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Lectura 9

“Durante el sismo de marzo de 1985 muchas personas se sintieron aterradas.


La repentina situación de grave peligro activó una respuesta total del
organismo, que en plano psicológico comprendía intenso miedo
desesperación, además de diversas sensaciones físicas como: aceleración del
ritmo respiratorio y cardiaco, temblor, sudoración y palidez, entre otras.
Algunos huyeron despavoridos, perdiendo el control racional sobre la
conducta; otros parecían aturdidos, paralizados por la inmensa angustia.
Luego del desconcierto inicial, la mayoría tomó medidas para resguardar su
integridad y la de sus familias. Muchos continuaron en un estado de
hipervigilancia por las próximas semanas o meses, pero a medida que las
réplicas cesaron y el tiempo nos alejo del evento, solo unos pocos (los más
vulnerables) se sienten aún hoy día expectantes y preocupados por un nuevo
terremoto.
Para nadie es sorprendente lo recién descrito. Si embargo es poco conocida
la existencia de 3% de la población que sufre de ataques de pánico
recurrentes sin que haya mediado ningún estimulo extremo que amanece su
integridad vital; esta prevalencia ha sido establecida en E.U. y proyectada a la
población colombiana significa que casi 690000 personas se encuentran
afectadas en algún periodo de su vida, la mayor parte mujeres en una
promoción 2:1, comenzando generalmente en la década de los 20. Lo
paradójico es que la experiencia repetida de pánico sin estímulo que la
justifique, es psicológicamente más dañina, traumática e invalidante que
cuando existe un riesgo real.
La crisis de pánico es una forma severa de angustia. La angustia es una de las
emociones humanas básica, tal como lo son la alegría, la tristeza y la rabia. La
angustia de pánico tiene un carácter desagradable y se identifica por un
sentimiento de incertidumbre y expectación, como si algo negativo fuera a
suceder. Se acompaña de molestias tensionales y neurovegetativas
características tales como: dolores musculares, fatigabilidad, temblor, tics,
inquietud, respuestas y sobresalto, manos sudorosas, palpitaciones,
sequedad de boca, palidez, sensación de frío, nudo en la garganta y mareos.
Todo lo anterior puede provocar dificultades de concentración, irritabilidad e
insomnio.
Si las crisis se repiten, se genera ansiedad de anticipación y luego conductas
de evitación, por el temor a nuevas crisis. Las características de la triada
clásica de la angustia de pánico: crisis de pánico, ansiedad de anticipación,
conductas de evitación fóbica.
La etiología del pánico no ha sido demostrada, pero existen algunas
observaciones e hipótesis de innegable atractivo. Alrededor del 50% de los
adultos afectados han tenido en su infancia experiencias de angustia de
separación. Así mismo el inicio de las crisis de pánico o de algún familiar,
intervenciones quirúrgicas, fallecimientos o separaciones por viajes u otros
motivos.
De todas las primeras consultas en una policlínica de psiquiatría de un
hospital de Cali, un 10% consultó por angustia de pánico. La mayor parte de
los consultantes han estado en tratamientos previos, generalmente,
recibiendo tranquilizantes. Muchos también han estado en terapia
psicológicas, que los han ayudado en diversos aspectos, por que
habitualmente no han detenido la crisis de pánica, ni han aliviado las
conductas fóbicas. Luego de descartar algunas enfermedades que pueden
producir síntomas similares hipertiroidismo, feocronocitoma, hiploplicemía
se le ofrece al paciente un tratamiento que consiste inicialmente en el uso de
fármacos adecuados que bloqueen la recurrencia de la crisis y con ello
permiten la paulatina reeducación y destierro gradual de los miedos y
limitaciones.
El contacto con la familia también es un aporte importante a la mejoría, ya
que se obtiene comprensión y apoyo al aceptar éstos que se trata de una
patología real y que requiere de un proceso gradual de mejoría.
La investigación en esta compleja e intrigante forma de angustia está en
pleno desarrollo. Una mejor comprensión de las causas, mecanismos de
mantención y tratamientos cada vez más efectivos son esperables los
próximos años”

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