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Universidad Nacional Experimental


De los Llanos Occidentales
“Ezequiel Zamora”

EVALUACIÓN DEL PRESUPUESTO PÚBLICO NACIONAL

Autor:
Juan Rodríguez

Cédula
V-21.086.538

Profesor:
Luis Lobo

San Cristóbal, Julio del 2021


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ÍNDICE
Pág.
Introducción……………………………………………………………………………. 3

Marco teórico

Procesos Administrativos que informan

La Administración financiera del Sector Público…………………………………….


4

El gasto y el ingreso público................................................................................. 11

La Hacienda Pública Nacional………………………………………………………. 12

La Hacienda Pública Municipal………………………………………………………. 13

Conclusiones…………………………………………………………………………… 16

Bibliografía……………………………………………………………………………… 17
3

INTRODUCCIÓN

En las economías modernas, el Presupuesto Nacional debería ser el instrumento


básico de política económica de todos los gobiernos. De aquí debería partir el Plan
Rector de lo que debe ser un país, una región, un estado, un municipio o una simple
parroquia. Lógicamente, que, con la supuesta política de descentralización, cada uno
de los responsables en sus respectivas entidades, soslayarían su diferencia; pero lo
importante se encuentra en el presupuesto y en la política económica a seguir.
En la actualidad el proceso presupuestario está determinado por el diagnóstico de la
situación socio-económica nacional y por aspectos coyunturales no siempre previsibles
en los planes. Es decir, el presupuesto tiende a ser, o debería ser, el aspecto central en
la presentación e instrumentación de la política económica de cualquier gobierno. La
programación presupuestaria, orientada por la planificación de mediano plazo o la
operativa anual, debería sustituir el régimen de improvisaciones en la formulación de los
presupuestos.
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MARCO TEÓRICO

Procesos Administrativos que informan la Administración Financiera del Sector


Público.
En toda disertación sobre el presupuesto público, se hace interesante iniciar con
reflexiones sobre el Estado como actor fundamental de la gestión social y del poder
político. De acuerdo a estudios realizados, podría afirmarse que la forma del Estado y
sus atribuciones, incide y determina los principios de organización, funcionamiento y
competencias de sus instituciones. De igual manera, las formas de gobierno o
regímenes políticos, son determinantes en la estructura institucional y en la orientación
y cuantía de los recursos presupuestarios, mientras más intervencionista es el Estado,
crea mayor número de instituciones.
A lo largo de la historia, la forma del Estado y sus atribuciones, se han manifestado
estrechamente vinculadas a la estructura institucional y a la orientación que se ha dado
a los recursos financieros, acorde a la definición de los derechos consagrados en la
Constitución. En los últimos 50 años, el Estado venezolano en el ámbito de la acción
administrativa, ha estado asociado a cuatro modelos: durante el período comprendido
entre 1960 y 1989, al modelo de Estado burocrático centralizado, entre 1990 y 1999, al
Estado descentralizado moderno; el modelo de Estado descentralizado y de
participación ciudadana, entre los años 1999 a 2013, y el modelo de Estado burocrático
autoritario, entre los años 2013 a 2020. Basta con revisar la transformación de la
conformación del sistema político institucional a lo largo de los años y cómo se
distribuyen e invierten los recursos dinerarios de un país, para reconocer cuáles son las
prioridades de un gobierno y las políticas públicas establecidas.
Es bien sabido que Venezuela se caracteriza por ser un Estado centralista. El año
1990, se destacó la entrada en vigencia de la Ley de Descentralización, Delimitación y
Transferencia de Competencias del Poder Público. El Artículo 4 de la Constitución,
establece que la República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal
descentralizado en los términos consagrados en esta Constitución, y se rige por los
principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y
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corresponsabilidad. A partir de ese momento, se inicia un proceso de descentralización,


a objeto de mejorar la atención y prestación de servicios a la población.
En cuanto al presupuesto, fue en el año 1962 que se introduce la elaboración del
Presupuesto por Programas, presentado inicialmente como un anexo a la Ley de
Presupuesto, técnica que se le otorgó carácter de ley en 1971. Esta nueva técnica,
posibilitó elaborar e incorporar la clasificación sectorial de los ingresos y gastos,
importante para vincular la política económica y social con la política presupuestaria en
un período seleccionado; hace posible la identificación de las relaciones entre el
presupuesto y la economía, entre el nivel de recursos y gastos; entre los costos y los
beneficios y entre los objetivos; metas programadas y la eficiencia institucional.
La etapa que se inicia a partir del año 1999 con un proceso constituyente, se
manifestó con la transición y la ruptura en el proceder de la política económica y social,
transformaciones institucionales, promoción de la participación de las comunidades en
los procesos económicos, el estímulo a las expresiones de la economía social y el
impulso para integrar la participación ciudadana en los procesos de ejecución y control
de la gestión pública, entre otros. Al respecto, el Artículo 128 de la Constitución de
1999, establece que el Estado desarrollará una política de ordenación del territorio
atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales,
económicas, políticas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que
incluya la información, consulta y participación ciudadana.
En el año 2005, se modificó la técnica para la formulación del presupuesto y se pasó
del Presupuesto por Programa al Presupuesto por Proyectos, lo cual quedó sancionado
en el Artículo 2 del Reglamento Nº 1 de la Ley Orgánica de la Administración Financiera
del Sector Público del año 2015. En esta Ley se expresa que los órganos y entes
sujetos a la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público,
formularán y aplicarán la técnica de elaboración del presupuesto por Proyectos y
Acciones Centralizadas, entendidas estas, como las categorías presupuestarias de
mayor nivel y por Acciones Específicas como categorías de menor nivel. Esta técnica
se aplicará en las restantes etapas o fases del proceso presupuestario, de conformidad
con las instrucciones que al efecto dicte la Oficina Nacional de Presupuesto, la cual
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podrá crear de oficio o autorizar a solicitud de los órganos o entes, categorías


presupuestarias equivalentes a las señaladas en este artículo.
En el año 2010 se sanciona la Ley Orgánica del Poder Popular, a través de cuyos
artículos, se pretendió desarrollar y consolidar el Poder Popular, el cual, según el
Artículo 2 es el ejercicio pleno de la soberanía por parte del pueblo en lo político,
económico, social, cultural, ambiental, internacional, y en todo ámbito del
desenvolvimiento y desarrollo de la sociedad, a través de sus diversas y disímiles
formas de organización, que edifican el estado comunal. Inclusive, establece las bases
para el ejercicio de la contraloría social, a fin de asegurar que la inversión de los
recursos públicos se realizará de forma eficiente.
Otro concepto que integra la Ley Orgánica del Poder Popular (2010), es el
Presupuesto Participativo y especifica que es el mecanismo mediante el cual los
ciudadanos y ciudadanas proponen, deliberan y deciden sobre la formulación,
ejecución, control y evaluación de los presupuestos públicos, con el propósito de
materializar los proyectos que permitan el desarrollo de las comunidades y el bienestar
en general. No obstante, a pesar de contar con un marco legal que lo promueve, el
Presupuesto Participativo no se llegó a consolidar en su totalidad.
El año 2013 marca el inicio de una nueva etapa, en la cual se planteó el desarrollo
de un sistema único que integrara la formulación, ejecución y control de los planes y
proyectos vinculados con el presupuesto público, a fin de facilitar el seguimiento de las
metas, objetivos establecidos y promover la transparencia en el manejo de los recursos
públicos. Motivado a la baja de los precios del petróleo, los ingresos fiscales petroleros
se redujeron e impactaron en las finanzas públicas de manera negativa, De allí que
para el año 2015, el Ejecutivo Nacional no introdujo significativos cambios en la política
económica.
En el año 2016, el Ministerio del Poder Popular de Planificación introduce nuevos
cambios, en esta oportunidad, delega al Centro Nacional de Desarrollo e Investigación
en Tecnologías Libres (CENDITEL)[1], el desarrollo del Sistema Integral de
Planificación Estratégica Situacional (SIPES-APN), en el cual, desde el año 2017, los
entes de la Administración Pública Nacional, registran sus Proyectos en el nuevo
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sistema informático, bajo la metodología de la Planificación Estratégica Situacional. Los


módulos que componen el sistema son los siguientes:

Explicación Situacional: En este módulo se gestiona la información respectiva a la


explicación de la situación de interés para el plan a formular, ésta contiene: problemas,
causas, posibles soluciones, cambios esperados.

Definición de Políticas Direccionales: Este módulo gestiona la formulación de


políticas y estrategias que dirigen el plan.

Definición de Proyectos Operativos: Este módulo permite la formulación,


reformulación y seguimiento de proyectos operativos (acciones específicas) y acciones
centralizadas.

A objeto de cumplir con los fines del Estado, es necesaria la intervención de la


administración financiera, por ello se considera al Presupuesto Público nacional como
uno de los instrumentos de gobierno más importantes para ejercer la administración y el
control de un Estado en un período determinado. Tal como reza el Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley de Reforma del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público del año 2015, en su
Artículo 2 señala que la administración financiera del sector público comprende el
conjunto de sistemas que intervienen en la captación de recursos financieros, o
valorados en términos financieros y en su aplicación para el cumplimiento de los fines
del Estado y estará regida por los principios de justicia social, legalidad, honestidad,
participación, eficiencia, solidaridad, solvencia, transparencia, responsabilidad,
rendición de cuentas, equilibrio fiscal y coordinación macroeconómica. En este Artículo
se evidencian principios y elementos que configuran un ideal, que se desea alcanzar y
que, con la formulación de políticas económicas y sociales acertadas, que integren
cada uno de los principios Constitucionales y en las leyes, se podrían lograr.
En cuanto al Régimen Socioeconómico y de la Función del Estado en la Economía,
el Artículo 299 de la Constitución, señala que se fundamenta en los principios de justicia
social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad
y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia
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digna y provechosa para la colectividad. El Estado, conjuntamente con la iniciativa


privada, promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de
generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la
población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad
jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de
la economía, para lograr una justa distribución de la riqueza mediante una planificación
estratégica democrática, participativa y de consulta abierta.
Conforme a la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público (2015),
la responsabilidad de formular los lineamientos de política financiera y fiscal que regirán
para la formulación del presupuesto anual del sector público nacional y el marco
plurianual del presupuesto del sector público, corresponde al Ejecutivo Nacional, a
través del Ministerio del Poder Popular de Economía y Finanzas, el Ministerio del Poder
Popular de Planificación y al Banco Central de Venezuela, tomando en cuenta los
indicadores macroeconómicos, esencialmente el Producto Interno Bruto (PIB) como
variable económica que mide el crecimiento económico, los ingresos petroleros y sus
fluctuaciones.
Asimismo, es Importante considerar el Artículo 315 de la Constitución, como base
jurídica que expresa las exigencias de la formulación del presupuesto, el cual señala
que en los presupuestos públicos anuales de gastos, en todos los niveles de gobierno,
se establecerá de manera clara, para cada crédito presupuestario, el objetivo específico
a que esté dirigido, los resultados concretos que se espera obtener y los funcionarios
públicos o funcionarias públicas responsables para el logro de tales resultados, éstos se
establecerán en términos cuantitativos, mediante indicadores de desempeño, siempre
que ello sea técnicamente posible. El Poder Ejecutivo, dentro de los seis meses
posteriores al vencimiento del ejercicio anual, presentará a la Asamblea Nacional la
rendición de cuentas y el balance de la ejecución presupuestaria correspondiente a
dicho ejercicio.
El Ejecutivo Nacional debe presentar ante la Asamblea Nacional el Plan Operativo
anual y el Proyecto de Ley de Presupuesto del ejercicio fiscal correspondiente. Según lo
expresado en el Artículo 40 de la LOAFSP, el proyecto de Ley de Presupuesto deberá
ser presentado por el Ejecutivo ante la Asamblea Nacional, antes del quince (15) de
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octubre de cada año e incluirá una Exposición de Motivos que exprese los objetivos a
alcanzar, las explicaciones adicionales relativas a la metodología utilizada para las
estimaciones de ingresos y fuentes financieras, las clasificaciones sectoriales y
ordenamiento de datos que posibilitan la coordinación entre los planes de desarrollo y el
presupuesto, insumos que constituyen un ordenamiento de datos estadísticos de las
finanzas públicas y facilitan el análisis al investigador. No obstante, es claro el
incumplimiento a lo establecido en la legislación, bajo la anuencia de los poderes
otorgados por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a través de
lo establecido en el Decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica.
La Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, publicó un
Acuerdo sobre el Manejo Inconstitucional e Ilegal de la Ley de Presupuesto para el
Ejercicio Económico Financiero 2018, en el cual indica: Declarar que todo presupuesto
formulado en contravención de las disposiciones de la Constitución y la Ley Orgánica
de Administración Financiera del Sector Público, no presentado y aprobado por la
Asamblea Nacional, es nulo, tal como se ha establecido reiteradamente en Acuerdos de
esta Asamblea Nacional. Esta situación evidencia la ambigüedad que caracteriza la
coyuntura política venezolana actual y que afecta todos los ámbitos de la vida nacional.
Esto hace que impere el caos, enfrentamiento de poderes, crisis de la institucionalidad
política y el desorden, porque Constitucionalmente es al Poder Legislativo, a través de
la Asamblea Nacional, quien tiene la potestad de discutir y aprobar el presupuesto
nacional y todo proyecto de ley concerniente al régimen tributario y al crédito público, en
fin, de cuentas la afectada es la nación.
En cuanto a la Ley de Presupuesto para el Ejercicio Económico Financiero 2019,
también fue aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente, mediante Decreto
Constituyente N° 6.416 de fecha 19 de diciembre de 2018 y publicado en la Gaceta
Oficial N° 41.549, este documento no hace ningún señalamiento presupuestario, ni
aporta datos o cifras de los recursos y gastos públicos. Sin embargo, durante la plenaria
en la Sesión Ordinaria de la Asamblea Nacional Constituyente del 18 de diciembre de
2018, se informó que para el ejercicio fiscal 2019, asignaron 1.5 billones de bolívares
para la cobertura de los planes gubernamentales de inversión social.
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En el año 2018 no se publicó el presupuesto, siendo la primera vez que esto ocurre
desde el siglo XX y lo que va del XXI, ni se tiene acceso a la Ley de Presupuesto y su
respectiva Exposición de Motivos, se desconocen la estructura y distribución
presupuestaria, las fuentes de financiamiento, aplicaciones financieras, en sí se
desconocen los instrumentos esenciales de política fiscal, lo cual violenta el derecho
fundamental del acceso a la información.
La ausencia de información relativa al destino de los recursos de una nación, la
asignación y distribución del gasto público, por parte de los gobiernos, violan preceptos
internacionales y vulneran los derechos del ciudadano. En este aspecto, también son
violentados preceptos Constitucionales, ya que en el Artículo 58 se establece que toda
persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, y la
Exposición de Motivos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(2009, pág. 24) proclama en el Capítulo I de los Derechos Civiles que se reconoce el
derecho a una información veraz, oportuna, imparcial y sin censura. Esta regulación
responde a la necesidad de elevar a rango constitucional, los parámetros éticos
indispensables para el ejercicio del derecho a la información, con el objeto de que los
medios de comunicación como parte de su actividad y de la responsabilidad que ella
genera, establezcan mecanismos de autoevaluación informativa a los que tenga acceso
toda persona, natural o jurídica, pública o privada, que se considere perjudicada por
informaciones emitidas por los medios de comunicación y que tengan relación con ella,
a fin de que se revise la veracidad y oportunidad de la información.
Es realmente lamentable la situación presentada, así no se construye un país. No
hay posibilidades de realizar controles y verificar el destino de los recursos públicos
nacionales, la falta de información le quita transparencia a la gestión gubernamental y
desdice de su capacidad administrativa. A esto se suma la grave recesión económica,
la crisis social, institucional y política, la caída del PIB iniciada en el año 2013 y la
hiperinflación descontrolada a partir de noviembre del año 2017, todas vivenciadas
antes de la imposición de las primeras sanciones económicas internacionales de finales
de agosto del año 2017. Situación que despierta sentimientos de impotencia por el
irrespeto al ciudadano y el deseo de cambios en todos los ámbitos de la vida nacional.
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El Gasto y el Ingreso público

Se puede definir el crédito público como un ingreso percibido por el estado en


ocasión de una deuda pública, adquirida para financiar algún gasto y este puede
clasificarse de dos formas, por un lado, se tiene el crédito interno donde los recursos se
obtiene dentro del país, y por otro el crédito externo donde los recursos se obtienen de
instituciones extranjeras. En este sentido el crédito constituye una herramienta
sumamente valiosa para cualquier estado, pero adquiere aun mayor relevancia para
países con economías pequeñas, ya que brinda la capacidad de cubrir necesidades e
incluso desarrollar proyectos que puedan en el mediano plazo generar ingresos
económicos. Un claro ejemplo de ello es como en la actualidad muchos países han
recurrido a créditos públicos como alternativa para enfrentar la pandemia, entonces al
entender la gran importancia de los créditos públicos, también es necesario hacer
énfasis en su estrecha vinculación con las relaciones internacionales de cada país; por
lo que un buen manejo de la política internacional será siempre clave para obtener
financiamiento de países o instituciones extranjeras.
Según la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, en su
artículo 312 que expresa que la ley fijará límites al endeudamiento público de acuerdo
con un nivel prudente en relación con el tamaño de la economía, la inversión
reproductiva y la capacidad de generar ingresos para cubrir el servicio de la deuda
pública. Las operaciones de crédito público requerirán para su validez una ley especial
que las autorice, salvo las exenciones que establezca la Ley Orgánica, la Ley Especial
indicará las modalidades de las operaciones y autorizará los créditos presupuestarios
correspondientes en la respectiva ley de presupuesto, la Ley Especial de
Endeudamiento Anual será presentada a la asamblea nacional conjuntamente con la
Ley de Presupuesto, el estado no reconocerá otras obligaciones que las contraídas por
los órganos legítimos del Poder Nacional de acuerdo con la ley, el crédito público más
allá de ser una herramienta que pueda permitir generar algunos ingresos o contraer
algunos ingresos, para cubrir ciertas necesidades que se presenten a la hora de la
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gestión gubernamental, ya sea de algún municipio o estado de carácter nacional,


también puede representar algún tipo de endeudamiento.

La Hacienda Pública Nacional

En Venezuela, la Hacienda Pública Nacional tuvo sus inicios en el año 1530, en


1830 la junta de gobierno constituida tras los sucesos independentistas del 19 de abril
de 1810 crea la Secretaría de Hacienda, cuyo primer titular fue Fernando Key Muñoz,
para 1830 se dicta una ley orgánica de la Hacienda Pública de Venezuela que organiza
nuevamente a la Tesorería en General y reinstala la Secretaría de Hacienda, fue
entonces en 1999 que el Ministerio de Hacienda pasa a ser el Ministerio de Finanzas
según decreto 253 publicado en gaceta oficial 36.765 del 30 de agosto del 1999.
Por otra parte un país está conformado por un conjunto de recursos que son bienes,
que suelen ser limitados y en algunos casos únicos, y por un conjunto de personas que
tienen necesidades ilimitadas generando así un inconveniente, ya que se requiere más
de lo que se tiene, esto hace que sea necesario la administración eficiente y eficaz de
dichos recursos, y la adquisición de nuevos bienes ya sea a través de la compra a otros
países, o el intercambio de recursos con los mismos para así poder cumplir las distintas
necesidades de la sociedad.
En este orden de ideas surge el concepto de Hacienda Pública Nacional, lo cual se
define como el conjunto de bienes, rentas y deudas que conforman el activo y pasivo de
una nación, y cuya administración corresponde al poder nacional, de este modo resulta
de gran importancia el control y la supervisión de dichos bienes, así como también de
los organismos que los administran. El estado como titular del patrimonio, dotado de
personalidad jurídica se denomina Fisco Nacional, entendiéndose este como el
conjunto de los organismos públicos que se ocupan de la recaudación de impuestos,
por este motivo cabe recordar, que en materia de bienes de estado estos bienes son
inalienables e imprescriptibles, es decir, no se pueden enajenar sin la respectiva
autorización del cuerpo legislativo, así como tampoco se pueden adquirir por el
transcurso del tiempo.
Conjuntamente, en la conceptualización de la Hacienda Pública, permite idear para
el estudio de la ciencia clásica, el objetivo principal de la Hacienda Pública consistía en
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suministrar al estado los recursos necesarios para cubrir las erogaciones producto de la
función administrativa, de allí que el estado no intervenía en la economía, dejando
actuar libremente toda iniciativa licita del sector privado. En contraposición, la ciencia
moderna de la Hacienda Pública erige su estructura fundamental a través de medidas
financieras que conllevan a un híbrido entre el fin fiscal y el fin funcionalista.
La Hacienda Pública Nacional en la República Bolivariana de Venezuela está regida
por la constitución de República Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica de la
Hacienda Pública Nacional, que establece las disposiciones generales de la Hacienda
Pública Nacional, en una primera parte y luego desglosa de manera específica cada
uno de los elementos que la conforman , la Ley Orgánica del Poder Público Nacional
hace referencia a la administración de la Hacienda Pública de los municipios , la Ley
Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, en la cual se estipulan los
lineamientos de la administración pública, y en su reforma se establece la derogación
de artículos en cuanto se refiere al Fisco como personificación jurídica de la Hacienda.
Estos parámetros o regulaciones mencionadas anteriormente, se establecen con la
finalidad de que permitan la administración eficiente y eficaz de la Hacienda Pública, de
ahí radica su gran importancia. Sin embargo, para lograr dicho objetivo se requiere a su
vez que los organismos de la administración trabajen con ética y profesionalismo en pro
del bienestar común.

La Hacienda Pública Municipal

La Ley Orgánica del Poder Público Municipal en el Título V, que se refiere a la


Hacienda Pública Municipal, contiene un Capitulo II relativo a los bienes y obligaciones
municipales. Desde el punto de vista jurídico, los bienes son todas aquellas cosas,
corporales o no, que pueden constituir objeto de una relación jurídica, un derecho y una
obligación. Existe una categoría especial de bienes, denominada bienes públicos, los
cuales se caracterizan por beneficiar a todos los individuos, de manera indivisible, que
están sometidos al principio de la no exclusión, esto es, que resulta prácticamente
imposible impedir que un individuo disfrute de un bien público municipal, por ejemplo,
las vías de comunicación o la iluminación de las calles.
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Los Municipios, al igual que la Nación y los Estados, requieren necesariamente de


un patrimonio para poder cumplir con la satisfacción de las necesidades colectivas, bien
sea de prestación de servicios, pagos de proveedores, entre otros. Ese patrimonio está
constituido por un conjunto de bienes, derechos, y obligaciones, a los efectos de la
ejecución efectiva de sus competencias; de allí se deduce que ese patrimonio debe
estar integrado por bienes, denominados municipales, muebles o inmuebles, junto con
los ingresos por ellos producidos, y las rentas cuya administración corresponde a la
entidad, formando parte del activo de la Hacienda Pública Municipal, según lo establece
la propia Ley Orgánica del Poder Público Municipal. La misma está conformada además
por un sistema de planificación, tesorería, contabilidad y todo el sistema tributario o
impositivo en general del Municipio.
En el área legislativa en este sentido, entre las leyes que regulan la Hacienda
Pública se tienen: la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público
(Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5891, Extraordinario, de
fecha 31-07-2008), la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y Sistema
Nacional de Control Fiscal, la Ley (Orgánica) contra la Corrupción, la Ley de Consejos
Comunales, la Ley de los Consejos Locales de Planificación de Políticas Públicas
(CLPP), y las Ordenanzas de Presupuesto, de Contraloría, de las de CLPP, entre otras,
que al efecto dicten los Municipios a través de sus respectivos Concejos Municipales.
Con la aprobación de la llamada Ley Habilitante del año 2010 donde se faculta al
Presidente de la República para legislar, se dictó además y de manera específica el
Decreto con rango, valor y fuerza de Ley Orgánica de Bienes Públicos (LOBP, 2012).
Este instrumento legal tiene por objeto establecer las normas que regulan el ámbito,
organización, atribuciones y funcionamiento del Sistema Nacional de Bienes Públicos,
como parte integrante del Sistema de Administración Financiera del Estado y deroga
expresamente normas de la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional (1974, con
reforma el 2009), la Ley de Conservación y Mantenimiento de Bienes Públicos (2007) y
la Ley Orgánica que regula la Enajenación de Bienes del sector público no afectos a las
industrias básicas (1987) y su Reglamento (1999). En efecto, la Ley Orgánica de
Administración Financiera del Sector Público (LOAFSP, 2012), desde su primera
versión, contempla regulaciones en materia de bienes, que la Ley Orgánica del Poder
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Público Municipal (LOPPM, 2010) define como los bienes muebles e inmuebles que
por cualquier título formen parte del patrimonio del Municipio, o aquellos destinados en
forma permanente a algún establecimiento público o servicio de la Entidad o a algún
ramo de su administración, ese es entonces el activo del Municipio, de esta manera se
conforma el sistema de bienes municipales.
Dichos bienes deben ser cuidados y protegidos no solamente desde el punto de
vista factico y la necesidad de contar con ellos para llevar a efectos una gestión exitosa,
como es el caso, por ejemplo, de los servicios públicos, sino también dada la obligación
legal que implica que deben ser preservados para futuras generaciones.
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CONCLUSIONES

Los ingresos fiscales del país provienen de la actividad petrolera y por ello no existe
una base tributaria interna, es decir, en Venezuela, se paga muy poco impuesto.

Como no se ha instrumentado una verdadera reforma fiscal, los proyectos de


presupuesto continuarán con sus grandes problemas, tanto en el corto como el
mediano plazo. Dada esta realidad, se debería fijar la mirada en los presupuestos de
otros países.

El principal problema de la economía venezolana no es el déficit fiscal, sino la forma


como se financia. Un déficit inflacionario es el que se financia con créditos. Si el mismo
se financia con impuestos, la situación cambia.

Es necesario y urgente poner orden en las cuentas fiscales, esto es, establecer el
orden interno, pero al mismo tiempo prestar atención al ritmo con que se efectúan los
cambios externamente.
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BIBLIOGRAFÍA

https://www.monografias.com/trabajos106/presupuesto-o-gasto-publico-venezuela/
presupuesto-o-gasto-publico-venezuela.shtml

https://www.ciapinvestigaciones.com/single-post/2020/02/01/el-presupuesto-p
%C3%BAblico-nacional-y-la-transparencia-de-la-gesti%C3%B3n-gubernamental

http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-25082006000300005

https://pandectasdigital.blogspot.com/2017/03/ley-organica-de-la-hacienda-publica.html

https://www.redalyc.org/pdf/1701/170118863009.pdf

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