Está en la página 1de 6

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad Nacional Experimental de la Fuerzas Armadas
Tucupido- Núcleo Guárico

Marco legal para la


ingeniería civil: Unidad 5

Profesora: Participante:

Joanny Jiménez Juan Rivas

Ingeniera civil 8vo semestre


Unidad 5: Principios del derecho mercantil y contrato de obras:

5.1. Actos de comercio, objetivos y subjetivos.

El sistema venezolano de actos de comercio fue incorporado por el legislador


del 15 de febrero de 1862, tomándolo del Código de comercio francés. El acto
de comercio objetivo fue ubicado en el Libro Quinto (de la administración
judicial en materias de comercio), Título I (De los Tribunales de comercio), Ley
IV (De la competencia de los tribunales de comercio), artículo 1º., con el
propósito de delimitar la competencia de los tribunales de comercio. En el
artículo 2º. Fueron colocados los actos subjetivos de comercio, a los cuales se
identificó como “las obligaciones y contratos entre comerciantes, mientras no
se pruebe que tienen un objeto ajeno del comercio”. A partir de 1873 la
enumeración de actos fue trasladad a los títulos preliminares del Código, en
donde ha permanecido desde entonces. El elenco de actos objetivos se amplió
sensiblemente en esa oportunidad (artículo 3º.). El Código de Comercio de
1904 traslado la materia al artículo 2. E incorporo algunos actos objetivos más.
Por último, el Código de Comercio de 1919 hizo ajustes de redacción en los
ordinales 1º y 2º y en el numeral 19 del artículo 2º.

Concepto de actos de comercio: Generalmente se considera imposible


formular un concepto de acto de comercio, porque la disposición que los
consagra es amplísima y comprende organizaciones (empresas), contratos,
negocios, operaciones complejas, hechos ilícitos y situaciones de hecho. Por la
diversidad del contenido de la materia, se adelantan nociones muy amplias que
tratan de abarcar lógicamente, todo el espectro del campo que se pretende
delimitar. Martínez Val, en España, afirma, por ejemplo, “que los actos de
comercio pueden ser definidos como aquellos hechos que producen efecto en
el ámbito jurídico-mercantil, comprendiéndose tanto los que dependen de la
voluntad de los hombres (actos propiamente dichos), como también aquellos
acontecimientos independientes de la voluntad humana que tienen realidad en
el mundo exterior, pero que de alguna manera producen tales efectos (Ej.: un
náufrago)”.
5.2. Sociedades Mercantiles; Sociedad de Responsabilidad limitada.
Compañía o Sociedad Anónima.

La palabra sociedad del latín societas (de secius) que significa reunión,
comunidad, compañía, se puede definir como la unión moral de seres
inteligentes de acuerdo, estable y eficaz para conseguir un fin conocido y
querido por todos. Se dice que la sociedad es unión moral porque requiere del
acuerdo libre e inteligente de varios hombres para conseguir un fin común. El
fin puede ser de muy diversa naturaleza: mercantil política, educativa, cultural,
recreativa, etc., pero en todo caso se exige para la existencia de la sociedad,
que se de el consentimiento de alcanzar entre todos los socios ese fin.

La palabra sociedad se utiliza en dos sentidos: como contrato y como


persona jurídica. Como contrato, la sociedad designa al acuerdo que celebran
los socios, y como persona jurídica, se designa la agrupación que surge de ese
contrato, es decir una persona jurídica diferente de la de los miembros que la
integran.

Para la creación de una sociedad es necesario que exista la unión entre


personas, las cuales hayan decidido unirse con el fin de obtener mayores
beneficios en cuanto a sus intereses.

Esto es lo que se conoce como "fenómeno asociativo", el cual consiste en la


unión de voluntades y de esfuerzos para la obtención de fines difíciles de
alcanzar por el individuo, por lo cual surge la tendencia de agruparse con otras
personas para realizar actividades comerciales y alcanzar los objetivos o
beneficios económicos.

Personalidad jurídica: El reconocimiento de la Personalidad Jurídica de las


sociedades está consagrado en el Art. 1.651 del C.C.V. Además de esto, el Art.
19 del C.C.V. Ord. 3º las menciona como poseedoras de Personalidad Jurídica
y por ende capaces de obligaciones y derechos, todo esto luego de
Protocolizar su Acta Constitutiva. El Art. 201 del C. Co. Expresa que las
compañías constituyen una persona jurídica diferente de la de los socios y el
Art. 205 excluye la posibilidad de que algún acreedor de un socio en particular
satisfaga sus acreencias con bienes de la sociedad.
Clasificación: Las sociedades mercantiles, tradicionalmente, se han
clasificado en tres grupos, atendiendo a la importancia que en las mismas se
atribuya a la persona del socio o al capital de la sociedad; estas son las
sociedades de personas, de capital y mixtas. Según en el Artículo 201 del
Código de Comercio las podemos clasificar de la siguiente manera:

- Sociedades en nombre colectivo.

- Sociedades en comandita.

- Sociedades de Responsabilidad Limitada.

- Sociedades Anónimas.

5.3. Seguros, seguros de carga, de responsabilidad, otros. La fianza.

El contrato de seguro de responsabilidad civil empresarial, también conocido


como seguro de responsabilidad civil de explotación de industrias, seguro de
responsabilidad civil de explotación de empresas, seguro de responsabilidad
civil de industrias, seguro de responsabilidad civil de explotación, seguro de
responsabilidad civil por actividades económicas o seguro de responsabilidad
civil por actividades económicas empresariales, entre otras denominaciones,
constituye una modalidad específica del más genérico contrato de seguro de
responsabilidad civil. En este sentido, debemos tener muy presente el régimen
jurídico general del seguro de responsabilidad civil, a fin de conocer el
funcionamiento del seguro de responsabilidad civil empresarial, teniendo en
cuenta, entre otros aspectos, que este seguro no dispone de una regulación
específica en nuestro ordenamiento.

5.4. La Banca Comercial. Créditos. El Fideicomiso: concepto y clases.

El sistema bancario de Venezuela se caracteriza por estar dominado por la


banca privada nacional que para enero de 2007 cubría el 58,4% de los activos
totales del mercado, mientras que la banca extranjera ocupaba el 30,4% y el
resto está en manos del Estado (11,2%). Existen 58 instituciones financieras de
ellas 36 son bancos comerciales (Banca Comercial y Banca Universal) y otras
22 están dedicadas a la banca especializada. El sector bancario emplea cerca
de 65.000 personas (2007) y cuenta con más de 3.100 agencias u oficinas. Los
principales bancos son el Banco de Venezuela/Grupo Santander, Banesco,
Banco Mercantil y BBVA Banco Provincial.

Un fideicomiso (del latín fideicommissum, a su vez de fides, "fe", y commissus,


"comisión") es un contrato o convenio en virtud del cual una persona, llamada
fideicomitente o también fiduciante, transmite bienes, cantidades de dinero o
derechos, presentes o futuros, de su propiedad a otra persona (una persona
natural, llamada fiduciaria), para que ésta administre o invierta los bienes en
beneficio propio o en beneficio de un tercero, llamado fideicomisario. Cabe
señalar que, al momento de la creación del fideicomiso, ninguna de las partes
es propietaria del bien objeto del fideicomiso. El fideicomiso es, por tanto, un
contrato por el cual una persona destina ciertos bienes a un fin lícito
determinado, encomendando la realización de ese fin a una institución
fiduciaria.

5.6. Obligación de ejecutar la obra.

La obligación de ejecutar la obra es una obligación de hacer que pesa sobre


el contratista, sin que ello implique que éste debe realizar siempre en forma
personal la prestación prometida (aunque a veces si debe hacerlo).

La obligación de ejecutar la obra es frecuentemente indivisible, sin que haya


de distinguirse al respecto entre el contrato celebrado a precio por cuerpo y
aprecio por medida. La circunstancia que se haya pactado el pago gradual del
precio en proporción a la progresiva ejecución de la obra tampoco obsta a la
indivisibilidad de la obligación de ejecutar la obra.

La obligación de ejecutar la obra es frecuentemente compleja en el sentido


de que comprende numerosos actos de diversos géneros, razón por la cual
puede surgir la duda de si ciertos actos de ejecución del contrato corresponden
a la obligación in comento o constituyen el objeto de otra obligación autónoma.

En general y en silencio del contrato, la obligación de ejecutar la obra


comprende todo lo que es necesario para dar concluida la obra. Los gastos
correspondientes corren por cuenta del contratista, por ejemplo, en un contrato
de construcción son por cuenta del contratista los gastos de transporte,
depósito de materiales, barracas y otras instalaciones para los trabajadores,
etc. Sin embargo, corresponde al comitente realizar a su costa todos aquellos
actos que solo él puede realizar, y que, sin constituir ejecución de la obra, son
presupuestos necesarios de la misma (por ejemplo, la desocupación de una
casa que debe ser demolida para ejecutar la obra contratada).

Las estipulaciones del contrato, encuentra su máxima expresión en los


planos y especificaciones (proyecto) que figuran en ciertos contratos. Pero, aun
cuando, en principio, el contratista debe sujetarse a las estipulaciones
contractuales, incurre en responsabilidad si no impone al comitente de los
vicios del proyecto que llegó a conocer o que debió conocer. Si el comitente
insiste, el contratista en principio, se libera de toda responsabilidad frente el por
la ejecución de la obra conforme al proyecto viciado (aunque puede quedar
sujeto a responsabilidad aquiliana frente a terceros, a responsabilidad
administrativa e incluso a responsabilidad penal, según los casos).

También podría gustarte