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Revista Opera

ISSN: 1657-8651
opera@uexternado.edu.co
Universidad Externado de Colombia
Colombia

Echandía Castilla, Camilo


La violencia en el conflicto armado durante los años 90
Revista Opera, vol. 1, núm. 1, marzo, 2001, pp. 229-245
Universidad Externado de Colombia
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67510112

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la violencia en el conflicto
armado durante los años 90
camilo echandía castilla*

1. INTRODUCCIÓN fluencia exclusiva en zonas periféricas, lo-


grando con el paso del tiempo consolidar
Al cumplirse los primeros diez años de la su influencia en amplias zonas del territo-
Constitución de 1991, que tuvo como rio nacional, para lo cual orientó muchas
objetivo fundamental hallar los mecanis- de sus acciones a conquistar el poder lo-
mos para que el Estado alcanzara la paz, cal. Con la carta de 1991, que da sustento
es necesario analizar las transformaciones fiscal a la autonomía local y abre un am-
experimentadas por el conflicto interno plio espacio a la descentralización, la gue-
durante estos años, que hacen que nues- rrilla identifica plenamente el municipio
tro país esté aún lejos de lograr el fin de la como un renovado centro de gravedad
guerra. Por consiguiente este artículo no determinante de la vida regional y de su
se propone hacer un balance del efecto de efectividad en la consolidación de su in-
la carta de 1991 en el proceso de violen- fluencia. Los alzados en armas, en este
cia, sino más bien destacar algunos facto- contexto, interfieren los procesos de elec-
res que han surgido durante estos últimos ción de los gobernantes locales, determi-
años y que dificultan la transformación de nando incluso a quienes deben favorecer
nuestra penosa realidad. los nombramientos, los contratos, las in-
El primero y más importante de es- versiones físicas y los programas sociales.
tos factores, es que la insurgencia colom-
biana ha encontrado en la autonomía Las presiones de los grupos armados
municipal y regional, medianamente im- encaminadas a incrementar su influencia
plementada en el pasado y ampliada por en la esfera local, se manifiestan en un cre-
la nueva Constitución, un factor favora- ciente número de asesinatos, secuestros y
ble a sus propósitos como organización amenazas que recaen en dirigentes políti-
armada. En efecto, a partir de los años cos, funcionarios del Estado y civiles en
ochenta, la guerrilla comenzó a variar su general. Las acciones de los guerreros in-
condición de organización rural con in- volucran cada vez más a los civiles, en una

* Profesor de la Universidad Externado de Colombia, Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales.

ORDEN PÚBLICO
ORDEN PÚBLICO
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dinámica en la que el desplazamiento es vada concentración geográfica de los ase-


constante, pues las respuestas de los acto- sinatos selectivos y las masacres de civi-
res para mantener su influencia en las zo- les en estrecha relación con los actores
nas consideradas estratégicas, se centran armados que compiten por lograr el do-
en la población. minio sobre el territorio, los recursos y
La geografía de la violencia en el país, las poblaciones.
que expresa con claridad la situación des-
crita, por otra parte coincide con recien- 2. LA VIOLENCIA COMO RECURSO
tes estudios que llaman la atención sobre ESTRATÉGICO EN EL CONFLICTO
la existencia de un patrón espacial y tem- ARMADO
poral de difusión y contagio de los homi-
cidios, determinado por el accionar Pese a la enorme magnitud que alcanza la
sistemático de actores organizados que violencia en los conflictos internos, éste
promueven la violencia. Lo anterior se ha sido un tema marginal en los estudios
define bajo el término de “difusión que en general se ocupan de las causas de
contagiosa”1según el cual la presencia de los conflictos, la terminación de las gue-
estructuras que recurren a la violencia ge- rras civiles, las consecuencias políticas y
nera una dinámica que por un lado, afec- sociales de los conflictos, en los factores
ta tanto a miembros de grupos rivales determinantes del éxito o fracaso de los
como a no miembros y por el otro, po- alzados en armas, y en las motivaciones
tencia una espiral de acciones violentas que individuales y grupales que sustentan la
se concentran en zonas específicas de la rebelión. Los pocos estudios sobre esta
geografía y posteriormente se extienden materia han encontrado como caracterís-
hacia áreas contiguas tendiendo a persis- tica común, que un número significativo
tir por algún tiempo. de personas y de comunidades escapan a
En definitiva, ante la existencia en el la violencia en que se sumen los escena-
país de una evidente subestimación de la rios del conflicto; la violencia frontal no
violencia entendida como recurso de los es un fenómeno generalizado y son muy
protagonistas del conflicto interno, este pocos individuos los que producen las
artículo se ocupará de destacar este aspec- muertes2.
to sobresaliente del conflicto armado co- En Colombia, país reconocido por su
lombiano durante los años noventa, muy elevada tasa de homicidio, la violen-
mostrando su carácter estratégico y la ele- cia producida en el conflicto interno ha

1.Cohen, J. y Tita, G., 1999. “Diffusion in Homicide”, en Journal of Quantitative Criminalogy, Vol 15. No.4.
2. Kalyvas, S., 2001, “La violencia en Medio de la Guerra Civil. Esbozo de una Teoría”, en Análisis Político,
No.42, Iepri - Universidad Nacional, Bogotá.
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sido por largo tiempo vista como una para financiarse5. En el caso colombiano
manifestación marginal e irrelevante, al es importante poner de presente que el
atribuir el alto índice de muertes a una enorme poder de fuego alcanzado por la
violencia esencialmente rutinaria deriva- guerrilla, se sustenta en el hecho de haber
da de un fenómeno cultural generalizado, encontrado fuentes de recursos económi-
marcado por una alta dosis de intoleran- cos muy importantes que a su vez deter-
cia de los ciudadanos3. Así mismo, se ha minan su perspectiva del presente, donde
establecido en nuestro medio una estre- las fuentes de ingresos para la guerra pare-
cha relación entre las condiciones objetivas cieran inagotables.
y la elevada intensidad de la violencia, La expansión territorial de los prota-
dando menor importancia a los protago- gonistas del conflicto interno colombiano
nistas del conflicto que, en el propósito en los años noventa, orientada hacia la con-
de lograr sus objetivos, dirigen sus accio- quista de zonas con elevado valor estratégi-
nes contra los civiles inermes. co, se expresa en el incremento del recurso
De otra parte, en sentido contrario al al terror6. La lucha en que se trenzan los
que plantean los diagnósticos más influ- grupos paramilitares y la guerrilla, más allá
yentes en nuestro país que han estado de suscitarse por desacuerdos ideológicos
orientados por la denominada “violencia resulta de la disputa por el control de zonas
estructural”4, los estudios recientes sobre con un alto potencial para ambas fuerzas y
conflictos armados en el mundo, indican donde el apoyo de la población civil se con-
que su viabilidad depende del control so- sigue por la vía de la violencia y la intimi-
bre economías de guerra creadas a partir dación. De tal suerte, las organizaciones
de productos agrícolas, mineros o ilega- armadas ilegales actúan a nivel local como
les, que han dado a los insurgentes la po- redes de poder, que manejan instrumentos
sibilidad de saquear los recursos necesarios de fuerza y son capaces de imponer su con-

3. Comisión de Estudios sobre la Violencia, 1987, Colombia: Violencia y Democracia, Universidad Nacional
de Colombia, Bogotá.
4. La denominada “violencia estructural”, explica los conflictos armados esencialmente por la existencia de
realidades de orden políticas, sociales, y económicas que comportan un grave deterioro de las condiciones
de existencia de amplios sectores de la población. En un sentido amplio, la exclusión política, la pobreza y
los profundos desequilibrios configuran las causas objetivas de la violencia, fenómeno que se produce cuan-
do la sociedad ve obstaculizado su desarrollo debido a las limitaciones que provienen de las estructuras
sociales mismas, producto de relaciones basadas en la desigualdad.
5. Collier, P., 2001, “Causas Económicas de las Guerras Civiles y sus Implicaciones de Política”, en Revista
El Malpensante, No.30, Bogotá.
6. A diferencia de lo que se piensa comúnmente, el recurso al terror en la guerra interna no es una demostración
de pérdida de control por parte del actor violento, responde más bien al desarrollo de planes cuidadosamente
dirigidos hacia objetivos precisos, evitando la violencia indiscriminada que resulta totalmente contraproducente.

ORDEN PÚBLICO
ORDEN PÚBLICO
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trol sobre la población a través de la inti- los Mapas 1 y 2, que representan la fre-
midación, reemplazando los lazos de soli- cuencia con que este actor del conflicto
daridad colectiva por la desconfianza mutua, ha cometido asesinatos y masacres, a ni-
que se manifiesta en la ley del silencio y en vel municipal. Hacia finales de los años
el aislamiento, a partir de los cuales es im- noventa se presentaron masacres en las
posible construir comunidad y propiciar el zonas de incursión paramilitar de 1997,
desarrollo. En consecuencia, la violencia que en su continuidad como son Antioquia en
genera la competencia entre los protago- el oriente y sudoeste, sur de la Guajira,
nistas del conflicto se explica por el des- Cesar, sur de Bolívar y Putumayo, lo cual
membramiento de las redes adversarias permite entrever la lentitud del proceso
como condición necesaria para subvertir y paramilitar y lo cruento de su dinámica
construir posiciones de poder7. violenta. En el sur de Bolívar es de notar
En el conflicto colombiano, la insis- que los paramilitares han logrado una pre-
tencia de las organizaciones al margen de sencia muy importante en los municipios
la ley en perpetrar masacres tiene el fin de San Pablo y Cantagallo, que el ELN ha
primordial de amedrentar a la población pedido que sean rodeados de las garantías
y someterla bajo el terror, así como de afec- de seguridad necesarias para la realización
tar posibles redes de apoyo del enemigo, de la Convención Nacional que daría co-
entre las que se incluyen informantes, fa- mienzo al proceso de paz con esa organi-
miliares y milicias. Las matanzas han sido zación. Urabá y Chocó también presentan
indiscriminadas; la lista en mano no es masacres en continuidad desde 1995. Los
más que un sofisma, aunque en ocasiones años 1999 y 2000 se caracterizan por ma-
sea cierta, pues más allá del interés de ase- sacres en Norte de Santander y el Valle
sinar a aquellos que apoyan a un determi- del Cauca, territorios que aparecen como
nado actor armado, se busca demostrar a nuevos escenarios del conflicto; también
la población afectada que no puede apo- se observa una notable intensificación de
yar al enemigo y que, en consecuencia, es los asesinatos en Barrancabermeja.
mejor aliarse con el nuevo actor, el cual se En la disputa por el control de terri-
termina imponiendo por medio de la vio- torios considerados estratégicos en el con-
lencia. flicto interno, éstos pasan de manos de un
Para entender la situación y la diná- actor armado a otro sucesivamente. Con
mica del paramilitarismo basta observar el fin de imponer sus reglas y homogeni-

7.Suárez, A., 1999, “Configuraciones y Dinámicas de la Violencia Organizada en Colombia”, en Revista


Colombiana de Sociología, Volumen IV No.1, Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Sociolo-
gía, Bogotá.
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MAPA 2
MAPA 1
355 MUNICIPIOS
DONDE SE
570 MUNICIPIOS DONDE SE
COMETIERON 1096
COMETIERON ASESINATOS
MASACRES POR LOS
DE CIVILES POR GRUPOS
GRUPOS
PARAMILITARES Y DE
PARAMILITARES Y
JUSTICIA PRIVADA
DE JUSTICIA
(1997-2000)
PRIVADA
(1997-2000)

Municipios que registraron cada uno más de 8 masacres

Municipios que registraron cada uno entre 7 y 8 masacres.


23 de los 1073 municipios del país registraron cada uno
más de 30 asesinatos y concentraron 43% de los que Municipios que registraron cada uno entre 5 y 6 masacres.
ocurrieron en este periodo a nivel nacional.
Municipios que registraron cada uno entre 3 y 4 masacres.
14 municipios registraron cada uno entre 20 y 30 95 municipios registraron cada uno entre 5 y 9
asesinatos y concentraron 10% del total nacional asesinatos y concentraron 17% del total nacional Municipios que registraron cada uno entre 1 y 2 masacres.
395 municipios registraron cada uno entre 1 y 4
43 municipios registraron cada uno entre 10 y 19 asesinatos y concentraron 20% del total nacional
asesinatos y concentraron 10% del total nacional

MAPA 3 MAPA 4
315 MUNICIPIOS DONDE 126 MUNICIPIOS DONDE SE
SE COMETIERON COMETIERON 191
ASESINATOS DE MASACRES POR LA
CIVILES POR LA GUERRILLA
GUERRILLA (1997-2000)
(1997-2000)

Municipios que registraron cada uno entre 5 y 8 masacres.

Municipios que registraron cada uno entre 3 y 4 masacres.


12 de los 1073 municipios del país registraron cada uno Municipios que registraron cada uno entre Municipios que registraron cada uno entre 1 y 2 masacres.
más de 8 asesinatos y concentraron 18% de los que 5y 6 asesinatos.
ocurrieron en este periodo a nivel nacional
. Municipios que registraron cada uno entre Fuente: Presidencia de la República de Colombia,
Municipios que registraron cada uno entre 7 y 8 3y 4 asesinatos.
asesinatos. Observatorio de Violencia.
Municipios que registraron cada uno entre
1y 2 asesinatos . Mapas elaborados en Cabral 1.500 Versión 2.3

ORDEN PÚBLICO
ORDEN PÚBLICO
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MAPA 5 MAPA 6

16 MUNICIPIOS DONDE SE
CONCENTRO EL 20% DE CONCENTRO EL 40% DE
LOS HOMICIDIOS LOS HOMICIDIOS
(1990 - 1998) (1990 - 1998)
Excluyendo los centros poblados Excluyendo los centros poblados
más importantes. más importantes.

MAPA 7 MAPA 8
148 MUNICIPIOS DONDE SE
CONCENTRO EL 60% DE CONCENTRO EL 80% DE
LOS HOMICIDIOS LOS HOMICIDIOS
(1990 - 1998) (1990 - 1998)
Excluyendo los centros poblados Excluyendo los centros poblados
más importantes. más importantes.

Fuente: Policía Nacional de Colombia Mapas elaborados en Cabral 1.500 Versión 2.3
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Evolución de los asesinatos selectivos y masacres


(1988-2000)

4000

3500

3000
Víctimas de
2500 Masacres

2000

1500

1000
Víctimas
500 Asesinatos
Selectivos
0
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Actores armados responsables de los asesinatos y masacres


(1988-2000)

3000

2500

2000

1500

1000

500

0
88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 0
Grupos de Justicia Privada 1626 2565 2906 2800 1448 1242 1147 951 1033 1700 1704 2495 2229
Guerrillas 448 413 283 372 276 301 253 287 233 222 327 530 510
Paramilitares 249 2 0 2 0 5 8 0 3 65 76 360 880

Fuente: Presidencia de la República de Colombia, Observatorio de Violencia.

ORDEN PÚBLICO
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zar el territorio según sus intereses, los gru- militares también iniciaron una fuerte
pos armados le imprimen una dinámica ofensiva en los departamentos de Magda-
local amigo-enemigo al conflicto8. Esta lena y Cesar, y no por casualidad las ma-
lógica es aplicada en las zonas de gran dis- sacres y los desplazamientos forzados de
puta entre paramilitares y guerrillas, como población han venido en aumento. Han
la Sierra Nevada de Santa Marta, Cata- actuado con especial intensidad en las zo-
tumbo, Urabá, Magdalena Medio y Putu- nas planas y en las ciudades que circun-
mayo, donde los grupos al margen de la dan la Sierra Nevada, asesinando un
ley actúan con especial intensidad, golpean- elevado número de civiles.
do poblaciones civiles inermes, a través de Por otra parte, la irrupción paramili-
asesinatos selectivos y de masacres que, tar en la región del Catatumbo, en Norte
como se observa en los Mapas 1, 2, 3 y 4, de Santander, sembrando el terror por
han sido muy frecuentes a partir de 1997. medio de masacres como las que se regis-
En la Sierra Nevada de Santa Marta9, traron en la localidad de La Gabarra a par-
mientras los grupos paramilitares pugnan tir de 1999, revela el propósito de este
por ascender para golpear a las guerrillas grupo armado de golpear las redes de apo-
en su retaguardia estratégica, estas últimas yo de las guerrillas en el nororiente co-
han organizado una resistencia férrea que, lombiano, donde estas organizaciones
a la larga, les ha permitido preservar con- cuentan con fuentes de financiamiento
diciones financieras adecuadas y su ca- muy sólidas. Con este comportamiento,
pacidad para operar en las zonas más los paramilitares pretenden disputarle a la
productivas. Esta estrategia, además, les ha insurgencia los recursos económicos que
permitido mantener un corredor de co- han constituido el factor decisivo de su
municación con la serranía del Perijá, en fortalecimiento, pues es con esos dineros
la frontera con Venezuela. Entre estas dos que se han financiado incursiones en zo-
fuerzas se encuentran, inermes, comuni- nas donde operan estructuras armadas con
dades de campesinos, colonos e indígenas menores posibilidades de financiamiento.
que han sido víctimas de asesinatos selec- Las finanzas de la guerrilla en esta
tivos, masacres, torturas y desapariciones, zona nororiental del país no han depen-
protagonizando además desplazamientos dido de manera exclusiva de la actividad
masivos de población. Los grupos para- petrolera, como se podría presumir. Es

8. Lair, E., 2001, “Colombia: Una Guerra Contra los Civiles”, en Revista Colombia Internacional, Centro
de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes, Bogotá.
9. Ver Vicepresidencia de la República, junio de 2001, “Panorama Actual de la Sierra Nevada de Santa
Marta”, publicación del Observatorio de Derechos Humanos, Bogotá.
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sabido que La Gabarra constituye un im- millo y la Serranía de Abibe, en Córdoba.


portante centro de procesamiento de la coca La intensidad de los combates en esta
producida en el Catatumbo, circunstancia zona tiene relación con su importancia es-
favorable a la insurgencia, que obtiene in- tratégica. En el caso de Urabá, tanto los
gresos a cambio de la prestación de “segu- narcotraficantes como los paramilitares y
ridad” a las actividades ilícitas que allí se las guerrillas han hecho del golfo una zona
desarrollan. Asimismo, la guerrilla se ha vital en el desarrollo de sus propósitos, en
beneficiado con las actividades de contra- cuanto allí tiene lugar un dinámico tráfico
bando que se realizan en la frontera con de armas, drogas ilícitas y precursores para
Venezuela, las cuales además, le han per- su procesamiento, además de las importan-
mitido acceder al mercado negro de armas. tes actividades bananera y ganadera.
En este escenario las FARC han liderado, a En la región del Magdalena Medio10,
partir del segundo semestre del 2001, una en el corazón del país, los cultivos de coca
serie de acciones ofensivas contra los gru- en el sur de Bolívar y las explotaciones de
pos paramilitares, con el propósito de re- oro en la serranía de San Lucas, constitu-
conquistar esta zona estratégica. yen factores que explican buena parte de
La región de Urabá, que vive también la dinámica de la violencia de los últimos
al ritmo de reconquistas territoriales de los años y, en particular, el avance de los pa-
protagonistas del conflicto, ilustra bastan- ramilitares. Una de las novedades intro-
te bien cómo la lealtad de la población a ducidas en el modus operandi de estos
los actores armados tiene un carácter ins- grupos es la confrontación militar abierta
trumental y no ideológico, que se hace y con los frentes del ELN y las FARC, que
deshace según las pérdidas y ganancias te- tradicionalmente han controlado la zona,
rritoriales de militares, paramilitares y gue- mecanismo que se suma a las masacres y
rrilleros. Las FARC han aplicando en Urabá asesinatos selectivos, que han ocasiona-
una estrategia similar a la utilizada por los do importantes desplazamientos de po-
paramilitares, pues en sus incursiones han blación y permitido a los paramilitares
dado muerte a personas consideradas redes controlar considerables áreas estratégicas.
de apoyo. Asimismo, han recurrido al te- El propósito de los paramilitares en la
rror para ampliar los corredores de acce- región no se reduce a apoderarse del sur de
so, que les permitan penetrar el eje de Bolívar y aislar a las guerrillas de las bases
los paramilitares entre el Nudo de Para- financieras que por tantos años les sirvie-

10. Ver Vicepresidencia de la República, junio de 2001, “Panorama Actual del Magdalena Medio”, publica-
ción del Observatorio de Derechos Humanos, Bogotá.

ORDEN PÚBLICO
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ron de soporte en esta zona. Estos grupos ingresos para las FARC. Es explicable, en-
buscan, adicionalmente, apoderarse de Ba- tonces, que los paramilitares hayan incur-
rrancabermeja, principal puerto de la re- sionado en la zona, con el propósito de
gión del Magdalena Medio, eje del disminuir el poder financiero y la capaci-
complejo de la industria petrolera más im- dad militar de la guerrilla, limitando su
portante del país y epicentro de una región control sobre tan importante área. Esta
heterogénea con variadas economías. Los situación ha conducido a un incremento
grupos paramilitares también han buscado considerable de los desplazamientos de
consolidar su influencia en los municipios población y de las tasas de homicidios.
del sur del Cesar, Sabana de Torres y Puer- En estos complejos escenarios, la vio-
to Wilches, en el departamento de San- lencia asociada a los protagonistas del
tander, en donde su ofensiva ha sido conflicto armado tiende a ser cada vez
especialmente intensa en los últimos cin- mayor, en la medida en que se imponen
co años, dadas las características ganade- los asesinatos y masacres de civiles que
ras y agroindustriales de la región, así como son percibidos por las partes en conflic-
el paso del oleoducto y la carretera a la to como apoyos del adversario. Esta ca-
costa, los cuales la hacen estratégica para racterística del conflicto colombiano en
los grupos armados al margen de la ley. la actualidad, desvirtúa las interpretacio-
En el sur del país, los grupos para- nes corrientes que lo conciben como una
militares están atacando, desde 1998, guerra civil, configurando más bien una
principalmente en el departamento del guerra contra los civiles12.
Putumayo11, particularmente en Puerto
Asís, Valle del Guamuez (La Hormiga), 3. DIFUSIÓN ESPACIAL DE LA VIOLENCIA
Orito, San Miguel y, en general, en el bajo
Putumayo, donde las FARC tienen una En Colombia existe una alta concentración
importante presencia, dada la dinámica del de los asesinatos cometidos por los actores
contrabando de armas, municiones y ex- organizados de violencia en municipios que
plosivos. Además, las actividades de pro- al mismo tiempo registran un elevado nu-
ducción de la coca que tiene lugar en estos mero de homicidios, como se descubre al
municipios representan valiosas fuentes de contrastar los Mapas 5, 6, 7 y 813, con los

11. Ver Vicepresidencia de la República, septiembre de 2000, “Panorama del Putumayo”, publicación del
Observatorio de Derechos Humanos, Bogotá.
12. Pécaut, D., 2001, Guerra Contra la Sociedad, Editorial Espasa, Bogotá.
13. Estos mapas que representan diferentes grados de concentración de los homicidios a nivel municipal,
excluyen los diez centros poblados mas importantes del país, donde tan sólo Bogotá, Medellín y Cali
aglutinan algo más del 30% de los homicidios, pero espacialmente no comprometen un área significativa.
En consecuencia, se presentan municipios en su gran mayoría pertenecientes a la estructura rural.
239

que se presentaron en la sección anterior. Con respecto a la primera zona, don-


En el Mapa 5 se observa cómo alrededor de prima el campesinado medio cafetero14,
del 20% de los homicidios ocurridos en- si se analizan los indicadores sociales de
tre 1990 y 1998 se produjeron en tan solo los municipios que en su mayoría confor-
16 municipios, localizados en la región man el Valle del Río Cauca, desde la pers-
de Urabá, la Sierra Nevada de Santa Mar- pectiva de las condiciones objetivas, estos
ta, las montañas antioqueñas y el Viejo difícilmente contribuirían a sustentar los
Caldas. En el Mapa 6 se muestra cómo elevados índices de violencia. En efecto,
el 40% de los homicidios se concentra los municipios de la región tienen un alto
en 55 municipios, que en su mayoría se índice de necesidades básicas satisfechas y
localizan en los alrededores de los focos presentan un porcentaje de población po-
iniciales. En la medida en que el porcen- bre por debajo del promedio nacional. En
taje se eleva al 60% y 80% de los homi- todo caso, no es menos cierto que los
cidios en los Mapas 7 y 8, es más notoria municipios que se habían caracterizado
la expansión de la violencia desde los fo- por el predominio de un campesinado
cos iniciales hacia un mayor numero de medio, estable y acomodado, dedicado a
municipios en los alrededores. Asimismo, las actividades de producción de café, con
al considerar un porcentaje mayor de la crisis de este producto, albergan hoy
homicidios, aparecen otros focos donde un sector endeudado y desesperado. La
la violencia es muy intensa, especialmente cosecha cafetera en estas zonas ha pro-
en el oriente colombiano, en los depar- ducido tradicionalmente una alta inmi-
tamentos de Arauca, Casanare, Meta, gración de trabajadores de regiones más
Guaviare, Caquetá y Putumayo. pobres, ocasionando alta densidad pobla-
Entre las zonas rurales más afectadas cional que no encuentra pleno empleo.
y donde se observa una alta difusión de la Sin hacer caso omiso a los profundos
violencia homicida, se destacan la parte problemas sociales introducidos por la cri-
occidental de las cordilleras del Valle inte- sis cafetera, es preciso señalar que las FARC
randino del río Cauca en los departamen- y el ELN han buscado aumentar su pre-
tos del Valle, Quindío, Risaralda, Caldas sencia en esta región, por cuanto por allí
y Antioquia, y la parte oriental de las cor- pasan de manera obligada los intercam-
dilleras en zonas de colonización de fron- bios comerciales entre Medellín, Cali y
tera de los departamentos de Putumayo, Bogotá. El carácter estratégico de la región
Caquetá, Guaviare y Meta. salta a la vista y de ahí que encaje perfec-

14. Ver Vicepresidencia de la República, octubre de 2001,“Panorama actual del Viejo Caldas”, publicación
del Observatorio de Derechos Humanos, Bogotá.

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tamente en el propósito de la guerrilla de pos. De otro lado, la guerrilla desarrolló


constituirse como una amenaza, incremen- intensas labores de inteligencia y conside-
tando su capacidad de afectar el desempe- ró como sus enemigos a quienes de una u
ño global de la economía colombiana. El otra manera apoyaban tales asociaciones.
escalamiento del conflicto armado se ha Las prácticas de unos y de otros estaban
producido en medio de la crisis cafetera encaminadas a lograr el apoyo de la pobla-
que ha dejado en franca decadencia a los ción y a infligir castigos ejemplares a quie-
productores, quienes en muchas ocasio- nes hubieran apoyado a los grupos
nes no logran responder a los requerimien- contrarios o simplemente no se decidieran
tos básicos para el mantenimiento de la a su favor. En este ambiente se han genera-
industria y mucho menos pueden satisfa- do masacres y homicidios selectivos en con-
cer las exigencias económicas de los gru- tra de la población civil, que en este
pos guerrilleros. contexto ha sido percibida como parte del
Esta circunstancia llevó a que muchos conflicto armado.
campesinos, entre ellos cafeteros de me- El narcotráfico explicaría, en buena
diano y gran poder económico, participa- medida, los altos índices de muertes vio-
ran en la conformación de las asociaciones lentas en esta región, si se tiene en cuenta
Convivir15. Esta práctica en algunos casos la coincidencia entre el “boom” de la co-
derivó en la conformación de verdaderos caína y las alzas y bajas de los homicidios
ejércitos que se constituyeron de manera alrededor de la tendencia central de la cur-
rápida en otros actores armados dentro de va, que es de ascenso a partir de inicios de
la zona16. Las Convivir, concebidas como los años 80, hasta alcanzar su máximo ni-
una respuesta civil a los problemas de inse- vel en los primeros años de la década del
guridad causados por la mayor presencia 90. Los dos puntos de más fuerte subida
de la guerrilla, tuvieron efectos perversos de la curva de homicidio en esta región
muy complicados de manejar, al transfor- (1991 y 1992), coinciden con la cronolo-
marse en un factor de riesgo para los habi- gía del narcotráfico que en estos años lo-
tantes de la zona que en el momento en gra altos ingresos, antes de que se
que no pudieron satisfacer sus exigencias produjera el desmantelamiento de las es-
fueron víctimas de la presión de estos gru- tructuras más importantes del tráfico de

15. Las Convivir o grupos rurales de autodefensa fueron creadas y posteriormente desintegradas por el
Gobierno Samper (1994-1998). Uno de los factores que más pesó en la abolición de estos grupos, fue la
forma artificiosa como las organizaciones proscritas buscaron legitimarse utilizando a las cooperativas de
seguridad auspiciadas por el Estado como fachada de su acción criminal.
16. López, M., 1999, “Conflicto Armado y Economía Cafetera”, en Conflictos Regionales, La Crisis del Eje
Cafetero, FESCOL-IEPRI, Bogotá.
241

drogas. Es obvio que del elevado número na en la región andina. La carencia de


de muertos sólo una pequeña parte depen- infraestructura vial y de servicios, la poca
de directamente de la organización nar- disponibilidad de suelos para la actividad
cotraficante, en forma de homicidios agrícola, la baja productividad, la nula
selectivos, de víctimas del terrorismo y, un integración con los mercados nacionales
poco más numerosos, de los ajustes de o regionales, unida a la precaria presencia
cuentas y “vendettas” internas17. Pero mu- del Estado, dificultan la vinculación del
chísimos más son los homicidios que tie- colono a la tierra, conformándose así una
nen relación indirecta con el narcotráfico, economía parcelaria itinerante que, a la
bien sea por el modelo cultural que im- vez que ensancha la frontera agrícola, fa-
puso, a través del cual promueve la justi- vorece el establecimiento de cultivos ilíci-
cia privada, el armamentismo y la tos. Las regiones corresponden a las de
corrupción, que son puntos que no por mayor intensidad del conflicto armado, el
ser difícilmente cuantificables en estadís- piedemonte Llanero y zonas de Caquetá,
ticas son menos decisivos para explicar las Guaviare, Putumayo y Meta. En estas po-
propias cifras; o por la congestión que pro- blaciones rurales los altos índices de vio-
dujo al sistema de justicia profundizando lencia, que en el presente se encuentran
la impunidad en el país, circunstancia que relacionados con la presencia de actores
favoreció la difusión de la violencia.18 armados ilegales, se registran incluso an-
Con respecto a la segunda zona19, en tes de que irrumpieran la guerrilla y los
el suroriente del país se registran procesos paramilitares. La tradición de violencia en
activos de colonización, desarrollados por las áreas de colonización ha estado deter-
movimientos migratorios generados por minada por el carácter de desorganización
la violencia y la descomposición campesi- social, donde las reglas del juego terminan

17. Cubides, F., Olaya A. y Ortiz, C., 1998, La Violencia y el Municipio Colombiano, Universidad Nacional,
Centro de Estudios Sociales, Bogotá.
18. Rubio, M., 1996, Crimen sin Sumario, Cede - Universidad de los Andes, Bogotá.
Este autor muestra cómo la impunidad jugó un papel decisivo en la difusión del homicidio en el momento
de mayor auge del narcotráfico a principios de los años noventa hasta el punto que la probabilidad de que
uno fuera juzgado llegó a ser de alrededor del 6%, un porcentaje preocupante si se compara con el 35% en
el que aproximadamente se situaba en los años sesenta. Así mismo, mientras que a mediados de los sesenta
por cada cien homicidios cometidos se capturaban más de 60 presuntos culpables, el porcentaje rondaba a
comienzos de los noventa en el 20%; y la probabilidad de que un homicidio fuera condenado cayó del 11%
al 4% respectivamente. Ante esta situación, es de suponer que las muertes producidas por la violencia
organizada serán dejadas de lado, por cuanto su esclarecimiento requiere mayor esfuerzo investigativo así
como enfrentarse al poder de intimidación con que cuenta este tipo de violencia.
19. Ver Vicepresidencia de la República, julio de 2001, “Panorama actual del Suroriente Colombiano”,
publicación del Observatorio de Derechos Humanos, Bogotá.

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siendo impuestas a través de estrategias in- mado es especialmente intenso en muni-


dividuales dispersas, cambiantes y promis- cipios donde se concentra un elevado nú-
cuas, que explicaría el recurso al homicidio, mero de asesinatos, como Puerto Gaitán,
como solución instrumental y/o expresiva San Juan de Arama, Vista Hermosa, El
de concurrencia y de diferendos20. Castillo, Cubarral y Puerto Lleras. A la
En el departamento de Putumayo, los confluencia de elevada intensidad del con-
homicidios en los últimos años se concen- flicto armado y los asesinatos de civiles, se
tran en Puerto Asís, Valle del Guamuez, suma un alto número de secuestros en
San Miguel, Puerto Caicedo y Orito. Co- Villavecencio, Acacías, San Martín, Leja-
inciden los altos índices de homicidio con nías y Mesetas.
las zonas que presentan mayor dinámica En Guaviare, las diferencias locales
económica, principalmente alrededor de van marcando tipos diferentes de violen-
las actividades de la coca y el petróleo. cia. De tal suerte, El Retorno presenta un
Igualmente, es allí donde las FARC y los tipo de violencia originada en la delin-
grupos paramilitares acuden a estrategias cuencia común que llena el espacio que
individuales y producen la muerte de ci- dejan las FARC, al convertir al municipio
viles en la disputa por el control de estas en zona de confrontación esporádica y lí-
poblaciones. En Caquetá, los homicidios mite de su esfera de influencia. En Cala-
originados por los actores del conflicto mar la violencia tendría mayor relación
armado afectan principalmente munici- con las FARC que, al igual que en Mira-
pios donde la actividad armada de la gue- flores, acude a la instigación de la pobla-
rrilla es particularmente intensa, como ción para impedir que la delincuencia
Puerto Rico, El Doncello, Florencia, San común se extienda, en el contexto de la
Vicente del Caguán y Milán. bonanza coquera, y para frenar la posibili-
En el departamento del Meta, la gue- dad de que se gesten grupos paramilitares.
rrilla y los grupos de autodefensa coinci- Por último, se puede establecer que
den en municipios donde prima la doscientos de los trescientos quince muni-
agricultura comercial y la ganadería. La in- cipios que se destacan por su elevada con-
tensidad de la violencia en el piedemonte centración de homicidios en el Mapa 8, a
se explica por la presencia de las FARC, la vez se encuentran afectados por el con-
por las actividades relacionadas con el pro- flicto armado, así como muchos registran
cesamiento de coca y por la expansión de también una alta aglutinación de muertes
los grupos paramilitares. El conflicto ar- causadas por los actores organizados de la

20. Ortiz, C., 2001, “La Violencia en el Municipio Colombiano”, en Economía: Crimen y Conflicto, Uni-
versidad Nacional, Bogotá.
243

violencia. La convergencia geográfica de garanticen los derechos fundamentales para


éstos fenómenos permite seguir insistien- el conjunto de los colombianos.
do en que los altos índices de homicidio en La evolución de la geografía del con-
los municipios colombianos tienen una re- flicto colombiano, muestra la forma en
lación muy estrecha con el conflicto arma- que éste se ha ido ampliando con el paso
do y la presencia de actores violentos. De de los años y el fortalecimiento de la gue-
tal suerte, el análisis de los mapas presenta- rrilla, que durante la década de los ochen-
dos aquí, sugiere que la concentración geo- ta y principios de los años noventa logró
gráfica de la violencia se explica por las dar cumplimiento a sus principales obje-
organizaciones de justicia privada que ac- tivos de carácter estratégico: acumular re-
túan en el norte del Valle, el Eje Cafetero, cursos, desdoblar frentes para ampliar su
las montañas antioqueñas y la región del presencia territorial y aumentar su influen-
occidente de Boyacá; mientras que en el cia a nivel local.
piedemonte de la Cordillera Oriental (mu- La Constitución de 1991, que abre
nicipios dispersos de Casanare, Arauca, un amplio espacio a la descentralización,
Meta, Caquetá, Guaviare y parte de Putu- genera un efecto perverso no deseado en
mayo), el Urabá, La Sierra Nevada de San- cuanto la guerrilla dirige ahora sus mayo-
ta Marta, La Serranía del Perijá y el res esfuerzos hacia la conquista del con-
Magdalena Medio (municipios de Bolívar, trol de las poblaciones, como el medio para
Cesar, Antioquia y Santander), la violencia lograr el reconocimiento de influencia en
sería atribuible a los grupos paramilitares y la gestión local del país. Al constituirse
a la guerrilla. como poder de facto en los municipios,
busca apoyarse en esta gestión local para
4.CONCLUSIONES ganar espacios de negociación con el po-
der central, reclamando legitimidad y re-
En una situación tan compleja como la que presentatividad nacional. Este aspecto se
aquí se ha descrito, difícilmente una Cons- encuentra como un objetivo claro y pre-
titución por sí sola podría producir el efec- ciso, de gran significado para la guerrilla.20
to de lograr la paz, más si se tiene en cuenta En la disputa por el control de terri-
que la prolongación del conflicto armado torios considerados estratégicos por los
no se fundamenta en la exclusión y des- protagonistas del conflicto, éstos pasan de
igualdad imperantes en el país, sino más manos de un actor a otro sucesivamente.
bien en la gran autonomía adquirida por Con el fin de imponer sus reglas y homo-
sus protagonistas, sobre todo en el campo genizar el territorio según sus intereses, los
financiero, haciendo que pierda importan- grupos armados le imprimen una dinámi-
cia la búsqueda de apoyo social y político ca local amigo-enemigo al conflicto. Esta
en torno a lograr cambios estructurales que lógica es aplicada en las zonas de gran dis-

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puta entre paramilitares y guerrillas, como cuando no constituya un factor determi-


La Sierra Nevada de Santa Marta, Cata- nante, la violencia coincide también con
tumbo, Urabá, Magdalena Medio y Pu- profundos desequilibrios sociales propios
tumayo, donde los grupos al margen de la de regiones con economías dinámicas que
ley han actuado con especial intensidad, atraen migrantes y donde la distribución
golpeando civiles inermes por medio de del ingreso es inequitativa. En estas regio-
asesinatos selectivos y de masacres, que han nes no se ha podido establecer firmemen-
sido frecuentes a partir de 1997. te una base jurídica e institucional que dicte
En estos complejos escenarios, la vio- con claridad las reglas del juego y permita
lencia asociada a los actores del conflicto neutralizar la acción violenta de los dife-
armado tiende a ser cada vez mayor en la rentes actores en competencia. De otro
medida en que se imponen los asesinatos lado, los reducidos niveles de violencia en
y masacres de civiles que son percibidos general son más frecuentes en los munici-
por las partes en conflicto como apoyos pios más atrasados que ante los intereses
del adversario. Hacia el inmediato futuro de los protagonistas del conflicto domés-
las acciones de los grupos paramilitares y tico, tienen menor potencial estratégico.
la guerrilla involucrarán más a los civiles, La producción de violencia en medio
en una dinámica en la que el desplaza- del conflicto interno, como se constata en
miento será la constante, pues las respues- Colombia, no es un proceso caprichoso,
tas de los actores para mantener su sino que está regulado en extremo y res-
influencia en las zonas consideradas estra- ponde al desarrollo de planes cuidadosa-
tégicas, se centrarán en la población. mente dirigidos hacia objetivos precisos.
Entre las zonas rurales más afectadas En consecuencia, existe una alta concen-
y donde se observa una alta difusión de la tración de los asesinatos cometidos por los
violencia homicida, se destacan la parte protagonistas del conflicto en municipios
occidental de las cordilleras el Valle inte- que al mismo tiempo registran un eleva-
randino del río Cauca en los departamen- do numero de homicidios. Esto ocurre,
tos del Valle, Quindío, Risaralda, Caldas por la disputa entre actores armados que
y Antioquia, y la parte oriental de las cor- recurren a la violencia generando una di-
dilleras en zonas de colonización de fron- námica que, por un lado, afecta tanto a
tera de los departamentos de Putumayo, miembros de estas organizaciones rivales
Caquetá, Guaviare y Meta. como a no miembros, y por el otro, po-
Las áreas más violentas en general es- tencia una espiral de acciones violentas que
tán asociadas a la existencia de una estruc- a partir de núcleos muy críticos se extien-
tura social heterogénea, con organizaciones de espacialmente hacia municipios conti-
armadas enfrentadas en torno a importan- guos, donde los homicidios tienden a
tes intereses de carácter estratégico. Aun persistir por un tiempo.
245

En definitiva, las transformaciones ex- Comisión de Estudios sobre la Violencia, 1987,


perimentadas en la última década impiden Colombia: Violencia y Democracia, Universidad
reconocer el conflicto interno colombiano Nacional de Colombia, Bogotá.
como una guerra civil, donde más que po- Cubides, F., Olaya A. y Ortiz, C., 1998, La Violen-
derío militar se requiere de un elevado gra- cia y el Municipio Colombiano, Universidad Na-
do de articulación con la población y de cional, Centro de Estudios Sociales, Bogotá.
legitimidad. En la dirección opuesta, los Kalyvas, S., 2001, “La violencia en Medio de la
actores armados, con el propósito de am- Guerra Civil. Esbozo de una Teoría”, en Análi-
pliar su influencia en zonas estratégicas para sis Político, No.42, Iepri - Universidad Nacio-
la confrontación, han terminado degradan- nal, Bogotá.
do su accionar al haber convertido a los ci- Lair, E., 2001, “Colombia: Una Guerra Contra los
viles inermes en objetivo de la violencia. Se Civiles”, en Revista Colombia Internacional,
hace necesario, entonces, que los esfuerzos Centro de Estudios Internacionales de la Uni-
del Estado y la comunidad internacional versidad de los Andes, Bogotá.
dirigidos a lograr la paz den prioridad a la López, M., 1999, “Conflicto Armado y Economía
población civil, protegiéndola y rodeándo- Cafetera”, en Conflictos Regionales, La Crisis del
la de las garantías que aseguren su partici- Eje Cafetero. FESCOL-IEPRI, Bogotá.
pación en la definición del contenido y Ortiz, C., 2001, “La Violencia en el Municipio
alcance de los acuerdos a que haya lugar Colombiano”, en Economía: Crimen y Conflic-
con los protagonistas de la guerra, de ma- to, Universidad Nacional, Bogotá.
nera que la solución negociada del conflic- Pécaut, D., 2001, Guerra Contra la Sociedad, Edi-
to represente una verdadera oportunidad torial Espasa, Bogotá.
de cambio para la Nación. Rubio, M., 1996, Crimen sin Sumario, Cede - Uni-
versidad de los Andes, Bogotá.
Suárez, A., 1999, ”Configuraciones y Dinámicas de
BIBLIOGRAFÍA la Violencia Organizada en Colombia, en Revis-
ta Colombiana de Sociología, Volumen IV No.1,
–––––(1999). “El Terror, Recurso Estratégico de Universidad Nacional de Colombia, Departa-
los Actores Armados: Reflexiones en Torno al mento de Sociología, Bogotá.
Conflicto Colombiano”, en Análisis Político,
No. 37, Iepri - Universidad Nacional, Bogotá.
Cohen, J. y Tita, G., 1999. “Diffusion in Homici-
de”, en Journal of Quantitative Criminalogy, Vol
15. No.4.
Collier, P., 2001, “Causas Económicas de las Gue-
rras Civiles y sus Implicaciones de Política”, en
Revista El Malpensante, No.30, Bogotá.

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