegado a ser consciente el ser subjetivo de la 1. En 8 se utiliza
aquello que se ha concretado en 4, después que ese yo existencial y consciente se haya
modificado por las experiencias de las relaciones humanas en 7; en 11, se utilizan los frutos de
sus relaciones humanas, después que ellas hayan sido establecidas en 10. Aquí se expresan
socialmente según su sitio en la comunidad. En fin, en 2 se encuentran expresadas -o dispuestas
para utilizarse- las posesiones que tenemos como consecuencia de nuestras actividades publicas
y profesionales. Allí se encuentran también lo que está al servicio del yo subjetivo de la 1, para
manifestarse, los llegados de un pasado social y racial. Las CASAS CADENTES nos permiten,
según Rudhyar, COMPRENDER o TRANSFORMAR seguidamente lo que se ha vivido en las
Casas Angulares y Sucedentes. Estas son las Casas de síntesis de las cuatro maneras de ser
(Casas Angulares) combinados a los cuatro medios de proveerlas (Casas Sucedentes). En 3, se
comprende como se puede manifestar su yo subjetivo por medio de su cuerpo y de su psique, en
su entorno, en 6 se comprende la aportación de los esfuerzos que se han hecho para expresarse
y se es impulsado ya sea a transformar, ya sea a modificar su forma de expresarse. En 9 se debe
comprender como insertarse válidamente en la vida social de las relaciones humanas, tomando
conciencia de los valores más que personales que rigen la relación de hombre a hombre y hombre
a universo. En 12 en fin, es preciso hacer la síntesis y tomar consigo (comprender) más que
aquello que será válido y utilizable para volver a empezar, en 1, un nuevo ciclo, un nivel nuevo de
la espiral.

Alexander Ruperti "La Rueda de la Experiencia Individual"

Om Tat Sat.
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