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CONSTRUYENDO PUENTES ENTRE LA

ECONOMÍA Y EL BUEN VIVIR O VIVIR


BIEN
Maria Victoria Reyna

0
CONSTRUYENDO PUENTES ENTRE LA ECONOMÍA Y
EL BUEN VIVIR O VIVIR BIEN
Autora: Maria Victoria Reyna1

Resumen

En el presente trabajo se indaga sobre los posibles diálogos que pueden


encontrarse entre dos propuestas concretas y vigentes, que buscan deconstruir
y repensar las formas de hacer y entender las relaciones económicas y la vida
en sociedad. La Economía Social y Solidaria se presenta como una propuesta
actual de construcción de formas alternativas de hacer la economía que
pretenden ser emancipadoras de las formas injustas y enajenantes de las
prácticas tradicionales. El Buen Vivir o Vivir Bien es la propuesta ancestral de
los pueblos originarios de América que propone una filosofía de vida
estableciendo bases concretas para la reflexión y diseño de prácticas
alternativas a las hegemónicas.
Ambas propuestas poseen grandes potencialidades para desafiar la cultura
capitalista y proponer cambios de paradigmas que lleven a la co-construcción
de una sociedad en armonía y en complementariedad con las demás formas de
vida.

1
Tesista de la Licenciatura en Administración de la Universidad Nacional de Salta. E-mail:
mvictoriareyna@hotmail.com.

1
Introducción

El sistema capitalista, entendido como un sistema económico y de


organización social, ha demostrado sus limitaciones para resolver los conflictos
sociales, políticos, económicos y ambientales de nuestra época. En este sentido,
resulta acertado pensar en que es posible la construcción alternativa de otra
economía, creando las condiciones políticas que permitan dicha construcción,
para lo cual resulta fundamental continuar y actualizar las críticas de la
economía capitalista y en particular de las prácticas del neoliberalismo
(Coraggio; 2012:19). Estas prácticas fomentan una ética individualista y un
comportamiento socialmente irresponsable donde la maximización y
acumulación de riquezas se convierten en el paradigma imperante que orienta y
define el comportamiento de los distintos agentes económicos y la sociedad en
general.

En primer lugar, se analiza el desarrollo teórico que propone el economista


José Luis Coraggio, en torno a la conceptualización e implicancia práctica de la
construcción de otro sistema económico a partir de las propuestas de la
Economía Social y Solidaria.

Por otra parte, y a partir de la propuesta del mismo autor, se indaga sobre
los posibles diálogos y convivencia de la Economía Social y Solidaria con el
Buen Vivir o Vivir Bien2. Es necesario aclarar que se refiere a esta propuesta
como un paradigma superador que proviene de culturas ancestrales originarias,
apostando a la pluralidad cultural y al intercambio de aprendizajes y miradas sin
pretender ocuparse extensamente sobre los aspectos que implican su estudio.
El alcance y contenido de esta propuesta deben buscarse en la comprensión de
la historia de los pueblos originarios, y en la pluralidad de relatos escritos u
orales. Asimismo, se busca presentar la propuesta y los aspectos, que a criterio
de la autora, la convierten en superadora y constructiva de una sociedad más
justa e inclusiva.

2
Paradigma propio de la cosmovisión originaria de pueblos de América Latina.

2
Hacia una nueva Economía

El sistema capitalista globalizado se encuentra en una crisis de


reproducción del capital y de la vida en general, esta crisis sistémica,
estructural y multifacética, genera fuertes conflictos en todas las esferas de la
vida. Su lógica de acumulación subordina el bienestar de las mayorías al capital,
sobre explotando a los trabajadores y generando una fuerte desigualdad. Su
modelo extractivista intensifica sus tendencias depredadoras de la naturaleza,
transformándola con consecuencias irreversibles para el ecosistema y las
comunidades que viven y vivirán en ella. El consumismo exacerbado y la
irresponsabilidad que ocasiona dicho comportamiento, genera una masa
demandante desinformada y vulnerable cuyo objetivo gira en torno a la
acumulación de medios de compra para intensificar su consumo. En lo relativo
a las condiciones humanas, produce la exclusión sistémica de un gran número
de personas de un trabajo digno, dividiendo la sociedad entre un grupo
pequeño de propietarios de las condiciones de la producción y de limitadas
clases medias con acceso a la riqueza, y masas pauperizadas3 .

En paralelo y como consecuencia de este sistema de organización de la


economía mundo y de la vida de la sociedad, se gesta una cultura hegemónica,
que instala una ética individualista, consumista e irresponsable, al mismo
tiempo que aporta a la formación de un sentido común en la sociedad
capitalista, que implica naturalizar los efectos nocivos del sistema y desvincular
la economía de la sociedad. Además instala una racionalidad instrumental

3
CORAGGIO, José Luis. La economía social y solidaria: hacia la búsqueda de posibles
convergencias con el Vivir Bien [en línea]. En: Ivonne Farah y Verónica Tejerina (coord.), Vivir
bien: Infancia, género y economía. Entre la teoría y la práctica. CIDES-UMSA, La Paz. 2013 [ref.
de 22 de Febrero de 2016]. Disponible en Web:
<http://coraggioeconomia.org/jlc_publicaciones_ep.htm>

3
orientadas por la visión utilitarista de individuos y de la naturaleza, a la vez que
instaura como paradigma dominante el de la empresa de capital4:

En suma, el sistema de mercado y todos sus valores y comportamientos


conforman el sentido común de la sociedad, exacerbando el individualismo, así
como la producción y el consumo irresponsable. Por otra parte, asienta en
dicho sentido común, la idea de que no hay alternativas al sistema de mercado
total y que solo resta adaptarse a él. En palabras de Coraggio (2013:15):

“el pensamiento crítico no solo no ve estos procesos materiales y sus efectos


subjetivos como inevitables sino que los considera éticamente inadmisibles. Y
anticipa que la política y los estados, así como las prácticas cotidianas defensivas de
la vida de las mayorías, potenciadas por sujetos constituidos como movimientos
sociales, pueden contrarrestar esas tendencias intrínsecas del capital, no ya para que
se recupere el ritmo de acumulación de capital y el quimérico pleno empleo, sino
para garantizar la reproducción y desarrollo de la vida. “

En este sentido se presenta la Economía Social y Solidaria como una


práctica social que pretende garantizar la reproducción ampliada de la vida de
todos y todas, ante el evidente fracaso del estado neoliberal, confrontándolo no
solo por sus efectos actuales, sino por su tendencia propia a la destrucción de
la vida en todas sus formas.

La Economía Social y Solidaria

Existen distintas corrientes económicas que se definen a partir de sus


instituciones, principios y modelos característicos y contradictorios entre sí. La
Economía Social y Solidaria pretende superar la dicotomía entre un sistema de
mercado capitalista, el cual se liga a la Economía “a secas”, y un Estado
interventor y regulador de la economía, asociado al socialismo. Por un lado, se

4
CORAGGIO, José Luis. “El punto de partida (1): algunas condiciones subjetivas”. En: La
economía social y solidaria: hacia la búsqueda de posibles convergencias con el Vivir Bien [en
línea]. CIDES-UMSA, La Paz. 2013. [ref. de 22 de Febrero de 2016]. p. 3 – 5. Disponible en
Web: < http://coraggioeconomia.org/jlc_publicaciones_ep.htm>

4
plantea que el sistema capitalista debe ser superado por ser inconsistente y
alienante en sí mismo y por generar la exclusión de crecientes mayorías,
explotando a los trabajadores y al medio natural, poniendo en riesgo la vida en
el planeta y la cohesión de las sociedades. Por otro lado, el Estado
centralizado debe ser superado por que sustrae poder de la sociedad y, en
ausencia de una democracia sustantiva, obedece a los intereses de los grandes
grupos económicos, manteniendo en vigencia un sistema socialmente deficiente
e injusto.5

La vertiente de la Economía Social y Solidaria ve la posibilidad de


desarrollar una socio economía, donde los hombres son reconocidos en su
contexto histórico y cultural, volviendo inseparable cualquier comportamiento
económico de la cultura. El campo de acción de la economía está constituido
por individuos, familias, comunidades y colectivos de diverso tipo, y ya no por
individuos que son valorados de acuerdo a una visión utilitarista, producto de
la mercantilización de la fuerza de trabajo. Estos agentes interactúan en
múltiples y diversas instituciones, generando transacciones entre la utilidad
material y los valores de solidaridad y cooperación, limitando la competencia.
(Coraggio; 2008:45)

La propuesta que se presenta busca contribuir a la construcción


alternativa de un sistema socio económico y orientar la transición a Otra
Economía6 que aún no está claramente delineada. Este término, en constante
evolución, se nutre de diversos (y hasta contradictorios) enfoques y propuestas,
re significándose y fluctuando de acuerdo con la dinámica de las experiencias
de los diversos movimientos sociales que la representan.

Coraggio (2015a:4) propone dos significados principales y


complementarios para el término Economía Social y Solidaria. Por un lado, se lo
entiende como un sistema económico cuyo funcionamiento asegura la base

5
CORAGGIO, José Luis. “La economía social como vía para otro desarrollo social”. En:
Economía Social y Solidaria. El trabajo antes que el capital. 1ra ed. Ecuador: Abya-Yala, 2011.
p. 43 - 46.
6
Ver Coraggio (2015a:11).

5
material integrada a una sociedad justa y equilibrada. Y por otro lado, lo
propone como un proyecto colectivo que busca revertir las tendencias
socialmente negativas del sistema imperante, con el objetivo de propiciar la
construcción de un sistema alternativo que responda al principio ético de la
reproducción ampliada de la vida. Por lo que se entiende que esta es una
propuesta transicional de prácticas económicas transformadoras y
emancipadoras, tendientes a generar las bases de un cambio paradigmático en
la economía.

Cuando se adjetivan las prácticas económicas como “sociales” se hace


referencia no a la obviedad de que no existen sistemas económicos que no
sean sociales, sino a que los sujetos de esas prácticas son conscientes de que,
al resolver el problema económico, construyen determinados lazos sociales7.
Por otra parte, reafirma la inevitable e inseparable relación que se gesta entre
sociedad, economía y naturaleza y que cuando se pretende separar estos
ámbitos se producen los efectos negativos ya señalados.

“Esta economía es social porque produce sociedad y no sólo utilidades económicas,


porque genera valores de uso para satisfacer necesidades de los mismos
productores o de sus comunidades (…) y no está orientada por la ganancia y la
acumulación de capital sin límites. Es social porque vuelve a unir producción y
reproducción, al producir para satisfacer de manera más directa y mejor las
necesidades acordadas como legítimas por la misma sociedad.” (Coraggio; 2008:46)

La solidaridad en la economía

La propuesta de una Economía Social que permita la transición a una


sociedad inclusiva con justicia social y en armonía con el medio natural, solo es
posible a través de sujetos comprometidos y sensibles que interactúan y

7
CORAGGIO, José Luis. “El significado de la economía social y solidaria (2)”. En: La economía
social y solidaria: hacia la búsqueda de posibles convergencias con el Vivir Bien [en línea].
CIDES-UMSA, La Paz. 2013. [ref. de 22 de Febrero de 2016]. p. 11 – 14. Disponible en Web: <
http://coraggioeconomia.org/jlc_publicaciones_ep.htm>

6
cooperan para lograr esta construcción. Resulta necesario tejer redes de
solidaridad entre las personas, dentro y fuera de sus organizaciones,
propiciando una solidaridad orgánica y real que permita construir un nuevo
paradigma social, alejado del individualismo deshumanizante y el consumismo
esclavizador producto de las sociedades neoliberales. En esta dirección, se
presenta la teoría crítica de la Economía Social y Solidaria, que permite
enmarcar prácticas alternativas a las del neoliberalismo.

Según Coraggio (2013:11) en las sociedades modernas, hay dos tipos


predominantes de solidaridad: por un lado, la solidaridad filantrópica,
común entre organizaciones empresariales de la economía de mercado que
responden a una lógica individual altruista, donde hay un donante y un receptor
que no está en condiciones de devolver, creándose una asimetría que genera
relaciones de dependencia. Y por otro lado, la solidaridad simétrica, donde
se crean y reproducen relaciones de reciprocidad, basándose en la acción
colectiva de ayuda mutua, donde todos aportan sin saber cuándo y cómo van a
recibir, y que no implica cambios equivalentes. La Economía Solidaria promueve
y encarna relaciones simétricas de solidaridad alejadas de las acciones
individuales filantrópicas.

Por otro lado, tenemos que la solidaridad se da en distintos niveles dentro


de la sociedad, Coraggio (2013:12) identifica tres niveles principales de ese
accionar. En primer lugar, un nivel microsocioeconómico, donde la solidaridad
se presenta entre los miembros de las unidades domésticas, organizaciones,
cooperativas o comunidades. Un segundo nivel, es el mesosocioeconómico
donde se mantienen relaciones de solidaridad entre organizaciones, formando
redes y formas de cooperación y complementariedad. Y por último, identifica un
nivel sistémico donde la solidaridad se institucionaliza como estructura que
enmarca los procesos y agentes económicos.

Para alcanzar el nivel de acción sobre el sistema8 se requiere de la acción


y compromiso del Estado, promoviendo la institucionalización y/o legitimación

8
CORAGGIO, José Luis. “El significado de la economía social y solidaria (2)”. En: La economía
social y solidaria: hacia la búsqueda de posibles convergencias con el Vivir Bien [en línea].

7
de prácticas desarrolladas por un sector de la Economía Social y Solidaria
consciente de la sociedad que produce con sus acciones y atento a la
realización de la vida de todas y todos.

Por otra parte, resulta necesario expandir la propuesta a los demás


sectores de la sociedad y modificar las concepciones asistencialistas y
focalizadas de las políticas de los gobiernos actuales en torno a la Economía
Social. Estas políticas suelen estar dirigidas a atender la urgencia y a subsanar
los efectos negativos de la crisis. Esta concepción asistencialista no construye
una nueva economía y no avanza sobre las causas y los problemas reales de
dicha crisis. Además buscan generar ingresos en las unidades afectadas hasta
tanto el mercado se recupere y las absorba, tratando de reinsertarlas al mismo
sistema que las excluyo o nunca incluyo. La Economía Social no puede ser para
los sectores pobres, sino que debe ser una propuesta para todos los ciudadanos
volviéndose superadora de la distinción de clases.

Por lo tanto, alcanzar un nivel estructural de solidaridad requiere de la


intervención de un Estado que profundice sobre los conceptos que orientan sus
políticas en armonía con un sector orgánico de la Economía Social y Solidaria
que reflexione y actúe colectivamente desarrollando su potencial productivo y
construyendo un nuevo tejido social.

La solidaridad, en los términos que se plantea, busca generar relaciones


equitativas entre los sujetos y no responde a principios morales y
comportamientos fraternos, sino que implica generar consensos que permitan
institucionalizar las buenas prácticas en tanto sistemas solidarios.

La Economía Social y Solidaria, es entonces un concepto de transición,


que contribuye a desarticular las estructuras de reproducción del capital y a
construir un nuevo entramado que asegure la satisfacción de las múltiples
necesidades de todos.

CIDES-UMSA, La Paz. 2013. [ref. de 29 de Febrero de 2016]. p. 11 – 14. Disponible en Web: <
http://coraggioeconomia.org/jlc_publicaciones_ep.htm>

8
Se sugiere, entonces, superar el individualismo y el egoísmo que
predomina en la sociedad y construir, a la par de un nuevo sistema económico,
un nuevo paradigma social. Éste implica el reconocimiento del otro como un
sujeto de derechos con potencial para desarrollar una vida digna en armonía
con la naturaleza, abandonando la visión instrumentalista que concibe al ser
humano sólo como un agente funcional al mercado. Por otra parte, este
sistema solidario, conlleva el reconocimiento de la naturaleza (no como una
mercancía) y de la vida futura. En particular afirma los derechos humanos
garantizados democráticamente y las responsabilidades que demanda la vida en
comunidad, los valores de justicia social y:

“una relación restitutiva con la naturaleza como condición de la vida,


relación que en América Latina hoy toma su máxima expresión discursiva en la
metáfora del Buen Vivir y el Vivir Bien (traducciones occidentalizada del Sumak
Kawsay (Quechuas), de Suma Qamaña (Aymaras), de teko porâ (Guaraníes) y
otras vivencias de los pueblos originarios)”.(Coraggio; 2015b:7)

El Buen Vivir o Vivir Bien en el planteo de Otra Economía

El siguiente apartado pretende indagar sobre el concepto del Buen Vivir o


Vivir Bien en relación a la economía, y como un posible paradigma alternativo a
la cultura hegemónica capitalista. La bibliografía utilizada en la elaboración de
este apartado pertenece a producciones realizadas por referentes de los
pueblos originarios como así también autores que se especializan en estudios
sociales.

Según Huanacuni (2010:6), las distintas comunidades de pueblos


originarios consideran que la actual crisis económica, social, política y ambiental
es en realidad una crisis de la vida producto de los paradigmas occidentales 9 y

9
En los cuales, como ya se analizó anteriormente, predomina el egocentrismo y el consumismo,
donde el individuo es el único sujeto de derechos y obligaciones, instituyéndolo como el único
referente de la vida. “El paradigma individual, que está vigente, determina las relaciones

9
el capitalismo como sistema de organización de la vida. Además, consideran
que la sociedad actual atraviesa fuertes cambios a los cuales, las comunidades
no pueden estar ajenas y deben coadyuvar aportando nuevas miradas10 y
paradigmas de vida.

Como respuesta a esta realidad, surge una propuesta cultural que


enuncia, en primer lugar, como eje a la comunidad11 y no al individuo. Esta
comunidad no se concibe solo a partir de las relaciones sociales entre seres
humanos sino que plantea relaciones de complementariedad con las otras
formas de vida del planeta. Por lo que, desde esta cosmovisión12, el conjunto
de relaciones entre los seres y el medio en el que conviven conforman la
comunidad, donde todo está interrelacionado, interconectado y es
interdependiente. Cualquier modificación en uno de sus componentes repercute
al conjunto, por lo que el malestar o bienestar en uno de ellos afecta al
equilibrio y la armonía de todos.

Huanacuni (2010: 17), plantea que los modelos desarrollistas, que


devienen del paradigma occidental han demostrado en plenitud sus limitaciones
y efectos devastadores. Esta postura coincide con la idea que se viene
desarrollando en este trabajo, en el que se plantea la necesidad de generar
alternativas económicas y sociales a los modelos hegemónicos modernos, por

sociales, jurídicas y de vida; desde hace siglos está llevando a las sociedades de todo el mundo
hacia la desintegración, debido a un alto grado de desensibilización de los seres humanos. Esto
ha ido depredando la vida en su conjunto. Para este paradigma, lo más importante es la
acumulación del capital.” (Huanacuni; 2010:16)
10
Estas “nuevas” miradas, son tales para la cultura moderna occidental, ya que en realidad se
corresponden con la cosmovisión ancestral de estos pueblos.
11
Esta herencia de las primeras naciones considera a la comunidad como estructura y unidad
de vida, es decir, constituida por toda forma de existencia y no solo como una estructura social
(conformada únicamente por humanos). Ello no implica una desaparición de la individualidad,
sino que ésta se expresa ampliamente en su capacidad natural en un proceso de
complementación con otros seres dentro de la comunidad. (Huanacuni: 2010: 6)
12
Formas de ver, sentir, percibir y proyectar el mundo en una cultura determinada.

10
la exclusión y explotación de crecientes mayorías y la destrucción del medio
natural13.

Según el paradigma dominante, las personas quieren “vivir mejor”14 y


disfrutar de una creciente calidad de vida, medida en la mayoría de los casos,
sobre una base monetaria. Para los pueblos originarios, la vida no se mide,
únicamente, en función de la economía, el planteo del Buen Vivir o Vivir Bien va
más allá de los parámetros monetarios y materiales y se sustenta en la
sabiduría y experiencia ancestral de estos pueblos.

Los términos empleados en español para traducir el suma qamaña


(aymara) o sumak kawsay (quechua), son el Vivir Bien o el Buen Vivir (Paulizzi;
2014:6).El concepto del Buen Vivir o Vivir Bien se complementa y enriquece de
las experiencias de los distintos pueblos de América Latina. Desde la
cosmovisión aymara y quechua de Bolivia15, el término suma qamaña, se
traduce como “vivir bien” o “vivir en plenitud”, y en términos generales
significa: “vivir en armonía y equilibrio; en armonía con los ciclos de la
naturaleza, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda
forma de existencia” (Huanacuni; 2010:21). Un ejemplo local es el del pueblo
colla o kolla descendientes de quechuas y aymaras, que conviven en las
Provincias de Salta y Jujuy de la República Argentina, y que a criterio de
Huanacuni, comparten los principios de vida en armonía y comunidad, propios
de la filosofía del buen vivir. Esto se traduce en sus formas cooperativas de

13
“El medio ambiente ya no puede soportar más “procesos de industrialización” ni “revoluciones
verdes” –ya no está en juego sólo nuestra especie, también se ha comprometido el equilibrio de
todos los ecosistemas-; la economía (de mercado) sólo ha creado “pobres” donde antes existían
comunidades plenas de seres humanos dignos –el pensar que todo tiene un valor monetario ha
terminado por quitar valor a la vida-; los mercados mundiales ya no tienen donde expandirse y
existe más oferta que capacidad de consumo.” (Huanacuni; 2010:17)
14
HUANACUNI MAMANI, Fernando. Definición de Vivir Bien. En su: Buen Vivir/Vivir Bien.
Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas. Perú. Coordinadora Andina de
Organizaciones Indígenas, 2010. pp. 21-34.
15
Ver Huanacuni, 2010.

11
trabajo, a través de las mingas, y en los diferentes rituales y ceremonias a la
naturaleza.

El Buen Vivir implica vivir en comunidad, estableciendo relaciones


armónicas y complementarias entre las personas y las demás formas de
existencia. Implica crear relaciones de solidaridad a un nivel estructural, donde
todos y cada uno son responsables por el bienestar de la comunidad y donde la
acumulación y el consumo no son los principios que guían el comportamiento.
En palabras de Huanacuni (2010:22), Vivir Bien significa, “complementarnos y
compartir sin competir, vivir en armonía entre las personas y con la naturaleza”.

El “vivir mejor” al que aspiran las personas de la sociedad occidental


capitalista, es lo contrario al “vivir bien” de los pueblos originarios16. El primero
busca el bienestar individual, desinteresado por el bienestar de los otros, y
muchas veces a costa de estos. Vivir mejor refuerza el consumismo, el
individualismo y el egoísmo, ya que para vivir mejor es necesario acumular
medios materiales, generando competencia y explotación de personas y de la
naturaleza (Choquehuanca; 2010:8). Esta idea se corresponde con el concepto
de desarrollo neoliberal, que busca que las personas vivan mejor de forma
individual, generando relaciones asimétricas y desiguales entre personas y
países. En palabras de Paulizzi (2014:7), “el vivir mejor ha creado sociedades
desiguales, desequilibradas, consumistas, individualistas, insensibilizadas.”

Huanacuni (2010:22) enfatiza, “en nuestras comunidades, no queremos


que nadie viva mejor, ya que eso implica aceptar que unos estén mejor a
cambio de que los otros, las mayorías, vivamos mal. Estar mejor nosotros y ver
que otros están peor no es Vivir Bien”. Desde esta forma de ver y percibir el
mundo y la vida, el ser humano no puede limitarse a trabajar y generar medios
para vivir mejor en forma individual, este accionar genera un desequilibrio en el
todo influyendo negativamente a sus pares y las demás formas de vida. El vivir
bien convoca a las personas a vivir una vida en armonía y en equilibro, “a no
consumir más allá de lo que el ecosistema puede dar” (Paulizzi; 2014:7).

16
CHOQUEHUANCA C., David. Hacia la reconstrucción del Vivir Bien. América Latina en
movimiento, (452): 8-14, Febrero 2010.

12
La propuesta de los pueblos originarios respecto a la relación entre
economía y Buen Vivir, se presenta en el planteo de una economía comunitaria
complementaria. Dentro de la idea de comunidad de la cosmovisión originaria,
se observa como todas las formas de relación que se dan en esta comunidad,
deben estar en permanente equilibrio y armonía con todo, ya que cuando se
rompe esta dinámica toda la comunidad sufre las consecuencias.

En primer lugar es necesario marcar la diferencia con algunos conceptos


de la cosmovisión occidental y hegemónica de economía. Por un lado, el
término “recurso” no se aplica ni a la naturaleza ni a las personas, ya que “si
todo vive, lo que existen son seres y no objetos” (Huanacuni; 2010:35).
Además se busca entablar relaciones con la naturaleza y no dominarla y
explotarla, como lo hace la lógica capitalista. Todo esto logra desmercantilizar a
la naturaleza y a las personas, valorándolas y reconociéndolas como seres y no
como meros instrumentos funcionales al mercado. Los pueblos indígenas
originarios generan toda relación económica, jurídica, política y productiva
desde la consciencia de que todo está conectado y que todo es
interdependiente17. Hacer economía, para esta cosmovisión, es relacionarse de
forma recíproca y complementaria con todas las formas de existencia.

El Buen Vivir en términos económicos, según Huanacuni (2010:36)


implica: “generar relaciones económicas en complementariedad y reciprocidad
con la vida, la Madre Tierra, la comunidad y la familia; toda relación económica
no es con el fin de acumular capital por el capital, sino esencialmente para
preservar la vida. Por lo tanto, toda relación económica no solo debe estar
enmarcada en relaciones económicas de interés humano, sino también en leyes
naturales que cuiden la vida, la Madre Tierra, la comunidad y la familia.” Es
decir que la economía debe servir para satisfacer necesidades básicas y
emergentes de los pueblos y comunidades, pero bajo una dinámica de
complementariedad y reciprocidad. Los miembros de la comunidad aportan y

17
HUANACUNI M., Fernando. El Vivir Bien en diferentes áreas. En su: Buen Vivir/Vivir Bien.
Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas. Perú. Coordinadora Andina de
Organizaciones Indígenas, 2010. pp. 34-54.

13
reciben de acuerdo a sus necesidades y responsabilidades, las relaciones con la
naturaleza se realizan de acuerdo al mismo criterio, complementándose con el
ser humano y la comunidad en general (Huanacuni; 2010:38).

El Buen Vivir propone desplazar a la acumulación como categoría central


de la economía y sustituirla por la reproducción de la vida en todas sus
formas18. Por esto, la economía debe dar cuenta de la integralidad de los ciclos
de producción y reproducción, asegurando las condiciones para que en todos
los ciclos, la vida se reproduzca.

Respecto a la forma de tomar las decisiones, Choquehuanca (2010:12)


plantea que el Vivir Bien genera formas superadoras de la democracia. La
democracia genera el sometimiento de las minorías a las mayorías y esto no se
encuadra en los principios del paradigma indígena originario. Se propone
avanzar hacia el “consenso”, donde todos aportan y construyen con el mismo
derecho, todos tienen el espacio para intervenir y las mismas oportunidades de
hacerlo. Las decisiones que se toman mediante el consenso comunal y no
mediante la democracia, requieren transitar un camino de convencimiento y
enriquecimiento mutuo hasta lograr que todos estén de acuerdo. Recién allí,
cuando en comunidad resuelven una situación o conflicto es que se adoptan las
decisiones y medidas tratadas.

A primera vista este paradigma parece estar muy alejado de la realidad de


las sociedades occidentales, sin embargo actualmente, la sociedad está inserta
en un periodo de cambios paradigmáticos que se manifiestan en las múltiples y
diversas experiencias de la Economía Social y Solidaria y en los numerosos
movimientos sociales y ambientalistas. Por lo que se crea un terreno fértil para
introducir alternativas teóricas y prácticas que, como el Buen Vivir, plantean
revisar las bases sobre las que está construida la racionalidad y el sentido
común de la sociedad.

18
LEON T., Magdalena. Reactivación económica para el Buen Vivir: un acercamiento. América
Latina en movimiento, (452): 23-26, Febrero 2010.

14
Un ejemplo de convivencia entre la cosmovisión originaria y las prácticas
occidentales modernas en América Latina, es el de los cuerpos legales del
Estado Plurinacional de Bolivia y la República del Ecuador. Ambos países
modificaron recientemente sus constituciones nacionales incorporando el
concepto del Vivir Bien y el Buen Vivir, respectivamente, y el de “Estado
Plurinacional” a sus cartas magnas. Esto constituye un gran logro de las
comunidades originarias, avanzando en el reconocimiento de su identidad y
diversidad, pero también abriendo el debate sobre sus propuestas que implican
replantearse el paradigma de vida actual.

Respecto a la relación con la propuesta de la Economía Social y Solidaria,


se considera que ambas propuestas convergen en un principio fundamental: la
reproducción ampliada de la vida. Ambas nociones buscan conformarse como
alternativas a la cultura y al sistema económico capitalista, presentando
“nuevas” formas de entablar relaciones entre personas y con la naturaleza. El
Buen Vivir aporta un concepto y principio primordial en esta construcción que
es el de la complementariedad. Las personas y los demás seres se
complementan recíprocamente y tienden a buscar el equilibrio y la armonía en
comunidad. La Economía Social y Solidaria plantea que este sistema de
relaciones solo puede darse al alcanzar un nivel sistémico de solidaridad, donde
prime la simetría y la equidad de las relaciones institucionalizadas y legitimadas
en el marco estatal. Estos nuevos paradigmas sociales y económicos pretenden
arrojar una luz ante la crisis actual de vida y ante el paradigma devastador y
deshumanizante moderno.

El Buen Vivir, en suma, aparece como una oportunidad para construir otra
sociedad sustentada en la convivencia del ser humano en diversidad y armonía
con la Naturaleza, a partir del reconocimiento de los diversos valores culturales
existentes en cada país y en el mundo, en la medida que estos se sintonicen
con estos principios fundamentales de la humanidad. La ansiada armonía, de
ninguna manera, puede llevar a creer en la posibilidad de un futuro paraíso ar-
monioso. Habrá siempre contradicciones y tensiones en las sociedades
humanas e incluso en su relacionamiento con el entorno natural. Pero sostener

15
las principales aberraciones del pasado inmediato, del neoliberal, constituye un
estado de permanente ilegitimidad.

Algunas conclusiones

Una teorización alternativa en construcción y evolución como la de la


Economía Social y Solidaria debe incluir críticamente elementos de la teoría del
mercado. Sin embargo, hay una confrontación total con la teoría dominante del
mercado perfecto y con la propuesta de tratar a las personas, a la naturaleza,
al conocimiento, a la moneda y a los bienes comunes como mercancías.

La lógica de la Economía Social y Solidaria se aproxima a la lógica de las


propuestas de la cosmovisión andina: contribuir a asegurar la reproducción con
calidad creciente de la vida de todos y cada uno de sus miembros y sus
comunidades. Es importante señalar, que de acuerdo al paradigma originario
del Buen Vivir o Vivir Bien, las comunidades se componen por todas las formas
de existencia y no solo por relaciones humanas. Este aporte es fundamental
para comprender el modo en que se piensan y desarrollan las relaciones
económicas desde este paradigma, la naturaleza no se concibe como un
recurso sino como un ser que vive desmercantilizando así las relaciones entre
humanos y con la naturaleza.

El gobierno interno dentro de las prácticas de la Economía Social se basa


en la deliberación entre miembros que tienen cada uno un voto, admitiendo la
división del trabajo y los sistemas de representación y control de las respon-
sabilidades. No están exentas, sin embargo, de desarrollar prácticas que
conspiren contra los valores trascendentes o los objetivos prácticos declarados,
por lo que se cree fundamental incorporar la propuesta del paradigma originario
del consenso.

Desde la mirada del Buen Vivir, la democracia es siempre una forma de


imposición que genera confrontación entre un grupo que se siente relegado o
desplazado y un grupo oficialista que detenta el poder, manteniendo el sistema

16
a través de una aparente lucha de oposición. Otro argumento surge a partir de
una analogía con la naturaleza donde la democracia no existe ya que nada
funciona por la imposición. En la naturaleza y en el propio cuerpo humano, todo
funciona en equilibrio y armonía y solo cuando se alteran estas leyes surgen las
enfermedades19. La vida natural siempre guarda correspondencia y
complementariedad para que se mantenga y se prolongue la vida. Aplicando el
mismo criterio, las comunidades y familias pueden tomar las decisiones
practicando el consenso, mecanismo que busca congeniar diferentes posiciones
o fuerzas. En este sentido, existen antecedentes importantes de la aplicación de
sistemas de decisiones por consentimiento20 transitando caminos de discusión y
enriquecimiento mutuo hasta generar propuestas co-construidas y
consensuadas. Con este propósito cada parte debe ceder posiciones hasta
llegar a un acuerdo común que satisfaga a las partes.

La Economía Social y Solidaria se basa en el trabajo asociativo y


autónomo en busca de nuevas formas de pensar y hacer el trabajo y la
economía. Las prácticas de este movimiento actúan dentro del sistema
capitalista y, aunque pretenden ser emancipadoras del mismo, es común que
compartan una doble racionalidad denotando su carácter contradictorio. La
propuesta de los pueblos originarios es la de una economía comunitaria
complementaria. Esto implica comprender que la competencia dentro de las
organizaciones y en su medio solo generan individualismo y, en el mejor de los
casos, un “vivir mejor” para sus miembros. La lógica de la correspondencia y la
complementariedad no deja lugar a inequidades y asimetrías, ni a que algunos
“vivan mejor” mientras otros viven peor. Pero esto no ocurre por una
benevolencia comunitaria del paradigma originario, sino porque, la comunidad,
unidad básica de vida, solo puede existir y desarrollarse en armonía simbiótica.
Esto tiene lugar cuando todos los seres que conforman la comunidad viven

19
OVIEDO F., ATAWALLPA. Buen Vivir vs. Sumak Kawsay: Reforma capitalista y revolución
alter-nativa. 3ra. ed. CICCUS. Buenos Aires, 2013. pp. 165-167.
20
Un ejemplo es el método de la Sociocracia, aplicado y desarrollado primeramente por Kees
Boeke en Holanda.

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bien, ya que si uno de los elementos que la configuran se altera o desequilibra,
todo el conjunto sufre las consecuencias y se desarmoniza. Es por esto que una
economía complementaria nunca podría atentar contra el buen vivir de sus
miembros, sean estos humanos o parte de la naturaleza.

La autora de este trabajo, considera que las prácticas de la Economía


Social y Solidaria deben transitar un camino que va más allá de resolver la
satisfacción de las necesidades de sus miembros, alcanzando un nivel de
reflexión y acción sobre la sociedad que producen y reproducen con su
actuación. Sin embargo, se cree que esta construcción alternativa al sistema
económico de mercado es uno de los mejores espacios para germinar
propuestas reales en dialogo con la mirada de los pueblos originarios. Estas
prácticas deben enfrentar los conflictos y contradicciones que surgen de su
inserción en los ámbitos del mercado y optar por: intentar construir una real
alternativa pero en convivencia con el sistema hegemónico o adaptarse a él
adoptando denominaciones que sirven a sus propósitos, como las “economías
verdes”, o el capitalismo “con rostro humano”, o las empresas con
“responsabilidad social”.

Cuan cerca esté cada práctica de una u otra opción no puede ser
determinado aisladamente, sino que depende de su articulación con otros
niveles o formas de acción y de la coyuntura particular en que se desenvuelve.
En particular, dependerá de su relación con lo político. En relación a esto se
cree que la mejor variante estratégica seria proponer otras formas de
integración social, lo que implicaría una superación del capitalismo y de la
sociedad de mercado que produce.

18
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