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pdf 24/10/06 13:55:04

Freddy Cante y Luisa Ortiz


Últimos libros publicados en
esta Colección
Umbrales de reconciliación,

–compiladores–
En los juicios, como advierte Ambrose Bierce, la justicia Autores
perspectivas de acción política
obedece a un ejercicio de contraste, este es: hacer aparecer a
los jueces, abogados y jurados como ángeles, y a los acusados
como demonios dignos de los más horrendos suplicios. En los Alexandra Abello

noviolenta
procesos de reconciliación deberíamos transitar por la acera
mundana del mutuo reconocimiento de errores, y comprobar Diana Britto
que las líneas fronterizas entre víctimas y victimarios son
demasiado tenues y que la culpa está socialmente distribuida, Freddy Cante
más aún cuando existen cuantiosos colaboradores y
Ivonne Díaz
beneficiarios del crimen. En conflictos como el colombiano,

Umbrales de reconciliación, perspectivas de acción política noviolenta


con empresas delictivas muy participativas como los mercados Antonio Elizalde
Encrucijadas de la seguridad en Europa y las Américas negros, la llamada cultura del atajo, y grandes elementos de una
Diego Cardona C., Bernard Labatut, guerra civil, deberíamos, todas y todos, reconocer nuestras Roberto Gargarella
Stéphanie Lavaux y Rubén Sánchez –editores–
fallas. Uno de los problemas son, justamente, los umbrales de
reconocimiento social y los obstáculos de la memoria y de la Vegar Jordanger
emoción, que afortunada o infortunadamente nos impiden
Mario López
avanzar rápidamente hacia el perdón incondicional.
Óscar Mejía
C
La acción política noviolenta es un arte y una ciencia, está
M encaminada a preservar el orden social o a transformarlo sin Jean-Marie Muller
recurrir a la destrucción de la vida y de la naturaleza. Pero
Jorge Ordóñez
Y

CM
nada tiene que ver con visiones románticas e inocentes, como
la flor en la punta del fusil o el pacifismo a ultranza. Su esencia
Luisa Ortiz
MY
radica en suprimir las fuentes de poder del adversario, sin
CY llegar a exterminarle. Su enseñanza elemental es que el poder Roger Petersen
CMY
Nuevas fronteras del poder en las organizaciones radica en la voluntad de las personas, en su sentido de
K
Juan Carlos Ruiz Vásquez dignidad, para dejar de desobedecer a actores políticos Javier Rodríguez
corruptos, autoritarios, violentos e injustos.
Paola Rodríguez

Freddy Cante y Luisa Ortiz


–compiladores–
El círculo de Colombia
Rubén Sánchez, Juan Carlos Ruiz, Stéphanie Lavaux, Francesca Ramos,
Manuel José Bonett, Rocío Pachón, Federmán Rodríguez, Andrés Ilustración de carátula
Otálvaro, Ivonne Duarte, Rubén Machuca, Carlos Suárez Fernando Botero (Medellín, 1932)
Masacre de Mejor Esquina
1997

CEPI Óleo sobre tela


35,6 x 45,7 cm
Centro de Estudios Políticos e Internacionales Museo Botero, Bogotá
Facultades de Ciencia Política y Gobierno y Colección Banco de la República de Colombia,
UNIVERSIDAD DEL ROSARIO
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario-1653 de Relaciones Internacionales registro 3388
Umbrales de reconciliación,
perspectivas de acción política
noviolentA

CENTRO DE ESTUDIOS POLÍTICOS E INTERNACIONALES –CEPI–

FACULTADES DE CIENCIA POLÍTICA Y GOBIERNO


Y DE RELACIONES INTERNACIONALES

Freddy Cante
Luisa Ortiz
Compiladores
Umbrales de reconciliación,
perspectivas de acción política
noviolentA

Alexandra Abello
Diana Britto Ruiz
Freddy Cante
Ivonne Díaz Pérez
Antonio Elizalde Hevia
Roberto Gargarella
Vegar Jordanger
Mario López Martínez
Jean-Marie Muller
Óscar Mejía Quintana
Jorge Ordóñez Valverde
Luisa Ortiz
Luisa Ortiz Pérez
Roger Petersen
Javier Rodríguez Alcázar
Paola Rodríguez Montenegro
Facultades de Ciencia Política y Gobierno
y de Relaciones Internacionales

© 2005 Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario


© 2005 Centro Editorial Universidad del Rosario
© 2005 Alexandra Abello, Diana Britto Ruiz, Freddy Cante, Ivonne Díaz Pérez,
Antonio Elizalde Hevia, Roberto Gargarella, Vegar Jordanger, Mario López Martínez,
Jean-Marie Muller, Óscar Mejía Quintana, Jorge Ordóñez Valverde, Luisa Ortiz,
Roger Petersen, Javier Rodríguez Alcázar, Paola Rodríguez Montenegro

ISBN: 958-8225-XX-X

Primera edición: Bogotá D.C., abril de 2005


Coordinación editorial: Centro Editorial Universidad del Rosario
Corrección de estilo:
Diseño de cubierta:
Diagramación: Beconcept Ltda/
Impresión: Servigraphic Ltda.
Editorial Universidad del Rosario
Calle 13 No. 5-83 • Tels: 336 65 82/83-243 23 80
Correo electrónico: editorial@urosario.edu.co

Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida


sin el permiso previo por escrito del
Centro Editorial Universidad del Rosario

Impreso y hecho en Colombia


Printed in Colombia
Contenido

Autores.................................................................................................... 11

Prólogo.
Umbrales de reconciliación................................................................. 13

Perspectivas de acción política noviolenta........................................ 13


Freddy Cante y Luisa Ortiz

I. Reconciliación, transición y otros cambios .


sociales no-violentos

Reflexiones y propuesta de una Gramática de la reconciliación...... 25


Mario López Martínez

Algunas estrategias de acción política noviolenta para lograr .


la justicia y la reconciliación.............................................................. 71
Freddy Cante

Justicia restaurativa, una forma de transformación .


e integración social............................................................................... 102
Diana Britto Ruiz102
Jorge Ordóñez Valverde102
Ivonne Díaz Pérez

Seis tesis y una propuesta acerca del desarrollo humano .


y la noviolencia...................................................................................... 142
Antonio Elizalde Hevia
Noviolencia, la resistencia y la desobediencia civiles

La noviolencia y la resistencia civil como instrumentos .


para la reconciliación........................................................................... 163
Jean-Marie Muller

La objeción de los científicos a la I+D militar como estrategia .


de resistencia comunitaria.................................................................... 178
Javier Rodríguez Alcázar

Desobediencia civil. Actos de habla y subjetividad política............ 197


Luisa Ortiz Pérez

El derecho de resistencia en situaciones de carencia extrema........ 213


Roberto Gargarella

La desobediencia civil como dispositivo simbólico .


de la democracia.................................................................................... 238
Óscar Mejía Quintana
Paola Rodríguez Montenegro

El reto del cambio emocional, sanación y el posconflicto

Justicia, rabia, castigo y reconciliación.............................................. 264


Roger Petersen

“Exploraciones musicales” como un instrumento para .


el diálogo: vulnerabilidad colectiva, transformación .
de emociones negativas y absolución................................................... 279
Vegar Jordanger

Aproximaciones a procesos comprehensivos de reconciliación .


en contextos posconflicto................................................................... 316
Alexandra Abello


Prólogo
Umbrales de reconciliación
Perspectivas de acción política noviolenta

Freddy Cante y Luisa Ortiz

[La Justicia es una]... mercancía más o menos adulterada que


el estado vende a los ciudadanos como recompensa
a su obediencia, sus impuestos y sus servicios personales.
(Ambrose Bierce, Diccionario del Diablo, 2001, p. 110)

Porqué hablar de umbrales


Al momento de hacer entrega de este prólogo al equipo editorial, no pasa
desapercibido el llamamiento del académico Eduardo Pizarro León Gómez
(director de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación), en el
sentido de ampliar el universo de las víctimas del violento conflicto interno
de Colombia, al menos haciendo una contabilidad desde el año 1964. Am-
pliando esa perspectiva, se debería insistir en que ningún colombiano está al
margen del conflicto, con nuestra complicidad, aquiescencia, conformismo o
cruda indiferencia, nos ubicamos en diversos umbrales que nos hacen partí-
cipes directos o indirectos de la violencia. El ampliar el universo de víctimas
nos abre paso para enfrentar las complejidades de la historia: quienes hoy son
victimarios posiblemente ayer fueron víctimas, y enfrentados a un esquema
de victimización horizontal (como la define Iván Orozco Abad en su reciente
libro sobre los límites de nuestra conciencia humanitaria) no podemos señalar
y castigar a unos pocos culpables; es posible que los tribunales escuchen a la
misma persona en calidad de víctima y de victimario. Y en esa ampliación
del universo de víctimas no podemos caer en el esquema simplista de buenos

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a. abello, d. britto, f. cante, a. elizalde, r. gargarella, v. jordanger, m. lópez, ó. mejía, j-m. muller, .
j. ordóñez, l. ortiz, i. pérez, r. petersen, j. rodríguez, p. rodríguez

y malos, de violentados y de perpetradores, pues hay un extenso conjunto


de personas que se han beneficiado del conflicto como colaboradores (aún
asalariados) y como inversionistas, no podemos limitarnos a quienes han
hecho y siguen haciendo el trabajo sucio, debemos también seguir la pista a
los poseedores de fortunas económicas y políticas ilícitas.
Otra lectura del concepto de umbrales se relaciona con la reconciliación,
en tanto un proceso de acción colectiva encaminado a una doble transición:
de la resolución violenta y autoritaria del conflicto, hacia la resolución del
mismo por los medios de la acción política noviolenta y de la democracia.
En los procesos de acción colectiva, las personas no suelen cooperar al mismo
tiempo, más bien la gente coopera cuando existe un umbral suficiente de
personas que previamente hayan cooperado. En los procesos de acción co-
lectiva encaminados a la reconciliación no nos vamos a reconciliar al mismo
tiempo, aunque algunas personas estarán dispuestas a olvidar y a perdonar
todo, otra gente abrirá las puertas a la reconciliación si sus adversarios po-
líticos lo hacen primero. Y habrá personas ubicadas en unos umbrales muy
complicados de reconciliación, con profundas heridas y presos de emociones
destructivas como el odio, la rabia y el resentimiento que, posiblemente, se
reconciliarán luego de un tortuoso y prolongado proceso colectivo. Pasarán
décadas y quizás generaciones para lograr la reconciliación, y esto suponiendo
que no se cometan errores que nos llevarían a sembrar nuevos odios y ven-
ganzas; hay que evitar caer en dos extremos de atajismo igualmente nocivos, a
saber: por un lado el transitar por los atajos del olvido y la impunidad; y, por
otro, el encaminarnos por los atajos de la crueldad y destrucción supremas,
como la supresión del adversario por sustracción de materia con pavorosas
modalidades de castigo como la pena de muerte, la prisión y el destierro.
¿Aprenderemos algún día que la culpa está socialmente distribuida y que los
castigos pueden ser constructivos?

Los umbrales de la reconciliación en Colombia


La reconciliación es un proceso al que las sociedades en conflicto destructivo
deben poder acceder recurriendo a herramientas no coercitivas ni violentas.
Este enunciado adquiere sentido para situaciones sociopolíticas como la
colombiana, en la que la perspectiva de hacer la guerra para obtener la paz

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umbrales de reconciliación, perspectivas de acción política noviolentA

resulta una ecuación cínica y poco funcional actualmente. En este contex-


to, la reconciliación entre los actores y los discursos en conflicto se obtiene
como resultado de la acción política, no de gobiernos, ni de organismos
internacionales sino de individuos y grupos, pertenecientes a la sociedad
civil colombiana en el orden nacional, regional y local. Es un hecho que la
acción política noviolenta (APNV), constituye una opción no solamente
interesante sino estratégica y tácticamente indispensable para lograr que los
grupos que se enfrentan en una guerra material y simbólica desde hace más
de 40 años puedan hacer un alto en el camino y pensar en su Colombia sin
el conflicto destructivo en el panorama.
Esta posibilidad fue esbozada en Acción política noviolenta. Una opción
para Colombia, libro que desde el 2005 propone el uso de la resistencia, la
desobediencia y la movilización por la justicia como herramientas para romper
el círculo vicioso que relaciona a la violencia, la coerción y el abuso de poder
con la obtención de confianza, legitimidad y acuerdos de paz. La paradoja
que este libro resaltó nos incumbe sobremanera. No porque la situación en
Colombia haya mejorado –o empeorado, lo que siempre es posible–, sino
porque los recientes avances de la Ley de Justicia y Paz, por medio de la cual se
busca un marco legal para la desmovilización de grandes grupos de paramili-
tares a lo largo y ancho de país, no producen una reducción significativa de la
violencia y la incertidumbre en la que viven los colombianos y colombianas.
Al contrario, al aumentar la incertidumbre, el recurso a la violencia pareciera
ser el único al que la sociedad civil, los grupos combatientes y los tomadores
de decisiones recurren para “solucionar” los problemas que existen.
Aunque el espíritu de la ley abre horizontes de reconciliación, hay brechas
abismales entre los decretos y su concreción en el mundo en que vivimos. Por
un lado, hay perspectivas alentadoras en la Ley 975 de 2005 (Ley de Justicia y
Paz, adicionando los recientes pronunciamientos de la Corte Constitucional
en mayo que, de manera sintomática, fueron suavizados en julio) y en la Ley
906 de 2004 (Nuevo Código Penal, con la introducción del sistema acusatorio
y una muy tímida y marginal mención de la justicia restaurativa); por otro
lado, hay obstáculos monumentales para la implementación de tales leyes,
esto es, para promover la reconciliación tanto en los conflictos cotidianos
como en el complejo conflicto político de Colombia.

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Esta nueva propuesta editorial sugiere que se siga pensando en la reconci-


liación y en las estrategias de desobediencia y resistencia civil asumiendo que
el conflicto armado representa solamente uno de los obstáculos posibles frente
a la construcción de sociedades democráticas. La desobediencia es civil una
herramienta poderosa que los débiles usan para involucrarse en la generación
de justicia, y la resistencia civil es la acción de rechazo hacia las condiciones
injustas de vida impuestas; ambas son dispositivos de acción que elegimos
resaltar en esta ocasión. Ambas resaltan lo indispensable que resulta ser la
acción organizada y pacífica de la sociedad civil en la generación de pactos y
acuerdos para vivir en comunidad sin recurrir a la violencia.
La sanación y el posconflicto como vías para la construcción de demo-
cracia y tejido social muestran un campo de discursividad que Colombia
experimenta en la actualidad. No tanto porque el conflicto armado esté
mermado, sin porque los procesos en los que la sociedad civil ha actuado,
ofrecen ya islas de paz en las que la legitimidad y la justicia no implican
un mayor sacrificio, ni el abandono de la dignidad de los que requieren
de disculpas, desagravios y reparaciones. Es importante pensar que se debe
transitar de emociones que nos oponen a aquellos que son enemigos para
convertirlos en adversarios, en personas que si bien no comparten nuestras
creencias o nuestros valores, comprenden y participan en y de la sociedad
en la que vivimos y convivimos.
El hilo conductor de este libro, Umbrales de reconciliación. Perspectivas
en acción política noviolenta es el reclamo y la necesidad de reconciliación
que se desarrollan como procesos de comprensión de las diferencias y de
generación de justicia en sociedades en las que el conflicto destructivo no es
una situación eventual, sino constante y permanente. Conflictos violentos
ya sea entre actores en enfrentamientos armados, guerras civiles o conflictos
de baja intensidad, o entre la sociedad civil y aquellos grupos minoritarios
que se ven antagonizados por discursos de raza, género, etnicidad, religión o
convicciones políticas distintas. Y es que partir de supuestos de reconciliación,
paz y justicia sin la comprensión del conflicto como una variable que no se
elimina sino que se asimila y se comprende; una paz que se construye y sana,
y una reconciliación que reconstruye y regenera, convierte los procesos de
generación de sociedades democráticas en intentos espurios de curación de

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umbrales de reconciliación, perspectivas de acción política noviolentA

enfermedades crónicas con esparadrapos y aspirinas. Colombia puede ser


un excelente laboratorio para la generación de estrategias y tácticas realistas
y efectivas de paz, en las que la paz se construya, y no provenga de decretos
o acuerdos sesgados y parciales.
El público al que está dirigido este segundo volumen de reflexiones y es-
trategias en APNV, en primer lugar es el que está involucrado de una forma
u otra en pensar e implementar soluciones para los conflictos armados exis-
tentes en Colombia y fuera de ella. Es de los tomadores de decisiones, de los
negociadores, de los investigadores y formadores de opinión, el poder hacer
que la opinión pública y la sociedad civil se familiaricen y sean favorables a
la comprensión de la paz como un proceso de construcción de sociedad y de
justicia. De la misma manera, este trabajo está dirigido a los educadores, los
maestros, los formadores de la mentalidad infantil y juvenil, ya que en sus
manos también está el difundir las ideas de la APNV, y las estrategias y tácticas
de la resistencia y desobediencia civiles: éstas forman parte de los repertorios
propios del actuar en democracia y en justicia. Acción que debe ser enseñada y
aquilatada en sociedades como la colombiana, en la que la paz debe construirse
en conjunto, con base en una comprensión incluyente del proyecto de nación
que se aspira construir. Finalmente, a nuestros lectores asiduos, académicos,
tomadores de decisiones, hacedores de política, estudiantes, activistas, traba-
jadores humanitarios, y público interesado. Todos ellos encontrarán en este
libro algunas respuestas a las preguntas que muy seguramente surgen todos
los días cuando se elige actuar políticamente en resistencia, en desobediencia,
construyendo la paz sin violencia. Les deseamos la mejor de las suertes.

Reconciliación para avanzar hacia la democracia


Dentro de la expansión de las relaciones mercantiles a todos los confines
de la geografía, de la vida, de la sociedad y aún del alma, la justicia es una
mercancía más. A la compra y venta de votos, de proyectos políticos, de
servicios sexuales y aún de afectos, se suman los negocios y las transacciones
en materia de justicia. Cuando la justicia es privatizada se expende como un
bien posicional, y es hecha a la medida de quienes pueden pagar más por ella.

Los bienes posicionales son aquellos que no se pueden producir masivamente (para grandes
masas de población), en razón de que son excesivamente exclusivos y, además, la competencia por

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j. ordóñez, l. ortiz, i. pérez, r. petersen, j. rodríguez, p. rodríguez

Cuando es el Estado quien monopoliza la administración de la justicia hay al


menos dos dificultades, a saber: una, los problemas de congestión o exclusión
inherentes, respectivamente, a los bienes públicos impuros y a los bienes
club, y dos, que el Estado no ostenta el monopolio ni de la información,
ni de la sabiduría ni de la benevolencia. No obstante, aquí no proponemos
una ingenua demonización del mercado, más bien sostenemos perspectivas
provechosas de la lógica del intercambio que, al menos, nos permitan hacer
menos desigual y sesgado el mercado de la justicia social. Tema que no puede
ser objeto de negociación, para el que no existe precio alguno para transar, y
que llama a horizontes que la desobediencia y resistencia civil como acciones
políticas estratégicas útiles construyan y posibiliten. Un mercado que hasta
ahora es controlado por el Estado, debe ser en cambio controlado por la ciu-
dadanía. Ésta es una de las soluciones posibles que proponemos para resolver
el complejo problema de la justicia en Colombia; siendo la democracia liberal
una meta tan deseable como cuestionable, que muchas veces sólo garantiza un
cuestionable monopolio de la fuerza y de la justicia parcialmente intervenido
por parte de la ciudadanía. Para que la mayor capacidad de gobierno (lealtad
de la ciudadanía con los gobernantes, mayores niveles de tributación, etc.)
no desemboque en autoritarismo, además de la constitución y la división del
poder político, deben existir mecanismos de control ciudadano y expansión
de los derechos civiles y políticos de los últimos, conscientes de que en tal
escenario, si bien la tensión entre gobernantes y gobernados puede persistir
y, posiblemente, la justicia tendrá menores niveles de adulteración, es un
riesgo que se puede correr.
En Colombia aún hay que trabajar mucho para la profundización de la
democracia y esto requiere de la reconciliación como una herramienta de
construcción de justicia; es decir, de un proceso necesario para transitar hacia
relaciones sociales más democráticas, bien sea para reconstruirlas allí donde
no han sido dañadas o construirlas donde no han existido jamás de manera

su uso genera una especie de juego de suma cero, es decir, un bien posicional para un privilegiado
equivale a un mal para quien resulta excluido.

Puesto que los bienes públicos puros, con perfecta inclusión y cero exclusión no existen en
realidad. Ver James Buchanan (1973). “Bienes club”, en W. Breit y H. Hochman, Microeconomía,
Interamericana, México.

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umbrales de reconciliación, perspectivas de acción política noviolentA

equitativa. Esto supone un prolongado y tortuoso desarrollo que pase por


etapas como la ruptura con un pasado violento y con las relaciones sociales
viciadas que lo hicieron posible; el establecimiento de espacios en los que
se desentrañen verdades históricas y jurídicas, con consiguientes procesos
de reconocimiento de consecuencias, responsabilidades y complicidades; la
aplicación de una justicia transicional que dé prioridad a la restauración y mi-
nimice la retaliación y las concesiones. La reconciliación no es un atajo hacia
la paz con olvido, tampoco es un sustituto del cambio social o la liberación
y, menos aún, es una negociación. Si hay verdadera reconciliación entonces
es posible, hacia el futuro, generar y preservar una democracia.
Ahora es importante distinguir entre la teoría y la práctica en materia de
reconciliación. Lejos del “deber ser” de los utópicos y teóricos, la búsqueda de
la reconciliación en nuestra realidad nos exige usar el lenguaje de los tácticos y
los estrategas, esto es, comprender “cómo son” realmente las cosas, y al mejor
estilo de un Ambrose Bierce, exponer y entender los asuntos y las relaciones
humanas en toda su crudeza objetiva. Aún así, hoy nos enfrentamos a una
justicia adulterada que nos ofrece el Estado en un régimen ”democrático”,
aún más viciada como la justicia transicional en procesos de reconciliación,
para transitar desde la violencia hacia la paz, o desde el autoritarismo hacia
la democracia.

El contenido de este libro


En la primera parte, “Reconciliación, transición y otros cambios sociales
noviolentos”, se explora el concepto de la reconciliación. Se hace énfasis en
que, desde la perspectiva de lo negociable, la justicia debe primordialmente
intentar recobrar y reconstruir relaciones sociales rotas y, además, generar
castigos constructivos (abandonar la cruel y torpe lógica de la retaliación, y
buscar caminos de restauración). Y las perspectivas de restauración no debe-
rían estar limitadas al campo de la justicia local comunitaria y de los procesos
de justicia transicional, deberían también expandirse hacia los ámbitos de
la justicia penal ordinaria y del desarrollo humano (puesto que la liberación
económica es un camino hacia la reconciliación). Por medio de la acción

R. Schreiter (1998). Violencia y reconciliación: misión y ministerio en un orden social en cambio,
Editorial Sal Terrae, Santander, España.

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política noviolenta, entendida ésta como el arte y la ciencia de hacer política


sin dañar y sin matar (o al menos minimizando los perjuicios), podemos
emprender los procesos de desobediencia y, además, propender por una jus-
ticia menos retaliativa. No se trata de demonizar y eliminar a los criminales
(políticos y comunes), hay que propender más bien por acabar el crimen y
la complicidad social (capital social perverso) con éste. La desobediencia y
la noviolencia pueden ayudarnos a evitar un retorno al pasado violento. Los
textos que integran esta sección son los siguientes: Mario López, “Reflexiones
y una propuesta de gramáticas de la reconciliación”; Freddy Cante, “Algunas
estrategias de acción política noviolenta para lograr la justicia y la reconci-
liación”; Diana Britto, Jorge Ordóñez e Ivonne Pérez, “Justicia restaurativa.
Una forma de transformación e integración social”, y Antonio Elizalde, de
la Universidad Bolivariana de Chile, “Seis tesis y una propuesta acerca del
desarrollo humano y la noviolencia”.
En la segunda parte, ”Noviolencia, la resistencia y la desobediencia civi-
les”, se examinan los alcances de la resistencia y la desobediencia. Dentro de
toda democracia está en manos de la ciudadanía el arma de la desobediencia
civil y los repertorios de acción política noviolenta, y de resistencia civil, para
incidir en la política pública y así minimizar los grados de adulteración de
la justicia. No obstante, en los casos en los que la democracia es endeble,
cuando ésta se encuentra posibilitando procesos imperfectos de reconcilia-
ción, o cuando hay situaciones de carencia extrema, los ciudadanos tienen
mucha más posibilidad de incidir en la formación de justicia social y el me-
joramiento de procesos de reconciliación si recurren a la resistencia civil. Los
resistentes no solamente son los grupos de víctimas, los depauperizados, los
marginados de la política y quienes sufren la extrema violencia, sino todos
aquellos ciudadanos que se interesen en mejorar las condiciones de justicia
y de oportunidades políticas en las que se genere tejido social con miras a
construir espacios equitativos de vida en paz y democracia. Aquí los textos
que integran esta sección: Jean-Marie Muller, “La noviolencia y la resistencia
civil como instrumentos para la reconciliación”; Javier Rodríguez, “La obje-
ción de los científicos a la inteligencia y defensa militar como estrategia de
resistencia comunitaria”; Luisa Ortiz, “Desobediencia civil. Actos de habla
y subjetividad política”; Roberto Gargarella, “El derecho de resistencia en

20
umbrales de reconciliación, perspectivas de acción política noviolentA

situaciones de carencia extrema”, y Óscar Mejía Q. y Paola Rodríguez M.,


“La desobediencia civil como dispositivo simbólico de la democracia”.
La tercera parte, ”El reto del cambio emocional, sanación y el poscon-
flicto”, invita al lector a que se asome al reto de la reconciliación, a que
constate los umbrales y las posibilidades para reconciliarnos. Las peticiones
y los ejercicios en materia de verdad y castigo pueden despertar emociones
negativas (rabia, resentimiento, odio, venganza) que pueden degenerar en la
perpetuación de guerras y de violencias. Hay un reto enorme, ni más ni menos
que el desafío de la imaginación artística y estratégica para quienes buscan
atenuar tales emociones negativas, propiciar acercamientos entre víctimas
y victimarios, cultivar confianza, además de propender por la sanación y el
perdón. Y en Colombia es aún más incierto el escenario de un posconflicto
generalizado, no sólo por las dudas y la desconfianza frente a la desmovili-
zación de los paramilitares, sino también por la terca y torpe guerra de las
guerrillas izquierdistas y, además, por la existencia de ciertas tendencias auto-
ritarias. En esta sección están los aportes de Roger Petersen, “Justicia, rabia,
castigo y reconciliación”; de Vegar Jordanger, “Exploraciones musicales como
un instrumento para el diálogo: vulnerabilidad colectiva y transformación
de emociones negativas”, y Alexandra Abello, “Aproximaciones a procesos
comprehensivos de reconciliación en contextos posconflicto”.

Agradecimientos
Agradecemos a la Secretaría de Gobierno Distrital que organizó un seminario
internacional para indagar sobre el papel de la resistencia civil y la acción polí-
tica noviolenta en la reconciliación y la promoción de los derechos humanos,
a finales de 2004. Parte de los textos aquí presentados estuvieron basados en
las valiosas intervenciones que nuestros colaboradores hicieron en esta ocasión,
documentos que fueron madurados y enviados semanas o meses después. De
la misma manera, agradecemos a todos los autores por su desinteresado apoyo
para esta obra, y a las personas que desde su paciente y muchas veces ingrata
labor editorial, nos permiten difundir este conjunto de investigaciones. La
edición, publicación y distribución de este nuevo libro hubiese sido imposible
sin la labor de solidaridad y excelencia administrativa y académica que han
mostrado la Universidad del Rosario y su Centro Editorial.

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a. abello, d. britto, f. cante, a. elizalde, r. gargarella, v. jordanger, m. lópez, ó. mejía, j-m. muller, .
j. ordóñez, l. ortiz, i. pérez, r. petersen, j. rodríguez, p. rodríguez

Agradecemos al público receptivo de mujeres y hombres que, ayudados


por esta lectura y otros trabajos de investigación, nos acompañen en la
acción de reconciliarnos. Sin abandonar la reflexión debemos promover la
reconciliación.

A dos manos, entre Bogotá, Boston y Ciudad de México

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Medios, tecnologias y comunicacion.p65 2 19/04/07, 09:18 p.m.
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Freddy Cante y Luisa Ortiz


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En los juicios, como advierte Ambrose Bierce, la justicia Autores
perspectivas de acción política
obedece a un ejercicio de contraste, este es: hacer aparecer a
los jueces, abogados y jurados como ángeles, y a los acusados
como demonios dignos de los más horrendos suplicios. En los Alexandra Abello

noviolenta
procesos de reconciliación deberíamos transitar por la acera
mundana del mutuo reconocimiento de errores, y comprobar Diana Britto
que las líneas fronterizas entre víctimas y victimarios son
demasiado tenues y que la culpa está socialmente distribuida, Freddy Cante
más aún cuando existen cuantiosos colaboradores y
Ivonne Díaz
beneficiarios del crimen. En conflictos como el colombiano,

Umbrales de reconciliación, perspectivas de acción política noviolenta


con empresas delictivas muy participativas como los mercados Antonio Elizalde
Encrucijadas de la seguridad en Europa y las Américas negros, la llamada cultura del atajo, y grandes elementos de una
Diego Cardona C., Bernard Labatut, guerra civil, deberíamos, todas y todos, reconocer nuestras Roberto Gargarella
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fallas. Uno de los problemas son, justamente, los umbrales de
reconocimiento social y los obstáculos de la memoria y de la Vegar Jordanger
emoción, que afortunada o infortunadamente nos impiden
Mario López
avanzar rápidamente hacia el perdón incondicional.
Óscar Mejía
C
La acción política noviolenta es un arte y una ciencia, está
M encaminada a preservar el orden social o a transformarlo sin Jean-Marie Muller
recurrir a la destrucción de la vida y de la naturaleza. Pero
Jorge Ordóñez
Y

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nada tiene que ver con visiones románticas e inocentes, como
la flor en la punta del fusil o el pacifismo a ultranza. Su esencia
Luisa Ortiz
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radica en suprimir las fuentes de poder del adversario, sin
CY llegar a exterminarle. Su enseñanza elemental es que el poder Roger Petersen
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Nuevas fronteras del poder en las organizaciones radica en la voluntad de las personas, en su sentido de
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Juan Carlos Ruiz Vásquez dignidad, para dejar de desobedecer a actores políticos Javier Rodríguez
corruptos, autoritarios, violentos e injustos.
Paola Rodríguez

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Manuel José Bonett, Rocío Pachón, Federmán Rodríguez, Andrés Ilustración de carátula
Otálvaro, Ivonne Duarte, Rubén Machuca, Carlos Suárez Fernando Botero (Medellín, 1932)
Masacre de Mejor Esquina
1997

CEPI Óleo sobre tela


35,6 x 45,7 cm
Centro de Estudios Políticos e Internacionales Museo Botero, Bogotá
Facultades de Ciencia Política y Gobierno y Colección Banco de la República de Colombia,
UNIVERSIDAD DEL ROSARIO
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario-1653 de Relaciones Internacionales registro 3388

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