SENTADOS EN LUGARES CELESTIALES—BENJAMÍN NÚÑEZ

WEBINAR: INTRODUCCIÓN AL CURSO “EL CIELO”

Nuestra posición privilegiada

I. LOS BENEFICIOS DE LA JUSTIFICACIÓN

A. No podemos comenzar a hablar del cielo, sin antes recordar el poder de lo que Jesús hizo y logró
en la cruz y en la resurrección. Las implicaciones del don de la justificación son más grandes de
lo que podemos imaginar. Sólo aquél día, cuando estemos frente a la presencia de Su gloria,
comenzaremos a comprender completamente la magnitud del regalo de la justificación.

B. Jesús tomó nuestra injusticia y nuestra perversión pecaminosa y nos dio a cambio su justicia
eterna y perfecta para poder tener acceso a la presencia de Dios y para que Dios pudiera vivir en
nosotros.

C. Un esposo y una esposa pueden volverse una carne, pero nunca un espíritu. No puedo pensar lo
que mi esposa piensa, ni sentir lo que ella siente. Pero Dios lo llevó a ese nivel; él nos dio su
Espíritu para poder compartir Su corazón y sus pensamientos. Esta realidad sólo va en aumento a
medida que como creyentes comenzamos a ejercitarnos en este privilegio de vivir en el Espíritu.

II. CREADOS PARA ESTAR FRENTE A ÉL

A. El llamado principal de Dios hacia el hombre es, y siempre ha sido, estar frente a él para
contemplar Su hermosura y para ministrarle. Dios es nuestra herencia, pero también nosotros
somos la herencia de Dios.

B. Juan 17:24 – Jesús fue muy claro en la última oración. Él deseaba, como Esposo, que la gente
por la cual él vino a morir, pudiera estar frente a Su presencia para contemplar su gloria.

C. Si no vivimos esta realidad, no estamos viviendo en la plenitud de nuestro llamado. El hombre

fue hecho para ser un sacerdote frente al Señor. Esto trasciende género.

III. LAS ARRAS DE NUESTRA HERENCIA

A. En Efesios Pablo nos dice que la voluntad de Dios es juntar la realidad del cielo con la tierra
(Efesios 1:9-10). Este es el misterio de su voluntad. Cuando Jesús regrese veremos estas dos
realidades uniéndose en Cristo.

B. Jesús fue la escalera que Jacob vio en Génesis 28:10-19. En Juan 1:51, cuando Jesús comenzó su
ministerio, él mencionó esta realidad que Jacob vio pero ahora cumplida en el ministerio del
“Hijo del Hombre” (el Mesías).

C. Cuando Jesús regrese, durante su reinado de 1,000 años, veremos una conexión real entre su
trono en la Jerusalén de la tierra con el trono del Padre en la Jerusalén celestial (la Nueva
Jerusalén). Esa escalera nunca fue algo etéreo o sólo espiritual; siempre ha sido una promesa de
lo que está por manifestarse en la tierra.

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D. Esta es la realidad que veremos a profundidad en nuestro estudio de 4 semanas llamado “El
Cielo”.

E. Pablo también nos dice en Efesios 1 que Dios nos dio su Espíritu Santo para poder comenzar a
acceder a esta realidad “hoy”.
IV. LA GLORIA DE DIOS
El movimiento de adoración al final de la era, y la oración y adoración 24/7 fluyendo más estrechamente,
simplemente no se puede entender aparte del propósito singular y colosal que moldea toda realidad y se
coloca como el fin absoluto del corazón Divino: la gloria de Dios.
A. La gloria de Dios y el propósito del hombre
1. Todos los hermosos torrentes de su poder y benevolencia hacia su creación ultimadamente
fluyen al océano de su propio renombre (Salmos 145:10). Esta verdad llena las páginas de
las Escrituras:
Isaías 48:9-11

Romanos 11:36

Colosenses 1:15-16,

I Corintios 8:6

Hebreos 2:10

Juan 17:24

Colosenses 1:17-18
2. La verdad correspondiente es que el propósito del hombre es darle gloria a Dios, o
magnificar su valor. En el diseño de Dios, Adán y toda su progenie fueron hechos para ser
un pueblo de sacerdotes que ministraban a Dios. En pocas palabras, existimos para él.
I Corintios 10:31

I Pedro 4:11
B. La presente condición de la iglesia y sus efectos en la adoración
1. Aunque la frase que dice "todo se trata de él” sigue siendo algo común en la retórica
cristiana, debemos estar conscientes de que existimos en un ambiente religioso en el
Occidente en el cual la meta final de todas las cosas a menudo se ve como el cumplimiento
personal del hombre, y Dios existe para procurar este “grandioso” final. En nuestro
corazón creemos que Dios existe para nosotros, en vez de nosotros existir para él.

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2. En nuestros días, Jesús casi siempre es presentado como un medio para que la humanidad
pueda obtener lo que necesita o quiere. Todo desde la salvación hasta la escatología y todo
lo que queda en medio de estos se puede construir con esta mentalidad. A pesar de que el
lenguaje parezca bíblico por fuera e imite a la fe apostólica, en su núcleo este humanismo
cristiano está fluyendo en la dirección opuesta al propósito de Dios.

3. Más relevante al contexto presente es que la adoración se ha definido como una actividad
de la cual obtenemos algo, en vez de la visión bíblica que celebra y exalta su majestad.
Traer esta perspectiva en el contexto de oración de día y noche es simplemente desastroso.

V. EL TEMPLO CELESTIAL Y SU ADORACIÓN

A. Como en el cielo, así en la tierra

1. Más allá de las afirmaciones generales del deseo que Dios tiene de juntar el cielo con la
tierra (Efesios 1:10, Colosenses 1:19, Mateo 6:10, Lucas 11:2-3), las Escrituras dejan en
claro que Dios desea la adoración en la tierra como un espejo de lo que está pasando en el
cielo (véase en particular Éxodo 25:8-9 y I Crónicas 28:19).
2. En ver que su propia glorificación es su meta final, somos capaces de realmente entender
los fundamentos de por qué Dios desea que le cielo y la tierra se unan, y más
específicamente, por qué él desea adoración en la tierra asó como en el cielo.
B. La importancia del cielo
1. El cielo es tan glorioso porque es el lugar en donde él habita y donde es perfectamente
honrado. No es un lugar de arbitraria felicidad alejada de su deidad. Un hombre no
regenerado sería completamente miserable en el cielo.

2. Su gravedad se deriva del hecho de que es el lugar en donde se observa la belleza de Cristo
sin ningún estorbo y en donde se le adora sin ningún otro rival. En otras palabra, el cielo
es tan importante y placentero porque el Dio Padre es supremamente glorificado ahí—
todos sus habitantes están absorbidos enteramente con su grandeza. Por encima de todo
esto es la razón por la cual Dios desea que la tierra sea como el cielo.
Salmos 145:3

3. No existen objetos que compitan por la atención, o la fidelidad en le cielo—sólo hay una
adoración que consume todo y que es el enfoque absorbente de todo. Sólo el Señor es
exaltado en el Santuario celestial. Ningún ángel, ser viviente, o anciano se eleva de tal
forma como para sustraer alfo de la gloria de aquel que sólo es digno de ser adorado.
C. La adoración en el cielo
1. Introducción
a. La adoración en el cielo transpira dentro del Templo celestial, el cual debe ser
comprendido bíblicamente como el lugar en el que Dios es entronado dentro de la
enorme Ciudad Santa. Ésta es una locación real con características físicas bien
definidas. La Biblia siempre asume esto y la tradición judía siempre lo afirma.

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b. El “qué” de la adoración del Cielo es vitalmente importante, pero aun más lo es el “por
qué” de la actividad que incesantemente rodea el trono del Templo celestial. Debemos
adentrarnos y estudiar las ventanas que las Escrituras nos ofrecen hasta que podamos
sentir el corazón de lo que está sucediendo siempre en le cielo.

2. Los serafines
Apocalipsis 4:8 (Isaías 6:1-6)

a. Los serafines y las huestes más grandes de ángeles están fascinados de ministrarle y
nunca has tenido un simple pecado perdonado, nunca han tenido un paralítico sanado,
y nunca han tenido una necesidad económica suplida, aun su testimonio es que la gloria
infinita de Cristo es suficiente para nunca dejarlo de adorar.

b. Cuando observan la gloria de Dios con sus ojos, es tan sobrecogedor y tan severo en su
magnitud que se necesita una adoración incesante. En otras palabras, su adoración
incesante está basada solamente en la gloria de quién es él.
Apocalipsis 4:9-11

c. Es más, el único propósito de su adoración es magnificar, exaltar y proclamar su

insuperable gloria. Ellos no están “cambiando la atmósfera” en el Templo celestial o
haciéndolo con le fin de que venga un avivamiento en la Ciudad Santa, ni tampoco
tendrán jamás un cambio de vocación o avance ministerial personal debido a su
actividad.

d. En resumen, tanto la motivación (la fuerza que los sostiene) y la meta (el propósito por
le cual es hecho) de la incesante adoración del Templo Celestial es SU GLORIA.

VI. EL VALOR DE CRISTO Y LA ADORACIÓN INCESANTE

La visión del celo de Dios por su gloria en todas las cosas y el núcleo de la adoración celestial tiene
profundas implicaciones. En específico, informa nuestra perspectiva en cuanto al ministerio de día y de
noche hacia él en do poderosas maneras:

A. La adoración de día y de noche es un fin en sí mismo

1. La potencia de la devoción de día y de noche

a. Los resultados de la adoración y oración 24/7 son poderosos, dinámicamente

importantes, y deben de entenderse con claridad. Dentro de las muchas consecuencias
magníficas están las siguientes: la realización del propósito de Dios hacia Israel,
avivamiento corporativo y un evangelismo efectivo, impacto cultural, pasión personal
por Jesucristo, unidad y comunidad en el cuerpo de Cristo, revelación escatológica, y
misiones apostólicas.

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b. A pesar de que éstas son muy necesarias, debemos distinguir entre lo que es central y
supremo y lo que es muy importante pero secundario. Aunque la oración y adoración
incesante tiene resultados dinámicos, es primero y ultimadamente un fin en sí misma.
Esto se puede establecer en do formas principalmente.

2. La adoración es un fin porque la gloria de Dios es el fin

Salmos 27:4

a. La oración y adoración incesante no existe primeramente debido a que hay tantas

necesidades que debemos pedirle sin parar, al contrario, existe porque la Gloria de Dios
y la dignidad de Cristo demandan perpetua adoración.

b. Una casa de oración tiene su inicio cuando alguien observa la majestad de Jesús y en
sabiduría concluye que la una respuesta razonable es que los hombres le adoren sin
parar. Éste es el testimonio de la asamblea celestial y debe ser la nuestra también.

c. El deseo de que su indescriptible gloria sea vista y que su valor inigualable sea elevado
por encima de todo debe ser la piedra angular sobre la cual debemos fundar la adoración
e intercesión de día y de noche, y la razón por la que sigue sucediendo en cada
momento.

d. En la era que viene, cuando el tan esperado Reino de justicia halla llegado sobre la
tierra y toda la injusticia haya sido erradicada, él seguirá siendo digno de adoración
incesante.

e. Nuestra adoración debe estar llena de ferviente intercesión por la iglesia y los perdidos,
pero como le centro de la devoción de día y de noche está siempre la sobrecogedora
belleza que no conoce rival, y su esplendor sólo es suficiente razón para que le cielo y
la tierra le adoren con devoción 24/.
3. Los efectos son con el fin fe da darle la gloria a Dios en adoración
Las misiones no son la meta final de la iglesia. La adoración lo es. Las misiones existen
porque la adoración no existe. La adoración es el fin de todo, no las misiones, porque
Dios es el fin de todo, no el hombre...por lo tanto la adoración es la gasolina y la meta
de las misiones. –John Piper

a. Segundo, la Escritura es clara en que cualquier resultado que obtengamos de nuestra

adoración e intercesión es para el propósito de expresar su gloria. Debemos permitir
que el peso de este tema nos caiga encima y nos moldee. No puedes hacer una lista
como la que está a continuación y terminar con una idea que no coincida con esto:

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b. Avivamiento para la iglesia—Efesios 3:21; Poder y sanidades—Mateo 15:31, Marcos

2:12, Lucas 5:26, 7:16, Juan 11:4, 40; Salvación de almas—1 Pedro 2:9, Efesios 1:6,
12, 14; Justicia y santificación –Mateo 5:10, I Peter 2:12, Filipenses 1:11, 1 Corintios
6:20; La salvación de Israel—Isaías 43:7, Jeremías 13:11, Ezequiel 36:22-23;
Ministerio apostólico—Juan 15:8, 2 Corintios 4:15, 8:19, Filipenses 1:18, 20, 2:21,
Respuestas a oraciones—Juan 14:13; el llamado de los elegidos—2 Pedro 1:13;
Unidad—Romanos 15:5-7
B. El poder y el problema del movimiento de adoración
Ya sea momentáneo o perpetuo, la adoración siempre es la respuesta a la identidad de Dios. La
devoción personal o corporativa simplemente nunca ascenderá más allá del conocimiento de la
gloria de la persona a la que se está siendo devota.
1. El problema
a. Cuando la visión de la persona está nublada, oscura, o marginalizada, la verdadera
adoración será rara y el fervor de los clamores de intercesión escasos. El estorbo más
grande al movimiento de adoración hoy día, mañana y al final de la era es la falta de
conocimiento y la gran ignorancia en cuanto a la gloria de Cristo.

b. Aparte de la adoración presente de quién es él, la visión de un ministerio que no pare

de adorarle se esfumará en un momento. El cuerpo de Cristo en esta hora es tan
teológicamente superficial que literalmente no hay contexto como para tener adoración
y oración sostenida. La gente está siendo llamada a adorar a Alguien que les importa
poco porque apenas y lo conocen.
2. El poder
a. Aun así cuando Cristo es atesorado y exaltado en el corazón de la gente, la adoración
y la oración tendrán su ímpetu y su poder para mantenerse en pie. En ningún lugar se
nos recuerda de este lugar central en la que la devoción teológica debe llevarse a cabo
como en el cielo, en donde él mismo es el todo en todo.

b. En los términos más prácticos, la gasolina para la vocación ministerial hacia el Señor
no es el entendimiento de un ministerio de adoración y oración día y noche, sino el
siempre creciente conocimiento del valor de Cristo. Esto ha mantenido a los serafines
por edades y sólo esto nos permitirá mantener nuestra posición y darle gloria que
merece en este día y en la tierra antes de que regrese.
VII. UN VISTAZO AL FINAL
A. Moderación y amnistía
En estos días la tierra está llena de ignorancia y desinterés de la gloria de Dios, el orgullo y la
idolatría de la humanidad sobrepasa los límites. La moderación no es debido a la falta de celo de
su gloria sino a la abundancia de su misericordia. Vivimos en una ventana de tiempo en la que la
amnistía se le ofrece a la humanidad.
B. Gloria

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Pero pronto se levantará a confrontar a la tierra con su identidad y al final aplastará todo lo que se
exalta por sobre su nombre. Su exaltación absoluta es imparable e incomprensible y resultará en
un movimiento de adoración global. Un día en el horizonte, la belleza de Jesús sea revelada tan
dramáticamente que no tratar de validar la adoración y oración día y noche será innecesario—el
amor nos impulsará a su gente a adorarlo perpetuamente y postrar toda nuestra fuerza a sus pies.

Habacuc 2:14

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