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Materia: Contabilidad IV

Aula Nº: 1

Docente: Matías Ricardo Bandín

Clase Nº: II (Dos)

Unidad: Nº 1

Temas a desarrollar:

• Balance de apertura.
• Estados financieros de transformación.
• Estados financieros de fusión y escisión.
• Contabilidad de la liquidación de sociedades.

Bibliografía:

• Carpeta de Trabajo UVQ – Contabilidad IV – páginas 27 a 43


y páginas 51 a 56.
• Biondi – Contabilidad Financiera – Capítulo 3 (El tiempo en
la vida de las empresas)
• Ley 19.550 y modif. (Ley de Sociedades Comerciales)
• Código de Comercio
• Resolución Técnica Nro. 18 – FACPCE
Balances especiales

En la clase anterior enunciamos distintos tipos de modelos contables


y, en función de ellos, definimos distintos criterios de valuación,
medición, etc.

A lo largo de la vida de cualquier ente seguramente iremos aplicando


un modelo en particular (en nuestro país establecido por la
Resolución Técnica Nro. 37), pero ahora veremos que,
independientemente de lo que ocurre a largo del transcurso tiempo
encontraremos situaciones especiales

Será en esos momentos en los cuales deberemos tener ciertas


consideraciones especiales al momento de reflejar la información
contable.

Por eso, para empezar a analizar esos momentos, que mejor que
comenzar por la iniciación de la vida del ente, es decir su apertura.

Balance de apertura

Independientemente del tipo de ente del que se trate, en su


constitución se deberán identificar los recursos iniciales con los que
se cuenta en dicho momento, esto es los activos y pasivos que
conformaran el patrimonio, esta situación es la que se verá reflejada
en el balance de apertura.

Biondi, plantea que: “Esos primeros recursos con los cuales cuenta el
ente darán origen a una representación contable de estos, que se
traduce en el balance inicial que es el acta de nacimiento, en su
expresión cualitativa y cuantitativa”
En nuestro país el Código de Comercio establece primeramente en
su artículo 44 que se “deben llevar los siguientes libros: 1- Diario 2-
Inventarios y Balances”, para posteriormente establecer, a través del
artículo 48 que “el libro Inventarios se abrirá con la descripción exacta
del dinero, bienes, muebles y raíces, créditos y otra cualquiera
especie de valores que formen el capital del comerciante al tiempo de
empezar su giro”

En ese aspecto el balance de apertura o inicial serán los estados


financieros que se practican en el momento de inicio de la vida del
ente con el fin antes citado, es decir, constituyendo el primer balance
que se practica en la entidad y con el que se abre el ejercicio
económico.

Pero tal como bien venimos diciendo, al ser el inicio de la vida del
ente lo único que puede formar parte del mismo son los aportes
realizados por los socios (o fundadores en el caso de entes sin fines
de lucro). Estos pueden ser de diferente naturaleza: en dinero, en
efectivo o en especie, incluso una parte de ellos podrían ser
obligaciones, por lo cual reviste una singular importancia el criterio de
valuación que se adoptará con ellos.

Por otra parte, la Ley de sociedades comerciales establece que se


pueden aportar derechos en tanto estén debidamente instrumentados
y se refieran a bienes susceptibles de ser aportados y no sean
litigiosos.

En la página 30 de la carpeta de trabajo encontraran los criterios de


valuación aplicables a cada tipo de aporte.
Estados financieros de transformación

Otro de los momentos es cuando, en este caso una sociedad


comercial, produce su transformación. A tal fin se entenderá que
habrá transformación cuando una sociedad adopte otro de los tipos
previstos en la ley. En ese caso no se disuelve la sociedad ni se
alteran sus derechos y obligaciones.

En la Ley de Sociedades Comerciales (LSC), en su artículo 77, se


plantean cuales son los requisitos a cumplir para poder realizar esta
transformación y, entre ellos, encontraremos que se debe
confeccionar un balance especial, cerrado a una fecha que no exceda
de un mes a la del acuerdo de transformación y puesto a disposición
de los socios en la sede social con no menos de quince días de
anticipación a dicho acuerdo y debe ser aprobado por los socios o
accionistas con idénticas mayorías establecidas para la aprobación
de los balances de ejercicio.

Se denomina balance especial, por los siguientes motivos:


1. Por el corto tiempo para su realización. Este punto provoca que
generalmente las empresas tengan listo el balance al momento
de firmar el acuerdo.
2. Por la naturaleza irregular del mismo, ya que aunque pudiera
coincidir con el ejercicio anual, el hecho es que no es exigible
por la normativa vigente.
3. La responsabilidad de los socios, ya sea los continuadores, los
nuevos ingresantes, y/o los recedentes.
4. La determinación de las deudas.
5. La determinación y estructura del nuevo patrimonio social. Con
respecto a la normativa contable que rige para la confección del
balance
Estados financieros de fusión o escisión

Para comenzar a tratar este tema debemos tener presente


previamente que se entiende, en la normativa contable, por
combinación de negocios.

Una combinación de negocios existirá cuando:

Transacción entre entes independientes.

Da lugar a la aparición de un nuevo ente económico debido a


que uno de los entes se une con el otro u obtiene el control
sobre los activos netos y las actividades del mismo.

Puede estructurarse de diferentes formas, en función de razones


legales, fiscales u otras consideraciones relevantes. Puede
implicar, por ejemplo:

La compra de los activos netos o los títulos


representativos del capital de otro ente;
La constitución de un nuevo ente, que tome el control
sobre los entes combinados; o
La transferencia de activos netos de uno o más de los
entes combinados a otro.

Puede ocasionar la disolución o reducción del capital de uno o


más de los entes combinados

Contablemente se desarrollaron dos métodos, el de la adquisición y el


de unificación de intereses, ambos son métodos diferenciados de
registración ya que no son alternativas para una misma transacción y
se deberán aplicar de acuerdo con las características y sustancia de
la transacción. Ambos métodos se encuentran desarrollados en
nuestra normativa contable en la Resolución Técnica Nro.18

En el caso de la adquisición tendremos:

Un ente (el adquirente), obtiene el control sobre los activos netos


y las actividades de otro (el adquirido), a cambio de la entrega
de dinero u otros activos, la asunción de una deuda, o la emisión
de capital.

En el caso de la unificación de intereses:

Los titulares de los entes que se combinan pasan a compartir los


riesgos y beneficios futuros del ente combinado.

Las partes participan en el control.

Ninguna parte puede ser vista como la adquirente del negocio de


la otra.

A continuación se puede apreciar los distintos criterios a adoptar en


cada caso
La fusión exige el cumplimiento de ciertos requisitos, planteados en
el artículo 83 LSC, entre ellos la confección de los balances
especiales de fusión de cada sociedad, preparados por sus
administradores, con informes de los síndicos en su caso, cerrados
en una misma fecha que no será anterior a tres meses a la firma del
compromiso, y confeccionados sobre bases homogéneas y criterios
de valuación idénticos y la confección de un balance consolidado de
las sociedades que se fusionan.

Por otro lado, habrá escisión cuando:


• Una sociedad, llamada escindente, sin disolverse destina parte
de su patrimonio para fusionarse con sociedades existentes o
para participar con ellas en la creación de una nueva sociedad,
llamadas escisionarias; este proceso es conocido como escisión-
incorporación o escisión-fusión

• Una sociedad sin disolverse (escindente) destina parte de su


patrimonio para constituir una o varias sociedades nuevas
(escisionarias); este proceso es conocido como escisión
propiamente dicho

• Una sociedad se disuelve sin liquidarse (escindente) para


constituir con la totalidad de su patrimonio nuevas sociedades
(escicionarias). este proceso es conocido como escisión-división

La escisión exige la confección de un balance especial de escisión


que no será anterior a tres meses de la resolución social respectiva, y
será confeccionado como un estado de situación patrimonial con:

• La valuación del activo y del pasivo de la sociedad, con


indicación de la fecha a que se refiere;

• La valuación del activo y pasivo que componen el patrimonio


destinado a la nueva sociedad;

Cuando se trate de escisión-fusión se aplicarán las disposiciones


correspondientes a una fusión que ya vimos anteriormente.

Desde la normativa contable encontramos que la Resolución Técnica


Nro. 18 establece que una escisión puede ser:

Escisión – fusión: cuando el ente escindente:


• disolviéndose, destina la totalidad de sus activos y pasivos,
incorporando al menos una parte a un ente existente o creando
con éste un nuevo ente; o

• sin disolverse, destina parte de sus activos y pasivos a:


o la creación -con otro ente- de un ente nuevo; o
o su incorporación a un ente existente.

Escisión parcial propiamente dicha: cuando el ente escindente sin


disolverse, destina parte de sus activos y pasivos a la creación de
uno o más entes nuevos.

Escisión total propiamente dicha: cuando el ente escindente


disolviéndose sin liquidarse, destina la totalidad de sus activos y
pasivos a la creación de dos o más entes nuevos.

En el primer caso la contabilización de los efectos se efectuará


aplicando las normas que vimos sobre Combinaciones de negocios.
En la escisión propiamente dicha (parcial o total), los activos netos
escindidos deben valuarse sobre la base de los valores registrados
en los libros del ente escindente.

Balance de Liquidación

Así como arrancamos la clase viendo el inicio de la vida del ente con
el balance de apertura que mejor que terminar la clase con el cierre
de la vida social, es decir con su disolución y liquidación.

Esto puede ocurrir por:

• Por decisión de los socios;


• Por expiración del término por el cual se constituyó,
• Por cumplimiento de la condición a la que se subordinó su
existencia;
• Por consecución del objeto para el cual se formó, o por la
imposibilidad sobreviniente de lograrlo;
• Por pérdida del capital social;
• Por declaración en quiebra. La disolución quedará sin efecto si
se celebrare avenimiento o concordado resolutorio;
• Por su fusión con otra;
• Por reducción a uno del número de socios;
• Por sanción firme de cancelación de oferta pública o de la
cotización de sus acciones.
• Por resolución firme de retiro de la autorización para funcionar
cuando leyes especiales la impusieren en razón del objeto.

La LSC establece en su artículo 103 que los liquidadores (que serán


quienes lleven a su cargo el proceso de disolución) están obligados a
confeccionar dentro de los treinta días de asumido el cargo un
inventario y balance de patrimonio social, que pondrá a disposición de
los socios. Aunque los socios, podrán por mayoría, extender el plazo
hasta ciento veinte días.

Pero una de las particularidades de este balance es que no serán


aplicables las normativas contables de valuación, medición y
exposición que utilizamos tradicionalmente, y esto se debe a que toda
la normativa está basada en un principio rector que es el criterio de
empresa en marcha, que es justamente todo lo contrario que ocurre
en este caso.

Es por ello que mientras que en una empresa en marcha en la cual


valuamos a sus bienes de cambio de acuerdo con su costo de
reposición de re-fabricación si la misma estuviera en proceso de
disolución serían valuados a valor neto de realización.

¿Cuál es el porqué de esta situación? en el primer caso (la empresa


en marcha) no se tiene certeza de la venta del producto (de hecho si
la tuviera la normativa prevé otro criterio de valuación) o si el mismo
será vendido hoy, dentro de un mes, o el año siguiente (con la
consecuente variación en los precios) pero en el segundo no solo se
tiene la certeza de venta, sino que es la obligación del ente liquidar
todos sus productos, ya sea vendiéndolos o bien entregando los
mismos.

Es por ello que en el balance de liquidación el criterio de medición y


valuación está orientado directamente a los valores corrientes de
salida de los productos, es decir valores de realización menos gastos
directos relacionados.

Durante el proceso de disolución los liquidadores harán frente a la


extinción de todas las obligaciones del ente y una vez extinguido el
pasivo social, confeccionarán el balance final y el proyecto de
distribución, a partir del cual reembolsarán las partes de capital y,
salvo disposición en contrario del contrato, el excedente se distribuirá
en proporción a la participación de cada socio en las ganancias.

Vamos a dar por terminada la clase, les pido complementen los


temas tratados con la bibliografía enunciada y los saludo hasta la
próxima. Igualmente espero sus comentarios y dudas.

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