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NO HUBO TIEMPO PARA LA TRISTEZA

¿Cómo puedo yo decirle que nunca la va encontrar, si ha gastado la vida buscándola?


Laura Restrepo. La Multitud Errante. Pág. 3.
Tomado de file:///D:/Downloads/Sandra/Restrepo,%20Laura%20-%20La%20multitud
%20errante.pdf

A mí la guerra solo me ha tocado de historias de esas que contaba mi abuelo Nacho, mi abuelo
paterno o las que cuenta el Papi, mi abuelo materno, e igualmente, los datos históricos que
encuentro en internet. No obstante, reflexiono. Los papas de mi abuelo paterno fueron asesinados
durante la guerra bipartidista, esa en que dos partidos políticos de Colombia les dio por matarse
por los colores de las banderas de sus respectivos partidos, quisiera hablar más de ello no puedo,
quedará de tarea profundizar sobre ese detalle de la historia familiar Santamaria Gaviria.

Por otro lado, están las vivencias de mi abuelo materno, quien cuenta como desde un helicóptero
caían sobre él y otros compañeros una lluvia de sangre, la cual era de compañeros heridos en
combates mientras presto servicio militar.

A pesar de todos los procesos de paz infructuosos que ha vivido Colombia, es quizás el firmado
el 24 de agosto de 2016, se dio bajo el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón, hasta ahora el
más útil, hablando de que se dio con la guerrilla más antigua de Colombia, con un tratado de paz,
que muchos quieren acabar, pues como dijo el mismo Santos “existe una verdad incomodad que
muchos quisieron ocultar, verdades que se evitan”, pues en este nuevo contexto de paz se dio a
conocer detalles crueles del conflicto interno no solo en Colombia sino al mundo, de allí, es
donde esta lo nuevo del proceso, ha tenido una gran ventaje, pues tuvo el reconocimiento de la
comunidad internacional, en la actualidad acompaña y de alguna otra forma vigila que el trato se
lleve a cabo, lento con todas las dificultades que un evento de esta magnitud significa, pero se
haga.

Ahora vale pena recordar, por muchos años los que han vivido de cerca el enfrentamiento armado
entre la fuerza armada legal e ilegal, han sido los campesinos, el campo es el aérea que más ha
sido golpeada por el conflicto interno, los campesinos solo sirve para subir la estadística a la hora
de campañas políticas, de ahí, que las regiones más aisladas y olvidadas no solo por estado
Colombiano, sino por los mismos colombianos, que apenas si sabemos que existen, en ellas
donde aduras apenas sus habitantes si saben leer y escribir, donde muy pocos terminan sus
estudios de primaria y bachillerato, una mínima parte de su población realiza estudios superiores,
esas áreas donde sus habitantes aprenden arar y cultivar la tierra, criar animales, para que gente
como yo, que vive en ciudades tengan un plato de comida en la mesa.

Pues somos experto exigir cuando se trato de nosotros, sin embargo, cuando se trata del otro
sacamos lo más vil de nuestro interior, el conflicto armado no estaba presente en la ciudad, no
afectaba las más importantes ciudades de Colombia, decidimos creer que ello no era con
nosotros, se nos olvidó que quienes lo vivían eran colombianos, con el desplazamiento obligado
de los grupos armados, la población campesina vino a incrementar los cordones de miseria de las
ciudades, pidiendo ayuda, recordándole al estado colombiano, que ellos también son Colombia,
seres humanos a quienes el conflicto interno les había robado todo, no obstante, el tratado
firmado durante el gobierno de Santos permitió dar reconocimiento a las víctimas, conocer sus
rostros, dejaran de ser una cifra más en las estadísticas.
No obstante la guerra llego a la ciudad convertida en carros bombas, sicariato, las bandas
criminales se tomaron partes estratégicas de la ciudad, muchas fueron lugares donde muchos
campesinos habían llegado huyendo de la violencia del campo, donde la miseria afloraba, e igual
que en el campo los jóvenes, los niños y niñas eran sus presas fáciles, así poder continuar con su
guerra, también se pealaban por el poder de la cuadra, de la comuna, de quien poseía el poder de
las esquinas, entonces esto no se podía permitir el estado era dueño de las ciudades, las bandas
criminales podían ejercer su poder en el campo, mas no en la ciudad, el estado hace valer su
derecho, como en otras ocasiones queda en evidencia su total falta de estrategia, además la
población civil tampoco les interesa, la Operación Orión, hoy tiene más cuestionamientos que
agradecimientos, aún no sé de que nos salvaron.

Los habitantes de la comuna más grande Medellín, hoy intentan que la Operación Orión no se
repita y además no se olvide, las calles de este sector se llenan de grafitis, recordando los
asesinados, los desaparecidos en su mayoría jóvenes, hoy un sin número de familias aún no tiene
respuesta donde están sus familiares si los llevo el ejército.

De manera que el documental hace un recorrido por algunas regiones afectadas por el conflicto
armado, desde el rural a lo urbano, nos presenta como ellas se han venido construyendo y
reconstruyendo, desde sus experiencias, como algunas hicieron frente a los actores armados, para
que no los involucraran en una batalla en la que no tenían nada que ver, aquí donde se desnudan
los horrores del conflicto interno que afecto y por más de 50 años a Colombia y a que aún no ha
terminado, en la actualidad luchamos con las disidencias del FARC, las de AUC, otros grupos
armados ilegales, que hablan de un trato de paz sin cese bilateral al fuego, no están dispuestos a
entregar sus armas.

A pesar de que la guerrilla colombiana más antigua se fundó con los propósitos para garantizar
los derechos de la población olvidada por el estado Colombiano, esa visión con el pasar del
tiempo se olvidó, pues la población civil paso hacer blanco de ataques de los actores armados que
participaron que aún participan en conflicto interno de Colombia, por esta razón se dio rostro a
las víctimas, aunque sus relatos fueron validados sus victimarios, luego de la investigación
realizada por el Centro de Memoria Histórica, se dieron a conocer durante el conflicto se
presentaron 14 modalidades de violencia, y cada actor armado aplicaba con tal sevicia, parecía
ser un concurso de quien tenía un mayor estatus de terror, entre estas modalidades de violencia
encontramos: Desaparición forzada, combates, masacres, asesinatos selectivos, tortura,
reclutamiento infantil, violencia sexual, secuestro, desplazamiento forzado, minas antipersonales,
atentados terroristas, despojos y extorsiones, ataques a bienes civiles y sabotaje, amenazas

Realmente que reafirma “No hubo tiempo para tristeza” la población civil debió levantarse,
contar su historia, hacer memoria, debieron emerger en el contexto publico y político,
evidenciaron como dice unas de las víctimas “el poder y el terror se tragó el ser” , ellos no iban
permitir que el conflicto y sus victimaríamos continuaran sin contar la historia como realmente
era, encontraron en la memoria la afirmación de la vida, en ella esta el rechazo al olvido, es la
única arma que poseían las víctimas, como expresión de rebeldía, permite surgir en ellos una
conciencia al pasado para la no repetición, por eso la construcción de la memoria es constante, es
importante que los victimario reafirmen los hechos contados por las víctimas, así se obtiene una
mayor visión del contexto.
Colombia se encuentra ante la distorsión total de los que debería ser una democracia, una
democracia se reconoce la diferencia, en una guerra no se reconocen las diferencia, como es
posible que Colombia, alardea de tener la democracia mas estable del Suramérica, cuando lo
hizo fue ocultar su verdad, donde el aparato judicial participo de este conflicto, en el cual las
fuerzas militares las que tienen un marco de legalidad, omitieron muchos eventos, hasta
participaron de masacres, entonces todo ellos recae una omisión total del estado, convirtiendo al
ejercicio en banda de mercenarios.

No hemos de olvidar lo sucedido en Bojayá-Chocó, el ejercito sabia de la situación que vivía esta
región de los combates que se venían efectuando entre las FARC y las AUC, y no hizo nada no
fue en protección de la población, los dejo en manos de los grupos ilegales, cuando ya decidieron
actuar, una gran parte de la población ya había muerto a causa de los cilindros bombas, aquí no
hubo respeto por la vida, por la población civil, hoy los sobrevivientes de la Masacre de Bojayá
intentan construirse, lo hacen desde la memoria no permitirán que los más pequeños olviden lo
que sucedió a 79 habitantes, entre los cuales 48 eran niños.

Indiscutiblemente los propósitos de la FARC han cambiado, ahora lo que existe una lucha por
territorio, en la cual hasta el estado se visto involucrada, es notable figuras políticas del ámbito
colombiano han adquirido tierra, fueron despojadas a campesinos, la lucha hoy es por tierras,
quien se tiene las mejores, ya sea para cultivo ilícito, o para tener por donde sacar el cultivo
ilícito, sin que nadie lo note, aquí no importa ni interesa la población civil, ellos solo hay que
amenazarlos o matarlos, no obstantes no estas dispuestos a dejarse sacar de sus tierras sin luchar,
dice alguien en documental de vamos a vivir, esta ha sido nuestro hogar, solo sabemos trabajar la
tierra el campo.

Es así como desde origen de la guerrilla las población civil ha tenido una resistencia pacificada,
hoy solo quieren reconstruir sus vidas en aquellos territorios de los cuales fueron despojados sin
olvidar el pasado, en ello está la fuerza de reconstruirse desde la desgracia, desde la dificultad,
así como San Carlos ha construido el Jardín de la Memoria, permitiendo el perdón mas no el
olvido, como sus habitantes empiezan retornar, e igualmente las mujeres de Valle Encantado, ya
siendo viudas, huérfanas decidieron luchar y recuperar a sus hijos, ya llego ese momento en que
ser humano ya el miedo se lo quitan, estas mujeres logran levantarse, diseñan una cooperativa, lo
que les permite una colaboración en comunidad mantenerse en lucha ante sus victimarios, lo
mismo sucede las comunidades de Carare cuyo río fue convertido en gran fosa común, sin
embargo sus habitantes no están dispuestos a olvidar, de la tragedia de su historia se construye un
mejor presente para sus nuevas generaciones.

Como desde las dificultades construyen un presente para las nuevas generaciones. Se forman
comunidades resilientes.

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