Está en la página 1de 1

La hipertensión arterial (HTA) sistémica es un problema de índole global que en el año

2015 afectaba a 1,13 billones de individuos, con una prevalencia ajustada del 24 % en
hombres y del 20 % en mujeres. Se estima que en el 2025 se incrementará a 1,5 billones,
especialmente en poblaciones con malos hábitos de vida (con obesidad) y marcadamente
en los países en vías de desarrollo1, en los que su prevalencia en adultos mayores de 25
años se estima entre el 30-45 % y en los mayores de 60 años alcanzará el 60 % La
tendencia futura es a un incremento global de su prevalencia, influida por algunos factores
como edad, género, obesidad, tabaquismo, población racial y estatus socioeconómico
Debido a su alta prevalencia, la HTA es el factor de riesgo con mayor impacto poblacional
como causa de morbimortalidad cardiovascular.
Desde la década pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuyó más del
12,8 % de las muertes globales a la HTA, al contribuir mucho en las ser factor de riesgo
fundamental de enfermedades isquémicas del corazón y los eventos cerebrovasculares y
enfermedades renales4. La consecuencia de todo ello es que la detección y el control
adecuado de la HTA debe ser objetivo fundamental y prioritario en todo plan global de
prevención cardiovascular, pues la mejora de las tasas de control conllevará un impacto
muy significativo en la disminución de los eventos cardiovasculares (ECV),
cerebrovasculares y renales.
En América Latina, la HTA es un problema de salud pública En 2015, la OMS confirmó
que, en la población masculina de ≥18 años, la presión arterial (PA) sistólica (PAS)
promedio en la mayoría de los países de América Latina se incluía en el grupo de cifras
entre 125-129,9 mmHg y en el grupo de cifras >130 mmHg SVC 7,Diciembre 2019

También podría gustarte