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NEOPLASIAS

En Estados Unidos, el cáncer constituye la segunda causa de muerte, y sólo es superado por las enfermedades
cardiovasculares. Además de la tasa de mortalidad, un efecto aún más angustioso de las neoplasias es el
sufrimiento físico y emocional que producen.
Los pacientes y la población preguntan a menudo: «¿Cuándo existirá una cura para el cáncer?», La respuesta a
esta sencilla pregunta es difícil, puesto que el cáncer no es una enfermedad única, sino más bien un conjunto de
trastornos que comparten una acusada desregulación del crecimiento.
Algunos cánceres son curables (Iinfomas de Hodgkin), en otros la mortalidad es muy elevada (cáncer
pancreático). La única esperanza que tenemos para poder controlar el cáncer consiste en conocer mejor su
patogénesis; además, se han realizado grandes avances en el conocimiento de la base molecular del cáncer.
No todos los cánceres siguen una evolución tan mortífera. Algunos son menos agresivos y se tratan
satisfactoriamente, pero el nombre maligno es una señal de alerta.
Neoplasia significa, literalmente, «crecimiento nuevo». Una neoplasia, es «una masa anormal de tejido cuyo
crecimiento es excesivo e incoordinado respecto al de los tejidos normales y continúa aún después de
interrumpir el estímulo que indujo el cambio». Para el origen de todas las neoplasias son básicos los cambios
hereditarios (genéticos) que permiten la proliferación excesiva y no regulada, que depende de estímulos
reguladores del crecimiento fisiológico.
Se dice que las células neoplásicas se transforman porque siguen replicándose, aparentemente ajenas a las
influencias reguladoras que controlan el crecimiento celular normal. Por lo tanto, las neoplasias disfrutan de
cierto grado de autonomía y un aumento más o menos constante del tamaño independientemente del entorno y
del estado nutricional local del huésped.
Algunas neoplasias necesitan un apoyo endocrino y estas dependencias a veces pueden estar en contra de la
neoplasia. La nutrición y el aporre sanguíneo de todas las neoplasias dependen del huésped.
En el lenguaje médico habitual, una neoplasia con frecuencia se denomina tumor y el estudio de los tumores se
denomina oncología (de oncos, «tumor» y logos «estudio de»).
En oncología, la división de las neoplasias en benignas y malignas es importante. Esta clasificación se basa en
el criterio de la potencial conducta clínica de una neoplasia.
Se dice que un tumor es benigno cuando se considera que sus características microscópicas y macroscópicas son
relativamente inocentes, que se mantendrá localizado, no puede diseminarse a otros lugares y puede extirparse
con cirugía local; el paciente generalmente sobrevive.
Sin embargo, debe observarse que los tumores benignos pueden producir masas no tan bien localizadas y, a
veces, pueden causar una enfermedad grave.
Los tumores malignos se conocen en conjunto como cánceres, la palabra derivada del latín cáncer (cangrejo),
es decir, se adhieren a cualquier parte donde crecen de forma pertinaz, de forma parecida al comportamiento de
un cangrejo.
Maligno, aplicado a una neoplasia, es una lesión que puede invadir y destruir estructuras adyacentes y
extenderse a zonas alejadas. (metastatizar) para causar la muerte. No todos los cánceres siguen una evolución
tan mortífera. Algunos son menos agresivos y se tratan satisfactoriamente, pero el nombre maligno es una señal
de alerta.
Todos los tumores, benignos y malignos, tienen dos componentes básicos:
 El parénquima, formado por células transformadas o neoplásicas. El parénquima de la neoplasia
determina, en gran medida, su comportamiento biológico y es este componente del que deriva el nombre
del tumor.
 El estroma de soporte, derivado del huésped y no neoplásico, formado por tejido conectivo, vasos
sanguíneos y células inflamatorias derivadas del huésped. El estroma es fundamental para el crecimiento
de la neoplasia, dado que proporciona el aporte sanguíneo y la base para el crecimiento de las células
parenquimatosas.
Tumores benignos. En general, los tumores benignos se denominan añadiendo el sufijo -oma al tipo celular del
que se origina el tumor. Un tumor benigno que se origina en el tejido fibroso es un fibroma; un tumor
cartilaginoso benigno es un condroma. La nomenclatura de los tumores epiteliales benignos es más compleja. A
veces se clasifican según el patrón microscópico y, a veces, según el patrón macroscópico. Otros se clasifican
según las células de origen.
Por ejemplo, el término adenoma se aplica a neoplasias epiteliales benignas que producen patrones glandulares
y a neoplasias derivadas de glándulas, pero que no necesariamente muestran dichos patrones.
Una neoplasia epitelial benigna que se origina en las células tubulares renales y crece en patrones glandulares se
denominaría adenoma, igual que una masa de células epiteliales benignas que produce patrones no glandulares,
pero que se origina en la corteza suprarrenal.
 Los papilomas son neoplasias epiteliales benignas que crecen en cualquier superficie y producen
frondas microscópicas o macroscópicas digitiformes.
 Un pólipo es una masa que se proyecta sobre la superficie mucosa, como en el intestino, para form.ar
una estructura macroscópicamente visible. Aunque este término suele utilizarse para tumores benignos,
algunos tumores malignos también pueden parecer pólipos.
 Los cistadenomas son masas quísticas huecas que normalmente se encuentran en el ovario.
Tumores malignos. La nomenclatura de los rumores malignos sigue, básicamente, la de los rumores benignos,
con ciertas adiciones y excepciones.
Las neoplasias malignas que se originan en el tejido mesenquimatoso o sus derivados se denominan sarcomas.
Un cáncer que se origina en el tejido fibroso es un fibrosarcoma, y una neoplasia maligna formada por
condrocitos es un condrosarcoma.
 Los sarcomas se denominan según su histogenia (es decir, el tipo celular del que están formados). Las
neoplasias malignas de origen epitelial se denominan carcinomas.
Debe recordarse que los epitelios del cuerpo derivan de las tres capas de células germinales; una neoplasia
maligna del epitelio tubular renal (mesodermo) es un carcinoma, igual que los cánceres de piel (ectodermo) y el
epitelio de revestimiento del intestino (endodermo). Es evidente que el Mesodermo puede dar lugar a
carcinomas (epiteliales) y sarcomas (mesenquimatosos).
 Los carcinomas aún pueden subdividirse más. Los que crecen en un patrón glandular se denominan
adenocarcinomas y los producen células escamosas, carcinomas de células escamosas.
A veces puede identificarse el tejido u órgano de origen, como sucede al denominar el adenocarcinoma de
células renales o el colangiocarcinoma, que tiene origen en las vías biliares. A veces, el tumor muestra poca o
ninguna diferenciación y debe denominarse carcinoma diferenciado o indiferenciado.
Las células parenquimatosas de una neoplasia, sea benigna o maligna, se parecen entre sí, dado que todas
derivan de una única célula progenitora. Las neoplasias son de origen monoclonal.
En algunos casos, las células tumorales pueden sufrir una diferenciación divergente, creando los denominados
tumores mixtos. El mejor ejemplo es un tumor mixto de la glándula salival. Estos tumores tienen claros
componentes epiteliales disperso dos por un estroma fibromixoide, alojando a veces islas de cartílago o hueso.
Se piensa que los diversos elementos derivan de células epiteliales y/o células mioepiteliales en las glándulas
salivales y la mejor denominación para estas neoplasias es adenoma pleomórfico.
El fibroadenoma de mama femenina es otro tumor mixto común. Este tumor benigno contiene una mezcla de
elementos ductales proliferados (adenoma) incrustados en tejido fibroso laxo (fibroma). Aunque los estudios
sugieren que sólo el componente fibroso es neoplásico, el término fibroadenoma sigue siendo frecuente.
Los tumores mixtos multifacéticos no deben confundirse con un teratoma, que contiene células maduras o
inmaduras tejidos representativos de más de una capa de células germinales y, a veces, de las tres.
 Los teratomas se originan de células madre totipotenciales, como las que se encuentran normalmente
en el ovario y los testículos y, a veces, de forma anormal en restos embrionarios de la línea media
secuestrados.
Estas células tienen la capacidad de diferenciarse en alguno de los tipos celulares hallados en el cuerpo
adulto y, por lo tanto y de forma no sorprendente, pueden dar lugar a neoplasias que recuerdan, de forma
caótica, trozos de hueso, epitelio, músculo lo, grasa, nervio y otros tejidos.
Pueden observarse algunas discrepancias, Por ejemplo, los términos linfoma, mesotelioma, mieloma y seminola
se utilizan para neoplasias malignas. Estos nombres inadecuados están plenamente consolidados en la
terminología médica.
Existen otros casos de terminología confusa. Un hematoma es una malformación que se manifiesta como una
masa desorganizada de tejidos. Ej.: Puede verse como una masa de células hepáticas maduras pero
desorganizadas, vasos sanguíneos y, quizá, vías biliares en el hígado, O puede ser un nódulo hamartomatoso en
el pulmón que contiene islas de cartílago, bronquios y vasos sanguíneos autóctonos del lugar concreto.
Características básicas con las que puede distinguirse entre tumores benignos, y son:
Diferenciación y anaplasia
Velocidad de crecimiento
Invasión local
Metástasis
Diferenciación y anaplasia se refieren sólo a las células Parenquimatosas que forman los elementos transformados de las
neoplasias. La diferenciación de células parenquimatosas hace referencia al grado en el que se asemejan a sus antepasados
normales, morfológica y funcionalmente.
El estroma proporciona el aporte sanguíneo es fundamental para el crecimiento de los tumores, pero no ayuda a separar
entre benignos y malignos.
El estroma determina la consistencia de una neoplasia. Algunos cánceres tienen un estroma fibrosa densa y abundante
(desmoplasia), haciendo que sean duros, los denominados tumores escirros.
Las neoplasias benignas están formadas por células bien diferenciadas que se asemejan a sus células homólogas normales.

 Un lipoma está formado por células maduras adiposas cargadas de vacuo las lipídicas citoplásmicas, y un
condroma está formado por células cartilaginosas maduras que sintetizan la matriz cartilaginosa habitual, prueba
de una diferenciación morfológica y funcional.
 En tumores benignos bien diferenciados, las mitosis son escasas y de configuración normal.
El estroma determina la consistencia de una neoplasia. Algunos cánceres tienen un estroma fibrosa densa y abundante
(desmoplasia), haciendo que sean duros, los denominados tumores escirros.
En tumores benignos bien diferenciados, las mitosis son escasas y de configuración normal.
Las neoplasias malignas se caracterizan por un amplio rango de diferenciación de células parenquimatosas, desde
sorprendentemente bien diferenciadas hasta totalmente indiferenciadas. Por ejemplo, los adenocarcinomas bien
diferenciados de tiroides pueden tener folículos de aspecto normal; a veces, es difícil diferenciarlos de proliferaciones
benignas
Cuanto más diferenciada esté la célula, de forma más completa mantendrá las capacidades funciona les que se encuentran
en sus homólogas normales.
Las neoplasias benignas incluso los cánceres bien diferenciados de las glándulas endocrinas con frecuencia elaboran las
hormonas características de su origen. Los carcinomas espinocelulares (escamosos) bien diferenciados forman queratina.
Igual que los carcinomas hepatocelulares bien diferenciados forman bilis. En otros casos aparecen funciones no previstas.
Algunos cánceres pueden elaborar proteínas fetales no producidas por células comparables en el adulto.
Anaplasia significa «formarse hacia atrás». Implica una desdiferenciación ión o
ausencia de la normal diferenciación estructural y funcional de las células sanas.
Cuanto más rápidamente crezca más anaplásico sea un tumor menor es la probabilidad de que tenga una actividad
funcional especializada.
La displasia se encuentra principalmente en los epitelios. Es una pérdida de la uniformidad de las células individuales y de
su orientación arquitectural. Los cambios de leves a moderados que no afectan a todo el espesor del epitelio pueden ser
reversibles y con la eliminación de las supuestas causas, el epitelio puede normalizarse.
El término metástasis connota el desarrollo de implantes secundarios discontinuos con el tumor primario, en tejidos
alejados.

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