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El Estado realiza su comparecencia ante los alegatos presentados por parte de la Comisión

y los representantes de las presuntas víctimas a través de los siguientes argumentos


respecto a la no violación del artículo 1.1 en relación con los artículos 12 y 4 de la
Convención Americano Sobre Derechos Humanos.
 La Republica de Macondo cumplió con sus obligaciones (respeto, garantía y no
discriminación) respecto al derecho de libertad de conciencia y religión.

En el contexto de la pandemia de la gripe del Banano, El Estado se vio en la necesidad de


declarar un decreto de emergencia que comprendía la suspensión de derechos, entre ellos el
derecho de reunión, el derecho de circulación y el derecho de asociación con el objetivo de
controlar la crisis sanitaria.

La Corte ha determinado que la suspensión de garantías constituye una situación excepcional,


según la cual resulta licito aplicar determinadas medidas restrictivas a los derechos y libertades
que, en condiciones normales, están prohibidas o sometidas a procesos más rigurosos1. A raíz de
la suspensión, se declararon medidas específicas como la prohibición de reuniones de toda índole
y la custodia de templos religiosos.

La jurisprudencia Interamericana no se ha pronunciado de manera clara sobre las implicaciones


que tiene la interferencia de las medidas de una suspensión, en derechos que no pueden ser
suspendidos, como en este caso, la libertad de conciencia y religión en su modalidad de libertad
de culto es un derecho cuyo pleno goce y ejercicio presupone la existencia del derecho de
reunión, derecho de circulación y el derecho de asociación. A criterio de la Corte cualquier
restricción o limitación de un derecho que no puede ser suspendido debe ser prevista en ley y ser
aplicada con el propósito para el que fue establecida, sin embargo, darle el tratamiento de
restricciones a las medidas originadas de una suspensión desvirtuaría la naturaleza de estas y no
tendrían ningún fundamento en el derecho internacional al no poder ser objeto de un examen de
proporcionalidad. Considerando esto, si la Corte determina que existió una limitación indirecta
debería hacerlo tomando en cuenta las razones por las que se dio la suspensión, la intensidad de
la emergencia, la gravedad del derecho afectado en ponderación con otros derechos y que la
misma suspensión ya se ha derogado.

1
Opinion Consultiva OC-8/87
El Estado niega que la suspensión y sanción al derecho de reunión incumpliera la obligación de
respetar y garantizar la libertad de conciencia y religión, puesto que las mismas no se dieron en
razón a la religión que practicaban las presuntas víctimas, si no con motivo en la violación e
incumplimiento de las medidas emitidas previstas legalmente por el decreto presidencial que
estaban dirigidos a todos y todas las habitantes de Macondo en atención de la emergencia
sanitaria, al realizar aglomeraciones que ponían en riesgo la salud de todas las personas,
incluyendo la de la propia comunidad, y que amenazaban el derecho a la vida al ser el virus del
banano una enfermedad sumamente contagiosa y mortal. Las acciones de las autoridades se
justificaron con el fin de proteger el derecho a la salud, la vida y la integridad personal, al
prevenir y tratar de evitar contagios masivos que resultarán en la muerte de miles de personas o
en un daño físico o fisiológico irreversible. Las medidas eran necesarias para alcanzar el fin
deseado al ser las únicas que aseguraban de manera efectiva el no contacto de persona a persona,
si bien es cierto que existían otras opciones como el uso de mascarillas y la sana distancia, seguía
existiendo un margen para que ocurriera el contagio ya que la conducta del ser humano es
imprevisible y es demostrado que su naturaleza social vuelva difícil evitar el contacto con otras
personas.

Asimismo se niega la responsabilidad en el incumplimiento del respeto y garantía del principio


de no discriminación y protección igual de la ley La comunidad melquiadista tenía pleno goce y
ejercicio de los derechos consagrados de la Republica de Macondo dentro de los límites
establecidos, contando siempre con los recursos y garantías para poder defender su esfera
jurídica frente del Estado, demostrándose este hecho cuando recurrieron las medidas impuestas
por Macondo alegando su violación al derecho de la libertad de conciencia y religión.

Por último, no se violó el principio de no discriminación ya que la suspensión del derecho de


reunión y sus restricciones, como lo mencionamos anteriormente, eran obligatorios para todas las
personas habitantes de Macondo, independientemente de sus creencias religiosas, culto o credo
religioso. El estado considera que no se vulneró este principio al ser las medidas aplicadas a toda
la población en general sin distinción alguna, ya que el propósito de ellas no obedecía a la
persecución de las comunidades religiosas, sino a evitar una cadena de contagios que generará un
colapso a los servicios de salud.
Aunado a lo anterior solicitamos que la Corte declare el cumplimiento de nuestras obligaciones
en conformidad con la Convención.
Según en términos del artículo 24 todas las personas son iguales ante la ley, en consecuencia
tienen derecho a su igual protección sin un tratamiento discriminatorio La República de
Macondo reconoce en su Constitución el derecho a la libertad de conciencia y religión en los
mismos términos que la Convención Americana.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este
derecho implica la libertad de conservar su religión o sus creencias, o de cambiar de
religión o de creencias, así como la libertad de profesar y divulgar su religión o sus
creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado.

2. Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la


libertad de conservar su religión o sus creencias o de cambiar de religión o de
creencias.

3. La libertad de manifestar la propia religión y las propias creencias está sujeta


únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para
proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos o
libertades de los demás.

4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos
reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones

La comunidad melquiadista tenía pleno goce y ejercicio de los derechos consagrados de la


Republica de Macondo dentro de los límites establecidos, contando siempre con los recursos y
garantías para poder defender su esfera jurídica frente del Estado, demostrándose este hecho
cuando recurrieron las medidas impuestas por Macondo alegando su violación al derecho de la
libertad de conciencia y religión.
En relación a las medidas, el artículo 24 prohíbe la discriminación de derecho o de hecho, no
sólo en cuanto a los derechos contenidos en la Convención su no a todas las leyes que apruebe el
Estado y en cuanto su aplicación. En este sentido las medidas no podrían ser consideradas
discriminatorias puesto que en derecho y en los hechos eran aplicadas a toda la población en
general, y se sancionada sin distinción alguna a todo aque que incumplia con las mismas.
Si bien es cierto que existe una noción de discriminación indirecta en cuanto a medidas que en
apariencia son neutrales afecten a un grupo en específico, es este caso se considera que las
medidas tenían un fin legítimo y eran proporcionales, al buscar la protección de la vida y la salud
no sólo de los habitantes de Macondo sí no a favor de la comunidad melquiadista
Finalizando el Estado considera que en los hechos no se configura una protección desigual
derivada de una ley o su aplicación si no que se alega una discriminación ocasionada por las
creencias religiosas de la comunidad melquiadista, discriminación que en este caso tampoco se
presenta

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