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Manual de Oslo:
Las actividades innovadoras son todas las tareas científicas, tecnológicas, organizativas,
financieras y comerciales, incluyendo la inversión en nuevo conocimiento, que conducen
real o potencialmente a la puesta en marcha de innovaciones.
El objetivo de la innovación es mejorar los resultados de la empresa consiguiendo
ventajas competitivas (o simplemente manteniendo la competitividad) a través de cambios
en la curva de demanda del producto (por ejemplo, mejorando la calidad del producto,
creando productos nuevos o accediendo a nuevos mercados o grupos de clientes), a
través del cambio en la curva de oferta (reduciendo los precios unitarios de producción, de
compra, de distribución o de transacción) o a través de la mejora de sus habilidades para
innovar (incrementando su capacidad para desarrollar nuevos productos o procesos o
para conseguir o crear conocimiento nuevo).
Hay dos opciones abiertas a una empresa que quiere cambiar sus productos, sus
capacidades, sus sistemas de producción o sus métodos comerciales u organizativos.
Una empresa puede invertir en actividades creativas para desarrollar innovaciones
internamente, por si sola o en colaboración con socios externos, o puede adoptar
innovaciones desarrolladas por otras empresas o instituciones, a través de un proceso de
difusión. Entre estas dos opciones, existe una innumerable cantidad de combinaciones,
tales como, por ejemplo, la adopción, por parte de una empresa, de una innovación
organizativa tomada de otra, ajustándola a sus propias rutinas de trabajo, la adaptación
de una nueva tecnología a su línea de producción, o la introducción de un nuevo
componente, suministrado por un proveedor, en su producto final. Tanto la creación como
la adopción de innovaciones pueden ser el resultado de un aprendizaje y un esfuerzo
intensivo de interacción con otros actores o ser el resultado de unas mínimas relaciones
externas.
Hay otros factores que pueden a afectar a la capacidad de las empresas para innovar y
absorber conocimiento y nueva tecnología. Entre ellos se encuentran la base de
conocimiento de las empresas, las habilidades y el nivel educativo de los trabajadores, la
introducción de TICs y la proximidad a instituciones públicas de investigación y a regiones
con una alta densidad de empresas innovadoras. La identificación de los principales
factores que fomentan la innovación, es decir, aquellos que hacen a las empresas innovar
y los que aumentan su capacidad innovadora, es crucial para el diseño de políticas.
CONPES 4069
Esta política busca incrementar la contribución de la CTI al desarrollo social, económico,
ambiental, y sostenible, del país con un enfoque diferencial, territorial, y participativo, para
aportar a los cambios culturales que promuevan la consolidación de una sociedad del
conocimiento.
Principios y Enfoques de la política de CTI
Estos principios son ideas que soportan el desarrollo de la CTI y las acciones de política
que se formulan como respuesta a los problemas que se identifican en la sección de
diagnóstico de este documento. Los ocho principios son: (i) ética e integridad científica; (ii)
excelencia; (iii) articulación intersectorial e interinstitucional; (iv) direccionalidad y
prospectiva; (v) interdisciplinariedad, colaboración, y diálogo de saberes; (vi) inclusión y
justicia social; (vii) sostenibilidad, y (viii) evaluación y flexibilidad
El principio de ética e integridad científica prioriza los códigos de ética sociales,
profesionales, y de investigación, mientras que, el principio de excelencia garantiza que la
praxis de las ACTI se lleve a cabo con los mejores estándares de calidad. Así, los códigos
de ética priorizados tienen como objetivo respetar la biosfera y la biodiversidad, los
derechos humanos, los derechos de los demás seres vivos, y de la naturaleza, primando
la acción sin daño, el respeto a la propiedad intelectual, el trabajo digno, la
responsabilidad, la seguridad, la transparencia, y la veracidad. Por su parte, el principio de
excelencia es multidimensional para valorar condiciones, procesos, e impactos tangibles e
intangibles.
Por su parte, el principio de articulación intersectorial e interinstitucional busca mejorar la
articulación del SNCTI mientras que el principio de direccionalidad y prospectiva se
orienta los esfuerzos en CTI hacia el logro de objetivos del país. El principio de
articulación se orienta a generar sinergia entre los diversos sectores institucionales,
económicos, y sociales, para dar respuesta adecuada e integral a los desafíos del país.
Por su parte el principio de prospectiva fomenta la innovación orientada a misiones, la
transformación de los sistemas sociotécnicos y el desarrollo de nuevos mercados, así
como condiciones de bienestar social basados en innovación, guiadas por los análisis del
pasado, las tendencias actuales, y la modelación del futuro. De modo similar, el principio
de interdisciplinariedad, colaboración, y diálogo de saberes, busca dotar a la política de
herramientas para abordar problemas complejos, mientras que el de inclusión y justicia
social reconoce las particularidades de sus actores. Así, el primer principio se entiende
como la colaboración entre las distintas perspectivas epistemológicas, disciplinares, y los
saberes, para el abordaje de problemas complejos que requieren entendimientos y
estrategias multidimensionales. Por otra parte, el principio de inclusión y justicia social
reconoce la heterogeneidad de cada territorio y de su población, promoviendo su
vinculación activa y el diálogo entre los diversos actores de la política con miras a
asegurar su pertinencia.
Finalmente, los principios de sostenibilidad, y de evaluación y flexibilidad, contribuyen a
lograr que la política de CTI sea sostenible en términos ambientales, sociales, y
económicos, al tiempo que, es flexible y perfeccionable. El principio de sostenibilidad
contribuye a lograr un balance entre los factores ambientales, sociales, y económicos, de
las estrategias de desarrollo, con el fin último de garantizar la calidad de vida de las
futuras generaciones. Por otro lado, el principio de evaluación y flexibilidad contempla que
las políticas y estrategias de CTI se evalúen con el objetivo de generar evidencias y
permitir mejoras o rediseños.