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GADITANOS EN ROMA

CANIO RUFO

Canius Rufus. Gades (Cádiz), p. m. s. I – ?, 95 post. Escritor hispano-romano.


El poeta Canius Rufus fue originario de Gades, según se sabe por Marcial (Epigramas 1, 61), que
se contó entre sus amigos (Epigramas 7, 87; 10, 48) durante la estancia en Roma del de Bilbilis
entre los años 64 y 98 y que aparece citado en numerosas ocasiones en los Epigramas. Estuvo
unido a Theophila (Epigramas 7, 69), también vinculada a las artes poéticas y al círculo estoico
de Roma, según Marcial. Se desconoce la fecha de su nacimiento, que habría que situar entre
los gobiernos de Tiberio (14-37) y Calígula (37-41); respecto a su muerte, aún vivía en el año 95,
fecha en que Marcial escribió el libro décimo de sus epigramas, en el que aparece citado.

Fue autor de unas Res gestae conteniendo el relato de los gobiernos de Claudio (41-54) y Nerón
(54-68) según se sabe por Marcial (Epigramas, 3, 20), aunque este texto no se ha conservado.
Escribió también poesías de tono jocoso, además de algunas sátiras, elegías y parece que algo
de tipo épico (Epigramas, 3, 20); en ese mismo círculo social de Marcial recitó sus com-
posiciones (Epigramas, 3, 64) y frecuentó las villas de personajes como Tullus, Lucanus y un tal
Pollio (Epigramas, 3, 20), que pudo ser uno de los senadores de origen bético. Fue el
destinatario de algunas obras de Marcial (Epigramas, 3, 100).

Aunque gaditano por nacimiento, vivió en Roma durante el reinado de Domiciano; allí fue
celebrado por el ingenio y la dulzura de sus versos por su amigo Marco Valerio Marcial, quien
decía de él que "se reía de todo", y también por Tito Livio; este último le reprendió suavemente
por lo mucho que le gustaba el trato con las damas. Entre sus muchas amantes terminó por ser
su esposa al parecer Teófila, poetisa de origen helénico, culta, amable y de morigeradas
costumbres, que practicaba la filosofía del Estoicismo. Según Marcial, era así:

Esta es, Canio, la esposa prometida, / Teófila noble, sabia, elocuente: / la escuela estoica, ha
puesto preeminente / votara que debía ser admitida: / mujeril o vulgar no creo su juicio, / del de
Partemi poco difería; / al coro de las Musas conocía / de que dio tantas veces claro indicio. / La
misma Safo alaba sus canciones, / y Platón por discípula la diera / en su escuela lugar cual
mereciera / Al gran conjunto de sus perfecciones. / A Safo superior fue en la doctrina, / esta más
casta que ella: en fín apenas / la renombrada y docta Atenas / vio tan ilustre e ínclita heroína.

Canio Rufo escribió elegías, epigramas y tragedias, y Casitto le atribuye ser el verdadero autor
del Satyricon de Petronio.
MODERATO DE GADES
Natural de Gades (la actual Cádiz), vivió en el siglo I de la era cristiana. Se sabe muy poco sobre él: se
cree que enseñó en Roma cuando era emperador Nerón, fue contemporáneo de Séneca y gozó de
bastante prestigio no sólo entonces, sino en siglos posteriores. Durante mucho tiempo se le confundió
con su paisano Lucius Junius Moderatus, Columela.

Dentro del movimiento filosófico de su época, caracterizado por el Eclecticismo, significó la restauración
de la filosofía de Pitágoras mediante lo que se ha venido a llamar Neopitagorismo. Escribió unas
Lecciones pitagóricas en griego, distribuidas en once libros, que se ha perdido, si bien Estobeo en su
Florilegium ha conservado tres fragmentos que versan sobre la teoría de los números. Estos textos
fueron recogidos y traducidos por Adolfo Bonilla y San Martín en su Archivo de Historia de la Filosofía,
Madrid, 1905. Anteriormente los editó Mullach en Fragmenta philosophorum graecorum, París, 1881,
tomo II, pág. 48.

Sus ideas han llegado a nosotros también indirectamente, a través de escasos pero extensos pasajes de
filósofos neoplatónicos e historiadores griegos (Plutarco de Queronea en sus Moralia, IV; Sirano, Suidas,
Eusebio de Cesarea, el comentario de Simplicio a la Física de Aristóteles, Jámblico, que comenta sus
enseñanzas sobre el alma y según las cuales ésta es una construcción numérica armónica permanente y
universal en unidad y se cuenta entre las sustancias matemáticas, y dos pasajes extensos de Porfirio en
sus Vidas de Plotino (cap. XX) y Pitágoras (cap. XLVIII), donde comenta su interpretación de los números y
los principios primeros). Moderato fue llamado por San Jerónimo vir eloquentissimus. Según Étienne
Vacherot, citado por Marcelino Menéndez Pelayo en sus Ensayos de crítica filosófica, Moderato

Intenta fundir en una sola doctrina el pitagorismo y el platonismo. Este filósofo admitía, además de la
materia, tres principios de las cosas: la unidad primera, superior al ser y a toda esencia; la unidad
segunda, que es el verdadero ser, lo inteligible, las ideas; la tercera unidad, que es el alma, y que como
tal, participa de la unidad primera y de las ideas. En cuanto a la materia, Moderato intentaba enlazarla
con el principio divino. «La razón universal (decía), queriendo dar nacimiento a todos los seres, había
separado de su esencia la cantidad, retirándose de ella y privándola de todas las formas e ideas que le
pertenecen. Esta cantidad, esta idea, separada, por privación, de la razón universal que contiene en sí
misma las razones de todos los seres, es el modelo de la materia corpórea. Por consiguiente, la materia
no es otra cosa que la cantidad ideal desprendida de la unidad divina y convirtiéndose, por su
separación, en cantidad real, sin forma y sin unidad, dividida y dispersa hasta lo infinito».

https://web.archive.org/web/20091213022823/http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fsl/02112337/
articulos/ASHF9898110015A.PDF

COLUMELA
Lucius Junius Moderatus Columella (Gades, Bética; 4 d. C. – Tarento; ca. 70 d. C.) llamado
Columela, fue un escritor agronómico hispano de la Antigua Roma.
Nacido en Gades, provincia de la Bética, pertenecía a la tribu Galeria y estuvo un tiempo en el
ejército romano y fue tribuno laticlavio en la Legio VI Ferrata en Syria en el año 35. Después se
trasladó a la península itálica, donde, estimulado por el ejemplo familiar de su tío Marco
Columela, consagrado a la agricultura en la Bética, puso en práctica sus conocimientos de
agricultura en sus propiedades de Ardea, Carseoli y Alba.

Ardea:Ardea es una antigua ciudad y comune en la provincia de Roma, a 35 km al sur de Roma y


a 4 km de la actual costa mediterránea. La economía se basa mayormente en la agricultura

Carseoli: Carseoli fue una ciudad de los ecuos en la Vía Valeria entre Varia y Alba Fucensis, a
unos 70 kilómetros de Roma.

Alba (longa?) : El lugar ha sido relacionado en diversas ocasiones con el convento de San Pablo
en Palazzola cerca de Albano, con Coste Caselle al lado de Marino o, finalmente, con Castel
Gandolfo. De hecho el último de estos lugares ocupa el lugar de la villa de Domiciano. Antiguas
fuentes afirman a su vez que esta última había sido construida en el arx (o ciudadela) de Alba
Longa.

De su obra escrita nos ha llegado De re rustica (Los trabajos del campo), escrito hacia el año
42,2y De arboribus (Libro de los árboles). Para la primera de estas obras, dividida en doce libros,
se inspiró en agrónomos anteriores como Catón el Viejo, Varrón y otros autores latinos, griegos
e incluso cartagineses, de los que da una amplia lista; cita expresamente a los geopónicos Julio
Ático y a Julio Grecino, padre de Gneo Julio Agrícola, y no ignoró tampoco a Hesíodo, Homero,
Ovidio, Lucrecio, Horacio, Virgilio, Plinio y Celso.3 Trata sobre todos los trabajos del campo en el
más amplio sentido de la palabra: desde la práctica de la agricultura, la ganadería y la
apicultura, hasta la cura de animales, pasando por la elaboración de distintos productos y
conservas.4

En De arboribus trata sobre cultivos arbustivos como la vid y sobre árboles como el olivo o los
frutales, e incluso flores como la violeta o la rosa. La obra de Columela es considerada el
repertorio más amplio y documentado sobre agricultura romana.

La crítica sin embargo ha considerado que podría tratarse de la misma obra, que tuvo dos
ediciones, una resumida, de la que se desgajó el De arboribus, y otra mucho más ampliada, que
es la que ha llegado hasta nosotros en doce libros De re rustica, dedicados a Publio Silvino, un
agricultor que poseía fincas aledañas a una de Columela. Lleva un prefacio en que se lamenta
del desinterés existente por una materia tan importante: "Cualquiera que sea el género de
estudio al que quiere aplicarse uno, se escoge el preceptor más dotado... Solo la agricultura,
próxima y consanguínea con la sabiduría, está tan falta de discípulos como de maestros".
Porque para él la agricultura es la expresión de una moral tradicional, severa y austera, que
representa las viejas costumbres y virtudes romanas. La estructura de la obra es la siguiente:
Cediendo a una petición de Silvino, y respondiendo al pie de la letra a los versos de las
Geórgicas de Virgilio en que este se lamenta de no poder ocuparse de la jardinería, Columela,
con la intención de llenar la laguna, desarrolla este argumento en el libro X en forma de floridos
hexámetros, lejanos sin duda a la perfección virgiliana, pero no faltos de calor y de esmerada
concisión.6 Compuso otras obras que se han perdido: unos folletos contra la astrología,7 un
tratado sobre las viñedos y los árboles dedicado a Eprio Marcelo8 y un libro sobre las
ilustraciones y los sacrificios que acaso no compuso enteramente.9

El catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, Luis Alfonso Gil Sánchez, opina que la
familia Columela fue la responsable de la introducción de los olmos ‘romanos’ en la península
ibérica.

En 1794, los botánicos José Antonio Pavón y Jiménez e Hipólito Ruiz López pusieron el nombre
de Columellia en su honor a un género peruano de astéridas.11

En 1824, Juan María Álvarez de Sotomayor Rubio publicó De re rustica en español íntegramente
y por primera vez: Los doce libros de agricultura que escribió en latín Lucio Junio Moderato
Columela (Madrid, Miguel de Burgos, 1824, 2 vols.). El primero comprende los siete primeros
libros, y el segundo los otros cinco. Hay tres ediciones facsímilares modernas: Santander,
Sociedad Nestlé - A.E.P.A, 1979; Extramuros Edición, S.L., 2009; Valladolid: Maxtor Editorial,
2013.

Trascendencia

Pese a su eficacia, la obra de Columela dejó escasos vestigios en la antigüedad. En el siglo IV lo


imitó Rutilio Tauro Emiliano Paladio, autor de un Opus agriculturae, cuyo capítulo XIV, último de
la obra, a imitación del agrónomo gaditano, lo escribió no en hexámetros, sino en dísticos
elegíacos cuando trataba de los injertos. Con Celso, fue también Columela fuente importante
para el tratado de veterinaria de Pelagonio, también del siglo IX, en 35 capítulos. El De re rustica
fue conocido por los árabes desde el siglo IX y fue fundamental para la obra de Gabriel Alonso
de Herrera ya en el siglo XVI; de sus fuentes se nutrieron largamente los naturalistas de la época
renacentista, y luego Johann Matthias Gesner, más conocido como Gesnerus (1691-1761). Lo
tradujo Juan María Álvarez de Sotomayor Rubio.

GADITANORUM
dos inscripciones de aquella época, con la palabra Gaditanorum (de los gaditanos), que se
hallaron en el monumental coliseo en 1939 y que, aunque documentadas desde entonces, esta
semana han sido analizadas in situ por dos investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA).
Los profesores Alicia Arévalo y Darío Bernal -quien ayer atendió a este periódico
telefónicamente desde Roma- realizaron el trabajo de documentación y estudio de ambas
inscripciones a principios de esta semana, entre el lunes y el martes, y han constatado que es la
"única" inscripción encontrada hasta ahora en el Coliseo romano que demuestre que alguna
parte del graderío estaba reservada a los oriundos de una ciudad del imperio: "No quiere decir
que no existieran otras -aclara el profesor Bernal-, lo cierto es que sólo se conocen estas dos".

La investigación forma parte del encargo realizado por la Consejería de Cultura a la UCA, a
través del grupo de investigación HUM-440, para profundizar entre las relaciones entre Gades y
la Roma de la época imperial, según se explica en una nota de prensa enviada por la
Universidad gaditana. El proyecto se enmarca en los estudios arqueológicos que se realizan en
el Teatro Romano de Cádiz, que fueron objeto de un profundo análisis, como recuerda Darío
Bernal, en un seminario celebrado en el Museo Provincial en noviembre de 2009. Allí, por
ejemplo, se dieron a conocer las conclusiones del estudio al que fue sometida la inscripción que
sobre Balbo se encontró el año pasado en el Teatro Romano de la capital gaditana.

Las dos inscripciones con la palabra Gaditanorum fueron encontradas en el anfiteatro Flavio de
Roma en 1939, pero su existencia, como explica el profesor Bernal, "se ha perdido entre la
literatura que no ha sido utilizada convenientemente por los investigadores".

De hecho, ambas inscripciones están publicadas en los catálogos epigráficos, un corpus de


inscripciones romanas llamado CIL (Corpus Inscripcionum Latinarum), en concreto en el
volumen dedicado a Roma: "Están recogidas, pero no han tenido trascendencia porque desde
Roma se ve como una cosa lejana. Pero a nosotros nos interesa mucho porque verifica que hay
unas relaciones muy intensas entre las dos ciudades, incluso mucho tiempo después de la
época de los Balbo que es el momento álgido de las relaciones entre Gades y la capital del
imperio. Esto demuestra que en Cádiz había familias muy pudientes que podían reservar
asientos en la cávea, en la zona privilegiada del coliseo". Eran asientos, en definitiva, destinados
a los senadores o a colectivos privilegiados de la sociedad romana.

"Y es la única inscripción en todo el coliseo relativa a la reserva de asientos a los ciudadanos de
un municipio. No hay ninguna otra inscripción en la que se hable de ciudades que tuvieran sitio
reservado en el coliseo, lo que no quiere decir que no las hubiera, pero no se ha conservado
ninguna", sentencia Bernal.

Las inscripciones se pueden contemplar actualmente en el coliseo, en una zona del anfiteatro
que está restaurada y que se puede visitar; de hecho es la única zona del graderío que se
encuentra restaurada.

Darío Bernal ratifica la importancia de Gades entre las ciudades que conformaban el imperio
romano, una importancia basada en el comercio, en la economía: "Era un puerto marítimo
fundamental en las relaciones comerciales entre el mediterráneo y la Península Itálica, con el
aceite, el lino, la salazón de pescados, y esto permitió que la oligarquía, las grandes familias
gaditanas, pudiera promocionarse hasta este punto", explica el profesor de la UCA.

GADITANOS EN EL PODER DE ROMA

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