ajena. La misericordia es un elemento in- a los demás en sus necesidades e incluso
dispensable para plasmar las relaciones dar la vida por ellos. mutuas de los hombres en el respeto y la Saber querer no es cuestión de tem- concordia; para crear el ambiente propicio peramentos ni de culturas sino de virtud, para la vida individual, familiar y social. de la virtud sobrenatural de la caridad y de Así también lo enseñó siempre san las virtudes humanas. Un cariño que, sien- Josemaría: “Jesucristo, que ha venido a do sobrenatural, es también muy humano, salvar a todas las gentes y desea asociar profundo, sólido, superior a la amabilidad a los cristianos a su obra redentora, quiso o al protocolo. La fraternidad implica, por enseñar a sus discípulos –a ti y a mí– una eso, en primer lugar, ayudar a los otros a caridad grande, sincera, más noble y valio- crecer como personas y a progresar –res- sa: debemos amarnos mutuamente como petando siempre su libertad– en el camino Cristo nos ama a cada uno de nosotros. de la santidad: oración, mortificación, buen Sólo de esta manera, imitando –dentro de ejemplo, cariño. Y muchas otras manifes- la propia personal tosquedad– los modos taciones humanas, llenas de delicadeza y divinos, lograremos abrir nuestro corazón caridad sobrenatural. Cariño abnegado, a todos los hombres, querer de un modo sobrenatural y humano, gustoso y atento, más alto, enteramente nuevo” (AD, 225). que llega al corazón y hace más atractiva Pero esta enseñanza no quedó sólo en su la existencia, tanto en las situaciones or- predicación, sino que la transmitió con su dinarias como en los momentos difíciles. misma vida; quería que los católicos ama- En Camino han quedado plasmadas algu- sen y sirviesen a todos sin excepción, nun- nas de las enseñanzas de san Josemaría ca se sintió enemigo de nadie y practicó en este campo: evitar críticas o murmura- una caridad heroica en el trato con los de- ciones, no admitir un mal pensamiento de más. “El cristiano debe amar a los demás, nadie, la ayuda que pasa desapercibida, la y por tanto, respetar las opiniones contra- fortaleza que da la fraternidad vivida con rias a las suyas, y convivir con plena frater- sentido sobrenatural (cfr. C, 440, 442, 444, nidad con quienes piensan de otro modo” 460, 461). (CONV, 67). San Josemaría animó a todos a par- En la contemplación del Corazón de ticipar activamente en la sociedad, a ser Jesucristo, san Josemaría descubrió que artífices del mundo en que vivimos. El 8 de la caridad sobrenatural no puede prescin- octubre de 1967 celebró la santa Misa en dir del cariño humano, sino que precisa- el Campus de la Universidad de Navarra; mente lo eleva. “Si no aprendemos de Je- en la homilía, luego titulada Amar al mun- sús, no amaremos nunca. Si pensásemos, do apasionadamente, se dirigió a todos los como algunos, que conservar un corazón presentes diciendo: “haber oído la Palabra limpio, digno de Dios, significa no mezclar- de Dios os sitúa ya en el ámbito en el que lo, no contaminarlo con afectos humanos, quieren moverse estas palabras mías que entonces el resultado lógico sería hacer- ahora os dirijo: palabras de sacerdote, pro- nos insensibles ante el dolor de los demás. nunciadas ante una gran familia de hijos de Seríamos capaces sólo de una caridad Dios en su Santa Iglesia. (…) No lo dudéis, oficial, seca y sin alma, no de la verdade- hijos míos: cualquier modo de evasión de ra caridad de Jesucristo, que es cariño, las honestas realidades diarias es para calor humano” (ECP, 167). El cariño que vosotros, hombres y mujeres del mundo, san Josemaría enseñó a vivir es ese amor cosa opuesta a la voluntad de Dios. Por el que mana del Corazón de Jesucristo; amor contrario, debéis comprender ahora con sobrenatural, y por eso mismo concreto, una nueva claridad que Dios os llama a afectivo y efectivo, que mueve a atender servirle en y desde las tareas civiles, mate-
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Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei