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NO.

7
R E V I S TA

T L AC UAC HE

1
2
Ernesto Loza
Revista Tlacuache

EDITORIAL
Número siete
febrero 2020

revistatlacuache.

Jennie Galez
wordpress.com

„El escritor es todo el


Equipo editorial

Director editorial
Alberto Sánchez peso del mundo. „
Martínez

Consejo Editorial
Nayeli J. Ildefonso

E
Ricardo Stock
Gena Peralta
l escritor es todo pluma. Se Si la nieve le llega hasta el cuello, sólo le
Diseño concentra estático frente a la queda mirar al cielo y recitar una moaxaja;
Bárbara Peñafiel hoja de papel a la expectativa porque sí, el escritor es todo corazón, pero
de que ninguna idea dicha lo corazón desde los pies hasta el alma.
Fotografia
ha invadido. El escritor es todo Cuando se halla en los concursos literarios,
Denisse Guerrero
soledad. Alza la cabeza para comprobar el escritor es todo animal. Saca las garras
Imagen de Portada su estado de seudónimo, pero es todo para comprobar su estatus de fiera. Se
Rizoma heterónimo. Se levanta en la mañana, sienta, serio y erguido, frente a otros
estirando sus piernas, bosteza y mira a animales, como queriendo desgarrarles
través de la ventana para comprobar que las plumas, y se prepara para lanzar a
si ya es hora de fumar un cigarrillo. gritos un aplauso que lo delatará como
Mete su cabeza entre los libros, como pequeño felino. Aunque se ha visto
Revista Tlacuache avestruz, para comprobar el terreno; que cuando gana un premio, él es todo
es una revista sin comprueba si otras especies han pisado soberbio.
fines de lucro. ese sendero al que está dispuesto a El escritor es todo pluma y la saliva le sale
Respetamos los
meterse; si nadie lo ha tomado, clava el como bestia entre las páginas sólo para
derechos de autor
según la licencia pico en el suelo y se pone a andar; es más ganarse un lugar entre los bestiarios.
Creative Commons. correcaminos que la lombriz y, para él,
Se permite la todo lo negro es lo blanco en las ideas.
reproducción, Al llegar el invierno, el escritor se prepara
transmisión, para estirar su pluma y escribe un soneto
parcial o total de en el aire, luego suspira. Se dice que es
este trabajo por humano de pocas palabras, pero tiene
cualquier medio, todo el cuerpo rayado, como las cebras,
con la condición de de cartas de amor o canciones tristes.
dar reconocimiento El escritor es todo el peso del mundo.
al autor o autora,
así como la fuente.

3
4
Dulce Belem Peña Muñoz
5
Dara Chan Vivas
6
Tomás Muñoz (Co)
ÍNDICE
Editorial
3
El texto de todos los textos
9
Tlacuache
10
Andorina
12
I n c il l ius Valliceps (o sobr e la m uert e de un s a po c o n no m bre p r op i o)
14
Libélula
16
El silabeo de la chispa
18
El solífugo
21
El gramgoil
23
El lettro
25
Ave fénix
26

Itzel García García


El caniscornio alado
29
Yaguaru. Bestia: Yaguarón
30
Las cristaleonas
33
Carta de un viajero del nuevo mundo
34
Bestiario galería
36
7
8
Kardia
EL TEXTO DE TOD OS LOS TEXTOS

E
n los puertos ella vigilaba esa Ellos perecieron unidos a las cristaleonas,
carnada corazón.
de hambre y de insomnio
entiende su ambigüedad como una puerta
para la fantasía, así que con frecuencia se Desinhibida y ligera acróbata, amante
finge otro eslabón de la cadena alimenticia. voraz del viento que te roza.

Nada más que sed Otorgaron frutos a los árboles y arbustos


le enraiza, parásita, y se retiraron a observar cómo sucedía la
el pensamiento historia.

permanecen detrás de los libreros, asfixiando con sus anillos


esperando pacientes la hora de la desidia de la eternidad,
alimentarse. la conquista de la historia,
el insidio del olvido.
Otros dicen que las aparentes letras son
una figuración del hombre que se empeña Este cuerno, según cuentan los nativos,
en ver en todas partes más cosas de las puede ser augurio de mala o buena
que hay en realidad. cosecha

Nace y muere solo, al igual que los hermanos en la desgracia y el progreso


hombres, con la diferencia de que no vive científico.
acompañado.

9
Oletydrawn

T L A C U A C H E
Diana Thalía Jiménez Martínez

10
A
ntes del tiempo estaban los Aconsejaron a las aves habitar el
tlacuaches, con sus miradas espacio de los cielos. Otorgaron
tristes recorrieron galaxias frutos a los árboles, arbustos y
enteras y decidieron habitar este se retiraron a observar cómo
mundo. Con las garras de sus sucedía la historia.
cuatro patas fueron marcando El tlacuache es un ser mítico
una a una las eras de este planeta. por la naturaleza de su cuerpo.
Antes del tiempo los tlacuaches Su colita desnuda es recordatorio
forjaron con su ternura el alma de la batallas que aún hoy en
de miles de especies animales. día los animales tienen que librar
Transitaron la historia dando voz gracias a los humanos.
a cada especie que tuvo algo Tlacuache, portador del
que decir al universo. fuego, deja que termine nuestra
Hay una razón por la que era, ya no vivas al margen de
decidieron dejar a un lado el la civilización humana. Toma la
protagonismo histórico: son vida entre tus manos y haz que
animales amorosos, tiernos y florezca la ternura. Tlacuache,
sumamente flexibles. Dejaron animal prehistórico y sabio, acaba
que el resto fueran autónomos con la vida de los humanos.
y forjaran su destino. Se limitaron
a proporcionar ayuda para crear
un mundo habitable por todos.
Moldearon los ríos para que
animales grandes y pequeños
pudieran beber de sus orillas.

11
Denisse Guerrero
A N D O R I N A
Carlos Andrés Ortiz Aguas
(Co)

12
Como una bandada ¡Oh, golondrina de mis afanes,
de golondrinas jóvenes dame tus alas viajeras!
Los emigrantes cantaban sobre las olas ¡Oh, golondrina de mi fuego,
invertidas cuida mi tesoro!

MAR Un tesoro custodiado por la migrante
MAR DE HUMAREDAS VERDES ave, oculto en la mar de lo oculto. La mar,
Vicente Huidobro fuente de la oscuridad y hostiles monstruos.

E
Cambises se descuida bebiéndose el mareo
l tesoro de Cambises estaba resguardado en los largos viajes, en los soles implacables
por una golondrina solitaria, era tan de los trópicos, el frío ardiente de los polos.
poderosa como un mismo dragón. Enturbiada mar adentro del viejo patético.
Siempre iba sobre su cabeza, elevada sobre
el corazón carnada del viejo marino, nunca se ¡Oh, golondrina de mis noches
despegaba de él. Golondrina bienhechora, con tus alas compasivas
guía en la mar toda, mar que se movía rabiosa, transporta a este infeliz viajero!
mar que le daba alivio. Ave protectora en ¡Oh, faro golondrina!
medio de los huracanes nocturnos. Golondrina
mar que irradiaba luz de fuego índigo en su Cantaba canciones triviales a la andorina
vuelo, todas las noches. En uno de sus días que surcaba a babor, a estribor, entre los
sombríos, Cambises le ofreció su corazón mástiles, las velas, el combés, en el tajamar
carnada, ella inmutable sólo revoloteaba junto a las bestias del agua que bogaban a la
luminosa alrededor de la miseria del viejo par que la cóncava nave. El capitán del Ariel
marino patético. En los puertos ella vigilaba supo de la locura de Cambises, lo atribuyó al
esa carnada corazón. Él amaba a esa ave influjo de aquellas islas volcánicas de espesas
del paraíso, ese espíritu migrante era un selvas y ardiente magma. Cambises con
salvavidas, una boya, un faro, una baliza poco aliento canta agotado, desesperado.
que alertaba sobre costas, puertos, peligros,
afilados arrecifes. Cuando Cambises cansado Guíame hacia esa isla,
entraba al cuarto de derrota donde estaban aquí estoy en proa
guardadas todas las cartas náuticas, los buscándote.
mapas, los volúmenes cartográficos de la Golondrina, busca la isla
mar toda y las costas del mundo todas. Él dile que aquí estamos
le canta una fútil canción. en esta jornada azul,
en esta salada
negrura nocturna.

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Javier Guevara Kermedy

I N C I L I U S VA L L I C E P S
( O S O B R E L A M U E RT E D E U N
SAPO CON NOMBRE PROPIO)

Berenice de Nardo

14
A
cepté cobijarlo
porque lo supe hermoso y triste.
En un receptáculo pequeño, comparado con su trópico natal,
le hice un hogar modesto, con troncos y escondites
y una tinaja insulsa con pretensiones de estanque.
Lo que se quiere, se nombra
y lo bauticé Liberio (como el país africano, fundado por libertos).
El frío invernal de la ciudad lo mató
o la nostalgia del lugar perdido.
O acaso fui yo,
tacaña en la simulación de su mundo.
O fueron esos hombres primeros que lo arrancaron de la tierra
que torturaron y mataron a sus parientes,
hermanos en la desgracia y el progreso científico.
O fuimos todos, cómplices de su muerte
que hicimos de su vida poca cosa.
Y al otro sapo que queda
le he prometido
algo de paz y una cueva caliente,
un cautiverio tierno, una celda más grande.
Que me perdone –le pido–
por ser de esta especie indigna
que se aferra a poner su muda inicial en mayúscula.
Que toma y rompe
rasga la carne –civilizadamente–
Le digo que confíe, que me devuelva la fe
porque toda infamia la habremos de pagar…

15
L I B É L U L A
Maricruz Huerta Vega

C
uántas cosas se pueden así tu exuvia abandonada; vestido
decir de ti, grácil insecto roto colgando en esa planta que
prehistórico testigo del nacer se hace tu cómplice silente en tu
de dinosaurios extinguidos. afán de surgir decidida y valiente.
Pequeño helicóptero de guerra Desinhibida y ligera acróbata,
de gran velocidad y largo alcance, amante voraz del viento que te roza.
máquina perfecta de equilibrio que Eres símbolo de poder y de victoria,
das cuenta de todo lo que cruza esculpida por el cincel del artista
en tu camino. que te observa y que hace de ti
Las más fuertes mandíbulas copia fiel en metales que adornan
de la fauna alada. Planeando por en aretes o pulseras las pieles
lo bajo de la hierba larga, batiendo perfumadas y sedosas, simulando
incansable tus sutiles velos. Verde, el lustre terciopelo de tu cuerpo
azul, rosa, rojo… caleidoscopio que entero.
confunde el ojo de aquél que logra
por segundos admirarte.
Tus largas y poderosas patas,
precisas garras mecánicas que
afianzan el lugar donde te posas,
tus grandes ojos, potentes lentes
que espían desde lo lejos enfocados
para el certero ataque de tu presa.
Bella ninfa crecida en humilde
charca; sin embargo, emerges
altanera. En tu vuelo esparces
tristeza y gozo pues sabes que al
salir el tiempo es corto, y dejas aún

16
Desinhibida y ligera acróbata,
amante voraz del viento que te
roza.

Dara Chan Vivas

17
Ernesto Loza

E L S I L A B E O D E L A C H I S PA
Eduardo Paredes Ocampo
18
E
l refulgir hacia la ceniza
en otro tiende.
lo transforma:
Un aciago augurio
su más inflexible de nuestro destino
taxonomía, tal combustión
por instantes, pronostica.
la llama
muta. Desde el eucalipto,
surge una especie
Nada más que sed
le enraiza, parásita, que, porque arde,
el pensamiento idólatra es
y sólo el silabeo
de la chispa de la lluvia
-mantra de ave fénix-
memoriza.
Abole el voto de silencio y que en tiempos
que, hace siglos, a los más prometedores
suyos,
monjes de las cumbres llamaban koala,
bautizó: los australianos.
grita algo que
sería,
homologando la voz de las
especies,
rezo de misericordia.

El chamusque
de los alrededores
remeda
y, ya tornado
animal mimético,

19
20
Secatibe runtum earum sincilla velenimus auta nobit raecus di omniet
S O L Í F U G O
Ángel Alexandro Porras Ortega

U
n día Dios ensayó un camello y se equivocó en la arquitectura. Para ocultar su errata, el
Creador decidió empequeñecerla. Desde entonces el solífugo se esconde de los curiosos
y reniega del sol y del desierto. No se avergüenza de su apariencia tanto como de las
jorobas en su linaje. Fuera de eso, entiende su ambigüedad como una puerta para la fantasía,
así que con frecuencia se finge otro eslabón de la cadena alimenticia. No es para menos:
sus quelíceros semejan las fauces de un cocodrilo del Brasil o las de un león del Serengueti.

El solífugo se burla de las prácticas con veneno e ilusionismo; prefiere por mucho las hostilidades
cuerpo a cuerpo, donde supera a sus rivales gracias a su fuerza y su técnica en combate. A
menudo se retira como boxeador invicto y se entrega sin remordimientos en el ciclo de la muerte.
Sin embargo, durante la soledad de las noches con estrellas exhala un suspiro al recordar el yerro
de su existencia. Sabe muy en el fondo que la imperfección de sus jorobas le costó la inmortalidad,
pues ni Borges ni Lugones hablarán nunca de un árido solífugo en la perennidad de sus hipálages.
Kris Vallejo

21
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Gerardo J. Levy
E L G R A M G O I L
Ulises R. Luján

L
a creatura Gramgoil es noche distinguen la tinta negra sobre
noctívaga, solitaria; vive de el papel gracias a sus dieciocho ojos
lecturas mientras los dueños y dos cerebros. Por el contrario, los
de los acervos duermen o están teólogos afirman que la creatura fue
ausentes. Una leyenda originaria inventada durante la Edad Media por
de Manchester, cuyo papiro fue alguna orden clerical para alejar a la
encontrado en la biblioteca John gente de la lectura. Según la misma
Rylands, asegura que la creatura leyenda inglesa: si una biblioteca
camina encorvada debido a las presenta signos de corrosión en
horas que pasa leyendo, no tolera determinadas áreas, los libros
la luz de los astros, menos la luz están echados a perder debido
artificial de las ciudades. A pesar al hongo o al exceso de humedad,
de su tamaño (semejante a un gato se piensa que un Gramgoil se ha
de pie) es casi imposible detectarla; disuelto sobre el acervo, signo de
sigilo y silencio parecen dones de que otro ocupará su lugar.
su especie. Poseen tenazas de
fuerza incalculable, extremidades
suficientemente elásticas como
Kris Vallejo

para bajar un libro enciclopédico


desde cualquier altura a la que esté
situado. Por lo regular, permanecen
detrás de los libreros, esperando
pacientes la hora de alimentarse. Esto
ha despertado sumo interés entre
los mitólogos, quienes especulan
que un Gramgoil es capaz de leer
diez veces más libros que cualquier
docto de nuestra sociedad, pues de

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24
Ernesto Loza
E L L E T T R O
Carlos Román

E
l lettro es un mamífero de la familia de personas como Wade: “[son] fanáticos
de los felinos cuya piel está repleta modernos que encumbran al hombre y tratan
de letras como la piel de los jaguares de ponerlo en primer plano ante cualquier
de manchas, la de los tigres de rayas, la de situación”.
los piratas de tatuajes, la de los chanchos
de lodo. Las letras se agrupan de manera Sobre el lettro, aparte de que es un
animal nocturno, se sabe poco, pero ha
distinta o van cambiando conforme el animal
quedado registrado su extraño régimen
se desarrolla.
alimenticio. Al separarse de la manada, el
Hay que estar muy atentos para descifrar lettro busca un animal cuyo nombre empiece
los mensajes ocultos en su piel; algunos con a, digamos: un alacrán, un antílope, un
dicen que están escritos por dios y hacen arquitecto. En la siguiente caza, optará por
del lettro un animal sagrado. Urden grandes un animal cuyo nombre empiece con b: un
jaulas de oro que colocan en los altares como burro, un becerro, un banquero. Así, hasta
material de apoyo en los sermones, fabrican recorrer el alfabeto y volver a iniciar. ¿Cómo
vitrales con su imagen o hacen de sus restos es que el lettro conoce el abecedario? Es
reliquias que luego venden en mercado libre. un misterio. Lo que sí está claro es que, las
Otros dicen que las aparentes letras son una modificaciones al mismo, no han quedado
figuración del hombre que se empeña en grabadas en su genética pues, después
ver en todas partes más cosas de las que de comer cebra, come chita, después de
hay en realidad. comer lagarto come llama, después de comer
ratones pasa un periodo de hambruna que
Es así, dice George Sanderson, termina con un sueño redentor en donde
investigador adjunto en el departamento de un animal de nombre rrote se sacrifica para
sociología de la universidad de Cambridge, que el lettro pueda seguir vivo y se zampe,
“No podemos tomar nuestro desayuno sin tal vez, una serpiente. El lettro también tiene
observar detenidamente nuestro pan tostado dificultades con la w, por lo que entra en
en busca de la imagen de la virgen, de Cristo, etapa de celo y se olvida de todo por un rato.
de Buda, de Hitler, de Mickey Mouse […]”.
Rovirosa Wade sugiere que, el mensaje
que en el lettro está claramente expuesto
en forma de letras, en el hombre se muestra
como lunares, arrugas, llagas, manchas
que también van recomponiéndose con la
edad en textos distintos. Chomsky a dicho

25
A V E F É N I X
José Rodolfo Espinoza

S
ólo hay uno. No es diferencia de que no vive
macho ni hembra, acompañado. Está en el
sólo es. Asexuado, mundo pero es ajeno a él.
solitario, majestuoso. Surca Parece tener un propósito,
los cielos en un mundo de porque cuentan, quienes
extraños, de niños. Se mofa lo han visto —o juran
del tiempo y de las eras. Y haberlo hecho—, que al
cuando es longevo y alcanza ser asesinado arde en
el quinto siglo, se pierde en llamas y de las cenizas,
un peregrinaje hacia el sol, brota un huevo duro como
para luego volver envuelto metal. Y que sólo se abre
en llamas y perene. al sentirse seguro. El fénix
regresa una y otra vez
Tiene el cuerpo de color después de la muerte,
dorado y plumaje rojo como si fuera una especie
escarlata. Nace calvo, pero de testigo, un enviado que
a los siete días comienzan tanto paleontólogos como
a brotarle las plumas, cual antropólogos coinciden que
gotas de sangre. ¿Qué apareció al mismo tiempo
cuánto crecen? Nadie lo que el hombre. Es seguro
sabe. Aprende a cambiar que estará en el final.
de tamaño a los pocos
meses de nacido. Puede
ser tan pequeño como un
halcón peregrino o inmenso
como el más grande de los
cóndores que sobrevuelan
las cordilleras de Perú.
Nace y muere solo, al igual
que los hombres, con la

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"El frío invernal de la ciudad lo mató
o la nostalgia del lugar perdido."

Jaqueline Paredes

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28
LuckyMirr
EL CANISCORNIO ALADO
Jorge Quispe Correa

D
eambulando por las nativos, puede ser augurio de mala
carreteras del norte de o buena cosecha, dependiendo
Perú, principalmente en las de si se muestra de color plata o
noches calurosas de verano, puede el similar a los colores de un arcoíris.
transeúnte tener la suerte de divisar, No emite ruido alguno con el fin
escondidos entre las hojas de los de poder captar las intenciones
algarrobos, unos diminutos perros de las personas. Aquellos que
alados de color negro pizarra. En la han intentado capturarlos o se
oscuridad son divisables debido a les han aproximado demasiado,
que de sus alas –como de libélula– sufren de alucinaciones extrañas,
brota una fosforescencia fucsia que como la de aquel poblador que
lo hace ver como una especie de fruto durante una semana sintió ser un
luminiscente sostenido entre las ramas zapallito loche flotando sobre los
de los árboles. Su aspecto canino es anillos de Saturno o el de otro que
similar al de los perros viringo que manifestó haberse sentido como
habitan en los monumentos y sitios el sueño profundo de una piedra
arqueológicos de la costa del Perú, que reposa en el fondo del mar.
pero de un tamaño similar al de un
picaflor. Asimismo, llama la atención
la presencia de un pequeño cuerno
en su frente, éste según cuentan los

29
Joaquin Rosas
YAGUARU. BESTIA: YAGUARÓN, ORIGINARIO
DE ARGENTINA

Karen Hikari

30
S
usurrante silueta diluidos en la perpetuidad.
del serpenteante arroyo, Siniestros despojos,
oscuras escamas cuerpos exánimes,
que, acechantes, silenciosas, carentes de nombres
resguardan las riberas. que sobresalen, violáceos,
Descomunal cuerpo de las aguas, resurgiendo,
que se extiende en lo infinito casi ilesos, casi íntegros,
que se enrosca, de la helada negrura
asfixiando con sus anillos con su vaciada caja torácica,
la desidia de la eternidad, prueba incuestionable
la conquista de la historia, de que el arroyo
el insidio del olvido. custodia celosamente sus secretos.

Suspicaces ojos de lagarto,


que aguardan,
envueltos en la certeza
de que los ácueos influjos
y la arena y la espuma y el tiempo
no son nada
comparados con el ctónico gruñido
resonante, eternizado,
que estremece las entrañas de la tierra.

Insaciables fauces,
apenas disimuladas
al ras de las tinieblas,
ondulaciones que esperan,
que socavan los cañaverales,
que derrumban las barrancas,
que arrastran a los despistados Paulina Hernández
al perecer inmisericorde
de las aguas atemporales,
de las olas glaciales,
por la intrascendencia de las centurias.

Aterrorizados lamentos,
sueños que se sumergen,
se hunden, se ahogan,

31
32
Rizoma
L A S C R I S TA L E O N A S
Abraham Martinez Azuara

L
o más hermoso de aquellas cavernas no eran sus cuarzos
gigantes, sino las cristaleonas. Eran formas de vida de
muchas patas, translúcidas, geométricas, suaves y cálidas
al tacto, que por la pobre imaginación de los exploradores
fueron nombradas con base a lo que parecía recordarles.
Fue accidental que se descubrieran los impulsos piezoeléctricos
que aquellas hembras minerales emitían, estimulando los
centros de placer sexual. Así, los hombres abandonaron a
sus mujeres, sumergieron sus miembros en sílice derretido, y
las llamaron para aliviar su dolor vitrificado. Ellos perecieron
unidos a las cristaleonas, de hambre y de insomnio; cuando
el último hombre de aquel lugar dejó de existir, la primera
cristaleona fue asesinada a manos de una mujer, iniciando
así la enemistad que extinguió a aquellos magníficos seres.

Gerardo J. Levy

33
Tomás Muñoz (Co)
C ARTA DE UN VIAJERO DEL NUEVO MUNDO
Tomas Muñoz
(Co)

34
Tomás Muñoz (Co)
“D
esde mi llegada a este extraño mundo, no he dejado de maravillarme con sus
criaturas. Cada una se me hace tan familiar y a la vez tan lejana a lo que podría
encontrarse en la Tierra. Es increíble. Esta vez no he tenido tanta suerte con mi
escape; mientras retrataba a algunos monstruos en medio de la selva, uno de ellos logró
verme y me ha perseguido hasta aquí. Me he ocultado en un viejo cuarto, al interior de alguna
extraña instalación abandonada hace tiempo y aunque la bestia no va a poder encontrarme, ya
estoy sentenciado, pues la única puerta de salida, se encuentra atascada desde que la cerré.
Los dibujos de este libro, son meses y meses de exploración para que en el futuro,
las personas que los encuentren, puedan usarlos con el fin de clasificar y conocer
a todas las criaturas, eso ayudaría mucho a nuestra joven civilización a instaurarse
mejor en este nuevo mundo. Por eso, en lo que me queda de vida, buscaré dejar
este libro bien protegido y preservado, para quien pueda hallarlo junto a mi cuerpo.
Agradezco haber tenido una vida llena de aventuras, y haber podido contribuir con mis
hallazgos a mi gente. Puedo decir que tendré una muerte tranquila y digna. Gracias”.

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BESTIARIO GALERÍA

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Rizoma

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m i
ka
O o
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44
Esteban Ernesto Dupinet Valencia

J.Vicius
Ernesto Loza

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Valentina Inostroza Bravo

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Javier Guevara Kermedy
Javier Guevara Kermedy

Javier Guevara Kermedy

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REVISTA

TLACUACHE

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