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Águilas y estrellas  

¡No arraigarán en suelo de mexica


tus pinos ni tus palmas…!
Marcelino Dávalos
¡No dejarán mis águilas al buitre,
hollar el pedestal de mis montañas...!
Ni tu sangre unirás, de mercaderes,
Del seno de las nieblas
A mi sangre de Dioses, que es sagrada.
a donde descendió mi estirpe de águilas,
Raza de ojos azules, pelambre rubia y epidermis blanca!
vengo henchido de glorias y recuerdos,
 
de grandezas derruidas...
¡A ti Malinche!, que en la eterna sombra de Mictlán te
¡Soy mi raza!
retuerces,
¿Dónde fueron las tribus vencedoras un día del
A ti vayan, para siempre jamás, los que a mi suelo,
Anáhuac?
al extranjero llaman...
Ilhuicamina, el flechador del cielo,
Que tus hijos renieguen de su origen,
Y Netzahualcóyotl, ¿dónde se hayan?
¡Su madre misma, airada, con mano propia se desgarre
La Heroica Tribu Azteca
el vientre
Cayó Rendida en La Contienda Aciaga
que el monstruo engendra!
y sobre su cadáver van errantes,
Yo..., El alma de mi raza,
sin redención, ni porvenir,
Yo..., el fuego que en sus piras encendían,
los parias...
ánfora del rocío de sus lágrimas,
 
voluntad sacrosanta de mis dioses,
Fatal como el destino
Yo..., el doliente recuerdo de su fama,
vengo desde la niebla desolada
Evocaré con mi plañir de sombras
a redimir mi estirpe...
pobladoras del bosque y las montañas...
¡Ya no alienta!,
 
¡No resta ni el recuerdo de la Patria!
Raza sin abolengo
- No, ¡no es esta mi estirpe!,
Surgida del cadáver de mi raza.
¡No es de esta raza el que al sentir
¿Quieres que de tus ruinas y leyendas, Tenochtitlán
sus pupilas abrasarse, reía a sus verdugos…
renazca?
¡Malinallí!..., ¿Qué hiciste de mi Raza?
¡Al indio resucita!
Han caído mis templos
Al indio que sí evoca de la Patria el recuerdo sagrado,
Y mis dioses cayeron de sus aras;
Sólo sabe de bosques que le talan o girones de tierra
El ahuehuetl, torciéndose de angustia,
que le roban
eleva al cielo las vetustas ramas,
¡Resucita esa raza!
implorando de todos los caídos,
Y del cadáver Azteca, surja la redención del paria
sin redención, sin glorias y sin lágrimas,
¡Devuélvele el terruño!
la reivindicación de sus agravios
Y en el terruño fundará la Patria
y el tributo fatal de la venganza...
Caballeros del Sol, ¡tended el arco!
 
Caballeros Leones, ¡aprestad el arma!
Una gota de sangre,
¡Tended el arco caballeros tigres!,
El Dios maligno al verter sobre el Anáhuac,
que en el Teocali está encendida el ara
Engendró la traición...
y vibra el huehuetl y el teponaxtle!!!
Al extranjero se unieron tlaxcaltecas y los chalcas,
¡Requerid vuestras hondas, vuestras clavas,
y la Malinche, hasta mi aduar les trajo...
Y unidos ofrendad al extranjero...
¡Todas mis iras sobre ellos caigan...!
Nueva Otumba y en ella, noche trágica!
¡Oh, raza de cabello xochipalli y pupila azulada!
 
Para arrojarte de mis patrios lares,
Sólo unidos al indio,
se alzará de la huesa funeraria
y los hijos de Cuauhtémoc y Cacama,
la estirpe muerta,
irán al templo de los dioses de oro,
la de testa brava,
para arrancar con su arma de obsidiana,
y al sonar el huehuetl y el teponaxtle
el corazón, al de azulados ojos,
agitará sus armas de obsidiana,
Pelambre rubia y epidermis blanca...!
para arrancarte el corazón del pecho...
¡Huitzolopochtli!
Raza de ojos azules, pelambre rubia y epidermis blanca!
¡Resucita el cadáver de mi raza
de águilas hoscas y a la par bravías…!
¡Salva a mis dioses! Y redime al paria.

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