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Introducción
Para el buen funcionamiento de nuestro organismo es necesaria una buena alimentación,
ya que esta es una de las bases primordiales para que de esos alimentos puedan extraerse
nutrimentos aptos para que el organismo se mantenga adecuadamente y se preserve la
salud, asi como prevenir enfermedades que llegan a acortar la vida del individuo o limitar
su calidad de vida.
El individuo a veces tiene una dieta donde sus componentes puedan estar condicionando
factores que beneficien o perjudiquen la salud. Pérez, F., Martínez, C., Carbajal, A. &
Zamora, S. (2012) afirman que “entre un tercio y la mitad de los factores relacionados con
las enfermedades Crónico-Degenerativas (ECD) son factores dietéticos” (p.04); es por ello
que los profesionales de la salud hace hincapié en que las personas tengan una dieta
equilibrada.
Normalmente y al menos en México la población tiende a incluir alta cantidad de
carbohidratos en la dieta de su vida diaria, sabemos que los carbohidratos son la mayor
fuente de energía para nuestro organismo, para el funcionamiento de las células en nuestro
cuerpo, que de hecho Mahan, L. y Escott, S. (2010) exponen que los carbohidratos
proporcionan 60% del aporte energético total, energía que de carbohidrato pasa a ser
ATP.
Desarrollo
Índice Glucémico
Cuando nosotros consumimos algún alimento, nuestros niveles de glucosa libre en sangre
se ven alterados por esta acción de ingesta y a la medida de estos niveles séricos de
glucosa se le llama glucemia, definición importante porque al momento de estudiar la
cantidad de azucares que contienen los alimentos, se toma en cuenta la glucemia y la
cantidad de elevación de glucosa después de la ingesta, así como el tiempo en que esta
se eleva, a esto se le llama índice glucémico.
Entonces el índice glucémico cuantifica la velocidad con la que un alimento que contiene
carbohidratos eleva la glucosa en sangre posterior a su ingesta.
El índice glucémico se calcula o se realiza según Franco, A., Cardona, G., Villegas, K.,
Vázquez, A., Jáuregui, P., Jaramillo, E. y Nava, A. (2013) mediante la ingestión de un
alimento con 50 g de carbohidratos (que pueden ser pan o glucosa pura), y la medición de
la glucemia postprandial durante un lapso de dos horas. La respuesta obtenida tiene valor
de 100, y todos los alimentos se comparan con este valor, usándolo en porcentaje. Dentro
de los valores que se obtienen, Arteaga, A. (2006) nos dice que estos se categorizan en:
o IG alto ≥ 70
o IG intermedio 56-69
o IG bajo 0-55
Un aspecto importante para tomar en cuenta es que hay factores que influyen en el índice
glucémico, ya que estos factores pueden interactuar con el alimento de tal manera que las
propiedades de este no son las mismas y algunos de estos factores pueden ser: las formas
en que está procesado el alimento (por ejemplo, si estaba congelado, culinarias (si está
muy crudo o cocido, quemado o a optimo cocimiento), fibra, pH del alimento, etc.
La relación del índice glucémico con la Obesidad y la Diabetes Mellitus
Aparte de ser considerada enfermedad, también puede tomarse en cuenta para llamarlo
factor de riesgo y esta puede ser modificable o no ya que es una enfermedad multifactorial,
para fines prácticos describiré a la obesidad que puede ser modificable como el primer
escalón hacia el desarrollo de patologías parte de las ECD, es un primer escalón del cuál
la persona puede decidir subir a el o no, ya que puede ser modificada decidiendo y
aplicando estilos de vida más saludables, abarcando desde dieta hasta activación física. La
relación que encontramos de la obesidad con el índice glucémico (IG) es que la persona
tiende a consumir alimentos que tienen un IG alto o bien, son muy bastos en cantidad de
alimentos con IG bajo-intermedio y no suelen medir las porciones de estos induciendo a la
obesidad del paciente; por ello el tratamiento inicial es buscar un equilibrio en la
alimentación de la persona.
Ahora bien que si la persona no modifica los malos hábitos y un IG alto en alimentos que
le han hecho padecer obesidad, esto continuaría afectando al organismo e incrementaría
notablemente los niveles de glucosa e insulina séricos provocando que la persona tenga
Resistencia a la Insulina donde de seguir con los mismos estilos de vida concluiría
finalmente con, y enfocándonos principalmente en la enfermedad más común, que la
persona desarrolle Diabetes Mellitus tipo II.
La Diabetes Mellitus tipo II (DM2) ocurre porque la producción de insulina por parte del
páncreas es insuficiente para contrarrestar la resistencia a esta hormona, por cargas
excesivas de glucosa y conforme el tiempo pasa la insulina decrece por falla de las células
beta. De acuerdo a la Asociación Americana de la Diabetes (2005) (ADA, por sus siglas en
inglés: American Diabetes Association) dice que “la cantidad total de hidratos de carbono
consumidos constituye el mejor predictor de la respuesta glicémica, y se mantiene como
una estrategia clave para el manejo dietético de los pacientes con DM, sin embargo un
meta-análisis reciente de trabajos casos-controles, aleatorizados, muestra que el IG puede
aportar beneficios adicionales al control de la DM”, lo anterior lo comparto ya que al igual
que lo que se comento en la obesidad, es necesario que aparte de apoyar con un
tratamiento farmacológico en la DM2, se modifique a un IG más bajo, donde la dieta sea
adecuada con ayuda de un nutriólogo que se la especifique a la persona que padezca
DM2.
En cuanto al control encontramos que ya dada una dieta, la persona consumiendo los
alimentos con IG adecuados dados por un especialista y que esta dieta también sea rica en
proteínas (por lo que menciona Franco et al. (2013) de que los alimentos ricos en proteínas
son buenos para controlar el impacto de los carbohidratos en el organismo), se espera el
efecto de que la enfermedad pueda evolucionar favorablemente y para mejora notoria de
la salud de la persona.
Considero pertinente sugerir que la dieta que en la dieta se incluyan alimentos de todos
los grupos alimenticios pero en especial que haya más proteína y una adecuada ingesta de
carbohidratos que logre mantener un equilibrio y sea bien aprovechado por el organismo,
así como mantener una actividad física más constante. También creo recomendable que
se incluya la fibra ya que esta retrasa el vaciamiento gástrico y reduce la cantidad de
carbohidratos que pueden ser absorbidos, aparte que da una sensación de saciedad más
pronta y no altera demasiado el IG teniendo así un efecto positivo en la glucosa
postprandial.
Conclusión
Resaltó que lo que más se me queda respecto a este trabajo es que el equilibrio
alimenticio en la dieta donde el IG es adecuado, así como la ingesta de alimentos
de fibra o proteínas, es una manera eficaz y fácil de prevenir enfermedades que
pueden perjudicar seriamente la salud de las personas.
Supe que las dietas con IG adecuado reducen las posibilidades de padecer
Enfermedades Crónicas No Transmisibles y que no sólo se debe consumir IG bajo-
intermedio, sino bien que sean estos un complemento y que inclusive los IG alto,
puedan conjugarse de manera saludable para proporcionar la energía adecuada al
organismo.
Comprendí que existen factores químicos y físicos por los cuales están preparados
los alimentos y pueden influir en el contenido de carbohidratos que van a dar al
organismo.
Fuentes
− Pérez, F., Martínez, C., Carbajal, A. & Zamora, S. (2012). ¿Por qué necesitamos comer?
Esencialidad de la energía y los nutrientes. En Manual Práctico De Nutrición Y Salud (p.5).
España: Kelloggs.
− Secretaria de Salud. (2020). ¿Qué es el Índice glucémico?. Septiembre 19, 2021, de Servicios
Estatales de Salud (SESA) Sitio web:
https://twitter.com/sesa_qroo/status/1291009620765487106?lang=he
− Franco- Mijares, A., Cardona-Pimentel, G., Villegas-Canchola, K., Vázquez-Flores, A., Jáuregui-
Vega, P., Jaramillo-Barrón, E. y Nava, A. (2013). Sobre el índice glucémico y el ejercicio físico
en la nutrición humana. El residente, 8 (3). Recuperado de
http://www.medigraphic.com/pdfs/residente/rr-2013/rr133b.pdf
− Arteaga, A. (2006). El índice glicémico. Una controversia actual. Nutrición Hospitalaria, 21 (2).
Recuperado de http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v21s2/original5.pdf