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Estrategia 1: Aclarar los detalles de tu

proyecto antes de comenzar

Antes de comenzar a programar el proyecto, tienes que saber qué


implica. Comienza con el producto final y trabaja hacia atrás. ¿Qué
pasos y productos más pequeños tienes que completar para llegar al
producto final? Tómate el tiempo necesario para entender todo lo que
tienes que lograr y qué recursos necesitarás para hacerlo realidad. A
medida que aclares los detalles de tu proyecto, debes comprometerte
con una metodología de gestión de proyectos y comenzar a construir
un plan de proyecto en función de esa metodología. 

Estrategia 2: Evaluar tu proyecto desde


varias perspectivas

Durante la fase de planificación, da un paso atrás y mira el proyecto


desde la perspectiva de los diferentes roles. Cada uno se enfrentará a
desafíos que tal vez no se noten a primera vista. Las estrategias de
gestión de proyectos en la construcción, por ejemplo, se verán
diferentes para un capataz que para un arquitecto o ingeniero de obra.
Tu plan del proyecto tiene que tener en cuenta las necesidades de
cada rol y anticipar los problemas comunes a los que cada uno podría
enfrentarse. Es fácil perderse ante posibles lagunas y oportunidades
desaprovechadas en el plan de tu propio proyecto, por lo que puede
ser útil que los miembros del equipo que no han participado lo
examinen para ver si descubren algo que quizás hayas pasado por
alto. 
Estrategia 3: Elegir a las personas adecuadas
para que formen parte del equipo del
proyecto

Un proyecto solo puede ser tan exitoso como las personas que
trabajan en él. Se debe elegir cada miembro del equipo por las
habilidades y personalidades que aportan al proyecto. No todo el
mundo encajará bien en cualquier proyecto, y tu mejor equipo puede
que ni siquiera incluya a toda tu “mejor” gente.

La superposición de conjuntos de habilidades y personalidades


incompatibles ralentizará, o incluso descarrilará por completo, un
proyecto. Pero acercarse al personal desde la perspectiva de
“¿Quién es el mejor para este proyecto?” hará que el proceso sea
mucho más fluido.
Estrategia 4: Establecer hitos viables para
medir el progreso

Los grandes proyectos corren el riesgo de desviarse de su curso o de


retrasarse si no cuentan con hitos específicos que se puedan medir
durante el proceso. Establecer hitos divide un proyecto en puntos de
control frecuentes. Puedes usarlos para asignar a tu equipo la
responsabilidad de cada hito y ajustar el cronograma de todo el
proyecto sobre la marcha. 

Establecer hitos es también una gran estrategia de gestión de partes


interesadas. Si tienes puntos de progreso con fechas de vencimiento
establecidas a lo largo del proyecto, puedes informar a las partes
interesadas sobre el avance del proyecto, sin tener que tratar de
explicar cada tarea y su relación con el proyecto en su conjunto. 
Estrategia 5: Evaluar tu proceso después de
completar el proyecto

Después de los informes del proyecto, los análisis de resultados, las


retrospectivas, o como quieras llamarlo, tienes que evaluar el proyecto
una vez finalizado. Analizar más allá de si fue un éxito o un fracaso.
Observa cada hito y cada paso que diste para alcanzarlo. 

Primero, celebra tus victorias. ¿Qué funcionó y qué quieres replicar en


el futuro? A continuación, identifica los momentos en los que tu
proceso fracasó: ¿qué puedes cambiar en el próximo proyecto para
evitar los mismos problemas? Esta revisión te ayudará a perfeccionar
tu proceso de gestión de proyectos y hará que tus futuros proyectos
sean aún mejores. 

Usa estrategias de gestión de


proyectos, mantén el rumbo

Implementar la estrategia de gestión de proyectos es muy fácil con


monday.com. Queremos que tus proyectos tengan éxito tanto como tú,
por lo que hemos creado una plantilla de plan de gestión de
proyectos para que la uses en tu próximo proyecto

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