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Resumen
Hacia mediados del siglo XIX colombiano, los liberales ascendieron al poder
del Estado, desde donde lideraron una serie de reformas con la finalidad de
modernizar al país, lo que implicaba quebrantar los viejos poderes de las
elites aristocráticas y de la Iglesia católica, y la promoción de los valores
laicos, democráticos y del naciente capitalismo como fundamentos del orden
social. En medio de la radicalización y militarización del conflicto, la Iglesia se
identificó con el partido conservador, ambos sacralizaron la guerra al anunciarla
como una cruzada de redención nacional y actualizaron la fe combativa y
militante de la tradición católica universal. El conservatismo asimiló su
♣
Artículo recibido el 15 de agosto de 2008 y aprobado el 17 de octubre de 2008. Artículo de investigación
científica.
Este texto recrea el tema, ya tratado en mi artículo: “Ganarse el cielo defendiendo la religión. Motivaciones
en la Guerra Civil de 1851”, GRUPO DE INVESTIGACIÓN RELIGIÓN, CULTURA Y SOCIEDAD, Ganarse el cielo
defendiendo la religión. Guerras civiles en Colombia, 1940-1902, Bogotá, Universidad Nacional de
Colombia, Unibiblos, 2005. Agradezco a María Elena Saldarriaga, docente de la Universidad Nacional de
Colombia, Sede Medellín, su bondadosa disposición para compartir e intercambiar documentación sobre
el tema. De igual manera agradezco el apoyo del estudiante de la Carrera de Historia Jaiber Orozco
Sánchez en la sistematización y organización de información documental. El texto fue presentado en el
“XII Congreso Latinoamericano sobre religión y etnicidad: Cambios culturales, conflicto y transformaciones
religiosas”, Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones-ALER, Universidad del Rosario,
Bogotá, 7 al 11 de julio de 2008; y en el “XIV Congreso Colombiano de Historia”, Universidad Pedagógica
y Tecnológica de Colombia y Asociación Colombiana de Historiadores, Tunja, 12 al 16 de agosto de 2008.
♦
Historiador y Magíster en Historia de la Universidad Nacional de Colombia. Sede Medellín. Profesor
Asociado de la Universidad EAFIT, Medellín. Dirección de contacto: jjurado@eafit.edu.co
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44 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
Abstract
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declaraba superior a toda otra . De esta conflicto, sin embargo, las posturas de
forma la Iglesia católica se mostraba in- los liberales no fueron uniformes, pues
capaz de vivir en un ambiente de secula- los más moderados, que de todas for-
rización y pluralismo como el que anun- mas se declaraban católicos, simplemen-
ciaba el siglo XIX y, por el contrario, ajus- te pretendieron reformar el Estado y
tó su institucionalidad a las directrices construir su natural imperio legal, lo cual
de Roma (la llamada “romanización”) no constituía una amenaza para la reli-
como salvaguarda a las intervenciones gión como pensaban muchos conserva-
estatales, lo que supuso su aguzado ca- dores y sectores del clero. Mientras que
rácter ultramontano. Agrega González, los más radicales, la juventud liberal gra-
que a pesar de que los nuevos gober- nadina, la llamada “generación del 48”,
nantes heredaron el espíritu regalista es- iban más allá de estos objetivos, pues
pañol, pretendieron al mismo tiempo, una “eran partidarios de que se lanzase un
mayor apertura a las ideas de la Ilustra- ataque total contra la riqueza de la Igle-
ción y del mundo moderno, por lo cual sia, sus privilegios e instituciones, por-
no estaban dispuestos a tolerar el pre- que creían que sin la destrucción del
tendido monopolio y protección que es- poder eclesiástico y la muerte del dog-
peraba la Iglesia del Estado, sino pro- ma que lo acompañaba no podría ha-
7
mover, principalmente los liberales, la cerse ningún cambio real” . Esta ala
tolerancia religiosa y la libertad de con- radical del partido no fue indiferente a
6
ciencia . Este era el punto nodal del la influencia clerical en las elecciones y
en la opinión pública y, por el contrario,
del estado, como un foco de soberanía que
exageró de manera extravagante al cons-
correspondía a la nación y a nadie más.” LYNCH, truir toda una mitología de conspiración
John, “La Iglesia católica, 1830-1930”, BETHELL, acerca de las pretensiones de domina-
Leslie (Ed.), Historia de América Latina: América
ción mundial de la Curia Romana y de
Latina, cultura y sociedad, 1830-1930, v. 8,
Barcelona, Editorial Crítica-Cambridge University los jesuitas mediante la educación, y se
Press, 1991, p. 67. inmiscuyó de manera puntillosa e irritan-
5
El argumento de fondo esgrimido fue que Jesús te en asuntos internos de la disciplina y
8
delegó en los prelados de la Iglesia autoridad para la doctrina de la Iglesia .
extender su dominio y cumplir con su misión, a lo
que debía subordinarse todo poder temporal: “(…)
porque le dio toda potestad en el cielo i en la tierra,
i así como lo envió el Padre a él, con toda esta
potestad, así también envió a sus apóstoles. Su Estado en Colombia, 2 tomos. Bogotá, Fondo de
Iglesia, sociedad visible en el tiempo para formar Promoción de la Cultura Banco Popular, 1987, t.
los escojidos, tiene el derecho esencial de toda I, p. 17.
7
sociedad verdadera i perfecta, o completa, de hacer LYNCH, “La Iglesia católica”, p. 68.
leyes i reglamentos para su propio gobierno, a fin 8
BREW, Roger, Aspectos políticos en Antioquia.
de mantener en la subordinación a todos los que
1850-1865, Traducción de Moisés Melo, Medellín,
dependen de su autoridad (…)”. El Catolicismo,
Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales -
(11), semestre I, Bogotá, 1 de abril de 1850, p. 99.
6 FAES-, 1984, pp. 72-73. Hay que reconocer que
GONZÁLEZ, “Iglesia y Estado”, p. 140. GONZÁLEZ, las autoridades civiles llegaron a extremos
“Prólogo”, RESTREPO, Juan Pablo, La Iglesia y el exagerados sin precedentes en la época colonial en
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los hechos más punibles e impíos con- res de la población mediante la identifi-
tra la fe católica. La interpretación de cación de sus intereses con los del Es-
los sectores eclesiásticos y conserva- tado, a partir de su participación políti-
dores de sus conflictos con el liberalis- ca. Ello suponía una profunda
mo de la Nueva Granada se hizo a la resignificación política acerca del papel
luz de la Revolución de 1848 en Fran- de la Iglesia y la religión católica en la
cia, leída con categorías míticas, de sociedad, pues los valores de la ciuda-
manera que conservadores como danía y las libertades del individuo se-
Mariano Ospina Rodríguez se referían rían decisivos para definir los vínculos
a los liberales y a sus reformas como a de la “comunidad imaginada” como na-
pretendidas formas de “corromper al ción, lo que suponía la pérdida de
pueblo inculcándole el ateismo, el ma- centralidad de la fe católica como crite-
terialismo i las máximas más absurdas i rio político para el orden interno. El con-
10
atroces en política” . flicto político con los valores liberales
comprometía los cimientos más profun-
Bajo el gobierno de López, los libe- dos de la trama social, pues era claro
rales pretendieron fortalecer al Estado que la Iglesia misma se mostraba como
como una entidad social amplia e la institución fundadora de la sociedad.
integradora, y movilizar amplios secto- Al promover la concepción confesional
donde lo religioso era un evidente “cri-
10 terio político” para definir el orden so-
Biblioteca Nacional de Colombia (B.N.C.). La
ortografía de los textos no se ha modernizado.
cial, en el que la Compañía de Jesús te-
Fondo Pineda, Folleto anónimo, El ciudadano nía un importante papel en la educación
Mariano Ospina Rodríguez o relación de sus y en la cultura, liberales como Juan de
hechos y compendio de sus principios, Bogotá,
Dios Restrepo (cuyo seudónimo era
Imprenta de Torres Amaya, 1856, p. 30. “Este
mito es un buen ejemplo de reinterpretación Emiro Kastos) criticaron con sarcasmo
complotista de la Historia, pues presenta las ideas e ironía a Mariano Ospina Rodríguez,
de la Ilustración como fruto de una conspiración por “querer hacer de la República un
universal de las fuerzas del mal, que se propone
explícita y voluntariamente la destrucción de la convento y con el sudor de los pueblos
civilización europea que se considera como reflejo un gran refectorio para él y para los
11
del orden jerárquico querido por Dios. La conjura suyos” .
contra la alianza entre el Altar y el Trono se lleva
a cabo mediante una revolución de carácter
universal, cuya primera manifestación fue la
11
Revolución Francesa de 1789 y cuyos instrumentos KASTOS, Emiro, “Notabilidades contemporáneas.
satánicos son los movimientos liberales y las Rodín”, Artículos escogidos, Bogotá, Biblioteca
democracias parlamentarias”. La apelación del Banco Popular, 1972, pp. 35-41. Recuérdese que
liberalismo al pueblo y su relación con los líderes después de la expulsión de los jesuitas en 1767,
del partido fue problematizada por los Ospina los trajo de nuevo al país en 1844. En un
conservadores como “jacobinismo”. GONZÁLEZ, contexto de profunda desconfianza y
Fernán, “El mito antijacobino como clave de lectura enfrentamiento partidista, el poder jesuita fue
de la Revolución Francesa”, Para leer la política. considerado como un poder extranjero y su
Ensayos de historia política colombiana, 2 tomos, expulsión como la restitución de los fueros
Bogotá, CINEP, 1997, tomo 2, pp. 166 ss. nacionales y de la perdida dignidad del pueblo y las
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De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
Entre las políticas que atacaban las Estas reformas fueron leídas por los
prerrogativas de la Iglesia se pueden conservadores y el clero como políticas
contar la supresión de diezmos, la re- estatales para “destruir la religión cris-
dención de censos, la abolición del fue- tiana” y “propagar el comunismo y la
ro eclesiástico, el matrimonio civil, la li- desmoralización de las costumbres”.
bertad de imprenta y de cátedra, la li- Los conservadores y gran parte del clero
bertad de cultos, el nombramiento de trataron de revertir las políticas libera-
párrocos por parte de los cabildos y la les pregonando la ilegitimidad del gobier-
expulsión de los jesuitas. Las reformas no, la superioridad espiritual de la Igle-
se compadecen con las directrices polí- sia sobre el Estado y la sociedad, y la
ticas del que se ha considerado el pri- centralidad de la religión como funda-
mer programa ideológico del partido li- mento del orden social. Para el líder re-
beral, publicado por Ezequiel Rojas belde Manuel Ibáñez, las medidas libe-
como “Las razones de mi voto” en rales eran un frontal atentado, no con-
12
1848 . Allí se declaraba la inconve- tra la institución, sino contra la religión
niencia de adoptar la religión como me- misma, pues al despojarla de sus emo-
dio para gobernar y la permanencia de lumentos y al poner a los sacerdotes a
la Compañía de Jesús en el país como discreción de las autoridades civiles, se
un problema de soberanía nacional, pues pretendía hacer imposible el culto cató-
se trataba de un instrumento político que lico y propagar las “doctrinas disolventes
ponía en riesgo la independencia de los de la época”, con lo que se habían
ámbitos político y religioso. En conse- “puesto las leyes en pugna con la fe de
cuencia, el gobierno no debía hacer cau- los granadinos”. De otro lado, se deja-
sa común con la religión, pues allí sólo ba al “pueblo”, es decir, a los sectores
había una disculpa para actuar populares, sin los debidos “resortes mo-
13
“discrecionalmente” . rales y religiosos”, infundiéndoles “ideas
erróneas i contrarias a toda disciplina”,
instituciones democráticas. Los religiosos eran, por
con lo cual se renunciaba al poder mo-
principio, el mayor riesgo para la constitución del derador de la religión y se sustituía por
proyecto de nación moderna liberal. el “poder indómito y voluntarioso de las
12
El texto fue publicado por Ezequiel Rojas como bandas populares que se titulan pueblo
un listado de argumentos con los cuales justificó su soberano” y que estaban atacando a los
voto por José Hilario López. Originalmente 14
apareció en el diario liberal El Aviso, el 16 de julio conservadores en el Cauca . Así, los
de 1848. Posteriormente lo reprodujo El Censor
de Medellín, como “La razón de mi voto” el 8 de
agosto, (25), trimestre 3, pp. 101-103.
13 (…) Permitir la continuación del instituto en la
“(…) nunca el absolutismo es más poderoso que República es estender su semilla por las provincias,
cuando el Gobierno temporal adopte la religión es abdicar la soberanía nacional en la Compañía de
como instrumento. Esta es la razón por qué el Jesús (…) un verdadero delito de traición (…)”. El
partido liberal ve en inminente peligro las libertades Censor, (25), pp. 102.
públicas, las prerrogativas de la soberanía i las 14
B.N.C., Fondo Pineda, IBÁÑEZ, Manuel, Nuevas
garantías con la permanencia en el país del instituto
observaciones sobre la Administración del General
conocido bajo el nombre de ‘Compañía de Jesús’
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defensa de la religión como bandera de a los curas párrocos, para pedir su apo-
lucha, y su acompañamiento con ritos, yo a la revolución a partir del uso políti-
emblemas, símbolos y prácticas religio- co de argumentos morales y políticos.
sas, tuvo como efecto la “sacralización” En ella se hizo explícito el carácter de
de la guerra, y que su significado tras- “guerra justa” y “santa” que empren-
cendiera lo militar para convertirse en dieron hacendados, gamonales y el cle-
todo un fenómeno religioso y cultural. ro local en otras provincias del territorio
19
Adicionalmente, fue explícita la apropia- nacional . El sentido perentorio de su
ción que hizo el partido conservador del actuación se derivaba de dos motivos.
discurso religioso como forma de legiti- Primero, lo obligante de las circunstan-
mar su acción política, y como toda ac- cias bajo las cuales decían actuar, la “ti-
ción política, se definió por su capaci- ranía del gobierno”, con lo que se acu-
dad para crear vínculos, es decir, expe- día a las viejas teorías medievales del
riencias y representaciones comunes a gobierno justo y del legítimo derecho de
un sujeto colectivo, un “nosotros” resistencia, es decir, el “derecho de opo-
20
autodeterminado como nación a partir ner la fuerza a la fuerza” . Como lo ha
de la reivindicación de las tradiciones sugerido el historiador François-Xavier
hispanas fundadas en la familia y la re-
ligión, es decir, de una historia y una
18 19
cultura compartidas . Ello contribuyó Si se tiene en cuenta la división político
a reforzar la adscripción del partido con administrativa de la época, la Guerra de 1851 tuvo
lugar a partir de diversos movimientos rebeldes en
la Iglesia y la definición unívoca de la la siguientes regiones y provincias: en el
nación a partir de la hegemonía de los suroccidente (Cauca, Buenaventura, Barbacoas,
valores católicos mediante el proyecto Popayán, Pasto y Túquerres), en la antigua
provincia de Antioquia (Antioquia, Medellín y
de nación del conservatismo. Córdoba), y en algunas del centro oriente (Bogotá,
Cundinamarca, Tunja, Zipaquirá, Tundamá,
En Antioquia, la proclamación de la Tequendama, Mariquita, Pamplona, Casanare y
rebelión estuvo acompañada de la in- Neiva). Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría
mediata invitación que hizo el Villegas, Universidad EAFIT, Sala Patrimonio
Documental, CUERVO, Antonio Basilio, Resumen
ultraconservador Rafael María Giraldo de la geografía histórica, política, estadística i
descriptiva de la Nueva Granada para el uso de
las escuelas primarias superiores, Bogotá, 1852.
20
Los puntales de esta tradición se retrotraen a
considerada “justa”, pues a la violencia siempre la Hugo de Fleury (siglo XII) quien prescribió que era
han acompañado las mejores intenciones necesario tolerar al tirano y orar por él, pero
educativas y mesiánicas. obedecer sus mandatos así fueran contrarios a la
18
Para Lechner todo sirve para configurar una ley de Dios. En igual sentido conceptuó Baldus
representación de la nación, pero (siglo XIV). Sin embargo, fue Tomas de Aquino el
fundamentalmente sus materiales básicos son la que validó el derecho a la insubordinación frente a
historia y la cultura compartidas. LECHNER, Norbert, todo gobierno que sobrepasara los límites de su
“¿Cómo reconstruimos un nosotros?”, autoridad y prohijó la resistencia activa contra todo
Metapolítica, (29), México, Centro de Estudios de gobierno injusto, con lo que abolirlo no era motivo
Política Comparada-CEPCOM, mayo-junio de de sedición. Durante el siglo XV se desarrolló aún
2003, p. 53. más el derecho a la resistencia armada llegando a
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justificar el tiranicidio. De esta forma lo que La Estrella de Occidente, (258), trimestre XVI,
anteriormente había sido norma (la resignación Medellín, 29 de julio de 1851, “Carta de Rafael
ante la opresión) tomó el carácter de excepcional. María Giraldo a los curas párrocos”. Las cursivas
HERNÁNDEZ BECERRA, Augusto, Las ideas políticas son mías.
23
en la historia, Bogotá, Universidad Externado de Sobre el tema de las sociabilidades religiosas y la
Colombia, 2005, pp. 163-165. BUSHNELL, David, importante función moralizadora y civilizadora de
Política y sociedad en el siglo XIX, Tunja, Ediciones los sacerdotes en las localidades de Antioquia, véase
Pato Marino, 1975, p. 6. el sustancioso y documentado trabajo de la
21
G UERRA , François-Xavier, Modernidad e historiadora LONDOÑO VEGA, Patricia, Religión,
Independencias. Ensayos sobre las revoluciones cultura y sociedad en Colombia. Medellín y
hispánicas, México, Fondo de Cultura Económica, Antioquia 1850-1930, Bogotá, Fondo de Cultura
2001, p. 293. Económica, 2004, pp. 148 y ss.; y A RANGO
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ción François-Xavier Guerra en relación el juicio no debía hacerse sobre las con-
con la difusión de la modernidad en His- secuencias, sino sobre “la justicia de la
24
panoamérica . causa” por la que se luchaba, con lo que
se ubicaba en las argumentaciones mo-
Entre los cuadros militares rebeldes rales y legales de la rebelión. Conside-
en Antioquia, el general Eusebio rar este argumento es muy importante
Borrero, su líder supremo, nombró al porque tipifica las justificaciones de quie-
presbítero y párroco de la localidad de nes aceptan la guerra como una acción
Abejorral, Manuel Canuto Restrepo, política legítima, lo que implica estar de
como teniente segundo y capellán ma- acuerdo con principios dogmáticos pro-
yor de sus tropas, quien combatió con- pios de la época, y uno de ellos consis-
juntamente con Braulio Henao, el más tía en que definitivamente la violencia
25
prominente rebelde de Antioquia . La es efectiva. Si no fuera de esta manera,
presencia de Restrepo entre las tropas la guerra no solo no sería justificable
conservadoras expresa la centralidad de sino que además, podría ser contrapro-
los sacerdotes en la guerra. Éste fue ducente. De esta forma el prelado se
quien más se opuso a cualquier nego- ajustaba a los cánones católicos y me-
ciación con el gobierno liberal, “soste- dievales del “derecho a la guerra” (ius
niendo que se debía combatir hasta morir ad bellum) y a una “moral de entrega”
y ofreciendo ser el primero en atacar, de la vida, como era usual en la tradi-
puñal en mano, al enemigo en Salamina”. ción occidental de guerra santa y en el
Su postura ultramontana se esclarece 26
martirilogio cristiano . En consecuen-
si se sabe que al tildar a Braulio Henao cia, quien la emprendiera estaba eximi-
de traidor y pretender evitar derrama- do del pecado, como lo expresara en su
mientos de sangre, argumentó que pre- réplica a Henao:
cisamente la revolución no se hacía para
averiguar si ello acontecería, pues pre- (…) una vez examinada esta (la
cisamente “los sacrificios i la sangre son causa de la guerra), i hallada su
inseparables de la guerra”. Estas eran bondad i justicia, no hai que vaci-
sus consecuencias naturales, con lo que lar; porque la causa justa merece
todo jénero de sacrificios, inclu-
so el de la vida; pues según el
sentir unánime de todos los teó-
logos, el que muere peleando en
27
RESTREPO, Gloria Mercedes, La mentalidad religiosa guerra justa, no peca .
en Antioquia. Prácticas y discursos. 1828-1885,
Medellín, Universidad Nacional de Colombia, Sede
Medellín, Facultad de Ciencias Humanas, 1993. 26
24 En la temprana tradición de la guerra santa no
GUERRA, Modernidad e Independencias, p. 294. sólo no era pecado emprenderla, sino que los
25
B.N.C., Fondo Pineda, RESTREPO, Manuel Canuto pecados de los cruzados serían perdonados, pues se
(Pbro.), Réplica al último manifiesto del Sr. Braulio trataba de un acto religioso dentro de la
Henao, publicado en Bogotá el día 20 de junio de peregrinación misma a Jerusalén. FLORI, La guerra
1852, Bogotá, Imprenta Imparcial, 1 de septiembre santa, p. 11.
27
de 1852, p. 18. RESTREPO, Réplica al último manifiesto, p. 10.
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confundían con hechos mágico-religio- tura . Según las memorias de Manuel
sos, parecen expresar que los conser- Joaquín Bosch, Arboleda:
vadores tenían una concepción mística
(…) vestido pobremente, con un
de la guerra, y que la devoción religiosa
santo Cristo en la mano i cargado
se desplazaba del tradicional ritual al de cruces por todas partes, se
hecho militar enardecido, que a su vez subía sobre las piedras a predicar
se transformaba en un nuevo ritual. De a los indios y pedirles con suspi-
otro lado, con la sacralización de la gue- ros y sollozos la defensa de la re-
rra queda claro que la opinión política ligión que los malditos rojos es-
toca los problemáticos márgenes de las taban destruyendo: Aquellos fa-
creencias religiosas, que estas se trans- náticos, naturalmente belicosos i
formaban en opiniones políticas, y que enemigos jurados de todo gobier-
los hechos del presente eran leídos con no, sea cual fuere, no tuvieron
embarazo para ponerse en armas
categorías teológicas del texto bíblico en
prontamente, i con tanto más gus-
el que se ponían las frustraciones y es- to, cuanto que están acostumbra-
peranzas del presente. dos a especular con las revolu-
ciones, porque entonces el go-
Por la naturaleza del tema, entre los
bierno manda ejércitos que derra-
participantes del conflicto se esperaría man sobre ellos mismos fuertes
encontrar sólo al clero enarbolando la sumas de dinero .
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41
B.N.C., Fondo Pineda, CASTRO, Marcelino de HERNÁNDEZ BECERRA, Las ideas políticas, pp.
(Pbro.), Sermón sobre el deber que tienen los 158-160.
44
cristianos de defender la religión: pronunciado Esta postura de la Iglesia se presentó de igual
en la fiesta de Pentecostés, Bogotá, 1851. El forma en Europa, como reacción a las tendencias
Neogranadino, (167), año IV, Bogotá, 1 de agosto modernas de la Ilustración, sustituida después por
de 1851, “Carta al señor doctor Marcelino de el liberalismo. BOUTRY, “El cura”, p. 226.
45
Castro”, Tunja, 14 de julio de 1851, p. 250. En los discursos de los prelados, el cuadro bíblico
42
OROZCO ABAD, Combatientes, rebeldes, p. 25. de la detención de Jesús y la reacción violenta de
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les también apelaron a él, dentro de la guerra santa, mientras otros lo hicieron
politización de Dios y la religión, pro- para reivindicar la religión católica como
pias del polarizado contexto católico. de paz, mansedumbre y obediencia a las
Una diferencia estaba en que los libe- autoridades legítimas. Todo ello expre-
rales apelaron a la religión para legiti- sa el uso político de la religión para jus-
mar los llamados al orden y a la tificar una u otra postura de poder, y
constitucionalidad, mientras que los con- fundamentar una u otra forma de ac-
servadores lo hicieron como defensa de ción política, entendida ésta como la lu-
su proyecto conservador de nación y de cha por imponer o transformar un or-
62
un orden, considerado trascendente, ata- den determinado .
cado y profanado por el poder temporal.
III. Acciones políticas de los
No obstante las diferencias, los libe- conservadores y de los curas
rales también sugerían una lectura
rebeldes
mistificada de los hechos, pues finalmen-
te los destinos de la República habían Se podría afirmar que la mayor par-
sido favorecidos por la Providencia. En te del clero que participó en la guerra al
este sentido, no podían sustraerse al lado de los conservadores y de la Igle-
contexto católico cultural de la época, sia, representaba el orden establecido
por lo tanto su modernidad política (de heredado de la sociedad colonial, en el
democracia, ciudadanía basada en va- que el alto clero, los gamonales y ha-
lores laicos y separación racional de la cendados de corte aristocrático se ad-
esfera cultural de la religiosa) se mos- judicaban un papel de primer orden para
traba mezclada con elementos dirigir y civilizar las clases medias y po-
premodernos, una especie de ambigüe- pulares, con un claro tono autoritario y
dad en la representación de lo público oligárquico. En Antioquia, los sacerdo-
que la socióloga María Teresa Uribe ha tes rebeldes provenían de la ciudad de
designado entre lo moderno imaginado Medellín y sus poblaciones agrícolas ale-
61
y lo tradicional real . dañas, del oriente y del norte donde las
tradiciones católicas hispanas habían
Los diversos discursos de combate
calado en lo hondo de la cultura local.
o de llamada al orden constitucional evi-
Según Roger Brew, el clero de estas
dencian el movimiento pendular que
regiones se había integrado a los secto-
caracterizó al discurso religioso tanto del
res más altos de las sociedades locales,
clero como de los civiles, pues unos ape-
provenían de familias dominantes esta-
laron a las tradiciones combativas cató-
blecidas y, en general, tenían un buen
licas y a la patrística para justificar la
nivel educativo. Pocos provenían de
61
URIBE DE HINCAPIÉ, “De la ética en los tiempos
62
modernos o del retorno a las virtudes públicas”, URIBE DE HINCAPIÉ, “Órdenes complejos”, pp.
Nación, ciudadano, p. 167. 197-198.
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
68 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
Juan Carlos Jurado Jurado 69
Cuadro Nº 1
Listado de sacerdotes rebeldes en la antigua provincia de Antioquia
(Provincias: Antioquia, Medellín y Córdoba)
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
70 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
Fuentes: A.G.N., Sección República, Fondos Secretaría de Guerra y Marina, t. 795 y t. 20, Ministerio del
Interior y Relaciones Exteriores, t. II. A.H.A., Sección República, Fondo Copiadores, tomos: 1661, 1666
y 1686. Biblioteca Central Universidad de Antioquia, Colección Patrimonio Documental, Fondo Hojas
Sueltas, Informe, Manifestación de los miembros de la Sociedad Democrática. RESTREPO, Manuel Canuto
(Pbro.), Observaciones a una parte del manifiesto firmado por el señor Braulio Henao el 20 de octubre
de de 1851, Abejorral, 20 de diciembre de 1851, pp. 17-18; RESTREPO, Réplica al último manifiesto La
Estrella del Occidente, (254), Trimestre XVI, Medellín, 20 de julio de 1851. MESA, Carlos E., La Iglesia
y Antioquia, Medellín, Ediciones Autores Antioqueños, 1989, pp. 254-259.
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
Juan Carlos Jurado Jurado 71
Cuadro Nº 2
Listado de sacerdotes rebeldes en el Suroccidente
(Provincias: Cauca, Buenaventura, Barbacoas, Popayán, Pasto y Túquerres)
Fuentes: Archivo Central del Cauca (A.C.C.), t. 1851, paquete 50, archivo 32, Criminal contra sacerdotes
y militares rebeldes, Pasto-Túquerres, 3 de septiembre de 1851. A.C.C., t. 1852, Paquete 52, Legajo 42,
Juicio contra el Pro. Juan Ramón Aúz por su participación en la rebelión de 1851, Popayán, Patía, junio
9 de 1851. A.C.C., t. 1852, Fondo Asuntos Militares, Precaución a los clérigos rebeldes, Bogotá, febrero
18 de 1852. B.N.C., Fondo Pineda, BOSH, Reseña histórica, pp. 17 y ss. El Neogranadino, (165), Bogotá,
15 de mayo de 1851, p. 230; El Neogranadino, (169), Año IV, Bogotá, 15 de agosto de 1851, “Documento
importante”. ARBOLEDA, Historia contemporánea, p. 245.
En las provincias del suroccidente, local. Este sacerdote era un lucido líder
particularmente en las ciudades de natural, un bravo y experimentado mili-
Popayán y Pasto, los sacerdotes gana- tar de los tiempos de la independencia,
ron fama entre los liberales de “fanáti- que negoció con el general liberal José
cos, perversos y perturbadores del or- María Obando la rendición de sus gue-
66
den”. Entre ellos se encontraba el cura rrillas .
Juan Santacruz, párroco de la localidad
de Florida, quien lideró una de las gue-
rrillas más combativas en una región 66
muy propicia para este tipo de accio- BN.C., Fondo Pineda, FENIX, Contestación al
folleto del General Franco titulado ‘A la nación y
nes, debido a la descomposición y ato- al gobierno’, Popayán 26 de junio, Imprenta de
mización de los ejércitos conservadores, Hurtado, 1852, pp. 5 y ss. CAMACHO ROLDÁN,
y a la quebrada e inhóspita geografía Memorias, t. 2, p. 71.
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Juan Carlos Jurado Jurado 73
Cuadro Nº 3
Listado de sacerdotes rebeldes en las provincias del Centro Oriente
(Provincias: Bogotá, Tunja, Zipaquirá, Tundamá, Mariquita, Pamplona, Casanare
y Neiva)
Fuentes: A.G.N., Gaceta Oficial, (1316), Bogotá, 21 de febrero de 1852; B.N.C., Fondo Pineda, MUÑOZ,
Corito, p. 2. Biblioteca Central Universidad de Antioquia, Sala Patrimonio Documental, Fondo Folletos
Misceláneos, Volumen 258. SOLANO, Una explicación sobre la rebelión, pp. 9 y 15. B.N.C., Fondo
Pineda, CASTRO, Sermón sobre el deber. El Neogranadino, (168), Año IV, Bogotá, 8 de agosto de 1851,
“Conspiración de Tunja. Historia”; (167), Año IV, Bogotá, 1 de agosto de 1851, “La conspiración” y
“Carta al señor doctor Marcelino de Castro”; (170), Año IV, Bogotá, 22 de agosto de 1851, “Los
trastornos”. La Reforma, (5), Trimestre 1, Bogotá, 17 de agosto 1851. ARBOLEDA, Historia contemporánea,
p. 310.
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
Juan Carlos Jurado Jurado 75
sario reconocer que no todos los sacer- tud reformista se oponía una sociología
dotes blandieron sus discursos incendia- totalmente contraria, resultante de una
rios, pues también fungieron como un localidad profundamente católica, con-
abierto apoyo al gobierno predicando notada y ridiculizada como confesional,
70
contra los rebeldes, participando entre pacata y rezandera . Ello tenía un asi-
sus tropas, y otros como mediadores del dero objetivo en la fuerte presencia de
conflicto, de manera que se prestaron la Iglesia en la localidad y en otras de
para facilitar la rendición y entrega de las tierras altas del altiplano circunveci-
armas y combatientes en medio de los no a la capital, donde proliferaron las
69
indultos, que no fueron pocos . propiedades, conventos, colegios y ha-
ciendas de la Iglesia, que se vieron afec-
En relación con los rebeldes de la tados con las medidas dictadas por el
ciudad de Tunja, que influyeron tanto en 71
Gobierno de López . Para la prensa
las movilizaciones sobre Bogotá, salió a liberal, este ambiente de preponderante
relucir el mito político de un liberalismo clericalismo en la sociedad local era pro-
liderado por la juventud, imbuida de re- picio para un “despotismo teocrático”,
novación y modernidad. A esta juven-
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
76 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
un verdadero antídoto contra la moder- En las provincias del centro oriente fue
nidad, que vinculó considerablemente a legendario el padre Fray Pedro Guzmán,
72
las mujeres a favor de la rebelión . quien lideró con el hacendado José
María Ardila la rebelión en su hacienda
Podría decirse que como una exten- Corito, en las afueras de la ciudad de
sión del mito de la conspiración cons- Tunja. Guzmán era sacerdote de la co-
truido por los liberales sobre los jesui- munidad de los Dominicos y ejercía en
tas, los frailes de las localidades cerca- la Iglesia de Santo Domingo de Bogotá
nas a la ciudad de Bogotá fueron consi- a donde asistían los estudiantes del Co-
derados los principales gestores de la legio Mayor de Nuestra Señora del Ro-
rebelión, connotados con una verdade- sario a escuchar sus prédicas en un
ra leyenda negra de extravagante ca- ambiente engolfado hasta la saciedad de
pacidad subversiva. Entre los presbíte- la política militante del momento. El ca-
ros acusados de rebeldes se contaba al nónigo fue el capellán militar de las tro-
padre Tomás Gómez (alias Piringo), pas del hacendado rebelde Ardila y par-
Prior de los Dominicos, a quien se le ticipó en la batalla de Garrapata, donde
endilgaba haber hecho imprimir 800 ho- fue detenido. Para ilustrar su beligeran-
jas volantes con la cruz, bajo la consig- cia y carácter frenético, se decía que
na incitante y mágico-religiosa de: “con en los últimos momentos, para invitar a
este signo se vence”. El mismo sacer- combate, predicaba con esa moral
dote predicaba contra los liberales en apocalíptica de autosacrificio y marti-
sus homilías, tildándolos de “impíos e rio: “La hora de la redención se acerca.
inmorales comunistas”, del mismo modo Si nuestra santa causa necesita vícti-
en que lo hacía Antonio M. Amézquita mas, prestaré gozoso mi cabeza para que
en localidades cercanas a Bogotá, pre- caiga bajo el hacha homicida de nues-
73
dominantemente agrarias e indígenas . tros enemigos” .
74
72
El Neogranadino, (168), “Conspiración de Tanto liberales como conservadores
Tunja”. La centralidad que tuvieron las mujeres en leyeron la participación de los sacerdo-
la contienda, fue recreada en un poema satírico
titulado “Sublevación femenino conservera”, donde
a la lucha partidista se le superpone la lucha entre
los géneros y el protagonismo político de las
74
mujeres sucede del lado del conservadurismo. Acerca CÓRDOVEZ MOURE, José María, Reminiscencias
del apoyo de las mujeres a Borrero en Antioquia: de Santa Fe y Bogotá, Cali, Fundación para la
BREW, Aspectos políticos en Antioquia, pp. 82-86. Investigación y la Cultura-FICA, 1997, p. 1393.
El significativo peso social de las mujeres ha sido Malcolm Deas muestra que en las mismas regiones
de no poca importancia en la religiosidad popular y ciudades (Antioquia, Tunja, Bogotá, Pasto, entre
en Latinoamérica y Europa. LYNCH, “La búsqueda otras) también se presentó un efectivo poder de la
del milenio”, p. 312. Iglesia católica en los fenómenos electorales. DEAS,
73
El Neogranadino, (168), “Conspiración de Malcolm, “El papel de la Iglesia, el ejército y la
Tunja”. Biblioteca Central Universidad de policía en las elecciones colombianas entre 1850 y
Antioquia, Sala Patrimonio Documental, Fondo 1930”, Boletín Cultural y Bibliográfico, XXXIX
Folletos Misceláneos, vol. 258. S OLANO, Una (60), Bogotá, Biblioteca Luis Ángel Arango, 2002,
explicación sobre la rebelión. editado en 2003, pp. 2-29.
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Juan Carlos Jurado Jurado 77
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78 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
que todavía tiene un gran déficit de va- Se trataba de tropas de campesinos dis-
78
lores laicos desacralizados . puestos para el combate con lanzas de
madera y coloridas y lucidas banderas
IV. Símbolos y emblemas de la con signos propios de la Cristiandad.
guerra religiosa y Como ya se dijo, sacerdotes liberales,
representaciones acerca de los como Fray Gervacio García, hicieron la
sacerdotes lectura de estos emblemas a la luz de
una profusa historia bíblica de guerras,
Para comprender la estructuración para rechazarlas como muestras de un
interna del orden político que hizo visi- falso cristianismo que desconocía la le-
ble la guerra, también es importante te- gitimidad y constitucionalidad del Go-
ner en cuenta la forma como se organi- bierno:
zaban los grupos de campesinos arma-
Sirva pues el ejemplo de aquellos
dos, de manera que el tipo de armas,
cristianos del siglo 4 para confu-
símbolos y emblemas que lucían para el sión i vergüenza de los cristianos
combate hacían parte de los lenguajes del siglo 19, que han formado
con que se autodefinían y representa- multitud de parques con las ar-
ban, y la manera como pretendían ser mas del mismo Gobierno para ha-
identificados por sus opositores. En el cer una espantosa carnicería a
movimiento rebelde de Tunja sobresale nombre de la religión. Aquellos
que la organización de sus tropas haya soldados para sostener su reli-
visibilizado símbolos muy propios de la gión entregaron las armas al em-
guerra religiosa, cuyas referencias son perador i se prepararon para mo-
rir: estos falsos cristianos (se re-
escasas en los documentos históricos.
fiere a los rebeldes) por el contra-
rio, para defenderla usurpan al
gobierno las armas i se preparan
78 para acometer a fuego i sangre; i
URIBE DE HINCAPIÉ, “Proceso histórico de la
si esto no es así, díganlo las ho-
configuración de la ciudadanía en Colombia”,
Estudios Políticos, (9), Medellín, Instituto de rrorosas banderas que traían ata-
Estudios Políticos, Universidad de Antioquia, julio- das a la asta de la lanza; su color
diciembre de 1996, p. 74. Según María Teresa Uribe, todo es negro, i no anunciaba
tanto en Europa como en América, durante el siglo sino la muerte; en un lado está
XIX, los partidos políticos no tuvieron como objeto estampada una cruz roja como
representar la heterogeneidad social o arbitrar
diferencias entre grupos de intereses, pues la nación,
símbolo de la sangre, al otro lado
y por lo tanto la ciudadanía, era entendida desde se encuentra Jesús en iniciales, el
una representación holística y totalizante. Fuertes que acostumbra el jesuita por di-
socialmente, pero sin reconocimiento visa, i en la mitad (me horrorizo al
constitucional, los partidos políticos fueron decirlo) está grabado el dulce
percibidos como facciones que representaban
nombre de Jesús, nombre de paz i
disoluciones peligrosas y anarquizantes que
atentaban contra la unidad del pueblo y la nación, de reconciliación, nombre de amor
algo que la democracia tenía la tarea de corregir si i de caridad (…) este crimen ha
quería sobrevivir; pp. 73-74. sido el escándalo de la religión, el
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Juan Carlos Jurado Jurado 79
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
80 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
furor bélico, dándole a una relación ras de un idealismo espiritual sin rela-
agónica y sacrificial con el contrincan- ción con la vida práctica. Como lo se-
te, en un contexto local, un sentido uni- ñala el historiador Hermes Tovar Pin-
versal propio del catolicismo univer- zón: “La política era una especie de re-
82
sal . Se trataba de la actualización lo- ligión. Las ideas liberales y conserva-
cal de una fe combativa y militante de doras operaban como un libro sagrado
larga permanencia en el Occidente ca- capaz de condicionar la vida de quienes
tólico, de modo que sacerdotes y hasta veían en ellas un evangelio irrenuncia-
84
reclutas de la más baja condición po- ble” . El segundo elemento, el socio-
dían sentirse partícipes no sólo de la lógico, es de larga tradición hispana y
defensa de sus costumbres locales y de colonial, y tiene que ver con la asimila-
la Nación, sino de algo que las trascen- ción burocrática de los sacerdotes como
día: la civilización cristiana custodiada funcionarios de la Corona y su inser-
83 85
por la Iglesia universal . ción en el juego político del imperio .
De modo que fue bastante usual que
¿Cómo explicar el profundo y beli- muchos de los sacerdotes que partici-
gerante compromiso de los sacerdotes paron activamente en la guerra ya es-
en la guerra? Dos factores contribuyen tuvieran comprometidos en la estructu-
a explicar su identidad con la contienda, ra burocrática estatal y en la política
y obviamente con la política. El primero partidista, pues se desempeñaban como
es de carácter ideológico y, si se quiere, congresistas y senadores designados por
del orden de las mentalidades, y el se- sus propias provincias, como Diputados
gundo es del orden sociológico. Como a las Asambleas Provinciales o en otros
ya se dijo, el primer factor consiste en
que, para el siglo XIX religión y política
se implicaban mutuamente, de modo que
los móviles de la política eran, más de lo 84
PINZÓN TOVAR, Hermes, “Tras las huellas del
que se piensa, míticos y religiosos, y la soldado Pablo”, S ÁNCHEZ , Gonzalo y Mario
religión no se restringía sólo a las esfe- AGUILERA (Eds.), Memoria de un país en guerra.
Los Mil Días 1899-1902, Bogotá, Planeta Editores,
2001, pp. 162-163.
85
“No es sorprendente, por lo tanto, que la Iglesia
colombiana a finales del siglo XIX estuviera
82 politizada. Siempre lo había estado. Una Iglesia
CARO BAROJA, Julio, Las formas complejas de la neutral e indiferente no solo hubiera sido
vida religiosa, volumen II, Barcelona, Galaxia completamente extraña para los nociones de
Gutenberg, Círculo de Lectores, 1995. Véase gobierno del Imperio Español, también hubiera sido
especialmente el capítulo XVII, “La milicia extraña para su práctica. Fue el arzobispo Caballero
cristiana y la moral del guerrero”, pp. 85 y ss. y Góngora quien reprimió hábilmente la rebelión
83
Biblioteca Central Universidad de Antioquia, Sala comunera de 1871. Más aún: en los asuntos internos
Patrimonio Documental, Fondo Folletos de la Iglesia colonial había bastante política. La
Misceláneos, vol. 397, doc. 1, Alocución de nuestro Iglesia llevaba a cabo elecciones internas, por
santísimo padre el Papa Pío IX en el consistorio ejemplo, y su experiencia con las elecciones era,
secreto de 27 de septiembre de 1852, Nueva York, por lo tanto, más antigua que la misma república”.
Imprenta de S. W. Benedict, 1852. DEAS, “El papel de la Iglesia”, pp. 6 y ss.
HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 15, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 43–88
Juan Carlos Jurado Jurado 81
cargos claramente comprometidos con fensa armada, se nos hace difícil de com-
el orden profano y las redes del poder prender. Pero si se sabe que en aque-
86
local y regional . En consecuencia, la llas sociedades campesinas
guerra y la política eran una manera de premodernas del siglo XIX, había muy
reinterpretar la religión y una forma de bajos niveles de educación y casi
reinventar a la institución eclesiástica y inexistentes prácticas científicas moder-
a la nación misma frente a un Estado nas, se comprende mejor que la religión
liberal visto como una seria amenaza representara el sistema total de princi-
para ellas, pues se consideraba que las pios, sentimientos y explicaciones sub-
conducía por el camino de la barbarie y yacentes en la visión totalizante del
la disolución moral. mundo que tenían amplias capas socia-
les. Desde la perspectiva posmoderna,
Para quienes observamos estos fe- se trata de un gran relato con capaci-
nómenos desde los predominantes va- dad para ofrecer explicaciones unitarias
lores laicos urbanos y los persistentes desde un punto de vista supremo capaz
paradigmas científicos positivistas del 87
de unificar todos los demás . Así, la
siglo XXI, la gran capacidad del discur-
so religioso para convocar extensos sec-
tores de la población a favor de su de- confesionario hacía una guerra viva al desenfreno
de las pasiones”. Tenía gran ascendencia entre
“gamonales, mujeres y devotos” y “creía en pecado
mortal al que opinara por López, llegando el caso
86
El tema de la participación del clero en la política de que insultara en el confesionario i negara la
y en las redes del poder local sigue en espera de absolución a los penitentes que no se enmendaban
investigaciones que desentrañen su efectivo perfil ni dolían de este pecado como lo hizo con Ildefonso
sociológico en las localidades y regiones de Lasprilla i otros”. Su hermano Fr. Juan Cuesta y
Colombia. Hay indicios de que a mediados del siglo otros siete que menciona obraban de igual manera.
XIX en Cali, sacerdotes de sectores plebeyos En cuestiones de política las mujeres no estaban
mostraron gran capacidad de ascenso social tan al margen de la contienda electoral, como lo
mediante la política en alianza con sectores de la ha mostrado la historia política tradicional, pues
aristocracia local de corte conservador. El gran tenían un importante poder moral sobre los
“poder de conciencia” que mostraron tener hombres. Bosh decía que Cuesta y los demás curas
sacerdotes plebeyos con su participación en la de Cali utilizaron a las mujeres para extender su
política partidista desde el púlpito y el influencia política en las conciencias: “Con tan
confesionario fue bastante irritante e intolerable terrible falange, armada del tremendo poder de la
para los liberales, imbuidos de las ideas seculares en conciencia, que hasta con las mujeres influía en el
boga en medio de una acuciosa lucha de facciones. confesionario para que sedujeran a sus esposos i a
El liberal Manuel Joaquín Bosh, fue testigo de sus hijos, era poco menos que imposible el que no
excepción de la tensa situación de las elecciones de bamboleara el partido liberal, el cual exasperado
1848 en Cali. Del célebre Fray Vicente Cuesta, por esta guerra, dejó ya a un lado su conducta
franciscano ecuatoriano “plebeyo según su moderada, i comenzó a espresarse con mas energía
esterior”, decía que ante las denuncias que se hacían (…)”. B.N.C., Fondo Pineda, B OSCH, Reseña
de López como contrario a la religión católica, el histórica, pp. 17 y 33.
87
sacerdote hacía proselistimo a favor del candidato V ATTIMO , Gianni, “Posmodernidad. ¿Una
conservador Gori. Defendía los intereses de la sociedad transparente?”, En torno a la
aristocracia, muy “suelto en el púlpito i mui posmodernidad, Barcelona, ANTRHROPOS,
respetado del pueblo”, “en el púlpito i en el 1994, pp. 9-19.
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82 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
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Juan Carlos Jurado Jurado 83
poderes civil y religioso, que se haría das por el fanatismo y las supercherías
92
realidad, formalmente, en la Constitu- religiosas . Este ideal tiene que ver con
ción liberal de 1853. Al respecto decía: la independencia de la vida pública res-
pecto de la religión y de los sacerdotes,
No soi enemigo del clero Sr. Se-
cuya labor se circunscribía a la vida pri-
cretario: al clero virtuoso lo res-
peto profundamente. Confieso a
vada y doméstica, pero definitivamente
la faz del mundo que soi cristia- la cultura estaba atravesada por las tra-
no, i tengo orgullo de ser católi- diciones católicas. Sin embargo, la reli-
co. Empero, el clero que yo respe- gión podría converger con los principios
to i acepto es el clero que de “libertad” del liberalismo, si se aca-
reconosco en el Evangelio, mas taba el “orden” por parte de las masas
no el clero de sedición i de ruina católicas, y el orden aquí se representa-
social que quiere colocar al esta- ba con un sentido de lo público
do dentro de la Iglesia i sobre el 93
91 secularizado . De esta manera
altar la hoguera i el puñal .
Ancízar como Kastos afirmaron un
En correspondencia con lo anterior, ideal de nación que la guerra misma
el liberal antioqueño Juan de Dios contribuyó a hacer visible en el contex-
Restrepo, mostró el papel estratégico de to de una cultura católica tradicional y
los párrocos en los apartados y empo- de una sociedad profundamente jerár-
brecidos poblados de campesinos, don- quica; una forma de reinventar el ejer-
de su presencia fungía como elemento cicio sacerdotal y por esta vía a la na-
de civilidad, educación y orden social, ción misma.
sobre todo con respecto a los sectores
del pueblo bajo, con quienes ejercía un
V. Consideraciones finales
efectivo control ideológico y social, lo A modo de síntesis sobre lo expues-
que hoy denominamos como un activo to, puede decirse que a pesar de la im-
rol de “mediadores culturales”. A pesar portante participación del clero en la
de que reconocía las virtudes del clero guerra al lado del partido conservador,
para contener a las masas, la centralidad la Iglesia mostró que no tenía posicio-
que éstos tenían en localidades y parro- nes unificadas, contando entre sus inte-
quias como elementos de civilidad, y su grantes con curas de la más radical be-
incontestable hegemonía política, eran ligerancia, otros más moderados difíci-
vistos por los liberales como un recio les de rastrear en medio del conflicto
obstáculo para que el liberalismo y la
racionalidad burguesa calara en unas
masas vistas como primitivas y gana- 92
El Neogranadino, (106), Bogotá, 21 de junio de
1850, “Estudios sociales. El sacerdote católico”.
También: KASTOS, Artículos, pp. 34-35.
93
91
El Neogranadino, (170), año IV, Bogotá, 22 de
A.G.N., Sección República, Fondo Ministerio agosto de 1851, “No hay que desesperar”. También:
del Interior y Relaciones Exteriores, t. II, f. 86 v. KASTOS, Artículos, pp. 76-77.
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84 Reinventar la nación a partir de la fe católica.
De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
que polarizó las opciones, y otros de gica con el espíritu combativo y militan-
adscripción liberal, gobiernistas. Desde te del clero, una prueba más de que la
sus parroquias, sus cargos administrati- guerra es un importante escenario que
vos o en los campos de batalla, el clero posibilita la aparición de dirigentes polí-
conservador mostró la capacidad de ticos. De igual forma, la relativa y de-
movilización social de este partido, y se mocratizada participación de diversos
hizo visible como fuerza política incen- sectores sociales, autodefinidos como
diaria capaz de legitimar su lucha. Con comunidad de fieles bajo los estandar-
ello quedaba clara la férrea adscripción tes de la Iglesia y sus reivindicaciones
de la Iglesia al lado del partido conser- de la religión como elemento fundamen-
vador y viceversa, una muestra más de tal del orden político interno, fueron una
que cuando estallan los problemas se particular forma de reinventar la nación
fortalecen los vínculos como mecanis- en la fe, en el contexto ecuménico de la
mo para enfrentar a un enemigo común, Iglesia universal. La no diferenciación
94
en este caso el liberalismo . En con- que hizo el discurso político conserva-
secuencia el liberalismo obtuvo un triun- dor entre ambas, entre la Iglesia y la
fo militar pero no un triunfo ideológico religión, fue fundamental como elemento
(a pesar del apoyo popular al liberalis- incendiario para la contienda, pues de-
mo), pues radicalizó las posiciones y el finitivamente facilitó el apoyo popular en
sentimiento religioso quedó bastante muchas poblaciones fanatizadas con
exacerbado. matices de cruzada religiosa, pero ce-
rró el camino para establecer relacio-
Como quedó expuesto, algunos de los nes más realistas y llevaderas entre la
clérigos que participaron en la guerra Iglesia y el Estado, durante la segunda
fueron posteriormente obispos, como si mitad del siglo XIX.
el ejercicio del poder institucional fuera
conmutable y se correspondiera en ló- La rebelión conservadora expresa
en parte, la reacción militar de la Iglesia
junto a sectores retardatarios de
94
Las consideraciones acá presentadas se gamonales y hacendados para enfren-
compadecen con las de Terrance Horgan (en su tar la primera arremetida de que fue
obra: El Arzobispo Manuel José Mosquera. objeto durante el siglo XIX por parte del
Reformista y pragmático), para quien las reformas
contra la Iglesia, buscaban neutralizar la alianza de
partido liberal. Esta experiencia la pre-
ésta con el conservadurismo, pero lo que lograron pararía para reaccionar de forma
fue todo lo contrario. El partido conservador tomó radicalizada en la segunda confrontación
como suya la causa religiosa y la defensa de los con el liberalismo, a partir de la Consti-
jesuitas, y se profundizó la diferencia partidista
con el incontenible contenido emocional que tomó tución de 1863. La participación de la
la lucha agónica entre los partidos. Citado por Iglesia en la Guerra de 1851, es un he-
G ONZÁLEZ , Partidos, guerras e Iglesia en la cho más que inaugura la definición del
construcción del Estado nación en Colombia
(1830-1900), Bogotá, Editorial La Carreta, 2006,
tradicionalismo conservador, como una
p. 48. propuesta de nación en la que la ciuda-
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Juan Carlos Jurado Jurado 85
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De la religión, el clero y la política en la guerra civil de 1851
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