Está en la página 1de 25

CONCURSO ILAFA 1 1

ÍNDICE

p 003 EDITORIAL

p 004 ilafa 2008. concurso internacional de diseño en acero


para estudiantes de arquitectura

p 012 PEDAGOGÍAS: II EXPOSICIÓN DE LA FACULTAD DE


ARQUITECTURA Y URBANISMO

p 018 TALLERES 1 y 2: EXPERIENCIAS DEL TALLER DEL PRIMER AÑO


Karen Takano / Nelsybeth Villapol / Adriana Scaletti

p 028 EL PROYECTO DE FIN DE CARRERA


Jean Pierre Crousse
CITE PARA EL SECTOR LÁCTEO EN CAJAMARCA
Óscar Malaspina
CITE DE CEREALES Y GRANOS ANDINOS EN AREQUIPA
Militza Carrillo
CITE DE CANOLA EN CAJAMARCA
Jorge Andrés Solano

p 052 estaciones cotidianas: DISEÑO PARTICIPATIVO EN EL


CARMEN, CHINCHA. VERANO DEl 2008
pásame la p: de lo participativo a lo relacional
maya ballén
ARTE, COTIDIANIDAD Y ESPACIOS DE APERTURA RADICAL
claudia amico

p 072 perspectiva y geometría proyectiva


Jorge Mozo Fernández

p 080 arquitectura y estructura: una relación inseparable


césar huapaya

p 084 la vigencia de LA modernidad: el edificio de la fap


en chiclayo
adolfo córdova

p 094 la dimensión física y social del espacio público


sylvia vásquez Sánchez

p 104 VIVIENDA, HOGAR Y CIUDAD: autonomía y límites en la


arquitectura de alexia león
wiley ludeña Urquizo

p 136 abstractS
Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo

Comité Editorial / editorial committee


Frederick Cooper Llosa
Reynaldo Ledgard Parró
Eduardo Figari Gold
Wiley Ludeña Urquizo
Manuel Flores Caballero
Manuel de Rivero

Edición / EDITION
Luis Rodríguez Rivero

COORDINACIÓN EDITORIAL / EDITORIAL


COORDINATION
Juan Manuel Del Castillo / Elena Goday

CONCEPCIÓN GRÁFICA / GRAPHIC CONCEPT


Luis Rodríguez Rivero / Margarita Ramírez /
Alexandra Alva

DIAGRAMACIÓN / DIAGRAMMING
Fiorella Pérez Rios /Alexandra Alva

CORRECCIÓN DE ESTILO / STYLE CORRECTION


Pilar Garavito Farro

traducción / TRANSLATION
Diana Akemi Hori

Impresión / PRINTING
Grafic ASPA

Oficina de Redacción:
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, PUCP
Avenida Universitaria 1801
San Miguel, Lima—Perú
Telf: (511)6262000
Correo electrónico:
Arevista@pucp.edu.pe
http://www.ARevistaArquitectura.pucp.edu.pe
ISSN 2072 – 1056
Hecho el depósito legal 20070 – 00642

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


AA revista
Casa unifamiliar, San Isidro. de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2
Proyecto: Alexia León. Fotografía: Juan Manuel Del Castillo. número 3
VIVIENDA, HOGAR Y CIUDAD
AUTONOMÍA Y LÍMITES EN la
arquitecturA de aleXIA LEÓN
WILEY LUDEÑA URQUIZO

excursus de interiores. Acontece lo mismo con


otros medios de difusión que han logrado
La situación de la crítica cultural en el establecer una alianza estratégica entre
Perú resulta francamente lamentable. De- publicidad, espectáculo y “opinión de en-
vorada por el marketing y la autocompla- tendidos” sin percatarse de que, a largo
cencia de los que hoy dominan el merca- plazo, la principal víctima de esta apuesta
do de la prensa y la actividad económica será la propia Arquitectura y la ciudad.
del sector correspondiente (editoriales,
industria del cine, empresas del espec- Si ya la crítica literaria, cinematográfica o
táculo, empresas constructoras, etc.), la teatral en la prensa diaria resulta un fenó-
crítica literaria, cinematográfica, teatral meno en extinción, la crítica arquitectó-
o arquitectónica ha dejado de ser, desde nica peruana es un fenómeno extinguido
hace tiempo, un testimonio de reflexión antes de tiempo. Probablemente, ha sido
cultural para convertirse en una especie la primera de las víctimas de este proceso
de publicidad ad honorem del “producto” global de frivolización cultural. La razón:
o “artista” que será vendido. la vulnerabilidad de un fenómeno que
empezaba recién a mediados de la década
Lo mejor de la crítica cultural, que hasta de 1980 a emitir algunas señales de cierta
no hace más de una década y media solía continuidad y precaria profesionalización.
aparecer en la prensa diaria como reflexión Allí están las secciones de crítica difun-
cotidiana, prácticamente ha desaparecido didas por El Comercio, El Observador, La
y lo poco que queda ora ha sido víctima República y revistas como Debate.
de la completa “farandulización”, ora ha
terminado siendo recluido en medios es- Sin embargo, la principal responsabilidad
pecializados y espacios académicos cada de esta situación tiene que ver con un he-
vez más cercados por el olvido. Sociedad cho más profundo y estructural: la ideo-
de consumo, vida light y cerebro light, dic- logía y praxis histórica del arquitecto pe-
tadura de “darle a la gente lo que le gusta a ruano, quien ha reducido su idea y terri-
la gente”: he ahí las claves que regulan hoy torio de la Arquitectura a una dimensión
la prensa cultural. operativo-proyectual con la exclusión en-
fática de otras formas de ejercicio como el
La transformación registrada en los últi- de la docencia o la investigación teórica,
mos veinte años por parte de la sección histórica y crítica. Por esta razón, es ar-
dedicada a la ciudad, la arquitectura y quitecto quien proyecta o construye, no
construcción del diario El Comercio, tal quien habla o escribe sobre Arquitectura.
vez sea el reflejo elocuente de cómo una La consecuencia: el surgimiento de una
sección de pensamiento, difusión y crítica percepción y actitud llenas de prejuicios
ha terminado reconvertida en un suple- y tópicos como aquel mandato esgrimido
mento comercial envuelto bajo la visuali- por el “Código de Ética” del Colegio de
dad de una simple sección de decoración Arquitectos del Perú, mediante el cual,

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña URQUIZO 104 107


se penaliza que un arquitecto critique la nes deben escribir —como sucede hasta
obra de otro colega. hoy— sobre nuestra arquitectura sean
¿Se imaginan, con esta visión, cuantos siempre críticos o estudiosos extranjeros,
críticos de Literatura, Cine o Pintura ten- quienes por esta condición, paradójica-
drían que renunciar a ejercer la crítica mente, parecen ser los únicos que se sal-
o verla invalidada por no haber escrito van de anatemas, impugnaciones y todos
nunca una novela, dirigir una película o aquellos prejuicios de los cuales los críti-
pintar un cuadro? ¿Se imaginan un mun- cos peruanos no nos salvamos.
do donde ningún escritor pueda opinar y
Hace veinticinco años, describí la si-
reflexionar sobre obras de otros colegas?
tuación de la crítica arquitectónica en
De otro lado, ¿han escuchado a algún el Perú en sendos artículos dedicados
escritor, cineasta o pintor, que se precie al tema: “Crítica de Arquitectura: ¿por
como tal, cuestionar la vigencia y necesi- qué se menosprecia a la Arquitectura?”
dad de la crítica y los críticos en cada una (El Observador, 24.10.1981), “Críticos
de sus áreas de competencia? latinoamericanos exigen ingresar a so-
Desafortunadamente, en el Perú, la gran ciedad internacional” (El Observador,
mayoría de arquitectos tiene para la crí- 09.11.1981) y “La crítica arquitectónica
tica pública los típicos prejuicios de una es una ‘crónica policial’” (El Observador
mentalidad premoderna, provinciana, 19.03.1982). Hoy, los prejuicios, caren-
desinformada, insegura y de autoprotec- cias y los problemas son más agudos. En-
ción gremial, que a diferencia de otros tonces, anuncié que dejaría la crítica pe-
países de la región, parece solo vigente en riodística regular de la Arquitectura para
el nuestro. Ésta es la razón por la cual, acometer un formato distinto de crítica:
la crítica de la Arquitectura no ha con- esta vez, referido a los temas de la ciudad
seguido hasta el momento desarrollar un y el urbanismo.
espacio propio ni una tradición consis-
tente. Pero, también, es la causa de que Creía que la crítica post factum de la obra re-
los arquitectos peruanos sigan asumiendo sultaba necesaria, pero no prioritaria ante los
la crítica como simple juicio negativo y problemas de orden urbano y ambiental.
no como una forma de producción inte-
lectual de la Arquitectura. Pese a que esta decisión se mantiene, he
hecho una excepción con la vivienda
El espectacular salto hacia adelante de proyectada por Alexia León Angell, la
la gastronomía peruana sólo se explica cual motiva el presente artículo por tres
—como lo reconocen todos los involu- razones: primero, porque se trata de una
crados en el tema— por una feliz con- arquitecta que no sólo no tiene respecto
vergencia entre los cocineros, agriculto- de la crítica los prejuicios y miedos antes
res, comensales, críticos, editores y todos citados, sino que, por el contrario, la re-
aquellos que desde cualquier posición y quiere y promueve; segundo, porque esta
actividad u opción ideológica trabajan sin vivienda, ubicada en la calle Alfredo
exclusiones ni prejuicios. Esta experiencia Salazar del distrito limeño de San Isi-
de convergencia múltiple es la misma que dro, posee atributos y características que
ha hecho importante a la actual arquitec- ameritan una reflexión sobre ella y sus
tura española, colombiana o chilena. circunstancias; y, tercero, porque sabien-
Así como no existe crítica arquitectóni- do de mi condición de aguafiestas profe-
ca sin Arquitectura, no hay Arquitectura sional, no tuvo reparos en invitarme a
sin crítica. Sin libros de difusión y análisis visitar la casa diseñada y facilitarme la
de esta disciplina no es posible pensar en información respectiva. Es un acto de
alguna forma de proyección nacional e inteligencia y valentía tan infrecuente
internacional de la arquitectura peruana. en el medio arquitectónico peruano que
A menos que se siga pensando que quie- quiero corresponder.

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


Casa y hogar. La teoría de la cebolla o una casa unifamiliar densificada en ver-
tical como solución inevitable?
“El escenario [la casa] donde transcurren
nuestros días es nuestro autorretrato en tres Existen obras de arquitectura que se di-
dimensiones” luyen en la indiferencia o, por el contra-
rio, irrumpen con estridencia a la par que
Gustau Gili Galfetti
su completa orfandad de contenido. Sin
Un terreno insólito: 10.70 m. por 10.80 m. embargo, existen algunas que portan —a
Una casa unifamiliar de cuatro pisos con veces sin proponérselo— el sentido de la
un añejo e imponente cedro europeo en provocación y el cuestionamiento cultural.
su frente. Un cubo blanco de modulación No se trata de obras buenas ni malas en
autoimpuesta con rigor y horadado des- sí mismas, ni grandes o pequeñas: son
de fuera hacia adentro sugiere un mundo construcciones sin alternativa de elusión.
al revés: mientras el primer piso hace las Se trata de obras que conducen al límite
veces de estacionamiento e interfase de ciertas nociones de cómo diseñar, conce-
vínculo vertical, el patio se encuentra en bir y desarrollar viviendas y una cultura
un sótano abierto rodeado de un estudio, doméstica específica. Representan arqui-
el dormitorio de servicio y la lavande- tecturas que interrogan y ponen en cues-
ría, además de los sanitarios respectivos. tión convenciones establecidas a pesar
El acceso a la zona “privada” familiar se del riesgo de convertirse, ellas mimas,
ubica en el segundo piso dedicado a la en posibles víctimas de su propio recusa-
sala. El comedor y la cocina respectiva miento. Son obras complejas.
se encuentran en el tercer piso, mientras
La casa proyectada y construida por
que el dormitorio, el baño y una terraza
Alexia León entre 2002 y 2005 es una
semitechada componen el cuarto piso. de éstas. Posee múltiples dimensiones y
Vivienda con espacios autorreferenciales. niveles de significación, por lo que, pue-
Superficies blancas, mármol y terrazo ex- de ser leída desde diversas perspectivas.
tensivo en pisos y paredes. Mallas metáli- Categorías como el de la cultura domésti-
cas, tubos de aluminio y cocina impecable ca, el construir y habitar heideggeriano o
con aire a laboratorio clínico. Extensiva las nociones de vivienda, ética y control
iluminación natural e iluminación artifi- racional en el sentido de Wittgenstein se
cial escenográfica en los tres planos. Tres hacen presentes para adquirir un sentido
dominios relativamente separados: el del particular. El presente texto aspira a reco-
sótano, el área del acceso exterior a la vi- rrer este itinerario conceptual.
vienda y el estacionamiento, así como los
tres pisos superiores del área familiar de Un mérito indiscutible de la vivienda en
cuestión es que consigue provocar con
la vivienda. Dos objetos aspiran a otorgar
abierta persuasión éstas y otras interro-
sentido a una secuencia espacial trans-
gantes, como aquella relacionada con la
gresora: la escalera interior/exterior y el
identidad morfológica y tipológica del área
árbol delantero. residencial en el que se encuentra ubica-
¿Tipología de vivienda limeña recicla- da. Aquí, la vivienda, representa —en su
da, reconvertida o cuestionada? ¿Juego formato e imagen de vivienda “vertical”
perfecto o aprovechamiento trivial de y de un cierto aire de uso colectivo— un
la historia? ¿Árbol público “expropiado” gesto transgresor en medio de una urbani-
en casa sin árbol o diálogo fructífero en- zación que, hasta hace poco, era el reino
tre vivienda y ciudad? ¿Casa moderna de del chalet neorromántico limeño.
articulación continua o casa posmoderna Éste no es el único ni principal dominio
desestructurada deliberadamente? ¿Acto en el cual la casa de Alexia León consi-
proyectual narcisista o ello familiar su- gue tensar convenciones establecidas. El
peditado a hogar impuesto? ¿Vivienda otro alude al ámbito de los dominios de
perfecta y domesticidad incierta? ¿Una la vivienda y el hogar. Ambas categorías
townhouse reinterpretada en clave limeña y realidades no son, en sentido estricto,

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 106 109


Corte transversal. Digitalización: Juan Manuel Del Castillo.

la misma cosa: mientras lo primero de- dianas; constituye el reflejo del habitante,
signa al marco físico espacial, lo segundo de sus sueños, sus esperanzas, sus tragedias
está (o debe estar) asociado al universo o su memoria” (p. 7).
creado por el consumo social y cultural de ¿Cómo funciona la construcción de un ho-
este marco. Piel física de piel humana. gar en el marco de una vivienda estándar
Nadie construye viviendas sólo para te- de función colectiva? ¿Resulta mejor un
nerlas, se las construye para hacer de ellas espacio neutro que luego será convertido
hogares concretos. Puede existir una vi- en hogar habitado y habituado? ¿O resulta
vienda sin hogar, pero no hay un hogar más convincente una vivienda personali-
sin vivienda. zada como hogar preestablecido?
La vivienda es una condición básica, don- Una pregunta adicional, la misma que se
de la gente desarrolla su vida con la posibi- formula Gustau Gili: ¿Puede el hogar ser
lidad de crear un hogar particular. Si bien una expresión arquitectónica?
la noción de hogar está asociada a aspectos El ámbito de la arquitectura residencial
de la vida doméstica que registran un fuer- —donde no opera un yo neutral y co-
te contenido emocional y subjetivo, puede lectivo, sino un yo individual y fami-
definirse en los términos de Gustau Gili- liar— es uno de esos territorios minados
Galfetti como “…la vivienda individuali- donde cualquier gesto y propuesta arqui-
zada, una expresión de la personalidad y tectónica pueden adquirir el sentido de
los modos de vida (…). El hogar es una una autentica conmoción con víctimas
condición compleja y difusa, que integra y contusos que incluyen a usuarios di-
memorias, imágenes, deseos, miedos, pa- rectos y al propio arquitecto. Después de
sado y presente; comporta un conjunto de todo, la vivienda y, con ésta, la cultura
rituales, ritmos personales y rutinas coti- doméstica, se hace tal con aquellos as-

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


pectos de la vida humana más inasibles la casa consigue no sólo tensar las rela-
y sensibles: el de la privacidad, la intimi- ciones entre las esferas de lo privado y lo
dad y esa noción de domesticidad fami- público, lo familiar y lo no familiar, sino
liar tan trabajosamente afinada para la también las nociones de vivienda y ho-
cultura occidental desde los tiempos de gar en la tradición de la cultura domés-
la casa holandesa del siglo XVII. tica peruana.
Cuando Witold Rybczynski en su Home Los universos de la vivienda y el hogar
A Short History of an Idea (1986) estable- implican en el contexto cultural peruano
ce una diferencia entre la pintura del San y latinoamericano una situación particu-
Jerónimo en su escritorio de Durero y el San lar, habida cuenta de que en español la
Jerónimo pintado por Antonello da Mes- distinción entre vivienda y hogar se hace
sina, a partir de la presencia/ausencia de casi difusa, por no decir inexistente. A di-
una determinada Stimmung como atmós- ferencia de aquellos dominios claramente
fera ligada a una sensación de intimidad, diferenciados de house y home en inglés, o
familiaridad y confort personal, reconoce haus y heim en alemán, en el Perú, estas dos
que lo que no permite dotar de esta at- realidades carecen de una delimitación
mósfera y sensación al cuadro del pintor categórica. Aquí, el término y concepto
italiano es el contexto inverosímilmente de vivienda aparece de uso preeminente y
teatral y arquitectónico que rodea la ha- simultáneo para designar ambos dominios
bitación de San Jerónimo. “Existe belleza de la esfera de lo doméstico: el del hogar y
en la elegancia de los elementos arquitec- la vivienda propiamente dicha.
tónicos —sostiene Rybczynski—, pero su De otro lado, junto a esta notación, la ca-
predominio y la formalidad del entorno tegoría de lo doméstico aparece —tal vez
crean un aire de artificiosidad” (p. 54). como consecuencia del fenómeno descri-
Esta distinción confirma lo siguiente: que to— como noción imprecisa o subalter-
la vivienda burguesa como producto de na, distante de su notación cultural en
algo que se llama “vida familiar” y expe- tanto categoría que alude a un dominio
riencia de lo privado y lo íntimo no es un especifico en la vida de las personas y la
universal categórico, sino una invención sociedad. En el Perú, la noción de cultura
de la pujante cultura doméstica desarro- doméstica no existe sino como un deriva-
llada en los Países Bajos del siglo XVII, do, donde lo doméstico se asocia más con
la cual se extendería primero, a Inglaterra la servidumbre (empleada doméstica) o
y luego, a Francia y al resto del mundo. los animales de casa (animales domésti-
A partir de entonces, la casa pública feu- cos), y no con el conjunto de la cultura
material y espiritual vinculada a la cultu-
dal se transformaría en la casa particular
ra del habitar una vivienda.
familiar. Aquí quedan establecidas por
primera vez las diferencias entre vivienda Probablemente, la explicación del porqué
y hogar. Éste es el hogar no público, de en el Perú las nociones de vivienda y ho-
la madre cuidando a los niños y la casa gar no registren un nivel de diferenciación
sin ejército de sirvientes. Es el hogar de la y consistencia social, tenga que ver no
serenidad, moderación y sencillez, donde sólo con los vestigios de una experiencia
resultaba, a veces, difícil distinguir al fun- premoderna en la relación individuos-fa-
cionario del secretario o a la dueña de la milia-hogar-vivienda, sino, también, con
criada, tal como se observa en la pintura la fragmentación y precariedad de una
flamenca de la época. experiencia de lo familiar sin contenido
de identidad familiar y desligada comple-
La casa proyectada por Alexia León reve- tamente de la construcción de un habitar
la los límites en los que se debaten estas y vivienda correspondientes. Los pobres,
dos nociones. Por su particular distribu- que jamás contaron con una vivienda
ción de ambientes y su contradictoria digna y una familia satisfecha, no tenían
disposición respecto del mundo exterior, como construir y poseer física y emocio-

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 108 111


Plantas del sótano y primer piso. Digitalización:
Juan Manuel Del Castillo.

nalmente una vivienda y, mucho menos, forma de una domesticidad desestructu-


un hogar de referencias consistentes. rada y carente de un contenido estable,
Pasó lo mismo con la oligarquía limeña así como de una noción de confort capaz
de los siglos XIX y XX, pero por razones de comprender esas múltiples capas a las
distintas: aquí existe una domesticidad y que hace referencia la Teoría de la Cebo-
un hogar consciente e inconscientemente lla del confort doméstico formulada por
negado por el rol preponderante asumido el mismo Rybczynski.
por una servidumbre que, en algunos ca-
sos, cumplía el rol de amamantamiento Como en su anterior encargo, la casa de la
de los hijos. ¿Dónde y quiénes construyen playa Bonita (1998), Alexia León recurre
en este mundo el epicentro familiar? ¿La en esta vivienda de San Isidro a una rein-
esposa pasiva, compasiva o inoperativa? terpretación del patio (¿o es una cancha
¿El padre ausente y displicente con las ta- prehispánica figurada?) con el propósito
reas de casa? ¿La servidumbre interesada de afirmar una enfática domesticidad, en
en construir con intensidad un espacio los mismos términos de la autonomía con
emocional en reemplazo del perdido? ¿La que son configurados la sala, el comedor,
casona escenográfica de mundos segmen- la cocina, el dormitorio y otros ambientes.
tados? Las respuestas son obvias. Cada cosa como universo autogenerado.
En este caso, más allá de las apariencias, La vivienda no es un espacio fluido y con-
la inexistencia de un mundo familiar y tinuo o un loft sin fronteras: es un con-
una domesticidad consistente tiene que junto de fragmentos independientes, piso
ver con un actor social negado, pero que por piso, y articulados bajo la noción de
en la práctica era el soporte esencial de una domesticidad identificable en la tra-
la noción de lo familiar: la servidumbre. dición local.
Esta particular situación explica por qué
el mundo de lo doméstico que corres- Lo que trae consigo esta casa es que tales
ponde a una sociedad en la que los domi- atributos en lugar de constituir la esen-
nios objetivos del mundo de la vivienda cia de una domesticidad real, construyen
y el hogar no han llegado a legitimarse una domesticidad escenificada; por tanto,
social y culturalmente, se revela bajo la conflictiva y contradictoria. Si el patio es

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


el origen y epicentro de una domesticidad al momento de validar la objetividad y
reconocida, en este caso, paradójicamen- subjetividad de los componentes de eso
te, es el mismo patio hecho ícono y des- que todos reconocemos como el “confort
provisto de sus fundamentos estructura- doméstico”. Cambia todo, pero queda
les (ser un auténtico epicentro funcional en este ámbito el gusto por lo antiguo,
y morfológico), que termina por negar y lo tradicional y esa calidez familiar que
cuestionar la domesticidad buscada. Pro- casi siempre se nutre de historia personal
y familiar. Es un fenómeno que atravie-
bablemente, la distancia entre el patio del
sa todos los estratos sociales. Por eso, el
sótano y el área social y la cocina del ter- universo doméstico del L´Esprit Noveau
cer piso sea más que una distancia física: de Le Corbusier o las Model Houses de
una auténtica metáfora de una domesti- la Bauhaus duró apenas lo suficiente para
cidad ausente y desestructurada. Aquí, que la gente eche de menos la domestici-
el patio, epicentro en la casa de la playa dad consistente de un chalet suizo de te-
Bonita, se transforma en espacio despro- chos a dos aguas o el típico confort rural
visto del sentido de centralidad a partir (y de las casas de campo.
en torno) del cual se hace la casa. En la
Y no es sólo un problema que puede ser
casa de la playa Bonita, el patio aparece
reducido a un asunto de decoración de
más como alusión inevitable, pero, como interiores, tal como parece sugerir la
más patio por su posición. En la casa de casa de Alexia León, bajo la premisa
San Isidro, éste se revela como tal des- que el tema del contenido doméstico de
de el punto de vista morfológico, pero es la casa será cubierto —con razón— por
menos patio por carecer del sentido ge- los usuarios, que son quienes la dotarán
neratriz de domesticidad y construcción de una presencia cultural determinada.
morfológica del conjunto de la casa. Pero aquí se hace referencia a un espa-
Citar el patio como ícono tipológico des- cio cuya neutralidad no parece ser tal
provisto de una consistente domesticidad respecto de otros usos. La casa misma
genera el impasse de una arquitectura implica, consciente o inconscientemen-
que recurre a la tradición arquitectónica te, una apuesta por una determinada
(tipológica), pero no a la tradición so- domesticidad, aun cuando aspira a no
cial (cultura doméstica), que implica la enunciarla. No existe casa sin un tipo
conversión del patio en el epicentro que de domesticidad encarnada.
irradia una determinada y consistente do-
Este desencuentro entre vivienda y ho-
mesticidad. Éste es un rasgo, como en el
caso de Mies van der Rohe y otros repre- gar en su capacidad de ser tal, se hace
sentantes de la abstracción neoplasticista igualmente explícito en ese otro aspecto
y racionalista, que refleja la búsqueda de de las relaciones entre orden y desorden,
lo esencial en una tradición genérica, pero espacio controlado y espacio libre, entre
no en una domesticidad concreta. No hay espontaneidad y control racional. Lo ho-
duda de que en la casa de la calle Alfre- gareño no es lo ordenado, dice Witold
do Salazar las relaciones entre tradición y Rybczynski para sostener que si no, todo
modernidad pasan por una reinterpreta- el mundo viviría en réplicas de aquellas
ción radical de una persistencia histórica, casas estériles e impersonales que pueblan
casi hasta su completa disolución tipológi- las revistas de arquitectura profesional (p.
ca. La tradición aparece en esta vivienda 29). ¿Puede la gente de verdad vivir sin
como un gesto escenográfico y fragmenta- desorden? La casa de Alexia León apues-
do, mientras que lo esencial se hace espa- ta por un orden geométrico de una enfáti-
cio moderno racional y abstracto. ca legibilidad y autocontrol: todo está en
Un aspecto de la cultura doméstica que su sitio, todo está clara e imperativamen-
llama la atención como fenómeno cultu- te delimitado y tiene una función. En un
ral es la persistencia de cierta tradición sentido límite, cada ambiente y función

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 110 113


corresponde a un espacio y a un piso di- La casa no deja lugar a la intuición, al li-
ferenciado: la sala es la sala, el comedor bre albedrío o a la espontaneidad de lo
es el comedor, la cocina es la cocina, etc. inacabado. Todo está concebido como
Podría preguntar como Witold Rybczyns- producto terminado con toda la perfec-
ki, ¿dónde podrán esconder los usuarios ción posible; pero una perfección plató-
el detritus de sus vidas cotidianas? nica como la de Mies van der Rohe en
relación con su obra. Esto, aún cuando
¿Cómo explicar esta situación?: ¿una for-
ma de fascinación por una racionalidad representa una especie de replanteamien-
preestablecida? o ¿temores ocultos a es- to de la vivienda de la playa Bonita en su
pacios de libertad? Probablemente, detrás estrecho vínculo con la idea miesiana del
del excesivo rigor o control geométrico y patio figurado como epicentro generador
modular puede revelarse, antes que una de una planta central abstracta. Planta
plena y rotunda seguridad constructiva, hecha síntesis de un menú con porciones
las señales de aquello que el Wittgenstein diferenciadas de racionalismo, neoplasti-
arquitecto creía exorcizar al acometer cismo, suprematismo y algo de explicable
casi con sobrehumana precisión el dise- subjetividad expresionista. Nunca el día
ño y supervisión constructiva de la casa es más día que cuando aparece la noche.
de su hermana Margaret Stonborough
en Viena (1926). Hay precisiones nece- Mujer y arquitectura: ¿Arquitectura
sarias y otras que abruman. La enfática de género?
precisión con que Alexia León acomete
su obra resulta severa y de una perfección Alexia León no es una “arquitecta salva-
constructiva seguramente intimidante je” de recusamiento total a la existencia
para el propietario, lo que disminuye su de la propia Arquitectura. Todo lo con-
capacidad de contribución a aquello que trario: su obra es una concluyente afirma-
promueve la construcción de una domes- ción del lado más matérico y empírico del
ticidad afable y natural: la espontaneidad ser así concreto de la Arquitectura. Por
y el desorden familiar. esta condición, es que su planteamiento
puede hacer notoria las relaciones no sólo
Entre rigor y precisión constructiva, esta entre Arquitectura y género (hace tiempo
casa ha sido trabajada con la noción bau- abiertas a la discusión en el terreno de la
hausiana de obra total. La casa tiene la Literatura, el Cine o la Pintura), sino en-
suficiente contundencia y consistencia tre arquitectura de mujeres y esa noción
visual, en todas sus dimensiones espacia- de domesticidad forjada por las “ingenie-
les y constructivas, para adjudicarse esta ras domésticas” americanas del siglo XIX,
imagen unitaria. Sin embargo, aquí se tra- que defendían la casa como el centro de
ta de una obra total, pero no de una expe- trabajo exclusivamente femenino. Una
riencia total que incluye la dimensión en especie de feminismo al revés. La casa de
aquel ámbito en el cual toda construcción esta arquitecta aspira a poner igualmente
se legitima como tal: su uso cotidiano. en cuestión tanto el tópico de la arqui-
Además, se trata de una obra que agota tectura hecha por mujeres, como la idea
su propia existencia morfológica en ella extendida de la mujer como sinónimo de
misma. No se trata sólo de una obra total, domesticidad hogareña y familiar.
sino de una historia completa, una obra Un casa diseñada por una mujer supone,
cerrada y concluida en todos sus funda- probablemente, un enfoque distinto, por
mentos esenciales. Ésta, sin duda, es la no decir complejo, en un ámbito donde
versión wagneriana de una modernidad se cree que la mujer —como diría Wi-
conservadora frente a esa obra abierta told Rybczynski— entiende mejor de la
que Umberto Eco calificaba como la ex- comodidad doméstica que los hombres.
presión de una modernidad siempre com- Pero esto es relativo. Podría darse el caso
pleja y problemática. de una vivienda diseñada por una mujer

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


con una noción de comodidad, eficiencia didad en el uso del espacio y el equipa-
y confort domésticos que sólo empren- miento respectivo. Un dominio inter-
dedoras como Catherine Beecher, Lilian medio de referencias inconclusas, donde
Gilbreth o Christine Frederick pudieron la eficiencia de cada espacio se resuelve
realizar en la Norteamérica del siglo XIX, de modo inversamente proporcional a la
al fundar una nueva cultura doméstica eficiencia y comodidad relacional entre
basada en los requerimientos de la mu- todos los ambientes de la casa. La suma
jer y que tendría enormes repercusiones de espacios eficientes y cómodos no siem-
en los nuevos conceptos y modelos de la pre da como resultado una casa cómoda
vivienda moderna. Pero, también puede y eficiente.
acontecer el hecho de encontrarse frente Todos están de acuerdo con que la pro-
a una vivienda concebida por una arqui- hibición casi literal de contar con ser-
tecta con sentimientos de rechazo a la vidumbre en la Holanda del siglo XVII
noción de hogar basada en una domes- fue uno de los factores decisivos para la
ticidad compleja y traumática. El resulta- construcción de la vivienda y domesti-
do: probablemente una vivienda con una cidad modernas.
domesticidad esquiva, frágil, retorcida o
contradictoria en sí misma. De aquí, surge aquella tradición hecha
casa burguesa, moderna, profana, pri-
Antes de la revolución femenina ameri- vada y familiar. Lo contrario implica la
cana de la vivienda del siglo XIX, ésta se vigencia de formas premodernas y de ré-
concebía desde las necesidades del padre: gimen patriarcal, donde la presencia de
la vivienda como un lugar de descanso y servidumbre reflejaba el estatus y poder
reposo para el padre productor de la ri- familiar. Domesticidad premoderna, cuya
queza familiar. Un espacio dispuesto en vigencia extensiva en el Perú dice mucho
la lógica del poder patriarcal. En cam- de la mentalidad contradictoria de quie-
bio, aquella vivienda que surge desde la nes hoy se proclaman incluso modernos y
Norteamérica de la mujer que trabaja en liberales, sean miembros de la nueva neo-
(y para) su vivienda —como dice Witold ligarquía limeña o de la legión de “nuevos
Rybczynski— deviene más dinámica, de ricos” cosmopolitas y neoliberales. La ar-
espacios pequeños y más compacta. Otro quitectura de Alexia León parece sumir-
concepto de vivienda que se basa en las se en las contradicciones de una pulsión
necesidades de comodidad, eficiencia premoderna evidente, pese a la expresiva
y confort, regulado por el trabajo de la modernidad visual de su envoltura.
mujer de casa. ¿Qué representa la casa Entre los nociones de domesticidad implí-
de la calle Alfredo Salazar? ¿Es una casa citas en la casa holandesa del siglo XVII,
de una domesticidad impuesta desde la el hôtel particular parisino y la cottage in-
lógica de una sociedad patriarcal? ¿Es glesa del siglo XVIII, la casa americana de
una domesticidad concebida desde los las “ingenieras domésticas” del siglo XIX,
fueros de una reivindicación femenina la casa patio colonial americana y el cha-
del espacio residencial? ¿Qué significa el let urbano limeño del siglo XX, ¿cuál es
“dormitorio de servicio” (sic) como ex- la noción de domesticidad implícita en la
presión de una domesticidad premoder- casa que venimos comentando? ¿Repro-
na en una casa que supuestamente irra- duce una vigente?, ¿inventa una nueva?,
dia en su concepción funcional y morfo- ¿opta por una domesticidad idealizada?,
lógica una domesticidad moderna? ¿plantea una “suspensión” deliberada?
La casa de Alexia León apuesta decidida- Catherine Beecher, una de las precurso-
mente por una domesticidad contradic- ras “de abajo” de la arquitectura moderna
toria que se debate entre una especie de y la domesticidad norteamericana, in-
domesticidad antimachista, pero también ventó la idea femenina de casa en con-
una domesticidad contraria al manifiesto traposición a la noción masculina de la
feminista que buscaba eficiencia y como- misma. Mientras que la casa europea an-

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 112 115


Plantas del segundo y tercer piso. Digitalización: Juan Manuel Del Castillo.

tes del siglo XIX —como ya se señaló— tampoco se ubica como epicentro fami-
era concebida como territorio del varón: liar privado, sino más bien, como difuso
una casa sedentaria, una casa-refugio y espacio público/privado. Se anula en su
de descanso luego de la dura jornada de capacidad de ser espacio de intermedia-
trabajo; la casa americana forjada a partir ción. Consciente de estos impasses, la
de la segunda mitad del siglo XIX es una casa refleja en su propia redefinición la
casa concebida desde las necesidades de búsqueda dubitativa de una domestici-
la mujer: es una casa dinámica, supedita- dad alternativa.
da a los requerimientos del trabajo del ho-
Búsqueda infructuosa, pero búsqueda al
gar y la comodidad demandada para ello.
fin. Lo que aparece aquí como enuncia-
Como nos recuerda Witold Rybczynski, a
do se convierte inevitablemente en varias
partir de este momento, el salón deja a
preguntas: ¿No será que la arquitecta
la cocina el rol de epicentro y lugar prin-
recurre a una domesticidad idealizada a
cipal de atención de la casa; motivo por
partir de un programa genérico de refe-
el cual, la electricidad ingresaría primero
rencias preestablecidas por una comiten-
por la puerta de ella y no por la “puerta
cia en desconcierto? ¿O cuál es el sentido
principal” (p. 166).
de una arquitectura abstracta que recure
Lo interesante de esta casa es que recusa la a este tipo de domesticidad, vía la aspira-
idea de una casa con un epicentro identi- ción de hacerse domesticidad real y tradi-
ficado con alguna preeminencia de géne- cional sólo por la cita circunstancial de un
ro. Por el contrario, convierte el espacio patio esquivo que podría pasar casi como
vacío horadado del sótano y primer piso una cita de compromiso? En este caso, lo
en el principal espacio de la casa. Riesgo que parece interesar menos a la propues-
complicado, porque con este recurso, si ta es hacerse de una narración coherente
bien consigue subvertir el problema de la entre tipos históricos y usos históricos,
identidad doméstica de la casa (no es ni que apostar por la coherencia formal y
casa-refugio de descanso, ni casa-centro compositiva del conjunto. Aquí, las citas
de trabajo femenino), no ofrece ninguna a la tradición y una domesticidad real elu-
especificidad ni identidad, en tanto dicho siva se subordinan a la lógica de un apre-
espacio se revela casi como una “tierra de ciable rigor compositivo y constructivo.
nadie”: ni de la familia, ni de la ciudad; y Esto explica por qué la casa irradia una

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


domesticidad moderna sin encarnarla casas corbusianas y sus epígonos neorra-
como tal. Como ya se señaló, expresa una cionalistas, como Richard Meier, “eran
modernidad arquitectónica con domes- menos adelantadas que las de las ingenie-
ticidad premoderna, probablemente tan ras domésticas americanas” (p. 197). La
conservadora como la separación física casa de León posee un indiscutible valor
(acentuada por el vacío del primer piso) estético, así como niveles de confort do-
entre el sótano (servidumbre y ambien- méstico individualizados por ambientes.
te de trabajo) y la zona privada-familiar Pero, ¿es eficiente?, ¿es cómoda en todos
(sala, comedor y dormitorio) ubicada en sus usos? Probablemente, estas implaca-
los pisos superiores. Mundos interiores de bles ingenieras tengan respecto de estas
jerarquías traducidas en espacio tangible. cuestiones algo más que una enfática re-
¿Existe una domesticidad peruana así cusación. Habrían expresado que la pro-
como se habla de una domesticidad nor- yectista no comprende —citando a Ryb-
teamericana o italiana? Si la casa de czynski— que la aparición de la tecnolo-
Alexia León se plantea varios cuestio- gía y la gestión doméstica para lograr una
namientos como una especie de arqui- casa cómoda y eficiente reubica el estilo
tectura crítica en el sentido morfológico arquitectónico en un lugar subordinado.
respecto del entorno preexistente, lo De algún modo, siguiendo la prédica
cierto es que no consigue revelar ningu- moderna radical, la vivienda comentada
na nueva propuesta con relación a una aspira a representar un cuestionamiento
domesticidad crítica y alternativa. No de la idea misma de domesticidad y sus
hay nada nuevo en este caso, sino por principales exigencias: la comodidad, el
el contrario, varios gestos de un extraño confort, la eficiencia y el lujo expresa-
conservadurismo desde el punto de vista do en profusa decoración. Pero tiene los
arquitectónico y doméstico. mismos impasses de la vivienda moderna
La marcada autoidentificación de cada que se alzó contra el ornamento, los es-
ambiente, tan explícita como su acota- tilos de la época y una domesticidad y
miento por cada piso, es casi una apuesta confortabilidad burguesas para proponer
algo que no pudo resolver ni el minima-
premoderna respecto de las nociones de
lismo radical de la década de 1970: for-
espacio continuo y fluido de la vivienda
jar un estilo contra los estilos, hacerse
moderna. Rigidez espacio-funcional con
de ornamentos sin delito o fomentar un
fluidez espacial exterior. Una doble acti-
contenedor pretenciosamente neutral
tud que no encuentra puntos de contacto
y sin “contenido” preestablecido. Esta
en un solo espacio compartido, salvo la
casa parecería aspirar a una decoración
interfase del primer piso que articula/se-
sin estridencias ni ornamentos.
para la casa en dos universos distintos: la
zona de servicios (en el sótano) y la zona Está hecha de ello y para ello. El problema
privada-familiar (en los pisos superiores). es que a estas alturas, la decoración mi-
nimalista no sólo ha dejado de tener ese
Alexia León apuesta por la ética y estéti- cierto tono alternativo que pudo alcanzar
ca de raíz corbusiana y moderna con re- en la década de 1970, sino que se ha con-
lación a la presencia y funcionamiento de vertido en una moda paradójicamente re-
la tecnología doméstica: guarecerla para dundante (si el vacío puede serlo) y llena
resaltar la limpidez de las superficies. Su de impostura que únicamente reafirmará
casa aspira a fijar un estilo para subor- el lado reiterativo y escenográfico de la
dinar bajo su mandato el conjunto y sus casa. Sin embargo, hay en ésta un cierto
componentes; en este sentido, registra las afán por dotarse de esa especie de “auste-
mismas contradicciones y omisiones por ridad conspicua” tan cara e ilusiva como
las cuales Witold Rybczynski señala una el sueño de alcanzar alguna forma de sin-
verdad a todas luces compartida: que las gularidad evitando lo familiar: lujo refina-

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 114 117


do bajo el formato de sencillez estudiada. La necesidad de crear el universo domés-
Tal vez, la cocina sea el mejor testimonio tico ideal aparece aquí antes que una ne-
de este encuadre, ya que ella refleja el im- cesidad vital: una exigencia racional de
passe registrado en la casa entre sencillez, formar un orden preestablecido. El uni-
comodidad y eficiencia. La cocina tiene verso de la casa se encuentra demasiado
apariencia de oficina bancaria (todo en personalizado, tanto, que posiblemente
su sitio, encerrado y guardado, escondido no sea tan fácil instaurar otro proceso
en muebles ingeniosamente concebidos y de recreación antrópica que no implique
diseñados) como todas las cocinas supe- una desestructuración de la misma. Una
ditadas a un canon moderno y minima- privatización personalizada de la casa no
lista. Pero, una cocina no es una oficina significa la personalización del habitarla,
de banco emprendedor con aires de es- independientemente de si se trata de una
pacio globalizado. Una cocina es siempre vivienda individual o colectiva. Impasse
un taller, de cuya calidez puede depender de difícil resolución, pues como sostiene
cierta domesticidad confortable. Anatxu Zabalbeascoa “todas las casas
Entre un cierto, pero poco convincente, son, por lo menos al principio, las casas
moralismo a lo Adolf Loos y una aspira- del arquitecto” (2000). Y, en este caso,
ción por dotarse de una pátina de cultura mucho más aun, toda vez que la autora
doméstica local, la casa de Alexia León consigue establecer una relación vital,
encarna una domesticidad idealizada sin casi con la misma aprehensión de una
subjetivación enfática de una potencial madre que se niega a la partida del hijo.
nueva domesticidad. Esto no es bueno ni Relación compleja y comprensible no tan
habitual en el medio peruano.
malo en sí mismo: es la afirmación de una
aparente neutralidad que en esencia lle- “Nosotros no habitamos por haber edi-
va impregnada, hasta el último milímetro ficado—sostiene Heidegger—, sino que
cuadrado, la personalidad y visión parti- edificamos, y hemos edificado en la me-
cular de su proyectista. Por ello, la casa dida en que habitamos; es decir, en la
es —para decirlo en términos de Gustau medida en que somos los que habitan”
Gili— una “casa intrusa” con pocas po- (1954/2001). ¿Cómo funciona esta cons-
sibilidades de personalización que no sea tatación en el caso de la vivienda comen-
sino el espacio reservado a la decoración tada? ¿Es un espacio de transferencia por
interior. Algo así como si los cuerpos (re- imposición o decantación de modos de
cuérdese la noción vitruviana y corbu- habitar distintos? ¿Implica la búsqueda
siana de la casa como cuerpo de mundos de un morar neutral que en esencia es
internos y externos) pudieran ser acicala- un imposible humano? ¿Refleja el habi-
dos desde y sólo para el interior. tar de una familia que edifica su propia
morada a través de un arquitecto con un
Es obvio que la casa ha sido construida habitar particular?
para lucirse primero como tal y, después,
como espacio para el habitar. El alegato Casa habitada. Casa habituada
principal de Martin Heidegger formulado
en su conocida conferencia de Darmstadt La casa proyectada por Alexia León en-
de 1951, que dio lugar a su Bauen, Woh- carna, en todos sus atributos e impasses
nen y Denken, es que el edificar no tiene señalados, no sólo aquellos valores y an-
como fin construir moradas, sino el de tivalores de la arquitectura residencial
habitar. Y que el edificar como habitar, moderna y su reinterpretación posmo-
sobre todo en caso de las viviendas, im- derna, sino también aquellas dimensio-
plica un edificar que “cuida de”. ¿La casa nes que aluden a lo esencial de los pro-
de la calle Alfredo Salazar aparece para cesos de proyectar, construir o habitar.
cuidar a otros o cuidarse a sí misma? Pre- Dimensiones que los arquitectos suelen
gunta esencial que ella misma consigue olvidar con la misma frecuencia con que
revelar con explícita preocupación. reciben los encargos.

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


Los temas de la domesticidad fragmen- tra daño y amenaza; abrigo; resguardar y
tada, el desencuentro entre autonomía velar con esmero; cultivar y cosechar fru-
del proyecto y la casa “para otro”, o los tos. Una casa tiene que resguardar algo y
problemas de la distancia cultural entre conservarlo en su auténtica esencia: sien-
universalidad, contexto preexistente y do libre. “El rasgo fundamental del habi-
usuario particular, entre otras cuestiones tar —sostiene Heidegger— es este cuidar
medulares del diseño contemporáneo, (custodiar, velar por). Este rasgo atraviesa
aparecen también como cuestión en de- el habitar en toda su extensión”. Además,
bate en la arquitectura de Alexia León. implica un proteger auténtico cuando por
Y se constituyen como preguntas que anticipado se deja ser a algo en su esencia.
también aluden, en el fondo, a aquéllas
¿Cómo se origina el distanciamiento en-
que Martin Heidegger planteaba como
tre arquitectos y habitantes, entre Arqui-
problemas centrales en la vivienda con-
tectura y sociedad? ¿Los arquitectos y sus
temporánea: el sentido del construir y
viviendas no se merecen los usuarios que
el habitar, así como la distancia casi in-
tienen? ¿O los usuarios no se merecen la
franqueable entre vivienda planificada (o
bien diseñada) que se imponen al vivir arquitectura que se les ofrece a diario?
cotidiano y los hábitos, deseos o la plena Heidegger, cuya conferencia de Darms-
satisfacción de aquella domesticidad real tadt tenía como propósito enunciar nue-
de los seres humanos. vas ideas y caminos en la construcción
alemana de viviendas tras la Segunda
Heidegger establece una distinción entre Guerra Mundial, sostiene que la crisis de
ocupar un espacio y habitar, distinción ideas y soluciones adecuadas proviene de
que puede existir entre usar un espa- la separación entre la edificación como
cio cualquiera (oficina, fábrica o centro “cuidar de” (collere, cultura) y la edifica-
comercial) y el acto de habitar, acto de ción como creación de construcciones
ocupar una vivienda que se ofrece como (aedificare). Cuando el diseño sugiere más
un espacio dotado de atributos especiales. un interés de construir un artefacto para
Se puede usar todos los espacios e inclu- la celebración antes que edificar algo para
so ciertas viviendas, pero sólo en algunas “cuidar de”, entonces la oposición entre
de éstas se puede habitar. Para el autor de construir y morar se hace evidente. Y éste
Sein und Zeit (Ser y tiempo, 1927), el gran es uno de los impasses centrales que la
desencuentro entre la vivienda moderna y casa de Alexia León no consigue superar,
la satisfacción plena de los seres humanos tanto por el imperativo autoimpuesto de
se origina en la distinción y separación coherencia personal con una obra parti-
establecida entre el construir y el habitar, cular, cuanto por el visible control ejerci-
entre el fin y los medios. Su afirmación es do por todos los componentes de la obra.
concluyente: “…edificar no es sólo medio
y vía para morar, por cuanto el edificar es Esto explica por qué la noción del habitar
ya en sí mismo, habitar”. Aquí, construir, adquiere en este caso un sentido más figu-
habitar, ser y estar aparecen como una rado que real, sólo equivalente al esfuerzo
sola dimensión existencial. Los hombres de “iconización” (casi hasta su completa
somos y estamos, porque habitamos, y banalización) de uno de los espacios más
habitamos, porque somos y estamos: “El emblemáticos de la domesticidad estable-
hombre —como dice Heidegger— es en cida en el imaginario íbero-latino-ameri-
tanto habita”. Y el habitar no sólo signifi- cano: el patio. Aquí, el patio de la casa
ca un comportamiento, sino que, por sus —como se ha expresado— no sólo ha
vínculos lingüísticos, está asociado a pala- sido recluido al sótano abierto, sino que
bras que significan una serie de dimensio- no constituye ningún epicentro protegido
nes relacionadas con la tierra, el apego; el e íntimo de la vida doméstica generada
permanecer; detenerse; estar satisfecho; en su contacto directo con los espacios
reposar en paz para la paz, protegido con- que gobiernan la domesticidad real: la

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 116 119


Planta del cuarto piso y azotea. Digitalización: Juan Manuel Del Castillo.

sala, el comedor y los dormitorios. El no como dominio transformado e impregna-


haber prolongado la escalera interna del do de subjetivación concreta, mientras
área privada de la casa —que hubiera que el espacio se nutre de manera vital
podido conectar directamente estos espa- de la impronta personal de su demiurgo.
cios con el patio—, tal vez sea la señal No hay lugar habitado y habituado, sino
que confirme esta ruptura evidente entre espacio sobreactuado de significado y re-
un dominio y otro, entre el patio ausente dundancia tipológica.
y el figurado. En este caso, se accede a él
Cuando ninguna de estas nociones (espa-
por una interfase pública de una escalera
cio, lugar y habitar) está en la base del
abierta y autocelebrada: el patio no es el acto de pensar, proyectar y construir; en-
epicentro en sí para ser patio, sino un des- tonces, se hace inevitable lo artificioso de
tino circunstancial. la arquitectura y el empobrecimiento del
¿Cómo es el construir desde la esencia del acto de morar como acto creativo, pro-
habitar? ¿O cómo es el construir desde la tector, fructífero y dotado de aquel con-
esencia del construir? ¿Alexia León dise- fort que sólo una auténtica domesticidad
ña la vivienda desde la esencia del cons- natural (y habitual) puede forjar.
truir o desde la esencia del habitar? ¿Cuánto de esto refleja la casa que esta-
mos comentando? He ahí un auténtico
La casa refleja de manera expresiva el
dilema que he querido dilucidar. Lo que
sentido de un artefacto diseñado y cons-
sí resulta perceptible es que en la casa, el
truido desde los dominios ideológicos y
espacio/lugar no funciona con las preocu-
prácticos del construir, mas no del habi-
paciones de legitimar una determinada
tar heideggeriano. De ahí, sus profundas domesticidad, sino que está orientado a
contradicciones e impasses de resolución separar las esferas de lo interior y lo exte-
coherente. El habitar aparece como un rior, de lo visible y lo guarecido como ám-
medio y no como un fin, y éste es un bitos de mediación espacial, y no como
rasgo que se acentúa cuando se empieza mediación doméstica entre lo privado y lo
a develar las nociones de espacio y lugar público, entre lo personal y lo colectivo,
implícitas. Esta casa es la frontera que entre la vivienda y la ciudad. Como dice
preanuncia un espacio y un lugar como Heidegger, “la esencia del construir es el
mundos al revés. El lugar no se encuentra dejar habitar”.

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


Se ha criticado, y con razón, el inocul- del patio y la acumulación de fragmentos
table sentimiento ruralista de apego a la como ejercicio de retorno a los orígenes.
tierra que está en la base de la visión de Existe un corte profundo, no digamos fe-
Heidegger sobre el construir y el habitar. noménico, en la caja muraria de la casa,
La casa en cuestión se encuentra cier- que es el vacío creado en el primer piso
tamente lejos de este ruralismo atávico. como interfase entre la zona familiar-pri-
Aparece como una particular forma de vada y la zona de servicios, por así decirlo.
subversión de este sentido heideggeria- En este detalle, hay un elemento de no-
no de concebir la casa como una forma tación compleja que puede sugerir varias
de arraigo a la tierra. En la vivienda de lecturas: por un lado, una explícita voca-
la calle Alfredo Salazar, la vida doméstica ción de separar las partes de una casa en
empieza literalmente desde y en el aire función del uso asignado a cada una de
(el estudio y la biblioteca ocupan el só- ellas; por otro, podría interpretarse como
tano). Tal vez, la pulsión esté más cerca un vacío horadado del cubo matriz sólo
de algo que la autora intenta plasmar: la por razones compositivas para enfatizar la
necesidad de hacer que la casa “vuele” y contundencia formal del volumen princi-
“flote”, literalmente. Gesto que no hace pal, pero no hay composición ingenua; y,
sino recordarnos —a través de Ícaro y finalmente, como un espacio-pausa que
Dédalo, el primer arquitecto mítico— el acentúa el carácter fragmentado y acu-
sentido mitológico de este propósito: que mulativo de un ritmo leído en vertical por
el objetivo de todo constructor no es ser- el cual, se desvela un gesto deconstructor
vir a la ley de la gravedad, sino vencerla del universo residencial.
conquistando la dimensión de lo vertical. Hay algo de ciudad collage (en este caso,
Pero en este caso, sólo es un homenaje de edificio collage) en los términos del for-
referencias estrictamente formales. malismo analítico postulado por Colin
Aun siendo una casa cuyo sentido com- Rowe; pero mucho más de la postura
positivo queda supeditado a los principios deconstructiva de un Peter Eisenman y
de un diseño anclado en un racionalismo sus experimentos conceptuales con ca-
de continuidad previsible, hay un gesto sas unifamiliares, empezando con la casa
deconstructor al momento de fijar los Esherick (1965). Sin embargo, no en el
fragmentos con los que debía “armarse” extremo que supone su casa X (1976), en
luego. Como en el caso de Heidegger (y tanto deconstrucción radical de la casa
Jacques Derrida después), para quien su Dominó de Le Corbusier: gesto parrici-
deconstrucción lingüística supone una da, que supone más identificación que
vuelta a los orígenes, en el de Alexia distancia con el maestro, un gesto más
León, existe similar intento al recurrir al teatral que esencial, como el no cuestio-
patio como el origen histórico de la típi- nar la domesticidad familiar moderna.
ca casa-patio, una de las casas madres del La casa de Alexia León ensaya con el
universo residencial humano. El proble- mencionado interregno espacial (que es
ma es que este gesto deconstructor no inflexión-concavidad-pliegue) un gesto
consigue definir un auténtico retorno a de deconstrucción en cierne, pero con
los orígenes, sino apenas a un hipertexto la suficiente intuición (¿o timidez?) para
de patio que renuncia al develamiento de dejarlo allí donde empezó a revelarse con
una esencia capaz de redundar una nueva tal autonomía y un cierto aire a la típi-
realidad. Entre sedentarismo y nomadis- ca espacialidad del Rem Koolhaas de las
mo, la casa no consigue revelar las claves Zwei Villen Patios (1984-1988) y la Villa
ni de una ni de otra posibilidad. Fusión Dall`Ava (1985-1991).
que aparece como confusión, pero de-
En esta voluntad de hacer evidente los
construcción al fin.
distintos cuerpos que componen la casa
Sin embargo, el gesto deconstructor en la a través de un cierto efecto de ensam-
casa no parece reducirse sólo al sentido blaje, si bien no se adopta la estrategia

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 118 121


formal de un racionalismo extremo, hay obra de Alexia León. Del mismo modo
un gesto de funcionalismo nominal (cada que Wittgenstein sostenía que la Arqui-
ambiente contiene de manera genéri- tectura, como la Filosofía, debía ser “una
ca funciones igualmente genéricas) con labor aplicada a uno mismo”, la de ella
resultados inesperados: es una casa que implica una apuesta intelectual que in-
aspira a irradiar una completa autonomía terroga su propio trabajo. Sin embargo,
como forma, pero con una arquitectura esta capacidad de la Arquitectura debería
resuelta bajo un imperativo funcional tan ser mediada por aquella relación esencial
extremo como la asignación de funciones —como sostiene el autor del Tractatus lo-
individuales para cada ambiente. Aquí, gico-philosophicus— entre el decir y mos-
el concepto de fluidez espacial y formal trar (sagen und zeigen). En el caso de la
entra en colisión con el principio esencial vivienda comentada, quiere decir mucho,
del proyecto moderno: que las funciones no obstante una composición de formas
no pueden ser delimitadas y encerradas simples y materiales puros. Aquí, decir
de manera definitiva y estática, tal como y mostrar no aparecen como realidades
acontece en la casa. Movimiento contra complementarias. Seguramente, a pesar
el movimiento: he aquí la señal de una ló- de la autora, se muestra más de lo que
gica racional-funcionalista que no pasa realmente se dice; prefigura lo no prefi-
por una deliberada subversión concep- gurable: algo que el propio Wittgenstein
tual del efecto de contradicción, sino, quería evitar como filósofo y arquitecto.
más bien, por una aún comprensible in- “Mi ideal —decía Wittgenstein en su Ver-
seguridad relacionada con la resolución mischte Bemerkungen de 1929— es cierta
de este dilema. frialdad. Un templo que sirva a las pasio-
nes como entorno, sin interferir en ellas”
Arquitectura del imperio de la razón (citado por Fabian Goppelsröder, 2006).
y/o los sentidos
El problema es que esta frialdad y dis-
Alexia León sigue el camino inverso del tancia sólo son posibles tras la conver-
Wittgenstein arquitecto: mientras él sión de pasiones concretas en pasiones
abandonó el ideal de la casa perfecta de relativas, de una domesticidad estándar
1926 (la casa sin ornamento de su her- en una concreta y humanamente real.
mana) para retornar a su primigenia casa- Los containers neutros, sabemos dónde
hogar diseñada en Skjolden (Noruega, terminan cuando se hacen arquitectu-
1914), León deja su casa autocentrada ras. Heidegger contra Wittgenstein: es
de la playa Bonita, para construir una la diferencia entre el construir sin ha-
casa-ciudad compleja con aspiraciones bitar y el construir como habitar. Aquí,
de hogar urbano. Mientras en uno este el esfuerzo de la autora, de fomentar la
autoexilio racional supone un enfático claridad espacial —a través de líneas y
desencanto con el mundo inmediato, en volúmenes puros, sin adornos, con már-
el caso de ella, este tránsito implica un re- mol liso que enfatizan el sentido de lo
corrido aún dubitativo: aquí la búsqueda artificial—, supone para la casa el inten-
del hogar resulta fallido por la ausencia to por afirmar una presencia atemporal.
de una noción clara y contundente del La casa se levanta como si estuviera de-
habitar heideggeriano. Sin habitar no hay liberadamente fuera de lugar, pero con
construcción. Pero existe entre ambos la inocultable aspiración de depender de
gestos un punto de contacto, una apuesta
un código cultural y de un contexto es-
obsesiva por el absoluto control racional
pecífico. Ésta es la decisiva función que
del artefacto construido, en todos sus más
se le adjudica al imponente árbol de la
mínimos detalles.
calle, ubicado frente a la casa. Curioso
La casa como reflexión personal, he ahí gesto, porque se trata de un usufruc-
uno de las cualidades encarnadas por la to consciente desde las fronteras de un

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


universo artificial concebido como un misma ruta —salvando las distancias—
espacio deliberadamente “desértico”. de otros “viajes” que inventaron lo nuevo
como el de Le Corbusier a través de su
Pretender ser una máquina formal, cons-
Maison Citröhan en todas sus cuatro ver-
tructiva y técnicamente bien hecha, y as-
siones, desde la de 1920 a la de 1927. O
pirar a que no funcione como tal (noción
el viaje en segunda edición de un primer
distinta de la consigna corbusiana) es un
Peter Eisenman y sus múltiples transfor-
problema que no ha encontrado en esta
maciones del cubo-casa, desde la versión
casa una solución adecuada. La razón: la
I a la X. Viajes iniciáticos, pero esencia-
casa y las funciones respectivas han sido
les en la decodificación de un lenguaje
acotadas y reducidas bajo la misma lógica
legible y replicable. Pese a que las dos
de control racional, tanto que cualquier
casas de León enuncian una coherencia
ampliación o modificación espontánea
esencial en el lenguaje formal, hay en
de ella no se encuentra en la naturaleza
éstas elementos que las hacen distintas,
misma del ser así concreto de la casa. Es
pero pertenecientes a una misma volun-
una máquina, debe funcionar como eso,
tad personal.
pero no es una “máquina para vivir”. Ni
el mismo Le Corbusier pudo resolver este Sin embargo, se trata de un viaje contra-
impasse ontológico provocado por un ra- dictorio en relación con sus referentes
cionalismo maquinista extremo con el inmediatos. Mientras que en el proceso
que la arquitecta parecería establecer al- de hacerse de nuevos problemas de con-
guna forma inconsciente de empatía. La cepto y diseño está más cerca del senti-
casa se encuentra en la antípoda de cual- do que irradia la indagación corbusiana,
quier posibilidad de disolución formal, es- en lo que atañe al vocabulario formal y
pacial y funcional. Una arquitectura que del detalle constructivo adoptado está
pueda albergar incluso los signos de una más cerca de Eisenman y sus primeras
no-arquitectura, es algo que está lejos casas de la serie del cubo y del Richard
de una puesta que ha optado —como en Meier de la casa Saltzman (1967) y su
este caso y respecto del problema de las manierismo blanco, entre otras búsque-
relaciones forma/función— por la seguri- das dirigidas a reinterpretar las fuentes
dad de lo conocido, antes que por el ines- originarias de la primera arquitectura del
perado camino de una experimentación Movimiento Moderno.
radical. En este sentido y por la serie de El paso de la Maison Citröhan de 1920
impasses citados, la casa de Alexia León a la versión de 1927 implica en sí mismo
se revela como legible y sencilla, pero está una profunda reflexión intelectual que
dotada de complejidad y cierta redun- concluiría con sus famosos cinco princi-
dancia tipológica y formal que refuerzan pios. Es el tránsito de la compacidad a la
la idea de un edificio convertido en un ligereza y los pilotis, del espacio nominal
fin en sí mismo. Una casa en sí y para sí, a la planta libre y la ventana corrida, del
una casa para los sentidos del imperio de espacio controlado a uno más dinámico
la razón. y abierto; en otras palabras, es el proceso
de una sistemática reducción de la Arqui-
De la casa-cobijo a la casa-ciudad: tectura en sus dimensiones esenciales. A
Entre abstracción real y subjetiva su modo, la casa de Alexia León —con
relación a la casa de la playa— representa
La casa que venimos comentando es una el paso de la compacidad autogenerada al
especie de estación circunstancial en un espacio abierto y fluido, de un universo
aún pequeño viaje personal. Sin embargo, formal autocentrado a uno que represen-
el tránsito de la casa-cobijo de la playa a ta múltiples interdependencias interior/
la casa-ciudad de San Isidro aspira a re- exterior. En suma, es el tránsito de una
correr con cierto control intelectual la vivienda-horizontal a una vivienda-ver-

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 120 123


tical, de una casa-cobijo a una casa-ciu- terraza-jardín en el cuarto piso y su techo
dad, de una casa endogámica a una casa calado, contribuyen a reforzar un len-
exogámica, de una casa abstracta a una guaje de arquitectura objetiva y belleza
casa de referentes culturales. abstracta en el sentido corbusiano y sus
reinterpretaciones posmodernas. Hay un
Alexia León se nutre de los procedimien- indiscutible sentido de equilibro propor-
tos y recursos lingüísticos provenientes de cional y elegancia formal en el marco de
la abstracción arquitectónica, antes que un volumen que no renuncia a una cierta
de la figuración o mimesis naturalista. Es monumentalidad, lo que contribuye —en
una identificación intelectual y estética. otro plano de referencias— a crear señas
Cubismo y Neoplasticismo, siendo aún ca- de ambivalencia denotativa/connotativa
minos con divergencias apreciables, con- entre ser y representar o una vivienda
curren en el diseño de la arquitecta como unifamiliar, o un edificio “multifamiliar”
estrategias relativamente conscientes de de departamentos, o un edificio institu-
reducción y control formal-espacial de la cional de oficinas. Esto se explica no sólo
casa. La base del menú: un orden geomé- por la contundencia de los ejercicios de
trico preestablecido, una trama modular abstracción y reducción funcional de los
irreductible, así como un repertorio de espacios, sino por la deliberada relativiza-
formas plásticas absolutas, espacialidad de ción de la oposición forma/función.
desplazamientos (constante fluctuación
arriba/abajo y costados) y una percepción Es evidente que Alexia León convierte
cinemática del conjunto (varios pisos e la fachada de la casa en un motivo de
interconexión continua/discontinua); fruición racional. Todos los elementos
además de aquellos interregnos, silencios de su repertorio aparecen aquí puestos
y ritmo fragmentado, donde el lleno se di- bajo un concepto de rigor compositivo
luye en un vacío esencial para hacer evi- y disciplina geométrica. Hay en esto una
dente a su plenitud esos tres elementos especie de inocultable hedonismo formal
que László Moholy-Nagy considera como y constructivo que está más allá del uso
esenciales del vocabulario abstracto: las perceptible de los trazos reguladores del
superficies, el volumen y el espacio. Nada proyecto. Con ello, el ritual que sacraliza
más que eso: “escultura” abstracta atem- los elementos racionalistas del lenguaje
poral con minimalismo real y ontológico, alcanza su principal objetivo: ser una ar-
inconsciente arquitectónico de una tradi- quitectura que hable de ella misma. Un
ción de la que la arquitectura de Alexia gesto metalingüístico tan caro a toda la
León se siente tributaria en lo esencial. arquitectura del manierismo a lo Meier y
Su sujeción imaginaria al cubo matriz es otros epígonos del género, y algo que apa-
uno de los pocos factores que la distan- rece de manera más enfática en su casa
cian de ese Anticubismo neoplasticista de la playa Bonita.
que quedaría perfectamente expresado Pero la de la calle Alfredo Salazar, se con-
en la casa Schröeder de Gerrit Rietveld cibe en el fondo y más allá de depuracio-
(1924) y el pabellón de Barcelona (1929) nes contemporáneas, bajo las premisas
de Mies van der Rohe. de una ética y estética racionalistas. No
Superficies perfectamente planas, volu- sólo está presente el énfasis en la idea de
men despegado del suelo por un sistema control dimensional, resolución modular
estructural de losas dobles encasetonadas y sujeción tecnológica, sino, también,
y vigas postensadas, que no sólo hacen aquello que resulta central en la noción
“volar” la casa sobre el vacío del primer racional de ciudad y Arquitectura en lo
piso, sino que también contribuyen a que atañe al control funcional de la mis-
reforzar la imagen de plantas libres con ma: el zoning como sectorización de las
ventanas corridas. La escalera de un solo cuatro funciones básicas registradas por
tramo del primer al segundo piso, acogi- la Carta de Atenas. Sólo que en este caso,
da por el volumen principal, así como la funciona como una auténtica metáfora

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


de esta ciudad. Hay un zoning como man- una transparencia literal o cultural, real
dato que se materializa en la presencia de o ilusiva? Ambas. Hay una transparen-
espacios-funciones físicamente diferen- cia inherente al vidrio, pero también hay
ciados por pisos cual barrios o sectores una fenomenológica, cuyos límites serán
funcionalmente separados en la ciudad. siempre de pronóstico reservado.
El imperativo de un terreno pequeño y
una casi inevitable construcción en altu- La casa irradia —y se esmera en hacer-
ra, no tiene porque implicar un inevitable lo evidente— esa especie de programa
zoning doméstico. La fluidez y dinamismo máximo del minimalismo artístico: su-
espacial del exterior no se revela a un in- perficies puras, simplicidad, desmateriza-
terior resuelto con visible rigidez espacial lización espacial, atmósfera aséptica y ese
“vacío hipnótico” del que habla José Ma-
y funcional.
ría Montaner. Pero, en este caso, el espí-
Ante la evidencia de este impasse irresuel- ritu minimalista, que viene empaquetado
to, la casa opta por uno de los caminos en el cubo matriz abstracto sin “ilusión ni
posibles: aminorar (¿o encubrir?) el peso alusión”, para emplear la frase del artis-
de la sectorización y diversidad funcio- ta norteamericano Donald Judd (1928-
nal-espacial a través de la unificación 1994), se despoja de todo radicalismo en
cromática y tectónica. El otro habría sido la proporción medida del manierismo pre-
convertir esta fragmentación y diversidad sente en el “llenado” cultural de muchos
en motivo de construcción y expresión for- de los ambientes. Es ese minimalismo
mal, alternativa alejada de ese cierto clasi- conspicuo al que hace referencia Witold
cismo conservador que fundamenta la no- Rybszynski, explicable por el dilema —que
ción de unidad de la autora del proyecto. no sólo alude a los propietarios, también
al arquitecto— entre poder económico
Sin embargo, no obstante esta afirmación y la imposibilidad de hacerlo estridente
de unidad, la casa, con su zoning eviden- a través de la exaltación minimalista del
te y los fragmentos individualizados ho- vacío; a menos que se trate de alguien
rizontalmente piso a piso, registra, desde con auténtica vocación por la austeridad
el punto de vista de la lógica de articula- y sencillez, no obstante la fortuna de por
ción, una especie de edificio collage que medio. Esto es un imposible cultural y
puede evocar en su escala —como ya se práctico en un medio como el peruano,
mencionó— aquellos principios de la ciu- de sensibilidades barrocas y nuevos ricos
dad collage de Colin Rowe. Ciertamente, con sed de figuración social; salvo que
no es un edificio collage de fragmentos el minimalismo aparezca aquí —como
radicalmente distintos desde el punto de acontece de manera extendida— como
vista temporal y morfológico; sin embar- pura y patética escenificación. Sin duda,
go, cada pieza se hace de formatos y do- en este sentido, la casa de la playa Bonita
mesticidades distintas, complementarias aparece con una simplicidad y economía
y contradictorias, atenuadas sólo por el de recursos más naturales, que la de San
blanco unificador. Isidro, posiblemente más presionada por
el dilema aludido.
La casa quiere proponer una relación pri-
vado/público aparentemente sin obstácu- Hay en la arquitectura de Alexia León
los visuales. La piel de vidrio en la fachada algo de la ética y estética miesianas. En
resulta más extensiva que la muraria, tan- ambos casos, la búsqueda de la verdad
to que es el principal factor que le otorga queda, como en Heidegger, en la esencia
apreciable ligereza y el efecto de difumi- del diseño. Pero, aquí, la verdad aparece
nación de los límites y bordes. También, —como sostiene Fernando Casqueiro al
hay, sin duda, una inocultable voluntad intentar establecer las relaciones entre
de buscar transparencia doméstica y ur- Heidegger y Mies van der Rohe— en
bana. ¿Se trata de la “nueva transparen- su doble acepción: como “máxima ver-
cia” de la arquitectura globalizada? ¿Es dad constructiva en su simplificación o

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 122 125


desocultamiento irreductible y máxima lo contrario, se precia de su condición
verdad social o de uso” en su propósi- de artificio acabado desprovisto de al-
to de contener la mayor posibilidad de guna forma de naturaleza-natural. Basta
usos (pp. 71-88). imaginarse un cuadro no imposible en el
futuro: la casa desprovista del árbol públi-
¿Cuál es la verdad que busca? Es una ver- co hecho parte. En realidad, debería ser
dad concesiva (por lo tanto, elusiva) entre vista sin este componente para valorarla
todas las posibilidades (más formales que en su exacto sentido y su nivel de aporte
ontológicas) del “menos es más” miesiano a la sostenibilidad del biótopo urbano del
y la verdad tipológica de una historia cita- que forma parte. De una u otra forma, está
da con elocuencia, pero paradójicamente hecha de la persistencia antiecológica que
recusada en su esencia. supone esa noción vitruviana de que la
mejor arquitectura es aquella que no pue-
Casa blanca versus casa verde de evocar ninguna evidencia del incierto
mundo de la naturaleza. Artificio puro.
La asunción del cubo como el artificio
matriz de la casa tal vez se explique por La ausencia de una sensibilidad ecológica
la necesidad de desplegar no sólo una de- es la misma que la de la mayoría de los
terminada racionalidad geométrica, sino, grandes maestros del Movimiento Mo-
también, una enfática artificialidad, cuya derno y los epígonos de la nueva raciona-
veracidad y lucimiento dependen de una lidad. No podía ser de otro modo si todos
drástica oposición a la única señal de na- seguían deslumbrados por imágenes tan
turaleza viva que tiene enfrente: el árbol sugestivas como trágicas (desde el pun-
de marras. La casa no se dispone como to de vista de una ética ecológica) como
un acto de homenaje decoroso y proac- aquella descrita por László Moholy-Nagy,
tivo (que ofrece más “parientes” al árbol tan vigente para la casa comentada como
la explícita apropiación del árbol público
solitario), sino como un aprovechado ar-
por parte de la misma. “Una casa blan-
tificio dispuesto para usufructuar su exis-
ca —escribía el autor de La nueva visión
tencia, como si el árbol fuera suyo: una (1929/1963)— con grandes ventanales
especie de “antropófago” de plantas que de vidrio, rodeada de árboles, se hace casi
vive literalmente de la sombra y presencia transparente cuando el sol la ilumina.
de un árbol público que se conserva con Los muros blancos actúan como pantallas
los impuestos de todos los ciudadanos de proyección en las cuales las sombras
del distrito. La casa intenta proyectar, en multiplican los árboles, y los vidrios de las
medio de cierta monumentalidad, un es- ventanas actúan como espejos, refleján-
quivo respeto por el contexto (el árbol) a dolos. El resultado es una perfecta trans-
través de una refinada, pero elusiva sere- parencia; la casa se convierte en parte
nidad. Sin embargo, en el fondo, esta rela- de la naturaleza” (Moholy-Nagy, p. 119).
ción con el árbol resulta reveladora de una Pura ilusión óptica.
visible ideología antiecológica de la casa.
Este rasgo es su defecto más notorio. Puerta de salida
Asimismo, no registra ninguna apuesta Probablemente, haya una arquitecta sal-
por aquello que hoy constituye el uni- vaje en Alexia León, que se esconde (o
verso de la construcción biológica o la se justifica) bajo la contundencia de una
ecoarquitectura. No apuesta por ninguna implacable racionalidad y la búsqueda de
forma de energía alternativa, ni recurre una arquitectura controlada, acabada y
al uso del amplio catálogo de materiales endogámica. Es un camino posible para
amigables al ambiente, como tampoco exorcizar los demonios a los que hace re-
se plantea el funcionamiento de algunas ferencia Fernando de Szyszlo. Si fuera así,
formas alternativas de reciclaje domés- su arquitectura no protege nada, sino que
tico de aguas grises y desperdicios. Todo huye de sí misma.

A revista de la facultad de arquitectura y urbanismo de la pucp año 2 número 3


Sin embargo, y más allá de esta humana sólo puede ser formado por los habitantes.
constatación, el mérito importante de la Pero, es claro que en la percepción de los
casa es introducir una tipología y formato espacios domésticos, el ojo no suele ser tan
de vivienda identificado con una dimen- importante como la piel. Luis Fernández-
sión casi colectiva en medio de una urbani- Galiano decía que: “Los arquitectos, obs-
zación que, hasta hace poco, era el reino del tinados habitantes de un universo visual,
chalet neorromántico limeño. Hay en este han prestado una atención escasa a todo
gesto un acto de transgresión tipológica y aquello que no escapa a la mirada” (1988).
morfológica indiscutible. ¿Quién gana: la
Con tan pocas obras aún en su haber y una
casa, la ciudad o ambas? Pregunta de res-
nominación como finalista en el II Premio
puesta complicada, pero que, en esencia,
Mies van der Rohe Latinoamericano del
sirve para constatar que en este esfuerzo
año 2000 por su casa en la playa Boni-
por establecer una nueva dialéctica entre
ta, Alexia León se ha planteado —como
ciudad y vivienda, se revela uno de sus flan-
ese viaje de experimentación ya mencio-
cos más explícitos: no ofrecer nada más que nado— tomar la Arquitectura como un
la imagen rotunda de una insólita vivienda proceso de reflexión y cuestionamiento
individual. Más allá de esto, la casa se sirve personal. Una apuesta desacostumbrada
de la ciudad con la misma e imperiosa nece- en el medio peruano. Es un acto vital de
sidad de dotarse del único testimonio verde identificación con la propia Arquitectura.
del que hace gala, ese imponente sauce que Respetarse y respetarla.
se encuentra frente a ella. ¿Qué va a pasar
—como ya se señaló— el día en que este La casa de San Isidro es un episodio de
árbol, por cualquier razón, no se encuentre este proceso; por lo cual, la obra no puede
más allí? La respuesta es obvia. ser asumida como la consumación satis-
factoria de los problemas que la misma pro-
“La casa, como las personas, como todos los yectista intenta absorber con entereza. La
organismos vivos, tiene un cuerpo interior casa está hecha, por ello, de muchas hipóte-
y otro exterior que conviven al unísono” sis antes que de axiomas concluyentes.
(Zabalbeascoa, 2000). Para Le Cobursier,
la casa es una extensión cuantitativa del
cuerpo y un universal categórico de fun-
ciones estándar. Aldo Rossi hace referen-
cia a la casa primitiva y el hogar como un Referencias
cuerpo que se puede vestir y desvestir en Casqueiro, F. (2006). Heidegger y Mies: realidad y
función de los requerimientos funcionales, apariencia. En L. Madrazo (Ed.), Forma: Pensamiento.
Interacciones entre pensamiento filosófico y arqui-
ambientales o culturales del usuario. ¿Cuál tectónico (pp. 71-88). Barcelona: Editorial Engunyería
es el cuerpo y la piel de la casa de Alexia i Arquitectura La Salle, Universitat Ramon Llull.
León? ¿El de ella? ¿El de los usuarios? Fernández-Galiano, L. (1988). El fuego del hogar. La
producción histórica del espacio isotérmico. A&V
A primera vista, la casa irradia una per- Monografías de Arquitectura y Vivienda, 14.
sonalidad aparentemente neutra. Pero Gili-Galfetti, G. (1999). Mi casa, mi paraíso. Barce-
no es así. Su piel registra una dramática lona: Editorial Gustavo Gili, S. A.
tensión entre la impronta de una autora Goppelsröder, F. (2006). Arquitectura de la “segunda”
sobreprotectora de su obra y la presencia, filosofía wittgensteiniana [versión electrónica]. Toma-
do de http://www.atopia.tk/architex/witthoes.htm
seguramente insegura, de propietarios
abrumados por una intimidante perfec- Heidegger, M. (1954/2001). Conferencias y artículos/
Martin Heidegger (Traducción E. Barjau, 2da. ed.).
ción constructiva. En el fondo, se trata de Barcelona: Ediciones del Serbal.
los típicos conflictos de posicionamiento Moholy-Nagy, L. (1929/1963). La nueva visión y re-
entre la vivienda de autor y la vivienda seña de un artista, Buenos Aires: Ediciones Infinito.
del habitante, entre las casas-manifiesto y Montaner, J. M. (2002). Las formas del siglo XX. Bar-
las casas-hogar anónimas y entrañables. celona: Editorial Gustavo Gili, S.A.
Rybszynski, W. (1986/1989). La casa. Historia de una
Tampoco se puede atribuir a la autora la idea (1era. ed.). San Sebastián: Editorial Nerea, S. A.
imposibilidad de evocar un hogar consis- Zabalbeascoa, A. (2000). La casa del arquitecto (4ta.
tente, cuando todos sabemos que el hogar ed.). Barcelona: Editorial Gustavo Gili, S. A.

vivienda, hogar y ciudad / wiley ludeña urquizo 124 127

También podría gustarte