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UNIVERSIDAD PANAMERICANA

Facultad de Ciencias Jurídicas, Sociales y de la Justicia


Programa de Actualización y Cierre Académico

Preeminencia del matrimonio, sobre el derecho de


identidad del niño.
-Tesis de Licenciatura-

Williams Alexis Aifán Rodríguez

Williams Alexis Aifán Rodríguez


Guatemala, enero 2012

Guatemala, enero 2012


Preeminencia del matrimonio, sobre el derecho de
identidad del niño.
-Tesis de Licenciatura-

Williams Alexis Aifán Rodríguez

Williams Alexis Aifán Rodríguez

Guatemala, enero 2012

Guatemala, enero 2012


AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA

Rector M. Th. Mynor Augusto Herrera Lemus

Vicerrectora Académica M. Sc. Alba Aracely Rodríguez de González


y Secretaria General

Vicerrector Administrativo M. A. César Augusto Custodio Cóbar

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS,


SOCIALES Y DE LA JUSTICIA

Decano M. Sc. Otto Ronaldo González Peña

Coordinador de Exámenes Privados M. Sc. Mario Jo Chang

Coordinador del Departamento de Tesis Dr. Erick Alfonso Álvarez Mancilla

Director del programa de tesis Dr. Carlos Interiano

Coordinador de Cátedra M. A. Joaquín Rodrigo Flores Guzmán

Asesor de Tesis Lic. Luis Antonio Lam Padilla

Revisor de Tesis Licda. Edna Portillo Cabrera


TRIBUNAL EXAMINADOR

Primera Fase

Lic. Miguel Angel Giordano


Lic. Angel Adilio Arriaza
Lic. Julio César Villalta
Licda. María Corzantes

Segunda Fase

Lic. Winston Franklim Asturias Miranda


Lic. Miguel Angel Giordano
Lic. Hector Echeverría Méndez
Lic. Gerbert Estuardo Valvert
Licda. Mayra Patricia Jauregui

Tercera Fase

Lic. Walter Enrique Mensel Illescas


Lic. Javier Anibal García Constanza
Licda. Sandra Lorena Morales Martínez
Lic. Winston Franklim Asturias Miranda
Lic. María Eugenia Samayoa Quiñonez
Nota: Para efectos legales, únicamente el sustentante es
responsable del contenido del presente trabajo.
DEDICATORIA

A Dios, por brindarme la oportunidad y la dicha de la vida y los medios


necesarios para culminar este trabajo, sin Él nada es posible.

A mi esposa, Ofelia Marisol Izaguirre Grajeda, quien me brindó su amor, su


cariño, su estímulo, su apoyo constante, comprensión y paciencia para que
pudiera alcanzar esta meta.

A mis amados hijos, Jennifer Marisol, Pablo Josué y Josué Alexis, quienes
han sido mi fortaleza en los momentos que he claudicado y me han inspirado
para seguir adelante.

A mi madre Miriam Rodríguez Véliz, que me dio la vida y quien a pesar de


las dificultades y los momentos difíciles que debió pasar para darme los
primeros estudios, supo saberme guiar, espero que te sientas orgullosa.

A mis hermanos, gracias por su apoyo y por haber compartido buenos y


malos momentos.

A mis amigos, compañeros y a todas las personas especiales a quienes


cuando dudé Dios los puso en mi camino para apoyarme en ellos y así poder
continuar, cada uno de ellos sabe el agradecimiento infinito que por siempre
les voy a tener.

A los Licenciados Luis Antonio Lam Padilla y Edna Portillo Cabrera, por
compartir sus conocimientos para culminar este trabajo.

A los que nunca dudaron que lo lograría y que al verme culminar esta meta,
se sienten satisfechos, gracias por confiar en mí.
INDICE

Resumen 1

Palabras clave 2

Introducción 3

Generalidades 6

La prueba del Ácido Desoxirribonucleico (ADN) y su


aplicación para el descubrimiento de la verdad biológica en la
prohibición al reconocimiento contenida en Código Civil
guatemalteco. 38

Análisis comparativo de leyes 62

Conclusiones 69

Referencias 71
RESUMEN

En el presente estudio, a través de una investigación acerca de


las teorías y antecedentes del matrimonio, de la paternidad, la
filiación y el reconocimiento, se analiza la razón por la cual la
Constitución Política de la República de Guatemala y el Código
Civil, sobreponen la institución del matrimonio, a favor de la
identidad de un niño, nacido dentro de un matrimonio, y que
tiene como padre a una persona ajena a él; asimismo, que no
puede ser reconocido por el progenitor pese a que actualmente
se cuenta con avances científicos que fácilmente podrían
dilucidar la verdadera paternidad, la biológica. Se busca dar una
salida legal a la negativa contenida en el artículo 215 del Código
Civil, la cual niega tajantemente toda intención de un padre
biológico de reconocer a un hijo suyo con una mujer casada.
Actualmente con los avances científicos introducidos a la
mayoría de legislaciones del mundo, como la española, ya no
niegan este derecho, porque justifican que no puede ocultarse la
verdad biológica.

En el Código Civil guatemalteco en el año 2008, fueron


introducidas algunas reformas para hacer más efectivas las

1
presunciones para declarar la paternidad, la cual antes
únicamente se declaraba por presunciones, pero estas reformas
pudieron extenderse para la averiguación de la paternidad
biológica aunque la madre sea casada con otra persona. Esto está
contenido en el segundo párrafo del artículo 215 del Código
Civil guatemalteco.

Palabras clave: matrimonio, filiación, reconocimiento,


paternidad, derecho de identidad, verdad biológica, padre
biológico, hijo.

2
INTRODUCCIÓN

La ciencia ha evolucionado de tal forma que lo que antes era


ficción actualmente es una realidad. Ésta siempre ha logrado que
las sociedades evolucionen y las leyes se deben ir adaptando a
este tipo de cambios; de lo contrario, se estaría en un
estancamiento que impediría nuevos estudios que hacen la vida
actual más cómoda y con mayor conocimiento. Entre otros
campos, la ciencia se ha ocupado de estudiar la anatomía y la
fisiología a favor de la justicia; en la persecución de
delincuentes por ejemplo, a través de huellas dactilares, de
hebras de cabello o fluidos corporales dejados en la escena del
crimen, la ciencia y la tecnología han jugado un papel de primer
orden.
Así mismo, a través de la prueba Científica del Ácido
Desoxirribonucleico (ADN), las muestras son cotejadas con los
sospechosos y facilita que a los delincuentes se les asocie con la
autoría del crimen. Pero estos avances han logrado su
incorporación al marco jurídico para lo que se ha teniendo que
vencer obstáculos, principalmente de intelectuales
conservadores. A pesar de las opiniones detractoras de los

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avances científicos, es innegable la ayuda que los mismos han
dado a la investigación criminológica.
Actualmente, la prueba del Ácido Desoxirribonucleico es de
aplicación general en todos los países, incluso en aquellos
espacios en donde la ley solamente se aplicaba por
presunciones. Esta prueba ha servido en muchas áreas de la
justicia y la medicina forense. Una circunstancia en la que ha
sido de gran utilidad la prueba es en los casos de paternidad; la
misma ha sido una herramienta eficaz y novedosa para
identificar parentescos sanguíneos.
En el Código Civil guatemalteco, esa prueba se introdujo a partir
del año 2008, para dilucidar la paternidad biológica en aquellos
supuestos que hasta esta incorporación, habían reinado en el
mundo de la duda. Es aquí en donde la prueba ha servido como
un disuasivo a la paternidad irresponsable, porque contribuye a
que un juez pueda dictar sentencia, dada la confiabilidad de casi
el cien por ciento.
Pero este adelanto científico no se queda allí; actualmente en
España, con el fin de proteger los derechos del niño, se aplica
para la reclamación por parte de un tercero del hijo nacido de
madre casada, tema también innovador, porque
constitucionalmente se protege la institución del matrimonio y la

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intimidad de la familia. Es allí donde se centra el estudio del
presente artículo científico, antecediéndole figuras como la
paternidad, filiación, reconocimiento y sus prohibiciones que es
donde se desarrollará el tema, finalizando con un análisis
comparativo de las legislaciones de Guatemala, España y Perú.

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Generalidades

El Matrimonio:

El matrimonio, conocido como la unión legal de un hombre y


una mujer, con sus respectivos objetivos, características y
requisitos, es la institución que ha servido de base a la sociedad;
la familia es la célula social más pequeña y esta tiene su génesis
en el matrimonio, de ahí que se le dé ciertos privilegios y se
proteja, pues al proteger el matrimonio se está protegiendo la
estabilidad del Estado mismo. Debe tenerse presente que de los
valores inculcados en la familia, dependerá el desarrollo de sus
integrantes dentro de una sociedad.

Actualmente, esta institución descansa sobre la base de igualdad


de derechos y obligaciones, cambios que han sido introducidos
en la legislación guatemalteca acorde a los cambios que ha
sufrido dicha institución, ya que no siempre tuvo como
principios el respeto mutuo y la igualdad de los derechos y
obligaciones entre los cónyuges, derechos que ahora son
fundamentales en la mayoría de legislaciones, pues
anteriormente predominaban los principios de la potestad
marital y la sujeción de la mujer a los mandatos del marido.

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Es una necesidad del ser humano para su propio desarrollo el
encontrar con quién compartir su vida y la necesidad natural de
la procreación. El Estado busca la perpetuidad de esta unión a
través del matrimonio, y regula su consumación y su
disolución, para que la familia llene la función social
encomendada.

Etimología:

Es compartido el criterio respecto de la composición de la


palabra matrimonio. La misma se compone de dos voces latinas
y se hace alusión a la palabra madre, la que sobresale por ser
ella quien lleva la mayor responsabilidad dentro del mismo.

Es un criterio casi general –escribe Puig Peña- deducir la


palabra matrimonio (y la latina matrimonium) de las voces
matris y munium (madre y carga o gravamen). Esto
significa que por medio de esta institución se pone de
relieve la carga y el cuidado que la madre ha de tener
sobre sus hijos. (Brañas A. 2003:78)
Respecto de la etimología del matrimonio, Vásquez C.
comparte el criterio anterior, y expone lo siguiente:

Se tiene descartada, por improbable, la procedencia de


maritus: marido; no parece ofrecer grandes dudas que la
etimología de esta voz es genuinamente latina, de

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matrimonium, derivado a su vez de matri (por matriz),
genitivo de mater, de madre; y de manus, cargo u oficio de
madre.
Se afirma que se prefirió este nombre y no el de
patrimonio, tomando en consideración que
fundamentalmente se refiere en los derechos reales o
económicos. Mientras que se afirma el nombre de
matrimonio, por cuanto era la mujer la que en realidad
determinaba el vínculo de parentesco, con toda certeza, en
la filiación dentro de las comunidades primitivas, en
donde se dio la promiscuidad sexual; y más adelante por
entenderse que para la mujer son mayores las obligaciones
del matrimonio, por los hijos y el hogar; sin excluir que su
atracción la que mueve al hombre, casi siempre, a la
iniciativa de proponerlo y al hecho de consumarlo. Por su
gran autoridad y ciencia, se citan otras cuatro etimologías
posibles, en la suma teológica, (Summa Teológica)
indicadas por Santo Tomás de Aquino:
1. De matrem muniens, defensa de la madre.
2. De matrem monens, porque previene a la madre de
que no se aparte del marido.
3. De matre nato, por cuanto la mujer se hace madre del
nacido.
4. De motos y materia, porque al ser dos en una carne
forman los cónyuges o matrimonio una sola materia.
(2001:112)
La etimología de la palabra matrimonio hace alusión a la madre,
principalmente porque dentro de éste, es ella la que ocupa un
papel predominante, ya que los lleva dentro de su vientre y se
encarga de los cuidados especiales que necesita un niño desde su

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nacimiento, así como el mantenimiento del hogar.

Pudiera pensarse que este papel no es específico de ella, pues si


se aplica el derecho de igualdad, se tendría que delegar esta
responsabilidad también al esposo, pero se debe tener presente
que al padre también se le asigna la obligación del sostenimiento
del hogar, el que actualmente debido a las dificultades
económicas y al derecho que tienen las madres a desarrollarse,
ellas también trabajan para ayudar en el sostenimiento del hogar,
lo cual no sucedía antes y se delegaba a ella específicamente
los quehaceres de la casa y el cuido de los hijos. Sin embargo,
actualmente, aunque este papel ahora es compartido, no pueden
negarse los atributos innatos que la madre tiene para con sus
descendientes que en menor proporción tienen los padres.

Definición de matrimonio:

La idea de matrimonio entre personas de diferente sexo, con


ánimo de permanencia, con protección legal del Estado, es
coincidente en la mayoría de definiciones; para el Estado es
sumamente importante darle protección jurídica para el
establecimiento de la paz dentro del seno familiar y el buen
desarrollo de sus integrantes y por ende de la sociedad, por eso
brinda las herramientas necesarias para que éste sea permanente
9
y se dé entre personas de diferente sexo porque, ésta institución
tiene matices morales con base en el Cristianismo, en donde
solo se reconoce entre géneros distintos y porque su objetivo
principal es la procreación, que no podría darse si sus
integrantes son del mismo sexo.

Vásquez C. respecto del tema expone lo siguiente:

Al frente de las instituciones civiles aparece el matrimonio, por


ser el fundamento de la familia normalmente organizada. Puede
definirse como la asociación legítima que con carácter de por
vida forman un hombre y una mujer, para la procreación y el
mutuo auxilio. (2001:113).
En relación de las acepciones de matrimonio Brañas A. da la
siguiente exposición:
Podríamos definir éste como la unión legal de un hombre
y una mujer para la plena y perpetua comunidad de
existencia. Y si quisiéramos definirlo en su acepción de
acto, podríamos decir que el matrimonio es el acto
solemne por medio del cual el hombre y la mujer
constituyen entre sí una unión legal para la plena y
perpetua comunidad de existencia. (2003:79).
Si bien en el fondo, el principal elemento que origina la unión,
es decir, la asociación de hombre y mujer, es la voluntad de las
partes, para que ella sea jurídicamente eficaz, se requiere que se
ajuste a las formalidades que por ley le están asignadas,

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atendiendo a su valor y trascendencia sociales. Por eso se le da
el calificativo de legítima y, también a efecto de distinguirla del
concubinato, que es simple asociación de hecho disoluble a
voluntad, la que se halla fuera del régimen legal por ser
contraria a las buenas costumbres, pero muy usual en
Guatemala.

Criterios para determinar la naturaleza jurídica del matrimonio:

Respecto de la naturaleza jurídica del matrimonio, no hay


unidad de criterios; por lo tanto, al enfocar el tema, es necesario
exponer las tres principales corrientes para aterrizar en la que se
encuentra plasmada en la Constitución Política de la República
de Guatemala y el Código Civil guatemalteco.

El matrimonio es un contrato (Tesis contractualista):

Este criterio tiene como base que las partes involucradas al


contraer matrimonio (los futuros esposos, que generalmente son
un hombre y una mujer), deben necesariamente emitir su
consentimiento, uno de los elementos esenciales de los
contratos, el cual igualmente en uno y en el otro debe adolecer
de vicios para su validez.

La tesis contractual es de origen canónico, del derecho de la

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iglesia, quienes luchando en contra de la proliferación de la
bigamia, a fines del imperio romano, hicieron públicas las
proclamas del matrimonio ante párroco y en presencia de dos
testigos, de esta cuenta nace el matrimonio como un contrato
solemne. Luego ésta tesis fue tomada por los civilistas y
adoptada por la revolución francesa, aduciendo que se trata de
un contrato especialísimo que tiene como elemento especial, la
voluntad de las partes tanto para contraerlo como para
disolverlo. (Brañas A. 2003:80).

Se podría considerar al matrimonio como un contrato, de no ser


porque en éste la voluntad es solamente para aceptar las reglas
preestablecidas por el Estado, de allí en adelante, se deben regir
por las mismas, no pudiendo tampoco disolverse con la simple
voluntad, pues es necesaria la autorización estatal, caso
contrario de lo que sucede en los contratos, en donde las partes a
voluntad, pueden incluir las reglas por las cuales se van a regir;
también se incluye en los contratos plazos para su
cumplimiento, todo lo contrario del matrimonio el cual se
contrae sin plazo pues se persigue que sea permanente.

Respecto de la tesis contractual del matrimonio Vásquez C.


citando a Colín y Capitant expone:

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Colín y Capitant, mantienen la concepción contractual del
matrimonio, fundándose en que es el resultado de la
concordia de voluntades, y que produce obligaciones, lo
cual corresponde al concepto clásico del contrato, pero
aceptando que el matrimonio no es un contrato como
todos los demás, ya que la voluntad autónoma de las
partes no puede regular libremente sus efectos, ni decidir
su disolución o introducirles modificaciones, como si
puede hacerlo en los contratos referentes al patrimonio; y
reconociendo que el matrimonio presenta una importancia
infinitamente mayor que la de los contratos corrientes de
la vida jurídica. (2001:177).
La tesis contractual a la cual se hace alusión, parte del
consentimiento que las partes deben expresar, tal como es
necesario en los contratos, porque sin consentimiento no puede
autorizarse el matrimonio. Hay algunos tratadistas que exponen
que efectivamente es un contrato pero un contrato de adhesión
en el cual las partes únicamente aceptan las reglas
preestablecidas por el Estado, no pudiendo hacer modificación
alguna.

Esa opinión si bien es interesante y atractiva, no resiste las


críticas que se han hecho a la tesis contractual, toda vez
que, en efecto, sería de todas maneras considerar el
matrimonio como un contrato, cuando probado está que su
esencia no puede descansar en el ámbito de lo contractual,
y menos aún en una forma de contrato que se basa en la
exteriorización de la voluntad de una de las partes

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previamente a la formalización del mismo mediante la
voluntad de la otra. (Brañas A. 2003:80,81).
Por supuesto que esta teoría tiene sus detractores, para quienes
el matrimonio no puede ser un contrato porque se aduce que, en
un contrato los intereses de las partes son patrimoniales y que en
el matrimonio lo que se consiente es la convivencia mutua y esto
no puede ser objeto de contrato.

El matrimonio es un acto jurídico mixto o negocio jurídico


complejo:

Los tratadistas que apoyan esta teoría consideran que el


matrimonio es un negocio jurídico complejo toda vez que se
producen efectos jurídicos; hay intervención de particulares,
porque son ellos los que con su voluntad modifican su estado
civil (acto jurídico privado), además, está la intervención del
Estado, sin la cual no tendría validez el matrimonio (acto
jurídico público), y por último, la unión de los actos públicos y
privados descritos, que da como resultado un acto jurídico
mixto. (Brañas A. 2003:81).

Según quienes defienden esta tesis, es necesaria la participación


de la voluntad tanto de los particulares como los privados para
que el matrimonio sea constitutivo de derechos y obligaciones y

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que al faltar cualquiera de los dos, el matrimonio no nacería a la
vida jurídica.

En este sentido, la legislación guatemalteca excluye del negocio


jurídico tanto al matrimonio como al testamento.

Dentro de los elementos accidentales del negocio jurídico se


tienen el término, el modo y la condición. Estos elementos no
son coincidentes con el matrimonio, porque éste, no está sujeto a
término, plazo ni condición, pues el Estado tiene preestablecidas
sus regulaciones, a las cuales las partes contrayentes únicamente
se adhieren a través del consentimiento, no pudiendo
modificarlas.

El matrimonio es una institución:


Tesis recogida por el ordenamiento jurídico guatemalteco, desde
la Constitución Política que lo protege y promueve como la base
de la sociedad, hasta el Código Civil, donde se encuentra su
definición.
Rogina R. citado por Brañas A. respecto de que el matrimonio
es una institución, opina:
El matrimonio constituye una verdadera institución por cuanto
que los diferentes preceptos que regulan tanto el acto de su
celebración, al establecer elementos esenciales y de validez,
como los que fijan los derechos y obligaciones de los consortes,
persiguen la misma finalidad al crear un estado permanente de

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vida que será la fuente de una gran variedad de relaciones
jurídicas. (2003:82)

El matrimonio es una institución creada por el Estado quien


impone su régimen legal, a las cuales las partes únicamente se
adhieren; porque para el Estado es de interés público que la
familia tenga como base el matrimonio.

El artículo 47 de la Constitución Política de Guatemala


establece:

Protección a la familia. El Estado garantiza la protección


social, económica y jurídica de la familia. Promoverá su
organización sobre la base legal del matrimonio, la
igualdad de derechos de los cónyuges, la paternidad
responsable y el derecho de las personas a decidir
libremente el número y espaciamiento de sus hijos.

Es precisamente la protección de la familia, a través del


matrimonio, lo que persigue el Estado, brindándole certeza
jurídica, para que una vez éste se lleve a cabo, las parejas
(hombre y mujer) se ciñan a su regulación previamente
establecida.
El artículo 78 del Código Civil guatemalteco, regula:

El matrimonio, institución social.- El matrimonio es una


institución social por la que un hombre y una mujer se

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unen legalmente, con ánimo de permanencia y con el fin
de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a sus hijos y
auxiliares entre sí.

Al tener sus estatutos preestablecidos y reconocidos por la ley,


se define al matrimonio como una institución social, ocupando
dentro del ordenamiento jurídico, un papel de primer orden,
pues es en él donde se cimienta una sociedad.
El Estado a través del establecimiento de normas, tiene como
fin, que los contrayentes del matrimonio posean certeza jurídica
y reconocimiento social, para tener un desenvolvimiento pleno,
de tal forma que no sean perturbados, adquiriendo así la paz
dentro del mismo y por ende de la sociedad para el buen
desarrollo de sus descendientes.
Es de acotar que de la definición que brinda el artículo 78 del
Código Civil guatemalteco se pueden distinguir los fines
principales del matrimonio, partiendo de que en Guatemala
únicamente se reconocen los matrimonios entre personas de
diferente sexo:
Ánimo de permanencia: es de vital importancia para el Estado,
que el matrimonio se contraiga por sus integrantes para una
relación conyugal de forma permanente, pues de ser una
relación efímera no se lograría los fines que se persiguen, ya que

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sus integrantes no alcanzarían a plenitud la madurez necesaria
para lograr los objetivos de ésta institución.
El hecho de vivir juntos: estos fines van concatenados, de tal
forma que si un hombre y una mujer se unen en matrimonio, es
para compartir y convivir, lo que hará de la pareja una unión
sólida no solo porque legalmente se encuentran unidos, sino
porque espiritualmente también lo estarán, llegando a crear
vínculos de identificación y de protección mutua.
La procreación: es éste uno de los fines principales del
matrimonio; el instinto natural del ser humano es la
reproducción, pero es de conveniencia para el Estado que la
procreación se dé dentro del matrimonio, porque es en él donde
el niño que nazca obtendrá todo lo necesario tanto moral como
materialmente para un desarrollo integral pleno, que repercutirá
en hombres y mujeres de bien, útiles a la sociedad, quienes
nacerán bajo el abrigo de padres que velarán porque no les falte
lo necesario para su subsistencia. Esto no significa que los niños
nacidos de padres que no están casados no tengan los mismos
derechos, cuidados y oportunidades, pero el fin que persigue el
Estado a través de la institución del matrimonio, es que no haya
hijos sin padres.

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Alimentar y Educar a sus hijos: el ser humano recién nacido es
muy indefenso, porque su desarrollo cerebral se lleva a cabo
fuera del vientre materno, por lo tanto, necesita de mucho más
tiempo para valerse por sí mismo, por eso es necesario que éste
sea alimentado por sus padres, razón por la cual es obligación,
que los padres velen que a los hijos se les provea de alimentos
necesarios para su subsistencia, entendiendo como alimentos
todo lo indispensable para el sustento, habitación, vestido,
asistencia médica y también la educación e instrucción del
alimentista cuando es menor de edad (artículo 278 del Código
Civil guatemalteco).
Por último dentro de los fines que persigue el matrimonio se
encuentra el auxilio recíproco; se persigue entonces, que los
cónyuges sean unidos entre sí, de tal forma que ambos tengan
una coexistencia armoniosa de solidaridad para con su pareja,
pues si bien es cierto que dentro del matrimonio cada quien tiene
su papel, no significa que si alguno por diversas razones se le
hace imposible seguir con el rol que tenía, el otro no pueda
auxiliarlo; todo lo contrario, debe haber una relación tan íntima
de pareja que el auxilio mutuo debe ser un deber satisfactorio.

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La paternidad:

La palabra Paternidad deviene del vocablo en latín Pater o


Patris que significa padre, ésta a su vez proviene del griego
Patér o Patrós, que tiene el mismo significado.

Orellana E. Expresa acerca de la paternidad: “Es el vínculo


jurídico que une a los padres con respecto a los hijos”
(2009:178).

En la legislación guatemalteca no se brinda una definición de


paternidad, pero sí se mencionan las formas en las cuales
pueden ser declaradas; así mismo, las obligaciones que esta
declaración conlleva, pues al final, la paternidad es la institución
por medio de la cual el padre adquiere obligaciones hacia los
hijos.

La paternidad puede considerarse desde un punto de vista de


presunción de ley tal como lo describe el Código Civil, Decreto
Ley 106 en su artículo 199:

El marido es padre del hijo nacido durante el


matrimonio, aunque éste sea declarado insubsistente,
nulo o anulable. Se presume concebido durante el
matrimonio: 1º. El hijo nacido después de ciento ochenta
días de la celebración del matrimonio o de la reunión de

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los cónyuges legalmente separados; y 2º. El hijo nacido
dentro de los trescientos días siguientes a la disolución
del matrimonio.

En el artículo 222 del Código Civil, respecto de la presunción de


paternidad, establece:

Presunción de Paternidad: Se presumen hijos de los


padres que han vivido maridablemente: 1º. El hijo nacido
después de ciento ochenta días contados desde que
iniciaron sus relaciones de hecho; y 2º. Los nacidos
dentro de los trescientos días siguientes al día en que
cesó la vida en común.

Así mismo puede tratarse desde el punto de vista biológico en


donde no siempre coincide con las presunciones anteriores,
aunque con las reformas realizadas al Código Civil ya se admite
como prueba la del Ácido Desoxirribonucleico para determinar
la paternidad, además de las presunciones contenidas
anteriormente.

La filiación:

Vásquez C. Describe la etimología del vocablo filiación de la


siguiente forma: “El vocablo filiación deviene del latín
Filiatione que significa acción de filiar, relativo a la relación que
tienen los hijos con los padres” (2001:173).

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La filiación es un estado que deriva de la relación biológica
directa entre los hijos con sus progenitores, pero no es un estado
cualquiera sino un estado jurídico que vincula a unos con los
otros y declara ciertos derechos y obligaciones normalmente de
protección; debe tenerse presente, que la filiación no siempre es
coincidente con la biológica, aunque para el mundo del derecho
se toma como base, no se le cierra la posibilidad a otro tipo de
contingencias consentidas o no.

La filiación es una relación (rectius, una situación)


derivada de la generación, y como tal, un mero hecho
biológico o natural. Es la situación recíproca en que se
hallan los progenitores respecto de sus procreadores, y
éstos respecto de aquellos. En el plano estrictamente
jurídico, la filiación es la relación que une a determinadas
personas (que pueden ser progenitores o no) con otras (que
pueden ser procreados o no) y determina en aquellos y en
éstos un conjunto de deberes, facultades, y derechos
atinentes, en esencia, a la protección (vela, cuido,
alimentos, educación, inserción social.) de estos últimos.
A los primeros llamamos padres, a los segundos hijos.
(Aguilar V. 2005:131).
Se infiere entonces que como presupuesto principal de la
filiación se encuentra el biológico; es decir, la relación directa
que hay entre el hijo con la madre, que es inherente por el solo
hecho del nacimiento y con el padre, que debe ser declarada y

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que la legislación toma como base para conferirle ciertos
derechos y obligaciones, aunque no siempre es necesaria; pues
como expresa Aguilar V. La verdad biológica no ha sido el
único criterio utilizado por el legislador para determinarla.

La filiación es el vínculo de carácter biológico y jurídico


existente entre los padres, las madres y los hijos, o bien,
entre uno solo de aquellos y éstos, que tienen su origen en
la concepción natural de la persona humana y que al estar
declarado en forma legal, hace derivar entre los mismos,
diversos derechos y obligaciones recíprocos. (Vásquez C.
2001:175).

En esta definición es notable lo relativo a que el vínculo del que


se hace referencia, es de carácter biológico y jurídico, sin
tomarse en cuenta que la filiación como tal no siempre tiene su
génesis en la relación biológica aunque el legislador la tomó
como base para añadirle derechos y obligaciones, no siempre es
coincidente, en este caso la definición, más se asemeja a la
paternidad biológica, porque incluso, puede existir ésta entre
adoptado y adoptante (ficción de ley), que aunque es jurídica no
es biológica.

23
Clasificación doctrinaria de la filiación:

Filiación conocida y desconocida:

Doctrinariamente se le denomina a la filiación conocida


como afiliación, puesto que será conocida aquella en la
que la identidad de los padres es cierta, esté declarada o
registrada; y la desconocida, por el contrario, si la
identidad de los padres se desconoce. (Vásquez C.
2001:175).
El artículo 4 del Código Civil guatemalteco establece:

La persona individual se identifica con el nombre con que


se inscriba su nacimiento en el Registro Civil, el que se
compone del nombre propio y del apellido de sus padres
casados o del de sus padres no casados que lo hubieren
reconocido. Los hijos de madre soltera serán inscritos con
los apellidos de ésta. Los hijos de padres desconocidos
serán inscritos con el nombre que les dé la persona o
institución que los inscriba.
La filiación conocida es entonces aquella en la cual la identidad
de los padres se conoce, por lo tanto el hijo lleva sus apellidos;
lo contrario sucede con la filiación desconocida en la cual no se
conoce la identidad de los padres; ésta puede ser total si se
desconoce la identidad de ambos padres, y parcial si solamente
se desconoce la identidad de uno de ellos.

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Filiación legítima:

El hijo nacido de padres válidamente casados, goza del estatus


de una filiación denominada Legítima (Pater is est quam
nuptiam demonstrant), pues se presume que los hijos nacidos
del matrimonio fueron biológicamente concebidos por ellos,
aunque estas presunciones tienen sus límites y admiten prueba
en contrario.

La filiación legítima es el vínculo que se crea entre los padres e


hijos como consecuencia del matrimonio, razón por la cual
también se le denomina filiación matrimonial. El Código Civil
expresa posibilidades o supuestos de esta filiación legítima, en
donde pueden concurrir los siguientes:

a. El matrimonio de los padres.

b. Que la concepción se dé dentro del matrimonio.

c. La filiación de la madre por el hecho natural del parto (mater


semper certa est).

d. La filiación del padre (por reconocimiento voluntario o por


sentencia judicial, que la declare).

El artículo 199 del Código Civil guatemalteco indica “El nacido

25
dentro de los ciento ochenta días siguientes a la celebración del
matrimonio, se presume hijo del marido si éste no impugna su
paternidad”.

Así mismo, se pueden mencionar las presunciones contenidas en


el artículo 207 del mismo cuerpo legal, que ya fueron objeto de
comentario en el apartado relativo a la paternidad.

Filiación legitimada:

Es aquella que se obtiene a través del subsiguiente matrimonio


de los padres, no teniendo los mismos efectos que la legítima.
En otras palabras el hijo es concebido por padres que no están
unidos en matrimonio, pero al contraerlo, éste obtiene la calidad
de legítimo.

Filiación ilegítima:

Vásquez C. Respecto de la filiación ilegitima expresa:

Es aquella en la cual los hijos son engendrados por


personas no ligadas por el vínculo del matrimonio,
subclasificándose en natural, si los padres eran capaces de
haber contraído matrimonio, y no naturales, si era
imposible a los padres la celebración de éste, bien por
impedimento de parentesco, hijos incestuosos, o de
matrimonio anterior con otro, hijos adulterinos.
(2001:179).

26
El Código Civil guatemalteco en el artículo 209, establece que
los hijos gozan de iguales derechos que los nacidos de
matrimonio, pero para que los nacidos fuera del matrimonio
vivan en el hogar conyugal se necesita consentimiento expreso
del otro cónyuge con el objeto de mantener la tranquilidad
familiar. Se puede observar también, que no se hace alusión a
los términos legítimo e ilegítimo, pues se considera que nombrar
de esta forma a los hijos es discriminativo, estos términos son
meramente doctrinarios.

Filiación adoptiva:

Es la que se origina de la institución de la adopción. Se da


cuando alguien toma como hijo propio a otra persona y le otorga
los mismos derechos.

Brañas A. Clasifica a la filiación de la forma siguiente:

Conforme a las disposiciones del Código Civil, puede


afirmarse que dicha ley reconoce las siguientes clases de
filiación:
1. Filiación Matrimonial: la del hijo concebido durante el
matrimonio, aunque éste haya sido declarado
insubsistente, nulo o anulable, artículo 199.
2. Filiación Cuasimatrimonial: La del hijo nacido dentro
de la unión de hecho debidamente declarada y

27
registrada, Artículo 182.
3. Filiación Extramatrimonial: la del hijo procreado fuera
del matrimonio o en unión de hecho no declarada ni
registrada, Artículos 209 y 182.
4. Filiación Adoptiva: la del hijo que es tomado como hijo
propio por la persona que lo adopta. Que se encuentra
contenida en la Ley de Adopción. (2003:134).
La ley de cada país tiene sus propios preceptos para definir la
filiación; el Código Civil guatemalteco, toma como referencia el
matrimonio y el nacimiento del hijo para definirla, es por eso
que la clasifica de la forma descrita, a excepción de la filiación
adoptiva, la cual nace de la institución de la adopción.

El reconocimiento:

El reconocimiento es el acto por medio del cual una persona


admite ser el padre de otra en el respectivo registro (En el caso
de la legislación guatemalteca en el Registro Nacional de las
Personas RENAP), generalmente este reconocimiento deviene
cuando el padre o incluso la madre han tenido hijos anteriores o
fuera del matrimonio, pues los nacidos dentro del matrimonio
están investidos de presunción de ley.

En el Código Civil se encuentran dos formas de reconocimiento


en el artículo 210:

28
Cuando la filiación no resulte del matrimonio ni la unión de
hecho registrada de los padres, se establece y se prueba, con
relación a la madre, del solo hecho del nacimiento; y con
respecto del padre, por el reconocimiento voluntario, o por
sentencia judicial que declare la paternidad.
Por lo tanto de acuerdo a la lectura del artículo anterior, se
tienen dos tipos de reconocimiento, el voluntario y el declarado
por sentencia judicial, que en doctrina se le denomina forzoso,
pues es necesaria la intervención de un órgano jurisdiccional
para ser declarado.

Clases de reconocimiento:

Reconocimiento voluntario:

El reconocimiento voluntario es aquel en el cual una persona de


forma espontánea y sin necesidad de intimación, admite ser el
padre de otra; comúnmente, este reconocimiento lo debe hacer
el padre, pues a la madre se le presume por el solo hecho del
nacimiento; bastará con el certificado que expide el médico que
atendió el parto o la comadrona debidamente registrada, aunque
pueda suceder que se simule un parto lo que deberá ser probado
(dentro del proceso impugnación) por parte interesada. Este
reconocimiento puede ser unilateral o bilateral, según lo hagan
conjunta o separadamente, cuando el reconocimiento se lleve a

29
cabo de forma separada, no es obligatorio revelar la identidad de
la otra parte.

En el caso de que el reconocimiento lo haga únicamente la


madre, la ley contempla que debe llevar los dos apellidos de ésta
(Artículo 4 del Código Civil), con el objeto de evitar la
discriminación o la estigmatización social a la que puede estar
expuesto el hijo, al llevar solamente un apellido.

Cuando el reconocimiento sea hecho únicamente por uno de los


padres, éste surte efectos respecto de él únicamente (artículo 214
Código Civil). Este precepto es entendible, debido a que, los
actos que realice una persona no deben tener consecuencias para
la otra, por eso se dice que el reconocimiento es estrictamente
íntimo y personalísimo; asimismo, carece de muchos
formalismos, aunque realizado éste no se puede revocar, salvo
casos especiales.

El reconocimiento voluntario puede hacerse de cinco formas,


según lo describe el artículo 211 del Código Civil:

1º. En la partida de nacimiento, por comparecencia ante el


registrador civil.

Es la forma más común de reconocimiento, con algunas

30
variaciones en las formalidades, al entrar en vigor la Ley del
Registro Nacional de las Personas. Por ejemplo, cuando el
registro era llevado por las municipalidades, uno de los padres,
con el documento de identificación del otro, se hacía presente y
reconocía al hijo con los apellidos de ambos, situación que
actualmente ya no se da, pues al presentarse uno de los padres,
en el caso de que fueran casados, solo podrá ser reconocido por
éste, por ende llevará un apellido, es decir que el registro obliga
a que en el momento de hacer el reconocimiento se apersonen
ambos padres físicamente.

El artículo 24 del Reglamento de Inscripciones del Registro


Nacional de las Personas regula: “Solicitud de Inscripción de
Nacimiento: La solicitud de Inscripción de Nacimiento de
menor de edad, deberá efectuarse por ambos padres; a falta de
uno de ellos o tratándose de madre soltera, la inscripción se
efectuará por ésta”.

Cuando la madre es soltera, ella sí tiene permitido legalmente


reconocer a su hijo de forma particular y que éste lleve sus dos
apellidos, pues como se dijo anteriormente, con relación a ella
se establece la maternidad con el solo hecho del nacimiento,
basta el certificado respectivo expedido por el médico o la

31
comadrona que atendió el parto.

La legislación peruana establece que cuando la madre se


apersona al Registro Civil a inscribir a su hijo, bastará que
proporcione el nombre del padre para que sea inscrito con el
apellido de éste, con el fin de que al menor no se le prive de su
derecho de identidad; sin embargo, el hecho de llevar el
apellido del supuesto padre, no crea filiación; es necesario que
para reclamar las obligaciones que la paternidad conlleva, se
inicie un proceso de filiación. Es a través de la prueba genética
de ADN que la paternidad puede ser establecida y en el proceso,
la misma es sumarísima. (Ley 28720 del Congreso de la
República).

2º. Por acta especial ante el mismo registrador.

Esta se efectúa cuando el reconocimiento se hace después que se


haya asentado la partida de nacimiento, cuando el
reconocimiento se hace en forma separada.

Actualmente, ya no es necesario faccionar esta acta, pues bastará


con que el interesado se presente al Registro Nacional de las
Personas con su documento de identificación.

32
3º. Por escritura pública.

El reconocimiento voluntario por escritura pública, puede ser


utilizado de diversas formas, por lo que ha resultado de mucha
utilidad; un ejemplo puede ser cuando el reconocimiento fuera
realizado en lugar distinto de donde se inscribió la partida de
nacimiento. El interesado se presenta ante notario para que en
escritura pública haga constar el reconocimiento.
Posteriormente, se debe presentar el testimonio al RENAP para
su registro; se exige que por lo menos uno de los padres esté
presente para verificar que los datos consignados en el Registro,
coincidan con los contenidos en el testimonio de la escritura;
esto para evitar que en caso de no coincidir, se deba llevar un
trámite notarial en jurisdicción voluntaria de rectificación de
partida de nacimiento. También sucede y es común, que cuando
una madre reclame una pensión alimenticia en contra del
supuesto padre de su hijo ya reconocido por ella, en la Oficina
de Asistencia Legal y Gratuita a la Víctima y a sus Familiares
del Instituto de la Defensa Pública Penal, al padre de un niño
que aún no ha sido reconocido por éste, de forma voluntaria,
acceda en el acto a reconocerlo, por lo tanto, se facciona una
escritura pública de reconocimiento y se presenta el testimonio

33
al RENAP, para que sea registrado, evitando también de esta
forma, un juicio de filiación.

4º. Por testamento.

Únicamente se comentará que se deben llenar los requisitos de


toda escritura y los especiales del testamento para hacer este
reconocimiento, acotando lo que preceptúa el artículo 213 del
Código Civil guatemalteco, en el sentido de que el
reconocimiento hecho en testamento es válido, aunque éste sea
declarado nulo por falta de requisitos testamentarios especiales
que no hubieran anulado el acto si solo se hubiera otorgado el
reconocimiento.

No debe olvidarse que hay distintas clases de testamento y que


cada uno de ellos en el caso del reconocimiento, merece un
estudio separado.

5º. Por confesión judicial.

Esa clase de confesión, no encierra, en realidad y si bien


se ve, un reconocimiento voluntario propiamente dicho,
puesto que se hace ante juez a requerimiento de la parte
interesada. La confesión judicial puede obtenerse, bien
como prueba anticipada para preparar el juicio de
filiación, bien como un medio de prueba en el curso del

34
juicio (véanse Arts. 98 y 130 CPC y M). Trátase de lo que
podría denominarse un reconocimiento cuasivoluntario,
porque indudablemente la voluntad reconociente es
decisiva para la configuración de esta forma de
reconocimiento. (Brañas A. 2003:210).
La confesión judicial es un acto personal, pues al hacerse el
requerimiento para que se lleve a cabo dicha confesión, quien
sea requerido a efectuarla lo hará bajo juramento. Por esta
razón, en la cita se expone que es un reconocimiento
cuasivoluntario, pues la confesión servirá como medio de prueba
dentro de un proceso para determinar la filiación en el
ordenamiento jurídico guatemalteco; no es un reconocimiento
puro y llano. Caso contrario podría suceder si dentro de otro tipo
de juicio, una persona confiesa ser padre o madre de otra, pues
sin ser conminado está reconociendo la paternidad, ésta
confesión encuadraría perfectamente en las formas de
reconocimiento voluntario, pues al no ser materia del juicio de
filiación, el reconocimiento se hace de forma espontánea y
voluntaria.

Por otra parte, entra también en tela de duda la confesión


judicial, cuando una persona reconoce ser padre o madre de otra,
pues para ser objetivos, no bastaría dicha confesión, sería

35
necesario que efectivamente se pruebe que lo expuesto es cierto,
más ahora que está incluida en la legislación guatemalteca la
prueba del ADN.

Reconocimiento forzoso:

El reconocimiento forzoso llamado así doctrinariamente pues el


artículo 210 del Código Civil, al hacer mención acerca de que
este puede ser declarado por juez en sentencia, no está obligando
o forzando al padre a reconocer al hijo, sino únicamente a través
de un juicio de filiación, está declarando un derecho ya
existente (la filiación) y que ha sido negada por el padre,
después de presentadas todas las pruebas y presunciones que la
ley permite, es decir, el reconocimiento a través de la vía
judicial es un acto declarativo del órgano jurisdiccional y este
derecho se retrotrae al día de nacimiento del hijo.

El artículo 221 del Código Civil enumera los casos en que puede
ser declarada la paternidad

La paternidad puede ser judicialmente declarada:


1º. Cuando existan cartas, escritos o documentos en que se
reconozca.
2º. Cuando el pretensor se halle en posesión notoria de

36
estado de hijo del presunto padre.
3º. En los casos de violación, estupro o rapto, cuando la
época del delito coincida con la de la concepción, y
4º. Cuando el presunto padre haya vivido maridablemente
con la madre durante la época de la concepción.
Se adiciona el numeral 5º. Según decreto 39-2008, el cual
queda así:
5º. Cuando el resultado de la prueba Biológica, del Ácido
Desoxirribonucleico –ADN-, determine científicamente la
filiación con el presunto padre, madre e hijo. Si el
presunto padre se negare a someterse a la práctica de dicha
prueba, ordenada por juez competente, su negativa se
tendrá como prueba de la paternidad, salvo prueba en
contrario.
La prueba del Ácido Desoxirribonucleico –ADN-, deberá
ser ordenada por juez competente, pudiendo realizarse en
cualquier institución de carácter pública o privada,
nacional o extranjera especializadas en dicha materia. Este
medio de prueba, deberá cumplir con los requisitos
establecidos en la ley para su admisibilidad. En juicios de
impugnación de paternidad o maternidad, será admisible
en iguales condiciones y circunstancias, la prueba
molecular genética del Ácido Desoxirribonucleico –ADN-

La adición del numeral 5º. a éste artículo es vanguardista, por


cuanto la prueba del Ácido Desoxirribonucleico, lejos de las
presunciones, da la certeza necesaria para declarar la filiación en

37
los casos de negativa del padre o incluso de la madre, asimismo,
ésta prueba puede ser de utilidad para quien se le presuma una
paternidad cuando crea que no es cierta, porque puede dilucidar
la verdad y de ésta forma abrir el camino para determinar la
verdadera identidad del menor.

La prueba del Ácido Desoxirribonucleico (ADN) y su


aplicación para el descubrimiento de la verdad biológica en
la prohibición al reconocimiento contenida en Código Civil
guatemalteco.

Prueba del Ácido Desoxirribonucleico (ADN):

Aguilar V. respecto de la investigación de la paternidad, expone:

Nuestro Código Civil, siguiendo la redacción originaria


del Código de Napoleón, limita notablemente la
investigación de paternidad. El fundamento de tal
limitación, que en algunos supuestos es absoluta, se halla
esencialmente en un principio de protección a la familia
legítima y de la paz familiar. (2005:147).

La prueba genética del Ácido Desoxirribonucleico (ADN), ha


sido una evolución significativa en la sociedad y uno de los
grandes descubrimientos científicos de la historia del ser
humano, tomando en cuenta que es de aplicabilidad muy

38
diversa, pero en este caso se hará referencia específicamente a la
paternidad biológica para declarar la filiación.

La reforma efectuada al artículo 211 del Código Civil, por el


Decreto 39-2008 del Congreso de la República de Guatemala, es
una innovación importante, por la certeza que la prueba
científica del Ácido Desoxirribonucleico proporciona, la cual se
da a través del examen comparado de huellas genéticas del
presunto padre y del hijo; anteriormente, la paternidad, era
declarada por presunciones, porque era la única forma de inferir
su autenticidad, dando lugar a innumerables casos, en los cuales
la paternidad a pesar de haber sido declarada judicialmente,
resultaba espantosamente injusta, trayendo consigo
consecuencias nefastas para las partes involucradas al no haber
certeza, principalmente para el menor quien sufría de maltratos
y discriminación sin mencionar a la madre víctima de
vejámenes.

La prueba genética del ADN, brinda protección al menor a la


cual hace alusión la Convención sobre los Derechos del Niño,
protección que se necesita sea de aplicabilidad positiva en
Guatemala, para evitar que hayan niños sin padre, un factor
incidental de pobreza en el país que en ese rubro tiene un alto

39
índice, que a la vez se traduce en violencia. Así mismo se
fomenta la paternidad responsable, porque esta certeza conmina
a que no se den relaciones extramatrimoniales contribuyendo de
esta forma a la paz social.

Por otra parte, la prueba genética del ADN, busca desenmarañar


el tabú de cientos de años, pues podría aplicarse en los casos en
que en la filiación legal no esté acorde con la paternidad
biológica, sin importar que los padres estén unidos o no, pues es
derecho del ser humano tener la filiación que realmente le
corresponde, aunque hay excepciones.

Para el caso de la impugnación de paternidad es una herramienta


eficaz, y deben llenarse los requisitos de toda prueba, para que
sea admisible en el proceso. Para darle una mayor aplicabilidad
a esta prueba, la reforma advierte que si una vez ordenada la
prueba por juez competente, el obligado no se la realizara, la
negativa se tendrá como prueba de paternidad, aunque admite
prueba en contrario, para no violar el derecho de defensa ni el
debido proceso.

Se considera que se pierde tiempo en la aplicación de la ley,


tomando en cuenta la certeza que genera la prueba genética del

40
ADN; después de emplazado el supuesto padre, el motivo
injustificado para no efectuarse la prueba, sería porque el hijo
que se le imputa, efectivamente es suyo, debiendo tomarse la
negativa como ficta confessio (un reconocimiento tácito y
directo de la paternidad), declarando el juez la paternidad;
aunque se difiere de la realidad actual, debiera tomarse en
cuenta los recursos que el Estado se ahorraría al darle celeridad
al proceso, más aún, considerar el tiempo en que el hijo estaría
sin el amparo de un padre y sin saber su verdadera identidad.

La legislación peruana ha dado un paso adelante al respecto, al


promulgar la Ley 28457 acerca del tema, principalmente en la
celeridad, en la economía procesal, incluso en las facultades que
le da a los Juzgados de Paz, de conocer procesos de filiación,
con la prueba genética del ADN incluidas.

El artículo 1 de la Ley 28457 del Perú establece:

Artículo 1°.- Demanda y Juez competente: Quien tenga


legítimo interés en obtener una declaración de paternidad
puede pedir a un Juez de Paz Letrado que expida
resolución declarando la filiación demandada.
Si el emplazado no formula oposición dentro del plazo de
diez días de haber notificado válidamente, el mandato se
convertirá en declaración judicial de paternidad.

41
Lo anterior concluye que en el caso que el emplazado no
formule oposición dentro del término otorgado, sólo el dicho de
la madre sería prueba plena, tasada, única a fin de declarar
judicialmente la paternidad.

El Artículo 2 de la ley citada expresa lo siguiente:

Artículo 2°.- Oposición. La oposición suspende el


mandato si el emplazado se obliga a realizarse la prueba
biológica de ADN, dentro de los diez días siguientes. El
costo de la prueba será abonado por el demandante en el
momento de la toma de las muestras o podrá solicitar el
auxilio judicial a que se refiere el artículo 179° y
siguientes del Código Procesal Civil.
El ADN será realizado con muestras del padre, la madre y
el hijo.
Si transcurridos diez días de vencido el plazo, el oponente
no cumpliera con la realización de la prueba por causa
injustificada, la oposición será declarada improcedente y
el mandato se convertirá en declaración judicial de
paternidad.
Para algunos esta ley viola el debido proceso; para otros, es
plausible por su celeridad, porque un juicio de filiación conlleva
mucho tiempo, manteniendo al menor, como ya se mencionó, en
un estado de indefensión e incertidumbre, por lo tanto ésta
herramienta, trata de que en un tiempo relativamente mínimo, el
hijo obtenga su verdadera identidad y el padre lejos de las

42
presunciones tenga la certeza de que la paternidad que se le
imputa, es verdadera.

Prohibición del reconocimiento de paternidad:

Es la privación a la facultad que posee una persona para


reconocer a otra como hijo.

El Código Civil guatemalteco contiene dos prohibiciones para


efectuar un reconocimiento, una en el artículo 215 segundo
párrafo y la contenida en el artículo 217.

Análisis al segundo párrafo del artículo 215 del Código Civil


guatemalteco:

El artículo 215 del Código Civil, regula: “No será permitido al


padre hacer reconocimiento de hijos, atribuyendo la maternidad
a una mujer casada con otra persona, salvo que el marido haya
impugnado la paternidad y obtenido sentencia favorable”.

Se observa que la prohibición es tajante en su negativa, la única


salida válida que el legislador deja al padre biológico del menor,
es, si antes de la reclamación, el padre legal hubiera impugnado
la paternidad y ésta hubiera sido declarada favorable por juez
competente.

43
Al entrar en vigencia las reformas al Código Civil que regulan
las pruebas genéticas del Ácido Desoxirribonucleico, se abre
una ventana a diferentes casos en los cuales la paternidad
biológica no coincide con la filiación legal.

El problema de la no concordancia entre la paternidad biológica


y la filiación legítima, trae aparejado un sinnúmero de
complicaciones que repercuten en la tranquilidad familiar, el
ideal sería, que las presunciones coincidan con la verdad
biológica, pero no siempre es así, incluso la ley impide el uso de
la herramienta del ADN en el caso de la impugnación, porque al
vencerse los plazos para que el padre la haga valer, todo queda
en penumbras, incluso en el caso de que la mujer hubiera
declarado el adulterio, salvo ciertas excepciones.

Es derecho fundamental del ser humano el conocer su


verdadera identidad y es deber del Estado que las normas
jurídicas positivas, no obstaculicen el derecho de tener como
padre al que biológicamente lo es, incluso si con ello se viola la
intimidad del seno familiar y el honor del marido. Esa verdad
que tanto se le inculca a los hijos que mantengan como un
principio de vida y que legalmente se les niega para ocultar las
equivocaciones cometidas por los adultos. Es necesario que se

44
reconozcan los errores aunque ello traiga consecuencias, las
cuales no debe pagar un niño que como todo ser humano tiene
sus derechos y que es derecho primordial conocer de quien
desciende.

El derecho del niño de conocer su verdadera identidad está por


encima del derecho de los padres a resguardar su intimidad, y en
todo caso entre el derecho de ambos debe prevalecer el derecho
del menor. Acudir al argumento de la intimidad familiar no
debería ser valedero; la decisión de engendrar un hijo es una
acción privada únicamente en cuanto a la decisión de
procreación. En adelante, concebido el hijo, ninguna supuesta
intimidad o privacidad, ni el padre, ni la madre, ni ambos en
común, puede alegarse, para privar los derechos del hijo. Y uno
de los derechos reconocido incluso, en la Convención sobre los
Derechos del Niño, es el derecho de conocer su verdadera
identidad, con todas las búsquedas previas incluso de tipo
biológico. Más allá de lo jurídico, la única víctima del
ocultamiento de la verdad es el niño.

Ahora, tomando el tema desde el punto de vista del padre


biológico que quiere hacerse responsable de la consecuencia
jurídica de haber tenido una relación con mujer casada, a la luz

45
de la negativa del artículo citado, se estaría violando también su
derecho de reconocer al hijo nacido de esta relación. La ley no
lo faculta para reclamar la paternidad, no tiene legitimación
activa, que consiste en la titularidad de las acciones que
permiten plantear ante la justicia una determinada pretensión, es
decir, tener derecho a que se resuelva lo que se solicita. La ley le
niega el derecho a declarar dicha filiación, la verdadera; en este
caso las leyes sociales van en contra de las leyes naturales
(biológicas), la justicia es ciega y por lo tanto debería importar
quién es el verdadero padre. Se considera que el padre
biológico debería tener derecho de reclamar como suyo al hijo
que se le presume a otro; por el contrario, actualmente debe
esperar a que se impugne la paternidad y que el juez en
sentencia declare favorable al demandante la impugnación, para
que éste pueda reclamarla.

Puede suceder que el esposo, conociendo de la infidelidad de la


madre, y de las intenciones del padre biológico, no impugne la
paternidad, no para hacerse cargo del menor, ni para darle amor,
cariño etc., sino para cuidar su honor; en este caso, no es
posible que exista paz dentro del seno familiar y por ende
tampoco en el ámbito social.

46
Cuando hay divergencias entre los padres, máxime cuando la
infidelidad es el motivo, los hijos en algunos casos, son
utilizados para chantajear a la pareja, trayendo consigo violencia
para el menor y la madre.

La justificación del Estado descansa en la presunción de


paternidad; es decir, que todo hijo nacido de matrimonio es hijo
de matrimonio. El legislador presumió que la sociedad fuera
perfecta en sus instituciones, el idealismo en una sociedad como
la guatemalteca de que en el matrimonio se guarde fidelidad, es
absurdo y lejos de la realidad. Aunque no se niega que si todo
fuera así no habría tantos niños sin padre, y que las pretensiones
que se persiguen ayudarían mucho en la convivencia y en el
desarrollo integral de nuestra sociedad, pero se debió dejar
abierta la posibilidad para proteger al menor que nace dentro del
matrimonio pero que no tiene como padre biológico al que
debería ser.

Para comprender el bien jurídico que el legislador quiso proteger


con la prohibición del segundo párrafo del artículo 215 del
Código Civil, se debe tomar toda la legislación en conjunto. Es
allí en donde se encuentra el verdadero sentido de dicho
presupuesto, se debe iniciar entonces, por la base de la

47
legislación del Estado, la Constitución Política de la República
de Guatemala. En su parte introductoria se observa la influencia
que el Derecho Canónico, desde el principio ha tenido en las
legislaciones de América. Bueno o malo el ordenamiento
jurídico guatemalteco, recoge la mayoría de los preceptos
vertidos en la legislación europea, principalmente la francesa y
la española

Reconociendo a la familia como génesis primario y


fundamental de los valores espirituales y morales de la
sociedad y, al Estado como responsable de la promoción
del bien común, de la consolidación del régimen de
legalidad, seguridad, justicia, igualdad, libertad y paz.
Preámbulo de la Constitución Política de la República de
Guatemala).
Se debe tomar en cuenta que en la realidad, las instituciones de
la familia y el matrimonio, no siempre constituyen el ideal que
el legislador busca; por lo tanto, se debe abrir la puerta, a sus
diferentes modalidades, incluyendo, aunque parezca aberrante,
la infidelidad que puede traer aparejada una consecuencia
jurídica. Puede ser inmoral, pero no ilegal y por ende no lejos
de la realidad, la cual debió ser prevista por el legislador; es
decir, el sistema constitucional privilegió la intimidad de los
progenitores y la inviolabilidad del matrimonio, antes que el

48
derecho de los hijos a conocer a sus padres, de ser reconocidos
por éstos, así como de ser alimentados.

En la parte final del preámbulo se lee “decididos a impulsar la


plena vigencia de los Derechos Humanos dentro de un orden
constitucional estable y popular, donde gobernados y
gobernantes procedan con absoluto apego al derecho.” Esto
significa que, en relación al tema, el Derecho Internacional,
tiene preeminencia sobre el derecho interno, en esta parte se
menciona el impulso que debe dársele a los Derechos Humanos,
uno de estos derechos es el derecho de identidad, el cual en el
caso del segundo párrafo del artículo 215, se le niega al niño.
Guatemala ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño y
en ésta se encuentra plasmado que tiene derecho a un nombre y
en la medida de lo posible de conocer quiénes son sus padres.

Desde el punto de vista de igualdad de derechos, en este caso, se


le vedaría ese derecho al menor, porque ante la ley todas las
personas son iguales sin distinción alguna; entonces, si los
niños nacidos dentro del matrimonio y los extramatrimoniales
tienen el derecho a ser reconocidos por su verdadero padre, el
hecho que la madre sea casada con quien no es su padre
biológico (favor veritatis), no debiera ser obstáculo para ser

49
reconocido por éste.

A la madre se le niega el derecho a que su hijo sea reconocido


por el verdadero padre, pero no se debe olvidar que la naturaleza
no distingue lazos legales; por lo tanto se tiene ese derecho,
porque esto pareciera que es un castigo moral, por no cumplir
con los ideales de fidelidad que la ley pretende.

Según el Artículo 215, al padre biológico, se le veda el derecho


a reconocer a su descendencia, él, por atentar en contra de la
institución del matrimonio, por transgredir las leyes sociales, se
le conmina a callar y que se quede pasivo a la espera que el
aparente padre, impugne la paternidad.

El legislador debió buscar una salida viable y real sin


idealismos, para evitar que se produjera este tipo de violaciones,
aunque es entendible que la ley es general y no se puede ocupar
de supuestos aislados, pero como se expuso al principio de este
tema, es precisamente este adelanto de la prueba genética del
ADN, que abre las posibilidades de extinguir las presunciones a
favor de las realidades. También se debe tomar en cuenta que al
momento de la redacción de esta legislación no se consideraron
a este tipo de adelantos, aunque al introducir las reformas
referentes al Ácido Desoxirribonucleico (ADN), se debió
50
también considerar este artículo.

También es de suponer que en la época de redacción del Código


Civil, era un tabú hablar de este tema; sin embargo, el derecho,
como todas las acciones humanas y sociales, es cambiante y
evoluciona, por tanto es necesario que la legislación
guatemalteca también evolucione en este sentido. Ejemplo claro
y muy significativo es la introducción al Código Civil como
prueba para contradecir supuestos, la del ADN, la cual hace
algunas décadas era inimaginable.

En algunos países europeos, (por ejemplo la Ley 35/1988, sobre


técnicas de reproducción asistida de España), otro tema que ya
contemplan es la llamada fecundación heteróloga o fecundación
asistida, en la cual una tercera persona dona su esperma, para ser
fecundado por una receptora. En esta circunstancia, el donante
no tiene derecho de impugnar ni de reclamar, porque dona su
semen con consentimiento, con el sólo propósito de ser utilizado
por quien asumirá la paternidad o maternidad del hijo que nazca.
El niño nacido tampoco tiene legitimación para reclamar la
paternidad respecto del donante. Pero estas son salidas viables,
que el legislador ha buscado para que los avances científicos que
pueden ser útiles a la sociedad, no sean restringidos por

51
cuestiones legales; de lo contrario, nadie donaría material
genético por temor a ser demandado. Se legisló a favor de
satisfacer el derecho a la identidad del niño posibilitando el
acceso al banco de datos donde se conserva la información del
donante, aunque ninguno de los dos (padre biológico e hijo)
tengan legitimación activa para reclamar la filiación; el niño sí
tiene derecho de saber quién es su padre biológico, en caso de
ser necesario.

Nótese que no se trata de ocultar la realidad para que el niño


tenga un desarrollo integral, respetando su derecho de identidad,
sino se trata de buscar una salida legal a la evolución científica,
sin lesionar los derechos de las partes, principalmente los del
menor.

Ahora bien, para fines de este artículo, se trata el caso desde el


punto de vista de una mujer que engendró a un hijo fuera del
matrimonio Se trata de un caso de infidelidad, que aunque se
califique como inmoral, no es ilegal aunque puede ser causal
de divorcio. Desde el punto de vista del hijo, éste tiene
derechos como todas las personas, uno de ellos, el derecho a
conocer su identidad, haya nacido o no del matrimonio. Existen
casos, en los que el esposo se va al extranjero; éste tarda un

52
tiempo separado de su familia. Si la esposa sostiene una
relación con otra persona y producto de esta relación tiene un
hijo, el padre biológico de éste, aunque quisiera, no podría
reconocerlo como suyo, porque la madre se encuentra casada;
por tanto, no se le puede obligar para que se encargue de la
manutención del niño. Automáticamente se desliga de esta
responsabilidad. Vale la pena preguntarse si la ley en este caso
está bien aplicada. El esposo y supuesto padre del hijo, está
fuera de la situación y aunque pudiera impugnar dicha
paternidad no lo hace; por lo tanto, el hijo queda en un estado de
indefensión, ya que tampoco puede la madre darle sus dos
apellidos, porque en el RENAP deben comparecer ambos
padres.

Puede ocurrir también, que el padre biológico quisiera hacerse


responsable y reconocer al hijo; la ley no se lo permite; le
prohíbe inmiscuirse en la esfera del matrimonio. Para la ley es
un extraño que trata de romper la institución del matrimonio, el
legislador no previó que los ideales bajo los cuales fue
concebida dicha institución, no siempre se cumplen y que debe
haber una salida para la protección del hijo.

53
Como éste se pueden exponer muchas variantes, y no se está
hablando de sujetos ficticios sino de niños; son situaciones que
la ley no debería obviar; y que son niños que han nacido en
una circunstancia no prevista por la ley y que tienen derechos
fundamentales que deben ser respetados.

El artículo 46 de la Constitución Política de la República de


Guatemala, indica: “Se establece el principio general que en
materia de Derechos Humanos, los tratados y convenciones
aceptados y ratificados por Guatemala, tienen preeminencia
sobre el derecho interno.”

Para hacer un comentario completo del artículo anteriormente


descrito, es necesaria la lectura de la Convención sobre los
Derechos del Niño, aprobado y ratificado por el Estado de
Guatemala, por tanto es una ley sobre los Derechos Humanos de
carácter internacional, que como se leyó en el artículo anterior,
tiene preeminencia sobre el derecho interno:

Convención sobre los Derechos del niño:

Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que
tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar
social, los tribunales, las autoridades administrativas o los

54
órganos legislativos, una consideración primordial a que
se atenderá será el interés superior del niño.
Artículo 7
1. El niño será inscrito inmediatamente después de su
nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre,
a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a
conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos
derechos de conformidad con su legislación nacional y las
obligaciones que hayan contraído en virtud de los
instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera,
sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida.
Artículo 8
1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el
derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la
nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de
conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.
2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de
los elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados
Partes deberán prestar la asistencia y protección
apropiadas con miras a restablecer rápidamente su
identidad.
Guatemala al ratificar la Convención sobre los Derechos del
Niño, se compromete a respetarlos, incluido el derecho de
identidad, al cual se ha estado haciendo alusión; pero tomando
en cuenta que la legislación actual no alcanza a protegerlos ni a

55
restaurarlos en caso estén siendo violentados, habría de tomarse
en consideración una iniciativa de ley que le dé una salida legal
para estar acorde al Derecho Internacional, cuestión que algunos
Estados parte, aunque tímidamente, están haciendo.

El hecho de incluir en la legislación guatemalteca como prueba,


la del Ácido Desoxirribonucleico, es un avance significativo,
que se extiende a los casos principalmente de impugnación de
paternidad. Pero cabe preguntarse, si esta herramienta no sería
eficaz, para su fortalecimiento en el sentido de que evolucione a
medida que evolucionan los avances de la medicina, en este caso
que aunque puede parecer extralimitado, no se puede negar que
hay casos reales de la luz del derecho que mientras no sean
ilícitos no se pueden excluir.

Para reforzar los criterios respecto de este tema, se le efectuó


una entrevista a la Licenciada Lidved Liset Ramírez Pinzón,
Jueza del Juzgado de familia de Escuintla. A ella se le preguntó
si al juzgado a su cargo ha llegado algún caso en el cual se
pretenda reclamar la paternidad de hijo de mujer casada, a lo que
ella respondió que no, porque una pretensión como esta no
puede prosperar porque la ley no legitima al padre biológico
para reclamar dicha paternidad.

56
A la pregunta que se le efectuó respecto de si se violan los
derechos a la madre, al padre biológico o al hijo, ella considera
que efectivamente se les viola su derecho de igualdad pero
principalmente el derecho de identidad del menor, así como el
derecho de ser alimentado.

Ella también considera que si se intentara una acción de


reclamación, se estaría atentando contra la institución del
matrimonio, toda vez que el artículo 47 de la Constitución
Política de la República de Guatemala, lo protege.

También considera que de acuerdo al artículo 47 de la


Constitución, la institución del matrimonio tiene preeminencia
sobre la paternidad, la filiación y el derecho de identidad del
menor.

Al preguntarle cuál es el bien jurídico que el legislador protegió


al impedir que una tercera persona reclame la paternidad de un
hijo de mujer casada, ella respondió que es al menor y al
derecho de ser alimentado.

Cuando se le consultó si cree que hay casos especiales en los


cuales debería haber una excepción para la prohibición del
artículo 215, respondió que debería haber un procedimiento

57
especial en la vía de los incidentes; por ejemplo, para aclarar la
situación en que se encuentra el menor para no dejarlo en un
estado de indefensión.

Cuando se le preguntó que si considera aplicables los


argumentos del reconocimiento de hijo de madre soltera para el
reconocimiento del hijo extramatrimonial de madre casada,
contestó que se pueden utilizar, siempre que exista una
declaración de Juez competente.

Y finalmente, al preguntarle si cree prudente una reforma al


artículo 215 segundo párrafo del Código Civil, respondió que
posiblemente no una reforma sino en proponer una iniciativa de
ley a efecto de resolver casos específicos.

En síntesis respecto del segundo párrafo del artículo 215, se


puede resumir lo siguiente:

Que efectivamente el artículo aludido va acorde al artículo 47 de


la Constitución, que lo que pretende es proteger la institución
del matrimonio.

Que es muy probable que se violen los Derechos de igualdad, de


la paternidad, de la filiación e identidad del menor, así como el
de sus padres biológicos, pero por ser casos aislados, lo menos

58
grave es cerrar la puerta totalmente para la protección del
matrimonio, la familia y por ende la tranquilidad social.

Que Guatemala, al haber ratificado la Convención sobre los


Derechos del Niño, no está cumpliendo a cabalidad sus
preceptos, al violentar el derecho a la verdadera identidad del
menor.

Que se hace necesario un estudio más profundo a efecto se


legisle para encontrar una salida viable a la problemática
presentada, a efecto de que se subsane los defectos del referido
artículo, como expuso la licenciada Lidved Liset Ramírez
Pinzón sin reformar el artículo, sino a través de una iniciativa
de ley, buscar algún tipo de dispensa judicial, para los casos que
pueden llegar a tener una excepción a la regla, como se expuso.

Esto último sería aplicable en casos especiales, según ella


explica, por ejemplo cuando la pareja está viviendo
maridablemente pero sin contraer matrimonio porque ella es
casada con otra persona, pero en el entorno social se presentan
como marido y mujer. Esta herramienta sería eficaz para darle
facultades al Juez para que pueda entrar a dilucidar, a través de
pruebas, cuál es la situación real del matrimonio para que el
padre biológico pueda reconocer a su hijo y éste tenga como
59
padre al que verdaderamente lo es y que como todo niño en caso
de negativa tenga derecho al apellido y por consiguiente a
reclamar alimentos.

Prohibición de hacer reconocimiento contenida en el artículo


217, del Código Civil.

El artículo 217 del Código Civil guatemalteco establece: “El


varón menor de edad no puede reconocer a un hijo sin el
consentimiento de los que ejerzan sobre él la patria potestad, o
de la persona bajo cuya tutela se encuentre, o, a falta de ésta, sin
autorización judicial”.

La negativa contenida en este artículo es subsanable, pues si no


dieran su autorización los responsables del menor, esta dispensa
la podrá dar el Juez.

Se presenta una situación especial cuando se trata del


reconocimiento hecho por menores de edad. En cuanto al
varón, el código dispone que no puede reconocer a un hijo
sin el consentimiento de quienes ejerzan sobre él la patria
potestad, o de la persona bajo cuya tutela se encuentre, o, a
falta de ésta, sin la autorización judicial (Art. 217). Este
precepto tiene por objeto evitar que un hecho de tanta
trascendencia quede a merced de una expresión de
voluntad emanada de persona que aún no está en el pleno
goce de su capacidad civil. La palabra consentimiento, que

60
la ley usa en primer término, y la expresión autorización
judicial, que usa en segundo, han de entenderse como
permisivas. En el caso de la autorización judicial, no
existe problema en tal sentido; pero, la duda sí podría
surgir en cuanto a la palabra consentimiento, que supone
generalmente acuerdo de voluntades. Más, en realidad, el
reconocimiento de un hijo es un acto esencialmente
personalísimo, que, por lo mismo, no puede estar
supeditado a la intervención de voluntades ajenas, como
no sea, y simplemente, para formalizar el acto. En
realidad, y sin embargo, dada la redacción del artículo
citado, se llega al criterio expuesto en aras de una
interpretación basada en los principios tutelares de la
filiación que inspira al Código Civil. (Brañas A. 2003:145)
Lo que el legislador en este artículo protege, es que el niño
nacido de padre menor de edad, no quede desamparado, pues
por el hecho de que éste sea menor de edad, no debía
impedírsele que reconociera al hijo, ya que si tiene capacidad
para engendrar también debe tenerla para adquirir las
obligaciones que la paternidad conlleva. Aunque por no
encontrarse en el libre ejercicio de sus derechos, se buscó la
salida legal de la autorización de quien sobre él ejerza la patria
potestad y a falta de ésta, la dispensa judicial.

61
Análisis comparativo de leyes

Constitución Política de España:

Los países europeos, van a la vanguardia en temas de evolución


social y científica, aplicando reformas novedosas a sus
respectivas legislaciones, un ejemplo de esta innovación, es
España, en donde constitucionalmente se protege el derecho de
identidad biológica permitiendo la reclamación de filiación sin
vedar el derecho del padre para ejercitarlo.

En el artículo 39 de la Constitución Española, establece la


protección integral de los hijos y que estos son iguales ante la
ley con independencia de su filiación, asimismo, posibilita la
investigación de la paternidad.

Título I. De los derechos y deberes fundamentales.


Capítulo tercero. De los principios rectores de la política
social y económica.
Artículo 39.

1. Los poderes públicos aseguran la protección social,


económica y jurídica de la familia.
2. Los poderes públicos aseguran, asimismo, la
protección integral de los hijos, iguales éstos ante la
ley con independencia de su filiación, y de las

62
madres, cualquiera que sea su estado civil. La ley
posibilitará la investigación de la paternidad.
3. Los padres deben prestar asistencia de todo orden a
los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio,
durante su minoría de edad y en los demás casos
en que legalmente proceda.
4. Los niños gozarán de la protección prevista en los
acuerdos internacionales que velan por sus derechos.

Al estar incluida la posibilidad de la investigación de la


paternidad, e incluir uno de los preceptos de la Convención
sobre los Derechos del Niño en los numerales 2 y 4 del artículo
citado, se entiende que la prioridad principal es precisamente el
niño, tanto así que se le da una jerarquía constitucional,
debiendo apegarse a este precepto las leyes subordinadas
internas.

Código Civil de España:

El Código Civil español debiendo apegarse a lo que preceptúa la


Constitución Política del mismo país, debió reformarse
declarando inconstitucional los artículos que impedían la
reclamación de la paternidad por el padre, abriendo la
posibilidad de diferentes modalidades, incluyendo el uso del
ADN.

63
Libro I: Título V, CAPÍTULO III (De las acciones de
filiación) SECCIÓN SEGUNDA (De la reclamación):
Artículo 133.La acción de reclamación de filiación no
matrimonial, cuando falte la respectiva posesión de
estado, corresponde al hijo durante toda su vida.

Si el hijo falleciere antes de transcurrir cuatro años desde


que alcanzare plena capacidad, o durante el año siguiente
al descubrimiento de las pruebas en que se funde la
demanda, su acción corresponde a sus herederos por el
tiempo que faltare para completar dichos plazos.

[La STC 237/2005 de 27 de octubre, ha declarado inconstitucional el


párrafo primero de este artículo, en la redacción dada por la Ley
11/1981, de 13 de mayo, en cuanto impide al progenitor no
matrimonial la reclamación de la filiación en los casos de inexistencia
de posesión de estado. El TC entiende que esto vulnera el mandato
constitucional de hacer posible la investigación de la paternidad y el
derecho a la tutela judicial efectiva, reconocidos por los arts. 24 y
39.1 y 2 de la Constitución (BOE Suplemento del Tribunal
Constitucional núm. 285, de 29-11-2005, pp. 93-104). La Sentencia
resuelve de este modo la cuestión de inconstitucionalidad núm.
1687/1998, planteada por la Sección Primera de la Audiencia
Provincial de Ciudad Real y admitida a trámite mediante providencia
del TC de 15 de septiembre de 1998 (BOE núm. 229, de 24-09-1998,
p. 31798)]

[La STC 52/2006, de 16 de febrero, ha declarado inconstitucional el


párrafo primero de este artículo, en la redacción dada por la Ley
11/1981, de 13 de mayo, en cuanto impide al progenitor no
matrimonial la reclamación de la filiación en los casos de inexistencia
de posesión de estado. El TC entiende que esto vulnera el mandato
constitucional de hacer posible la investigación de la paternidad y el
derecho a la tutela judicial efectiva, reconocidos por los arts. 24 y
39.1 y 2 de la Constitución (BOE Suplemento del Tribunal
Constitucional núm. 64, de 16-03-2006, pp. 131-136). La Sentencia
resuelve de este modo la cuestión de inconstitucionalidad núm.

64
3180/2004, planteada por la Sección Primera de la Audiencia
Provincial de Ciudad Real y admitida a trámite mediante providencia
del TC de 2 de febrero de 2005 (BOE núm. 45, de 22-02-2005, p.
6302).]

Artículo 134

El ejercicio de la acción de reclamación, conforme a los


artículos anteriores, por el hijo o el progenitor, permitirá
en todo caso la impugnación de la filiación contradictoria.
No podrá reclamarse una filiación que contradiga otra
determinada en virtud de sentencia.
[Este párrafo segundo ha sido derogado por la Ley 1/2000, de 7 de enero,
de Enjuiciamiento Civil (BOE núm. 7, de 8-1-2000), disposición
derogatoria única, apartado 2.]

[Este artículo ha sido derogado por la Ley 1/2000, de 7 de enero, de


Enjuiciamiento Civil (BOE núm. 7, de 8-1-2000), disposición derogatoria
única, apartado 2.]

En el Código Civil español se aprecia que en sus reformas tiene


como interés primordial la investigación de paternidad; incluso
permite al padre reclamar la paternidad, con las reformas
actuales, pues anteriormente únicamente le era permitido al hijo.

Código Civil de Perú:

En contraposición a la legislación española encontramos en


nuestro continente que todas las legislaciones son similares;
aunque algunas ya tienen en sus textos, la prueba biológica del
ADN, paso importante para aclarar la identidad del menor. El

65
Código Civil de Perú, aunque está avanzado respecto a los
juicios de filiación por la celeridad que impregnó la ley que se
citó en el apartado del reconocimiento forzoso, respecto de la
reclamación de la paternidad por el padre biológico cuando la
madre es casada, es similar a la legislación de Guatemala.
En el Libro III, (Derecho de Familia), en su SECCION
TERCERA - Sociedad paterno-filial TITULO II - Filiación
extramatrimonial, CAPITULO PRIMERO - Reconocimiento de
los hijos extramatrimoniales, en el Artículo 396 específicamente
establece: “Articulo 396º.- Reconocimiento de hijo
extramatrimonial de mujer casada. El hijo de mujer casada no
puede ser reconocido sino después de que el marido lo hubiese
negado y obtenido sentencia favorable.”

Se aprecia la negativa a la indagación de la paternidad biológica;


esto porque prevalece aún en el espíritu de las leyes de América
la influencia del derecho romano, el que introdujo en los textos
legales las presunciones que persisten actualmente.

66
Código Civil de Guatemala:

El Código Civil guatemalteco en el segundo párrafo del artículo


215, establece: “No será permitido al padre hacer
reconocimiento de hijos, atribuyendo la maternidad a una mujer
casada con otra persona, salvo que el marido haya impugnado la
paternidad y obtenido sentencia favorable”.

En el año 2008 se introduce la prueba molecular del Ácido


Desoxirribonucleico (ADN), al Código Civil guatemalteco,
como prueba para impugnar la paternidad y contradecir las
presunciones, herramienta eficaz, pues tiene una fiabilidad de
casi un cien por ciento.

Pero por no existir la figura de reclamación de filiación


procurada por el supuesto padre, tampoco fue introducida para
permitir al padre hacer reconocimiento de hijo de mujer casada
con otra persona, además, porque de acuerdo a la Constitución
Política, se atentaría en contra de la institución del matrimonio.

En la legislación española se promueve que el padre pueda


reclamar la paternidad cuando no exista posesión de estado,
porque se considera que al no permitirlo se violentaría un

67
derecho de carácter constitucional, como lo es el derecho a la
investigación de la paternidad, además se considera que se
violaría el derecho de identidad del niño y a ser reconocido por
quien biológicamente es su padre, pues se admite como prueba
la del ADN.

En contraparte, únicamente como ejemplo de la línea que siguen


las legislaciones de América, el Código Civil del Perú, también
contiene la prohibición contenida en el artículo 215 segundo
párrafo del Código Civil guatemalteco, pero al igual que en
Guatemala ya contiene en su legislación como prueba para
determinar la filiación, la del ADN, que es un paso significativo,
y bota las barreras de las presunciones que por mucho tiempo
prevalecieron como único medio para presumir la paternidad.

68
Conclusiones

En el Código Civil guatemalteco está contenida la


prohibición de reconocimiento de hijo pretendiendo la
maternidad a mujer casada con otra persona, en donde se
sobrepone el interés social, en detrimento del derecho de
identidad del niño a ser reconocido por su padre biológico.

En el ordenamiento jurídico guatemalteco no se encuentra


incluida la figura de reclamación de paternidad cuando no
exista posesión notoria de estado, la cual sería la base para
poder reclamar la paternidad de un hijo de madre casada
con otra persona.

En la Convención sobre los Derechos del Niño, se


establece que en la medida de lo posible, los Estados parte
procurarán que los hijos conozcan a sus padres y sean
cuidado por ellos, cuestión que actualmente en Guatemala,
se cumple de manera parcial, pues se veda ese derecho a
los hijos nacidos de madre casada con quien no es su
padre biológico.

69
Que en virtud de la existencia de varias modalidades de
hijos nacidos de madre casada cuyo padre no es el esposo
legal, no hay una salida dentro del marco jurídico
guatemalteco, por lo que en la actualidad hay niños que
solamente llevan un apellido de la madre, pues siendo ésta
casada la ley no la faculta para que lleve ambos y el
progenitor también tiene vedado el derecho de darle su
apellido, aún cuando haya cesado de forma voluntaria la
vida marital, pero sin haberse divorciado.

La institución del matrimonio, es reconocida en el


ordenamiento jurídico guatemalteco como una institución
social, por lo cual el Estado constitucionalmente lo
promueve por ser la base de la sociedad, garantizando su
protección, y por ende, el mantenimiento del núcleo
familiar.

70
Referencias

- Brañas A. (2003) Manual de Derecho Civil I, II y III.


Guatemala: Editorial Estudiantil Fénix.

- Orellana Donis E. G. (2006) Derecho Civil Sustantivo I y II,


Guatemala, Centro América.

- Osorio M. (1981) Diccionario de Ciencias Jurídicas


Políticas y Sociales, Buenos Aires República de Argentina:
Editorial Heliasta S.R.L.

- Belluscio C. A. (2004) Manual de derecho de Familia.


Ciudad de Buenos Aires: Editorial Astrea.

- Ortiz, C. H. (2001) Derecho Civil I, Guatemala, Centro


América.

- Aguilar Guerra, V. (2005) Derecho de Familia: Editorial


Serviprensa S.A.

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Legislación

- Constitución Política de la República de Guatemala.

- Código Civil guatemalteco, Decreto Ley 106.

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