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Desde una lectura literal del art. 190 junto con el art. 193 y el numeral 5 del art.
219, se puede concluir que el modelo peruano ha optado por la teoría de nulidad
del contrato simulado, debido a que en los mencionados artículos se hace uso de la
misma terminología alemana para referirse a la ausencia de voluntad de celebrar
el contrato simulado (Morales, 2006, p. 312). Por otro lado, una lectura
comparada de los artículos 191 y 194 evidencia que el legislador peruano copió
parcialmente los artículos 1414 y 1415 del Código Civil italiano, la cual recoge la
teoría de la ineficacia (Morales, 2006, p. 312). A esto último se agrega el hecho
que la teoría del contrato en el CC peruano se ha regulado desde la perspectiva del
derecho italiano.
También se sostiene que los contratos simulados tienen una causa, conocida como
la ”causa simulandi”, la cual tiene directa correlación con la licitud o la ilicitud del
fin. Así, si se celebra un negocio jurídico con la finalidad de evadir el pago del
crédito de un tercero, se está ante una causa simulandi ilícita y, por consiguiente,
dicho negocio podría ser cuestionado por el tercero perjudicado. No obstante,
puede existir una causa simulandi lícita cuando, por ejemplo, un empresario
transfiere sus bienes a un tercero a través de negocios jurídicos simulados, con el
fin de no ser víctima de extorsión o secuestro (Ortiz, 2016, p.75). Esta última se
trata de una causa positiva de un negocio simulado que bien podría ser la causa de
cualquier otro negocio no simulado. La causa simulandi demuestra pues que los
negocios jurídicos simulados cumplen con la estructura de los demás negocios.
Entonces, el contrato no tiene ningún defecto en sus partes esenciales, es
formalmente válido. Incluso muchas veces en la práctica diaria, y a efectos de que
los terceros crean que el negocio aparente es verdadero, las partes buscan que el
negocio quede lo más perfecto posible, respetándose rigurosamente los requisitos
de forma y de fondo (Gabriel Rivera, 2014, p. 111-112).
Mientras, dentro del sistema italiano, la tutela de los terceros es la regla por
antonomasia, puesto que los terceros afectados y los de buena fe son protegidos
por el legislador italiano de manera general y amplia y desde las mismas normas
referentes a la simulación (Gabriel Rivera, 2014, p.112). El Código Civil peruano
también ha optado por este modelo de protección general, tutelando los intereses
de los terceros desde la propia institución de la simulación y sin la necesidad de
recurrir a normas especiales. Es en virtud del principio de seguridad del tráfico
jurídico que se protege al tercero de buena fe que ha confiado razonablemente en
la situación de apariencia, no pudiéndole oponerse la situación real (Espinoza,
2008, p. 337).
Reflexiones finales
2014 “El artículo 190 del Código Civil: de la lógica de un concepto a la ilógica
de un sistema. Apuntes de derecho alemán e italiano a una sentencia
casatoria”. Actualidad Civil. Lima, volumen 5, pp. 104-116.
MORALES, Rómulo
ORTIZ, Gonzalo
2016 La simulación absoluta del negocio jurídico. Tesis para optar el grado de
Magíster en Derecho Civil. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Facultad
de Derecho.
Redacción Perú 21
2013 “Empresaria ferretera es asesinada de tres balazos en Jicamarca”. Perú
21. Lima, 21 de Febrero.
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CONTRATO SIMULADO