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Acosta
1900-1967
Wladimiro Acosta
1900-1967
T6 EDICIONES, S.L.
Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad de Navarra
31080 Pamplona. España. Tel. 948/425600. Fax 948/425629 spetsa@unav.es
147 Cronología
La presente publicación ve la luz con ocasión del tamos seguros. Por otra parte, se ha querido publi-
VI Congreso Internacional acerca de la Arquitectura car porque pensamos que nos debe seguir interesan-
Española Contemporánea celebrado en la Escuela de do lo que hicieron y hacen allá, que es y debe ser
Arquitectura de la Universidad de Navarra en marzo muy próximo a nosotros. Y nos ha parecido conve-
de 2008, en el que se estudiaron las relaciones que se niente demostrar que nos interesa de verdad.
dieron entre la arquitectura española y la desarrollada Además, este libro sigue vivo, y aún se puede
en Latinoamérica en los años en que arrancaba la aprender de su contenido; tal vez pueda ser más útil
modernidad en España (avanzados los años 50). allá, en la tierra del arquitecto, que aquí; por eso, con
Parece muy oportuna la publicación de esta su publicación, aspiramos también a construir ahora
obra, aun a pesar de la limitada calidad de las ilustra- un arco, más de un puente, de mutuo apoyo con
ciones. De una parte, porque si la obra de Latinoamérica, que nos gustaría tender para contri-
Wladimiro Acosta sigue siendo desconocida para la buir a que su arquitectura recupere la frescura y la
mayoría de los arquitectos españoles actuales, sin fuerza que tuvo, a partir de sus propias raíces.
embargo no lo fue para nuestros predecesores, esos Finalmente, tras estas breves líneas, parece con-
que admiramos. La publicación es, por tanto, un veniente terminar agradeciendo expresamente al
reconocimiento tanto a la obra de Acosta como a profesor Jorge Liernur su ayuda para hacer posible
la de todos los demás que nos ayudaron en aquellos esta publicación.
años a encontrar el camino por el que ahora transi- José Manuel Pozo
Los textos que configuran esta publicación fue- pocos aspectos en ellos tratados pueden continuar
ron editados en ocasión de la Exposición en home- aportando al debate sobre la arquitectura moderna.
naje a Wladimiro Acosta que organizó la Facultad de Un mérito destacable de esta edición es que
Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad permitirá difundir la obra e ideas de Wladimiro
de Buenos Aires en 1986. Acosta no solamente entre el público hispanoparlan-
Realizado apenas tres años después de recupera- te europeo y latinoamericano sino también, espera-
da la democracia en Argentina, el evento se proponía mos, en el de los lectores de Argentina porque, del
rescatar la figura ejemplar de un arquitecto que con- catálogo original, producido en circunstancias espe-
densaba en su trayectoria un conjunto de valores éti- ciales de todo tipo, sólo llegaron a distribuirse cien
cos, profesionales y sociales que parecían necesarios a ejemplares. De manera que la iniciativa de la Escuela
la hora de aportar a la refundación del campo cultural, Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad
después de los años oscuros de la dictadura militar. de Navarra habrá de contar no solamente con el
El evento sirvió, además, para congregar a un agradecimiento de los autores de la edición original
conjunto de estudiosos que desde puntos de vista sino también, seguramente, con el de los lectores de
no necesariamente coincidentes se proponían tam- uno y otro lado del Atlántico.
bién, en el campo específico de la historia de la Finalmente, cabe decir que esta nueva edición
arquitectura, repensar metodologías y enfoques. Han acompaña a la celebración del VI Congreso
pasado más de veinte años desde entonces y Internacional de Historia de la Arquitectura Moderna
muchos trabajos se han sucedido a estos aportes ini- Española: Miradas Cruzadas: intercambios entre
ciales, en buena medida como producto del asenta- Latinoamérica y España en la Arquitectura española
miento de esas instituciones entonces en formación. del siglo XX, que tuvo lugar en Pamplona de 13 al
De todos modos los textos presentados en la 14 de marzo de 2008.
publicación conservan un valor de información y no Jorge Francisco Liernur
Juan Molina y Vedia
Lo moderno y lo nacional
en nuestra arquitectura:
Wladimiro Acosta
En relación con la situación actual que de fines del siglo. Podemos pensar en la arqui- 7
enfrenta o separa a las propuestas con intencio- tectura de Martín Noel en relación con ese
nes de anclarse en la realidad nacional o regio- caso.
nal con y de aquéllas que se apresuran a seguir
las novedades formales y teóricas que desde los Nación-sistema
centros hegemónicos se distribuyen internacio- Dejando para otra ocasión la consideración
nalmente, parece útil aislar algunas cuestiones más precisa de lo nacional como algo mítico,
de modo de contribuir a estructurar una polé- inmutable, y quedándonos más cerca, me inte-
mica clara y constructiva. Ése es el objeto de resa ligar la idea de Nación a la de sistema:
esta revisión sobre el maestro Wladimiro como sistema voluntariamente instituido, casi
Acosta y su obra teórica y proyectual paralela siempre luchado y ganado a una situación pre-
de su obstinada defensa de los principios que via, unifica elementos anteriormente dispersos
creyó básicos. o separados. Por eso la fundación de una
Entonces habrá que considerar la relación Nación encierra, por la naturaleza de su naci-
entre lo nacional y el racionalismo moderno, miento, la tensión entre lo unitario y lo diverso,
que es muy rica y compleja. Por otra parte, lo homogéneo y lo heterogéneo.
quedará marcada la debilidad de las búsquedas Es el poder generalizador de ambos térmi-
que confunden "lo nacional" con sentimientos nos, Nación y sistema, el que debe aparecer en
irracionales: llamados de la sangre, constantes cualquier búsqueda de elementos para una
raciales, etcétera. Se podrá dar cuenta de la arquitectura nacional, los que no serán capri-
dinámica de nuestra formación como Nación chosos sino sistemáticos, tipológicos, de validez
y, por supuesto, preparar respuestas creativas colectiva. En momentos de falta de proyecto
a los problemas del presente. Es un error que- político nacional, todo ocurre más o menos
rer definir lo nacional por exclusión, manifiesta azarosamente y resulta penoso y frecuente-
costumbre del nacionalismo refugiado en la mente imposible desde la arquitectura o el
imagen colonial española, opuesta a la confu- urbanismo revertir la situación de caos, de falta
sión de las inmigraciones y cambios culturales de objetivos colectivos claros.
8 Dentro del proyecto liberal del 80 y más cas, más allá de las intenciones del arquitecto
adelante, en la década del 30, se producen, proyectista o diseñador.
señaladamente, dos obras de arquitectura de Aun con el desacuerdo que mantengamos
escala nacional que abren cuestiones de des- con el modelo de país llevado adelante por la
arrollo regional y urbano y dejan un profundo generación del 80, de fuerte grado de depen-
sello en nuestro paisaje cotidiano: son la red de dencia, no podemos hacer que las estaciones,
arquitectura ferroviario-portuaria primero y la los barrios para ferroviarios o los puertos se
de Vialidad Nacional y el ACA, con la interven- tornen inexistentes. La arquitectura en que vivi-
ción valiosísima de Antonio U. Vilar. Dos siste- mos es, en cierto modo, inevitable. La excelen-
mas arquitectónicos modernos, con elementos cia de esa arquitectura ferroportuaria, su noble-
tipo y armados variables según la jerarquía de za y solidez, convivieron con la miseria de los
los edificios o su ubicación en la trama total. conventillos y de las taperas del interior del
Resoluciones con mucho oficio, detalles simples país, en una mezcla de racionalidad e irraciona-
y probados y una imagen unificadora a escala lidad propia de un sistema fracturado en su
casi podríamos decir geográfica. Ambos pasan a interior por la desigualdad y la injusticia.
conformar -de manera sencillamente ineludi- Es en esas condiciones que el impulso al
ble- nuestra arquitectura, pasan a ser partes del modelo del 80 significa la paralela instauración
país real. Sin embargo, ninguno de los dos pue- de un modelo de desarrollo de asentamientos
den eludir la contradicción que los habita, que en pueblos y de intervención territorial apoya-
les dicta lo sustancial de sus programas desde da en dos ocupaciones militares que terminan
Inglaterra primero y desde EE.UU. después. de delimitar lo que será la Argentina del siglo
Son, por lo tanto, realidades nacionales y tam- XX. Al norte, la campaña del Chaco y al sur,
bién expresión del esquema colonialista inter- primero expandiendo el dominio sobre la pro-
nacional al que nuestra Nación está aliada en vincia de Buenos Aires y, después, abarcando la
esos momentos. Hay una tensión entre esos Patagonia.
componentes no reconciliados que es inevita- Todo eso alimentado por la incorporación
ble en toda obra de arquitectura de esas épo- al esquema industrial, liderado por Inglaterra, de
nuevas tecnologías que transforman la vida el indígena. Quizás, en los escritos de Alfred 9
urbana. Es la Revolución Industrial vivida desde Ebelot (La Pampa o Relatos de la Frontera)
las fronteras, aunque alguna minoría privilegiada puedan rastrearse modos de habitar y construir
viva mentalmente en París y Londres. espacios nacidos de la convivencia en La
Pampa. Muchos de esos rasgos ingresan prime-
Arquitecturas de fronteras ro a los pueblos y después, subrepticiamente, a
Tradicionalmente, la arquitectura del la ciudad por las orillas, los suburbios y se incor-
Imperio Romano se estudiaba primero referi- poran finalmente a toda la ciudad. Allí habrá
da a Roma y, en algún nebuloso momento que revalorizar los modos de arquitectura rural
final, aparecían las arquitecturas de las fronte- que penetran a la ciudad invirtiendo el proceso
ras de la conquista; las Galias y otras extremi- habitual y estereotipado.
dades, donde sumariamente (o no sumaria- La influencia de las fronteras en el centro de
mente, pero allí las ganas de leer agonizaban) los sistemas ya ha sido explorada por Germán
se hablaba de esa arquitectura de frontera en Arciniegas (La influencia de América sobre
la que los romanos incorporaban o no -daba Europa) y de un modo indirecto pero insisten-
lo mismo- elementos propios de esas regiones te por Alejo Carpentier en muchas de sus
dominadas a sus esquemas de arquitectura novelas. Entre nosotros, y en arquitectura,
imperial. Ramón Gutiérrez ha sabido despegar la explica-
Nuestra arquitectura, tanto la del 80 o la del ción de la arquitectura americana de sus mode-
30 como la colonial anterior, puede estudiarse los europeos.
como arquitectura europea de frontera. En Podemos decir algunas cosas sobre lo que
definitiva, debemos reconocer que mucha de tiene que ver con la pampa y la constitución de
nuestra clase dirigente, la oligarquía, no era un modo de estar el hombre en su paisaje
europeizante. Era europea. Y también lo era la natural, que finalmente se transmite a su arqui-
población de Buenos Aires. Y ser de frontera tectura. Una vida más sencilla, elemental, más
implica la existencia de otro elemento cultural, fuerte también, menos rodeada de máscaras
con su modo de vivir y de entender el espacio: atenuando los contactos entre el hombre y la
12 ción vaga pero dominante de parte de la prác- esterilizado sus desarrollos y ha llevado a la
tica teórica última, sería un suicidio cultural, en arquitectura moderna a su reciente crisis.
nuestro caso además un suicidio importado, de Odessa y su Mar Negro, horizontes de su
segunda mano. niñez, son la marca inicial de un múltiple exilio
Ese hombre desnudo, él mismo, al sol, que lo llevó por Italia y Alemania en la dura
unido a su arquitectura, es la clave, el mensaje posguerra -una Europa en crisis- hasta Buenos
encerrado en un dibujo magistral. La arquitec- Aires donde "dibujaba con el tablero sobre las
tura allí libra, libera al hombre en la escena cós- rodillas en su modesta pieza de pensión de
mica (es su función primordial) retrocediendo a Once" (como recordó Alberto Prebisch en
un segundo plano, haciéndose desapercibida. El Summa N. 9, agosto 1967).
primer plano es humano, tal el concepto esen- Ese duro carácter de exiliado permanente
cial. La depuración formal, su consecuencia. lo mantuvo al margen del establishment acadé-
Toda arquitectura es una "atmósfera", un "aire", mico porteño y lejos de la posibilidad de cons-
una "respiración", "hálito" o "alma". Es algo truir sus ideas en proporción aunque fuera
"aéreo", paradójicamente construido con lo mínima respecto de su riqueza múltiple.
sólido y lo geométrico, con lo material. Trata Vivió permanentemente aislado de la uni-
con objetos para "deshacerlos" en "atmósferas". versidad salvo un tardío y breve periodo, del 57
Por allí puede llegar a comprenderse la pro- en adelante, coincidente con la puesta en prác-
puesta teórica de Wladimiro sin quedarse en la tica y discusión de las ideas modernas posterga-
superficie de sus aparentes métodos de pro- das hasta ese momento y, por otro lado, inte-
yecto. rrumpida después de la noche del 66. Ese
A los arquitectos racionalistas es fácil simpli- hecho califica (o descalifica) a nuestra elite pro-
ficarlos y por eso no entenderlos, confundir la fesional y explica la aún necesaria lectura y dis-
purificación sabia con la pobreza y la falta de cusión de sus propuestas ordenadas en su libro
ideas. Una lectura unidimensional, elemental, en Vivienda y Ciudad publicado por Editorial
términos de funcionalismo ingenuo, promovido Anaconda (1937) y completadas por Vivienda y
a veces por defensores del racionalismo, ha Clima de reciente aparición. Quizá la interrup-
ción brusca de la experiencia de los talleres ver- quizá en un rasgo común a muchos de los 13
ticales que fueron organizados entre 1960 ó mejores arquitectos "modernos" que sostuvie-
antes y 1966, impidió encontrar el desarrollo ron la polémica, defendieron los principios y no
de los gérmenes de ideas modernas y raciona- pudieron concretarse en obras. También alre-
listas en discusión en equipos como los de dedor de 1960 los arquitectos jóvenes más
Borthagaray-Solsona-Katzenstein; O. Suárez- destacados toman, quizá tácticamente, la idea
Baliero; Rivarola-Goldemberg; Aizemberg o el de no repetirse en el fracaso concreto e inician
creado en ese año de 1966 de Mario Soto- una época de menor rigidez -¿consecuencia?-
Winograd-García Vázquez-Yujnovsky, entre de principios y se dedican más a construir
otros. arquitectura moderna, favorecidos además por
El hecho concreto es que, concluida la su general aceptación a todos los niveles, ago-
prueba de la enseñanza Beaux Arts, tardíamen- tado ya el modelo neoclásico, desaparecido el
te en los años 50-55, se han sucedido experien- oponente académico contra quien discutir,
cias incompletas de prácticas pedagógicas contra quien enderezar manifiestos. Veinte
modernas en la arquitectura en confusos y años después, construida mucha arquitectura
muchas veces ricos episodios entre el 70 y 85 moderna, disminuido el fracaso relativo de
en que la parte viva de la cultura sigue actuan- aquella primera generación de arquitectos
do dentro o fuera de las facultades oficiales, modernos, vuelve a plantearse la urgencia de
siempre signada por un clima inorgánico y des- revisar y reforzar principios, inclusive de medir
tructivo. las consecuencias de haber renunciado a ellos
"Progresista y fracasado y no reaccionario y para atarse a la construcción tal cual se presen-
exitoso" como calificó exactamente Ernesto tara, sin pretender desde la arquitectura dictar
Katzenstein a tipos como Bereterbide y Bustillo normas, aceptando el papel de dadores instru-
respectivamente en una charla dedicada a este mentales de forma sin mayor ingerencia en la
último, ahí junto a Bereterbide está la definición definición de programas y partidos. Una gene-
que contiene a Acosta, que explica su dureza y ración polémica y utópica, otra integrada al sis-
aire de agresivo desagrado en sus años finales tema, están ahora en cuestión frente a la nece-
20 te de las propuestas para la casa y la provisorie- irreducible a fórmulas fijas, propio de lo urbano.
dad y debilidad balbuceante de las propuestas La importancia de ese carácter concreto de la
de ciudad. Ese hecho puede estar ligado a los complejidad urbana sólo pudo adquirir la
enormes vacíos teóricos que quedan después importancia que tenía después de repetidos
de la violenta crítica a la ciudad de los siglos fracasos reales de esquemas modernos luego
XVIII y XIX, que hoy resulta demasiado suma- de los años 60. En ese momento de revisión y
ria y apresurada. crítica, resultó explicable que el rechazo al
El urbanismo moderno de los años 20 es Estilo Internacional, su puesta en duda, se des-
un comienzo sano y progresista de reproposi- barrancara en un formalismo arbitrario-intuitivo
ción, explicable por el momento histórico y en el gusto por la copia textual o analógica de
polémico de ruptura, pero insostenible hoy en ejemplos justamente de esa ciudad del pasado,
su forma de enunciación primitiva. Esto es repudiada y sepultada en los años 20. Así llega-
reconocible en las propuestas de armados de mos en los recientes años "posmo" a una arqui-
conjuntos de vivienda como el del Barrio River, tectura que se jacta de orientar de cualquier
o en los ensayos de City Block análogos a los modo, de estar más allá de las obvias y domés-
desarrollos de Corbu de la ciudad para tres ticas cuestiones funcionales y que se encierra
millones de habitantes de la década del 20 o en una producción autista de arquitectura para
de sus propuestas del pabellón del Esprit sí misma sin relaciones con nada que sea exte-
Nouveau del 25, todos inicios de una búsque- rior. Para enmarcar y exponer en una pared o
da, necesitados de desarrollo y verificación y una lustrosa revista y no para "tirar" a la calle y
no de adoración como imágenes del mundo a la ciudad de todos. En esta situación, reco-
nuevo, de repetición acrítica que, desgraciada- menzar a armar la arquitectura desde "el cuer-
mente, fue el destino que tuvieron, salvo po del hombre desnudo al sol" ayudados por la
excepciones. razón guía, siguiendo el camino de búsqueda
El sistema elementarista que maneja el paso tipológica de Acosta con su compromiso social
de la célula al conjunto y de éste a la ciudad parece una de las vías, al menos, para salir de la
choca con el carácter complejo y múltiple y aun confusión actual.
En los diseños de casas, de los que admira- ha tendido a disociarlos y verlos como polos 21
mos aquí su proyecto no construido para Villa excluyentes de arquitecturas erradamente cali-
Urquiza, se alcanzan los puntos altos de su pro- ficadas como "sociales" o como sus opuestas
ducción. Resultados de una larga, paciente y "elitistas", poniendo de un lado lo aburrido justo
ordenada consideración científica del clima en y del otro lo formalmente atractivo y perverso.
relación con la vida cotidiana, no del clima Quizá la necesidad de enseñanza canónica y su
como abstracta lista de números, llega a produ- tensión con la necesidad de expresión autobio-
cir dos cosas: a) una obra individual de primera gráfica, de que habla, estén contenidas en obras
calidad que excede en mucho su carácter de como esta casa de Acosta. La fuerza pedagógi-
"máquina confortable" y b) por detrás del ca de esta obra no puede compararse con la
"modelo" una propuesta tipológica riquísima en fría exposición de cánones tipo Neufert.
desarrollos posibles y reflexión profunda sobre Precisamente la neufertización del diseño, el
lo típico de la vivienda urbana de Buenos Aires peligro que acechaba a propuestas como las de
y sobre lo característico de la vida barrial, asun- Acosta y que de hecho produjeron algunos de
to aún por desarrollar específicamente en otros sus seguidores empobreciendo injustamente su
trabajos que complementarán al presente. herencia. La neufertización implica la esclerosis
El mayor valor como "obra individual" coin- de un sistema científico, encasillado e inerte,
cide con la mayor riqueza como expresión de transmitido no como conocimiento sino como
una tipología que la incluye. Otras propuestas y orden por cumplir "desde afuera". El proyectis-
obras, como el barrio Los Andes de ta maneja "desde afuera" sin comprometerse,
Bereterbide y, por ejemplo, la Avenida Gral. un aparato científico que produzca el diseño
Paz del equipo del ingeniero Palazzo, Ernesto acertado. Desgraciadamente se ha confundido
Vautier y otros, participan de esa luminosa coe- la verdadera práctica del Racionalismo con esa
xistencia entre el valor particular y el valor degradación cómoda. Para aclarar este asunto
"ejemplar" (o generalizable). Ese tema de la dia- deberíamos, en otro momento, tomar el tema
léctica entre lo particular y lo general necesita de la manualística, del estudio de normas y
ser esclarecido por la crítica arquitectónica que códigos, porque el modo de exposición del
24 no en Buenos Aires, ciudad en la que la solem- ción de la pileta en el lugar de esa piecita
nidad de la corbata muestra aún hoy -aunque canónica.
en decadencia- la idea de flagelación del cuer-
po que nos llega de la tradición de esa arquitec- En esta casa que existe tal cual fue construi-
tura que el escritor chileno Donoso llamó "esti- da, se cumple el deseo de "hablar tan lisa y lla-
lo Remordimiento Español". namente como si algo que pudiera ocurrírsele
5. La "cocina-comedor" que en Acosta a cualquiera según decía el precepto de
toma sólo la forma de "pasa-platos", una cerca- Bernard Shaw, con que cierra su texto de
nía no muy desarrollada, con todavía un des- Vivienda y Ciudad.
control del tamaño del living, hall y vestíbulos
desproporcionados, y aun arrastre de modos
de vida extraños a nuestra realidad.
6. El "patiecito" con la pileta de lavar y el
tendedero con sol, ahí no más de la cocina y
extendiéndose hacia el garaje, posición estraté-
gica típica y aceptada.
7. La escalera externa, diagonal a la azotea
final, presente en improvisados crecimientos de
nuestros barrios habituales.
8. La "galería" sacada de su posición de
tapón de la casa chorizo y reelaborada en los
techos de las azotea, pileta y solario. Usada
también en otros casos, notablemente en
Venezuela, en su versión más tradicional.
9. El tema de "la piecita sobre el garaje",
innumerable en Buenos Aires, usando la baja
altura del garaje aquí también con la introduc-
Realizar un análisis sobre los diseños de cio y en sus proyectos, tal vez más que una bús- 25
Wladimiro Acosta, implica un ejercicio en queda de articulación, exista una intención casi
donde se me unen el recuerdo y la reflexión, lo de unidad entre ambos.
emotivo y lo racional, y tal vez ésta sea la mejor En Vivienda y Ciudad dice respecto a los
síntesis para definir a un maestro como él. muebles:
Si bien no puedo considerarme un discípu- "...su ubicación deja de ser fortuita, son colocados allí
lo de Wladimiro, ya que esto presupone una donde su utilización los hace necesarios, donde forman
relación más participativa, fui su alumno -simul- parte orgánica de la vivienda, un engranaje en su fun-
táneamente lo era de C. Janello- y creo que ese cionamiento" 1.
año y esos dos profesores fueron fundamenta- En segundo término es conocido el pensa-
les en mi orientación profesional, temática y miento de Wladimiro Acosta respecto a consi-
conceptualmente hablando. derar la vivienda como "instrumento al servicio
Es por eso que el análisis de sus diseños del hombre", "un objeto destinado al uso huma-
debería resultarme una operación relativamen- no" y al hombre como una "entidad biológica".
te lógica en cuanto a procesos e intenciones, Por último, no se puede negar el especial
puesto que por su influencia creo operar de interés que el mobiliario despertó en todos los
manera similar. maestros del Movimiento Moderno, tal vez
Para comenzar con el tema del mobiliario como una actitud omnipresente de la nueva
como práctica proyectual de Wladimiro Acosta manera de proyectar.
se debe fijar su pensamiento para establecer Las evidencias del interés de Wladimiro por
algunas pautas que permitan el análisis posterior. el equipamiento están dadas, no sólo por el
En primer lugar debemos considerar perti- análisis de su archivo, sino también por la reite-
nente la importancia que Wladimiro le adjudi- ración de algunos modelos en sus dibujos de
caba a la relación que debía haber entre arqui- interiores y por lo que escribió sobre el tema
tectura y equipamiento. en sus libros. En Vivienda y Ciudad expresa:
Su filosofía arquitectónica trata de postular "los muebles han de ser calculados y diseñados con
una articulación adecuada entre equipo y espa- conocimiento cabal de la anatomía humana, deben
Mueble empotrado
La Falda, 1939
26 concentrar en menos espacio mayor rendimiento y ser partiendo de idéntico principio y con idéntica perfec-
más livianos, nítidos, pulcros y resistentes”. ción, los elementos estrictamente acordes con su pro-
pia función".
Si analizamos lo antedicho, veremos que el
soporte conceptual del proyecto de muebles No obstante, Wladimiro Acosta reconoce
se basa inicialmente en principios fisiológicos -el "la inercia de la tradición basada en la memoria
hombre es una "entidad biológica"- obviamente de múltiples generaciones, ya que tiene mayor
este principio pertenece en un todo a su enfo- poder impositivo que las innovaciones técnicas
que "higiénico y sanitario" de las viviendas (‘sis- que aparecen".
tema Helios’). "el hombre que en su vida pública o colectiva se sirve
Asimismo, el sentido de economía del espa- de los medios mecánicos del siglo XX, adapta su vida
privada, de familia, al ambiente de los siglos pasados
cio en aras del rendimiento (algo del "menos es
que reedita en su vivienda".
más" de Mies) también es característico de su
postura arquitectónica y posiblemente en el Esta lectura antropológica de la relación
último párrafo "livianos, nítidos, pulcros", inten- vivienda-mobiliario es, tal vez, el soporte con-
ta definir, sin decirlo, las cualidades estéticas ceptual más importante del desarrollo de sus
que deben tener los nuevos muebles. Esta diseños.
negación a la caracterización estética se aumen- El otro es el enfoque tipológico, mediante el
ta cuando dice: "los muebles dejan de constituir cual Wladimiro divide al equipamiento en dos
objetos en primer término decorativos" ya que tipos de muebles con sus características pro-
trata de postular la esencialidad funcional ope- pias. Cuando dice:
rativa frente a otros valores como son los esté- "unos fijos, armarios, roperos, estantes, bibliotecas, se
ticos, simbólicos o expresivos, intentando que incorporan a la construcción misma, otros movibles,
sillas, mesas, camas, racionalizados en su forma mate-
éstos sean consecuencia de lo anterior:
rial, se adaptan a la anatomía del hombre”.
"las aberraciones estéticas motivadas por la falsa inter-
Esta división puede leerse como muy sim-
pretación de este concepto -'la máquina de habitar'-
condujeron... a la creación de edificios que imitaban en plista, sin embargo veremos como Wladimiro
su forma y aspecto a máquinas" (…) "se trata de crear, enriquece esos conceptos en su práctica.
muestran a Wladimiro Acosta en pleno cono- Wladimiro Acosta, fue el tratamiento de lámi- 29
cimiento de las experiencias bauhausianas pero na, ya no como plano límite, sino como mate-
con un notable manejo de las posibilidades de rial maleable.
ese nuevo material que respondía a sus postu- Las soluciones planteadas en madera lami-
lados de liviandad y resistencia. nada moldeada generando el asiento y el res-
La segunda etapa, tal vez la más importante paldo por corte y doblado permiten ver a un
en base a los documentos, es la de resolucio- Wladimiro Acosta experimentador, operador
nes laminares y que recorre tres instancias; la de alternativas, en esto es comparable a sus
primera aproximadamente en 1942, es en la casas de acero de Berlín de 1926.
que desglosa sintéticamente la silla en dos per- Aquí la evolución mostrada desde la simple
files laterales, los que contienen el asiento y el operación de doblar una lámina hasta las
respaldo, permitiendo que éste sea móvil, o exquisiteces tecnológicas de las dobles curva-
que se resuelvan como un simple hilo continuo. turas para resolver sutiles necesidades ergonó-
Este esquematismo encuentra, diez años des- micas, son desarrolladas, casi con sensualidad,
pués, en 1953, un desarrollo más justificado al permitiendo intuir a un Wladimiro Acosta
tratar de racionalizar la generación de cada late- hedonista, cuya sensibilidad, incluso le permite
ral, encontramos dibujos en los que trata de renunciar a ciertos rigores funcionales para
estructurar en lo formal y en lo constructivo obtener piezas de buen valor estético. Toda
cada perfil en base a elementos iguales o simi- esta labor fue desarrollada básicamente en pro-
lares. Esta tendencia se continúa hasta los yectos, ya que muchos diseños no se realizaron,
modelos de sillones para la obra de Figueroa pero también es cierto que la realidad produc-
Alcorta, en donde comienzan a aparecer solu- tiva y laboral a veces establecieron imprecisos
ciones formales que operan con características límites, aun en alguien tan riguroso con su prác-
netamente espaciales, entrando a una zona casi tica, como lo fue Wladimiro Acosta.
estilística de mayor libertad expresiva. No obstante hay algo clave en sus proyec-
Una etapa intermedia, pero que evidente- tos, y es que éste permita leerse con claridad,
mente interesó en forma particular a que se reconozca su génesis, que sean -como
Notas
1. Todos los encomillados pertanecen al libro Vivienda
y Ciudad de Wladimiro Acosta. Ediciones Anaconda. 1947.
El estudio del desarrollo de la planta en la La planta sigue dos esquemas básicos rígida- 65
obra de Wladimiro Acosta lleva a establecer mente modulados: la figura cuadrada y la rec-
inmediatamente la relación que une a ésta con tangular. La primera se estructura en base a dos
la experimentación volumétrica. ejes ortogonales centrados que organizan la
El camino de esta evolución tiende perma- distribución funcional y ubican las escaleras. La
nentemente a la diferenciación de elementos segunda contiene ejes que no están centrados,
compositivos, tanto en planta como en volu- uno en coincidencia con el armado de los ser-
men. Ambas experiencias siguen un fin común vicios y aparecen otros perpendiculares a éste
que no siempre es paralelo, con leyes de trans- que ordenan las demás funciones.
formación propias. En tanto la planta se disgre- En ambas configuraciones, se encuentran
ga y se abre, el volumen se libera de las figuras bien definidos los límites de cada función, los
regulares perdiendo matices; habrá un cuerpo- ejes compositivos tienden a separar claramente
peso y una piel-aire cargados de luz y sombra. el espacio servido del sirviente. Este criterio
Se infiere entonces que la esencia de ambas continuará sin modificaciones a lo largo de toda
búsquedas se centra en la concepción del espa- su obra.
cio de transición, entendido como fuelle entre En la superposición de plantas, la división de
el cuerpo-casa y el espacio exterior. funciones es también clara. Hay un nivel inferior
La búsqueda está situada en el modo en de servicios que puede o no ser el mismo que
que se configura el espacio de transición delimi- el social, y por encima de éstos, el espacio pri-
tado por la piel, marco referente del cosmos vado, con leyes de armado propias.
exterior, y la relación de éste con el cuerpo, A esta época corresponden la Casa del Pintor
espacio interior-microcosmos. G. A. de 1925 en Frankfurt, el proyecto de Casas
En las composiciones de la época alemana, Estandarizadas de 1927 en Berlín y las viviendas
planta y volumen coinciden en una figura regu- Tipo "DF" y de acero Tipo A-B-C-D de 1927.
lar. Las transformaciones se producen dentro Es posible detectar en estas obras la influen-
del cuerpo único, y siempre es posible recons- cia de W. Luckhardt, con quien Wladimiro
truir la figura original. Acosta tuvo contacto entre los años 22 y 28.
Casa de Acero
Planta baja
Berlín, 1926
Entre los años 32 y 35 el proceso de depu- planta continúa siendo objeto de nuevas trans- 67
ración del binomio cuerpo-piel es permanente formaciones en los años subsiguientes.
(Casa en San Fernando, 1932; Casa en los alre- Entre los años 44 y 45 se detecta una nueva
dedores de Buenos Aires, 1933; Casa en San modificación; la planta es claramente longitudi-
Isidro, 1934). nal y se encuentra casi totalmente rodeada de
La planta muestra la existencia de la super- espacios semicubiertos. El volumen se desarro-
posición de la figura longitudinal -el cuerpo de lla en un gesto único que no muestra la com-
dormitorios-, con la cuadrada -el área social y plejidad de las obras anteriores. (Residencia de
de servicios-, ambas en equilibrio. Campo en Santa Clara, 1944; Residencia
Hacia los años 38 y 39 la piel se halla clara- Rapoport, 1944, Castelar). Hay un cambio en el
mente separada del cuerpo. El espacio de transi- "espíritu" de estas obras; la piel envuelve al
ción está aquí integrado a la planta y se acusa en cuerpo, lo "protege". Interior y exterior ya no
ella definitivamente. La figura longitudinal es el tienen puntos de contacto directo.
tema principal y es subordinante de la cuadrada Esta tendencia se prolonga en su vivienda
que aún es posible descubrir en la organización unifamiliar de Caracas de 1947 y continuará del
y que más adelante desaparecerá por completo. mismo modo hasta la Casa del Dr. Frondizi en
(Casa en Villa del Parque, 1938; Casa en La Bariloche de 1959, su última obra publicada. En
Falda, 1939; Casa en la Calle La Pampa, 1940). esta obra, la piel se convierte en alero de tejas
En experiencias posteriores, las figuras pier- y el hormigón en madera, en una probable
den la estructuración ortogonal y se ordenan necesidad de enraizarse en la arquitectura local.
libremente. (Casa Reissig, 1940, Punta del Este- Necesidad que surge de las corrientes de refle-
ROU). xión de la década del 40 sobre los localismos y
En estas composiciones es posible inferir el su expresión, que lo llevan a replantearse lo
volumen a partir de la observación de las plan- producido hasta el momento, y explican los
tas, ambas búsquedas han llegado a concordar. cambios detectados.
Probablemente sea éste el punto de máxi- Finalmente es posible deducir que el desa-
mo desarrollo volumétrico, mientras que la rrollo de la planta acusa tres momentos: el pri-
Buenos Aires, 1941-1950. tos, más sutiles. Por ejemplo, no existen "esqui- 69
Equipo de proyecto: Arqs. Wladimiro nas", pero en el ángulo de Rivadavia y Ángel
Acosta, Fermín Bereterbide, Alfredo Felice; Giménez, un cambio de carpintería y un espa-
Sr. Juan Carlos Ruiz. cio de doble altura señalan un punto singular en
Ubicación de la obra: Avda. Rivadavia, calles el edificio y la ciudad. De la misma forma podrí-
Ángel Giménez y Rosario. amos considerar la resolución de la "esquina"
de A. Giménez y Rosario, la "recova" sobre
Desde el momento en que se proyectó la Rivadavia o la ruptura de la línea municipal que
primera propuesta para este edificio en 1941, impone el patio abierto1. Nos preguntamos
se advirtió que representaba una notable inno- cómo se arriba a esta idea de relación con lo
vación urbanística. Al volver a reflexionar sobre urbano que contiene en su interior una decidi-
él hoy, no podemos sino reafirmar aquella con- da renuncia a repetir la ciudad existente.
sideración inicial, porque es evidente que seña- Además, creemos que la morfología del
ló un camino alternativo que el desarrollo real edificio evidencia una fuerte y singular tensión,
de la ciudad no adoptó. El edificio nos parece que surge de la confrontación entre el gran
hoy una propuesta solitaria y sugestiva: por una cuerpo girado y curvo y la ortogonalidad de las
parte, un cuerpo central elevado que toma dis- calles, adoptada por los volúmenes más bajos.
tancia de la ciudad y reclama espacios vacíos a Pero lo sugestivo es la claridad con que esta
su alrededor para ser comprendido; por otra, el confrontación se expone, tal como se observa
volumen bajo y los cuerpos ubicados sobre en la planta baja y en la vinculación entre los
líneas municipales que presentan una configura- diversos cuerpos en la composición volumétri-
ción sensible a las características de la ciudad, a ca. Nos preguntamos por qué se ha desechado
las diferencias existentes entre las calles, a los la posibilidad de recurrir a espacios de articula-
diversos bordes del lote. Pero resulta paradóji- ción que resolvieran las diferencias.
co que esta vinculación con lo urbano se logre Creemos que estas características sobre
sin recurrir a situaciones convencionales o típi- las que nos interrogamos se originan en que la
cas, sino apelando a mecanismos menos direc- propuesta es un intento de tensionar la
El Hogar Obrero
Vista del edificio desde Av. Rivadavia
qué es lo que ocurre cuando estos dos núcle- Franzetti y Justo (vinculados a la cooperativa) y 71
os de experiencias diversas se confrontan el estudio Beordi Hnos.
sobre un mismo espacio, qué produce este Bereterbide, por su parte, invita a dos jóve-
tipo de articulación, qué aspectos del proyecto nes colaboradores de trabajos anteriores,
pertenecen a cada uno de ellos. Alfredo Felice y Juan Carlos Ruiz, a integrar el
Nos ocuparemos centralmente del rol de equipo de proyecto; poco después, interesado
Acosta y de los aspectos que hemos señalado, en el tema, se incorpora Acosta.
aunque las problemáticas que el edificio sugiere Las bases establecían una altura máxima de
son mucho más vastas2. Hemos creído encon- nueve pisos, que conducía a soluciones de alta
trar respuestas para las preguntas que nos for- ocupación del suelo; el equipo, al evaluar el
mulamos en la revisión del proceso de diseño problema, resuelve apartarse de las bases. El
de la obra, entre la formación del equipo en concurso se declara desierto, pero se realiza
1941 y el inicio de la ejecución en 1950 (revi- una nueva llamada con algunos cambios en las
sión posibilitada en gran medida por la colabo- bases tales como la elevación de la altura a
ración del arquitecto Felice), en relación con la catorce pisos. El primer premio de esta segun-
producción de Acosta y Bereterbide. da prueba se declara desierto nuevamente,
En 1941 la cooperativa El Hogar Obrero hecho que indica las dificultades que planteaba
organiza un concurso privado para el proyecto el programa y la necesidad de tensar las posibi-
de su octava casa colectiva. Se trataba de un lidades brindadas por el predio para resolverlo.
proyecto complejo, ya que incluía además de Sin embargo, la propuesta del equipo al que
vivienda, servicios comunes, oficinas para admi- nos referimos se selecciona como el mejor pro-
nistración, local comercial para la cooperativa yecto para continuar su desarrollo.
de consumo, consultorios médicos, guardería, Este proyecto presentado inicialmente
dependencias para actividades culturales y de consiste en un cuerpo lineal con frente Este
difusión. Son invitados a participar, entre otros articulado a otros dos, más bajos con frente a
F. Bereterbide, el ingeniero Delpini, el estudio Rivadavia (viviendas) y a Rosario (oficinas) res-
Sánchez, Lagos y De la Torre, los ingenieros pectivamente, conformando una planta en L;
El Hogar Obrero
74 fachada es el mismo: aparecen en los extremos entre sus investigaciones teóricas y el proyec-
bandas opacas verticales que en el proyecto to aún subsiste: se trata de edificios que no se
que analizamos articulan el cuerpo central y los incorporan a tejidos urbanos existentes. El
dos volúmenes más bajos. Pero también en propio desarrollo del City Block es sintomáti-
este caso existe una diferencia, ya que en esta co: desde la primera propuesta de planta cru-
variante de City Block el trabajo está concen- ciforme, su carácter alternativo al desarrollo
trado en el basamento. En cambio, en la de la ciudad es manifiesto. Pero aún así, man-
variante 2 plantea la yuxtaposición de vivienda tiene como base las dimensiones que podrían
y trabajo en bloques perpendiculares entre sí, asimilarlo a la manzana de Buenos Aires, no
resolviendo la necesidad de condiciones de modifica la estructura de la trama. El City
orientación diferenciadas para las dos funcio- Block integral, en cambio se basa en el reco-
nes. Este parece ser el criterio que justifica el nocimiento de que la sujeción al damero no
cuerpo de oficinas sobre la calle Rosario. La puede conciliarse con los objetivos de las nue-
variante 2 que mencionamos es el paso ante- vas propuestas. "La ulterior evolución del con-
rior a la propuesta de City Block integral; en cepto exige la modificación de la estructura
este último el importante basamento de varios urbana actual: la constitución del City Block
niveles ha desaparecido. El edificio ya no se integral". La propuesta que sigue a ésta es la
apoya visualmente en los volúmenes bajos, sino ciudad lineal.
que mantiene sus características formales hasta El camino de Acosta alrededor de 1940
su arranque en planta baja. En el proyecto para parece consistir así en una paulatina acentua-
la cooperativa, la resolución es la misma: el ción de su distancia con la ciudad real.
volumen bajo de comercio no constituye un Entonces, el problema que le plantea El Hogar
basamento, sino un bloque adosado, como el Obrero es cómo volver a la ciudad. ¿Cuál
del City Block integral, variante b. puede ser la forma de un retorno que no signi-
Creemos que hasta aquí llega Acosta en fique una renuncia, que no implique un retroce-
cuanto a la concepción general del edificio. La so, que no se convierta en una derrota para sus
segunda diferencia que habíamos indicado propuestas?
Wladimiro Acosta
City Block, variante 1
City Block, variante 2
No hay elementos en su obra hasta 1940 perativa desestima por un tiempo y se reanuda 75
que nos indiquen una respuesta; creemos que en 1948, consiste en trabajo y modificaciones
ésta debe buscarse fuera de su producción. sobre esta primera idea. Pero este desarrollo
Arriesgamos una interpretación posible: es la no fue pacífico.
experiencia de Bereterbide sobre la ciudad, el Por una parte, se busca optimizar las condi-
campo que permite la intervención de las pro- ciones de asoleamiento. Así, se decide girar el
puestas teóricas de Acosta en Buenos Aires. Es cuerpo central para obtener un frente Noreste
Bereterbide quien se relaciona con el comiten- en las viviendas; de una planta en L se llega a
te, quien se vincula con la municipalidad. Pero una planta en Z.
no nos referimos a la gestión solamente, cree- Por otra parte, la necesidad de resolver en
mos que él maneja una figura mediadora en lo términos estructurales las solicitudes provoca-
específico arquitectónico. Nos referimos a los das por el viento aconseja curvar la planta del
"edificios de altura sobreelevada", en los que cuerpo central. Para resolver este problema, en
trabaja alrededor del nuevo código de el equipo se estudian propuestas diversas:
Edificación de 1944. Se trata de un esquema Acosta y Felice sugieren una curvatura cóncava
que intenta conciliar la presencia de altas densi- hacia la calle; Bereterbide y Ruiz trabajan sobre
dades con la necesidad de asoleamiento y de una curvatura inversa. La forma en que se plan-
espacios abiertos. Se propone, entonces, la tea el problema y los resultados obtenidos pare-
liberación de la altura de ciertos cuerpos de los cen recordar las experiencias de Hilberseimer
edificios, retirados de los límites de los predios sobre configuraciones de plantas pabellonales
a través de patios abiertos. El proyecto respon- curvadas de formas diversas para la resolución
de a esta idea y el conocimiento afinado de la de conjuntos de la misma densidad. Si tenemos
legislación y gestión urbana parecerían ser en cuenta la relación de las investigaciones de
aportes de Bereterbide. La relación, hasta aquí, Acosta con las de Hilberseimer, posiblemente
sería de carácter complementario. conociera estos proyectos3.
La "vuelta a la ciudad", aparentemente, ha La solución finalmente ejecutada y la que
sido posible. El desarrollo posterior, que la coo- pasó al proyecto definitivo fue la de
Wladimiro Acosta
City Block integral
variante B
Fermin Bereterbide
esquema de edificios
de altura sobreelevada
simplemente un ejemplo en nuestro país muy Con respecto a la segunda cuestión, la altu- 79
similar a la solución finalmente adoptada en El ra del edificio, nos encontramos nuevamente
Hogar Obrero podemos ver el pabellón de frente a una situación paradójica. Un edificio
vivienda colectiva del Barrio Parque de Stock y pensado en función del asoleamiento termina
Oleza de 1932. Pero creemos que el caso que ensombreciendo su entorno; en este caso es la
nos ocupa se aparta de las formas de utilización obra quien tensiona a la ciudad. Pareciera recla-
frecuente o típica de este tema. En efecto, las mar la desaparición de los lotes y construccio-
curvaturas aplicadas a pabellones aparecen nes vecinas, para aceptar, a lo sumo, en la
generalmente subrayando algún tipo de criterio misma manzana, otro pabellón, simétrico y dis-
topográfico. En los cuerpos exentos (pensamos tante. La "vuelta a la ciudad" no es simple.
en las siedlungen alemanas, por ejemplo) indi- Pero tampoco imposible. Entre 1942 y
can un tipo de relación con el paisaje o resuel- 1943 Acosta proyecta la casa de renta de
ven un cambio de dirección del conjunto. En Figueroa Alcorta. En una escala mucho menor,
predios urbanos (pensamos en un edificio de con problemas más sencillos para resolver,
Mendelsohn, por ejemplo) subrayan formas vuelve a ensayar el emplazamiento original del
sugeridas por los límites del terreno o confor- pabellón de la cooperativa, la planta en L.
man un vacío. Ninguna de estas posibilidades se Su aproximación a la ciudad ha cambiado
desarrolla en nuestro caso; al responder a cues- con respecto a experiencias anteriores: para
tiones técnicas ajenas a todo aspecto espacial, verificarlo basta comparar la obra de Figueroa
topográfico u orgánico, la curva pierde estos Alcorta con las casas para renta que presenta
contenidos. Asumiendo en este sentido cierto en Arquitectura y Ciudad. Se trata de plantas
grado de abstracción -que vuelve a emparen- absolutamente convencionales y el propio
tarla con los ejercicios de Hilberseimer que Acosta advierte las razones al lector: "La casa
mencionamos- aporta al edificio un "plus" for- de renta ha dejado, casi, de constituir en
mal, que consiste en su particular carácter plás- Buenos Aires un problema de arquitectura (...)
tico. Pero subraya su distancia con el sitio, antes el 'contenido arquitectónico' de la casa porte-
que su integración con él. ña de renta llega a reducirse a un problema de
Notas
1. Nos referimos a las resoluciones de la planta baja tal
como fue construida originalmente (entre 1950 y 1954)
diferente del estado actual, que incluye modificaciones pos-
teriores.
2. La obra plantea otros problemas, como el de la técnica,
en la innovación e incorporación de materiales prefabrica-
dos y no tradicionales, y en la resolución estructural.
También dejamos de lado las cuestiones referidas al pro-
motor, el significado del edificio para la Cooperativa y las
relaciones de los autores con el cooperativismo.
3. Este tema es analizado por Pancho Liernur en esta misma
publicación.
Cuando el Dr. Adriano Pillado decidió Acosta me comentó una vez, después del 85
construir su casa, año 32-33, acorde con su dis- fallecimiento del Dr. Pillado, que en aquella cir-
ciplina mental característica, comenzó por que- cunstancia, después de las presentaciones y a la
rer saber qué cosa era la Arquitectura, remon- media hora de conversación, se sintieron ami-
tó su investigación hasta 500 años A. de C. y, a gos para toda la vida.
partir de allí, con toda la bibliografía que pudo Acosta bajó a Bahía Blanca y previamente
disponer, cubriendo todos los períodos históri- estudió a los efectos del proyecto, todos los
cos, llegó a empalmar con el movimiento racio- terrenos posibles y disponibles en función de
nalista alemán de las primeras décadas de este sus dimensiones y ubicación, optando por la
siglo. Simultáneamente hizo acopio y estudio esquina de Alem y 19 de Mayo.
de todas las revistas y publicaciones actuales, El proyecto realizado difiere del que origi-
nacionales y extranjeras. Estudiaba los proyec- nalmente había estudiado Acosta, que consistía
tos publicados y los correspondientes comen- esencialmente en una planta baja totalmente
tarios de los proyectistas. Por este camino llegó vidriada, integrada con el parque y en planta
a empalmar con Wladimiro Acosta. alta dormitorios y dependencias y Estudio.
Paradójicamente, a través de una revista nacio- La amistad de Acosta-Pillado, despertó
nal de baja calidad si la comparamos con las recelos de Paulita y reacciones opuestas y varia-
que se editaban entonces: Casas y Jardines o das a distintos aspectos del proyecto; una de
Nuestra Arquitectura; se llamaba: Mi Casita. ellas y a la que definitivamente hubieron de ple-
Allí se encontró con un proyecto de vivien- garse y atender, era el temor expresado por
da de Wladimiro Acosta y, por encima de todo, Paula a los truenos, relámpagos y rayos, en con-
lo que le impactó -según confesión personal- fue secuencia en una casa así abierta, se sentiría, en
el texto que explicaba la razón del proyecto. tiempo tormentoso, indefensa y angustiada.
Sin más, y por intermedio de la revista Mi Esto motivó el proyecto actual. Ventanas
Casita, que se editaba en Buenos Aires, pudo pequeñas, sobre todo en los dormitorios.
lograr la ubicación del arquitecto. Y allá fue el El otro escollo a superar fue la Ordenanza
Dr. Pillado al encuentro de Acosta. Vigente relativa al Reglamento General de
86 Construcciones, que determinaba la altura de chapista pintor Bruno Petracci, los solados y
los locales de acuerdo a su categoría y al crite- revestimientos de travertino correspondieron a
rio del volumen de aire disponible, sin tener la Marmolería Grillo, hoy desaparecida y que
para nada en cuenta el efecto dinámico de la contaba en su haber la ejecución de los altares
temperatura y la renovación. Esto provocó el de mármol de la Iglesia del Sagrado Corazón,
rechazo de la Dirección de Obras Públicas y colegio Don Bosco.
motivó derivar el proyecto al H. C. Deliberante El sistema de Iluminación se había proyecta-
quien definitivamente dictó una Ordenanza do sobre la base de lámparas de filamento
especial autorizando su construcción. incandescentes comunes, adecuándose a ello
La obra se inició en 1935. El constructor fue un tipo de artefacto con cristales de tallado
don Pascual Arcuri. Por vez primera en Bahía especial que permitía un mayor grado de uni-
Blanca se construía una vivienda con estructura formidad de iluminación.
independiente de Hormigón Armado, la que Adelantada la obra, apareció en el mercado
fue realizada por la empresa de Manlio la lámpara fluorescente; adoptado e incorpora-
Fioravanti, con un ajuste de relojería. do obligó a cambios ad hoc: gargantas, ménsu-
Según confesión de Telma Reca, esposa de las luminosas con desarrollos cóncavos, etc.
Wladimiro, éste expresó al Dr. Pillado, cuando El fluorescente evidencia toda imperfección e
comenzaron la obra, que su aspiración era que irregularidad, obligó a una cuidadosa terminación
el grado de terminación y afinamiento de la de las superficies, batiéndose los revoques finales
misma fuera similar a una Parker, lapiceras que o enlucidos de yeso con taco y negro de humo y
aparecieron en esa época modificando sustan- lija; adoptándose un tipo de pintura similar en la
cialmente la forma y aspecto de las estilográfi- materia y tecnología al utilizado en el automóvil.
cas de entonces. El comentario final de Telma Calefacción: losa radiante en los pisos -nove-
Reca fue: “Wladimiro encontró en Pillado la doso en ese tiempo- el objetivo, calentar los
horma de su zapato”. solados, los muros, la casa; no el aire, que gracias
Los artífices de este acabado industrial fue- a banderolas especiales circulaba normalmente a
ron el artesano albañil don Casimiro Vuano y el temperatura normal, no sobrecalentado.
Refrigeración y cocina fueron resueltos por al mismo tiempo ocuparlo cuarenta personas 87
el Dr. Pillado tras un cotejo inteligente de las sin sentirse amontonadas.
posibilidades que brindaba el mercado de los Cuando concluyó su casa, que tantas fanta-
domésticos, resolviendo en consecuencia siosas expectativas había creado en los medios
opciones opuestas a los patrones vigentes. sociales Bahienses, el Dr. Pillado organizó una
Heladera: optó por una Servel a gas, cuan- serie de visitas didácticas para grupos picos de
do estaban de moda las eléctricas. la "intelligentzia bahiense", no con el ánimo de
Cocina: optó por una sueca que consumía un nuevo rico, sino con la conducta de una per-
antracita y de funcionamiento continuo y provi- sona inteligente que desea mostrar y explicar
sión permanente de agua caliente. valores genuinos. La orientación, la luz, el espa-
El mobiliario diseñado por Wladimiro cio, la funcionalidad, la correspondencia con el
Acosta se incorporaba al espacio que accedía exterior...
en razón de su función y no como adorno del Nadie comprendió nada y se desencanta-
mismo. ron pues no era cierto aquel trascendido de
La altura de las mesas, las luces íntimas, los que oprimiendo un botón se corrían las
respaldos de las sillas y butacas, todo correla- paredes.
cionado con el cuerpo humano. En sus butacas Como colofón histórico, recuerdo una
nadie se "cansaba" de estar sentado. mañana en Pampa Mar -cenáculo de
Los ambientes de Acosta no necesitaban Intelectuales Bahienses- un ejemplar Histórico
adornos de ningún género, como si hubieran de la escena arquitectónica local, peroraba
sido generados manejando una relación áurea vehemente:
entre volúmenes, obteniendo como resultado "El Arquitecto Acosta lo tuvo todo, tuvo la Avenida, el
armonía, que se traducía en bienestar, eso es: terreno, el propietario y toda la guita, y fíjense la por-
Estar Bien. quería de fachada que hizo sobre 19 de Mayo y eso
En el living-Pillado, contiguo a la estufa, uno que no se entiende un pito sobre la Avenida... ¡Qué
desperdicio! ¡Lo hubiera tenido yo!".
podía estar solo, en paz y libre de la sensación
de sentirse objeto de la curiosidad de la casa; y
TESTIMONIOS
WLADIMIRO ACOSTA, 1900-1967
Ana María Rigotti
Wladimiro Acosta:
Proyectos y obras
en Santa Fe
Este trabajo propone una aproximación his- Acosta hizo de esta experiencia. Blanco perfec- 89
tórica al pensar y al hacer de Wladimiro Acosta to para los cuestionadores de una modernidad
a partir del análisis de una serie de proyectos, acorralada; pero también paradigma del arqui-
en su casi totalidad construidos, para la provin- tecto intelectual -valorable por sus artículos, sus
cia de Santa Fe. dibujos, sus proyectos nunca construidos- perfil
Particularmente nos referimos a las en el que nos reconocemos sus mismos poten-
Viviendas Semi-Rurales para el área Rosario ciales detractores.
(1932), la casa Calp (1939), y en el contexto de Cómo enfrentar "ese resplandor irreal... de
sus reflexiones y propuestas en torno a la aquella voluntad de socialismo... que en más
vivienda. de un aspecto evoca todavía nuestros propios
Una primera reflexión necesaria se refiere a sueños alucinados"1 en un momento signado
las dificultades de un distanciamiento crítico por el agotamiento del impulso apocalíptico
frente a un Wladimiro Acosta que, todavía, de la modernidad, en el que sus consignas han
tiene vigencia como referente mítico de nues- perdido credibilidad y su proyecto ha sido
tras definiciones cotidianas como arquitectos, abandonado hace tiempo. En un momento en
urbanistas o teóricos de la arquitectura. el que se prefiere el férreo marco de lo posi-
Arquetipo del arquitecto moderno, del demiur- ble y la resignación de la sociedad deseable,
go conciliador del arte, la ciencia y la voluntad ante la certeza de que este realismo es menos
de transformación social, de la vanguardia escla- peligroso que las doradas utopías; aparente
recedora y benefactora de los sectores más "sustrato pesadillesco de lo que aconteció"2.
postergados de una Argentina incorporada al En un momento en que se recurre al refugio
capitalismo internacional. Integrante agigantado de la especificidad disciplinaria por la descon-
-por su quizás nunca meditada peculiaridad- de fianza que despierta todo proyecto relaciona-
la galería de próceres de una historiografía que do con la pretensión de incidir en el curso de
nunca pudo resistirse al aura del Movimiento la historia.
Moderno y que, si lo hizo, fue a partir de recu- Con estas dudas como referente hemos
perar las críticas que el mismo Wladimiro pretendido indagar sobre la consistencia de
90 nuestro mito; para identificar las procedencias, Según Habermas la modernidad se sustenta
las opciones que le dieron forma; para ponde- en dos tipos de pensamiento aparentemente
rar sus alcances y concesiones en relación con antagónicos: la reflexión histórica que, permea-
el ambiente en que se fue perfilando. da por la experiencia real, permite criticar y
Más que destruir, o clausurar la utopía, nos legitimar las elucubraciones utópicas,
interesa identificar sus límites, lo ilusorio; tal vez "el rol del arquitecto es imaginar con probabilidad his-
con la esperanza de rastrear posibles fisuras en tórica ... es formular conjeturas y proponer planes a
su fracaso por donde siguen fluyendo alternati- partir de los análisis de los múltiples factores que par-
vas a nuestro presente. Y es en este sentido que ticipan en el proceso de urbanización" 3.
ha de entenderse esta exploración por las pala- y la reflexión utópica misma, encargada de
bras, los proyectos, los recuerdos que han per- abrir alternativas y posibilidades que vayan más
durado de Wladimiro en torno a las obras ya allá de los límites de una continuidad histórica,
mencionadas; emergentes de algunas de sus pre- en contra de cuya normatividad se rebela.
ocupaciones centrales y de sucesivos intentos de
"el reconocimiento de que la ciudad no es algo inmu-
acomodarse al medio en que intentaba trabajar.
table ... sino el resultado histórico de la acumulación
del trabajo humano ... debe conducir al hombre al
Un arquitecto moderno en la Argentina de intento de remodelar el mundo circundante". (d, 164)
los treinta
A modo de introducción: Al considerar la historia como un proceso
¿Hasta qué punto y de qué manera que va generando sus propios problemas, y
Wladimiro Acosta se expresaba como un cuyos modelos ya no pueden ser tomados
"moderno"? Si tomamos como parámetro algunas como referencia, la modernidad se ve a sí
definiciones consagradas sobre la "modernidad" - misma, debiendo esbozar alternativas por sí
particularmente las de J. Habermas- y las contras- solas en un presente vivido como el lugar de
tamos con escritos de, y sobre, Acosta de esa quiebre entre la continuidad cuestionada con el
década, aparecen algunas convergencias notables. pasado y la innovación,
"La ciudad … Creada por el hombre, hoy escapa a su "esta desarmonía (entre la vida del hombre en la era
91
control... Éste percibe el fenómeno ... con el mismo maquinista y su vivienda y medio urbano) es conse-
pasivo fatalismo con que considera todas las catástro- cuencia y parte de un desequilibrio mayor, fundamen-
fes sociales ... Sin embargo, si, mediante un esfuerzo tal, característico de nuestra época: la coexistencia del
nos sobreponemos por un momento a la ceguera trabajo social mecanizado -forma nueva de produc-
mental a que el acostumbramiento al ambiente y a los ción- con la propiedad privada del producto de ese
hechos presentes nos reduce, y analizamos el proble- trabajo colectivo, forma antigua de distribución". (d, 9)
ma en su raíz y escala verdadera, debemos convenir
que no hay en la urbe ningún elemento no hecho por una sociedad laboriosa de trabajadores
el hombre, nada capaz por sí mismo de escapar a su libres e iguales entre sí que se han emancipado
control... los obstáculos residen no afuera sino dentro del control de los otros.
mismo de la mente de quienes tratan de concretar la Esa esperanza en el futuro y esa confianza
solución del problema es menester un proceso de des-
en el poder de dominio sobre lo real,
intoxicación ideológica, en virtud del cual se llegue a la
depuración completa de los elementos con que el "Una sociedad objetiva, una moral y legislación univer-
intelecto opera, a la abolición de toda influencia de la sal, un arte autónoma acorde con su lógica interna, una
costumbre, a la revisión total de los valores". (d, 13) acumulación de la cultura especializada, los avances
técnicos y la planificación, son los instrumentos para
donde el tiempo es un recurso escaso para una organización racional de la vida social y su soporte
resolver los problemas heredados. material, para actualizar ese futuro, necesariamente
"(Wladimiro Acosta) no cavila sobre la falsedad de los mejor y alejado de los falsos consuelos de la tradición"5.
estilos … sino sobre la urgencia de acomodar al hom- permitieron el desarrollo de la firme convic-
bre a una condición de mayor y mas intensa agilidad
ción de que ese futuro sería un lugar mejor a
para desenvolverse en el recinto de la urbe" 4.
ninguno otro antes conocido. Un futuro inma-
Una innovación cuyo núcleo es la cristaliza- culado y estable -la utopía como condición
ción del pasado en torno a las potencialidades óptima y última- términos en los cuales se ha
de un orden sustentado en la socialización de señalado su alianza con el clasicismo.
las condiciones laborales -en oposición a un sis- "transcurrieron afanosos sus años en la determinación
tema basado en el beneficio extraído de un tra- y formulación de precisiones que confirieran funda-
bajo subordinado a las fuerzas del mercado-; mento y aplicabilidad universal, permanente a sus con-
112 reconoce y reelabora pautas de la arquitectura áreas internas, notoriamente dificultadas en una
tradicional. resolución en profundidad como ésta.
En realidad las SR pueden verse como una "el tramo central que comprende living, baño y parte
adecuación de la tipología de las casas chori- del pasillo, es 60 centímetros más alto que el resto, con
ceras urbanas de un patio, a una serie de pau- banderolas que por el lado sur aseguran luz y ventila-
tas culturales "adecuadas" en tanto responden ción". (d, 86)
a demandas contemporáneas: familia nuclear, Esta preocupación higiénica, intensificada en
desaparición de un área de recibo separada este tipo de lotes, se completa con un análisis
del estar, desaparición del "vergonzoso" come- de la altura de techos y ancho de patio que ase-
dor diario, cocina laboratorio y baño internos, gure la incidencia de sol en los dormitorios
máxima intimidad e individualidad para las desde que está a 7 grados sobre el horizonte.
áreas de reposo, racionalización de la planta La extensión relativamente reducida de
para organizar y simplificar los quehaceres Rosario puede haber incidido en la justificación
domésticos. Una tipología de la que de viviendas suburbanas, ya que no implicaba
Wladimiro Acosta rescata el criterio de orga- grandes distancias al trabajo y a los servicios del
nización de la planta, a través de la multiplica- área central. Suburbios en los que, según el
ción de habitaciones modulares sobre una mismo Gropius, está justificada la vivienda indi-
medianera, adecuándose a la orientación más vidual con jardín, y consecuentemente sus ven-
favorable, la flexibilidad y posibilidad de creci- tajas, de otro modo inaccesible a los sectores
miento hacia el fondo y, hasta la misma unifor- obreros.
midad de fachadas que caracterizaron a las
"...El habitar casas bajas con jardín ofrece más tranquili-
calles rosarinas.
dad, más posibilidades de recreo, salidas al jardín pro-
Como en ensayos tipológicos anteriores, a pio y más fácil vigilancia de los niños. Como casa míni-
través de un sector de la vivienda con techo ma… exige tiempo para su manutención, está a distan-
sobreelevado, resuelve no sólo un tema de la cia de todo e impone a sus habitantes una vida fija" 23.
ventilación, crucial para el bienestar en este Además, al adjudicarle la particularidad de
área climática, sino también la iluminación de semi-rural era posible eludir uno de los proble-
mas que Wladimiro Acosta consideraba centra- nea de E. Coit sobre las preferencias de las 113
les en la urbanización capitalista: la dicotomía familias modestas destinatarias de viviendas
campo ciudad. En este caso bastaba con dotar mínimas.
a la vivienda de un nivel técnico sanitario asimi- En la jerarquización de estas preferencias
lable a los modos de habitar urbanos y asegu- hay un acuerdo parcial. Mientras la "salud físi-
rar la proximidad de servicios educativos y sani- ca" ocupa el primer lugar y la "conveniencia" el
tarios; porque ya contaban con "las ventajas de cuarto; coinciden en otorgar a la "sensación de
la vecindad con la naturaleza": expansiones, independencia" y la "facilidad de recreo" un
descanso, sedación, deportes, alejamiento del rango alto; pero con una concepción muy
ruido urbano. diferente a la propuesta por Wladimiro
En cuanto a la adecuación a los modos de Acosta. La independencia se relaciona con la
vida y ocupación de los habitantes de Rosario, abundancia de espacio más que con la posibi-
sin duda lo más llamativo es la aparición de la lidad de que cada miembro tenga su habita-
habitación comodín "destinada a un pequeño ción; incluso se señala la sensación de opre-
negocio" con lo cual, o se sumaba a una visión sión de los techos bajos y la inconveniencia de
un tanto esquemática del Rosario mercantil - las habitaciones muy estrechas, ya que no sir-
que se expresaba en el predominio de casas ven para moverse y estar y son menos adap-
chorizo con negocios al frente en ciertas zonas tables a los cambios de vida. Como se señala-
urbanas-, o había logrado identificar la notable ra respecto a los dormitorios camarote, "en
persistencia de viviendas como centro de pro- esos placares de 1,80 de profundidad no hay
ducción familiar, especialmente en las áreas lugar en el que los chicos puedan escapar de
suburbanas, aisladas del centro24. sus padres o viceversa". En cuanto a la recrea-
Para concluir, uno de los parámetros más ción, esta se vincula al tipo de servicios y
sugerentes para evaluar el grado de ajuste de diversiones accesibles en los antiguos barrios y
las presunciones de Wladimiro Acosta sobre la no a los elevados placeres del obrero modelo,
vivienda adecuada para el sector obrero, es la creativo y preocupado por el cultivo de su
interesantísima investigación casi contemporá- cuerpo e intelecto.
Notas
1. TERÁN, O., "Aníbal Ponce o el marxismo sin nación" en: Las siguientes citas de Acosta no se numerarán y se refe-
En busca de la ideología argentina, Catálogos ed., Buenos renciará su procedencia de acuerdo a las siguientes letras:
Aires, 1986. a) "Vivienda mínima", Nuestra Arquitectura, septiembre 1934.
2. CASULLO, N., "Las dos caras de la utopía”, Clarín, b) "La vivienda obrera en Buenos Aires", en Nuestra
30/1/1986. Arquitectura, septiembre 1934.
3. ACOSTA, W., "Bosquejo de la ciudad del futuro", 2º c) "El método gráfico aplicado al análisis de la planta de la
Ciclo de Conferencias sobre temas argentinos, Centro de vivienda", en Nuestra Arquitectura, noviembre 1934.
Estudiantes de La Plata, 1938.
d) Vivienda y Ciudad.
e) "Bosquejo de la ciudad del futuro", op. cit. 17. MEYER, H., op. cit.
f) Vivienda y Clima, Nueva Visión, 1976. 18. GERCHUNOFF, A., op. cit.
4. GERCHUNOFF, A., "Wladimiro Acosta y la nueva arqui- 19. Ídem.
tectura" en Acosta, Vivienda y Ciudad. 20. Ídem.
5. GERCHUNOFF, A., op. cit. 21. GROPIUS, W., "¿Conviene la edificación baja, media o
6. RECA, Telma, "Prefacio" en Acosta, Vivienda y Clima. alta?", en Nuestra Arquitectura, septiembre 1934.
7. Gerchunoff. A., op. cit. 22. Ídem.
8. Ídem. 23. Ídem.
9. Ídem. 24. RIGOTTI, A. M., Barrio Alberdi, memorias para su futu-
10. Ídem. ro, Cuadernos del CURDIUR, N. 8.
11. MIES VAN DER ROHE, "Sobre la forma en la arquitec- 25. Calp, entrevista realizada por Rigotti, A. M. el 2 de sep-
tura" (1927), en Marchand Fiz, Arquitectura del siglo XX, tiembre de 1987.
Corazón, 1974, p. 175. 26. Ídem.
12. Ídem. 27. Ídem.
13. RIGOTTI, A. M., Utopías y proyectos para el habitat 28. Ídem.
obrero de principios de siglo, Cuadernos del CURDIUR, 29. Ídem.
N. 8.
30. Ídem.
14. TAUT, B., "Un programa para la arquitectura" (1918),
31. Ídem.
en Marchand Fiz. op. cit., p. 101.
32. Ídem.
15. MEYER, H., "Construir" , en Marchand Fiz, op. cit., p. 167.
33. Ídem.
16. GROPIUS, Walter, "Principios de construcción de la
Bauhaus", (1926), en Marchand Fiz, op. cit., p. 159. 34. RECA, Telma, op. cit.