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Navegación astronómica I

TEMA 8. El sextante
En la mar, para poder determinar la situación del buque con exactitud,
utilizando las técnicas de la navegación astronómica, se necesita medir con
precisión la altura de los astros sobre el horizonte. La precisión requerida para
esta operación queda garantizada con la utilización de instrumentos de reflexión,
basados en los principios ópticos de la reflexión de la luz sobre espejos planos.

El sextante proporciona la altura de los astros sobre el horizonte. Pero, la


altura observada debe ser corregida adecuadamente para obtener la altura del
centro del astro sobre el horizonte verdadero, que es la que forma parte del
triángulo de posición (diferencia cenital: z = 90° - av).

8.1 Descripción del sextante

El sextante marino moderno (sextante de tambor micrométrico, Figura 8.1)


consta de una armadura, normalmente de metal, que tiene la forma de un sector
circular –de aproximadamente 1/6 de círculo-, de entre unos 15 y 18 cm., de radio,
sobre la que van montados el resto de los elementos que lo componen. Con
diseños variables, la armadura incorpora refuerzos entre los radios limitadores y el
arco del sector, lo que proporciona solidez a la estructura del instrumento sin
aportar un peso excesivo que dificulte su utilización.

Figura 8.1. Partes principales de un sextante.

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La parte esencial de esta armadura es el arco del sector, el limbo, de 70° a


80° de abertura. El limbo está graduado. En virtud del principio óptico en que se
funda el sextante, la graduación del limbo es el doble de la abertura del sector.
Se gradúa de izquierda a derecha desde unos -5° hasta unos +125°.

La alidada es un brazo móvil, del mismo material de la armadura, que gira


con centro en el sector, alrededor de un eje normal al plano del limbo. La alidada
se ensancha en la parte que se desliza sobre el limbo, contando con un vano que
permite ver la graduación de este. En la parte inferior del vano, la alidada tiene
grabada una línea de fe o índice, para efectuar la lectura de la graduación del
limbo. La alidada cuenta, además, con un tornillo micrométrico que engrana
tangencialmente en un arco dentado o cremallera, situado en el borde, o detrás,
del limbo (Figura 8.2). El tornillo se mantiene engranado a la cremallera por medio
de un muelle que fija la alidada al limbo. Para mover la alidada un ángulo grande,
se utiliza la pinza; al apretarla, se afloja la presión del muelle y se desengrana el
tornillo de la cremallera. Para pequeños movimientos, la alidada dispone de un
tambor micrométrico: una vuelta completa del tambor, mueve el índice de la
alidada una división completa de la graduación del limbo.
Figura 8.2. Vista posterior de un sextante: detalle de la fijación de la alidada al limbo.

Medida una distancia angular con el sextante, para efectuar la lectura


correspondiente, primero se lee la graduación del limbo (los grados que señale el
índice de la alidada), precisando los minutos y fracciones con ayuda del tambor
micrométrico, como se explicará más adelante. En algunos sextantes, la escala
del tambor cuenta con un tambor nonio o vernier que procura mayor precisión a la
lectura.

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Montado en el extremo superior de la alidada, girando solidario con esta, se


encuentra el espejo grande o espejo índice, cuyo plano es perpendicular al del
limbo. El soporte del espejo lleva un tornillo de ajuste para rectificar la
perpendicularidad del mismo, en caso necesario (Figura 8.4).

Sobre el radio que limita por la izquierda el sector de la armadura, va


instalado, también perpendicular al plano del limbo, al espejo pequeño o espejo
de horizonte. Tradicionalmente mitad transparente, mitad azogado, este espejo
está siendo sustituido en los sextantes modernos por cristales especiales que
cumplen ambas funciones en toda su superficie (Figura 8.3). En los espejos con
dos mitades, la línea que las separa debe ser paralela al plano del limbo.
Figura 8.3. Distintos tipos de espejos de horizonte.

Cuando el índice de la alidada se encuentra sobre el cero de la graduación


del limbo, ambos espejos (índice y de horizonte) deben ser paralelos. El soporte
del espejo pequeño lleva dos tornillos de ajuste: uno para rectificar la
perpendicularidad del mismo y otro para el ajuste del paralelismo (Figura 8.4).
Figura 8.4. Tornillos de ajuste de los espejos índice y de horizonte del sextante (modelo Astra IIIb).

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Sobre el otro radio que determina el sector, frente al espejo de horizonte, se


encuentra el telescopio o anteojo, cuyo eje debe ser paralelo al plano del limbo,
que dirige la visual del observador hacia el espejo de horizonte y aumenta la
imagen del cuerpo observado. A través del telescopio se ve tanto la imagen
directa como la reflejada en este espejo.

Los dos espejos disponen de filtros o vidrios de color, de distinta


intensidad. Son perpendiculares al plano del limbo y pueden girar para
interponerse o no al paso de la luz. Los del espejo grande se utilizan cuando se
observa el Sol o la Luna; y los del espejo pequeño para reducir el brillo que
produce la luz reflejada del Sol sobre el horizonte.

Por último, para manejar el sextante, la armadura tiene un mango en su


parte posterior, en cuyo interior suele colocarse la pila de la lámpara que permite
iluminar la graduación del limbo, cuando se efectúan observaciones de noche. La
armadura cuenta también con unos pies, que permiten apoyar el sextante sobre
una superficie.

8.2 Principios de funcionamiento del sextante

El principio óptico de funcionamiento del sextante se basa en las leyes de


reflexión de la luz sobre espejos planos:

a) El rayo incidente, la normal al espejo en el punto de incidencia y el rayo


reflejado se encuentran en el mismo plano; y

b) El ángulo de incidencia es igual al ángulo de reflexión.

Figura 8.5. Reflexión de la luz sobre espejos planos.

La finalidad del sextante es medir la distancia angular entre dos objetos


cualesquiera, aunque lo más habitual es utilizarlo para medir la altura de los astros
sobre el horizonte. Para efectuar dicha medida, se mira a través del telescopio
hacia el horizonte del la mar, aproximadamente donde queda el pie del vertical del
astro. Con el índice de la alidada sobre el cero de la graduación del limbo se verá

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la imagen directa del horizonte –a través de la parte transparente del espejo


pequeño- y también su imagen doblemente reflejada en el espejo grande y en el
espejo pequeño (Figura 8.6 a). Luego, se mueve la alidada hasta hacer coincidir la
imagen doblemente reflejada del astro con la imagen directa del horizonte (Figura
8.6.b).
Figura 8.6. Observación de un astro. Principio óptico del sextante.

En la Figura se resume el principio óptico del sextante, que se enuncia así:


si un rayo de luz sufre dos reflexiones en un mismo plano, el ángulo que forma la
primera y la última dirección (a) es el doble del ángulo formado por la superficie de
los dos espejos que, a su vez, es igual al ángulo que se ha girado el espejo
grande.

El plano en que se producen las dos reflexiones es paralelo al plano del


limbo. Cuando el índice de la aliada señala el cero de la graduación del limbo,
teóricamente, los espejos grande y pequeño son paralelos. Por tanto, para obtener
la altura (a) de un astro sobre el horizonte, se leerá OL, en la graduación del limbo
y se multiplicará por dos. Para evitar este cálculo, el limbo viene graduado en el
doble del valor del arco, obteniendo directamente el valor de la altura observada al
la graduación correspondiente a la posición (L) del índice de la aliada.

Teóricamente, el instrumento podría medir ángulos hasta que los planos de


los espejos índice y de horizonte fueran perpendiculares entre sí; pero, en cuando
los espejos forman un diedro superior a 60° (alturas superiores a 120°), las
incidencias son tan oblicuas que se pierde demasiada luz. Por ello, el arco del
sector se limita a poco más de 60°.

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La luz procedente del astro, doblemente reflejada en los espejos, se


combina con la luz directa procedente del horizonte para mostrar a ambos
simultáneamente en el telescopio como se muestra en la Figura 8.7.
Figura 8.7. El funcionamiento esquemático del sextante.

Al mover la alidada a lo largo del limbo hacemos rotar el espejo índice


alrededor de su eje (en sentido indicado por las flechas). Cuando la posición de la
alidada es la correcta, la imagen reflejada del astro (que vemos en el anteojo
gracias a la doble reflexión en ambos espejos de la luz que proviene de él)
coincide con la imagen directa del horizonte (que vemos a través del espejo
semitransparente de horizonte o a través de la mitad de vidrio en el caso de un
espejo horizonte Tradicional). En esa situación, la escala graduada del limbo nos
permite leer la altura del astro sobre el horizonte.

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8.3 Punto inicial y punto de paralelismo

Punto inicial de un determinado objeto es aquél donde se detiene el índice


de la alidada, cuando a través del telescopio del sextante se ve que la imagen
directa y la doblemente reflejada de dicho objeto coinciden. Para verificar la
medida de un ángulo con el sextante se debe determinar el punto inicial.

Punto de paralelismo es aquél donde se detiene el índice de la alidada


cuando los espejos índice y de horizonte son paralelos. Si el sextante no tiene
error de índice, este punto coincide con el cero de la graduación del limbo.

El punto inicial de un mismo objeto varia con la distancia a que se


encuentra del observador, permaneciendo constante cuando el objeto se halla en
el infinito. En este caso, los espejos son paralelos, coincidiendo el punto inicial con
el de paralelismo. En la práctica, sin embargo, puede considerarse que estos
puntos coinciden para distancias superiores a cuatro cables, aunque depende del
modelo de sextante.

En la práctica de la navegación, para las distancias angulares tomadas a


bordo con el sextante, se puede considerar que el punto inicial y el paralelismo
coinciden siempre.

8.4 Examen y rectificación del sextante

El sextante es un instrumento frágil que debe procurar gran precisión en la


medida de la altura de los astros. Es importante que la doble reflexión del rayo
luminoso procedente del astro se produzca en el mismo plano vertical y que
llegue al ojo del observador en el mismo plano. Cualquier pequeño desajuste
de los elementos que lo componen, producido bien por un manejo inadecuado o
bien por el uso normal del instrumento, puede mermar su precisión general y, por
ello, dispone de mecanismos de ajuste para corregir los pequeños cambios de
posición que hayan podido producirse en sus elementos clave.

De forma rutinaria, antes de realizar una serie de observaciones, el sextante


debe someterse a examen, para tener la seguridad de que el instrumento está listo
para ser utilizado. En este examen se comprueba la correcta posición de los
espejos y el telescopio, rectificándose en caso necesario. Sin embargo, si el
sextante se ha comprobado y ajustado correctamente y se maneja de forma
adecuada, lo normal es que permanezca ajustado durante períodos de tiempo
largos. Debe evitarse la manipulación frecuente de los tornillos de ajuste ya que
puede originar un desgaste excesivo. Si es necesario realizar ajustes con

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frecuencia, significa que el sextante no está recibiendo los cuidados adecuados o


bien que necesita que se reemplacen algunos elementos, debido al desgaste.

Hay que mencionar que, además, el instrumento puede presentar algunos


defectos de construcción, sobre los que el usuario no puede intervenir, pero que
habrá que tener en cuenta a la hora de calcular el ángulo realmente observado.
Las correcciones a aplicar en estos casos son función de la altura observada y se
recogen en el certificado del sextante.

A continuación se hará referencia a las tres operaciones básicas de


comprobación y ajuste, en el orden en que deben realizarse, a saber:

1) Perpendicularidad del espejo índice al plano del limbo;


2) Perpendicularidad del espejo del espejo de horizonte al plano del limbo;
y
3) Paralelismo entre ambos espejos (error de índice).

Existe una cuarta comprobación que es la del paralelismo del eje óptico del
anteojo al plano del limbo. Esta posible fuente de error es la que presenta mayor
dificultad porque su comprobación y ajuste resultan bastante complicados.
Afortunadamente, es un error poco frecuente, sobre todo en los sextantes
modernos, de no ser que el soporte del anteojo se haya doblado a consecuencia
de un golpe que haya recibido el instrumento. Tampoco es frecuente que los
sextantes modernos dispongan de medios para su ajuste, por lo que solo se
puede comprobar si el error existe, debiendo dejar su ajuste en manos de
instrumentistas expertos. Si se sospecha que existe este error, una buena práctica
consiste en retirar el anteojo y realizar observación a través del centro del collar.
Se consiguen así observaciones tan precisas como con la ayuda del anteojo,
siempre que la agudeza visual del observador sea buena.

8.4.1 Perpendicularidad del espejo índice

Para comprobar si el espejo índice tiene error de perpendicularidad, se


coloca el sextante sobre una superficie plana (con experiencia puede realizarse la
operación sosteniéndole en la mano) con alidada hacia la mitad del recorrido
(puede variar según el modelo de sextante; y, si es preciso, se debe retirar el
anteojo), de tal forma que, colocando su ojo en las proximidades del espejo
grande, el observador puede ver la imagen directa y reflejada del limbo, tal como
se muestra en la Figura 8.8.

Cuando la imagen directa y la reflejada del limbo están en prolongación, el


equipo no presenta error de perpendicularidad. Si se aprecia un desnivel, es signo

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de que existe error y se deberá rectificar la posición del espejo actuando sobre el
tornillo de ajuste, hasta conseguir que ambas imágenes estén en prolongación.
Esta operación se realiza con ayuda de la llave proporcionada para este fin por el
fabricante, que se encuentra dentro de la caja del sextante.

Figura 8.8. Comprobación de la perpendicularidad del espejo índice al plano del limbo.

8.4.2 Perpendicularidad del espejo horizonte

Esta comprobación debe hacerse siempre en segundo lugar, una vez que el
espejo grande o índice es perpendicular al plano limbo, pues la perpendicularidad
del espejo pequeño a este plano se comprueba observando que las superficies de
ambos espejos sean paralelas.

Para verificar la perpendicularidad del espejo pequeño al plano del limbo se


utiliza un objeto lejano, como el horizonte. Con el índice de la alidada
aproximadamente en el cero de la graduación del limbo, se dirige una visual al
horizonte a través del anteojo, que debe estar convenientemente enfocado para

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tener una imagen nítida. Con ayuda del tambor micrométrico se hacen coincidir la
imagen directa y la doblemente reflejada del horizonte. Conseguido esto, se hace
girar el sextante con un movimiento pendular alrededor del eje del telescopio. Si la
imagen directa y doblemente reflejada del horizonte siguen alineados, el espejo
pequeño es perpendicular al plano del limbo. Si al girar el sextante las imágenes
se separan, debe rectificarse la posición del espejo pequeño, actuando sobre el
tornillo de perpendicularidad situado en su parte posterior.
Figura 8.9. Comprobación de la perpendicularidad del espejo pequeño al plano del limbo
observando el horizonte.

Como el espejo de horizonte dispone de dos tornillos de ajuste, es


importante distinguirlos (Figura 8.4), actuando sobre el que ocupa una posición
central (y puede encontrarse a cualquier altura) que es el que modifica la
perpendicularidad del espejo (el otro tornillo afecta al paralelismo). Con el sextante
inclinado, viendo el desnivel, se introduce la llave en el tornillo de ajuste adecuado
y se corrige el error con pequeños movimientos –en el sentido adecuado- hasta
que desaparezca el desnivel.

8.4.3 Paralelismo de los espejos: error de índice

Tal como se ha definido anteriormente, el punto de paralelismo es aquel


donde se detiene el índice de la alidada cuando los espejos índice y de horizonte

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son paralelos. Este punto debe coincidir con el cero de la graduación del limbo y,
si esto no sucede así, el instrumento tiene error de índice.

Cuando se detecta la existencia de un error de índice no es necesario


corregirlo siempre. Si el error se mantiene por debajo de los dos o tres minutos de
arco, es preferible tenerlo en cuenta para obtener la altura observada a partir de la
lectura del sextante.

Para comprobar si el sextante tiene error de índice, al igual que en el caso


anterior, puede utilizarse el horizonte. Con el índice de la alidada en el cero
(comprobar que el tambor micrométrico también marque cero), se dirige, a través
del telescopio, adecuadamente enfocado, la visual al horizonte. Si la imagen
directa y la doblemente reflejada coinciden, el sextante no tiene error de índice. Si
estas imágenes no coinciden, el instrumento tiene un error de índice. Para
determinarlo, habrá que mover el tambor micrométrico hasta conseguir la
coincidencia de dichas imágenes, y leer la cantidad que se separa el índice de la
alidada del cero de la graduación del limbo.

Figura 8.10. Determinación del error de índice de un sextante de espejo tradicional.

Si por ser superior a 2 o 3 minutos de arco, se decide corregir este error,


habrá que actuar sobre el tornillo de ajuste del espejo pequeño que modifica el
paralelismo (este tornillo no queda sobre la línea central, sino próximo a uno de los
bordes laterales del espejo). Con el índice sobre cero, no estarán coincidentes las
imágenes directa y doblemente reflejada, se gira con la llave el tornillo de ajuste
hasta que se produzca la coincidencia de las mismas. Eliminar por completo el
error de índice suele ser una tarea difícil. Por ello, en la práctica es suficiente con
reducirlo a uno o dos minutos de arco.

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El error de índice suele ser variable, incluso en los mejores sextantes. Cada
vez que se realiza una observación, o una serie de observaciones, se debe
determinar y anotar para aplicarlo a las lecturas obtenidas y calcular las alturas
realmente observadas.

Por último, es frecuente que al actuar sobre el tornillo de paralelismo se


altere la perpendicularidad del espejo pequeño. Por ello, tras realizar este ajuste
habrá que comprobar de nuevo la perpendicularidad del espejo y corregirla en
caso de ser necesario. En ocasiones, hay que ir de una comprobación a otra un
par de veces. De ahí la conveniencia de realizar seguidas las comprobaciones que
afectan al espejo pequeño.

En la determinación del error de índice en un sextante con espejo horizonte


semitransparente, las imágenes real y reflejada del horizonte que tendríamos, en
caso de que el error de índice fuese cero, la visión derecha en la Figura 8.11. En
el caso de la izquierda no coinciden las imágenes real y reflejada del horizonte.

Figura 8.11. Determinación del error de índice de un sextante de espejo semitransparente.

8.5 Modo de efectuar las lecturas

En los sextantes modernos, la lectura se efectúa con gran rapidez gracias al


tambor micrométrico. El limbo de los sextantes modernos está dividido en grados.
El tambor micrométrico tiene 60 divisiones. A cada vuelta del tambor, el índice de
la alidada se desplaza, hacia la izquierda, un grado sobre la graduación del limbo.
Por tanto, cada división del tambor representa un minuto de arco.

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El tambor micrométrico suele ir acompañado de un tambor nonio dividido en


5, 6 o 10 partes, que permite precisar la lectura a los 12’’, 10’’ o 6’’,
respectivamente. Distintos modelos del mismo pueden verse en la Figura 8.12.
Figura 8.12. Distintos modelos de tambor nonios.

8.5.1 Lectura de la altura

Una vez realizada una observación, para efectuar la lectura de la altura (o


ángulo) medida, se anotará el número entero de grados correspondiente a la
primera división del limbo a la derecha del índice de la aliada. Se añadirán el
número entero de minutos del tambor micrométrico que señale el índice del
tambor nonio. Si el sextante permite precisar más esta lectura, se buscará la
división del tambor nonio que coincida exactamente con una división del tambor
micrométrico. El número o décimas de minuto correspondiente a esta división del
nonio se añadirán a la lectura. En el ejemplo 1 de la Figura 8.13, la lectura
correspondiente al ángulo observado es 42°41,8’.

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Figura 8.13. Lectura de la altura.

Ejemplo 2:

Los grados enteros son 53 pues la marca dibujada en la alidada está entre
53° y 54°. El cero de la escala del nonius está entre las marcas 33’ y 34’ de la
división correspondiente a 0,6’ de la escala del nonius es la que está alineada con
una marca de la escala del tambor. Así pues, la lectura de la altura en este caso
es 53° 33,6’

8.5.2 Lectura del error de índice


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Cuando el punto inicial de la observación (o el punto de paralelismo) queda


a la izquierda del cero de la graduación del limbo, la lectura se realiza de la
misma forma que se ha descrito para la lectura.

Cuando el punto inicial de la observación (o el punto de paralelismo) queda


a la derecha del cero de la graduación del limbo, la lectura se realiza de la
siguiente manera (Figura 8.14): se anota el número entero de grados
correspondiente a la primera división del limbo a la izquierda del índice de la
alidada –normalmente cero; pero, en la figura, a la división A corresponde 2°-. A
esta lectura debe añadirse el valor del arco Aa. Como el tambor micrométrico del
sextante está preparado para realizar lecturas hacia la izquierda, los minutos y
décimas de minuto leídos en el tambor, corresponden al arco A’a. Para obtener el
valor del arco Aa buscado, habrá que restar de 60° la lectura (A’a) del tambor
micrométrico: Aa = 60° - A’a.

Figura 8.14. Error de índice a la derecha del cero de la graduación del limbo.

¿Cuál es el signo de Ei? La posición de la marca de la alidada una vez


alineadas las imágenes, ya no coincidirá con los 0° del limbo sino que nos estará
indicando dónde deberían estar situados esos 0° de la escala del limbo. Si la
marca está a la derecha del 0° del limbo entonces las lecturas hechas en la escala
del sextante serán menores que lo que deberían ser y, por tanto, para corregir
hemos de tomar Ei positivo. Por el contrario, cuando la marca de la alidada está a
la izquierda del cero del limbo, las lecturas que hagamos en la escala del limbo
serán mayores de lo que deberían ser y, por consiguiente, Ei deberá ser negativa.
De esta forma, distinguimos entre la altura instrumental (ai), de un astro, que es
la altura tal cual la leemos del sextante sin corregir, y la altura observada (ao),
que es la altura instrumental corregida por el error de índice:

ao = ai + Ei

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En la Figura 8.15 se representan dos lecturas de error de índice. En la


imagen superior se representa un error de índice a la izquierda del cero de la
graduación del limbo (Ei = 2,2’ a la izquierda); y en la imagen inferior un error de
índice a la derecha del cero de la graduación del limbo (Ei = 60’ – 55,6’ = 4,4’ a la
derecha).

Figura 8.15. Lectura del error de índice.

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