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QUÉ ES DESING THINKING Y LAS METODOLOGÍAS ÁGILES

El Desing thinking es un proceso ágil que busca encontrar las soluciones prácticas
ante los problemas de las personas y convertir estas en algo tangible a base de
iteraciones como Scrum, y el resto de los sistemas de trabajo Ágiles. Pero no es
esta la única similitud que guardan, y además se complementan en varios
aspectos.
Respecto al proceso, se compone de cinco etapas, aunque es importante que
sepas que no es lineal, es decir; cualquier momento podrás ir hacia atrás o hacia
delante, incluso saltar etapas si se considera lo más oportuno.
Las cinco etapas son:
1. Empatiza, para alcanzar con una profunda comprensión de las necesidades de
los usuarios implicados en la solución que estemos desarrollando, y también de
su entorno.
2. Define, para cribar la información recopilada durante la fase de Empatía y
quedarnos con lo que realmente aporta valor
3. Idea, para generación de un sinfín de opciones.
4. Prototipa, para hace las ideas palpables y que sea más fácil visualizar las
posibles soluciones.
5. Testea, para probar los prototipos con los usuarios, y así poder a identificar
mejoras significativas, fallos a resolver, posibles carencias… etc.
La principal característica que Design Thinking comparte con scrum, y el resto de
los enfoques Agiles, son las iteraciones y el desarrollo incremental.
Las iteraciones cortas, en scrum como máximo son de cuatro semanas,
proporcionan un aprendizaje rápido en base a unos primeros “fracasos”, y
posibilitan logros rápidos mediante la retroalimentación, la inspección y la
adaptación. Así pues, en este sentido Scrum y Design Thinking son perfectamente
compatibles.
Además, ambos procesos están centrados en el factor humano, y orientados al
cliente: Scrum; como el resto de los enfoque Agiles, destaca la importancia de las
apersonas sobre los procesos, y la negociación con el cliente, como dos de sus
cuatro valores fundamentales. Además, el trabajo en scrum se basa en el Equipo
scrum; el Equipo es su conjunto es responsable de producir el incremento al final
del sprint.
De la misma manera, una de las características del Design Thinking es el trabajo
en equipo, que pone en valor la capacidad de los individuos de aportar
singularidad, y con el proceso “empatiza” pone el acento en los clientes; debemos
ser capaces de ponernos en la piel de los usuarios para ser capaces de generar
soluciones consecuentes con sus realidades.
Respecto a cómo se complementan, si bien Design Thinking está orientado al proceso
creativo, scrum lo está hacia el proceso “ejecutivo”, o de realización. Scrum se centra en la
entrega del producto o del servicio, y proporciona un marco para planificar y asignar tareas,
gestionar el cambio y mantener el control.

Una vez más es conveniente recordar que scrum parte de un Backlog de Producto, un
conjunto de características o funcionalidades, pero nada establece sobre como determinan
esas características, y para ello, bien podría emplearse Design Thiniking. De la misma
manera, aunque el proceso de Design Thinking establece como uno de las fases el
prototipado, nada dice sobre cómo implementarlo o ejecutarlo, y parece que scrum podría
ser una estupenda manera para llevarlo a cabo, junto con el “testeo”.

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