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Emperador

Un emperador (del término latino imperator) es el monarca


soberano de un imperio o un monarca que tiene como
vasallos a otros reyes.1 ​ Es el título de mayor dignidad, por
encima del rey,1 ​ y su equivalente femenino es emperatriz
para referirse a la esposa de un emperador (emperatriz
consorte), a la madre (emperatriz viuda) o a una mujer que
gobierna por derecho propio (emperatriz titular o reinante).

El Emperador de Japón es el único monarca reinante en la


actualidad cuyo título se traduce como "emperador", aunque
su término original, "tennō" (天皇 ), se traduce literalmente Corona imperial.
como "monarca celestial".

Índice
Historia del término
La caída de Roma occidental
Emperadores
Sacro Imperio
Imperio Napoleónico
Imperio Alemán y Austríaco
Imperio Otomano
Imperio Británico
Imperio Centroafricano
Emperadores fuera de Europa
Emperadores en la mitología
Véase también
Referencias
Enlaces externos

Historia del término


En el año 27 a. C., Octavio Augusto reunificó el mundo romano y estableció la entidad política conocida
generalmente como Imperio romano, el cual remplazó a la República romana. Sin embargo no se atrevió a
asumir poderes absolutos y quebrar de esta manera el sistema político de Roma, debido al ejemplo que
representaba el asesinato de Julio César en el año 44  a.  C., precisamente acusado por los senadores de
querer acabar con las libertades civiles republicanas y retornar a la antigua e infame Monarquía romana. De
esta manera creó el Principado, un régimen político en el cual se mantenían todos los cargos y formas
republicanas, pero todos los grandes cargos públicos eran asumidos por el Princeps Civium ("el primero de
los ciudadanos"). De esta manera, Octavio se garantizaba el control efectivo del Imperium Romanum ("el
territorio controlado por Roma"). En la práctica, el título más
importante que el Princeps tenía era el de Imperator (comandante o
jefe del ejército). Esto, como se ha visto, no impidió que el Senado
"saludara" a otros imperator.

Durante los dos primeros siglos de la Roma Imperial, los


gobernantes eran usualmente referidos como princeps, (príncipes),
dado que el clima político y de paz favorecía el predominio de la
función civil del emperador. Sin embargo, a raíz de la Crisis del
siglo III, cuando el mando del Imperio pasó a estar en manos de
caudillos militares, el monarca romano fue adquiriendo un cariz
mucho más militar. De esta manera, el uso del título Imperator se
generalizó, y con el paso del tiempo se fue identificando a dicho
título con el de amo y señor absoluto de un imperio.

Cayo Julio César.


La caída de Roma occidental
Artículos principales: Imperio bizantino e Imperio carolingio

Una vez derrumbado el Imperio romano de Occidente en el 476, el Imperio romano de Oriente
(comúnmente conocido como Imperio bizantino) continuó la tradición romana, aunque abandonó la lengua
y cultura latina por la helénica que predominaba en los territorios orientales. Tras la muerte de Justiniano I,
la pretensión de continuidad con los emperadores romanos fue abandonada poco a poco, y se sustituyó el
latín, hasta entonces la lengua administrativa del Imperio bizantino, por el griego. Así, a partir de Heraclio
en el 610, los emperadores de Oriente se hicieron llamar con el término griego basileus, que significa tanto
rey como emperador. Sin embargo, en el ámbito oriental comenzó a cobrar fuerza también el título de Zar,
derivado del nombre latino César, y que se aplicó después al zar de Bulgaria, para ser tomado en su
momento por los zares del Imperio ruso, una vez caída Constantinopla en manos de los turcos otomanos.

Si bien el Imperio desapareció en Occidente, la Iglesia de Roma proclamó ser su continuador en el campo
espiritual. Inicialmente los papas romanos reconocieron a los emperadores bizantinos como continuadores
de la tradición imperial romana, pero las crecientes desavenencias entre ambos, debidas a las continuas
injerencias de los emperadores bizantinos para forzar las elecciones papales y a su desinterés e incapacidad
al momento de defender Roma de las invasiones bárbaras, hicieron que el papado dirigiera la mirada hacia
el creciente poder político de los francos. De esta manera los papas llamaron a Pipino el Breve en su ayuda
para que acabara con la amenaza de los lombardos, entronizándolo como rey de los francos en recompensa.

Su hijo Carlomagno fue coronado Emperador de los Romanos en el año 800 en Roma, en un sorpresivo
gesto del papa León III; oficialmente se sostiene que por agradecimiento ante su intervención durante una
revuelta en Roma, pero es posible que haya sido motivado por el creciente acercamiento entre Carlomagno
e Irene, la emperatriz titular bizantina, lo que iba en contra de sus intereses. En el año 812, el emperador
bizantino Miguel I Rangabé reconoció a Carlomagno como Emperador de Occidente a través de un tratado
firmado en Aquisgrán, aunque esta aceptación fue endeble, ya que Bizancio consideraba que la nueva
realeza germana no tenía lazo jurídico alguno con el Imperio romano, mientras que el Imperio bizantino sí
que era (en papel, al menos) sucesor legal de este.

Cuando Carlomagno es coronado en Roma, rescata el título militar romano de Imperator, pero olvidando
su cariz militar pasa a tomarlo como sinónimo de "rey". Después de que los nietos de Carlomagno se
repartieran su imperio en el Tratado de Verdún del 843, hubo varios advenedizos que intentaron hacerse
reconocer como emperadores, tratando de forzar al papa mediante el envío de expediciones militares a
Italia. Finalmente, el año 962, el rey germano Otón el Grande consiguió ser coronado legítimo Emperador,
lo que le proclamaba como heredero de Carlomagno, fundándose así el Sacro Imperio. Sus sucesores
conservarían el título hasta la disolución del Imperio en el año 1806
(desaparecido a manos de Napoleón Bonaparte, para crear su propia versión del
Imperio romano), aunque el propio Imperio ya había sido prácticamente
desmantelado en 1648del Tratado de Westfalia.

Emperadores

Sacro Imperio

Durante siglos se admitió en Occidente que el papa era el único capaz de


designar emperadores. Supuestamente, en la concepción medieval, el mundo
estaba bajo la tutela temporal del emperador, y la espiritual del papa, como
señores conjuntos del mundo cristiano (y del mundo entero, por cuanto el papa
se consideraba Vicario de Cristo para toda la Humanidad). De esta manera solo
podía haber un único emperador, con jurisdicción sobre todos los reyes Retrato de
cristianos. Sin embargo, este sueño estuvo lejos de cumplirse, ya que ningún Carlomagno, por
Emperador consiguió imponerse a todos los reyes cristianos. Quien llevó más Alberto Durero.
lejos este sueño universalista fue Carlos V del Sacro Imperio y I de España,
precisamente en una época (el siglo XVI) en que el universalismo medieval
estaba desapareciendo en beneficio de un naciente nacionalismo. Sin embargo, aunque los reyes
medievales se trenzaran en múltiples guerras e incluso muchos de ellos combatieran por las armas al
emperador de turno, jamás intentaron tomar para sí el título por no contar con las bases legales para ello.
Así, durante casi toda su milenaria existencia, los monarcas del Sacro Imperio fueron los únicos en ostentar
el título de "Emperador".

Imperio Napoleónico

La llegada de Napoleón Bonaparte cambiaría significativamente las cosas.


Durante el siglo XVIII se había producido un fuerte renacimiento del
clasicismo romano (Neoclasicismo), que se había vinculado a la idea de que la
Razón iba a superar el oscurantismo que se identificaba con la Edad Media.
En lo político (y también en lo artístico), Napoleón trató de regresar al modelo
imperial romano, por lo que se transformó en cabecilla de un gobierno
directorial a la manera romana: el Consulado. Napoleón finalmente mandó
llamar mediante presiones y amenazas al papa Pío VII para coronarse
Emperador (Empereur) en la catedral Notre Dame de París, en el año 1804.
Cambió la tradición al acordar previamente con Pío que él mismo se pondría la
corona en la cabeza, lo cual fue aceptado por el papa, que se limitó a dar su
bendición. Esto significaba que el papa ya no era fuente de legitimación del
emperador, que lo era por sus méritos y no por derecho divino. El gesto de
Napoleón inspiró a muchos otros gobernantes en todo el mundo, entre ellos: El emperador Napoleón
Jacobo I en Haití (1804), Agustín de Iturbide en México (1821) o Pedro I en Bonaparte.
Brasil (1822). Dichos monarcas usaron traducciones directas del término latín
"Imperator".

Imperio Alemán y Austríaco


Tras su derrota ante Napoleón, Francisco II abdicó al trono y disolvió el Sacro Imperio. Seguido a esto se
proclamó como Emperador de Austria bajo el nombre de Francisco I. El Imperio austríaco seguiría siendo,
tras el Congreso de Viena de 1815, el heredero del Sacro Imperio y, tras la derrota contra Prusia en la
Guerra austro-prusiana de 1866, pasaría a llamarse Imperio austrohúngaro. En 1871 el rey Guillermo de
Prusia, después de la Guerra franco-prusiana, y considerándose legítimo heredero del Sacro Imperio, se
proclamó como Emperador de Alemania y estableció el II Reich. Ambos imperios, austrohúngaro y
alemán, usaron el término Káiser para sus monarcas, palabra que deriva de César. Los dos fueron abolidos
en 1918, extinguiendo así la línea del Imperio romano de Occidente. La del Imperio romano de Oriente
habría desaparecido el año anterior, en 1917, con la caída de los zares de Rusia.

Imperio Otomano

Tras la Caída de Constantinopla en 1453, los monarcas turcos asumieron el título de "Kaysar-i Rum"
(César de los Romanos), viéndose a sí mismos como los sucesores del Imperio romano oriental
conquistado. Este término era usualmente acompañado por muchos otros, tales como Sultán o Kan.

Imperio Británico

La reina Victoria del Reino Unido se proclamó Emperatriz (Empress) de la India en 1876, aunque Gran
Bretaña siguió denominándose a sí misma como un Reino. El término "Imperio Británico" suele acuñarse
para referirse al conjunto de posesiones coloniales y dominios de Gran Bretaña alrededor de todo el mundo.
Esto se repite para otros "imperios" coloniales tales como el español o francés.

Imperio Centroafricano

En 1976 el general africano Jean Bédel Bokassa (admirador de Napoleón Bonaparte) transformó la
República Centroafricana en el Imperio Centroafricano, y él mismo se proclamó Emperador (Empereur)
Bokassa I en una suntuosa ceremonia. Su gobierno solo duró tres años, tras los cuales fue derrocado en un
alzamiento popular.

Emperadores fuera de Europa


Algunos títulos de monarcas han sido traducidos a las lenguas europeas como emperador, pese a que no
guardan relación con el Imperio romano ni sus estados sucesores. Así, los soberanos de Persia o Irán han
recibido el título de emperadores desde la creación del Imperio persa en el 550 a. C. hasta su disolución en
1979. Puesto que Sah se tradujo como emperador, el término Sahbanu que solamente utilizó Farah Diba ha
sido traducido como emperatriz. En Vietnam, los monarcas usaron el título de hoàng đế, que fue
igualmente traducido como emperador. En China el título del monarca era el de Wáng, traducido como rey,
y cuando se unificó el país en el 221 a. C. pasó a ser Huángdì lo que se ha traducido como emperador,
título con el que se le conoció a los monarcas que gobernaron el llamado Imperio chino hasta el año 1912,
cuando Puyi fue depuesto. Si bien los soberanos de los grandes estados islámicos no han recibido por la
historiografía este título, sino el de califa o sultán, dichos estados sí han sido llamados imperios en varias
ocasiones, como en el caso de los imperios Abásida u Omeya. También se tradujo como emperador a los
títulos de Etiopía y Corea, entre otros más.

En la actualidad, el único gobernante del mundo que conserva el título de Emperador es el de Japón, si bien
no tiene ninguna relación con el título de origen romano y es la traducción al castellano de la palabra tenno,
que también puede ser entendida como "rey" o "monarca".
Hay pretendientes a los tronos que de varios países, que de ser restaurada la monarquía se convertirían
presumiblemente en emperadores, como es el caso de la Gran duquesa María Vladímirovna de Rusia y
Luis de Orleans-Braganza de Brasil

Emperadores en la mitología
Dentro de la mitología china y taoísta destacan con el título de emperador, el Emperador de Jade y el
Emperador Amarillo.

Véase también
Títulos reales
Káiser
Zar

Referencias
1. «Emperador» (http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=FYT7G6afIDXX24l3pXxB#corona_de_r
ey.). Diccionario de la Real Academia Española.

Enlaces externos
El contenido de este artículo incorpora material de una entrada (http://enciclopedia.us.es/i
ndex.php/Emperador) de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en español bajo la
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a/3.0/deed.es).

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