Está en la página 1de 3

Peregrinamos con Santa Teresa de los Andes

1. INTRODUCCIÓN.

Estamos pró ximos a vivir una nueva peregrinació n al Santuario de Santa Teresa de Los Andes.
Ciertamente este añ o no será del modo a como estamos acostumbrados a vivirlo, sin embargo,
estamos seguros de que con inmensa fe podremos de todas maneras vivir una experiencia
fecunda junto a Jesú s de la mano de Santa Teresa, aunque sea de manera online. Es por esto
que en estos días les invitamos a hacer oració n, paea que Dios nos ayude a seguir
peregrinando por la vida.

1.1. Canto de entrada:

Título: El peregrino de Emaús.


Autor: Andrés Opazo – Conjunto los Perales.
Letra: Esteban Gumucio SSCC.
Links: https://www.youtube.com/watch?v=3vNGqnYi_PA

2. MOMENTO DE ORACIÓN

Hoy queremos invitarlos a leer y dejarnos sorprender por el Evangelio, para comprender
que Jesús también tuvo caminos difíciles, lleno de obstáculos, pero con una confianza inmensa en
su padre, ante las tentaciones. Leamos con atención.

Evangelio de San Lucas 24, 20-29

Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús y conversaban entre sí
acerca de todas estas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras conversaban y discutían,
Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos, pero sus ojos estaban velados para que no le
reconocieran y El les dijo: ¿Qué discusiones son estas que tienen entre ustedes mientras van
andando? Y ellos se detuvieron respondiendo uno de ellos ¿Eres tú el único visitante en Jerusalén
que no sabe las cosas que en ella han acontecido en estos días? Entonces El les dijo: ¿Qué cosas? Y
ellos le dijeron: Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obra y en
palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo los principales sacerdotes y nuestros
gobernantes le entregaron a sentencia de muerte y le crucificaron. Pero nosotros esperábamos
que El era el que iba a redimir a Israel. Pero además de todo esto, este es el tercer día desde que
estas cosas acontecieron. Entonces Jesús les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer
todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y
entrara en su gloria? Se acercaron a la aldea adonde iban, y El hizo como que iba más lejos. Y ellos
le instaron, diciendo: Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado. Y
entró a quedarse con ellos.

Palabra del Señor.


Reflexión:

La lectura del evangelio nos habla de dos discípulos habían estado con Jesú s.
Habían caminado con él de aldea en aldea, de pueblo a pueblo, de cuidad a
ciudad. Es decir, que lo conocían, pero al momento de verlo no reconocen a
Jesú s, ¿porqué creemos que nosotros lo podríamos reconocer? – si fuera a
encontrarse con Jesú s en camino a su trabajo, en el supermercado, a su lado
en la iglesia. Si Jesú s se nos acerca, ¿por qué estamos seguros que lo
podríamos reconocer?

. En este relato, la gracia de Dios se da en la presencia de un forastero un


extrañ o que resulta ser un amigo, un extranjero que termina siendo nuestro
señ or Jesú s compañ ero de camino. Es ahí cuando entendemos que todo en
la vida tiene un sentido, porque él le da sentido a todo lo que cada uno tiene que vivir y está
viviendo hoy. San Agustín vivió lo mismo, mediante un peregrinar constante, hasta que se dio
cuenta que ese Jesú s siempre estuvo en su corazó n inquieto, ayudándolo a ser una mejor persona,
para luego evagelizar por medio de su sabiduría.

Pregunta para reflexionar:

 ¿Qué camino y/o actitud me invita a tomar Jesús en este tiempo de pandemía?

 ¿Qué le diría yo a Jesús, si me lo encuentro en mi peregrinaje virtual?

Profundicemos nuestra oración

A continuación, te invitamos a realizar la


siguiente actividad. El día viernes 16 de octubre, a
las 19.30 hrs, nos reuniremos vía zoom, para orar en
comunidad, por medio de una vigilia juvenil. Sobre
eso, te invitamos a escribir un mensaje en la
siguiente hoja, para que podamos enviar un
mensaje de alegría en este tiempo de peregrinaje.
3. ORACIÓN FINAL.

Pidamos al Padre que, por intercesión de su hijo, que nos ayude a seguir caminando, al
igual como lo hizo Santa Teresa de los Andes. Les invitamos a orar con ayuda de la siguiente oración.

ORACIÓN

Padre misericordioso del cielo, nos ponemos en tus manos para iniciar nuestra peregrinación diaria. Dígnate protegernos
constantemente, así como acompañaste a tu pueblo Israel en la travesía del desierto.

Que experimentemos que eres en verdad un - Dios con nosotros -, un compañero de viaje.
Sea tu Espíritu Santo el que nos guíe por los caminos del bien y nos ayude a prepararnos espiritualmente para ser orantes en este tiempo
que caminamos junto a ti.

María, Madre de los peregrinos, ven con nosotros al caminar.

Amén

San Agustín.
Ruega por nosotros.

También podría gustarte