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ÍNDICE
p 003 EDITORIAL
p 136 abstractS
Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Edición / EDITION
Luis Rodríguez Rivero
DIAGRAMACIÓN / DIAGRAMMING
Fiorella Pérez Rios /Alexandra Alva
traducción / TRANSLATION
Diana Akemi Hori
Impresión / PRINTING
Grafic ASPA
Oficina de Redacción:
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, PUCP
Avenida Universitaria 1801
San Miguel, Lima—Perú
Telf: (511)6262000
Correo electrónico:
Arevista@pucp.edu.pe
http://www.ARevistaArquitectura.pucp.edu.pe
ISSN 2072 – 1056
Hecho el depósito legal 20070 – 00642
la misma cosa: mientras lo primero de- dianas; constituye el reflejo del habitante,
signa al marco físico espacial, lo segundo de sus sueños, sus esperanzas, sus tragedias
está (o debe estar) asociado al universo o su memoria” (p. 7).
creado por el consumo social y cultural de ¿Cómo funciona la construcción de un ho-
este marco. Piel física de piel humana. gar en el marco de una vivienda estándar
Nadie construye viviendas sólo para te- de función colectiva? ¿Resulta mejor un
nerlas, se las construye para hacer de ellas espacio neutro que luego será convertido
hogares concretos. Puede existir una vi- en hogar habitado y habituado? ¿O resulta
vienda sin hogar, pero no hay un hogar más convincente una vivienda personali-
sin vivienda. zada como hogar preestablecido?
La vivienda es una condición básica, don- Una pregunta adicional, la misma que se
de la gente desarrolla su vida con la posibi- formula Gustau Gili: ¿Puede el hogar ser
lidad de crear un hogar particular. Si bien una expresión arquitectónica?
la noción de hogar está asociada a aspectos El ámbito de la arquitectura residencial
de la vida doméstica que registran un fuer- —donde no opera un yo neutral y co-
te contenido emocional y subjetivo, puede lectivo, sino un yo individual y fami-
definirse en los términos de Gustau Gili- liar— es uno de esos territorios minados
Galfetti como “…la vivienda individuali- donde cualquier gesto y propuesta arqui-
zada, una expresión de la personalidad y tectónica pueden adquirir el sentido de
los modos de vida (…). El hogar es una una autentica conmoción con víctimas
condición compleja y difusa, que integra y contusos que incluyen a usuarios di-
memorias, imágenes, deseos, miedos, pa- rectos y al propio arquitecto. Después de
sado y presente; comporta un conjunto de todo, la vivienda y, con ésta, la cultura
rituales, ritmos personales y rutinas coti- doméstica, se hace tal con aquellos as-
tes del siglo XIX —como ya se señaló— tampoco se ubica como epicentro fami-
era concebida como territorio del varón: liar privado, sino más bien, como difuso
una casa sedentaria, una casa-refugio y espacio público/privado. Se anula en su
de descanso luego de la dura jornada de capacidad de ser espacio de intermedia-
trabajo; la casa americana forjada a partir ción. Consciente de estos impasses, la
de la segunda mitad del siglo XIX es una casa refleja en su propia redefinición la
casa concebida desde las necesidades de búsqueda dubitativa de una domestici-
la mujer: es una casa dinámica, supedita- dad alternativa.
da a los requerimientos del trabajo del ho-
Búsqueda infructuosa, pero búsqueda al
gar y la comodidad demandada para ello.
fin. Lo que aparece aquí como enuncia-
Como nos recuerda Witold Rybczynski, a
do se convierte inevitablemente en varias
partir de este momento, el salón deja a
preguntas: ¿No será que la arquitecta
la cocina el rol de epicentro y lugar prin-
recurre a una domesticidad idealizada a
cipal de atención de la casa; motivo por
partir de un programa genérico de refe-
el cual, la electricidad ingresaría primero
rencias preestablecidas por una comiten-
por la puerta de ella y no por la “puerta
cia en desconcierto? ¿O cuál es el sentido
principal” (p. 166).
de una arquitectura abstracta que recure
Lo interesante de esta casa es que recusa la a este tipo de domesticidad, vía la aspira-
idea de una casa con un epicentro identi- ción de hacerse domesticidad real y tradi-
ficado con alguna preeminencia de géne- cional sólo por la cita circunstancial de un
ro. Por el contrario, convierte el espacio patio esquivo que podría pasar casi como
vacío horadado del sótano y primer piso una cita de compromiso? En este caso, lo
en el principal espacio de la casa. Riesgo que parece interesar menos a la propues-
complicado, porque con este recurso, si ta es hacerse de una narración coherente
bien consigue subvertir el problema de la entre tipos históricos y usos históricos,
identidad doméstica de la casa (no es ni que apostar por la coherencia formal y
casa-refugio de descanso, ni casa-centro compositiva del conjunto. Aquí, las citas
de trabajo femenino), no ofrece ninguna a la tradición y una domesticidad real elu-
especificidad ni identidad, en tanto dicho siva se subordinan a la lógica de un apre-
espacio se revela casi como una “tierra de ciable rigor compositivo y constructivo.
nadie”: ni de la familia, ni de la ciudad; y Esto explica por qué la casa irradia una