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Clases de depósitos:
• Desde el punto de vista de la disponibilidad, se distingue entre depósitos:
1. A la vista: disponibles inmediatamente.
2. Con preaviso: disponibles inmediatamente, pero preavisando con determinada
antelación.
3. A plazo: indisponibles hasta la fecha señalada.
Esta es la clasificación más trascendente desde el punto de vista práctico.
• Tomando la óptica de la titularidad, puede ser:
1. Individual.
2. Colectivo.
• Cualquiera que sea la titularidad, se admiten, como sistemas de disponibilidad:
1. La disposición conjunta: es necesario que dos o más personas, titulares o no,
consientan la disposición.
2. La disposición indistinta: basta con que una sola persona consienta, también
vale aquí la firma autorizada-, pues, los depósitos indistintos no presuponen
comunidad de dominio sobre lo depositado.
• Atendiendo a la residencia del depositario, se distingue entre depósitos de residentes
y de no residentes, clasificación ésta de indudable trascendencia en el orden del control
de cambios.
• También está la subdivisión entre depósitos en moneda nacional y depósitos
en moneda extranjera.
• Finalmente, otras categorías de depósitos bancarios de dinero son:
1. El depósito de alta remuneración, que no presenta otra singularidad que sus
tipos de interés más altos.
2. El depósito de ahorro-vivienda, por el cual el cliente se compromete a destinar
las cantidades depositadas a financiar la adquisición de vivienda habitual,
recibiendo como compensación, por parte de la Hacienda Pública, trato fiscal
de inversión en vivienda habitual a los pertinentes efectos desgravatorios.
3. El depósito interbancario.
Obligatoria constancia de la TAE : en el contrato de depósito bancario la TAE (tasa anual
equivalente) es de obligatoria constancia.
Extinción del contrato
• En el depósito a la vista (contrato de duración normalmente indefinida), el depositante
puede extinguir la relación en cualquier momento, retirando los fondos y manifestando
su intención de dar por extinguido el contrato que le une a la entidad.
• En el depósito a plazo fijo, en cambio, el señalamiento de una fecha fija de extinción
contractual impide al cliente (salvo la penalización vista) que pueda cancelar
anticipadamente. A salvo de estas dos reflexiones, y de la nacida de la imposibilidad de
compensar las deudas nacidas del depósito, resulta aplicable la teoría general de la
extinción contractual
DEPÓSITO A LA VISTA
Partes contratantes:
• Cliente bancario.
• Entidad de crédito.
Al tratarse de un depósito dinerario (cuando menos irregular), se discute doctrinalmente si es
necesaria capacidad de disposición en el depositante. Éste es uno de los inconvenientes
prácticos de la calificación del contrato como préstamo. De ser así, y considerando que
dar dinero en préstamo se considera como acto de disposición, sería precisa autorización
judicial para los padres, para el tutor del menor emancipado.
En cuanto a la entidad de crédito, no hay normas especiales, con la salvedad de la prohibición
que recae sobre los establecimientos financieros de crédito.
Objeto de contrato: suma depositada y el precio. La suma es dinero y el precio lo paga el
depositario (EC), al contrario de lo que ocurre en cualquier depósito.
Como en el depósito a la vista no hay plazo de devolución, de aceptar la tesis que califica este
contrato como préstamo de dinero o mutuo, se produciría la consecuencia de que el cliente
bancario no podría obtener su restitución pasados 30 días, a contar desde la fecha del
requerimiento notarial hecho a la EC, que ocuparía la posición jurídica de prestatario.
Forma: contrato no formal de carácter real, ya que se perfecciona con la entrega. Es uso
bancario la formalización por escrito de este tipo de contrato. La EC tiene la obligación de
entregar gratuitamente al cliente una copia del contrato.
La entrega por la entidad de crédito puede llevarse a cabo en soporte electrónico duradero que
posibilite su lectura, impresión y conservación, al igual que su reproducción sin cambios, o a
través de copia en soporte papel que se facilite al cliente en el mismo acto de contratación o,
posteriormente, mediante envío postal.
El documento contractual toma cuerpo en un formulario pre-impreso en el que la entidad de
crédito (predisponente) impone a su cliente (depositante-adherente) unas cláusulas
predispuestas (con independencia de su autoría material, apariencia externa, extensión y
cualesquiera otras circunstancias) redactadas con la finalidad de ser incorporadas a la pluralidad
de contratos de depósito que la misma entidad formaliza con otros clientes. Se trata
de contratos con condiciones generales .
Se excluye, en todo caso la utilización de cláusulas abusivas.
DEPÓSITO BANCARIO
Depósitos en cuenta corriente: Se caracteriza por ser un contrato complejo, en el que conviven,
en realidad, dos relaciones negociales:
• El depósito bancario de dinero.
• La cuenta corriente bancaria.
Se distinguen las siguientes obligaciones:
• Del cliente: la entrega de la cantidad depositada no es obligación contractual, sino
requisito de perfección del contrato, que tiene carácter real.
• De la entidad:
1. Obligación contractual de custodia
2. Obligación de devolver la cantidad entregada
3. Obligación de pago de los intereses pactados. Libertad de tipos y comisiones,
tiene sus límites tanto en el Derecho general de obligaciones y contratos y en
las normas específicas para las obligaciones y contratos mercantiles contenidas
en el Código de Comercio, como en normas específicas, ya sean las relativas a
condiciones generales de la contratación o las de transparencia bancaria.
4. Obligación de entrega del documento contractual y de constancia en el
documento contractual de la TAE.
Libretas de ahorro: Tradicionalmente, se distinguía del depósito en cuenta corriente en que
la disponibilidad en favor del cliente bancario no era absoluta sino relativa: éste no podía
solicitar devolución de fondos sino con ciertos requisitos de plazo y forma (preaviso escrito con
mínima antelación de cinco días...). Por eso la necesidad del servicio de cobros y pagos
característico de la cuenta corriente no se manifestaba en esta modalidad contractual. No
habiendo servicio bancario de gestión de caja, no aparece la necesidad de remunerarlo. En
consecuencia, la remuneración del depósito era superior al del depósito a la vista.
Actualmente, esta separación tan tradicionalmente clara entre ambos depósitos ha ido
oscureciéndose en la práctica bancaria de nuestros días porque la competencia existente en el
mercado crediticio ha originado productos financieros de pasivo en los que, normalmente, se
mezclan elementos de las dos figuras contractuales. Así, no es extraño encontrar contratos en
los que, junto a una remuneración propia de la tradicional libreta de ahorro, se acepta por las
partes que la entidad de crédito preste servicio de caja (normalmente contra las
correspondientes comisiones remuneratorias). En definitiva, tiende a ser cada vez más difícil
diferenciar entre depósito a la vista y depósito de ahorro.
Como el contrato es real, no hay obligaciones contractuales a cargo del cliente depositante.
Cuentas financieras: supercuentas. Alta rentabilidad. Este tipo de operación bancaria de pasivo
fue impulsada por las necesidades de captación de cuota de mercado por parte de las entidades
de crédito extranjeras que intentaron implantarse en España tras la liberalización de nuestro
sistema bancario.
Cuenta financiera cualquier contrato por el cual la entidad de crédito recibe fondos del público
para su inversión, por cuenta de sus clientes, en activos financieros, comprometiéndose frente
a éstos a efectuar la venta e inmediata recompra de todo o parte de la inversión.
Es decir, en esta opción contractual se combinan tres negocios jurídicos:
• El depósito bancario de dinero
• La gestión bancaria de la cuenta corriente (depósito a la vista, con disponibilidad para
cobros y pagos)
• El contrato de gestión de cartera de valores.
A diferencia del puro contrato de gestión de carteras, aquí la entidad de crédito se compromete
a remunerar a un tipo de interés previamente concertado, de suerte que el excedente del
resultado de la gestión es en su beneficio y de haber disminución patrimonial lo es en su
perjuicio. Esto hace absurdo el intento de cobrar comisiones por gestión diligente de la cartera.
Cuentas especializadas: o cuentas vinculadas son depósitos adscritos a una determinada
finalidad, lo cual ocasiona que tengan unas características diferenciales respecto de los
depósitos ordinarios y un tratamiento fiscal determinado.
El dinero entregado solo puede ser dedicado por el cliente a unas finalidades precisas, si bien la
entidad de crédito no se ocupa de controlar que el destino sea el correcto. En cuanto a
las obligaciones del cliente, no hay más especialidad que la de destinar el ahorro a la finalidad
estipulada.
Tampoco hay especialidades respecto de las obligaciones de la entidad, pues la entidad no es
responsable de la conculcación por el cliente de ese destino pactado. El caso paradigmático son
las cuentas de ahorro-vivienda.