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LA COMBUSTION Y LA RESPIRACION

En 1766, el inglés Henry Cavendish aisló un gas que llamó "aire inflamable", porque se quemaba con
facilidad. Priestley notó que cuando el aire inflamable y el aire común se encendían con una chispa en un
recipiente cerrado, una pequeña cantidad de "rocío" se formaba en las paredes de vidrio. Cuando
Cavendish repitió el experimento, descubrió que el rocío era en realidad agua. Cavendish explicó los
resultados intentando usar la teoría del flogisto y asumió que el agua estaba presente en cada uno de los
dos aires antes de la ignición.

Para Lavoisier, la combustión significaba combinar una sustancia con oxígeno; sin embargo, algunos
todavía seguían dudando de su nueva química, ya que no podía explicar la combustión del "aire
inflamable". En junio de 1783, Lavoisier hizo reaccionar oxígeno con aire inflamable, obteniendo "agua en
estado muy puro". Concluyó correctamente que el agua no era un elemento, sino un compuesto de
oxígeno y aire inflamable (o hidrógeno, como se conoce ahora). Para respaldar su afirmación, Lavoisier
logró descomponer el agua en oxígeno e hidrógeno. Ahora, conociendo  la composición del agua, se
podría eliminar la última objeción al descarte del flogisto.

Para Lavoisier, era el momento de "librar a la química de todo tipo de impedimento que retrase su
avance", incluyendo una reforma que incluye un nuevo lenguaje. Louis Bernard Guyton de Morveau,
Claude Louis Berthollet, Antoine François Fourcroy y Lavoisier adoptaron la idea de elemento, que había
sido propuesta originalmente por Robert Boyle más de un siglo antes, pero que los científicos habían 
ignorado.  Conservaron algunos nombres antiguos para muchos elementos y sustancias. Pero cuando un
elemento se combinaba con otro elemento, el nombre del compuesto ahora reflejaba algo sobre su
composición química. Por ejemplo, una cal era la combinación de un metal y oxígeno; por lo tanto, la cal
de zinc se convirtió en el óxido de zinc. Lavoisier y sus colegas predijeron que si el nuevo sistema se
"emprende sobre principios sólidos… se adaptará naturalmente a los descubrimientos futuros".
Resistiendo la prueba del tiempo, las bases de este sistema todavía se emplean hoy en día.

El nuevo marco para la química de Lavoisier fue presentado para que todos lo vieran en el “Traité
Élémentaire de Chimie”, publicado en París en 1789. Como si fuera un libro de texto, el Traité incorporó
los fundamentos de la química moderna. Explicó la influencia del calor en las reacciones químicas, la
naturaleza de los gases, las reacciones de ácidos y bases para formar sales y el aparataje utilizado para
realizar experimentos químicos. Por primera vez, se definió la Ley de Conservación de la Masa, en la
que  Lavoisier afirmaba que "... en cada operación existe una cantidad igual de materia tanto antes como
después de la operación". Quizás la característica más llamativa del Traité fue su "Tabla de sustancias
simples", la primera lista moderna de los elementos entonces conocidos.

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